Pedro Invitado
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Publicado:
Sab Dic 17, 2005 8:58 pm Asunto:
BUSCO NOVIA CATÓLICA PARA FORMAR FAMILIA
Tema: BUSCO NOVIA CATÓLICA PARA FORMAR FAMILIA |
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TODO ES PURO PARA LOS PUROS
* "Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas" San Pablo
Qué profundísima es esto que nos dice el Apóstol de los gentiles. Me mueve a una profunda reflexión y me trae a la memoria también algo esencial que nos comunica un carmelita extraordinario, el Doctor Místico:
* "Que ésta es la bajeza de esta nuestra condición de vida, que, como nosotros somos y estamos, pensamos son los otros, y como somos, juzgamos a los demás, saliendo el juicio y comenzando de nosotros mismos y no de fuera. Y así, el ladrón piensa que los otros también hurtan; y el lujurioso piensa que de su condición son los demás; y el malicioso, que los demás lo son, saliendo aquel juicio de su malicia; y el bueno piensa bien de los demás, saliendo aquel juicio de la bondad que él tiene en sí concebida..." San Juan de la Cruz [Llama de amor viva, canción 4ª, 8]
Meditando en todo ello, hace no mucho tiempo reflejé por escrito algo esencial que me dijo Dios en sueños:
“'Mira, Pedro, que cada cosa de fuera de ti es un Espejo donde te miras. Si la nube de la angustia llena el horizonte de tu corazón, verás una nube de angustia en cada corazón.
Si la calma viene a sentarse en medio de tu pecho, verás que cada uno también lleva sentada la calma en su pecho.
Si tu cabeza es la guarida donde se esconden pensamientos de odio, de rencor o de envidia, cuando andes por las calles de la vida sólo verás pasar por ellas al Odio, y sentado en las terrazas verás al Rencor, y parada en cada esquina a la Envidia... Y dirás:
“¡Desearía volar más allá de estas calles porque están contaminadas y querría ir más allá de los muros de esta casa para sentir el campo limpio de la Pureza!
De verdad te digo:
Limpia tu mente y todo se limpiará. Limpia tu corazón y todo se limpiará. Sé limpio y todo estará limpio.
Ignorante es aquel que, viendo lo de fuera sucio, no se da cuenta de su suciedad. Ignorante es aquel que desea limpiar su templo en el templo de los demás; y todos los días y todas las noches de su existencia piensa que el mal está fuera de él y no en su corazón.
¡Cuánto aprendería un espíritu crítico si supiera que se está criticando a sí mismo cuando critica a alguien!
El día que aprendas todo esto, nacerás de nuevo.
Sólo a partir de ese día te dirán algo los atardeceres, te dirán algo las mañanas, y te hablarán las flores. Empezarás a andar entonces por Mi Camino, y tu lengua será como la de los pajarillos, y tus manos serán como los ríos, y tus ojos serán la vida que mira a la Vida.....'"
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Estimados hermanos y hermanas en Cristo:
Me llamo Pedro, tengo 41 años, estoy soltero y sin compromismo, y vivo en Granada (España). Soy católico practicante. Soy abstemio, no fumo, no tengo vicios, llevo una vida muy sana, me encanta la lectura, la música, la pintura, el teatro, viajar, pasear, caminar por la playa.., vivir y dejar vivir. Soy un empedernido romántico, y me encanta escribir poemas. Trabajo en el ramo de la hostelería.
Soy, ante todo, una persona espiritual. Me duele la época materialista que vivimos. Lo exterior, por desgracia, es el signo de los tiempos. No a la mente. Lo físico, jamás la sensibilidad intelectual. El cuerpo concebido como escaparate, ventana que incita a los espectadores a asomarse a él. El cuerpo, único canon de belleza. El cuerpo exhibido y codiciado, publicitado. Playas. Gimnasios. Toda ocasión es propicia para vestirle con insinuantes ropajes, para desnudarle, no importa el escenario. Al fin, la sociedad pagana actual vive en función del sexo, y éste necesita despertarse, ser estimulado al precio que sea. Nada en función del pensar, conocer, imaginar.. Exhibir como único poder de la atracción física que despierta la carne cuidada, preparada en la escuela de la vida. ¿Quién osaría crear otra que gastara sus recursos y energías en la preparación moral, intelectual? Ellos, ellas, y sus cuerpos, persiguiendo, acosando con sus imágenes a los consumidores, da igual lo que publiciten, de lo que hablen, nada cuenta fuera de la pintura que los recubre, los ejercicios que los estimulan, los vestidos y trajes en que habitan, las formas que insinúan o abiertamente exhiben desnudas.
Los cuerpos. Para ellos organizan sus vidas. Al fin, unas y otros no son sino la continuidad sincrónica y repetitiva del mundo, todos incursos en la forma que parece detener el tiempo, sin cuestionarse el hecho de que un día han de envejecer.. Y todo el estruendo del poder, la malsana canción de los negocios, la decadencia del mundo en que habitan y consumen sus vidas, desaparece ante su única obsesión: posesionarse de un cuerpo, real o imaginado, el cuerpo exhibido, deseado, tal vez soñado. Beben y casi nunca pierden la compostura, es decir, borrachos o cuerdos hablan y hablan de sus reiteradas historias, incapaces de escapar a la vulgaridad que las informa. Lo importante es que no se piense, que no se reflexione: espectáculos de masas, gentes vociferantes, conciencias sumisas a las que sólo se permite aplaudir o corear idénticas palabras, en la política, en la televisión, en el deporte: convertir todo, cualquier actividad profesional o lúdica, de la vida, en espectáculo, ficción, nunca participación, y, en medio, la belleza del cuerpo al que se rinde, aunque esté hueco por dentro, pleitesía. La sonrisa erótica de Claudia Schiffer importa más que el contenido del coche que anuncia, o, sepa o no jugar al tenis, la Kournikova ganará más que cualquier otra deportista. Y así podríamos hablar, en la decadencia del cine, y de todas las artes...
