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AdelaR Nuevo
Registrado: 20 May 2007 Mensajes: 1
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Publicado:
Dom May 20, 2007 11:47 pm Asunto:
Quiero ayudar a la familia de mi marido
Tema: Quiero ayudar a la familia de mi marido |
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Qué triste cuando los miembros de una familia se alejan entre ellos. Ahora mi suegra y mi cuñada no se hablan, y los hermanos se ven incapaces para mediar. Yo quiero ayudar, aunque sé que quien intenta ser redentor sale crucificado. El origen del problema es el marido de mi cuñada, alguien con un carácter muy especial que no tiene el don de caer bien. Me gustaría encontrar un libro o artículos sobre el tema y actuar. |
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enriqueellena Invitado
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Publicado:
Lun May 21, 2007 12:16 am Asunto:
Tema: Quiero ayudar a la familia de mi marido |
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Este artículo te puede ayudar, no es un tema fácil. Espero que puedas resolver el problema favorablemente.
¿Recuerdas la oración de San Francisco?
ORACIÓN DE SAN FRANCISCO
Señor,
Haz de mí un instrumento de paz.
Donde haya odio ponga yo amor.
Donde haya ofensa ponga yo perdón.
Donde haya discordia ponga yo unión.
Donde haya error ponga yo la verdad.
Donde haya duda ponga yo la fe
Donde haya desesperación ponga yo la esperanza.
Donde haya tinieblas ponga yo la luz.
Donde haya tristeza ponga yo la alegría.
Señor.
Que no busque tanto ser consolado como consolar.
Ser comprendido como comprender.
Ser amado como amar.
Porque es dando, como se recibe;
Es olvidándose, como uno se encuentra;
Es perdonando, como se es perdonado;
Es muriendo como se resucita a la vida eterna.
Amen
El amor en familia: conocer, confiar y exigir
En la familia es donde se hace posible el amor sin condiciones
Formar a nuestros hijos en la afectividad es ayudarlos a desarrollar su capacidad de amar. El amor se transmite principalmente en la familia.
LA FAMILIA
“La familia es una íntima comunidad de vida y amor” cuya misión es “custodiar, revelar y comunicar el amor” con cuatro cometidos generales (Familiaris Consortio)
*Formación de una comunidad de personas
*Servicio a la vida
*Participación en el desarrollo de la sociedad
*Participación en la vida y misión de la iglesia
Aprender a Amar
La capacidad de amar es resultado del desarrollo afectivo del ser humano durante los primeros años de su vida. El desarrollo afectivo es un proceso continuo y secuencial, desde la infancia hasta la edad adulta.
La madurez afectiva es un largo proceso por el que el ser humano se prepara para la comunicación íntima y personal con sus semejantes como un Yo único e irrepetible; y que debe desencadenarse al primer contacto del niño con el adulto perpetuándose a lo largo de su existencia.
A pesar de que el hombre fue creado por Dios con una capacidad innata para amar, el crecimiento y la vivencia del amor se realiza a través de la experiencia que el hombre va adquiriendo a lo largo de toda su vida. En el contexto individual de cada persona, esta experiencia se ubica en su familia.
En la familia es donde se hace posible el amor, el amor sin condiciones; los padres que inician la familia con una promesa de amor quieren a sus hijos porque son sus hijos, no en razón de sus cualidades. “La familia es un centro de intimidad y apertura”. Es en el seno familiar donde cultivamos lo humano del hombre, que es el enseñarlo a pensar, a profundizar, a reflexionar. Es en el ámbito de la familia donde el hombre aprende el cultivo de las virtudes, el respeto que es el guardián del amor, la honradez, la generosidad, la responsabilidad, el amor al trabajo, la gratitud, etc. La familia nos invita a ser creativos en el cultivo de la inteligencia, la voluntad y el corazón, para poder contribuir y abrirnos a la sociedad preparados e íntegros. El amor de la familia debe trasmitirse a la sociedad.
La familia es el primer ambiente vital que encuentra el hombre al venir a este mundo y su experiencia es decisiva para siempre.
La familia, dice Juan Pablo II, es la primera y más importante escuela de amor. “La grandeza y la responsabilidad de la familia están en ser la primera comunidad de vida y amor, el primer ambiente en donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino también y ante todo por Dios”.
