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XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Francisco Duran Tobias
Veterano


Registrado: 01 Oct 2005
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Ubicación: Barcelona

MensajePublicado: Lun Nov 13, 2006 12:48 am    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

León XIII estaba sentado en un gran sillón. Vestía simplemente una sotana blanca y una muceta del mismo color, y en la cabeza no llevaba más que un pequeño solideo. A su lado estaban, de pie, varios cardenales, arzobispos y obispos, pero yo sólo los vi globalmente, pues mi atención estaba centrada en el Santo Padre.

Ibamos desfilando procesionalmente ante él. Cada peregrino, cuando le llegaba su turno, se arrodillaba, besaba el pie y la mano de León XIII, recibía su bendición y dos guardias nobles le tocaban, por ceremonia, indicándole así que debía levantarse (al peregrino, pues me explico tan mal, que podría entenderse que era al Papa).


Antes de entrar en el salón pontificio, yo estaba completamente decidida a hablar; pero sentí que mi valor flaqueaba cuando vi a la derecha del Santo Padre ¡al «Señor Révérony...! Casi en aquel mismo instante nos dijeron de su parte que prohibía hablar a León XIII, pues la audiencia se estaba prolongando demasiado...


Yo me volví hacia mi Celina querida para conocer su opinión. «¡Habla!», me dijo. Un momento después estaba yo a los pies del Santo Padre. Después de besarle la sandalia, me presentó la mano; pero en lugar de besársela, junté las mías y elevando hacia su rostro mis ojos bañados en lágrimas, exclamé:


«¡Santísimo Padre, tengo que pediros una gracia muy grande...!»

Entonces el Sumo Pontífice inclinó hacia mí su cabeza, de manera que mi rostro casi tocaba el suyo, y vi sus ojos negros y profundos que se fijaban en mí y parecían querer penetrarme hasta el fondo del alma.
«¡Santísimo Padre, en honor de vuestras bodas de oro, permitidme entrar en el Carmelo a los 15 años...!»


Sin duda, la emoción hacía temblar mi voz. Por lo que el Santo Padre,
volviéndose hacia el Sr. Révérony, que me miraba asombrado y
disgustado, le dijo:

«No comprendo bien».

Si Dios lo hubiera permitido, le habría sido fácil al Sr. Révérony
alcanzarme lo que deseaba, pero Dios quería darme cruz, y no consuelo.

«Santísimo Padre (respondió el Vicario General), se trata de una niña que desea entrar en el Carmelo a los 15 años; pero los superiores están en estos momentos estudiando la cuestión».

«Bueno, hija mía, respondió el Santo Padre mirándome bondadosamente, haz lo que te digan los superiores»:

Entonces, apoyando mis manos en sus rodillas, hice un último
intento y le dije con voz suplicante:

«¡Sí, Santísimo Padre! Pero si usted dijese que sí, todo el mundo estaría de acuerdo».

Me miró fijamente y pronunció estas palabras, recalcando cada sílaba:
«Vamos... vamos... Entrarás si Dios lo quiere...» (Y su acento tenía un no sé qué de tan penetrante y convincente, que aún me parece estar
oyéndole).

Animada por la bondad del Santo Padre, quise seguir hablando, pero los dos guardias nobles me tocaron cortésmente, para que me levantase; y viendo que con eso no bastaba, me cogieron por los brazos y el Sr. Révérony les ayudó a levantarme, pues seguía con las manos juntas apoyadas en las rodillas del Santo Padre, y tuvieron que arrancarme de sus pies a viva fuerza...

Mientras me quitaban de en medio de esa manera, el Santo Padre acercó su mano a mis labios y después la levantó para bendecirme. Entonces los ojos se me llenaron de lágrimas, y el Sr. Révérony pudo contemplar al menos tantos diamantes como había visto en Bayeux...
Los dos guardias nobles me llevaron en volandas, por así decirlo, hasta la puerta, donde un tercero me dio un medalla de León XIII.


Celina, que iba detrás de mí, acababa de ser testigo de la escena que
acababa de ocurrir. Casi tan emocionada como yo, tuvo no obstante valor para pedir al Santo Padre una bendición para el Carmelo. El Sr. Révérony, con voz, malhumorada, respondió:

«El Carmelo ya está bendecido».

Y el Santo Padre contestó con ternura:

«Sí, sí, ¡ya está bendecido!»

Papá se había acercado a los pies de León XIII antes que nosotras (con los caballeros). El Sr. Révérony había estado con él encantador,
presentándolo como el padre de dos carmelitas. El Santo Padre, como
muestra de especial benevolencia, posó su mano sobre la cabeza
venerable de mi querido rey, como marcándole con un sello misterioso en nombre de Aquel de quien era verdadero representante...

Ahora que este padre de cuatro carmelitas está en el cielo, ya no es la
mano del Pontífice la que reposa sobre su frente, profetizándole el martirio... Es la mano del Esposo de las Vírgenes, la del Rey de la gloria, la que hace resplandecer la cabeza de su fiel servidor. ¡Y ya nunca esa mano adorada dejará de apoyarse en la frente que ella misma ha glorificado...!

Mi papá querido se llevó un disgusto muy grande cuando, al salir de la
audiencia, me encontró deshecha en lágrimas, e hizo todo lo posible por consolarme; pero en vano...

En el fondo del corazón yo sentía una gran paz, puesto que había hecho absolutamente todo lo que estaba en mis manos para responder a lo que Dios pedía de mí. Pero esa paz estaba en el fondo, mientras la amargura inundaba mi alma, pues Jesús callaba. Parecía estar ausente, nada me revelaba su presencia... Tampoco aquel día el sol se atrevió a brillar, y el hermoso cielo de Italia, cargado de oscuros nubarrones, no cesó de llorar conmigo...

Todo había terminado. El viaje no tenía ya el menor atractivo para mí, pues su objetivo había fracasado

Sin embargo, las últimas palabras del Santo Padre deberían haberme
consolado: ¿no eran, en realidad, una verdadera profecía?

A pesar de todos los obstáculos, se realizó lo que Dios quiso. No permitió a las criaturas hacer lo que ellas querían, sino lo que quería él...

El lunes 9 de abril, día en que el Carmelo celebraba la fiesta de la
Anunciación, trasladada a causa de la cuaresma, fue el día elegido para mi entrada.

Edad : 15 años -
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Francisco Duran Tobias
Veterano


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MensajePublicado: Mar Nov 14, 2006 11:23 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

¡El espectáculo de aquel anciano ofreciendo su hija al Señor, cuando aún estaba en la primavera de la vida, tuvo que hacer sonreír a los ángeles...!


Pocos instantes después, se cerraron tras de mí las puertas del arca santay recibí los abrazos de las hermanas queridas que me habían hecho de madres y a las que en adelante tomaría por modelo de mis actos...


Habla de la superiora :

Su bondad para conmigo no tenía límites, y, sin embargo, mi alma no
lograba expansionarse con ella... Me suponía un gran esfuerzo hacer con ella la conferencia espiritual. Como no estaba acostumbrada a hablar de mi alma, no sabía cómo expresar lo que sucedía en mi interior.

Una Madre ya mayor intuyó un día lo que me pasaba y me dijo, sonriendo, en la recreación: -«Hijita, me parece que tú no debes de tener gran cosa que decir a las superioras».-«¿Por qué dice eso, Madre...?» -

«Porque tu alma es extremadamente sencilla ; y cuando seas perfecta, serás más sencilla todavía, pues cuanto uno más se acerca a Dios, más se simplifica».


La florecita trasplantada a la montaña del Carmelo tenía que abrirse a la sombra de la cruz; las lágrimas y la sangre de Jesús fueron su rocío, y su Faz adorable velada por el llanto fue su sol...


Comprendí en qué consistía la verdadera gloria. Aquel cuyo reino no es de este mundo me hizo ver que la verdadera sabiduría consiste en «querer ser ignorada y tenida en nada», en «cifrar la propia alegría en el desprecio de sí mismo».

Lo que yo observé, sobre todo, fueron los progresos que papá hacía en la perfección. A ejemplo de san Francisco de Sales, había llegado a dominar su impulsividad natural hasta tal punto, que parecía tener el temperamento más dulce del mundo... Las cosas de la tierra apenas parecían rozarle, y se sobreponía fácilmente a las contrariedades de la vida.


En una palabra, Dios lo inundaba de consuelos. Durante sus visitas diarias al Santísimo, se le llenaban con frecuencia los ojos de lágrimas y su rostro reflejaba una dicha celestial...


La toma de hábito:


A la mañana siguiente, el cielo no había cambiado. Sin embargo, la fiesta resultó maravillosa, y la flor más bella, la más preciosa de todas, fue mi rey querido. Nunca había estado tan guapo y tan digno... Fue la admiración de todo el mundo. Aquel día fue su triunfo, su última fiesta aquí en la tierra.


Había entregado todas sus hijas a Dios, pues cuando Celina le confió su vocación, él había llorado de alegría, y había ido a dar gracias a Quien «lehacía el honor de tomar para sí a todas sus hijas».


Mi deseo de sufrir se vio colmado. No obstante, mi amor al sufrimiento no decreció, por lo que pronto mi alma participó también en los sufrimientos de mi corazón. La sequedad se hizo mi pan de cada día.

