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Malos pensamientos

 
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Autor Mensaje
sizu
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Registrado: 23 Ago 2007
Mensajes: 7

MensajePublicado: Mie Sep 26, 2007 9:03 pm    Asunto: Malos pensamientos
Tema: Malos pensamientos
Responder citando

Que hay sobre los malos pensamientos. He tenido malos pensamientos que pueden ser sobre cosas obsenas, hasta ofensas directamente hacia Dios. Me han dicho que esos los provoca el diablo y cuando los tenga simplemente debo de ignorarlos. A pesar de eso creo que a veces yo mismo los provoco para ver si mi mente ya se encuentra bien. Que puedo hacer al respecto con esto? Puedo pensar antes de hablar, pero pensar antes de pensar suena complicado. Y ademas en que puedo distraer mi mente para no caer en esto?
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enriqueellena
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MensajePublicado: Mie Sep 26, 2007 9:52 pm    Asunto:
Tema: Malos pensamientos
Responder citando

significado antiguo y nuevo de la pureza
Audiencia General del 10 de diciembre de 1980
ver en inglés>>>


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1. Un análisis sobre la pureza será complemento indispensable de las palabras pronunciadas por Cristo en el sermón de la montaña, sobre las que hemos centrado el ciclo de nuestras presentes reflexiones. Cuando Cristo, explicando el significado justo del mandamiento: «No adulterarás», hizo una llamada al hombre interior, especificó, al mismo tiempo, la dimensión fundamental de la pureza, con la que están marcadas las relaciones recíprocas entre el hombre y la mujer en el matrimonio y fuera del matrimonio. Las palabras: «Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón» (Mt 5, 2Cool expresan lo que contrasta con la pureza. A la vez, estas palabras exigen la pureza que en el sermón de la montaña esta comprendida en el enunciado de las bienaventuranzas: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5, Cool. De este modo Cristo dirige al corazón humano una llamada: lo invita, no lo acusa, como ya hemos aclarado anteriormente.

2. Cristo ve en el corazón, en lo íntimo del hombre, la fuente de la pureza -pero también de la impureza moral- en el significado fundamental y mas genérico de la palabra. Esto lo confirma, por ejemplo, la respuesta dada a los fariseos, escandalizados por el hecho de que sus discípulos «traspasan la tradición de los ancianos, pues no se lavan las manos cuando comen» (Mt 15, 2).

Jesús dijo entonces a los presentes: «No es lo que entra por la boca lo que hace impuro al hombre; pero lo que sale de la boca, eso es lo que le hace impuro» (Mt 15, 11). En cambio, a sus discípulos, contestando a la pregunta de Pedro, explicó así estas palabras: «...lo que sale de la boca procede del corazón, y eso hace impuro al hombre. Porque del corazón provienen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias; pero comer sin lavarse las manos, eso no hace impuro al hombre» (cf. Mt 15, 18-20; también Mc 7, 20-23).

Cuando decimos «pureza», «puro», en el significado primero de estos términos, indicamos lo que contrasta con lo sucio. «Ensuciar» significa «hacer inmundo», «manchar». Esto se refiere a los diversos ámbitos del mundo físico. Por ejemplo se habla de una «calle sucia», de una «habitación sucia», se habla también del «aire contaminado». Y así también el hombre puede ser «inmundo», cuando su cuerpo no está limpio. Para quitar la suciedad del cuerpo, es necesario lavarlo. En la tradición del Antiguo Testamento se atribuía una gran importancia a las abluciones rituales, por ejemplo, a lavarse las manos antes de comer, de lo que habla el texto antes citado. Numerosas y detalladas prescripciones se referían a las abluciones del cuerpo en relación con la impureza sexual, entendida en sentido exclusivamente fisiológico, a lo que ya hemos aludido anteriormente (cf. Lev 15). De acuerdo con el estado de la ciencia médica del tiempo, las diversas abluciones podían corresponder a prescripciones higiénicas. En cuanto eran impuestas en nombre de Dios y contenidas en los Libros Sagrados de la legislación veterotestamentaria, la observancia de ellas adquiría, indirectamente, un significado religioso; eran abluciones rituales y, en la vida del hombre de la Antigua Alianza, servían a la «pureza ritual».

3. Con relación a dicha tradición jurídico-religiosa de la Antigua Alianza se formó un modo erróneo de entender la pureza moral (1). Se la entendía frecuentemente de modo exclusivamente exterior y «material». En todo caso se difundió una tendencia explícita a esta interpretación. Cristo se opone a ella de modo radical nada hace al hombre inmundo «desde el exterior», ninguna suciedad «material» hace impuro al hombre en sentido moral, o sea, interior. Ninguna ablución, ni siquiera ritual, es idónea de por sí para producir la pureza moral. Esta tiene su fuente exclusiva en el interior del hombre: proviene del corazón. Es probable que las respectivas prescripciones del Antiguo Testamento (por ejemplo, las que se hallan en el Levítico 15, 16-24; 18, 1, ss., o también 12, 1-5) sirviesen, además de para fines higiénicos incluso para atribuir una cierta dimensión de interioridad a lo que en la persona humana es corpóreo y sexual. En todo caso, Cristo se cuidó bien de no vincular la pureza en sentido moral (ético) con la fisiología y con los relativos procesos orgánicos. A la luz de las palabras de Mateo 15, 18-20, antes citadas ninguno de los aspectos de la «inmundicia» sexual, en el sentido estrictamente somático, bio-fisiológico, entra de por sí en la definición de la pureza o de la impureza en sentido moral (ético).

