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julio gervasoni Constante
Registrado: 31 Mar 2006 Mensajes: 694 Ubicación: Santa Fe, Argentina
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Publicado:
Dom Jun 25, 2006 9:01 pm Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Absolutamente de acuerdo con Sitibundo!
sds. _________________ Julio |
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CarlosRod Constante
Registrado: 19 Feb 2006 Mensajes: 530 Ubicación: Michoacán, México
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Mario Enrique Bruzzone Asiduo
Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 246 Ubicación: Argentina - Sierra de La Ventana
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Publicado:
Mar Sep 26, 2006 7:00 am Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Ante todo debo aclararles, que la demora en continuar con este tema inicialmente tuvo su origen en algunos problemas que afectaron mi salud, y que, gracias a Dios se van solucionando.
Y para no ser tan ingrato, debo decirles que también contribuyeron en ese sentido los médicos que me atendieron.
Pero superado ese trance, luego influyó una especie de desánimo que paulatinamente fue ganando mi espíritu con respecto a este Foro, y que he resuelto intentar “superar”, motivo por el cual hasta abrí hace unos días otro tema (el “fracaso” de Jesús) con la esperanza de contribuir a buscar elementos que nos permitan ir mejorando nuestras vidas.
Y pasando ahora a analizar el tema que se nos ha planteado aquí, yo diría que presenta en verdad GRAN IMPORTANCIA.
Y no sólo para analizar y comprender con mayor exactitud el accionar de Jesús de Nazareth hace 2.000 años, sino también por cuanto tiene gran implicancia en la actualidad.
Exactamente igual que como la tuvo, a lo largo de los 2.000 años que constituyen la historia del cristianismo.
Sin embargo, lamentablemente no se lo ha considerado de esa forma, y menos aún se lo ha tomado con la seriedad que se merece, ya que parecería como si los responsables de esa situación “mercantil” con relación al templo (que desencadenó EL ÚNICO HECHO DE VIOLENCIA FÍSICA de Jesús) hubiesen sido sólo “aquellos” personajes de la época en la cual Él vivió, y que lo llevaron a reaccionar con una vehemencia realmente inusitada.
Y no debemos olvidar tampoco que, si bien esto último es cierto, y que hasta ha llegado a causar sorpresa (¿o “escandalizar”?) a algunos cristianos, sin ninguna duda ese fue también un hecho perfectamente “meditado” por el Señor (Mc.11,11 y sgtes. Jn.2,15) y no un simple “impulso irreflexivo” de su parte.
Y considero que es evidente que no debe analizárselo de aquella forma, es decir, como algo que corresponda SÓLO a los hechos de esa época, sino que debemos hacerlo en forma absolutamente inversa, ya que debemos comprender que el Evangelio (“TODO” el Evangelio, tal cual como siempre se nos lo ha enseñado) constituye algo “perfectamente vivo”, es decir, algo que aún habiendo sido transmitido hace ya unos 2.000 años, sin embargo, es válido para todas las épocas y generaciones por igual.
No obstante, aún cuando esto último es intelectualmente aceptado (y enseñado) por todo el mundo, parecería que en “este” aspecto que se ha traído a análisis aquí, y que es realmente “tan” significativo, no se lo considera de esa forma, sino sólo como algo atinente al pasado y que, por ende, que “no debe” ser utilizado para analizar hechos de nuestra propia realidad, posición que, por supuesto, considero absolutamente incorrecta.
Pues bien; hecha esa aclaración preliminar, les diré que los aspectos sobre los cuales se han emitido opinión son diversos, y que la mayoría de ellos son importantes y significativos, motivo por el cual, tal vez sería conveniente hacer algún comentario sobre todos ellos.
Sin embargo, como eso extendería muchísimo este texto, me limitaré a efectuar ahora sólo una muy breve reflexión sobre dos cuestiones que me parecen más interesantes, y en un mensaje aparte diré algunas palabras más, sobre aquello que interpreto como LO MÁS IMPORTANTE de todo el asunto, y que consiste en lo que planteó CarlosRod con las palabras «¿Cual es la actitud de Jesús ante el templo? (No ante las personas que hacen mal uso de él)»
Pues bien, explicado eso, pasaré a analizar la posible realidad histórica de la famosa expulsión de los mercaderes del templo.
Tanto gunita-xaxa al iniciar este epígrafe (exponiendo unos párrafos de un libro que le llamó la atención) como también más tarde Sitibundo en el primer comentario que efectuó, han coincidido en señalar que ese hecho se habría producido AL FINAL de la vida pública del Señor, es decir, que habría ocurrido en lo que nosotros llamamos el “inicio de la Semana Santa”.
Incluso es de destacar, que en ese sentido hasta han expresado que habría sucedido en esa época «SIN LUGAR A DUDA ALGUNA».
Pues bien, lamento disentir con tal posición, y si bien les diré que existen varios argumentos que me llevan a pensar de esa forma, en honor a la brevedad no los mencionaré todos, sino que me limitaré a señalar uno sólo, que estimo es ilustrativo al respecto.
No me parece lógico interpretar que ese hecho hubiese ocurrido sólo 4 ó 5 días antes del arresto de Jesús, ya que sin duda alguna fue algo que generó un problema “muy serio” en el templo.
Y para que se entienda perfectamente bien lo que trato de explicarles, yo les diría que fue “un verdadero PROBLEMÓN”, algo totalmente inusitado y hasta escandaloso, es decir, un hecho que con toda seguridad provocó allí una “verdadera batahola”.
Por ende, siendo así, me parece obvio que los guardias del templo (que seguramente se vieron obligados a intervenir para reestablecer el orden que había sido alterado por el accionar de Jesús) habrían podido reconocer con mucha claridad al autor de “semejante” disturbio, y, por consiguiente, no habrían necesitado recurrir al “beso” de Judas para identificar al Señor, y lograr su arresto en el monte de los Olivos.
En cambio, si ese “alboroto” en el templo se hubiese producido 3 años antes (que es la época en la que el Evangelio de Juan menciona que ocurrió) es mucho más lógico entender que fuese necesario recurrir a esa “señal identificatoria” que les suministró Judas, ya que en ese lapso pudo habérseles “desdibujado” de la memoria el rostro de Jesús.
El segundo punto que considero conveniente aclarar, corresponde a una expresión de Cataeco.
Y para señalarlo con claridad transcribo a continuación, su opinión con relación a que «En la antiguedad los templos eran lo que hoy llamamos entidades bancarias, Por eso lo primero que hacían los imperios cuando invadían un país, era saquear los templos, La historia de Israel está llena de ejemplos como ese, La fama del templo de jerusalén radicaba en que era el banco mas importante del mundo (conocido entonces) Los cambistas, "cambiaban", las monedas de los judíos de la diáspora, Las tres "HaG" , fiestas de pergrinación, a las que debían asistir les obligaba a cambiar el dinero que traían, por el dinero que aceptaba el templo,»
Pues bien, debo decir que aún cuando eso es cierto, es necesario hacer una aclaración al respecto.
Y debo hacerla con el fin de tratar de “ubicar” con la mayor exactitud posible el rol que en ese sentido tenían los templos, ya que en rigor de verdad no poseían NI POR ASOMO el mismo sistema que tienen los bancos que nosotros conocemos actualmente, sino que eran sólo el lugar donde se guardaba el oro, puesto que allí estaba protegido con guardias armados y, además, por cuanto existía un importante control de las personas que podían ingresar a los distintos atrios (o patios) y con mayor razón aún en las zonas edificadas en donde se encontraba depositado el “vil metal”.
Y además, por cuanto también existía lo que podríamos denominar un “temor psicológico” de todos (eventuales ladrones incluidos) a ser “fulminados” por la divinidad ante semejante atrevimiento.
