¿Cómo se mide la santidad?

[Gustavo]

La santidad no se mide por los conocimientos, ni por el tono de voz, ni por la apriencia física, ni por el puesto, ni por las relaciones influyentes, ni por las mortificaciones, ni por la elocuencia, ni por la cantidad de demonios expulsados... ni por otras cosas que no sea
por la calidad del amor. Sí, aquí está la clave.

Decía san Agustín: "el amor es el peso del hombre" y san Juan De la Cruz: "Al final de nuestras vidas sólo se nos examinará de cuanto hayamos amado" y por supuesto, Jesús lo dice en Mateo 25. Ah, también Pablo en 1 co 13.

Entonces ¿Cuál es la tarea? AMAR

[nieves]

Totalmente de acuerdo Gustavo.
Pero creo que la santidad no la podemos medir nosotros, solo la puede medir DIos, que sabe nuestros pensamientos. Porque, a veces, un acto que aparentemente es de amor, pues no lo es, y otro acto que puede parecer de ira, etc., resulta que es un acto de amor.
Recuerdo cuando me confesaba en el colegio de monjas donde estuve 9 años, y el padre, un benedictino, siempre decía después de haberle explicado los pecados :"Sea como sea delante de DIos", yo te perdono....etc. Me parecía muy sabio, porque solo DIos sabía excatamente la magnitud de mis pecados o faltas.

[Gustavo]

Muy bien Nieves, extraordinario comentario.
Ánimo.

[Orpam Saretnoc Laverz]

Gustavo he encontrado lo que dices sobre el amor, es el motor del mundo. Desde luego sólo Dios nos conoce por dentro en nuestra alma, Nieves, pero aquello de "por las obras los conoceréis" una y otra vez hace que también las personas podamos distinguir quién es santo ya ahora, y quien va de camino. A nosotros tres, y a cada persona que tratemos nos "con-viene", es decir, "va con nosotros" el ser santos porque Dios es Santo. Orpam Saretnoc Laverz

[nieves]

Todos tenemos la obligación de intentar ser santos.
Yo me refería a que no siempre las apariencias son el fondo, y es dificil juzgar a la gente por su respetabilidad, etc. cuando a lo mejor su fondo no concuerda con esa respetabilidad.

Por ej. doy una limosna para queme vea el vecino, o adopto un niño del tercer mundo por el orgullo de ser padre y no por compasión con esos niños, o formas una convento porque tienes ansia de poder (puede haber ocurrido en la edad media ¿no?, etc.
O bien, doy una bronca a alguien para que vea su camino, y me que no soy paciente, etc.

Solo DIos llega a nuestro interior y conoce nuestras intenciones.

[Orpam Saretnoc Laverz]

Nieves, me viene al pelo decirte que hoy, precisamente, como Dios ya sabía que tú me hablarías (gracias por ese detalle tuyo, de amiga), me ha hecho meditar sobre el tema que tú indicas. No basta, amiga Nieves, intentar, procurar ser perfectos, ser santos, lo que hemos de procurar es ponernos en manos de Dios, recibir su gracia, vernos pequeños, buscar su gloria y aunque luchemos por ser santos no lo lograremos sin vernos pequeños y sin fuerza alguna y fiándonos del todo de Él. Llevar a la práctica su Palabra, que es Palabra de Dios, la única que no engaña. Jesús, como dice el evangelio de hoy, cuida de la persona, primero de lo principal "el espíritu", perdona los pecados y luego el cuerpo, la enfermedad, a toda la persona llega su gracia y cuidado. ¡Dios te conceda una jornada llena de paz amiga Nieves! Lo que ocurrió en conventos antes o pueda ocurrir ahora en personas, etc., nos debe hacer pensar que las personas (todas) somo pecadoras, que si Él no nos convierte, no nos cambia, ¡mal vamos! Tú, yo hoy, en nuestra historia ¡seamos buenas! y lo demás lo hará Dios, quizás hasta con nosotras ¿estás de acuerdo? Orpam Saretnoc Laverz