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Divorciados vueltos a casar??!!

 
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belga
Asiduo


Registrado: 02 Oct 2005
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MensajePublicado: Mie Nov 30, 2005 4:28 pm    Asunto: Divorciados vueltos a casar??!!
Tema: Divorciados vueltos a casar??!!
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Precisiones del cardenal Kasper sobre el tema de los divorciados vueltos a casar

ROMA, lunes, 28 noviembre 2005 (ZENIT.org).- El presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, el cardenal Walter Kasper, hizo pública el viernes en el diario católico «Avvenire» precisiones sobre el tema de los divorciados vueltos a casar, a propósito de una serie de declaraciones que en días pasados se le han atribuido erróneamente en la prensa.

Ofrecemos la traducción del texto íntegro del purpurado.

* * *

Con ocasión del XL aniversario de la declaración conciliar Nostra aetate, se celebró en la sala de la «Prensa extranjera» una conferencia de prensa sobre el estado actual de las relaciones ecuménicas y de las relaciones religiosas con el judaísmo. Mi discurso de apertura, así como el debate sucesivo (a excepción de una sola intervención), se centró en el tema citado. Sin embargo, quien hojeó los diarios italianos del día después (salvo Avvenire, que informó de forma correcta) no encontró una sola palabra sobre el tema de la conferencia de prensa, sino un informe detallado sobre el tema de los divorciados vueltos a casar.

La sorpresa para mí, como para muchos lectores, fue grande. De hecho, varios artículos sugerían no sólo que yo había apoyado la admisión de los divorciados a la Comunión, sino que consideraba posible que el Papa aportase un cambio a la proposición del Sínodo de los obispos sobre el tema [Cf. Proposición 40, Zenit, 27 octubre 2005. N de la r.]. La polvareda levantada se difundió mientras tanto también en la prensa exterior, que al principio había referido correctamente lo ocurrido.

También se sorprendió de ello la «Prensa extranjera», que procedió a transcribir la grabación de la discusión. De ésta se desprende cuanto sigue. Durante el intercambio de preguntas-respuestas se dirigió una sola pregunta sobre el tema de los divorciados vueltos a casar; a ella no se le dio continuación, al considerarse no pertinente respecto al tema. Me limité a exponer los siguientes puntos: 1) no soy un profeta y no sé cómo el Santo Padre utilizará la proposición del Sínodo de los obispos; 2) se trata de un serio problema pastoral, como bien sabe cualquiera que tenga experiencia en el terreno del cuidado de las almas; 3) no es posible una admisión general a la Comunión, pero existen casos individuales sobre los que es oportuno reflexionar ulteriormente. Por lo que respecta a la última afirmación, me relacioné expresamente a cuanto el Santo Padre dijo a un grupo de sacerdotes en el Valle de Aosta el verano pasado [Cf. Zenit, 28 julio 2005. N de la r.]. Añadí, en cualquier caso, que no tenía la solución.

No existe en efecto una fácil solución. Todo teólogo católico bien sabe que la respuesta puede encontrarse sólo sobre la base de las enseñanzas de Jesús y de la doctrina de la Iglesia a propósito de la indisolubilidad del matrimonio. Si queremos permanecer fieles a las palabras de Jesús, sólo podemos decir que, cuando se ha contraído un matrimonio con valor sacramental, mientras el cónyuge viva no puede haber un segundo matrimonio sacramental reconocido por la Iglesia. El matrimonio civil de un divorciado objetivamente está en contradicción con las enseñanzas de Jesús.

En determinadas circunstancias, los tribunales eclesiásticos pueden ser de ayuda declarando nulo el primer matrimonio. Existen sin embargo casos complejos desde el punto de vista pastoral: por ejemplo, cuando el primer matrimonio, por más que sea válido, se contrajo de forma superficial y, al final, fracasa, mientras que el segundo se vive de manera conscientemente cristiana y resulta feliz y armonioso. Algunos padres de la Iglesia griegos, en tales situaciones, ciertamente imposibles en sí, han recomendado emplear indulgencia. El entonces profesor Joseph Ratzinger en 1972 interpretó tales afirmaciones en modo de ejemplo. El Concilio de Trento se atuvo a la más rígida tradición latina, pero sin rechazar del todo la más apacible respuesta de la Iglesia greco-ortodoxa.