Mas aunque estaba privada de todo consuelo, era la más feliz de las criaturas, pues veía cumplidos todos mis deseos...
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mar Nov 14, 2006 11:25 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

«Dios mío, no te pido pronunciar los santos votos, esperaré
todo el tiempo que quieras. Lo único que deseo es que mi unión contigo no se vea diferida por mi culpa. Por eso, voy a poner todo mi empeño en prepararme un hermoso vestido recamado de piedras preciosas.

Cuando tú creas que ya está lo suficientemente rico y adornado, estoy segura de que ni todas las criaturas juntas podrán impedirte bajar hasta mí para unirme a ti para siempre, Amado mío...»


Me aplicaba, sobre todo, a la práctica de las virtudes pequeñas, al no tener facilidad para practicar las grandes. Así, por ejemplo, me gustaba plegar las capas que dejaban olvidadas las hermanas y prestarles todos los pequeños servicios que podía.


También se me concedió el amor a la mortificación, que era tanto mayor cuanto que no me permitían hacer nada para satisfacerlo... La única mortificación que yo hacía en el mundo, que consistía en no apoyar la espalda cuando me sentaba, me la prohibieron, debido a la propensión que tenía a encorvarme.

Claro, que si me hubiesen dado permiso para hacer muchas penitencias, seguramente ese entusiasmo no me habría
durado mucho... Las únicas que podía hacer sin pedir permiso consistían en mortificar mi amor propio, lo cual me aprovechaba mucho más que las penitencias corporales...



Desde hacía algún tiempo, a nuestro pobre papaíto, que estaba un poco mejor, lo sacaban a pasear en coche. Incluso se pensó en hacerle tomar el tren para venir a vernos.


Y, naturalmente, Celina pensó enseguida que había que escoger para ese viaje el día de mi toma de velo. Para que no se canse, decía, no le haré asistir a toda la ceremonia; sólo al final iré a buscarle y le llevaré
muy despacito hasta la reja para que Teresa reciba su bendición.
¡Qué bien retratado estaba ahí el corazón de mi Celina...! ¡Qué gran
verdad es que «al amor nada le parece imposible, porque para él todo es posible y permitido...!» La prudencia humana, por el contrario, tiembla a cada paso y no se atreve, por así decirlo, a posar el pie en el suelo.



Así, Dios, que quería probarme, se sirvió de ella como de un instrumento dócil en sus manos, y el día de mis bodas estuve realmente huérfana de padre en la tierra, pero pudiendo mirar con confianza al cielo y decir con toda verdad: «Padre nuestro, que estás en el cielo».


Antes de hablarte de esta prueba, Madre querida, debería haberte hablado de los ejercicios espirituales que precedieron a mi profesión. Esos ejercicios, no sólo no me proporcionaron ningún consuelo, sino que en ellos la aridez más absoluta y casi casi el abandono fueron mis
compañeros. Jesús dormía, como siempre, en mi navecilla.


¡Qué pena!, tengo la impresión de que las almas pocas veces le dejan
dormir tranquilamente dentro de ellas. Jesús está ya tan cansado de ser él quien corra con los gastos y de pagar por adelantado, que se apresura a aprovecharse del descanso que yo le ofrezco. No se despertará, seguramente, hasta mi gran retiro de la eternidad; pero esto, en lugar de afligirme, me produce una enorme alegría...


Verdaderamente, estoy lejos de ser santa, y nada lo prueba mejor que lo que acabo de decir. En vez de alegrarme de mi sequedad, debería
atribuirla a mi falta de fervor y de fidelidad. Debería entristecerme por
dormirme (¡después de siete años!) en la oración y durante la acción de gracias. Pues bien, no me entristezco...

Pienso que los niños agradan tanto a sus padres mientras duermen como cuando están despiertos; pienso que los médicos, para hacer las operaciones, [76rº] duermen a los enfermos. En una palabra, pienso que «el Señor conoce nuestra masa, se acuerda de que no somos más que polvo».
Mis ejercicios para la profesión fueron, pues, como todos los que vinieron después, unos ejercicios de gran aridez. Sin embargo, Dios me mostró claramente, sin que yo me diera cuenta, la forma de agradarle y de practicar las más sublimes virtudes.


He observado muchas veces que Jesús no quiere que haga provisiones.

Me alimenta momento a momento con un alimento totalmente nuevo, que encuentro en mí sin saber de dónde viene... Creo simplemente que Jesús mismo, escondido en el fondo de mi pobre corazón, es quien me concede la gracia de actuar en mí y quien me hace descubrir lo que él quiere que haga en cada momento.


Nunca hasta entonces me había venido al pensamiento una sola duda
acerca de mi vocación. Pero tenía que pasar por esa prueba. Por la noche, al hacer el Viacrucis después de Maitines, se me metió en la cabeza que mi vocación era un sueño, una quimera...

La vida del Carmelo me parecía muy hermosa, pero el demonio me insuflaba la convicción de que no estaba hecha para mí, de que engañaba a los superiores empeñándome en seguir un camino al que no estaba llamada...


Hice, pues, salir del coro a la maestra de novicias, y, llena de confusión, le expuse el estado de mi alma...
Gracias a Dios, ella vio más claro que yo y me tranquilizó por completo. Por lo demás, el acto de humildad que había hecho acababa de poner en fuga al demonio, que quizás pensaba que no me iba a atrever a confesar aquella tentación. En cuanto acabé de hablar, desaparecieron todas las dudas.



En la mañana del 8 de septiembre, me sentí inundada por un río de paz. Y en medio de esa paz, «que supera todo sentimiento», emití los santos votos...
Mi unión con Jesús no se consumó entre rayos y relámpagos -es decir, entre gracias extraordinarias-, sino al soplo de un ligero céfiro parecido al que oyó en la montaña nuestro Padre san Elías...


¡Cuántas gracias pedí aquel día...! Me sentía verdaderamente reina, así que me aproveché de mi título para liberar a los cautivos y alcanzar favores del Rey para sus súbditos ingratos. En una palabra, quería liberar a todas las almas del purgatorio y convertir a los pecadores...


Me ofrecí a Jesús para que se hiciese en mí con toda perfección su
voluntad, sin que las criaturas fuesen nunca obstáculo para ello...


El día de mi profesión recibí otra gran alegría al saber de labios de la
madre Genoveva que también ella había pasado por la misma prueba que yo antes de pronunciar sus votos...

Muerte de la madre Genoveva :


Durante las dos horas que pasé allí, me parecía que mi alma debería estar llena de fervor; por el contrario, se apoderó de mí una especie de
insensibilidad. Pero en el momento mismo en que nuestra santa madre Genoveva nacía para el cielo, mis disposiciones interiores dieron un vuelco: en un abrir y cerrar de ojos me sentí henchida de una alegría y de un fervor inexplicables. Era como si la madre Genoveva me hubiese dado una parte de la felicidad de que ella ya gozaba, pues estoy plenamente convencida de que fue derecha al cielo...



Todas las hermanas se apresuraron a pedir alguna reliquia, y tú ya sabes, Madre querida, la que yo tengo la dicha de poseer... Durante la agonía de la madre Genoveva, vi que una lágrima brillaba en uno de sus párpados como un diamante.


Esa lágrima, la última de todas las que derramó, no llegó a desprenderse, y vi que seguía brillando en el coro sin que nadie pensara en recogerla. Entonces, tomando un pañito fino, me acerqué por la noche, sin que nadie me viera, y recogí como reliquia la última lágrima de una santa... Desde entonces la he llevado siempre en la bolsita donde guardo encerrados mis votos.


Una noche, después de la muerte de la madre Genoveva, tuve uno más entrañable. Soñé que la Madre estaba haciendo testamento, y que a cada una de las hermanas le dejaba algo de lo que le había pertenecido.


Cuando me llegó el turno a mí, pensé que no iba a recibir nada, pues ya no le quedaba nada. Pero, incorporándose, me dijo por tres veces con acento penetrante: «A ti te dejo mi corazón».


Una mañana, al levantarme, tuve el presentimiento de que sor Magdalena se había muerto. El claustro estaba a oscuras y nadie salía de su celda.


Por fin, me decidí [79vº] a entrar en la celda de la hermana Magdalena, que tenía la puerta abierta. Y la vi, vestida y acostada en su jergón. No sentí el menor miedo. Al ver que no tenía cirio, se lo fui a buscar, y también una corona de rosas.


También me sentía feliz de poder tocar los vasos sagrados y de preparar los corporales destinados a recibir a Jesús. Sabía que tenía que ser muy fervorosa y recordaba con frecuencia estas palabras dirigidas a un santo diácono: «Sé santo, tú que tocas los vasos del Señor».


No puedo decir que haya recibido frecuentes consuelos durante las
acciones de gracias; tal vez sean los momentos en que menos los he
tenido... Y me parece muy natural, pues me he ofrecido a Jesús, no como quien desea recibir su visita para propio consuelo, sino, al contrario, para complacer al que se entrega a mí.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mar Nov 14, 2006 11:27 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Me imagino a mi alma como un terreno libre, y pido a la Santísima Virgen que quite los escombros que pudieran impedirle [80rº] esa libertad. Luego le suplico que monte ella una gran tienda digna del cielo y que la adorne con sus propias galas. Después invito a todos los ángeles y santos a que vengan a dar un magnífico concierto. Y cuando Jesús baja a mi corazón,



me parece que está contento de verse tan bien recibido, y yo estoy
contenta también... Pero todo esto no impide que las distracciones y el sueño vengan a visitarme. Pero al terminar la acción de gracias y ver que la he hecho tan mal, tomo la resolución de vivir todo el día en una continua acción de gracias...


