Caidas y recaidas

[LauraRazo]

Hace mucho que no lo leía Omar.
Bienvenido nuevamente. Y mucho ánimo que el Señor esta contigo.

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"Bendito Seas Por Siempre Señor"

[Omar_Perú]

El se veía pequeñito, era la primera vez que entraba a esta parróquia, estaba un poco nervioso, aunque contento. Oimos la misa en silencio, quizá había muchas cosas que no comprendía ¿y eso que importa? lo importante es que algo en su corazón le había traido hasta aquí y él había obedecido.

Fueron dos meses de fracaso tras fracaso, de traición, de desesperación, aunque también meses pujanza y fortaleza, se había percatado que por más que los días fueran difíciles, providencialmente al último momento algo le salvaba el estómago, y salía algún pequeño trabajo y así podía lograr una pequeña ganancia para llevar a su hogar.

Yo lo vi en varias ocasiones repartiendo papeles en las calles, supe también que limpiaba casas y oficinas, que hacía de guardían, y que muchas mañanas rondaba por la puerta del trabajo para saber si su situación había cambiado y lo habían devuelto su puesto de trabajo.

Fue este viernes cuando lo vi caminando sobre el cesped, con el pensamiento sumido en la preocupación, yo precisamente estaba yendo hacia la Parroquia de Nuestra Señora de la Reconciliación, lo vi e inmediatamente corrí a su encuentro. Cuando lo alcancé hablamos un poco, antes que yo lo invitara a ir a la Parroquia, fue él quien me preguntó si estaba yendo para allá y que si me podía acompañar...

Cuando terminó la misa, lo llevé hacia la imagen de Nuestra Señora de la Reconciliación, hacia la misma imagen donde yo hace unos meses me quedara cautivado! Lo presenté a Nuestra Madre y a él le repetí lo mismo que S... me dijo aquella vez: ahí está tu Madre... y retrocedí lentamente.

Noté claramente la mirada Nuestra Señora, como se posaba fijamente en su pequeño hijo, como los ojos de la Madre se iluminaron con un brillo cada vez más intenso, y a él cada vez pequeño, más pequeño, contándole a su Madre todas sus desdichas... Quizá pasaron 10 o 15 minutos así...

Luego lo llevé al Santísimo, y le enseñé a como ingresar en silencio y hacer la reverencia, todo lo aprendía con el mayor respeto y sin cuestionar nada, aceptando todo el caudal de amor que Dios tiene reservado solo para las almas más humildes.

Luego nos sentamos al lado de la pileta, frente a Nuestra Señora, le conté que aquel era mi lugar favorito en el mundo, y que también podría ser el suyo, le conté como lo había visto Nuestra Madre, con qué cariño no le quitaba la mirada de encima. El se sentía conmovido y lo comprendo muy bien.

Ya al retirarnos, nos encontramos con dos Señoras de la Hermandad y nos invitaron a tomar café con ellas, nos reimos bastante juntos y ellas que son tan cordiales, le invitaron a regresar siempre... En verdad, aquella parroquia está rebozante de la presencia Divina, la Presencia de Dios es evidente, es un remanso de paz para el alma del atribulado... Le aconsejamos seguir adelante, que ya no importaba tanto el trabajo perdido, sino, lo importante era que por más que las cosas le salieran mal, Dios siempre le estaría cuidando, tal como había sucedido hasta ahora.

Luego fuimos a comer una empanadita y nos despedimos.

Hasta hoy, que ingresó a mi oficina en horas de la mañana, bien vestido, con el pelo mojado y peinadito, para abrazarme y decirme que desde hoy está de nuevo trabajando. Por supuesto que no le pregunté qué es lo que había pasado ¡Por que aquí todos sabemos qué había sucedido!!!

Y él me dijo, vendré hoy a las cuatro, para ir juntos a la Parróquia, para agradecerle a Nuestra Madre querida!
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Abrazos,

Omar

[Omar_Perú]

Lo esperé hasta las 5 y 15 y no llegó. Así que me fuí a casa. Pero antes de llegar se me ocurrió una idea inesperada: Pasé por el supermercado y me aprovisioné de leche achocolatada, panes calientitos y unos bocadillos... Con esta provisión llegué a casa, llamé a mis sobrinos (son tres) y los invité a ver una película, accedieron alegremente, la película que elegimos fue una muy antigua, llamada: "Marcelino, Pan y Vino".