Los expertos no están de acuerdo sobre las consecuencias que deben sacarse de estos y de otros puntos de vista. Es cierto que no hay que alejarse arbitrariamente de la disciplina eclesial, pero ellos hacen posible una seria reflexión teológica. Esta reflexión no tiene nada que ver con los titulares de efecto de los periódicos, que sólo crean confusión y suscitan falsas expectativas que después desembocan en desilusión. Precisamente en la situación en la que nos encontramos, la Iglesia no haría un servicio a nadie si se alejara de la clara enseñanza de Jesús.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]



- Zenit
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*Primavera
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MensajePublicado: Mie Nov 30, 2005 5:57 pm    Asunto:
Tema: Divorciados vueltos a casar??!!
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La única solución católica es la anulación.
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David Pazmiño B.
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MensajePublicado: Mie Nov 30, 2005 8:52 pm    Asunto:
Tema: Divorciados vueltos a casar??!!
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Extracto de la Exhortación Apostólica "Familiaris Consortio" de S. S. Juan Pablo II, respecto a este tema (las negritas son mías):


e) Divorciados casados de nuevo
84. La experiencia diaria enseña, por desgracia, que quien ha recurrido al divorcio tiene normalmente la intención de pasar a una nueva unión, obviamente sin el rito religioso católico. Tratándose de una plaga que, como otras, invade cada vez más ampliamente incluso los ambientes católicos, el problema debe afrontarse con atención improrrogable. Los Padres Sinodales lo han estudiado expresamente. La Iglesia, en efecto, instituida para conducir a la salvación a todos los hombres, sobre todo a los bautizados, no puede abandonar a sí mismos a quienes —unidos ya con el vínculo matrimonial sacramental— han intentado pasar a nuevas nupcias. Por lo tanto procurará infatigablemente poner a su disposición los medios de salvación.
Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. En efecto, hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente, y los que por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido.
En unión con el Sínodo exhorto vivamente a los pastores y a toda la comunidad de los fieles para que ayuden a los divorciados, procurando con solícita caridad que no se consideren separados de la Iglesia, pudiendo y aun debiendo, en cuanto bautizados, participar en su vida. Se les exhorte a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la Misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar a los hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios. La Iglesia rece por ellos, los anime, se presente como madre misericordiosa y así los sostenga en la fe y en la esperanza.
La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.
La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, «asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos».(180)
Del mismo modo el respeto debido al sacramento del matrimonio, a los mismos esposos y sus familiares, así como a la comunidad de los fieles, prohíbe a todo pastor —por cualquier motivo o pretexto incluso pastoral— efectuar ceremonias de cualquier tipo para los divorciados que vuelven a casarse. En efecto, tales ceremonias podrían dar la impresión de que se celebran nuevas nupcias sacramentalmente válidas y como consecuencia inducirían a error sobre la indisolubilidad del matrimonio válidamente contraído.
Actuando de este modo, la Iglesia profesa la propia fidelidad a Cristo y a su verdad; al mismo tiempo se comporta con espíritu materno hacia estos hijos suyos, especialmente hacia aquellos que inculpablemente han sido abandonados por su cónyuge legítimo.
La Iglesia está firmemente convencida de que también quienes se han alejado del mandato del Señor y viven en tal situación pueden obtener de Dios la gracia de la conversión y de la salvación si perseveran en la oración, en la penitencia y en la caridad.
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Resumiendo:

- El Santo Padre califica de plaga al divorcio, y una plaga que debe ser afrontada
- Debe haber un discernimiento de las situaciones, dice el Papa. No es lo mismo una persona abandonada que puso los medios a su alcance para slavar su matrimonio que una persona que conscientemente destruyó su matrimonio.
- La Iglesia, madre y maestra, debe acoger a los divorciados vueltos a casar, y sostenerlos en la fe y la esperanza
- Lectura de la Palabra, oración, obras de caridad, educación cristiana de los hijos, asistencia a Misa, penitencia, son varias de las opciones que tienen los divorciados vueltos a casar para alcanzar la misericordia de Dios
- El sacramento de la Eucaristía, no obstante, no les está permitido porque contradice el mandato de Dios.