Ya ves, Madre querida, que Dios está muy lejos de llevarme por el camino del temor. Sé encontrar siempre la forma de ser feliz y de aprovecharme de mis miserias... Y estoy segura de que eso no le disgusta a Jesús, pues él mismo parece animarme a seguir por ese camino...



Un día, contra mi costumbre, estaba un poco turbada al ir a comulgar; me parecía que Dios no estaba contento de mí y pensaba en mi interior: «Si hoy sólo recibo la mitad de una hostia, me llevaré un disgusto, pues creeré que Jesús viene como de mala gana a mi corazón». Me acerco... y, ¡oh, felicidad!, por primera vez en mi vida veo que el sacerdote ¡toma dos hostias bien separadas y me las da...!


Comprenderás mi alegría y las dulces lágrimas que derramé ante tan gran misericordia...
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scarlett
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MensajePublicado: Mie Nov 15, 2006 4:23 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Paz y bien.


¡Es una delicia leer de Sta. Teresa!!!

Me hace reir, me hace llorar.
Puedo imaginarla dormitando en las largas horas de oración...
Puedo imaginarla como una jovencita dentro de un recinto tan hermético llenándolo de luz, de naturalidad.

Es tan fresca, tan natural. Realmente Dios se recreó en ella.
_________________
***¡ Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio !
San José, patrono de la buena muerte, ruega por los que van a morir hoy ***

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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mie Nov 15, 2006 8:02 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Scarlett :

Es verdad . Esta vida nos llena de luz por su gran simplicidad.

Ella era ciertamente como el buen consejo que le dieron .

También me quedo con que realmente somos polvo , hoy reflexionaba sobre ello .

Dios te Bendiga .
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mie Nov 15, 2006 8:14 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Reflexión :

Me quedaba pensando en lo que dicen ; que somos realmente polvo.

Una vez entendida lo que es la Resurrección pensaba alguna vez ¿ Y porque cuando una persona se va de este mundo , no se la lleva Dios entera , cuerpo y alma ?

¿ Porque deja que el cuerpo acaba en polvo ?

Quizás una respuesta sea para encerrar en misterio lo que el Padre entrega por amor a sus hijos ... que hay vida eterna .

Y por otro lado para que veamos con nuestros propios ojos en que nos convertiremos “ en polvo “

Me duele pensar en cuantas almas no aceptando a Dios ven ese final como el final de toda su existencia .

Pero nosotros aprendimos que las cosas que nacieron de la carne se convertirán en polvo al igual que todo proyecto , idea o acción que no sea la voluntad de Dios .

Las cosas que nacieron del espíritu son espíritu y no mueren igual que las voluntades que nacieron de Dios y son llevadas con alegría por sus hijos .

A pesar de la evidencia seguimos aferrándonos a la tierra , sabiendo que perecerá toda cosa que lleve esa dirección .

Y siendo eso “ polvo “ como es posible que seamos vanidosos , orgullosos etc , como es posible encontrar en esa pequeñez una posibilidad de ser altivos y creernos que en nosotros nació algo ; pensamiento o acción .
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scarlett
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MensajePublicado: Jue Nov 16, 2006 6:14 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Paz y bien.



Sé que es un dibujo muy imperfecto, pero quise hacer algo bonito por lo que me inspira Sta. Teresita.

La fotografía es en blanco y negro, se ve medio sombría, pero puedo imaginar el patio del convento con la sta. hincada ante una cruz, ofreciendo un pequeño ramo de flores, rodeada de arbustos verdes moteados de flores en un día soleado.
Creo que éso está dentro del carácter limpio, claro y alegre de Sta. Teresita.

Espero se disculpe los razgos infantiles de mi dibujo y se tome en cuenta la intención con el que fué hecho.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Sab Nov 18, 2006 8:26 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Retiro del P. Alejo


Yo sufría por aquel entonces grandes pruebas interiores de todo tipo
(hasta llegar a preguntarme a veces si existía un cielo ). Estaba decidida a no decirle nada acerca de mi estado interior, por no saber explicarme. Pero apenas entré en el confesionario, sentí que se dilataba mi alma. Apenas pronuncié unas pocas palabras, me sentí maravillosamente comprendida, incluso adivinada... Mi alma era como un libro abierto, en el que el Padre leía mejor incluso que yo misma... Me lanzó a velas desplegadas por los mares de la confianza y del amor, que tan fuertemente me atraían, pero por los que no me atrevía a navegar... Me dijo que mis faltas no desagradaban a Dios, y que, como representante suyo, me decía de su parte que Dios estaba muy contento de mí...


¡Qué feliz me sentí al escuchar esas consoladoras palabras...! Nunca
había oído decir que hubiese faltas que no desagradaban a Dios. Esas
palabras me llenaron de alegría y me ayudaron a soportar con paciencia el destierro de la vida... En el fondo del corazón yo sentía que eso era así, pues Dios es más tierno que una madre. ¿No estás tú siempre dispuesta, Madre querida, a perdonarme las pequeñas indelicadezas de que te hago objeto sin querer...? ¡Cuántas veces lo he visto por experiencia...!

Ningún reproche me afectaba tanto como una sola de tus caricias. Soy de tal condición, que el miedo me hace retroceder, mientras que el amor no sólo me hace correr sino volar...


------------------------------------------------------------------------


Priorato de la madre Inés


Y desde el día bendito de tu elección, Madre querida, sí, desde ese día volé por los caminos del amor... Ese día, ¡Paulina pasó a ser mi Jesús viviente... y se convirtió por segunda vez en mi «mamá»...!

De tres años a esta parte, vengo teniendo la dicha de contemplar las
maravillas que obra Jesús por medio de mi Madre querida... Veo que sólo el sufrimiento es capaz de engendrar almas, y estas sublimes palabras de Jesús se revelan como nunca en toda su profundidad:

«Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto».

¡Y qué cosecha tan abundante has recogido...! Has sembrado entre
lágrimas, pero pronto verás el fruto de tus trabajos y volverás llena de
alegría trayendo en tus manos las gavillas...


Entre esas gavillas floridas, Madre mía, va oculta ahora la florecilla blanca; pero en el cielo tendrá voz para cantar tu dulzura y las virtudes que te ve practicar día tras día a la sombra y en el silencio de esta vida de destierro...
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Sab Nov 18, 2006 8:27 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Al igual que Salomón, después de examinar todas las obras de sus manos y la fatiga que le costó realizarlas, vio que todo era vanidad y caza de viento, así también yo conocí por EXPERIENCIA que la felicidad sólo se halla en esconderse y en vivir en la ignorancia de las cosas creadas. Comprendí que, sin el amor, todas las obras son nada, incluso las más brillantes, como resucitar a los muertos o convertir a los pueblos...


Los dones que Dios me ha prodigado (sin yo pedírselos), en lugar de
perjudicarme y de producirme vanidad, me llevan hacia él. Veo que sólo él es inmutable y que sólo él puede llenar mis inmensos deseos...
Hay también deseos de otra índole que Jesús ha querido convertirme en realidad, deseos infantiles como el de la nieve para mi toma de hábito.

Tú sabes bien, Madre querida, cómo me gustan las flores. Al hacerme
prisionera a los 15 años, renuncié para siempre a la dicha de correr por los campos esmaltados con los tesoros de la primavera. Pues bien, nunca he tenido tantas flores como desde que entré en el Carmelo...


En medio de esta mi impotencia, la Sagrada Escritura y la Imitación
de Cristo vienen en mi ayuda. En ellas encuentro un alimento sólido y
completamente puro. Pero lo que me sustenta durante la oración, por
encima de todo, es el Evangelio.

En él encuentro todo lo que necesita mi pobre alma. En él descubro de continuo nuevas luces y sentidos ocultos y misteriosos...


Comprendo y sé muy bien por experiencia que «el reino de los cielos está dentro de nosotros». Jesús no tiene necesidad de libros ni de doctores para instruir a las almas. El, el Doctor de los doctores, enseña sin ruido de palabras...

Yo nunca le he oído hablar, pero siento que está dentro de mí, y que me guía momento a momento y me inspira lo que debo decir o hacer. Justo en el momento en que las necesito, descubro luces en las que hasta entonces no me había fijado. Y las más de las veces no es precisamente en la oración donde esas luces más abundan, sino más bien en medio de las ocupaciones del día...


Madre querida, después de tantas gracias, ¿no podré cantar yo con el
salmista: «El Señor es bueno, su misericordia es eterna»?


Me parece que si todas las criaturas gozasen de las mismas gracias que yo, nadie le tendría miedo a Dios sino que todos le amarían con locura; y que ni una sola alma consentiría nunca en ofenderle, pero no por miedo sino por amor...


