Fue infidelidad...

[monik]

Te acompaño con mis oraciones, sé que todo esto pasará, tu matrimonio se restaurará tal como sucedió con el mío. Dios es grande y siempre nos escucha, que te de la fortaleza para seguir adelante en este tiempo de espera.

[*Primavera]

Querida María Esther:

Lamento mucho el que vivas todo lo que vives.

Te quiero mucho y te recuerdo más.

Sigo rezando.

Aceptar los pecados de los demás es lo que Dios hace. Has aprendido de Él y llevas Su sello: Cristiana.

¡Dios es maravilloso!
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*Primavera
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[MANUELA]

[Profesora]

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A JESUS POR MARIA.

[María Esther]

Queridos hermanos en Cristo, Linda Mamita (poraque han de saber que Maru es mi Cyber-mamá):

Es verdad: escribi en un momento de rabia... estaba desconcertada, me sentía humillada. Pero no saben el inmenso bien que me han hecho sus palabras: palabras de consuelo, y el regaño de mi mami que acepto y acojo como buena hija.

No me tomo a personal las cosas y si alguna vez alguien utilizara esta dolorosa confesión púbica en mi contra no lo juzgaría... cada cual actua segun su conciencia.

No ha ocurrido y confío en que no ocurrirá.

Muchas personas, incuso familiares y amigos muy cercanos, me han dicho: "cuando un matrimonio se acaba es culpa de los dos"... y si, es cierto. Pero no siempre a culpa se refiere a fallas contra el otro, a negligencias o a deslices. Muchas veces esas culpas propias tienen que ver con la forma como nos percibimos a nosotros mismos, con la dificultad para poner límites y para exigir un trato digno.

En estos dos meses y medio he vivido un prceso de reconstrucción que agradezco a Dios.

Si... mi Martimonio parece haber llegado a su fin, pero no ha terminado: soy esposa y madre y como tal actúo. Y eso es tremendamente liberador. Saber que se puede amar de formas aún más puras, que se puede entregarlo todo sin que exista reciprocidad es maravilloso. Es entonces cuando virtudes como la Fidelidad y la Castidad toman un matiz distinto y se elevan sobre si mismas.

Lo que vale cuesta... y mientras más cueste algo más valor adquiere. Un pianista no se hace virtuoso si sus manos no sufren; un pintor no logra sorprender al mundo si no se desvela trabajando en su obra; el amor exige renuncias, sacrificios, luchas... y es así como se eleva asemejándose al Amor de Dios. El amor necesita purificación... y el mío está siendo purificado en el dolor y el abandono, incluso en la desepción... y aún se mantiene.

Podrá palidecer, sosegarse, incluso parecer que ha muerto, pero la Fidelidad será la prueba perpetua de un amor asumido y entregado a Quien le pertenece.

Así como el amor es un acto constante de voluntad la fidelidad se convierte en expresión concreta.

Y, ante la abundancia de mal, es imprescindible que sobreabunde el bien.

¿Acaso yo estoy excenta de tentaciones? ¡No! Pero le pido a Dios la gracia de mantenerme atenta y vigilante. Me tomo de su mano y ofrezco todo por mi esposo. ¡Si! Por él, porque yo he sido fortalecida, acompañada, aconsejada con amor... Me siento amada y bendecida en abundancia. Y me apena verlo solo, alejado de los suyos, confundido... desenamorado. Ha de ser una experiencia terrible.

Y, mientras tanto, solo espero y confío. Dios está actuando... Él hace Su Obra en cada uno. Y, a través de ustedes, queridos hermanos en Cristo, me ha hablado con tanta claridad como jamás imaginé que lo haría conmigo.

Los quiero a todos.

Te quiero mamita preciosa. Gracias por ser tan firme conmigo.

[Marisolilla Mor]

[Jero]

Querida Maria Esther:

Aunque hace tiempo que no entro en el foro, aprovecho un minuto para escribirte algo, con la esperanza de que encuentres unas pocas palabras de ánimo.

Es bueno que sigas amando a tu esposo. Es lo que le prometiste delante de Dios, y para toda vuestra vida. Y es algo bonito, hermoso. Es el verdadero amor, como dice San Pablo, perdona sin límites, espera sin límites, pero no para que sea un sufrimiento para tí, sino para recordar las cosas buenas que has vivido a su lado, que te ha dado a tus niñas, y que sólo por esto ha merecido la pena.

Ahora estais pasando un tiempo en vuestro matrimonio distinto, pero seguís casados, y seguro que a él también le queda algo de amor hacia tí, aunque no se dé cuenta ahora.

Y no es verdad que cuando en un matrimonio hay crisis es culpa siempre de los dos. Siempre hay uno con mayor responsabilidad, o incluso, la culpa puede ser excluivamente de uno solo. Y es que Dios nos ha hecho libres, también para hacer el mal.

