Aún sobre la Sierva de Dios Laura Meozzi

[Orpam Saretnoc Laverz]

Hablaba sobre la humildad para con Dios. Copio el resto de cuanto en una página de espiritualidad enviada al Vaticano, decía así:

"Para con el prójimo: una verdadera humildad que hace que consideremos con admiración el bien que él tiene de Dios; y nos hace descubrir el mal que hay en nosotros. Los Santos cuanto más avanzaban en la perfección, tanto más progresaban en la humildad. No tomemos la actitud de jueces de los otros, sino sólo de nosotros mismos. Para con el prójimo hagamos como las madres, que siempre saben excusar los defectos de sus propios hijos, y sólo consideran el bien.
En fin, humildad, en orden a nosotros mismos. Reprimamos aquella interna complacencia y estima propia que puede suscitarse en nosotros por los dones de naturaleza y de gracia que poseemos; en efecto, ¡nos han sido dados!
Quien es verdaderamente humilde de corazón se cree indigno del bien que tiene, indigno de ser colmado por Dios de bienes y consolado; y es agradecido a todos y por todo. Se guarda del alabarse, del hablar de sí mismo, del creerse superior a los demás y no procura ocultar los propios defectos bajo falsas apariencias. Antes bien, cuanto más pequeño se considera a sus propios ojos, tanto más grande es delante de Dios.
Quien es verdaderamente humilde es semejante a aquellas estrellas que cuanto más altas están, tanto más pequeñas resultan a nuestros ojos; mientras en sí mismas son de una grandeza desmesurada.
Éste es sólo un esbozo de alma humilde; pero quien se ejercita generosamente en estos actos puede alcanzar verdaderamente la santidad".

De la Sierva de Dios Sor Laura Meozzi FMA

Ayer puse de donde procedía esta mujer, religiosa, misionera italiana que dio su vida y que ha dejado huellas imperecederas, como todo discípulo de Cristo.

Recientemente he hecho unos Ejercicios Espirituales y recuerdo bien que me impresionó, de nuevo, el pensamiento de que cada cual ha de presentarse como es.
Es decir, como decía Sor Laura, no esconder los defectos (ved arriba), para ser alabados, sino presentarnos tal cual somos con sencillez.

Que este sábado nos sintamos unidos a María especialmente, como Madre nos acompaña.

¡Buenos días nos dé Dios! (una amiga tremendamente humorista decía aún: y buenos platos de arroz. O bien: a los pobres que los ricos ya se los toman.

Con humor, sonrisa, alegría, abordemos este día de tiempo pascual.
Un abrazo cariñoso, de vuestra amiga y forera que va con vosotros.
Orpam Saretnoc Laverz