Pero es necesario comprender que los templos no poseían un sistema de crédito como el que tienen los bancos actuales, cosa evidente ya que el mecanismo financiero que nosotros conocemos, y utilizamos, obteniendo dinero del banco para comprar cosas y reintegrando más tarde ese dinero recibido, mediante el pago mensual de una parte del capital con más sus intereses (sistema que, en verdad, es una forma de contribuir a “esclavizarnos”, ya que quedamos con la “Espada de Damocles” de la cuota sobre nuestra cabeza) es un procedimiento muy reciente en la historia de la humanidad (obvio, dicho eso en términos históricos, ya que tiene “apenas” unos dos siglos de uso aproximadamente).
Por ende, es necesario comprender que las únicas actividades “bancarias” que se realizaban en el templo de Jerusalén (además de la protección del oro) era el cambio de monedas como se lo señaló aquí, actividad que además era realizada también en otros sitios donde se intercambiaban bienes (en los llamados “mercados”).
Por otra parte no debemos olvidar, que el cobro de intereses estaba expresamente prohibido entre los judíos (Dt.23,20-21) motivo por el cual es ilógico suponer que dentro del templo se pudiese realizar ese tipo de transacción.
Pues bien; considero que esas líneas son suficientes para dejar clarificada mi idea con respecto a lo que interpreto lo más importante de este tema, aspecto que trataré en un mensaje aparte, motivo por el cual sólo me resta ahora despedirme de ustedes, haciéndoles llegar mis cordiales saludos.
MARANA-THA
Mario |
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Mario Enrique Bruzzone Asiduo
Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 246 Ubicación: Argentina - Sierra de La Ventana
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Publicado:
Mar Sep 26, 2006 7:02 am Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Conforme lo indiqué en el texto anterior, trataré ahora de exponer unas breves ideas sobre el punto que considero en verdad más importante, y que es lo que expuso CarlosRod diciendo «¿Cual es la actitud de Jesús ante el templo? (No ante las personas que hacen mal uso de él)».
Pues bien, creo que la respuesta a ese interrogante cae por su propio peso.
Es decir, estimo que es una pregunta que tiene implícita la respuesta dentro de la aclaración que se ha efectuado.
Y lo pienso de esa forma, ya que es absurdo que alguien diga (o imagine) que Jesús efectuó un planteo “directo e inmediato” contra el templo “en sí mismo”, contra el templo “como tal” (interpretándolo como “casa de Dios”, “casa de oración”, o como ustedes prefieran llamarlo) sino que su actitud fue una crítica hacia quienes lo utilizaban en forma incorrecta, reprobación que el Cristo hizo, no sólo con esta acción ante los “mercaderes”, sino también a lo largo de toda su vida mediante distintas expresiones que podemos encontrar en los Evangelios.
Y es obvio que aconteció de esa forma, ya que si el templo hubiese sido utilizado SÓLO para ese “fin correcto” (“casa de oración”) y que nadie hubiese lucrado con él (y perjudicado además al grueso del pueblo hebreo, hecho que es mucho más grave) sin duda que Jesús no habría dicho lo que dijo, ni reaccionado como lo hizo, sino que tampoco habría sido necesario que tantos profetas antes que Él, hubiesen denunciado situaciones de injusticia e impiedad muy parecidas a las que ocurrían en la época de Jesús.
Y siendo eso TAN, pero TAAAAN obvio y evidente, considero necesario aclarar que no quiero decir por eso, que la intención de CarlosRod al consignar esa pregunta (y la respectiva aclaración) responda a una actitud “mal intencionada” de su parte, sino que simplemente lo hizo por ser algo que se viene repitiendo “desde siempre”.
Es más, eso también lo podemos advertir en el libro que mencionó gunita-xaxa, y que utilizó para iniciar este epígrafe, ya que allí se expresa
«la imagen tradicional, enriquecida por las homilías oídas a lo largo de nuestra vida, de que en el templo están vendiendo y comprando ilegalmente, incluso extorsionando y robando. Entonces Jesús, airado por ello; “purifica” el templo para que allí se rece»,
palabras que dejan perfectamente en claro que “tradicionalmente” se vienen indicando que ese pasaje del Evangelio (y les agradeceré que recuerden lo que señalé al iniciar el texto anterior) SÓLO correspondía a situaciones de aquella época, y que, los que fueron fustigados por Jesús eran los responsables del templo (sacerdotes, levitas, etc.) DE AQUEL ENTONCES, personajes que recibieron esa recriminación por ser unos verdaderos crápulas, ya que no respetaban lo “sacrosanto” del templo, y que actuaban abiertamente en beneficio propio, perjudicando a Dios y al pueblo hebreo.
Y les agradeceré también que relean con atención ese párrafo del libro que nos menciona gunita-xaxa (y que he consignado antes) ya que allí se indica que “estaban comprando y vendiendo ILEGALMENTE”.
En resumidas cuentas, diría que esa explicación “tradicional”, nos indica que la expulsión de los mercaderes se originó en el hecho de que “aquellos” sacerdotes del templo (los de antes ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ojo!!!!!!!!!!!) eran unos reverendos hijos de .... buena madre (digámoslo así, no vaya a ser que alguien se ofenda si empleo palabras menos elegantes).
Pues bien, me parece obvio que, además que ser esa una explicación por demás simplista, también muestra “algo más”.
Y ese “algo más” es el punto que yo considero que debe ser analizado con mucha seriedad.
La explicación “tradicional” (y que repite la pregunta de CarlosRod) indica claramente que Jesús no atacó al templo en sí, sino sólo a los que hacían mal uso de él.
Y si bien eso es obvio y correcto (insisto, ¿quién puede ser tan tonto como para pensar que Jesús estuviese criticando al templo como casa de oración?) no muestra adecuadamente el problema, ya que indirectamente lo limita a “aquellos” sacerdotes “malos” (“malotes”) que había en su época.
Sin embargo, si analizamos lo que sucede hoy, cada vez que alguien se atreve a criticar las actitudes “mercantilistas” de tal o cual cura (sacerdote, fraile o lo que fuese) u osa hacer alguna referencia a si pueden tener bienes (algunos de ellos muy suntuosos por cierto) o cualquier otra cosa por el estilo, podemos ver que en forma inmediata, y desde distintos lados, surgen muchas voces que ASEGURAN que quien hace “semejante cosa” está atacando a la Iglesia, que no es católico y otras cosas similares.
Y por supuesto, que si se atreve a hacerlo aquí, o bien lo expulsan del Foro sin decirle agua va, o borran olímpicamente todos los mensajes donde pueda existir cualquier pensamiento en ese sentido.
Pues bien; digo yo, ¿qué es lo que permite diferencia con tanta claridad el “no ataque al templo” en aquel accionar de Jesús, mientras que ahora se señala que cualquier referencia a cuestiones de ese tipo constituyen ataques a la Iglesia?
Y también pregunto: ¿cuál es la diferencia para “convalidar” como “legítimo” el hecho de que los sacerdotes en la actualidad “cobren” por la actividad que realizan (pese a que Jesús claramente señaló «recibieron gratuitamente, den también gratuitamente» Mt.10, mientras se ve “tan mal” que lo hicieran los que vivían en épocas de Jesús?.
Por supuesto que es posible que alguien me diga que ahora lo hacen por cuanto lo “autoriza” el Código Canónico, u otra referencia parecida.
Y si así fuese yo les diría, que llegar a suponer que los mercaderes del templo que fueron expulsados por Jesús, “comerciaban” sin contar con la respectiva autorización del templo (perdón, de los “malos” que ejercían “incorrectamente” la autoridad del templo) es realmente ridículo, motivo por el cual no puedo aceptar que se considere que esa actividad que realizaban era algo ILEGAL.
Mejor dicho, aclaremos todo esto.
Era ILEGAL en el sentido PROFUNDO de lo que debe (debería) ser la oración al Padre Celestial.