Aprovecha este tiempo fuerte para hacer cosas que antes no podías o no tenías tiempo, rezar más, estar más cerca de Dios, disfrutar de tus hijas.

Rezo por tí y tu familia.

Que Dios te bendiga.

[María Esther]

Gracias querido Jero:

Tus palabras me han hecho mucho bien... las necesitaba.

Aún sufro por este amor pero confío en que poco a poco el Señor lo hará menos amargo, incluso algo dulce.

Me refugio en brazos de María Santísima y le ruego que enjugue mis lágrimas.

No es facil amar a quien te rechaza, aunque medie una Promesa ante Dios. No es facil esperar los azotes de aquel a quien entregaste tu vida entera, aún en nombre del amor.

Pero cada dolor puede dar fruto si se une a los Méritos de Cristo.

Solo entonces el sufrimiento tiene un brillo nuevo, un propósito misterioso.

Dios te bendiga.

[Jero]

Muchas gracias por tus palabras, querida Maria Esther.

Me alegro de que te hayan aliviado, aunque sea un poco.

Y es que es lo que nos encargó Jesús, rezad unos por los otros, alentaos mutuamente, unidos en la oración y en los Sacramentos.

Esta es nuestra familia, la Familia de la Iglesia Católica.

Reza por mí y por mi familia también, te lo agradezco de veras.

Que Dios os bendiga.

[María Esther]

Rezo, querido Jero, y ofresco mis sufrimientos por tus intenciones y por las de todos aquellos que me han acompañado en este doloroso proceso.

Somos hermanos y vivimos unidos a la Vid... somos sarmientos y la Savia del Señor nos alimenta maravillosamente.

¡Cuñan poderosa es la intercesión! Y uán dulce la Promesa del Señor: "Estaré con vosotros hasta el fin del mundo". Siempre Presente, siempre actuante, siempre amándonos a pesar de nuestras muchas infidelidades.

Reparar y orar, creer y amar. Solo eso nos pide el Señor: Negarse a sí mismo, tomar la propia cruz e ir en pos de Él.

Las palabras toman cuerpo cuando se experimentan en la propia vida. Y por eso doy, nuevamente, gracias a Dios.

Mis sufrimientos eran pasajeros, tal vez ligeros... les faltaba peso para poder ser llamados verdaderamente "dolores".

Hoy, que este caos devastador se cierne sobre mi y me arranca de raiz las ilusiones, los sueños, el amor mismo que juré entregar a mi esposo, veo la magnitud del dolor como fuerza incontenible si es unido a los Méritos de Cristo.

¡Cáanta riqueza! ¡Cuánto poder en la humildad del sufrimiento! Aún sin conocer los propósitos del Señor quien sufre en Su Presencia bien puede sentirse colaborador de la Obra de Dios.

No es para sentir orgullo... no... porque nada merecemos. Pero cuando sufrimos es Dios mismo Quien nos toca con su Mano y nos asemeja a Él, el Dios sufriente que tanto amó al mundo que le entregó a Su Hijo Único.

Seguir a Dios cuesta pero la recompenza es infinita: Él mismo, gozar de Su Presencia. La vida es efímera, lo que vivamos solo puede servir para aspirar a la Vida Eterna, la verdadera y única vida, la plenitud en Dios.

Mientras tanto solo nos resta confiar y esperar, rezar y creer. Fortalecernos en la Fe bajo en amoroso influjo del Santo Espíritu, acogernos bajo el Manto de María, unirnos a las Preces de los Santos y mirar hacia adelante con el corazón puesto en Dios.

[Jero]

Querida Maria Esther:

A veces nos olvidamos de que el sufrimiento forma parte inseparable de nuestras vidas. No es que sea algo excepcional, o fuera de una vida "normal". No, es parte de la vida y querido así por Dios, aunque no lo entendamos.

Dios mismo no ahorró sufrimientos a su Hijo. El mismo Hijo no quiso dejar de beber "el Cáliz que he de beber".. "pues para eso he venido al mundo".

Santa Teresa decía algo así como que Dios trata muy mal a sus amigos.

Pensemos que todo es para bien, Dios lo quiere o permite. Y El sabe sacar bien del mal.

Te contaré que siempre que he tenido dificultades o preocupaciones en la vida, tratando de acercarme más a Dios, me han servido para rezar más, aumentar la fé, vivir más cerca de Dios, estar más pendiente de los demás, y descubrir cosas y a personas excepcionales en la vida.

Sólo Dios basta, y aprovechemos las alegrías y las penas cada uno de estos días de nuestra vida que Dios prepara para nosotros con todo el cariño.

Que Dios os bendiga.