Comprendo, sin embargo, que no todas las almas se parezcan; tiene que haberlas de diferente alcurnias, para honrar de manera especial cada una de las perfecciones divinas.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Sab Nov 18, 2006 9:24 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Fin del Manuscrito A
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Este año, el 9 de junio, fiesta de la Santísima Trinidad, recibí la gracia de entender mejor que nunca cuánto desea Jesús ser amado.
Pensaba en las almas que se ofrecen como víctimas a la justicia de Dios para desviar y atraer sobre sí mismas los castigos reservados a los culpables. Esta ofrenda me parecía grande y generosa, pero yo estaba lejos de sentirme inclinada a hacerla.


«Dios mío, exclamé desde el fondo de mi corazón, ¿sólo tu justicia
aceptará almas que se inmolen como víctimas...? ¿No tendrá también
necesidad de ellas tu amor misericordioso...? En todas partes es
desconocido y rechazado. Los corazones a los que tú deseas prodigárselo se vuelven hacia las criaturas, mendigándoles a ellas con su miserable afecto la felicidad, en vez de arrojarse en tus brazos y aceptar tu amor infinito...


«¡Oh, Dios mío!, tu amor despreciado ¿tendrá que quedarse encerrado en tu corazón? Creo que si encontraras almas que se ofreciesen como víctimas de holocausto a tu amor, las consumirías rápidamente. Creo que te sentirías feliz si no tuvieses que reprimir las oleadas de infinita ternura que hay en ti...


«Si a tu justicia, que sólo se extiende a la tierra, le gusta descargarse,
¡cuánto más deseará abrasar a las almas tu amor misericordioso, pues su misericordia se eleva hasta el cielo...!


«¡Jesús mío!, que sea yo esa víctima dichosa. ¡Consume tu holocausto con el fuego de tu divino amor...!»

¡Qué dulce es el camino del amor...! ¡Cómo deseo dedicarme con la mayor entrega a hacer siempre la voluntad de Dios...!


¿Cómo acabará esta «historia de una florecita blanca»...? ¿Será tal vez cortada en plena lozanía, o quizás trasplantada a otras riberas...? No lo sé. Pero de lo que sí estoy segura es de que la misericordia de Dios la acompañará siempre, y de que nunca la florecita dejará de bendecir a la madre querida que la entregó a Jesús. Eternamente se alegrará de ser una de las flores de su corona... Y eternamente cantará con esa madre querida el cántico siempre nuevo del amor...


¡La ciencia del amor! ¡Sí, estas palabras resuenan dulcemente en los
oídos de mi alma! No deseo otra ciencia. Después de haber dado por ella todas mis riquezas, me parece, como a la esposa del Cantar de los Cantares, que no he dado nada todavía... Comprendo tan bien que, fuera del amor, no hay nada que pueda hacernos gratos a Dios, que ese amor es el único bien que ambiciono.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Sab Nov 18, 2006 9:26 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

He aquí, pues, todo lo que Jesús exige de nosotros. No tiene necesidad de nuestras obras, sino sólo de nuestro amor. Porque ese mismo Dios que declara que no tiene necesidad de decirnos si tiene hambre, no vacila en mendigar un poco de agua a la Samaritana. Tenía sed...

Pero al decir: «Dame de beber»,


lo que estaba pidiendo el Creador del universo era el amor de su pobre criatura. Tenía sed de amor...
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scarlett
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MensajePublicado: Dom Nov 19, 2006 7:02 am    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Paz y bien.

Esperaba la continuación. Uno se acostumbra a lo bueno.
Después pensé que tal vez algo te había ocurrido, pero después me acordé que a veces "adelantas" el trabajo para poder realizar tus demás ocupaciones. Qué hermosos pensamientos de Sta. Teresita.
En éste momento los necesitaba más que nunca.
Es como orar. Uno de mis hijos salió el día de ayer a una práctica de la escuela a otra ciudad y acaba de llamar que está rindiendo declaración porque uno de sus compañeros falleció ahogado, no sé las circustancias. Sólo sé que mi hijo lo encontró. Sentí mucha desazón porque está en otra ciudad, sin embargo se oía tranquilo. No está sólo, están sus maestros y sus compañeros.
Lo primero que pensé fué en pedir oración por éste muchacho y su familia que si yo sufro por lo que siente mi hijo, ellos deben sufrir mucho más.
Después entré a leer éste Encuentro de oración que es más que unas lecturas bonitas, es orar junto con los santos. Me consoló la forma en que hablan de encontrarse con Cristo. Dios quiera que éste muchacho también llegue a El.

Cita:
Las cosas que nacieron del espíritu son espíritu y no mueren igual que las voluntades que nacieron de Dios y son llevadas con alegría por sus hijos .
Esa es nuestra esperanza, verdad? Por éso encuentro consuelo. Espero que su familia también. Confío tanto en Dios que sé que mi hijo está bien, que no le va a pasar nada. Pero sé que debe sufrir por su amigo.
_________________
***¡ Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio !
San José, patrono de la buena muerte, ruega por los que van a morir hoy ***

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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Dom Nov 19, 2006 9:09 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Scarlett :

Siento mucho esa pérdida y espero en la misericordia de Dios por la vida de esa persona.

Es justo elevar nuestra plegaria por una muerte que se antoja cercana a nuestros corazones .

Como dices tu hijo vio muy de cerca esa pérdida y será una impresión muy grande que estará asumiendo poco a poco,. En estos momentos necesita de su mama , seguro que aunque sea en la distancia harás buena presencia en él .

La muerte siempre es dolorosa , pues es una despedida . Es no ver por un tiempo humanamente largo a una persona que quieres . Nosotros los católicos tenemos mucha felicidad al saber que seguimos presentes en la vida de los ausentes a través de la oración , porque no sabemos si están o no disfrutando del rostro de Dios .

Pienso que todos los seres queridos que consiguen llegar al Reino de Dios se hacen presentes en las personas que dejan en la tierra y reciben de ellos bendiciones, En cierto modo sabemos quienes están en el purgatorio y quienes están con Dios porque lo notamos . No los vemos ,pero están presentes.

También cuando se reza por las almas del purgatorio también sentimos en cierto modo su agradecimiento aunque deban permanecer mas tiempo ahí , por la sencilla razón que su alivio es también nuestro alivio.

Con los santos hemos aprendido una escena muy bella y que nos contó Santa Teresita que a veces su sufrimiento fue tan grande y tan elevado que conmovió en extremo a Dios y Este apagó momentáneamente las llamas del purgatorio para alivio de esas almas.
Se que en ese acto Dios estaba haciendo lo que mas desea que es seguir siendo por siempre nuestro bien. Dios se derrite por utilizar su misericordia que es de mucho mas agrado que su justicia.

Con gran dolor El mismo dice que su justicia es necesaria para la purificación de las almas pero su agrado es el perdón y su misericordia .

La Misericordia es un espejo de su Sagrado Corazón .

Es necesario que todas estas cosas sean llevadas a nuestros hijos en herencia para que sepan en todo momento saber que significa abandonar la tierra y lo felices que son algunas almas al no obtener culpa tras su juicio.

Es mucho mejor purificarse en la tierra para subir bien limpitos y aseados al cielo. Que éste no encuentre en nosotros mancha alguna que pueda ensuciar lo bello que se nos esconde como secreto de amor .

Algunas personas que vieron de cerca una pérdida y no obtuvieron sabios consejos a su alrededor el mal los cercó y les hicieron creer que todo se acaba y que posiblemente Dios no existe y que detrás de lo que se ve no hay nada .
El mal que sabe mucho aprovecha estos momentos dolorosos y de confusión y nos encuentra algo deprimidos y nos mete esas ideas mentirosas y de engaño.

Es nuestro deber llevar la verdad al necesitado para lejos de ahondar en las pequeñas depresiones que son tan humanas les llevemos corriendo y de manera urgente la verdad que es luz y es luz de nuestro querido Jesús .

Sirvan estas palabras como consuelo de las familias doloridas y como pequeña oración por este chico que fue arrancado de la tierra para subir al trono de nuestro Creador .

Dios te bendiga y bendiga a esta familia en pleno dolor.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Dom Nov 19, 2006 9:48 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Ser tu esposa, Jesús, ser carmelita, ser por mi unión contigo madre de almas, debería bastarme... Pero no es así... Ciertamente, estos tres privilegios son la esencia de mi vocación: carmelita, esposa y madre.


Sin embargo, siento en mi interior otras vocaciones : siento la vocación de guerrero, de sacerdote, de apóstol, de doctor, de mártir. En una palabra, siento la necesidad, el deseo de realizar por ti, Jesús, las más heroicas hazañas...


Siento en mi alma el valor de un cruzado, de un zuavo
pontificio. Quisiera morir por la defensa de la Iglesia en un campo de batalla...


Siento en mí la vocación de sacerdote . ¡Con qué amor, Jesús, te llevaría en mis manos cuando, al conjuro de mi voz, bajaras del cielo...! ¡Con qué amor te entregaría a las almas...! Pero, ¡ay!, aun deseando ser sacerdote, admiro y envidio la humildad de san Francisco de Asís y siento en mí la vocación de imitarle renunciado a la sublime dignidad del sacerdocio.


¡Oh, Jesús, amor mío, mi vida...!, ¿cómo hermanar estos contrastes?


Sí, a pesar de mi pequeñez, quisiera iluminar a las almas como los
profetas y como los doctores.


