¿NECESITO AYUDA PSICOLOGICA URGENTE?

[Almudena1965]

Hola a todos:

Escribo esta carta porque estoy sumida en una profunda depresión desde hace casi tres meses que me abandonó mi marido.

Él ahora tiene el corazón muy endurecido, está muy egoísta. Dice que ya no tiene ilusión de ser padre y esposo. Que quizás dentro de un tiempo le vuelva la ilusión, pero que hoy por hoy, quiere vivir solo y hacer todo lo que no ha hecho en 16 años por amor a mí. Divertirse, salir por ahí, acostarse con otras mujeres porque dice que las mujeres le gustan más que nada, pero solo para usarlas. Las desprecia bastante por su forma de ser. Yo he pegado un cambio radical a mi personalidad por amor a él, anulando todo lo malo de mi personalidad y dejando solo lo bueno. No soy santa y tampoco el mérito es mío. Dios me ayuda a seguir un buen camino y leer su Palabra también. A mi marido le he demostrado ya muchas veces que he cambiado y hemos hablado de ello, pero no quiere darme una segunda oportunidad, no le vale mi cambio. Está muy agarrado a mis errores del pasado y en eso se excusa para no volver a casa. Ya no tiene motivo para estar fuera de casa, si era por mi carácter y porque no compartíamos nada como él dice, pero se excusa en mis errores pasados y no ve mi cambio radical.

Solo espero que Dios me dé una segunda oportunidad, y no tengo ninguna duda de que así será. Ahora me veo capaz de enfrentar, con una fe fuerte, no débil como la de antes, cualquier contratiempo que se me presente. No pienso rehacer mi vida. No me voy a rendir en la lucha por la persona que amo. No me voy a rendir, aún cuando parezca que no hay esperanza. Yo no puedo cambiar a mi marido, pero Dios sí. Dios puede transformar el corazón de mi marido. Voy a poner mis necesidades y sufrimientos solamente ante Cristo. No voy a tomar ninguna decisión legal. Estoy a la espera de que Dios restaure y sane mi matrimonio. No voy a aceptar consejos de nadie del mundo, solo consejos de Dios. Mi única guía va a ser la Biblia. Ahora , por el momento, solo me interesa cuidar de mis hijas y dedicarme a ellas en cuerpo y alma. No me interesa lo más mínimo rehacer mi vida. No creo que lo haga nunca si no es con mi marido.

“PORQUE NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS” (Lucas 1, 37)

“ LA RELACIÓN DE UNA SOLA CARNE, LA CUÁL CREÓ DIOS ENTRE LOS ESPOSOS, NO PUEDE SER SEPARADA”

“PARA LOS HOMBRES ES IMPOSIBLE, PERO NO PARA DIOS, PORQUE PARA ÉL TODO ES POSIBLE” (Marcos 10, 27)

“TODO ES POSIBLE PARA EL QUE CREE” (Marcos 9, 23)

“TODO LO QUE USTEDES PIDAN AL ORAR, CREAN QUE YA LO HAN CONSEGUIDO, Y LO RECIBIRAN” (Marcos 11, 24)

“ODIO EL DIVORCIO, DICE YAVÉ, DIOS DE ISRAEL, Y AL QUE HACE EL MAL SIN MANIFESTAR VERGÜENZA. TENGAN, PUES, MUCHO CUIDADO Y NO COMETAN TAL TRAICION (Malaquías 2, 14-16)

Dios promete su ayuda si te mantienes firme en la fe y perseveras en la oración. Dios te hace ver los errores que has cometido. Dios te ayuda y te indica el camino a seguir. Y por Él y solo por Él me voy a dejar guiar.

He querido mucho a Antonio, muchísimo, y todavía le quiero. Le he respetado y admirado profundamente, y todavía lo hago. Él me ayudó muchísimo en uno de los peores momentos de mi vida. Era cariñoso, paciente y muy bueno. Ahora solo está equivocado y confundido. Yo le prometí que nunca le fallaría y le he fallado, y me duele en lo más profundo de mí ser. Me sacó de la porquería de vida que yo llevaba y eso no se puede olvidar. Dejo su hogar, su familia, sus comodidades por mí, y yo le he pagado con mal carácter, malas caras y protestas. Pero, ¿qué mujer no protesta? Lo llevamos en nuestra naturaleza, y cuando tienes una fe débil, el mal genio se agrava, pero cuando te has afirmado verdaderamente en tu fe, las protestas se acaban, las malas caras también. El verdadero amor y la verdadera fe pueden con todo, protestas, mal genio, etc. Me he confesado varias veces ya, me he arrepentido y he cambiado de actitud, pero a él no le vale. Cierto es que le hecho mucho, mucho daño en el pasado y he cometido muchos errores, graves errores.

Espero que algún día no lejano, Dios lo traiga de vuelta a casa. Yo no me voy a rendir, no voy a tirar la toalla, no voy a dejar de luchar por el hombre que amo.

Pero ahora de momento, todavía estoy demasiado hundida, a pesar de mi fe y lloro a cada rato y el dolor es demasiado grande. Espero que pronto pasara. Teniendo a Dios y a la Virgen de mi lado, ya me preocupa menos, pero pasa el tiempo y el dolor y el sufrimiento no pasan.

Me han aconsejado que busque la ayuda de un profesional que comparta mis ideas. No quiero salir de casa, no quiero hacer nada, no quiero ver a nadie. Estoy bien en mi casa. Cuando más tranquila y en paz estoy es cuando rezo y estoy leyendo la Biblia. Solo salgo de casa para ir a Misa todos los días.

Por eso escribo todo esto. Pero no quiero un psicólogo que me diga que tengo que olvidar y rehacer mi vida. Tengo mis ideas muy claras, sé adonde me dirijo y el camino que he tomado.

Gracias a todos por vuestra atención. Espero consejos, pero me han dicho que salga y me divierta y me niego. No sale de mi interior hacer eso. Ya digo que en mi casa es donde más tranquila y en paz estoy.


Almudena
almudenaaguirre@hotmail.com
almudenaaguirre@yahoo.es

[kunkel]

¿Desea ayuda psicológica?

[kunkel]

Le indico que "rehacer su vida" puede tener varios significados depende para quién. Usted parece mantener el supuesto de que el psicólogo le va a influenciar para que usted busque nueva pareja y supere la pérdida de la anterior, pero eso es suponer demasiado. El psicólogo no debe proceder contra sus decisiones, a lo sumo indicarle las dificultades que se encontrará con el camino que usted tome. Si lo tiene tan claro, ¿por qué pide ayuda psicológica presuponiendo que le van a decir algo que no le agrada?; ¿es que desea polemizar y transferir su ira al psicólogo?. ¿busca un psicólogo que le diga solo lo que usted desea escuchar?...etc. Le digo esto como psicólogo (y católico): Usted tomó esa decisión, es su decisión, solo suya...y parece tomarla como un sacrificio y entrega a Dios.......¿me equivoco?. Parece que ante ese dolor tomó esa orientación, legitimamente.

[kunkel]

Ya he leido su mensaje; parece que tiene buenas noticias. Que Dios bendiga a su familia.