Al principio les llamó la atención ver una película en blanco y negro, y eschuchar los diálogos con acento español, pero eso fue algo que superaron rápidamente, porque las imágenes me permitieron explicarles acerca de la pobreza de los Franciscanos, y también de los valores como la soidaridad, la amistad, el respeto hacia los sacerdotes; y ellos a su vez repreguntaban y se mostraban cada vez más interesados.

El punto máximo se alcanzó cuando Marcelino le alcanza un pan a Cristo crucificado y luego Cristo recibe el pan... Un momento de emotividad máxima. Los niños preguntaban si ellos también podían ver a Dios, si también podían ser amigos de Dios! Yo les dije: claro que si, esa es justamente la idea, todos ustedes ya son amigos de Dios! Y ellos se sintieron aún más contentos.

Cuando terminó la película, expresiones como "qué bonito es Dios" "quiero conocerlo" "dónde puedo encontrarlo?" y muchas más preguntas salían de los labios emocionados de los niños. Entonces antes de que pierdan la emoción les dije apúrense, porque estamos en el tiempo justo, vamos a ir a la Casa de Dios! Ellos estaban emocionadísimos y corrimos hacia la calle buscando el primer taxi.

Fuimos hasta la Iglesia, y allí estaba empezando la misa de las 7 y 30, escucharon misa y todo el tiempo preguntaron, les hablé del Santísimo, de la Hostia Consagrada que es Dios mismo, y ya querían participar del Banquete de la Eucaristía!

Nos quedamos hasta el final, cantando, les presenté a Nuestra Señora, y luego fuimos a despedirnos del Sacerdote.

De esta manera, Nuestro Señor, me muestra su amor y su alegría, ahora en mi propia casa, he sido testigo de muchos milagros, podría escribir detalladamente acerca de cada unos de ellos...

De pronto apareces nuevamente Señor, radiante, con la sonrisa más bella, y me encargas a mi, un miserable pecador, la honrosa misión de llevar tu palabra por el mundo, porque sabes que te amo, y que me interesa cada día menos la opinión que las personas tengan de mi, sino me importa solamente poder alcanzar la gracia inmensa de serte fiel, cosa que muchas veces no logro, porque me veo aplastado y precedido por mis horribles pecados.

Pero Tú Señor, que eres todo Misericordia, lávame de mi pecado, levántame del fango en que me arrastro, y con tu preciosa sangre que ha vencido al pecado, embriaga de alegría mi espíritu, da rienda suelta a la alegría de ser amigo tuyo, de que me encuentres cada día en todas mis ocupaciones, que tomes las riendas de mi vida y hagas con ella lo que quieras, y que tu alegría se convierta en mi alegría.

Gracias Señor por ser tan bueno conmigo.
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Abrazos,

Omar

[Omar_Perú]

Estuvo en una entrevista psicológica hasta las 7 pm, pero hoy si podrá ir.
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Abrazos,

Omar

[Omar_Perú]

Liberaron a A...

Durante el tiempo de mi prisión tuve un amigo, su nombre completo era como una predisposición al amor de Dios, de contextura fuerte, vivos ojos verdes y sonrisa indeleble.

Llegó con una Biblia, a mi me advirtieron: eh aquí llega un fariseo, duro con él... Para esos día yo ocupaba un rango mayor, algo así como carcelero. Lo tuve en observación un buen tiempo y me di cuenta que tenía una respuesta para todo.

Un día me acerqué a él, le conversé un poco y lo saqué de sus casillas, era incapaz de obedecer una simple indicación, ya no recuerdo claramente el incidente, pero marcó el comienzo de una lucha intensa contra él.

Yo lo despertaba de sus siesta y lo castigaba haciendolo mirar una pared mientras yo por detrás iba burlándome del enorme odio que lo hacia sentir por mi y la impotencia de no poder defenderse ni argumentar nada... Otros en cambio lo molestaban diciendole fariseo, e insultándolo en su fe.

A mi me molestaba mucho que no quisiera limpiar los baños, o trapear el piso, tal como lo habíamos hecho todos cuando fuimos nuevos. Y como era el protegido de un "carcelero" no interno, mayor en ese sórdido sistema, no podía obligarlo, sino que se burlaba de mi al no hacer nada de lo que yo le ordenaba.