Todo se relaciona con el misterio del Padre que nos ha creado por amor y para que amemos. Nos ha hecho a su imagen y semejanza, todos somos hijos suyos iguales en dignidad. Para revelarnos su paternidad de amor “nos hace nacer del amor” de un hombre y de una mujer e instituye la familia; ella es el lugar del amor y de la vida, o dicho de una mejor manera: “el lugar donde el amor engendra la vida”.
Amor conyugal, modelo de amor para los hijos.
“La familia es la primera y fundamental escuela de sociabilidad, como comunidad de amor encuentra en el don de sí misma la ley que le rige y le hace crecer. El don de sí que inspira el amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma del don de sí que debe haber en las relaciones entre hermanos y hermanas y entre las diversas generaciones que conviven en la familia. La comunión y la participación vivida cotidianamente en la casa, en los momentos de alegría y de dificultad representan la pedagogía más concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fecunda de los hijos en el horizonte más amplio de la sociedad”(Familiaris Consortio)
Alguien dijo que “se puede procrear fuera de la familia, pero sólo en familia se puede educar”, y educar para amar sólo se puede en el ámbito de la familia: amando. El ejemplo es el mejor método para educar; hay una frase que dice “Lo que eres habla tan fuerte, que no oigo lo que me dices”. Qué nos ganamos con decir, o pretender demostrar, amor a nuestros hijos, lo que importa es lo que ellos ven en la forma como tratamos a nuestro cónyuge.
Tenemos que entender claramente que no hay nada que eduque más y mejor a los hijos que el ejemplo de amor que ven en sus padres como pareja. Para realmente poder amar a nuestros hijos tenemos primero que amar a nuestro cónyuge.
El amor, factor de desarrollo de los hijos
El otro aspecto fundamental de la influencia del amor, dentro de la familia lo encontramos en el desarrollo de la persona, más particularmente, de los hijos.
Cada familia, aun sin pretenderlo crea un ambiente (de amor o de despego y egoísmo, de rigidez o de ternura, de orden o de anarquía, de trabajo o de pereza, de ostentación o de sencillez, etc.) que influye en todos sus miembros, pero especialmente en los niños y en los más jóvenes.
CONOCER.
Amar es buscar el bien integral del otro. El que ama y sólo el que ama, conoce bien a la persona amada, porque la conoce no sólo como aparece sino como es por dentro, y más aún conoce “su posible”, aquello que puede y “debe” llegar a ser. Como dice Paul Valéry “lo que es más verdadero de un individuo, lo más de él mismo, es su posible, lo que puede llegar a ser”.
Partiendo del hecho de que el hombre “es un ser en proceso” pensemos que es en la familia donde más va a avanzar dentro de este proceso. Así podremos valorar la trascendencia de nuestro amor a los hijos. Nuestro amor será responsable de que ellos alcancen la estatura que deben llegar a tener, en todos los aspectos de su persona.
El que ama no sólo conoce lo que la persona amada puede llegar a ser, sino que “le ayuda a ello”, le ayuda a que desarrolle todas las potencialidades que tiene y que muchas veces ignora, le ayuda a que sea lo que puede llegar a ser.
CONFIAR
La psicología afirma que el afecto estimula el aprendizaje y desarrolla la inteligencia gracias a la sensación de seguridad y confianza que otorga y que se desarrolla lentamente a través de la infancia, la niñez y la adolescencia.
La persona humana que está siempre en proceso de irse haciendo, es un ser con cierta dosis de inseguridad. El que se siente amado experimenta dentro de sí una fuerza que incrementa su seguridad.
Sentir la confianza de las personas queridas es, no sólo de gran ayuda, sino en muchas ocasiones “vital”.
Confiar no significa hacerse de la vista gorda, consentir, ceder. Confiar significa creer en la persona a pesar de que los hechos estén en su contra.
Confiar en alguien implica ser paciente, saber esperar.
¿Cómo podemos infundir confianza en nuestros hijos?. Ayudándoles a que descubran sus cualidades, limitaciones y defectos. Ayudándoles a que desarrollen cualidades, animándoles y aplaudiendo sus logros por pequeños que sean, ayudándoles a que descubran a dónde pueden llevarles sus inclinaciones si no las dominan y sobre todo, haciéndoles sentir nuestro cariño. Para esto necesitamos no sólo paciencia, sino también tiempo.
