Ardnaxela Esporádico
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Publicado:
Lun May 14, 2007 12:19 pm Asunto:
AGRADECE EL DON DE DIOS...
Tema: AGRADECE EL DON DE DIOS... |
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Les comparto este artículo de reflexión que escribí hace un tiempo para un Semanario Católico de mi país.
Con cariño,
ARDNAXELA...
AGRADECE EL DON DE DIOS
Hay una corriente de pensamiento cotidiano -bastante común-, que nos hace pensar que nuestra valoración personal depende de cuánto tenemos materialmente. Y esto crece cuando creemos que nuestras posesiones deben crecer en comparación a las cosas que tienen los que tenemos a nuestro lado.
En palabras llanas, esto se llama envidia. La envidia es un síndrome (como expresión caricaturesca) que lo padecen quienes todavía no han conocido el significado profundo de la palabra DON. Es decir, quienes no han descubierto aún los regalos de Dios en sus vidas. Éstos son muchos, innumerables. La Pascua es tiempo para descubrir tu don.
Quien padece esta enfermedad –y sigo con la expresión caricaturesca del asunto- sufre del problema de la ceguera. Su falta de visión consiste en no verse a sí mismo con los ojos de la sabiduría, que nos da la certeza de poder regocijarnos en quienes somos realmente, disfrutarnos como seres humanos creados, tal como el Padre Creador nos quiso crear. Seres irrepetibles con virtudes y capacidades que pueden ser desarrolladas como nadie y de manera nueva.
El ciego, es decir, el envidioso, gasta sus esfuerzos en ser como los demás o mejor que ellos material y afectivamente, comparándose continuamente y deseando lo que otros desean hasta mejorarlo, según su criterio, y satisfacerse. Vive siempre hacia fuera, olvidándose de su propio interior. Como no se conoce, cree falsamente que no tiene nada que dar si no se acomoda a la corriente.
Envidiar es no conocerse, no valorarse. Y, lo que es peor, no reconocer la obra de Dios en uno mismo. Cuando no reconocemos que somos hijos de un Ser Perfecto, es porque todavía no hemos experimentado Su Amor. Mas este bloqueo enfermizo puede romperse con la sinceridad personal, con la humildad. Se trata de hacer un viaje hacia nuestra propia interioridad y buscar allí, en ambiente de diálogo sincero con el Altísimo, su rostro transformador. Seguramente que la enfermedad quedará sana. No hay mayor alegría que amar la obra de Dios en nosotros y saborear su ternura y delicadeza en nuestras vidas.
Palpar desde la experiencia de nuestro corazón la misericordia de Dios es dejar a un lado las obsesiones por ser el centro de nuestra propia vida y de la de los demás. Dejar a un lado la tristeza de no poder acaparar capacidades o talentos, cosas materiales o personas obstaculizando así el plan del Padre Celestial en los hermanos. Muy al contrario, seremos cauces de luz ayudando a nuestros semejantes a realizar el proyecto de Dios sobre ellos y enriqueciéndonos unos a otros con los dones de todos. Eso es comunidad, eso es fraternidad. Eso es ser Iglesia. Eso es agradecer el don de Dios cada día, sobre tu vida, sobre quienes caminamos continuamente, día a día.
¿Sabes tú cuál es tu don?
(La autora es Religiosa) _________________ *ARDNAXELA*
*There were moments here on earth, when Jesus felt weary. His heart was so broken that he cried. Whatever you're feeling, He understands, and He's there with you now.* |
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