En fin, hasta que un mal día, intentó fugarse, y sus propios protectores lo atropellaron con un carro, para evitar que escape, dislocándole una pierna, luego lo trajeron a nosotros con la consigna de que lo golpearamos. Es dificil de creer como el ser humano en cautiverio pierde su condición racional y se convierte como en una especie de perro de manada, sobre todo cuando la ley que impera es el miedo, y la fortaleza consiste en atacar primero para ser temido...

Lo arrastramos por la tierra, le dimos patadas y puñetes por todo el cuerpo, sacamos una manguera y lo mojamos en la cara, sin dejarlo respirar y luego lo arrastramos sobre el barro, ante todo esto él en lugar de defenderse nos pedía "perdón hermanos" y el mismo se golpeaba, y él mismo se revolcaba en el fango, yo que soy sumamente cruel a pesar de mi contextura delgada y de tipo intelectual, tomé un poco de tierra fina y mandé a que lo arrastraran boca arriba, y yo lo iba siguiendo lentamente haciendo caer sobre su boca y nariz un ligero y constante flujo de arena, me detenia cuando no respiraba y volvía a empezar cuando notaba que deseaba respirar.

Dos días más tarde estaba en cama, y me tocó ir a cuidarlo, estaba hecho pedazos, y se retorcía de dolor en su cama. Cuando lo vi no pude reprimir una sensación helada que me dejó petrificado: así había dejado yo a mi hermano de prisión, a un inocente como yo, encerrado por la maldad ajena. En esto me estaba convirtiendo, en un perro asesino, sanguinario, cruel, y sobre todo, sobre todo cobarde!!!

No tenía ni un analegésico que darle, así que no me detuve hasta conseguirlos, nadie más del grupo de los "mayores" se había dado cuenta del error, al contrario, se sentían satisfechos al ver sufrir al hermano sonrisas.

Le subí una pequeña Biblia, y luego de los calmantes le comencé a leer los Salmos, hasta que se quedaba dormido. Cuando dormía me quedaba en su cabecera orando, pidiéndole perdón por mi maldad.

Durante ese tiempo nos volvimos mejores amigos, él nunca tenía visitas, pero se alegraba cuando yo las tenía... Yo me volví su guardían y protector, cuando las cosas se ponía aburridas, lo llevaba lejos a limpiar la jaula de los animales y ahí nos poníamos a conversar.

Son pocos aquellos que soportaron mi busqueda de la perfección aun en los aspectos más ordinarios como la limpieza de jaulas, o el barrer, pero en ese momento ya intuía que si no me acostumbraba a hacer aun de lo ordinario algo extraordinario, no podría recuperar nada en la vida! Pero A... si lo comprendió y todo lo que hacíamos juntos traspasaba largamente el umbral de lo normal o lo mediocre, y se elevaba hasta un nivel artístico, sin duda era nuestra protesta más elevada ante lo horrible e injuto de ese encierro.

Con él comenzamos a vislumbrar lo que ahora es mi forma de vida, el abandono y la "no defensa", dejándo lo que los malvados sigan adelantándose en sus maldades y dejando nuestra defensa solamente en manos Divinas.

Pasamos las horas más dificiles juntos, porque para esos días yo ya no participaba de nada relacionado con la enfermedad del poder y la sumisión, sino que andaba como un loco hablando de Dios, de la paz, del amor, de la verdadera libertad, de la confianza.

Y todos los recien encerrados comenzaron a llegar a mi, unos tras otro descubrían en si mismos la verdadera libertad que consistía en conocer a Dios. Por esa razón los mayores me odiaron.

Pero como no tenían nada que reprocharme, pues en todos mis actos fui intachable, me sometieron al desprecio, cosa que yo agradecí sobremanera porque de esa manera me libraba del calvario que significaba para mi formar parte de esas comilonas, con cigarros, lisuras, odios y soberbia.

Los pequeños en cambio compartían su hambre, sus necesidades, sus temores y angustías, abrían su corazón en busca de ayuda, y con ellos yo me sentía mucho más a gusto, y en nuestra pobreza y misería abundó el amro y el cuidado, como se cuidan y se respetan los verdaderos hermanos.

Rompí todas las reglas, todos los menores eran mis complices, y fue allí cuando comenzaron a castigarme a mi, ahora las furia que había desatando antes contra mi hermano, se volvía contra mi. Pero a su ejemplo solo pensaba "perdonalos Señor, porque no saben lo que hacen"

Los ojos atónitos de mis menores ahora me veían embarrado, burlado, sucio. No podían hablarme, no podían brindarme su consuelo, pero igual, cuando nadie observaba, sentía en mi espalda una mano amiga y un "tu puedes Hermano Omar".