Lo contrario de la confianza es descargar sobre nuestros hijos nuestro coraje e impaciencia, echar en cara sus torpezas, fallas y malas acciones, sin transmitirles la seguridad que tenemos de que pueden cambiar. El decirles “eres malo” en lugar de “lo que hiciste” es una acción mala.
EXIGIR.
Exigir es un ingrediente esencial del amor.
Sólo quién en nombre del amor sabe ser exigente consigo mismo puede exigir por amor a los demás; porque el amor es exigente. Lo es en cada situación humana.
El amor, al que San Pablo dedicó un himno en la Carta a los Corintios, es ciertamente exigente “amor paciente, servicial, comprensivo...”.
Amar a los hijos no significa evitarles todo sufrimiento. Amar es buscar el bien para el ser amado en última instancia y no la complacencia momentánea. Es posible que algunas veces por amor a un hijo le generemos una frustración momentánea que en realidad lo prepara para un bien más grande.
El amor necesita disciplina.
Citamos a Ignace Lepp, en su libro Psicoanálisis del amor nos dice
“El amor auténtico es el más eficaz creador y promotor de la existencia. Si tantas personas - bien o mejor dotadas - siguen siendo tan mediocres, se debe a menudo, a que nunca han sido amadas con un amor tierno y exigente”
Trascendencia del amor
El amor auténtico vivido en la familia debe alcanzar a la sociedad, la familia debe salir de sí misma y compartir esta vivencia profunda del amor entre ellos que es un reflejo del amor de Dios Padre.
Los Apóstoles comprendieron que el matrimonio y la familia es una verdadera vocación que proviene de Dios, un apostolado, el apostolado de los laicos. Estos ayudan a la transformación de la tierra y a la renovación del mundo, de la creación y de toda la humanidad.
A este respecto el Papa Juan Pablo II en la Carta a las Familias nos dice: “Queridas Familias: vosotras debéis ser también valientes, dispuestas siempre a ser testimonio de la esperanza que tenéis por que ha sido depositada en vuestro corazón por el Buen Pastor mediante el Evangelio. Debéis estar dispuestas a seguir a Cristo hacia aquellos pastos que dan la vida y que Él mismo ha preparado con el misterio pascual de su muerte y resurrección.”
El amor en la familia tiene dos cometidos fundamentales:
1. Enseñar el amor, aprender a amar. Revelar, custodiar y comunicar el amor, y proyectarlo a la sociedad.
2. Ayudar a cada uno de sus miembros, especialmente a los hijos, a que desarrollen todas sus potencialidades, que lleguen lo más cerca posible, a lo que deben llegar a ser, que alcancen la vocación a la que han sido llamados por su Creador.
LECTURAS RECOMENDADAS.
“Carta a las Familias” S.S. JUAN PABLO II, 1994. |
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enriqueellena Invitado
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*Primavera Veterano
Registrado: 02 Oct 2005 Mensajes: 2918 Ubicación: España
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Publicado:
Mie May 23, 2007 7:41 am Asunto:
Tema: Quiero ayudar a la familia de mi marido |
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Querida Adela:
Eres buena y tendrás, por tu bondad, la ayuda de la gracia de Dios, para poder ayudar a tu familia.
Entro de lleno al tema, querida amiga Adela.
Parece ser que tú también, ya hassentenciado al esposo de tu cuñada; no digo que no sea cierto lo que nos comentas de él, pero todo y así, debes hablar siempre bien de lo que tenga; porque algo bueno deberá tener, aunque sea su voz, por ejemplo. Recuerdo que una vez leí que una señora que era muy buena, le comentaron sobre una persona que no tenía muchas virtudes visibles, y todo y así, ella dijo de él: “Silba muy bien”.
Debes ayudar a Dios, querida Adela, y así ayudarás a toda tu familia sin discriminación, porque ayudando a Dios y como Dios no hace discriminaciones, todo lo que hagas y digas, querida amiga, será para un bien de todos todos.
Ayudarás a Dios dando a conocer, con palabras llenas de caridad, a tu querida suegra, que la esposa se debe al esposo; que el matrimonio es sagrado, y por lo cual: tu cuñada se debe ante todo y sobre todo, a su esposo, despues que a Dios, ¡claro!. Debe comprender tu suegra, que la suerte quedó echada y sellado todo comentarío imprudente o negativo, EL DIA DE LA BODA de su hija. Debe aceptar en todo al marido, que tu cuñada eligió. Debe además, contribuir a su unión, a su santidad. ¡NADA DE COMENTARIOS NEGATIVOS! Ella, tu suegra, como buena cristiana, que LLEVE SU CRUZ, como Cristo y con Cristo, y se deje de quejas, que NO LLEVAN A NADA BUENO, solo al distanciamiento y a enfriarse el corazón que tiene que rebosar de amor, con caridad.