Tengo vocación de apóstol... Quisiera recorrer la tierra, predicar tu nombre y plantar tu cruz gloriosa en suelo infiel. Pero Amado mío, una sola misión no sería suficiente para mí. Quisiera anunciar el Evangelio al mismo tiempo en las cinco partes del mundo, y hasta en las islas más remotas...


Quisiera se misionero no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y seguirlo siendo hasta la consumación de los siglos...

Pero, sobre todo y por encima de todo, amado Salvador mío, quisiera derramar por ti hasta la última gota de mi sangre...


¡El martirio! ¡El sueño de mi juventud! Un sueño que ha ido creciendo conmigo en los claustros del Carmelo... Pero siento que también este sueño mío es una locura, pues no puedo limitarme a desear una sola clase de martirio... Para quedar satisfecha, tendría que sufrirlos todos...
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Dom Nov 19, 2006 9:48 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Seguí leyendo, sin desanimarme, y esta frase me reconfortó: «Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino inigualable». Y el apóstol va explicando cómo los mejores carismas nada son sin el amor... Y que la caridad es ese camino inigualable que conduce a Dios con total seguridad.


Podía, por fin, descansar... Al mirar el cuerpo místico de la Iglesia, yo no me había reconocido en ninguno de los miembros descritos por san Pablo; o, mejor dicho, quería reconocerme en todos ellos...


La caridad me dio la clave de mi vocación. Comprendí que si la Iglesia
tenía un cuerpo, compuesto de diferentes miembros, no podía faltarle el más necesario, el más noble de todos ellos. Comprendí que la Iglesia tenía un corazón, y que ese corazón estaba ardiendo de amor.


Comprendí que sólo el amor podía hacer actuar a los miembros de la
Iglesia; que si el amor llegaba a apagarse, los apóstoles ya no anunciarían el Evangelio y los mártires se negarían a derramar su sangre...


Comprendí que el amor encerraba en sí todas las vocaciones, que el amor lo era todo, que el amor abarcaba todos los tiempos y lugares... En una palabra, ¡que el amor es eterno...!


Entonces, al borde de mi alegría delirante, exclamé: ¡Jesús, amor mío..., al fin he encontrado mi vocación! ¡Mi vocación es el amor...!
Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia, y ese puesto, Dios mío, eres tú quien me lo ha dado... En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el amor... Así lo seré todo... ¡¡¡Así mi sueño se verá hecho realidad...!!!

Sí, esas naderías te gustarán y harán sonreír a la Iglesia triunfante, querecogerá mis flores deshojadas por amor y las pasará por tus divinas manos, Jesús. Y luego esa Iglesia del cielo, queriendo jugar con su hijito, arrojará también ella esas flores -que habrán adquirido a tu toque divino un valor infinito- arrojará esas flores sobre la Iglesia sufriente para apagar sus llamas, y las arrojará también sobre la Iglesia militante para hacerla alcanzar la victoria...
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Dom Nov 19, 2006 9:52 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Sin embargo, después de todas sus travesuras, el pajarillo, en vez de ir a esconderse en un rincón para llorar su miseria y morirse de
arrepentimiento, se vuelve hacia su amado Sol, expone a sus rayos
bienhechores sus alitas mojadas, gime como la golondrina; y, en su dulce canto, confía y cuenta detalladamente sus infidelidades, pensando, en su temerario abandono, adquirir así un mayor dominio, atraer con mayor plenitud el amor de Aquel que no vino a buscar a los justos sino a los pecadores...


¡Qué feliz, Jesús, es tu pajarito de ser débil y pequeño! Pues ¿qué sería de él si fuera grande...? Jamás tendría la audacia de comparecer en tu presencia, de dormitar delante de ti...


Sí, ésta es también otra debilidad del pajarito cuando quiere mirar
fijamente al Sol divino y las nubes no le dejan ver ni un solo rayo: a pesar suyo, sus ojitos se cierran, su cabecita se esconde bajo el ala, y el pobrecito se duerme creyendo seguir mirando fijamente a su Astro querido.


Pero al despertar, no se desconsuela, su corazoncito sigue en paz. Y
vuelve a comenzar su oficio de amor. Invoca a los ángeles y a los santos, que se elevan como águilas hacia el Foco devorador, objeto de sus anhelos, y las águilas, compadeciéndose de su hermanito, le
protegen y defienden y ponen en fuga a los buitres que quisieran
devorarlo.


Aguila eterna, tú quieres alimentarme con tu sustancia divina, a mí, pobre e insignificante ser que volvería a la nada si tu mirada divina no me diese la vida a cada instante.

Sí, lo sé muy bien, y te conjuro a que lo hagas. Te suplico que hagas
descender tu mirada divina sobre un gran número de almas pequeñas...
¡Te suplico que escojas una legión de pequeñas víctimas dignas de tu
AMOR...!

¡Por qué caminos tan diferentes, Madre, lleva el Señor a las almas! En la vida de los santos, vemos que hay muchos que no han querido dejar nada de sí mismos después de su muerte: ni el menor recuerdo, ni el menor escrito; hay otros, en cambio, como nuestra Madre santa Teresa, que han enriquecido a la Iglesia con sus sublimes revelaciones, sin temor alguno a revelar los secretos del Rey, a fin de que sea más conocido y más amado de las almas.


Y entonces fui, adivinando que había encontrado lo que buscaba. Y
queriendo saber, Dios mío, lo que harías con el que pequeñito que
responda a tu llamada, continué mi búsqueda, y he aquí lo que encontré:


Como una madre acaricia a su hijo, así os consolaré yo; os llevaré en mis brazos y sobre mis rodillas os meceré.


Nunca palabras más tiernas ni más melodiosas alegraron mi alma ¡El
ascensor que ha de elevarme hasta el cielo son tus brazos, Jesús! Y para eso, no necesito crecer; al contrario, tengo que seguir siendo pequeña, tengo que empequeñecerme más y más.

Yo gozaba por entonces de una fe tan viva y tan clara, que el pensamiento del cielo constituía toda mi felicidad. No me cabía en la cabeza que hubiese incrédulos que no tuviesen fe. Me parecía que hablaban por hablar cuando negaban la existencia del cielo, de ese hermoso cielo donde el mismo Dios quería ser su eterna recompensa.

Durante los días tan gozosos del tiempo pascual, Jesús me hizo conocer por experiencia que realmente hay almas que no tienen fe, y otras que, por abusar de la gracia, pierden ese precioso tesoro, fuente de las única alegrías puras y verdaderas.


Permitió que mi alma se viese invadida por las más densas tinieblas, y que el pensamiento del cielo, tan dulce para mí, sólo fuese en adelante motivo de lucha y de tormento...


Las tinieblas, ¡ay!, no supieron comprender que este Rey divino era la luz del mundo... Pero tu hija, Señor, ha comprendido tu divina luz y te pide perdón para sus hermanos. Acepta comer el pan del dolor todo el tiempo que tú quieras, y no quiere levantarse de esta mesa repleta de amargura, donde comen los pobres pecadores, hasta que llegue el día que tú tienes señalado...

¿Y no podrá también decir en nombre de ellos, en nombre de sus hermanos: Ten compasión de nosotros, Señor, porque somos pecadores...? ¡Haz, Señor, que volvamos justificados...! Que todos los que no viven iluminados por la antorcha luminosa de la fe la vean, por fin, brillar...
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scarlett
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MensajePublicado: Lun Nov 20, 2006 3:53 am    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Paz y bien.

Gracias, Francisco por tus oraciones. Mi hijo ya está en casa. En otro lado pongo mi oración de agradecimiento.
Cita:
Durante los días tan gozosos del tiempo pascual, Jesús me hizo conocer por experiencia que realmente hay almas que no tienen fe, y otras que, por abusar de la gracia, pierden ese precioso tesoro, fuente de las única alegrías puras y verdaderas.


Esta parte de los escritos de Sta. Teresita no la entendí, ¿podrías explicarla, por favor?.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Lun Nov 20, 2006 6:26 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Scarlett :

Te doy mi opinión .

Santa Teresita se asombraba de que hubieran personas que no tenían Fe , que no conocían a Dios . Dios le hizo ver que eso era posible aunque para ella esto no era normal porque de siempre había recibido y sentido el bien que da conocer a nuestro Padre.

Por eso no entiende que pueda haber personas que rechacen ese bien. O mas bien no se trata de rechazar o no si no de pedir la ayuda a Dios para recibir la gracia de tener fe.

No entiende como no se puedo uno esforzar en eso pues es simple , mediante rezos etc.

También es difícil de entender que un bautizado no tenga fe , pues el bautizo infunde esta gracia pero si nos obstinamos con nuestra inteligencia o con actos perdemos la misma.

Respecto a abusar de la gracia podría poner un ejemplo :

Me imagino a una persona que durante un tiempo realiza buenas obras y hace oración. Como esto es agradable a Dios le da gracias por su trabajo.
Estas gracias llenan su espíritu y se siente encendida la persona. Esto repercute en todo pero esta gracia se puede perder mediante el abuso de la misma , es decir si consideramos que somos merecedores de ella y nos sentimos orgullosos y vanidosos de tenerla.
Dentro de ese orgullo nos vemos superiores a otros o contestamos mal a personas que no poseen nuestra fe y lejos de ayudarlas las rechazamos.