En cierta ocasión que me llevaban a trabajos en la tierra, vi a A... en medio de mi camino, y con los ojos llorosos me dijo: No te caigas Hermano Omar, porque si tu te caes, todos nosotros nos caemos

Aquello me conmovió y me dejó turbado, así fue que tras varios días de castigo constante, me quitaron el Rosario para que no rezara, así que lo hacía con mis dedos, y ya completamente vencido apoyé mi cara en la pared y me puse a llorar: Allí sucedió el milagro, la pared se transformó en el pecho de Nuestro Señor y mientras me abandonaba al llanto, sus manos acariciaron mis cabellos... Un momento de oración muy elevado, de conversación clarísima, el momento en que todas mis dudas fueron disipadas: No temas yo estoy contigo...

Esas palabras fueron sufucientes para que no existira jamaz nada que me detenga, me dotaron de fuerza inconsistente con la delgadez de mis músculos, se había desatado el amor en mi y desde ese momento no han existido barreras capaces de detener el Amor Divino.

Salí de mi castigo más fuerte que nunca, ahora mi voz se parecía al trueno, ya ni siquiera el dueño de esta sordida carcel se atrevía a contradecir nada de mi fe, a la cual había atacado sistemáticamente casi desde mi llegada.

Y así fue que un día mi estancia aquí ya se hizo insostenible, ya no podrían retenerme más. Era un día de febrero creo, de aquel día data mi primer escrito aqui.

Pero vean algo, nunca más me referí a A... ni a mis demás compañeros, a mi me ha ido bien en la vida, volví a usar mi bata blanca de investigador, una corbata de seda, mi regreso al mundo fue triunfal, por los pasillos se detenían a abrazarme, a contratarme, a consultarme.

Pero mis hermanos que se quedaron encerrados, un tiempo fui a visitarlos, pero aquel lugar me enferma, A... es el último de todos mis hermanos que se quedó encerrado. Ahora todos estamos libres, y ayer me enteré de su salida, hoy nos veremos, iremos a un culto primero (él es Cristiano) y luego iremos a mi parroquia (yo soy Católico)

Y así empieza otro capítulo más de esta hermosa historia, del hermano A... de la sonrisa imborrable, ahora por fin su espíritu gozará de la libertad que tanto tiempo le fue negada...

Alguien me preguntó si yo tendría el poder de cerrar aquel lugar ilegal, basado en el miedo y la codicia, y la verdad es que si podría, pero pensandolo más fríamente, en aquel infierno se consolidó mi fe en Dios, y mal que bien, cometer aquel error a mi familia, los hizo comprender el engaño bajo el cual estaban cegados. Y aún quedan unas vendas que tienen que caerse, especialmente en los ojos más amados, pero aquello será con mi propia vida y cuando Dios quiera.
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Abrazos,

Omar

[Omar_Perú]

En San Isidro hay una casita, dentro de la casita hay una habitación, en esa habitación vive un ermitaño, ese ermitaño soy yo.

La mudanza tan sugerida y anhelada, se convertirá en realidad el fin de semana, hoy iré a verla, por supuesto que tendré muchísimas menos comodidades que en la casa de mis padres, pero es una oportunidad muy especial.

Remarcable del fin de semana, el corazón generoso de G... que enviará una donación para las personas pobres con cáncer aquí en Lima y su valioso consejo de iniciar los Ejercicios Espirituales de San Agustín.

Escribir sobre la tibieza es lo más sencillo del mundo, y a la vez lo que menos aporta de positivo en este foro. Es como un montón de caminos cortados todos por la mitad de modo que ninguno llega a su meta...

Si cometo nuevamente el error de dejar que escritura sea en si una meta, todo esto perderá su sentido inicial.

Con su permiso, me despido temporalmente con dirección al desierto, un abrazo y les guardo a todos en mi corazón.
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Abrazos,

Omar

[*Primavera]

Querido Omar:

Estás siempre en mi corazón hijo amado.

He pasado, primero, días malos, luego, trabajo extra y ahora, nuevos estudios; todos para llegar mejor a Dios. QUIERO SABER.

Te he leído hoy.

Te quiero Omar.

Te quiero mucho, hijo.

Te estaré esperando.

¡Vuelve cuanto antes!

¡Queda con Dios!

¡Dios es maravilloso!
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*Primavera
http://www.Diosjesustehabla.com PRIVADO

http://www.catholicosonline.com