EXACTAMENTE IGUAL QUE COMO LO PUEDE SER TAMBIÉN EN NUESTROS DIÁS.
Pero de ninguna manera lo era en el sentido “humano” de la palabra, ya que contaba con la plena aceptación de las autoridades del templo las cuales —que duda cabe— se beneficiaban económicamente de esas “actividades anexas” al culto, de ese culto que ellos, “cumpliendo con su misión”, se esforzaban por brindar al pueblo.
Es decir, que es imposible afirmar que esa actitud contra la que cargó Jesús fuese en ese sentido “ilegal”, ya que era tan “legal” como lo es hoy el cobro que se exige en cualquiera de nuestros templos a quien “encarga” una Misa, bautiza a sus hijos, pide asistir al templo para casarse, etc. etc. etc.
Insisto, creo que este tema de “los mercaderes” es un pasaje del Evangelio que debería ser analizado con gran profundidad por todos, YA QUE LAMENTABLEMENTE SIGUE TAN VIGENTE COMO CUALQUIER OTRO PUNTO DE LOS EVANGELIOS.
O tal vez debería decir, que en rigor de verdad, parece estar aún más vigente que algunos otros.
Reciban mis cordiales saludos.
MARANA-THA
Mario |
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julius Esporádico
Registrado: 07 Dic 2005 Mensajes: 35
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Publicado:
Sab Oct 07, 2006 3:07 am Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Mario Enrique Bruzzone escribió: |
Si analizamos lo que sucede hoy, cada vez que alguien se atreve a criticar las actitudes “mercantilistas” de tal o cual cura (sacerdote, fraile o lo que fuese) u osa hacer alguna referencia a si pueden tener bienes (algunos de ellos muy suntuosos por cierto) o cualquier otra cosa por el estilo, podemos ver que en forma inmediata, y desde distintos lados, surgen muchas voces que ASEGURAN que quien hace “semejante cosa” está atacando a la Iglesia, que no es católico y otras cosas similares.
Pues bien; digo yo, ¿qué es lo que permite diferenciar con tanta claridad el “no ataque al templo” en aquel accionar de Jesús, mientras que ahora se señala que cualquier referencia a cuestiones de ese tipo constituyen ataques a la Iglesia?
Y también pregunto: ¿cuál es la diferencia para “convalidar” como “legítimo” el hecho de que los sacerdotes en la actualidad “cobren” por la actividad que realizan (pese a que Jesús claramente señaló «recibieron gratuitamente, den también gratuitamente» Mt.10, mientras se ve “tan mal” que lo hicieran los que vivían en épocas de Jesús?.
Creo que este tema de “los mercaderes” es un pasaje del Evangelio que debería ser analizado con gran profundidad por todos, YA QUE LAMENTABLEMENTE SIGUE TAN VIGENTE COMO CUALQUIER OTRO PUNTO DE LOS EVANGELIOS.
O tal vez debería decir, que en rigor de verdad, parece estar aún más vigente que algunos otros.
Mario |
Don Mario, estoy totalmente de acuerdo con usted en que las críticas que actualmente se pueden hacer a quienes "lucran" con la Iglesia, NO SON ATAQUES A LA IGLESIA, de la misma forma que la expulsión de los mercaderes del templo por parte de Jesús no fue un ataque al templo.
"Poderoso caballero es don dinero" dentro y fuera de la Iglesia.  |
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Sitibundo Asiduo
Registrado: 25 Dic 2005 Mensajes: 345
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Publicado:
Sab Oct 07, 2006 5:36 pm Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Agradezco a Mario Enrique Bruzzone que haya reabierto este tema; también estoy de acuerdo que tiene una importancia principal.
Para recordarlo, yo escribí:
Lo que para mí es decisivo para fechar el episodio en la semana de la muerte de Jesús: Es que las palabras citadas en (Jn 2, 19) “Destruyan el templo y yo lo levantaré en tres días” fueron citadas en el proceso como se lee en (Mt 26, 61) y en (Mc 14, 56)
La acción indudablemente violenta de Jesús en el templo, es ante todo una enseñanza visual, incuestionablemente, de rompimiento radical con las autoridades sacerdotales judías.
Estoy completamente de acuerdo con Bruzzone que esta accíón es premeditada y no se trata de un ex abrupto, sino que es una enseñanza de corte dramático.
En los sinópticos es más evidente esta intención de la enseñanza visual porque se continúa de otra también teatral que fue la del “Domingo de Ramos”. Y no creo que se puedan considerar aisladas una de otra sino que para entenderlas hay que tomarlas juntas y sucesivas.
Tendremos que ir al Jesús didacta, al Jesús Mesías.
En san Juan se lee:
Entonces los judíos replicaron: ¿Qué señal nos das para hacer esto? (Jn 2, 19).
He aquí la actitud contraria; para los judíos, para las autoridades sacerdotales, la acción de Jesús era algo insólito, injusto, irrespetuoso, antisocial, revoltoso y peligroso.
Este hombre no tiene ningún derecho a cometer estos daños contra gente que trabaja con toda legalidad, ni crear este desorden en el templo, acción sospechosa de sacrilegio.
¿Qué prueba nos puedes dar tú para convencernos que tienes autoridad en el templo?
En los sinópticos todo esto es más comprensible, Jesús acababa de tener una entrada triunfal y espectacular en Jerusalén, el pueblo lo apoya y las autoridades tienen que ser prudentes.
En Juan no se entiende la razón por la cual los sacerdotes no reprimen a Jesús en forma más enérgica.
Jesús respondió: destruyan este templo y en tres días lo levantaré, (Jn 2, 19).
La respuesta de Jesús es de una contundencia anonadante.
Los que no tienen autoridad son ustedes, autoridad ninguna, porque ni matándome me hacen nada, en tres días resucitaré. Por eso destruyan este templo y yo en tres días se los levanto.
El templo de Salomón, la edificación de piedra ya no tiene para los cristianos ninguna significación.
Ustedes están atados a algo que ustedes mismos han prostituido, no pueden arriesgarse a derribar el templo y no pueden denegar mi autoridad.
Ustedes están equivocados su religión es inútil.
Es interesante también hacer notar como en el IV Evangelio se calla la prueba de autoridad que se arguye en (Mt 21, 24-27; Mc 11, 28-33; Lc 20, 2- .
El relato, para efectos prácticos, es idéntico en los tres.
Mientras Jesús estaba en el templo, se le acercaron los judíos y le preguntaron ¿con qué autoridad haces esto? Jesús les contestó: Yo también les voy a hacer una pregunta ¿quién envió a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Ellos se pusieron a deliberar; “Si respondemos que Dios lo envió va a decirnos entonces ¿por qué no le creyeron? Y si decimos que fue enviado por hombres, entonces el pueblo nos apedrea, porque todos creen que Juan hablaba verdaderamente de parte de Dios, así que respondieron a Jesús no lo sabemos. Entonces Jesús les contestó: Pues yo tampoco les digo con que autoridad hago esto.
Tanto si aceptamos la versión de los sinópticos como la versión de Jn. veremos con toda diafanidad que Jesús no les reconocía ninguna autoridad a las “autoridades judías“.
En todas las cosas se hallaban atados a sus propios miedos y a sus propias faltas. Contrasta, brutalmente, la airosa libertad de Jesús con la pequeñez esclavizante y esclavizada de sus oponentes.
Los judíos contestaron ¿En cuarenta y seis años ha sido construido este templo y tú lo vas a levantar en tres días? (Jn 2, 20).
Entre Jesús y los judíos se abría un abismo de incomprensión. Dos idiomas que no tenían nada que ver entre sí, que no servían para comunicarse. Esto también se entiende mejor en los sinópticos, en que la guerra era a muerte y declarada. Aquí en (Jn) todo ese contexto está omitido.
Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Cuando resucitó de entre los muertos, recordaron sus discípulos que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había pronunciado Jesús. (Jn 2,21-22)
Vamos a buscar la enseñanza del IV Evangelio ¿qué nos quiere decir con este pasaje?
Primero, claro está, el rompimiento definitivo de Cristo y el Templo.
Ya en Caná se rompió con la doctrina, y se simbolizó con el vino de la alegría, aquí en Jerusalén se rompe con la institución clerical.
No más intermediarios entre el hombre y Dios, esta relación tiene que ser personal y directa, no admite a nadie en medio de ellos, no hay “medium” posible.
El hombre y Dios tienen que tender a una unidad íntima y profunda, para ello se necesita que el propio cuerpo del hombre sea el templo de Dios, la casa de Dios, para que el espíritu del hombre pueda convivir estrechamente con el Espíritu de Dios.
¿No saben que ustedes son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive con ustedes? (1 Cor 3,16).
Este rompimiento está simbolizado por el látigo de la libertad. Quien tiene el látigo es el libre, quien recibe los latigazos es el esclavo.
La característica y consecuencia de la libertad es la responsabilidad: A partir de este momento el único responsable ante Dios, según la lección de Cristo, es el propio sujeto.
Nadie debe, ni puede responsabilizarse de otro ante Dios.
Cada uno es responsable, directo y exclusivo, de sus relaciones con Dios y de su comportamiento en la vida.
El azote usado por Jesús en el templo es el símbolo de la libertad plena en mis relaciones con Dios. No necesito, rito, ni liturgia, ni templo, ni sacrificio, ni tributo, ni un determinado estilo de ser o de comportarme o de orar o de vestir.
Dios es espíritu y a El se le adora en espíritu, no en materia, no con cosas.
Si en Caná asistimos a una revolución moral; con la “Purificación del Templo” asistimos a una revolución religiosa.
El evangelio sale pronta y directamente a defender el derecho que tienen los cristianos de adorar a Dios libremente donde sea, con toda amplitud y sinceridad y no admitir las estrecheces y las cargas del Templo. (Cfr Jn 4, 20-24)
Esta actitud ayudó a que los seguidores de Cristo mantuvieran firmemente esta libertad durante dos siglos más.
Del siglo IV en adelante el Templo volvió a absorber este derecho y se entrometió impetuoso en la intimidad del hombre con Dios.
Todo lo aquí expuesto está sujeto a discusión y a disentimiento, pero así pienso y así lo entiendo.
Agradezco de antemano críticas y comentarios
Saludos y bendiciones. _________________ Quieren abnegar su Gracia |
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CarlosRod Constante
Registrado: 19 Feb 2006 Mensajes: 530 Ubicación: Michoacán, México
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Publicado:
Dom Oct 08, 2006 3:18 pm Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Mario Enrique Bruzzone escribió: | Conforme lo indiqué en el texto anterior, trataré ahora de exponer unas breves ideas sobre el punto que considero en verdad más importante, y que es lo que expuso CarlosRod diciendo « ¿Cual es la actitud de Jesús ante el templo? (No ante las personas que hacen mal uso de él)». |
Veamos cual es el verdadero contexto en que lo dije:
CarlosRod escribió: | Que el templo de Jerusalén haya sido superado por Jesús, nadie lo discute...
pero...
cataeco escribió: | A juzgar por lo expuesto por Carlos rod,
Se puede afirmar que Jesús amaba el templo?
A mi me parece que no tanto.......
¿Y a ustedes?
Saludos en Cristo. |
¿Cual es la actitud de Jesús ante el templo?
(No ante las personas que hacen mal uso de él) |
« ¿Cual es la actitud de Jesús ante el templo?
A lo que yo agregaría:
¿Cuál es la actitud de nosotros ante el templo?
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Mario Enrique Bruzzone escribió: | Pues bien, creo que la respuesta a ese interrogante cae por su propio peso.
Es decir, estimo que es una pregunta que tiene implícita la respuesta dentro de la aclaración que se ha efectuado.
Y lo pienso de esa forma, ya que es absurdo que alguien diga (o imagine) que Jesús efectuó un planteo “directo e inmediato” contra el templo “en sí mismo”, contra el templo “como tal” (interpretándolo como “casa de Dios”, “casa de oración”, o como ustedes prefieran llamarlo) sino que su actitud fue una crítica hacia quienes lo utilizaban en forma incorrecta, reprobación que el Cristo hizo, no sólo con esta acción ante los “mercaderes”, sino también a lo largo de toda su vida mediante distintas expresiones que podemos encontrar en los Evangelios. |
ya que es absurdo que alguien diga (o imagine) que Jesús efectuó un planteo “directo e inmediato” contra el templo “en sí mismo”,
Pues sí las hay: las sectas…
+ Las sectas se aprovechan de textos como este y el de la samaritana, el discurso de Esteban y por aquello de que “no quedara piedra sobre piedra”. Y todo para descalificar los templos cristianos católicos. Y con ello la celebración de la misa…
A lo que nosotros respondemos que los templos son templos porque nosotros nos reunimos ahí: “¿No saben que ustedes son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive con ustedes?” (1 Cor 3,16).
Y otras muchas respuestas, que no las menciono porque creo que usted, señor Mario, ya las conoce.
+ También podemos mencionar a católicos que ven con resentimiento al templo, descalificándolo como lugar de oración y de encuentro con el Padre.
+ Y no faltan las preguntas y dudas de las personas que empiezan a conocer su fe. Las cuales usted no tiene porque conoce estos temas.
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Mario Enrique Bruzzone escribió: | Y siendo eso TAN, pero TAAAAN obvio y evidente, considero necesario aclarar que no quiero decir por eso, que la intención de CarlosRod al consignar esa pregunta (y la respectiva aclaración) responda a una actitud “mal intencionada” de su parte, sino que simplemente lo hizo por ser algo que se viene repitiendo “desde siempre”. |
Pues esto resulto no ser “TAAAAN obvio y evidente,”. Y trae consigo muchas connotaciones, algunas difíciles de ver. Por lo que volvemos al contexto original.
CarlosRod escribió: | Que el templo de Jerusalén haya sido superado por Jesús, nadie lo discute...
pero...
cataeco escribió: | A juzgar por lo expuesto por Carlos rod,
Se puede afirmar que Jesús amaba el templo?
A mi me parece que no tanto.......
¿Y a ustedes?
Saludos en Cristo. |
¿Cual es la actitud de Jesús ante el templo?
(No ante las personas que hacen mal uso de él) |
Y las mejores respuestas que he visto son:
gunita-xaxa escribió: | Mi opinión:
¿No dijo Jesús algo así como que "no he venido a abolir la ley y los profetas, sino a a dar cumplimiento"?. Pues lo mismo pienso con el Templo, Jesús no iba a abolir el templo, sino a "transformarle".
El templo de Jerusalén era necesario para entender la nueva concepción de templo, (tanto en el sentido material, de edificio, como espiritual, de ser templos del Espíritu Santo). |
Maellus haereticorum escribió: | Cita: | A juzgar por lo expuesto por Carlos rod,
Se puede afirmar que Jesús amaba el templo?
A mi me parece que no tanto…....
¿Y a ustedes? |
Jesús amaba el Templo por una razón: Él mismo lo mandó a construir en el Antiguo Testamento, la gloria de la Trinidad entera llenó el templo el día de su consagración, y en ese templo, la Trinidad escuchaba a su pueblo, hasta que ocurrió la Encarnación del Verbo. |
_________________ Carlos Rodríguez |
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CarlosRod Constante
Registrado: 19 Feb 2006 Mensajes: 530 Ubicación: Michoacán, México
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Publicado:
Dom Oct 08, 2006 3:25 pm Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Hola Sitibundo,
Es un placer saludarlo. Ya no he podido entrar muy seguido por aquí por falta de tiempo.