Hay Dios debe pensar ¿ Que has hecho con el tesoro que te di ? En vez de repartirlo entre los hermanos necesitados te lo quedas para ti solo y te enorgulleces de tenerlo creyéndote merecedor de esto y mucho mas .

Esto es un abuso y como lo es , pierde la gracia al tirar por la borda lo que la mantiene que es la humildad .

Estos dos supuestos de personas Dios le mostró a Santa Teresita que existían y se lo mostraba porque ella debía de cuidar de ellos y educarlos directamente uno a uno .
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mie Nov 22, 2006 10:49 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Pero de pronto, las nieblas que me rodean se hacen más densas, penetran en mi alma y la envuelven de tal suerte, que me es imposible descubrir en ella la imagen tan dulce de mi patria. ¡Todo ha desaparecido...!

Cuando quiero que mi corazón, cansado por las tinieblas que lo rodean, descanse con el recuerdo del país luminoso por el que suspira, se redoblan mis tormentos. Me parece que las tinieblas, adoptando la voz de los pecadores, me dicen burlándose de mí:

«Sueñas con la luz, con una patria aromada con los más suaves perfumes; sueñas con la posesión eterna del Creador de todas esas maravillas; crees que un día saldrás de las nieblas que te rodean. ¡Adelante, adelante! Alégrate de la muerte, que te dará, no
lo que tú esperas, sino una noche más profunda todavía, la noche de la nada».


Madre querida, la imagen que he querido darle de las tinieblas que
oscurecen mi alma es tan imperfecta como un boceto comparado con el modelo. Sin embargo, no quiero escribir más, por temor a blasfemar...


Hasta tengo miedo de haber dicho demasiado...

Que Jesús me perdone si le he disgustado. Pero él sabe muy bien que, aunque yo no goce de la alegría de la fe, al menos trato de realizar sus obras.


Cuando canto la felicidad del cielo y la eterna posesión de Dios, no
experimento la menor alegría, pues canto simplemente lo que quiero creer.
Es cierto que, a veces, un rayo pequeñito de sol viene a iluminar mis
tinieblas, y entonces la prueba cesa un instante. Pero luego, el recuerdo de ese rayo, en vez de causarme alegría, hace todavía más densas mis tinieblas.


Nunca, Madre, he experimentado tan bien como ahora cuán compasivo y misericordioso es el Señor: él no me ha enviado esta prueba hasta el momento en que tenía fuerzas para soportarla; antes, creo que me hubiese hundido en el desánimo... Ahora hace que desaparezca todo lo que pudiera haber de satisfacción natural en el deseo que yo tenía del cielo... Madre querida, ahora me parece que nada me impide ya volar, pues no tengo ya grandes deseos, a no ser el de amar hasta morir de amor...

Al empezar la novena, yo le decía, Madre, que la Santísima Virgen tenía que curarme o bien llevarme al cielo, pues me parecía muy triste para usted y para la comunidad tener que cargar con una joven religiosa enferma. Ahora acepto estar toda la vida enferma, si eso le agrada a Dios, y me resigno incluso a que mi vida sea muy larga. La única gracia que deseo es que mi vida acabe rota por el amor.


No, no temo una vida larga, no rehuso el combate, pues el Señor es la
roca sobre la que me alzo, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea, él es mi escudo, yo confío en él (Sal CXLIII). Por eso, nunca he pedido a Dios morir joven, aunque es cierto que siempre he esperado que fuera ésa su voluntad.


¡De cuántas inquietudes nos libramos, Madre mía, al hacer el voto
de obediencia! ¡Qué dichosas son las simples religiosas! Al ser su única brújula la voluntad de los superiores, tienen siempre la seguridad de estar en el buen camino. No tienen por qué temer equivocarse, aun cuando les parezca seguro que los superiores se equivocan.



Yo me dedicaba sobre todo a amar a Dios. Y amándolo, comprendí que mi amor no podía expresarse tan sólo en palabras, porque: «No todo el que me dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de Dios». Y esta voluntad, Jesús la dio a conocer muchas veces, debería decir que casi en cada página de su Evangelio.

Pero en la última cena, cuando sabía que el corazón de sus discípulos ardía con un inefable misterio de la Eucaristía, aquel dulce Salvador quiso darles un mandamientos nuevo. Y les dijo, con inefable ternura: os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros, que os améis unos a otros igual que yo os he amado. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros.


¿Y cómo amó Jesús a sus discípulos, y por qué los amó? No, no
eran sus cualidades naturales las que podían atraerle. Entre ellos y él la distancia era infinita. El era la Ciencia, la Sabiduría eterna; ellos eran unos pobres pescadores, ignorantes y llenos de pensamientos terrenos.

Sin embargo, Jesús los llama sus amigos, sus hermanos. Quiere verles reinar con él en el reino de su Padre, y, para abrirles las puertas de ese reino, quiere morir en una cruz, pues dijo: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.


Sí, ahora comprendo que la caridad perfecta consiste en
soportar los defectos de los demás, en no extrañarse de sus debilidades, en edificarse de los más pequeños actos de virtud que les veamos practicar.

Pero, sobre todo, comprendí que la caridad no debe quedarse
encerrada en el fondo del corazón: Nadie, dijo Jesús, enciende una
lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el
candelero y que alumbre a todos los de la casa.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mie Nov 22, 2006 10:57 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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No siempre es posible en el Carmelo practicar al pie de la letra las
enseñanzas del Evangelio. A veces una se ve obligada, en razón de su oficio, a negarse a hacer un favor. Pero cuando la caridad ha echado hondas raíces en el alma, se manifiesta al exterior. Hay una forma tan elegante de negar lo que no se puede dar, que la negativa agrada tanto como el mismo don. Es cierto que cuesta menos pedir un favor a una hermana que está siempre dispuesta a complacernos.

Pero Jesús dijo: «Al que te pide prestado, no lo rehuyas». Así pues, no debemos huir de las hermanas que tienen la costumbre de estar siempre pidiendo favores, con el pretexto de que tendremos que negárselos.

Ni debemos tampoco ser serviciales por parecerlo, o con la esperanza de que en otra ocasión la hermana a la que ahora ayudamos nos devolverá el favor, pues Nuestro Señor nos dice también: «Y si prestáis a aquellos de los esperáis recibir,

¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestar a otros pecadores con intención de cobrárselo. No, vosotros prestad sin esperar nada, y tendréis un gran premio».

Cuando alguien viene a decirnos con aire muy sincero: «Hermana,
necesito tu ayuda durante unas horas; pero no te preocupes, que ya tengo permiso de nuestra Madre, y en otra ocasión te devolveré el tiempo que me dediques, pues sé lo ocupada que estás», como realmente sabemos muy bien que ese tiempo que prestamos nunca se nos devolverá, preferiríamos decir:
Te lo regalo
Esto satisfaría nuestro amor propio, pues dar es un acto más generoso
que prestar, y además así hacemos saber a la hermana que no contamos con sus servicios...

¡Qué contrarias a los sentimientos de la naturaleza son las enseñanzas de Jesús! Sin la ayuda de su gracia, no sólo no podríamos ponerlas por obra, sino ni siquiera comprenderlas.

Si alguna vez me ocurre pensar y decir algo que les gusta a mis
hermanas, me parece completamente natural que se apropien de ello
como de un bien suyo propio. Ese pensamiento pertenece al Espíritu
Santo y no a mí, pues san Pablo dice que, sin ese Espíritu de amor, no
podemos llamar «Padre» a nuestro Padre que está en el cielo. El es, pues, muy libre de servirse de mí para comunicar a un alma un buen
pensamiento.

Si yo creyera que ese pensamiento me pertenece, me
parecería al «asno que llevaba las reliquias», que pensaba que los
homenajes tributados a los santos iban dirigidos a él.
No desprecio los pensamientos profundos que alimentan

¡Qué gran verdad es que sólo Dios conoce el fondo de los corazones...! ¡Y qué cortos son los pensamientos de las criaturas...! Cuando ven un alma con más luces que las otras, enseguida sacan la conclusión de que Jesús las ama a ellas menos que a esa alma y de que no las llama a la misma perfección.

¿Desde cuándo no tiene ya derecho el Señor a servirse de una de sus
criaturas para conceder a las almas que ama el alimento que necesitan?
En tiempos del faraón el Señor aún tenía ese derecho, pues en la Sagrada Escritura le dice a este monarca: «Te he constituido rey para mostrar en ti mi poder y para hacer famoso mi nombre en toda la tierra». Desde que el Todopoderoso pronunció estas palabras han pasado siglos y siglos, y su forma de actuar sigue siendo la misma: siempre se ha servido de sus criaturas como de instrumentos para realizar su obra en las almas.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mie Nov 22, 2006 11:00 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Sí, lo se: cuando soy caritativa, es únicamente Jesús quien actúa en mí. Cuanto más unida estoy a él, más amo a todas mis hermanas. Cuando quiero hacer que crezca en mí ese amor, y sobre todo cuando el demonio intenta poner ante los ojos de mi alma los defectos de tal o cual hermana que me cae menos simpática, me apresuro a buscar sus virtudes y sus buenos deseos, pienso que si la he visto caer una vez, puede haber conseguido un gran número de victorias que oculta por humildad, y que incluso lo que a mí me parece una falta puede muy bien ser, debido a la recta intención, un acto de virtud. Y no me cuesta convencerme de ello, pues yo misma viví un día una experiencia que me demostró que no debemos juzgar a los demás..