Mi comentario:

El divorcio es en verdad una plaga, y una plaga a la que la sociedad ya se ha acostumbrado, pero mi pregunta es: ¿por qué la Iglesia acepta que dos personas que no practican, no creen ni concuerdan con la Iglesia, se acerquen al sacramento del matrimonio por el mero hecho de haber recibido un bautizo del que incluso a veces reniegan?

He asistido a varias bodas de amigos y conocidos que nunca en su vida pisaron una Iglesia (ni tienen intención de hacerlo), conviven antes de casarse, y en líneas generales, sin caer en juzgar al prójimo, llevan una vida abiertamente contraria a los mandamientos de Dios, y sin embargo, se acercan a la Iglesia de su barrio, piden permiso, presentan su fe de bautismo, fijan la fecha y reciben el sacramento del matrimonio y el de la Eucaristía, para en seguida, pasar a la fiesta en la que luego de varias copas, terminan borrachos novio y novia, denigrando el cuerpo que poco antes recibió la hostia consagrada. Aclaro que no siempre es así, por supuesto, pero pongo este ejemplo para matizar la situación.

Es decir, se dispensa el sacramento del Matrimonio y el de la Eucaristía sin ninguna exigencia y con mucha ligereza y esto provoca en parte, el avance de la plaga del divorcio, así calificada por SS Juan Pablo.

Por otro lado, sería injusto negar el sacramento a parejas basados solo en lo que vemos y oímos de ellos. ¿Quién sabe si de verdad quieren convertirse y poner su matrimonio en manos de Dios por medio del sacramento?... no sé...

En fin, este es un tema que tiene muchas aristas.

Saludos,

David
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Mt. 7, 21
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*Primavera
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MensajePublicado: Mie Nov 30, 2005 10:11 pm    Asunto:
Tema: Divorciados vueltos a casar??!!
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Cuando uno decide casarse por la Iglesia Católica, debe hacer un cursillo que lo imparten católicos y antes de casarse, el sacerdote les hace una serie de preguntas, como por ejemplo: si van libremente al matrimonio, si saben sus obligaciones con la Iglesia, si ACEPTARÁN EL FRUTO DE LOS HIJOS (La mayoria de matrimonios católicos, pobres, no pueden tener muchos hijos, según las estadisticas de ver los hijos que tienen: uno, dos, tres... cuatro...) También en este documento que el sacerdote les va preguntando y apunta las respuestas, pregunta si saben que el matrimonio es para siempre. Y LUEGO LO FIRMAN. Sí, los dos y el sacerdote, lo firman, para poder haber un matrimonio católico. Ah, si mienten; eso ya no lo sé.

Para recibir el Sacramento del Santo Matrimonio, solo hay que ir a la Iglesia y celebrarlo. No exije la Iglesia que vaya la novia vestida de blanco ni el novio de chaque, ni que haya flores, ni que luego haya un banquete. Eso lo hacen LIBREMENTE los nuevos esposo. Pero si no quieren hacerlo: Se les permite casarse igualmente. Yo no sé de muchos sacerdotes que vayan al banquete. Jeje.

Pongamos los pies en el suelo, y sepamos realmente lo que quiere la Iglesia.

Sí, muchos se casán y se casán mal, muy mal, sobre todo en el tema de LOS HIJOS. No es solo la bendición del sacerdote, no, es cumplir los mandamientos de la Ley de Dios y los de la Santa Iglesia.

Y luego, algunos, aún se burlan de los matrimonios que tienen familia numerosa, se rien de nosotros (tengo 16 hijos y se lo que digo).

Hay un catecismo que cumplir. HAY QUE SER SANTOS. No más.

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