Noté que mi respuesta puede tener algunas divergencias con su respuesta, y obviamente no quiero polemizar con usted, ya que lo conozco y respeto sus opiniones.
Espero que se encuentre bien y hasta pronto. _________________ Carlos Rodríguez |
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Sitibundo Asiduo
Registrado: 25 Dic 2005 Mensajes: 345
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Publicado:
Dom Oct 08, 2006 7:09 pm Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Muy querido Carlos Rod: te agradezco tus palabras y creo que nuestras diferencias se zanjan, si cambiamos la idea de Templo que a mi parecer nunca fue cristiana por la de iglesia, lugar donde se reúne la comunidad para rezar y adorar a Dios, pero se le quita, la idea de residencia de Dios, con los que se lo apropian (al templo) creen que pueden manejar a la divinidad, como un mayordomo puede manejar a su señor. En fin en este momento no tengo tiempo para ahondar en este asunto, pero concuerdo contigo en casi todo lo escribiste.
Saludos y mucho gusto en saber de ti. _________________ Quieren abnegar su Gracia |
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CarlosRod Constante
Registrado: 19 Feb 2006 Mensajes: 530 Ubicación: Michoacán, México
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Publicado:
Dom Oct 08, 2006 7:57 pm Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Me gustó el manejo de templo-Iglesia... lo tendré presente en mis discusiones con los hermanos separados... gracias Sitibundo. _________________ Carlos Rodríguez |
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Sitibundo Asiduo
Registrado: 25 Dic 2005 Mensajes: 345
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Publicado:
Dom Oct 08, 2006 9:16 pm Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Ahora con más calma puedo entrar mejor en el tema:
Carlos Rod escribió:
Las sectas se aprovechan de textos como este y el de la samaritana, el discurso de Esteban y por aquello de que “no quedara piedra sobre piedra”. Y todo para descalificar los templos cristianos católicos. Y con ello la celebración de la misa…
Yo te voy a decir que nunca fui al templo, siempre fui a la Iglesia, de hecho no conozco templos católicos, hasta los más grandes edificios como catedrales o basílicas son iglesias, la iglesia catedral fulana, o simplemente la basílica de tal.
Y por ser precisamente católicos no podríamos tener un Templo al estilo del de Salomón, tú, Carlos, que conoces las características fundamentales del Templo de Israel, verás que ninguno de los requisitos medulares los cumple la Basílica de san Pedro o la catedral de san Juan de Letrán.
Por otro lado la iglesia es la reunión de un grupo humano consciente de ser parte del cuerpo extenso de Cristo. De que Cristo es su caudillo y que todos están llamados a ser verdaderos Cristos. La cohesión de esta iglesia está basada en el amor irrestricto a todos sus miembros y de allí se irradia a toda la humanidad.
Además la promesa de "cuando dos o tres de ustedes estén reunidos en mi nombre yo estaré con ustedes".
Iglesia también es por lo tanto el lugar donde los cristianos se reunen a rezar, a adorar a Dios, a pedir beneficios y sobre todo a realizar la santa misa, que es el compendio perfecto de nuestra fe.
A Dios lo llevamos dentro, lo comunicamos y Jesús por propia promesa está con nosotros.
Recuerdo de pequeño cuando iba a mis clases de catecismo:
¿Dónde está Dios?
En el cielo, en la tierra y en todo lugar.
¿Y cómo está Dios?
En Esencia, presencia y potencia.
Para los judíos, el Templo era la verdadera residencia de Dios y creo que con la expulsión de los mercaderes Nuestro Señor Jesucristo vino a liberar a Dios y colocarlo en todas partes.
Saludos. _________________ Quieren abnegar su Gracia |
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Mario Enrique Bruzzone Asiduo
Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 246 Ubicación: Argentina - Sierra de La Ventana
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Publicado:
Sab Oct 14, 2006 8:33 am Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Estimados hermanos Sitibundo y CarlosRod
Ante todo debo decirles, que aún cuando me parece que mi pensamiento tiene mayor proximidad con el de Sitibundo, interpreto que en rigor de verdad, salvo el tema del momento en que se produjo la expulsión de los mercaderes del templo, la totalidad de lo que ustedes plantean aquí tendría mayor relación con algo que Cataeco intentó señalar, y que trajo a nuestra consideración en el epígrafe que abrió con el título “El templo de Jerusalén, ¿era el templo de Jesús?” (o algo parecido, aunque ni sé en que página habrá quedado ese epígrafe) y no con esto que analizamos aquí.
Y aún cuando dentro de mis posibilidades trataré de responder las cuestiones que ustedes han indicado, me veo en la obligación de insistir en mi postura con respecto a que, LO ESENCIAL del episodio de los mercaderes es el hecho de que es IMPRESCINDIBLE ENTENDER que siempre se lo ha tomado, NO como una “ENSEÑANZA DE CARÁCTER PERMANENTE” (y que por ende, constituye algo perfectamente aplicable a la actualidad) sino enfocándolo como algo “detenido en el tiempo” (obvio que es una forma de decir) y que, por consiguiente, siendo así, no es “utilizable” en nuestra vida cotidiana.
Y creo que ESO es lo realmente importante de este epígrafe, ya que a raíz de esa forma en que se lo ha enfocado, cualquier crítica o planteo que se pueda realizar en la actualidad, con relación a lo que denominaría la “economicidad” del templo (o de las iglesias, si prefieren llamarlas de ese modo) es decir, con referencia a todo lo que hace al “uso” de los aspectos económicos con respecto al culto, invariablemente es tomado como un “ataque” puro y directo a la Iglesia (escrito así, con mayúsculas) motivo por el cual no se admite que se lo haga, ni siquiera a título de un simple comentario.
Por consiguiente, creo que ES ALLÍ donde deberíamos centrar nuestro razonar, ya que indudablemente DENTRO DEL CATOLICISMO (que es en donde a mí me interesa, y no con respecto a lo que pueda ocurrir en cualquier Iglesia Reformada, secta o lo que fuese) es donde ocurre esa interpretación sumamente parcializada, la cual, por supuesto, estimo que constituye algo completamente equivocado.
Sin embargo, como evidentemente ustedes han dirigido su atención y comentarios hacia aspectos muy diferentes, trataré de respondérselos, al menos para no quedar como un “mal educado”, aunque los invito a reflexionar si no convendría que varios de los temas a los que ustedes han aludido los tratemos dentro de ese epígrafe que abrió Cataeco y al cual me referí antes.
Y mientras tanto, procurando aunque más no sea ordenar someramente los puntos que han mencionado, me referiré ahora sólo a uno de los temas que mencionó Sitibundo, el relacionado con LA ÉPOCA en la que pudo haber realizado Jesús, esa famosa expulsión de los mercaderes.
Con relación a esa cuestión, Sitibundo insiste en afirmar que lo fue en el inicio de lo que llamamos la Semana Santa, es decir, al final de la vida de Jesús, y lo primero que debo decirle al respecto, es que él insiste en su postura, pero que lo hace sin efectuar comentario alguno intentando rebatir lo que yo indiqué, con respecto a que —si hubiese sido realmente en esa fecha— me parece indudable que Jesús hubiese sido una persona “requeteconocida” por los guardianes del templo, y que, por consiguiente, habría sino completamente innecesaria la “traición” de Judas, con la “señalización” a través del beso identificatorio que les suministró en el Monte de los Olivos.
Pero bueno, dado que insiste en su postura sin hacer ninguna aclaración sobre ese tema (que, insisto, para mí es por demás evidente) le diré algo más al respecto.
1º) Creo que es bien conocido por todos nosotros, el hecho de que el Evangelio de Juan (desde el punto de vista cronológico en cuanto a su redacción) fue el último de los cuatro que la Iglesia reconoce como “canónicos”, y también que es bastante aceptado por todos los “biblistas”, que Juan conocía perfectamente la existencia de los otros Evangelios, de los Sinópticos.
