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A. Ma. Betania Veterano
Registrado: 18 Feb 2006 Mensajes: 3747
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Publicado:
Sab Jul 21, 2007 2:52 am Asunto:
Carta de San Cipriano de Cartago, 205-258 para tí apologeta
Tema: Carta de San Cipriano de Cartago, 205-258 para tí apologeta |
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San Cipriano de Cartago, 205-258
Se las comparto y lean a este Padre de la Iglesia lo que les dice a ustedes: Apologetas Católicos , y católicos en general.
Una sola Iglesia
(Sobre la unidad de la Iglesia Católica, 4-6)
I/UNA: Habló el Señor a Pedro de esta manera: Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno nada podrán contra Ella. Y te daré a ti las llaves del reino de los cielos, y lo que atares sobre la tierra será atado en el cielo, y lo que desatares sobre la tierra será también desatado en el cielo (Mt 16, 18-19). Otra vez, después de resucitado, le dijo: apacienta mis ovejas (Jn 21, 47). Edifica su Iglesia sobre uno solo y le ordena apacentar a sus ovejas. Y aunque después de resucitar otorga el mismo poder a todos los Apóstoles, cuando les dice: como el Padre me envió, así os envío Yo a vosotros; recibid el Espíritu Santo, y a quien perdonareis los pecados, le serán perdonados; mas a quienes se los retuviereis, les serán retenidos (Jn 20, 21-23); sin embargo, para manifestar la unidad estableció una sola cátedra, y con su autoridad decidió que el origen de la unidad estuviese en uno solo.
Cierto que los demás Apóstoles eran lo mismo que Pedro, y estaban dotados—como él—de la misma dignidad y poder; pero el principio nace de la unidad, y se le otorga el primado a Pedro para manifestar que es una la Iglesia y una la cátedra de Jesucristo. También son todos pastores y, a la vez, uno solo es el rebaño, que debe ser apacentado por todos los Apóstoles de común acuerdo, para mostrar que es única la Iglesia de Cristo.
Esta unidad de la Iglesia está prefigurada por la persona de Cristo en el Cantar de los Cantares, cuando el Espíritu Santo dice: una sola es mi paloma, mi hermosa, única es para su madre, la elegida de ella (Cant 6, 8 ). Quien no guarda esta unidad de la Iglesia, ¿piensa acaso que conserva la fe? Quien resiste obstinadamente a la Iglesia, quien abandona la cátedra de Pedro, sobre la que está cimentada la Iglesia, ¿puede confiar que se halla en la Iglesia? El santo Apóstol Pablo enseña esto mismo y declara el misterio de la unidad con estas palabras: un solo cuerpo y un solo espíritu, una sola esperanza de vuestra vocación, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios (Ef 4, 4-6).
Debemos mantener y defender con toda energía esta unidad, especialmente los obispos, que hemos sido puestos al frente de la Iglesia, para probar que el mismo episcopado es uno e indivisible. Nadie engañe con mentiras a los hermanos, nadie corrompa la pureza de la fe con una pérfida prevaricación. Como el episcopado es único, y cada uno participa de él por entero, así es única la Iglesia, que se extiende sobre muchos por el crecimiento de su fecundidad. Muchos son los rayos del sol, pero una sola es la luz; muchas son las ramas del árbol, pero uno solo es el tronco clavado en la tierra con fuerte raíz; y cuando de un solo manantial fluyen muchos arroyos, aunque aparezcan muchas corrientes desparramadas por la abundancia de las aguas, con todo una sola es la fuente en su origen. Si separas un rayo de la masa del sol, no subsiste la luz a causa de la separación; si cortas la rama del árbol, no podrá germinar la rama cortada; si atajas el arroyo aislándolo de la fuente, se secará. Del mismo modo la Iglesia del Señor esparce sus rayos, difundiendo la luz por todo el mundo; y esa luz que se esparce por todas partes es, sin embargo, una, y no se divide la unidad de su masa. Extiende sus ramos frondosamente por toda la tierra, y sus arroyos fluyen con abundancia en todas direcciones.
Con todo, uno solo es el principio y la fuente, y una sola la madre exuberante de fecundidad. De su seno nacemos, con su leche nos alimentamos, de su espíritu vivimos.
La Esposa de Cristo no puede ser adúltera, pues es incorruptible y pura. Sólo una casa conoce, guarda la inviolabilidad de un solo tálamo con pudor casto. Ella nos conserva para Dios y destina para el reino a los hijos que ha engendrado. Todo el que se separa de la Iglesia se une a una adúltera, se aleja de sus promesas y no conseguirá las recompensas de Cristo. El que abandona la Iglesia de Cristo es un extraño, un profano, un enemigo.
No puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia como Madre. Si alguien pudo salvarse fuera del arca de Noé, entonces lo podrá también quien estuviere fuera de la Iglesia. Nos lo advierte el Señor cuando dice: el que no está conmigo, está contra mi; y el que no recoge conmigo, desparrama (Jn 10, 30). Quien rompe la paz y la concordia de Cristo está contra Cristo. Quien recoge en otra parte, fuera de la Iglesia, disipa la Iglesia de Cristo. Dice el Señor: Yo y el Padre somos una sola cosa (Jn 10, 30); y también está escrito del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo: estos tres son una sola cosa (I Jn 5, 8 ). ¿Y piensa alguno que esta unidad que procede del poder de Dios, que se halla firmemente asegurada por los misterios celestiales, puede romperse en la Iglesia y escindirse por la discusión y el choque de voluntades? Quien no mantiene esta unidad, no cumple la ley de Dios, no guarda la fe en el Padre y en el Hijo, no obtiene la vida y la salvación. _________________
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gatosentado76 Veterano
Registrado: 18 Feb 2006 Mensajes: 2363
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Publicado:
Sab Jul 21, 2007 8:12 pm Asunto:
Tema: Carta de San Cipriano de Cartago, 205-258 para tí apologeta |
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Excelenteeeeeeee!!!!!!! ojala la lean aquellos que tambien promueven el falso ecumenismo, (conste que si creo en el verdadero ecumenismo) y el sectario demonhunter que tanto odia a la VERDADERA IGLESIA DE CRISTO, y que tanto gusta de manipular los escritos de los Padres de LA iGLESIA. _________________ SIR CATCELOT EL PRIMER GATOLLERO.
http://www.dominicos-chihuahua.catolico.ws/
http://ordenseglardominica.blogspot.com/
SI BUSCAS UNA MANO QUE TE AYUDE... LA ENCONTRARAS AL FINAL DE TU BRAZO!!! |
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elmiguelito Asiduo
Registrado: 05 Abr 2006 Mensajes: 336 Ubicación: La ciudad del sol, B.C. México
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Publicado:
Lun Jul 23, 2007 8:08 am Asunto:
Tema: Carta de San Cipriano de Cartago, 205-258 para tí apologeta |
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Belliisisisisisisiiiiiisimo documento hermana.
Muchas gracias por compartirlo
Dios te siga colmando con sus bendiciones!  _________________ La Virgen María... Nueva Eva y Arca de la Nueva Alianza!! |
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Dialcom Esporádico
Registrado: 05 Ene 2006 Mensajes: 44
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Publicado:
Mar Jul 31, 2007 12:23 am Asunto:
Tema: Carta de San Cipriano de Cartago, 205-258 para tí apologeta |
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Gracias Hemana Betania; me gustaría encontrar en español, como puedo estudiar sobre los escritos de los padres de la Iglesia. Sé que en Inglés estan los libros de William Jurgens; que continuamente citan. Alguien tiene traducido este material o me pueden recomendar otros parecidos.
Bendiciones |
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Sitibundo (2) Asiduo
Registrado: 22 May 2007 Mensajes: 465 Ubicación: Puerto España
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Publicado:
Mar Jul 31, 2007 3:37 pm Asunto:
Tema: Carta de San Cipriano de Cartago, 205-258 para tí apologeta |
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Estimado Dialcom:
BAC, Biblioteca de Autores Cristianos, de la Editorial Católica S.A.
Mateo Inurria 15, Madrid, España.
Un saludo _________________ Quieren abnegar su Gracia |
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Sitibundo (2) Asiduo
Registrado: 22 May 2007 Mensajes: 465 Ubicación: Puerto España
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Publicado:
Mar Jul 31, 2007 6:44 pm Asunto:
Tema: Carta de San Cipriano de Cartago, 205-258 para tí apologeta |
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Gracias a A. Ma. Betania por publicar este escrito de un hombre especial.
Nació en Tunez, de familia pagana, fue un buen abogado y retórico antes de su conversión al cristianismo que debió ocurrir cerca del 245 porque en 248 lo nombraron obispo de Cartago.
Cipriano fue un hombre de enorme actividad de pensamiento y de pluma, ya que era un abogado reconocido y muy preparado por lo que tuvo muchas controversias en su vida desde temas meramente teológicos hasta casos de simple administración eclesiástica.