Que rece a Dios, que se queje a Mamá María, y en el silencio de su alcoba. ¡Qué llore, si lo necesita! Y luego proceda a rezar un rosario para el bien de su hija, del esposo de su hija, de ella misma y de toda la familia.
¡Qué quede claro de una vez por todas! Nos guste o no:
¡La esposa se debe al esposo! Y el esposo a la esposa.
¿Es que desea la felicidad en su casa y la desgracia en el hogar de su hija?
Pase lo que pase; sea como sea el marido de tu cuñada: SON LOS DOS UNA MISMA CARNE.
Una vez comprenda esto tu suegra; cmprenderá que en vez de separarse de tu cuñada, debe amarla y ayudarla a llevar su cruz; que esto tamién es caridad, y caridad de la buena.
Deberíamos pensar más en Dios y en cumplir nuestros deberes, que entretenernos en indagar y observar y meditar si los demás los cumplen.
Dale esta carta mía a tu querida suegra. Dile que es cosa de santos el llevar la cruz y que ella, por ser buena, tiene que ser un ejemplo para su hija y el resto de la familia.
Que se una a su hija, que por ser más joven que ella no tiene tanta experiencia de la vida y que LA NECESITA, pero no para criticar a su esposo, repito: SU ESPOSO ANTE DIOS: ALGO SAGRADO; sino para ayudarla a tener paz, dándole su amor, y entonces Dios hará por Su gracia, y no por sus palabras, que el esposo de tu cuñada, paulatinamente sea cada día mejor. No sabemos lo que ha vivido esta alma, lo que ha sufrido y padecído, para llegar a tener este carácter; este no saber hacer para caer bien. Antes de casarse fuerón novios: ENTONCES SÍ QUE LOS PADRES (tu suegra) TENÍA ALGO QUE DECIR; y tenía que haberlo dicho entonces; si calló: QUE CALLE PARA SIEMPRE. Que rece y deje tiempo a Dios para que ponga las cosas en orden. Ella, tu querida suegra, no puede hacer nada sin el permiso de Dios. Así es la vida, mi querida amiga Adela: Dios sigue controlándolo todo y permitiendólo todo para bien. Y quizás un bien para tu suegra, sea el que gracias a la “poca gracia” que le tiene al esposo de tu cuñada, RECE más, y en ello y con ello, de bien a la familia y así misma.
Dile que un amor de madre es primero para Dios y luego para los hijos. Entonces, siendo Dios lo primero, todo será bueno, ¡seguro!
Anímala a rezar aceptando su cruz y ayudando a su hija, no con palabras, sino con ejemplos de cómo vive una mujer santa: Sin chismes, sin dices y diretes, con paz en el corazón y con la voz.
Aprende, mi querida amiga Adela, aprende de estas palabras que te expongo, para que con ellas demos mayor gloria a Dios.
Tú eres elegida por Dios, para ayudar a la paz, a la caridad, a tu familia. ¡Tú puedes Adela! ¡Sé que puedes, porque eres muy buena!
Trata con mucho cariño a tu suegra, pero que no sea un cariño mal entedido, de esos que es ir dando la razón en todo; porque para ti, querida amiga Adela, como para todos: PRIMERO ES DIOS.
¡Te encomiedo a tu Ángel de la Guarda, para que te guíe en tu labor de ser la pacificadora de la familia!
¡Dios te bendiga y Santa María esté contenta con el rezo de un rosario que vas a rezarle a ella, para el bien de tu suegra, tu cuñada, su esposo, tu misma y toda la familia!
¡Viva Adela! Porque reza, y será victoriosa de cualquier cosa buena que pida con la oración.
Muchas gracias por escribir en Catholic.net y darnos a conocer tu bondad y tus ganas de ayudar a tu familia. Dios se ha puesto en tu camino para que seas portadora de sus maravillas: la reconciliación de una familia. ESTA ES TU GRAN LABOR DE APOSTOLADO.
¡Dios es maravilloso!
*Primavera _________________ *Primavera
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