Pues bien, siendo así, y salvo que pensemos que hubiese querido tergiversar conscientemente la realidad, lo lógico es pensar, que si colocó ese hecho al inicio de la vida pública del Señor (y no al final de la misma, como lo hacen los Sinópticos) debe haber sido por alguna razón muy valedera, ya que como el objeto de la redacción de su Evangelio era “probar” la condición mesiánica de Jesús (que en la época en la que Juan lo redactó había entrado en crisis, ante la demora del “regreso triunfal” de Jesús para restaurar el Reino de Israel, hecho que todos habían esperado como inminente, a punto tal de que muchos esperaban estar vivos cuando eso ocurriese) la lógica indica que no habría corrido el riesgo de cometer un “error” tan evidente.
Y no lo habría hecho, por la sencilla razón de que eso hubiese podido significar, que los eventuales lectores de su Evangelio, al advertir “tan claro error”, podían rechazar incluso aquello que él procuraba acreditar, es decir, la condición mesiánica de Jesús, motivo por el cual me parece obvio que no habría corrido ningún riesgo colocando cosas que pudiese implicar algún problema para que se aceptase esa postura.
2º) También debemos pensar que, si aceptáramos la teoría de los Sinópticos, deberíamos también asumir que los muy extensos discursos y disputas que se relatan en los Evangelios de Marcos y Mateo debieron ocurrir entre esa expulsión de los mercaderes y su muerte en la cruz (Mt.21,12 a 26.1 y Mc.11,15 a 14,1).
Pues bien, me parece muy difícil que hubiese sucedido de esa forma ya que, en primer lugar no cabe duda alguna de que para esa época los jerarcas judíos tenían ya resuelta la muerte del Señor, decisión que según lo explica claramente el Evangelio de Juan, habían adoptado inmediatamente después de la resurrección de Lázaro (Jn.11,44-53) motivo por el cual me parece ilógico que se generasen entre ellos esas discusiones. Incluso, el mismo Evangelio de Juan señala, que a partir de ese momento en que habían resuelto que “convenía que muriese uno sólo”, Jesús ya no andaba ya en público entre los judíos (Jn.11,44,54) razón por la cual resulta más ilógico aún pensar que se hubiesen podido desarrollar en esa época.
Y en segundo lugar, aún si admitiésemos esa cronología de los sinópticos, y por ende la existencia de todos esos discursos y discusiones, vemos que en ellas Jesús menciona expresamente que existía la resurrección de los muertos (Mc.12,18-27) motivo por el cual se me ocurre pensar, que los fariseos que la aceptaban, y que eran quienes mantenían una antigua discusión con los saduceos por tal motivo, hubiesen elevado alguna opinión a favor de Jesús, ya que su opinión apuntalaba mucho su postura.
Sin embargo vemos que no fue así, por lo cual creo que cuando ocurrieron los hechos que terminaron con la ejecución de Jesús en la Cruz (la Semana Santa) ya había transcurrido bastante tiempo de esa discusión, y que ese aspecto que favorecía la postura de los fariseos había “pasado a la historia” en su recuerdo.
3º) Con respecto a la mención de Sitibundo, diciendo que su postura con respecto a que la expulsión ocurrió en el inicio de la Semana Santa la basa en la afirmación de Jesús (y transcribo textualmente lo que él expresa) «Lo que para mí es decisivo para fechar el episodio en la semana de la muerte de Jesús: Es que las palabras citadas en (Jn 2, 19) “Destruyan el templo y yo lo levantaré en tres días” fueron citadas en el proceso como se lee en (Mt 26, 61) y en (Mc 14, 56)» diré lo siguiente.
Me parece que su postura carece de un fundamento sólido, ya que en la noche que transcurre entre el “jueves y viernes santos”, pese a lo que mencionan los Sinópticos NO EXISTIÓ NINGÚN PROCESO ANTE EL SANEDRIN PARA DECIDIR SU MUERTE, motivo por el cual es imposible que el Señor hubiese pronunciado allí esas palabras.
Y lo pienso de esa forma, en primer lugar por que el Evangelio de Juan NO MENCIONA LA EXISTENCIA DE JUICIO ALGUNO, sino que sólo habla de un interrogatorio ante Anás y Caifás, y no debemos olvidar que en ese mismo Evangelio claramente se señala que únicamente fueron Pedro y “el discípulo amado” (a quien la Tradición reconoce desde siempre como el propio Juan) quienes acompañaron a Jesús.
Por ende, no cabe duda alguna de que ellos fueron los ÚNICOS TESTIGOS DIRECTOS de lo que ocurrió esa noche y, dado que Pedro jamás hizo relato alguno sobre esos hechos, creo que debemos quedarnos con la narración de Juan.
Y siendo así, no cabe otra cosa que concluir que NO EXISTIÓ PROCESO ALGUNO.
Y en segundo lugar, y esto tal vez sea más importante aún, por cuanto la legislación hebrea prohibía expresamente que se dictase una condena a muerte sin posibilidad de apelación, y dado que según el relato de los Sinópticos, la que se habría dictado contra Jesús habría ocurrido la noche entre el jueves y el viernes, el inicio del Sabbath tornaba imposible esa apelación.
Además —y como una acotación al margen— creo incluso que también estaba prohibido realizar juicios nocturnos, pero como esto no puedo aseverarlo ya que es sólo una “impresión” de haberlo leído en algún lado, lo consigno simplemente, pero lo considero sin tanta importancia.
Y les aclaro que estoy absolutamente convencido de que ÉSA ES LA RAZÓN por la cual las autoridades judías mencionan «nosotros no podemos dar muerte a nadie», es decir que esas famosas palabras —tantas veces repetidas— las dijeron, por el simple hecho de que Jesús NO HABÍA SIDO CONDENADO A MUERTE CONFORME LA LEY HEBREA, motivo por el cual, como a raíz del “ingreso triunfal” se incrementó su temor de que la población lo siguiese masivamente, modificaron su postura inicial de no matarlo durante las fiestas pascuales, y para poder “sacarse el problema de encima” en forma inmediata se vieron “obligados” a recurrir a Pilato quien, como jefe militar romano de un territorio dominado podía aplicarla sumariamente, “manu militari”, sin posibilidad de que exista discusión alguna, y además lograrían que esa ejecución se realizase en la cruz y no por lapidación como establecía la ley mosaica, motivo con lo cual conseguían también que la figura del Señor quedase “dibujada” en todo el ámbito del Imperio como la de un delincuente, razón por la cual los judíos de la Diáspora recelarían de cualquier cosa que se relacionase con Él y sus enseñanzas.
Es decir que yo no creo en eso que siempre se ha mencionado, con respecto a que los romanos se reservaban “en exclusividad” la posibilidad de aplicar la muerte como sanción.
Y no lo creo por la sencilla razón de que, por lo menos hasta donde yo se, JAMÁS se ha encontrado NINGÚN DOCUMENTO ROMANO —y no sólo en la Palestina sino en todo el ámbito del Imperio— que contenga una disposición de ese tipo.
Y esto se los aclaro, no sólo con respecto a lo que podríamos denominar los “estudios bíblicos” que pude haber realizado, sino que tampoco he sabido de la existencia de nada por el estilo cuando tuve que dedicarle “algún tiempo” al estudio del Derecho Romano, en la época en que cursaba mis estudios de abogacía.
Y que todos los profesores a quienes consulté sobre ese particular, me ratificaron la inexistencia de documento alguno que estableciese semejante “exclusividad”, es decir que todos han dicho exactamente lo mismo.