De las controversias que han llegado hasta nosotros y existen algunas cartas, podemos resaltar dos que son muy importantes si se quiere entender el discurrir histórico de la Iglesia, la que tuvo con el diácono del papa Fabián, Cornelio que después lo sucedería, y con Novaciano más tarde hereje declarado y un enemigo temible de la Iglesia.
En un principio Cipriano simpatizaba con Novaciano pero cuando se erigió obispo de Roma a Cornelio, Cipriano depuso sus contradicciones y se alió con todo su entusiasmo y vigor a su “enemigo” Cornelio.
Nos queda una carta, de la que quiero reproducir un fragmento.
Nosotros sabemos que Cornelio ha sido elegido obispo de la Santísima Iglesia Católica por Dios omnipotente y por Cristo Señor nuestro: nosotros confesamos nuestro error, hemos sido víctimas de una impostura (en un principio Cipriano le había creído a Noviciado y sus secuaces, pero cuando supo la verdad lo confiesa) hemos sido cogidos por una perfidia y charlatanería capciosa. En efecto, aún cuando parecía que teníamos alguna comunicación con el hombre cismático y hereje; (Novaciano) nuestro corazón, sin embargo, siempre estuvo con la la Iglesia. Porque no ignoramos que hay un solo Dios y un solo Señor Jesucristo a quien hemos confesado, un solo Espíritu Santo, y sólo debe haber un obispo en la Iglesia Católica
(de la carte 6 Quantam sollicitudinen. Extraída del Mgisterio de la Iglesia de Enrique Denzinger)
Cuando se desató la demoníaca persecución que sufrió la Iglesia en tiempos del emperador romano Decio en los años 251 y 252 d. C. Muchos de los nuestros cayeron en la tentación del cohecho o del fingimiento o de plano, para evitar los horrores del martirio, decidieron adorar la efigie del emperador.
A estos cristianos se les conoce como los "lapsi", caídos; cuando terminó el horror todos ellos quisieron volver a la Iglesia arrepentidos de su falta.
La Iglesia había sobrevivido al poder devastador de Decio gracias a su fe y al valor de numerosísimos mártires, a éstos, que quedaron vivos después de haber vencido en los gloriosos combates espirituales por su religión: Tullidos, quemados, tuertos, mancos etc. pues los suplicios a que fueron sometidos eran de una inhumanidad, perversión y crueldad propia de Satanás, se les conoció entonces como "confesores" y se constituyeron, junto con los que murieron, en la prez de nuestra comunidad, en el orgullo de la comunión de los santos, en lo más deleitoso y admirable del Cuerpo Místico de Cristo Nuestro Señor.
Por Él, por su amor, por no renegar de su fe, por dar testimonio de su autenticidad soportaron con alegría todas esas maldades que se les infligían poco a poco para arrebatarles su integridad, para ver en que momento decían "Esta bien, ya párenle, maldigo de Cristo y de su nombre, adoro al emperador y no me torturen más".
Sin embargo el corazón de estos cristianos era de oro puro y resistieron cuanto sufrimiento se les aplicaba como ocurrencia de los verdugos, quienes se ingeniaban y competían unos con otros para ver cual de los procedimientos empleados daba mejor resultado para provocar la blasfemia de los labios de los perseguidos.
Cuando los “lapsi” quisieron regresar, una parte muy importante de la Iglesia los rechazó y les negó el perdón, esta ala estaba comandada por Novaciano, una figura prominente dentro de la Iglesia de Roma, rival directo de Cornelio para ocupar la sede pontificia. Quería para ellos una excomunión permanente solamente levantable en caso cierto de peligro de muerte.
No obstante san Cipriano, el sapientísimo obispo de Cartago, san Cornelio a la sazón Papa de Roma, hasta ese momento adversarios en procedimientos religiosos, se unieron a los “confesores” y a la mayor parte del pueblo de Dios y otorgaron el perdón y bajo algunas condiciones de penitencia, cada caso en particular, fueron de nuevo admitidos en la Iglesia del Señor, de la que ellos mismos, por miedo, por falta de fe, habían renegado unos meses antes. Regresaron a la Iglesia con una fidelidad y una fe mucho mayores, solamente, para enriquecerla y mejorarla. Yo creo que es este el momento histórico, dentro del catolicismo, donde el rigor pierde la batalla en toda la línea y para siempre ante el perdón. _________________ Quieren abnegar su Gracia |
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