Los grandes herejes...

[Luis Manuel]

(Esto es un texto que me acaba de mandar un amigo. Es de Chesterton, anglicano convertido al cristianismo católico)


Cada gran hereje ha combinado siempre tres características fundamentales: en primer lugar se apodera de una idea mística tomada del conjunto y del equilibrio de las ideas místicas presentes en la Iglesia; después utiliza tal idea mística en contraposición con las otras ideas místicas; luego (y es el aspecto más singular) parece que no se da cuenta de que su idea mística preferida es una idea mística y en cuanto tal misteriosa, susceptible de dudas, dogmática. Con una ingenuidad grosolana e inusitada, parece que la da por descontada. La da por inatacable, incluso cuando la utiliza para atacar ideas totalmente similares. El ejemplo más conocido y obvio se refiere a la Biblia. A un observador imparcial, pagano o escéptico, debe parecer como la historia más extravagante del mundo: algunas personas entran a un templo con la intención de destruirlo, destruyen el altar, expulsan a los sacerdotes, luego encuentran los volúmenes sagrados llamados "Salmos" o "Evangelios" y, en vez de echarlos al fuego junto con el resto, los consideran oráculos infalibles, dejando de lado todos los demás proyectos. Si se debía destruir el altar mayor, ¿cómo es que los documentos sagrados, que fungían de accesorios, eran considerados salvables? Si el sacerdote falsificaba los sacramentos, ¿por qué no habría podido falsificar también las Escrituras? Y sin embargo, quienes esgrimían ese pedazo de mueble eclesiástico para destruir todos los demás muebles de la iglesia, han tomado demasiado tiempo para entender que cualquiera puede ser lo suficientemente profano como para poner en discusión incluso este fragmento de mueble, independientemente del resto. La gente se quedó estupefacta, y en algunas partes del mundo todavía se sorprende pues todavía algunos tienen el coraje de hacer esto…
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