Sufrimiento y Cruz

[Bruno]

[Simón Alemán]

Recuerden

[Darktobe]

[María Esther]

[Darktobe]

[María Esther]

[Darktobe]

[María Esther]

Querida Marucita:

Te sugiero que leas la vida de Martha Robin, fundadora de los Foyers de Charité.

Se le pidió mucho, mucho dio (en términos de surimientos aceptados) y los frutos han sido abundantes para toda la Iglesia.

También te invito a que leas lasObras Completas de la Beata Isabel de la Trinidad o su biografía y cómo ella, por inspiración divina, pedía más sufrimientos para salvar más almas para Dios.

¿No desea el amante parecerse a su amado? Tanto más nosotros, los enamorados de Cristo, deberíamos desear ser en todo como Él incluso en el Sufrimiento.

¿Cuánto cuesta nuestra Salvación y la de nuestros hermanos? Costó la muerte del Inocente en la ignominiosa Cruz; costó lágrimas de Sangre, golpes e insultos, costó la casi total destrucción del Cuerpo del Cordero aún antes de su completa inmolación...Y aún sabiendo ésto no estamos dispuestos a sufrir un poco más por Él?

No todos estamos llamados aeste estado de perfección en el Amor. Pero si alguno lo es ¡Bendito sea Dios que aún cuenta con amigos dispuestos a todo por Su Amor!

[María Esther]

Sor Josefa Menéndez sufrió de muchas formas, en su cuerpo y moralmente, por amor a Dios y por la conversión de muchos.

Un día, preguntándo le a Jesús la razón por la cual Él escoge a sus Almas Víctimas, el Señor le respondió: "Si todos ofrecieran sus dolores y mortificaciones cotidianas, en asocio a los Míos, por el bien propio y de sus hermanos, yo no tendría necesidad depedir a algunos que aceptaran grandes sufrimientos" (no textual...es lo que recuerdo a grandes rasgos)

San Pablo lo expresa haciéndose voz de toda la Iglesia: "Completo en mi carne la Pasión de Cristo". Con frecuencia olvidamos que la Iglesia es Su Cuerpo Místico y que cada uno de los bautizados está llamado a hacerse "otro cristo".

[Lula]

Marìa Esther: Como siempre, què gusto da encontrarte acà y leer la sabidurìa que tus aportes expresan. Me parece a mì que, si algo de conclusiòn deberìamos sacar de este tema, bien podrìa estar resumida en esto ùltimo que escribiste:

quote="María Esther"]Sor Josefa Menéndez sufrió de muchas formas, en su cuerpo y moralmente, por amor a Dios y por la conversión de muchos.

Un día, preguntándo le a Jesús la razón por la cual Él escoge a sus Almas Víctimas, el Señor le respondió: "Si todos ofrecieran sus dolores y mortificaciones cotidianas, en asocio a los Míos, por el bien propio y de sus hermanos, yo no tendría necesidad depedir a algunos que aceptaran grandes sufrimientos" (no textual...es lo que recuerdo a grandes rasgos)

San Pablo lo expresa haciéndose voz de toda la Iglesia: "Completo en mi carne la Pasión de Cristo". Con frecuencia olvidamos que la Iglesia es Su Cuerpo Místico y que cada uno de los bautizados está llamado a hacerse "otro cristo".[/quote]

Maru: bien lo dices, no somos Santos, pero concuerdo tambièn contigo en que todos estamos llamados a serlo. Aunque sea a gatas, pero debemos tener la intenciòn de ir avanzando en eso poco a poco. Es màs: debemos ser "otro cristo" como lo menciona Marìa Esther.

Cierto que primero debemos aprender como bien dices, a cumplir esto: "agarra TU cruz, y sigueme"..... Pero què don tan grande serà que Dios nos conceda, a la par de ir aprendiendo a tomar la cruz y seguirle, tambièn ir "santificando" esa cruz diara, sea cual sea. Y no me refiero a santificarla porque nosotros seamos santos, sino a santificarla porque al unirnos a El, al depositar nuestra cruz en la Suya, entonces serà una cruz que participarà del valor salvìfico de la Santa Cruz. Yo creo que eso podemos todos empezar a intentar hacerlo, no necesitamos ser Santos consumados para hacer ese esfuercito, no? Es màs una cuestiòn de "intenciòn", que es finalmente lo que los "ojos" de Dios ven, no?
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¿Ya platicaste hoy con tu Angel Custodio?

[María Esther]

De acuerdo, Marucita linda:

El mazoquismo y la santidad no son compatibles.

El mazoquista goza, literalmente con el dolor. No lo repele sino que lo acoge porque le proporciona una especie de "placer sensual" que no puede resistir.