La verdad es que en el Carmelo una no encuentra enemigos, pero sí que hay simpatías. Se siente atracción por una hermana, mientras que ante otra darías un gran rodeo para evitar encontrarte con ella, y así, sin darse cuenta, se convierte en motivo de persecución. Pues bien, Jesús me dice que a esa hermana hay que amarla, que hay que rezar por ella, aun cuando su conducta me indujese a pensar que ella no me ama: «Pues si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman». San Lucas, VI.

Por ejemplo, en el oficio de pintura nada es mío, lo sé muy bien. Pero si, al ponerme a trabajar, encuentro los pinceles y las pinturas en completo desorden, si ha desaparecido una regla o un cortaplumas, ya me pongo en un tris de perder la paciencia y tengo que armarme de todo mi valor para no reclamar con aspereza los objetos que me faltan.


A veces, ¿cómo no?, hay que pedir las cosas indispensables; pero si se hace con humildad, no se falta al mandamiento de Jesús, al contrario, se obra como los pobres, que tienden la mano para recibir lo que necesitan, y, si son rechazados, no se extrañan, pues nadie les debe nada.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mie Nov 22, 2006 11:10 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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El pincelito

Si el lienzo que pinta un artista pudiera pensar y hablar, seguramente no se quejaría de que el pincel lo toque y lo retoque sin cesar; ni tampoco envidiaría la suerte de ese instrumento, pues sabría que la belleza que lo adorna no se la debe al pincel sino al artista que lo maneja.

El pincel, por su parte, no puede gloriarse de haber hecho él la obra de
arte. Sabe que los artistas no se atan a un instrumento, que se ríen de las dificultades, que a veces les gusta escoger instrumentos débiles y
defectuosos... Madre querida, yo soy un pincelito que Jesús ha escogido para pintar su imagen en las almas que usted me ha confiado. Un artista no utiliza solamente un pincel, necesita al menos dos.

El primero es el más útil, con él da los colores comunes, y cubre totalmente el lienzo en muy poco tiempo; del otro, del más pequeño, se sirve para los detalles. Madre querida, usted representa el precioso pincel que la mano de Jesús toma con amor cuando quiere hacer un gran trabajo en el alma de sus hijas; y yo soy el pequeñito del que luego quiere servirse para los detalles menores.

La primera vez que llamo la atención a una hermana por sus faltas :

Reconoció con gran humildad que todo lo que le decía era verdad, me
prometió comenzar una nueva vida y me pidió, como un favor, que le
advirtiese siempre sus faltas. Al final, en el momento de separarnos,
nuestro afecto se había vuelto totalmente espiritual, no había ya en él nada de humano. Se hacía realidad en nosotras aquel pasaje de la Sagrada Escritura: «Hermano ayudado por su hermano es como una plaza fuerte».

A mi pobre compañera la prueba le pareció muy amarga, pero la firmeza que usted usó con ella acabó por triunfar. Y entonces fue cuando yo, tratando de consolarla, pude explicarle a quien usted me había dado por hermana entre todas las demás en qué consiste el verdadero amor.

Le hice ver que era a sí misma a quien amaba, y no a usted. Le conté cómo la amaba a usted yo, y los sacrificios que me había visto obligada a hacer en los comienzos de mi vida religiosa para no encariñarme con usted de manera puramente material, como el perro se encariña con su dueño. El amor se alimenta de sacrificios; y de cuantas más satisfacciones naturales se priva el alma, más fuerte y desinteresado se hace su cariño.

Nota : Esto sirve para todos los que tenemos la vocación del matrimonio.

¡Cuanto me alegro ahora de todas las renuncias que me impuse desde el comienzo de mi vida religiosa! Ahora gozo ya del premio prometido a los que luchan valientemente. Siento que ya no necesito negarme todos los consuelos del corazón, pues mi alma está afianzada en el Unico a quien quería amar. Veo feliz que, amándolo a él, el corazón se ensancha y que puede dar un cariño incomparablemente mayor a los que ama que si se encerrase en un amor egoísta e infructuoso.

Madre, desde que comprendí que no podía hacer nada por mí misma, la tarea que usted me encomendó dejó de parecerme difícil. Vi que la única cosa necesaria era unirme cada día más a Jesús y que todo lo demás se me daría por añadidura. Y mi esperanza nunca ha sido defraudada. Dios ha tenido a bien llenar mi manita cuantas veces ha sido necesario para que yo pudiese alimentar el alma de mis hermanas.
Le confieso, Madre querida, que si me hubiese apoyado lo más mínimo en mis propias fuerzas, pronto le hubiera entregado las armas...

De lejos, parece de color de rosa eso de hacer bien a las almas, hacerlas amar más a Dios, en una palabra modelarlas según los propios puntos de vista y los criterios personales. De cerca ocurre todo lo contrario: el color rosa desaparece..., y una ve por experiencia que hacer el bien es algo tan imposible sin la ayuda de Dios como hacer brillar el sol en plena noche...
Se comprueba que hay que olvidarse por completo de los propios gustos y de las ideas personales, y guiar a las almas por los caminos que Jesús ha trazado para ellas, sin pretender hacerlas ir por el nuestro.
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Mie Nov 22, 2006 11:12 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Preferiría mil veces ser reprendida que reprender yo a las demás. Pero entiendo que es muy necesario que eso me resulte doloroso, pues cuando obramos por impulso natural, es imposible que el alma a quien queremos hacer ver sus faltas entienda sus errores, ya que no ve más que una cosa: la hermana encargada de guiarme está enfadada, y pago los platos rotos yo, que estoy llena de la mejor voluntad.

Le he dicho, Madre querida, que yo misma había aprendido mucho
instruyendo a las demás. Lo primero que descubrí es que todas las almas sufren más o menos las mismas luchas, pero que, por otra parte, son tan diferentes las unas de las otras, que no me resulta difícil comprender lo que decía el P. Pichon: «Hay mucha más diferencia entre las almas que entre los rostros».

¡Qué grande es, pues el poder de la oración! Se diría que es como una
reina que en todo momento tiene acceso libre al rey y que puede alcanzartodo lo que pide.

Para ser escuchadas, no hace falta leer en un libro una hermosa fórmula compuesta para esa ocasión. Si fuese así..., ¡qué digna de lástima sería yo...! Fuera del Oficio divino, que tan indigna soy de recitar, no me siento con fuerzas para sujetarme a buscar en los libros hermosas oraciones; me produce dolor de cabeza, ¡hay tantas..., y cada cual más hermosa...! No podría rezarlas todas, y, al no saber cuál escoger, hago como los niños que no saben leer: le digo a Dios simplemente lo que quiero decirle, sin componer frases hermosas, y él siempre me entiende...

Para mí, la oración es un impulso del corazón, una simple mirada lanzada hacia el cielo, un grito de gratitud y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría. En una palabra, es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a Jesús.

La Santísima Virgen me demuestra que no está disgustada conmigo.

Nota : Esto lo dice porque le costaba concentrarse al rezar el rosario sola , pero la Madre se alegraba de ver su voluntad en ello y por supuesto en ver quien era .

Nunca deja de protegerme en cuanto la invoco. Si me sobreviene una
inquietud o me encuentro en un aprieto, me vuelvo rápidamente hacia ella, y siempre se hace cargo de mis intereses como la más tierna de las madres. ¡Cuántas veces, hablando a las novicias, me ha ocurrido invocarla y sentir los beneficios de su protección maternal...

Con frecuencia me dicen las novicias: «Tú tienes respuesta para todo.
Creía que esta vez iba a ponerte en un apuro... ¿De dónde sacas lo que nos dices?» Hay incluso algunas tan cándidas, que creen que leo en sus almas porque me ha sucedido anticiparme a decirles lo que pensaban.

No puedo decir que Jesús me lleve externamente por el camino de las
humillaciones. Se conforma con humillarme en lo hondo del alma. A los ojos de las criaturas todo me sale bien, sigo el camino de los honores, en cuanto es posible en la vida religiosa. Comprendo que si tengo que marchar por este camino que parece tan peligroso, no es por mí, sino por las demás. En efecto, si pasase por ser una religiosa llena de defectos, inepta, poco inteligente y alocada, usted, Madre, no podría dejarse ayudar por mí.

Por eso Dios ha echado un velo sobre todos mis defectos,
exteriores e interiores.
A veces ese velo me vale algunos cumplidos por parte de las novicias. Yo sé que no me los hacen por adularme, sino que son una expresión de sus sentimientos inocentes. Y la verdad es que no me producen la menor vanidad, pues traigo siempre presente en la memoria el recuerdo de lo que soy.

Y ésta es la conclusión que yo saco: en la recreación y en la licencia, debo buscar la compañía de las hermanas que peor me caen y desempeñar con esas almas heridas el oficio de buen samaritano. Una palabra, una sonrisa amable bastan muchas veces para alegrar a un alma triste.
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Francisco Duran Tobias
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Ubicación: Barcelona

MensajePublicado: Mie Nov 22, 2006 11:14 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Preferiría mil veces ser reprendida que reprender yo a las demás. Pero entiendo que es muy necesario que eso me resulte doloroso, pues cuando obramos por impulso natural, es imposible que el alma a quien queremos hacer ver sus faltas entienda sus errores, ya que no ve más que una cosa: la hermana encargada de guiarme está enfadada, y pago los platos rotos yo, que estoy llena de la mejor voluntad.