Y por tales motivos debo decirles que, SALVO QUE ALGUIEN PUEDA MENCIONAR (y bien concretamente por cierto) LA EXISTENCIA DE UN DOCUMENTO OFICIAL ROMANO, QUE SEÑALE ESA “EXCLUSIVIDAD” EN LA APLICACIÓN DE LA PENA DE MUERTE, yo seguiré sosteniendo que esa disposición JAMÁS EXISTIÓ EN EL DERECHO ROMANO y, por ende, que el motivo por el cual las autoridades judías no podían dar muerte a Jesús, era por la simple y sencilla razón de que no había existido ningún proceso en el que su hubiese dictado una sentencia condenándolo a muerte.
4º) Para comprender las razones que llevaron a las autoridades del templo a no reaccionar con mayor violencia ante esa acción de Jesús, basta con tener en cuenta que la inmensa mayoría de los hebreos TAMBIÉN ESTABAN MUY DISCONFORMES con lo que acontecía en derredor del templo.
Y para tratar de explicar eso debemos mencionar dos aspectos.
a) No cabe duda alguna de que las jerarquías religiosas del templo, estaban muy cuestionadas por muchos israelitas —entre ellos los esenios— ya que las consideraban ilegítimas puesto que no habían sido designados en esos cargos (Sumos Sacerdotes, etc.) conforme lo establecía la ley y la tradición mosaica, sino que habían sido “puestas” (o mejor dicho “impuestas”) por las autoridades griegas y romanas de “ocupación”.
b) Pero además existe otra cuestión que —al menos en mi opinión— es sin duda alguna mucho más importante aún, y es que la generalidad de la población NO VEÍA con buenos ojos la “comercialización” que se había generado en derredor del templo.
Y para aclarar un poco ese aspecto, debemos hacer memoria sobre la forma como “funcionaba” el templo en aquellas épocas.
Ante todo hay que recordar, que los templos (o iglesias) que nosotros estamos acostumbrados a ver, “ni por las tapas” se asemejan al templo de Jerusalén, sino que éste era una verdadera ciudadela amurallada.
Y lo que tampoco debemos olvidar jamás, es el hecho de que conforme lo establecido en la Torá, el templo de Jerusalén era el ÚNICO lugar en donde se podían ofrecer “válidamente” los sacrificios a Yahve, los cuales consistían fundamentalmente en la inmolación de corderos y terneros.
Pues bien, resulta obvio que la inmensa mayoría de los israelitas que no vivían en Jerusalén y sus alrededores, debían trasladarse hasta allí para poder realizar esos sacrificios (que estaban “obligados” a ofrecer conforme las disposiciones de la Torá, fundamentalmente del Levítico) y como les resultaba imposible llevar sus propios animales (muchos debían trasladarse centenares de kilómetros para hacerlo) por lo cual se encontraban “obligados” a tener que comprarlos en las cercanías de Jerusalén. Y que, para “asegurarse” que los animales que debían sacrificar iban a ser aceptados para tal misión por los levitas (servidores de los saduceos) es decir, que fueran animales que no tuviese ningún “defecto”, lo más práctico es que optasen por adquirirlos DENTRO DEL TEMPLO (en el primero de los atrios, o patios que existían en él, el denominado “atrio de los gentiles”) lugar donde se ubicaban quienes (obviamente con el beneplácito de las autoridades del templo) los vendían, es decir, los famosos “mercaderes” que, según cuentan “las malas lenguas”, en realidad eran simples testaferros de los propios saduceos, quienes eran los verdaderos propietarios de los rebaños que había en derredor de Jerusalén.
Por supuesto ustedes me podrán decir que en el templo se los vendían muy baratos.
Y si ese es vuestro deseo pueden creerlo de esa forma.
Yo, por el contrario, como soy “muy mal pensado”, y como también conozco aquello que suele llamarse “la ley de la oferta y la demanda” sinceramente NO LO CREO.
Pero no piensen que terminaba allí la cosa, sino que ADEMÁS, como en el templo se aceptaba un único tipo de moneda (si mal no recuerdo, la llamada libra siria) cualquiera que llegase a Jerusalén desde otros lugares, para poder adquirir esos corderos —“aptos para el sacrificio”— debía también previamente CAMBIAR el dinero que cada uno de ellos traía, y que era el que utilizaban en los respectivos lugares donde vivían habitualmente.
Nuevamente aquí pueden pensar que les daban el cambio “justo” ..... y demás está decirles que yo TAMBIÉN DUDO MUCHO QUE FUESE ASÍ.
Les aclaro que sobre todo este problema, que es bastante complejo por cierto, he dedicado “algunos instantes de mi vida” a estudiar y a meditar sobre ese asunto, y que hasta he redactado algunas páginas tratando de desarrollarlo un poco mejor, aspecto que se los comento con el simple objetivo de que comprendan que no es algo que escribo sólo aquí, como un simple intento de rebatir la postura de Sitibundo.
Y a raíz de todo eso es que estoy absolutamente convencido, de que la causa por la cual NO EXISTIÓ REACCIÓN de las autoridades del templo (cuando al “inicio” de su vida pública Jesús expulsó con un látigo a los mercaderes) consiste en el simple hecho de que eran perfectamente conscientes de que la población compartía plenamente ese accionar que realizó Jesús, y que si se hubiesen atrevido a arrestarlo en ese momento, se habría producido un tumulto de proporciones mucho más grandes que el que aconteció con la simple expulsión que llevó a cabo el Señor.
Bien, creo que ya he hablado (mejor dicho escrito) demasiado, y por tal motivo me despido de ustedes (al menos por ahora) rogándoles tengan a bien analizar la posibilidad de “trasladar” el resto de los puntos que ustedes comentaron a ese otro epígrafe que les mencioné antes (todo aquello relacionado con el posible “rechazo” del templo por parte de Jesús, e incluso el eventual aprovechamiento que en forma “malintencionada” se pudiese hacer de tal hecho) aunque desde ya les aclaro, que si no desean hacerlo, continuaremos en este epígrafe y próximamente les señalaré mi opinión sobre esos puntos.
Reciban mis cordiales saludos.
MARANA-THA
Mario |
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Mario Enrique Bruzzone Asiduo
Registrado: 03 Oct 2005 Mensajes: 246 Ubicación: Argentina - Sierra de La Ventana
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Publicado:
Lun Oct 30, 2006 5:58 am Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Como ni Sitibundo ni CarlosRod me contestaron, es obvio que no desean trasladar el tema al epígrafe que inició hace algún tiempo Cataeco. Y a raíz de esa circunstancia, trataré de responder muy sucintamente aquí a lo que han expresado.
CarlosRod menciona que su “defensa” del templo la realiza, procurando contrarrestar (o al menos “desdibujar”) el accionar de las sectas o grupos pertenecientes a Iglesias Reformadas. Y lo haría, por cuanto interpreta que cuando realizan un “ataque” al templo católico (o a las iglesias, para seguir con la terminología de Sitibundo) están también acometiendo contra la celebración de la Misa.
Pues bien; creo que no debemos olvidar que para el cristianismo primitivo no existía esa concepción, ya que “acudían al templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas ....” (Hech.2,46) es decir, que lo que nosotros consideramos como la “celebración de la Misa” no se la realizaba en el templo, sino en las casas particulares (comunes y corrientes) de los cristianos.
Sin embargo, resulta obvio que los Apóstoles continuaban concurriendo al templo, lo cual implica claramente que no hicieron una ruptura total y completa con él, situación que también resulta evidente si tenemos en cuenta que los apóstoles no sufrieron la primera persecución que se relata en el Libro de Los Hechos, luego del martirio de Esteban.
Y en ese sentido creo que lo hacían por cuanto se mostraban “respetuosos” con el templo (y con los saduceos, que eran los grandes jefes del templo y los aristócratas civiles) cosa que interpreto que hacían ya que esperaban que, con el regreso triunfante e “inminente” de Jesús (no olvidemos que muchos esperaban estar vivos cuando eso ocurriese) el Señor los pondría a ellos en el lugar de los saduceos y demás integrantes del “elenco estable del templo”.