Por el contrario el santo, con Cristo a la cabeza y como Modelo Perfectísimo de santidad, repele el dolor, le aterra el sufrimiento. Solo lo acepta por amor a Dios y a la Iglesia.

Pienso ahora en Santa Gienna, la dulce madre italiana que no se arredra ante el dolor físico y el moral. Ha llegado el "momento de la prueba". Sin saberlo Dios la ha preparado para que acepte y beba el caliz de la amargura. Es esposa y madre, ama la vida y su profesión. Ama a sus hijos y, con especial ternura a la chiquita que vive en su vientre.

Tiene dos caminos: aceptar el "aborto terapéutico" para que puedan extraer e ltumor que se ha instalado y crece en el útero, o pedir que se extirpe el tumor aún a costa de su vida.

¿Cuánto sufriría al abrazar, cada día, a su esposo y a sus pequeños hijos? Comenzó a despedirse de ellos desde que se negó al "tratamiento" propuesto.

Así vive los últimos cuatro meses de su embarazo. El tumor ha sido extraído pero sabe bien que el útero no resistirá el parto. El Jueves Santo comienza trabajo de parto y nace Gianna Emanuela. La amamanta por única vez y comienza a desarrollarse la septicemia que terminará con su vida.

Unos la apoyan, su familia, su Confesor, sus amigos más cercanos. Pero la mayoría de sus conocidos la critican: ella abandonará el hogar y dejará solos a los hijos. Aún queda el padre pero pocos comprenden el valor que esta santa mujer le da a la vida.

Ha unido todos sus sufrimientos a Cristo y, muy especialmente, a la Madre Dolorosa. Le pide fuerzas para aceptar la Voluntad de Dios y muere santamente el Domingo de Resurrección cuando apenas clarea el día.

Hoy la veneramos en los Altares porque su inmolación, el aceptar ese único y supremo dolor, la ha configurado con su amado Cristo.

Tuvo una vida agradable, una familia luminosa, el amor de un esposo fiely dedicado; tuvo logros personales y profesionales como lo comenzaban a desear las mujeres de su época. Pero su amor necesitaba el crisol del sacrificio: un dolor en medio de una vida agradable, una aceptación radical en medio de un mundo que rechaza el sufrimiento.

[Pepa]

De la Meditación Diaria de hoy de Catholic.net:

En la vida espiritual el arado es el dolor, dolor que abre nuestra alma y la prepara para recibir la semilla de la Palabra que despierte nuestra dormida fe. Cuando en nuestra alma no hay dolor, hay vanidad y seguridad humanas que hacen que la semilla quede posada en la dura superficie de la tierra sin arar. De este modo, el alma que se siente segura, sin necesidad de ayuda Divina, rechaza la semilla. Dios sabe que somos así, lo que no deja de provocarle gran dolor. Sin embargo, en Su Infinita Misericordia, no interrumpe Su esfuerzo salvador. El trata de romper la costra dura que cubre el terreno de nuestra alma, costra de vanidad y soberbia, exceso de confianza en uno mismo y autosuficiencia, ¡omnipotencia! Qué locura, el hombre reviste su alma de duro metal, que resiste y rechaza la Palabra y la ayuda Divina.

El arado rompe, despedaza, abre, expone el alma al exterior para que la lluvia prepare, para que el sol germine la semilla. El dolor redime, cuando el alma responde al llamado. El arado-dolor produce el efecto de la Cruz, Madero Glorioso desde el que Jesús abrió un enorme surco en el mundo, para que Su Palabra entre y germine dando frutos de Salvación eterna. Como tierra que quiere ser fértil, no podemos rechazar el dolor sino agradecerlo como esfuerzo del Labriego Celestial que nos prepara en humildad y mansedumbre para poder recibir la simiente de la Palabra Eterna. Dios nos quiere mansos y humildes, sencillos y entregados a Su Voluntad, dispuestos a tomar la cruz-arado que El nos envía con la sabiduría del Labriego Divino.

(Fuente: corazones.org)
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No os engañéis: de Dios nadie se burla.

[Pepa]

ORACIÓN AL CRISTO DEL CALVARIO (Gabriela Mistral)

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma,
pero al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a Tí mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu de ruego que traís
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.
Amén.
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No os engañéis: de Dios nadie se burla.

[Simón Alemán]

Tenemos que entender que nuestra naturaleza humana nos aleja del dolor y el sufrimiento, y en muchos casos nos impide aceptarlo. Pero debemos entender, el mensaje de "Domine, Quo Vadis?", cuando Pedro huyendo de la persecución romana se le aparece Jesús caminando hacia Roma y le pregunta hacia donde va, y Jesus le responde: "Eo Romam iterum crucifigi", voy a Roma para que me crucifiquen de nuevo.

Esto hizo que Pedro recapacitara y aceptara su cruz.
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La medida del amor es amar sin medida.(San Agustín)