Al fin, en la sociedad de la gesticulación, boca, senos, piernas, melenas o muslos, de hombres o mujeres, es lo único que cuenta. Así estamos. Ya hace muchos siglos escribió Marco Aurelio: «Has nacido esclavo, no participes de la razón». ¿Y qué lejos nos quedan páginas como las del Diario de Kierkegaard: «Si un árabe, en el desierto, descubriese de pronto un manantial dentro de su tienda, que le surtiera de agua en abundancia, se consideraría muy afortunado; y lo mismo le ocurre a un hombre cuyo ser físico está siempre vuelto hacia lo exterior, pensando que la felicidad mora fuera de él, cuando finalmente entra en sí mismo y descubre que la fuente nace dentro de él»?. ¿Cómo no iba a llegar el momento en que la presentadora de telediarios, entre noticia y noticia, se fuera despojando de la ropa? Ah, mujer, dónde queda tu lucha emancipadora, tu dignidad de persona, y tú, hombre, en qué pozos de profunda nada arrojaste tu desarrollado pensar... Cultivar el cuerpo porque ya no se cree en la existencia, es decir, el valor del espíritu. Es el nihilismo absoluto. La belleza sin sentimientos, el asesino sin motivos, Sísifo o Raskolnikov.
Seguro que este mundo pagano, sin Dios, sin espíritu ni ideales, exhibicionista, devorador de cuerpos, nunca leyó a San Agustín: «No salgas fuera, regresa a ti mismo; en el hombre interior habita la verdad».
Como colofón, pues no quiero abusar de vuestro foro, nada más comenzar mi presentación personal, quisiera hablaros de la cuestión de la soledad, la cual se manifiesta en toda su amplitud en la existencia, en toda existencia, tarde o temprano. En inglés hay dos palabras para designar la soledad: 'loneliness', negativa, que designa un sentimiento de abandono; y 'solitude', positiva, que designa esa soledad que es condición esencial para tomar conciencia del mundo y de los otros. Yo he sentido, hermanos y hermanas, ambos tipos de soledad simultáneamente. He descubierto así que la soledad es, por un lado, el medio más extraordinario para entrar en intimidad con nosotros mismos. Y es que, en puridad, en nuestra vida estamos solos a todas horas. Los demás están a nuestro alrededor, pero vivimos solos. Raramente uno consigue asomarse al misterio del otro. El amor es la vía más normal para estos encuentros. Porque, a mi entender, el ser humano es una apertura donante y recipiente, siendo cada hombre un proyecto integrado en un conjunto de proyectos, entre los que, cada uno sin perder su individualidad, comparte la riqueza de los demás y a su vez enriquece a todos. Por tanto, yo pienso que el hombre fue llamado no para permanecer ahí, como si fuera un ser acabado y encerrado, sino para superarse, trascender sus propias medidas, en comunión con todos los demás.
La persona no es un ser "para sí" ni "hacia sí". La persona es por naturaleza tensión y movimiento hacia el otro, hacia el otro centro subjetivo que vive su propia individualidad. En la medida en que el hombre se abre y se da, en esa misma medida es libre y en esa misma medida madura y ama. La medida de la madurez humana es, a mi juicio, la entrega de su riqueza interior y, al mismo tiempo, la participación de la riqueza de los demás.
Dice, por ejemplo, -y permitidme la licencia de ir un poco más allá, para desarrollar mejor esta idea fundamental-, el escritor norteamericano Paul Auster: "El amor está en un lugar donde uno se pierde a sí mismo, de forma que olvidas el ego y se lo das a alguien. Y en el acto de darse a alguien uno se convierte en sí mismo de forma más plena y satisfactorian (...) es una gran paradoja, porque sólo cuando empezamos a vivir para los otros nos sentimos más vivos; cuando uno vive para sí mismo, la vida es lánguida, pobre y un triste negocio". ¡Qué razón tiene! Esta certera reflexión me conduce a pensar, queridos hermanos y hermanas, que hay que convertirse en buscadores de esperanza. Sí, hay que convertirse, a pesar de las tragedias que vemos y sentimos por doquier, en difusores de alegría, cultivarla en nosotros y expandirla hacia el exterior.. Soy consciente, por supuesto, ya os digo, de las atrocidades que se cometen en el mundo y a nuestro alrededor, el odio, la violencia, lo mezquino de tantas instituciones y falansterios de toda laya, pero hay también buena gente. Y existe algo que se llama AMOR. La gente se ama y, en medio de este horror que vivimos, resulta esencial recordar esto.
Cultivar la alegría no significa pues no ver las fealdades y desperfectos del mundo, no significa arrojar sobre la realidad un velo color de rosa para crear una felicidad ilusoria; por el contrario, vivir en la alegría significa para mí vivir en la consciencia extrema, atestiguando, en el mundo oscuro, una pertenencia diferente del ser. La alegría no es un lenguaje de palabras sino de miradas; la alegría no convence, contagia. La ALEGRÍA es poderosamente revolucionaria porque revolucionario es el amor sin distinciones al que sirve de vehículo.
Pues bien, este hombre alegre, cristiano, que aquí se os presenta, busca desde hace tiempo, infructuosamente, pero sin perder nunca la esperanza, una mujer cristiana, católica practicante, a la que amar y hacer feliz, muy feliz, y ser amado por ella, para formar una familia cristiana.
Mil gracias por dejarme escribir aquí y por abusar de vuestra paciencia
Pedro
UN ABRAZO EN JESÚS CON MARÍA INMACULADA[/b] |
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