Pero como eso no ocurrió, sino que se produjo la destrucción del templo y de Jerusalén, todo el cristianismo se refugia Y FORTALECE —incluso dentro de las persecuciones— en una acción alejada de todo lo que hasta ese momento había rodeado al templo.
Sin embargo, años mas tarde, cuando Constantino “cristianiza” al Imperio Romano, aunque en mi opinión, lo único que hizo fue aprovecharse del crecimiento del cristianismo (con una estructura religiosa única que abarcaba a todos los territorios bajo su dominio) para lograr de esa forma fortalecer su poder temporal, la Iglesia —el cristianismo, ya que en esa época era uno sólo— se “enanca” en el poder de Roma y comienza un fenómeno realmente “interesante” (por decirlo de algún modo, aunque yo diría mejor “lamentable”).
Por un lado logra un rápido crecimiento (que a veces hasta se lo ha llamado milagroso, aunque sin duda alguna, más que un fenómeno de naturaleza espiritual, derivado de un convencimiento religioso íntimo y profundo, tuvo un alto contenido de lo que hoy llamaríamos accionar político) y simultáneamente un paulatino decaimiento del verdadero sentido de humildad y hermandad que tenía en su origen.
Y en ese último sentido es donde coincido con el pensamiento de Sitibundo, ya que la cristiandad retorna a los cánones de sujeción a “un lugar determinado” para ofrecer el culto y la alabanza al Padre, si bien ya no lo hizo atada al concepto hebreo de “exclusividad” en un sólo templo —el de Jerusalén— sino que admite la existencia de muchos sitios donde realizar esos actos de culto (muchas veces los templos cristianos ocuparon los mismos sitios donde hasta ese momento habían estado los paganos, que eran demolidos por las tropas imperiales) lo cual fue un hecho que comenzó a generar simultáneamente un paulatino proceso de “enriquecimiento” económico y de crecimiento de un poder temporal, en derredor de esos lugares a los que hoy conocemos como templos, iglesias o como prefieran ustedes llamarlos.
Como verán, no creo que todo eso tenga mucha relación con la expulsión de los mercaderes del templo, salvo, tal vez, en lo que hace a ese aspecto que les mencioné, el referido a la utilización de los nuevos templos (o iglesias cristianas) también con un “cierto“ carácter comercial.
Reciban mis saludos
MARANA-THA
Mario |
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CarlosRod Constante
Registrado: 19 Feb 2006 Mensajes: 530 Ubicación: Michoacán, México
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Publicado:
Mar Oct 31, 2006 4:40 am Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Mario Enrique Bruzzone escribió: | Estimados hermanos Sitibundo y CarlosRod
Ante todo debo decirles, que aún cuando me parece que mi pensamiento tiene mayor proximidad con el de Sitibundo, interpreto que en rigor de verdad, salvo el tema del momento en que se produjo la expulsión de los mercaderes del templo, la totalidad de lo que ustedes plantean aquí tendría mayor relación con algo que Cataeco intentó señalar, y que trajo a nuestra consideración en el epígrafe que abrió con el título “El templo de Jerusalén, ¿era el templo de Jesús?” (o algo parecido, aunque ni sé en que página habrá quedado ese epígrafe) y no con esto que analizamos aquí. |
Mario Enrique Bruzzone escribió: | Como ni Sitibundo ni CarlosRod me contestaron, es obvio que no desean trasladar el tema al epígrafe que inició hace algún tiempo Cataeco. Y a raíz de esa circunstancia, trataré de responder muy sucintamente aquí a lo que han expresado. |
Si veo a Cataeco, le digo que por aquí lo buscan...
Cita: | "CarlosRod menciona que su “defensa” del templo la realiza, ..." |
La realizo , como ya lo explique, en base a que yo creo que Jesús amaba al templo... y si Jesús purificó el templo es por que lo concideraba la "casa de mi Padre", y que para nosotros, los cristianos, el nuevo santuario del Padre es Jesús mismo...
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¿Cual es la relación de Jesús con el templo?
Cita: | II Jesús y el Templo
583 Como los profetas anteriores a él, Jesús profesó el más profundo respeto al Templo de Jerusalén. Fue presentado en él por José y María cuarenta días después de su nacimiento (Lc. 2, 22-39). A la edad de doce años, decidió quedarse en el Templo para recordar a sus padres que se debía a los asuntos de su Padre (cf. Lc 2, 46-49). Durante su vida oculta, subió allí todos los años al menos con ocasión de la Pascua (cf. Lc 2, 41); su ministerio público estuvo jalonado por sus peregrinaciones a Jerusalén con motivo de las grandes fiestas judías (cf. Jn 2, 13-14; 5, 1. 14; 7, 1. 10. 14; 8, 2; 10, 22-23).
584 Jesús subió al Templo como al lugar privilegiado para el encuentro con Dios. El Templo era para él la casa de su Padre, una casa de oración, y se indigna porque el atrio exterior se haya convertido en un mercado (Mt 21, 13). Si expulsa a los mercaderes del Templo es por celo hacia las cosas de su Padre: "no hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado. Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: 'El celo por tu Casa me devorará' (Sal 69, 10)" (Jn 2, 16-17). Después de su Resurrección, los Apóstoles mantuvieron un respeto religioso hacia el Templo (cf. Hch 2, 46; 3, 1; 5, 20. 21; etc.).
585 Jesús anunció, no obstante, en el umbral de su Pasión, la ruina de ese espléndido edificio del cual no quedará piedra sobre piedra (cf. Mt 24, 1-2). Hay aquí un anuncio de una señal de los últimos tiempos que se van a abrir con su propia Pascua (cf. Mt 24, 3; Lc 13, 35). Pero esta profecía pudo ser deformada por falsos testigos en su interrogatorio en casa del sumo sacerdote (cf. Mc 14, 57-5 y serle reprochada como injuriosa cuando estaba clavado en la cruz (cf. Mt 27, 39-40).
586 Lejos de haber sido hostil al Templo (cf. Mt 8, 4; 23, 21; Lc 17, 14; Jn 4, 22) donde expuso lo esencial de su enseñanza (cf. Jn 18, 20), Jesús quiso pagar el impuesto del Templo asociándose con Pedro (cf. Mt 17, 24-27), a quien acababa de poner como fundamento de su futura Iglesia (cf. Mt 16, 1 . Aún más, se identificó con el Templo presentándose como la morada definitiva de Dios entre los hombres (cf. Jn 2, 21; Mt 12, 6). Por eso su muerte corporal (cf. Jn 2, 18-22) anuncia la destrucción del Templo que señalará la entrada en una nueva edad de la historia de la salvación:"Llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre"(Jn 4, 21; cf. Jn 4, 23-24; Mt 27, 51; Hb 9, 11; Ap 21, 22).
C. I. C. |
_________________ Carlos Rodríguez |
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David Quiroa Veterano
Registrado: 26 Oct 2006 Mensajes: 2901
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Publicado:
Mar Oct 31, 2006 4:35 pm Asunto:
Tema: expulsión de los mercaderes |
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Un punto adicional para reflexionar.
Según todo lo que se ha dicho, Jesús hizo tamaña avería en el lugar más importante de la ciudad durante toda la tarde y después se fue tan tranquilo.
Mi papá siempre me señalaba: "¿Se imagina la fuerza, la personalidad y el don de liderazgo de este Hombre, para poder hacer eso y que nadie se lo impida?"
A lo cual yo añado: ¿Por qué no se lo impidió la fuerza pública... los mismos que más tarde lo apresaron y llevaron ante Pilatos?
Contextualizo con una de mis citas favoritas: "El fue igual a nosotros en todo, menos en el pecado".
De donde concluyo: Todo lo que hizo en esa tarde era correcto, incluso según la Ley de Moisés, y los judíos lo sabían, por eso no pudieron impedírselo ni acusarlo de nada.
¿No les parece sorprendente? |
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