Le he dicho, Madre querida, que yo misma había aprendido mucho
instruyendo a las demás. Lo primero que descubrí es que todas las almas sufren más o menos las mismas luchas, pero que, por otra parte, son tan diferentes las unas de las otras, que no me resulta difícil comprender lo que decía el P. Pichon: «Hay mucha más diferencia entre las almas que entre los rostros».

¡Qué grande es, pues el poder de la oración! Se diría que es como una
reina que en todo momento tiene acceso libre al rey y que puede alcanzartodo lo que pide.

Para ser escuchadas, no hace falta leer en un libro una hermosa fórmula compuesta para esa ocasión. Si fuese así..., ¡qué digna de lástima sería yo...! Fuera del Oficio divino, que tan indigna soy de recitar, no me siento con fuerzas para sujetarme a buscar en los libros hermosas oraciones; me produce dolor de cabeza, ¡hay tantas..., y cada cual más hermosa...! No podría rezarlas todas, y, al no saber cuál escoger, hago como los niños que no saben leer: le digo a Dios simplemente lo que quiero decirle, sin componer frases hermosas, y él siempre me entiende...

Para mí, la oración es un impulso del corazón, una simple mirada lanzada hacia el cielo, un grito de gratitud y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría. En una palabra, es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a Jesús.

La Santísima Virgen me demuestra que no está disgustada conmigo.

Nota : Esto lo dice porque le costaba concentrarse al rezar el rosario sola , pero la Madre se alegraba de ver su voluntad en ello y por supuesto en ver quien era .

Nunca deja de protegerme en cuanto la invoco. Si me sobreviene una
inquietud o me encuentro en un aprieto, me vuelvo rápidamente hacia ella, y siempre se hace cargo de mis intereses como la más tierna de las madres. ¡Cuántas veces, hablando a las novicias, me ha ocurrido invocarla y sentir los beneficios de su protección maternal...

Con frecuencia me dicen las novicias: «Tú tienes respuesta para todo.
Creía que esta vez iba a ponerte en un apuro... ¿De dónde sacas lo que nos dices?» Hay incluso algunas tan cándidas, que creen que leo en sus almas porque me ha sucedido anticiparme a decirles lo que pensaban.

No puedo decir que Jesús me lleve externamente por el camino de las
humillaciones. Se conforma con humillarme en lo hondo del alma. A los ojos de las criaturas todo me sale bien, sigo el camino de los honores, en cuanto es posible en la vida religiosa. Comprendo que si tengo que marchar por este camino que parece tan peligroso, no es por mí, sino por las demás. En efecto, si pasase por ser una religiosa llena de defectos, inepta, poco inteligente y alocada, usted, Madre, no podría dejarse ayudar por mí.

Por eso Dios ha echado un velo sobre todos mis defectos,
exteriores e interiores.
A veces ese velo me vale algunos cumplidos por parte de las novicias. Yo sé que no me los hacen por adularme, sino que son una expresión de sus sentimientos inocentes. Y la verdad es que no me producen la menor vanidad, pues traigo siempre presente en la memoria el recuerdo de lo que soy.

Y ésta es la conclusión que yo saco: en la recreación y en la licencia, debo buscar la compañía de las hermanas que peor me caen y desempeñar con esas almas heridas el oficio de buen samaritano. Una palabra, una sonrisa amable bastan muchas veces para alegrar a un alma triste.
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scarlett
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Registrado: 07 Jun 2006
Mensajes: 3963
Ubicación: México

MensajePublicado: Jue Nov 23, 2006 2:36 am    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Paz y bien.

Es tan fácil leer a Sta. Teresita que parece que se toma uno un vaso de agua de un sólo trago. Con ella me pasa lo que con un buen libro, no puedo dejar de leerla hasta terminar el escrito.

Por supuesto sé todo lo que hay que leer para hacer éste compendio, todo el esfuerzo para llevar éste vaso de agua a los demás.

Son tantos los ""consejos" entre líneas que da para la convivencia por ejemplo, parece que hablara con una amiga de tú a tú. Y ésto sé que no lo hacen sólo las teclas de la computadora, sino una persona sensible tras la pantalla con todo el amor de Dios dentro.

El pincelito que da los toques finales a las palabras de la Santa para hacernosla llegar.

Qué hermosas pinceladas!!!
_________________
***¡ Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio !
San José, patrono de la buena muerte, ruega por los que van a morir hoy ***

http://viviresunaaventura.blogspot.com
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scarlett
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Registrado: 07 Jun 2006
Mensajes: 3963
Ubicación: México

MensajePublicado: Vie Nov 24, 2006 12:18 am    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Paz y bien.

Cita:
Le hice ver que era a sí misma a quien amaba, y no a usted. Le conté cómo la amaba a usted yo, y los sacrificios que me había visto obligada a hacer en los comienzos de mi vida religiosa para no encariñarme con usted de manera puramente material, como el perro se encariña con su dueño. El amor se alimenta de sacrificios; y de cuantas más satisfacciones naturales se priva el alma, más fuerte y desinteresado se hace su cariño.
Nota : Esto sirve para todos los que tenemos la vocación del matrimonio.

Es muy extenso el material de ésta Santa, hay mucho para meditar, hay mucha "tela de dónde cortar" (perdón, soy costurera y de vez en cuando me sale mi oficio) era tan productiva en su afán por poner por escrito sus pensamientos y nos legó tanto.
Me he dado cuenta que a través de todas éstas palabras escritas por ésta Santa que como bien lo hace notar Francisco, se pueden aplicar a nuestra vida en particular. Por lo menos a mí me han servido para ello. El día de hoy vino un tío que vive en el otro lado, hablamos de la familia, de varias cosas, visitamos a mi tía abuela señora ya mayor y me descubrí de pronto pensando o recordando alguna frase suelta de la santa, antes de expresar una mala opinión por ejemplo, de alguna persona.
En el momento de escribir ésto, me doy cuenta cómo muchos pensamientos se van quedando dentro de uno y los voy haciendo míos. Esto me gusta mucho, porque me permite vivir de una manera distinta.
[b
Cita:
]El amor se alimenta de sacrificios; y de cuantas más satisfacciones naturales se priva el alma, más fuerte y desinteresado se hace su cariño. [/b]


Esta sencilla frase como bien hace notar Francisco puede llevarse a nuestra vida matrimonial.
El pequeño sacrificio de por ejemplo, renunciar a mi disfrute personal de leer un libro que me gusta mucho cuando llega mi marido, cansado y recibirlo con una frase amena, con un beso, con una frase de todos los días: "Ya llegaste?" y que me conteste: '' No... todavía estoy allá" dando pie a hacernos bromas. Y ésto durante 25 años.
Creo que aún siendo rutinaria la frase y la contestación, las bromas son sinceras y llenas de cariño.
el privarme de la comodidad de la cama en las mañanas mientras mi esposo y mis hijos descansan un poco más, para poner agua para el baño, para preparar el desayuno para él y mis hijos, es un sacrificio porque me gustaría permanecer un rato más en la cama, sin embargo un sacrificio que vale la pena al pensar que a mi esposo le aguarda una jornada larga, al igual que a mis hijos.
En fin, el matrimonio es una constante privación de satisfacciones personales y termina por convertirse en una gran satisfacción común.
_________________
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Francisco Duran Tobias
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Registrado: 01 Oct 2005
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MensajePublicado: Sab Nov 25, 2006 7:25 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Scarlett :

Tus testimonios son muy importantes para ayudar a las personas a encontrar la verdad .

Y la verdad es Cristo.

Dios te bendiga .
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Francisco Duran Tobias
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Registrado: 01 Oct 2005
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MensajePublicado: Sab Nov 25, 2006 7:29 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
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Nos vemos este domingo en el encuentro de oración .

Deben saber que a distintas horas posiblemente nos estaran acompañando personas de otras religiones .

Como era la idea primera nos juntamos con nuestros hermanos con el fin de orar juntos .

Para ello este encuentro tiene un hermanito en diálogo interreligioso.

Hay quedo abierto el primer encuentro para este mismo dia aunque no a una hora exacta como nosotros .

Se a iniciado a pasos tímidos y espero la ayuda de nuestro Señor por si es voluntad suya que siga por buen camino.

Dejo el archivo de mañana :

Ya quedó listo y destacado el artículo para el domingo 26:
http://es.catholic.net/laicos/771/2510/articulo.php?id=25256
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Francisco Duran Tobias
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MensajePublicado: Sab Nov 25, 2006 7:34 pm    Asunto:
Tema: XV Encuentro de oración . 26/11/06.
Responder citando

Quieren ver los horarios del mundo a tiempo real .

Me pasaron de Catholic Net esta web con los horarios . Es increible.

Mira que buen enlace para buscar los horarios mundiales:
http://www.buscarportal.com/miniportales/zonas_horarias_mundiales.html

Dios les bendiga y bendiga a Catholic net .
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