TonyF Asiduo
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Publicado:
Mar Dic 26, 2006 2:52 pm Asunto:
CARTA DE NAVIDAD A LOS NIÑOS
Tema: CARTA DE NAVIDAD A LOS NIÑOS |
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CARTA DE NAVIDAD A LOS NIÑOS
¡Queridos niños!
Dentro de pocos días celebraremos la Navidad, fiesta vivida
intensamente por
todos los niños en cada familia. Deseo dirigirme a vosotros, niños del
mundo
entero, para compartir juntos la alegría de esta entrañable
conmemoración.
La Navidad es la fiesta de un Niño, de un recién nacido. ¡Por esto es
vuestra
fiesta! Vosostros la esperáis con impaciencia y la preparáis con
alegría,
contando los días y casi las horas que faltan para la Nochebuena de
Belén.
Parece que os estoy viendo: preparando en casa, en la parroquia, en
cada rincón
del mundo el nacimiento, reconstruyendo el clima y el ambiente en que
nació el
Salvador. ¡Es cierto! En el período navideño el establo con el pesebre
ocupa un
lugar central en la Iglesia. Y todos se apresuran a acercarse en
peregrinación
espiritual, como los pastores la noche del nacimiento de Jesús. Más
tarde los
Magos vendrán desde el lejano Oriente, siguiendo la estrella, hasta el
lugar
donde estaba el Redentor del universo.
También vosotros, en los días de Navidad, visitáis los nacimientos y os
paráis
a mirar al Niño puesto entre pajas. Os fijáis en su Madre y en san
José, el
custodio del Redentor. Contemplando la Sagrada Familia, pensáis en
vuestra
familia, en la que habéis venido al mundo. Pensáis en vuestra madre,
que os dio
a luz, y en vuestro padre. Ellos se preocupan de mantener la familia y
de
vuestra educación. En efecto, la misión de los padres no consiste sólo
en tener
hijos, sino también en educarlos desde su nacimiento.
Queridos niños, os escribo acordándome de cuando, hace muchos años, yo
era un
niño como vosotros. Entonces yo vivía también la atmósfera serena de la
Navidad, y al ver brillar la estrella de Belén corría al nacimiento con
mis
amigos para recordar lo que sucedió en Palestina hace 2000 años. Los
niños
manifestábamos nuestra alegría ante todo con cantos. ¡Qué bellos y
emotivos son
los villancicos, que en la tradición de cada pueblo se cantan en torno
al
nacimiento! ¡Qué profundos sentimientos contienen y, sobre todo, cuánta
alegría
y ternura expresan hacia el divino Niño venido al mundo en la
Nochebuena!
También los días que siguen al nacimiento de Jesús son días de fiesta:
así,
ocho días más tarde, se recuerda que, según la tradición del Antiguo
Testamento, se dio un nombre al Niño: llamándole Jesús.
Es justamente así: este Niño, ahora recién nacido, cuando sea grande,
como
Maestro de la Verdad divina, mostrará un afecto extraordinario por los
niños.
Dirá a los Apóstoles: « Dejad que los niños vengan a mí, no se lo
impidáis », y
añadirá: « Porque de los que son como éstos es el Reino de Dios »
(Mc10, 14).
¡Alabad el nombre del Señor!
¡Alabad el nombre del Señor! Los niños de todos los continentes, en la
noche de
Belén, miran con fe al Niño recién nacido y viven la gran alegría de la
Navidad.
Cantando en sus lenguas, alaban el nombre del Señor. De este modo se
difunde por
toda la tierra la sugestiva melodía de la Navidad. Son palabras tiernas
y
conmovedoras que resuenan en todas las lenguas humanas; es como un
canto
festivo que se eleva por toda la tierra y se une al de los Angeles,
mensajeros
de la gloria de Dios, sobre el portal de Belén: « Gloria a Dios en las
alturas
y en la tierra paz a los hombres en quienes El se complace » (Lc 2,
14). El
Hijo predilecto de Dios se presenta entre nosotros como un recién
nacido; en
torno a El los niños de todas las Naciones de la tierra sienten sobre
sí mismos
la mirada amorosa del Padre celestial y se alegran porque Dios los ama.
El
hombre no puede vivir sin amor. Está llamado a amar a Dios y al
prójimo, pero
para amar verdaderamente debe tener la certeza de que Dios lo quiere.
¡Dios os ama, queridos muchachos! Quiero deciros esto al terminar el
Año de la
Familia y con ocasión de estas fiestas navideñas que son
particularmente
vuestras.
Os deseo unas fiestas gozosas y serenas; espero que en ellas viváis una
experiencia más intensa del amor de vuestros padres, de los hermanos y
hermanas, y de los demás miembros de vuestra familia. Que este amor se
extienda
después a toda vuestra comunidad, mejor aún, a todo el mundo, gracias a
vosotros, queridos muchachos y niños. Así el amor llegará a quienes más
lo
necesitan, en especial a los que sufren y a los abandonados. ¿Qué
alegría es
mayor que el amor? ¿Qué alegría es más grande que la que tú, Jesús,
pones en el
corazón de los hombres, y particularmente de los niños, en Navidad?
¡Levanta tu mano, divino Niño,
y bendice a estos pequeños amigos tuyos,
bendice a los niños de toda la tierra!
Juan Pablo II
Vaticano, 13 de diciembre de 1994. _________________ "Una vez le pregunté a Jesús: -¿Cuánto me amas? Y él me respondió: -así te amo. Y abrió sus brazos y murió por mí". elangeltuyo@yahoo.com.mx
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