Entrada al Cielo

[Nubeia]

Imagina el momento de tu muerte...

Tu alma se separa de tu cuerpo.
A tu alrededor: amigos, familiares, quizá algún médico.
Pero entre ellos y tu, ya no ha relación alguna.
Sin casi quererlo, te alejas de ellos sin que nada te pueda detener,
Dejando ahí todo lo que tenías.
Entras a un túnel oscuro, no puedes ver ni caminar.
Y en el fondo una luz te ilumina.
Caminas, te acercas y ves la silueta de una mujer, es María.
Es María que te toma de su mano y poco a poco todo se ilumina.

Ahora si puedes ver
Ves a tantos hombres y mujeres que murieron antes que tu
Y ya están gozando.
Tu papá, tu mejor amiga, el Papa, los santos.
La infinidad de mártires.
Quisieras quedarte ahí con ellos, gozar, como están ellos ya gozando.

Pero en un instante, todo se oscurece.
Y como en película, empiezas a ver tu vida.
Por un lado se descubre la infinidad de gracias que Dios te dio.
El don de la redención, el día de tu bautismo, los sacramentos, la Eucaristía, la Confesión
Cuanto amor y perdón de Dios.
Los retiros, tu familia, el conocimiento de la fe, tu educación cristiana.
Tu salud, tu liderazgo y tu educación,
Todo se te dió para que fueras feliz.

Por otro lado tu correspondencia, tu entrega, tu apostolado, tu sacrificio.
La cruz... la cruz llevada con paciencia y amor.
El amor en las obras, las caídas y la lucha para levantarte otra vez, todo ha valido la pena.
Nada, absolutamente nada ha sido en vano.
El compromiso, los sí constantes a Dios, las tentaciones vencidas,
ahí esta la luz que descubre el valor de la virtud y el dolor.

Quizá, quizá en ese momento saldrá del corazón,
la petición a Dios de volver a empezar para no omitir nada, y amar más.

Nuevamente todo se ilumina.
Puedes ver el gran trono donde Reina Dios.
Una multitud inmensa de ángeles a tu alrededor, te elevan y acercan a Él.

Delante de ti, está tu ángel de la guarda.
Tu lo reconoces porque tiene grabado tu nombre
En la palma de su mano.
Te acerca al trono, nuevamente ves a María
A su lado, Dios.
Y junto a El, Cristo.
El único sentido de tu entrega.

Tu ángel de la guarda se acerca y le lleva a Cristo una caja inmensa,
Él la abre y coloca sobre tu cabeza la gran corona.
¡La corona de tu entrada al cielo!
Cristo te mira y te da el abrazo eterno.

___________________

¡Paz y bien!

Esta es una reflexión que he escuchado en un Cd, lo he pasado en letra porque me gustó mucho y he querido compartirlo con ustedes.

Dios los bendiga
_________________
Claudia

"Padre... Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo"

[monik]