El referido enunciado (Mt 15, 18-20) es importante sobre todo por razones semánticas. Al hablar de la pureza en sentido moral, es decir, de la virtud de la pureza, nos servimos de una analogía, según la cual el mal moral se compara precisamente con la inmundicia. Ciertamente esta analogía ha entrado a formar parte, desde los tiempos más remotos, del ámbito de los conceptos éticos. Cristo la vuelve a tomar y la confirma en toda su extensión: «Lo que sale de la boca procede del corazón, y eso hace impuro al hombre». Aquí Cristo habla de todo mal moral, de todo pecado, esto es, de transgresiones de los diversos mandamientos, y enumera «dos malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias», sin limitarse a un específico genero de pecado». De ahí se deriva que el concepto de «pureza» y de «impureza» en sentido moral es ante todo un concepto general, no específico: por lo que todo bien moral es manifestación de pureza, y todo mal moral es manifestación de impureza. El enunciado de Mateo 15, 18-20 no restringe la pureza a un sector único de la moral, o sea, al conectado con el mandamiento «No adulterarás» y «No desearás la mujer de tu prójimo», es decir, a lo que se refiere a las relacione, recíprocas entre el hombre y la mujer, ligadas al cuerpo y a la relativa concupiscencia. Análogamente podemos entender también la bienaventuranza del sermón de la montaña, dirigida a los hombres «limpios de corazón», tanto en sentido genérico, como en el más específico. Solamente los eventuales contextos permitirán delimitar y precisar este significado.

5. El significado mas amplio y general de la pureza está presente también en las Cartas de San Pablo, en las que gradualmente individuaremos los contextos que, de modo explícito, restringen el significado de la pureza al ámbito «somático» y «sexual», es decir, a ese significado que podemos tomar de las palabras pronunciadas por Cristo en el sermón de la montaña sobre la concupiscencia, que se expresa ya en el «mirar a la mujer» y se equipara a un «adulterio cometido en el corazón» (cf. Mt 5, 27-2Cool.

San Pablo no es el autor de las palabras sobre la triple concupiscencia. Como sabemos, éstas se encuentran en la primera Carta de Juan. Sin embargo, se puede decir que análogamente a esa que para Juan (1 Jn 2, 16-17) es contraposición en el interior del hombre entre Dios y el mundo (entre lo que viene «del Padre» y lo que viene «del mundo») -contraposición que nace en el corazón y penetra en las acciones del hombre como «concupiscencia de la carne y soberbia de la vida»-, San Pablo pone de relieve en el cristiano otra contradicción, la oposición y juntamente la tensión entre la «carne» y el «Espíritu» (escrito con mayúscula, es decir, el Espíritu Santo): «Os digo, pues: andad en Espíritu y no deis satisfacción a la concupiscencia de la carne. Porque la carne tiene tendencias contrarias a las del Espíritu, y el Espíritu tendencias contrarias a las de la carne, pues uno y otro se oponen de manera que no hagáis lo que queréis» (Gál 5, 16-17). De aquí se sigue que la vida «según la carne» está en oposición a la vida «según el Espíritu». «Los que son según la carne sienten las cosas carnales, los que son según el Espíritu sienten las cosas espirituales» (Rom 8, 5).

En los análisis sucesivos trataremos de mostrar que la pureza -la pureza de corazón, de la que habló Cristo en el sermón de la montaña- se realiza precisamente en la «vida según el Espíritu».



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Notas

(1) Junto a un sistema complejo de prescripciones referentes a la pureza ritual, basándose en el cual se desarrolló la casuística legal, existía, sin embargo, en el Antiguo Testamento el concepto de una pureza moral, que se había transmitido por dos corrientes.

Los Profetas exigían un comportamiento conforme a la voluntad de Dios, lo que supone la conversión del corazón, la obediencia interior y la rectitud total ante él (cf., por ejemplo, Is 1, 10-20; Jer 4, 14; 24, 7; Ez 36, 25 ss.). Una actitud semejante requiere también el Salmista: «¿Quién puede subir al monte del Señor?... El hombre de manos inocentes y puro corazón... recibirá la bendición del Señor» (Sal 24 [23] 3-5).

Según la tradición sacerdotal, el hombre que es consciente de su profundo estado pecaminoso, al no ser capaz de realizar la purificación con las propias fuerzas, suplica a Dios para que realice esa transformación del corazón, que solo puede ser obra de un acto suyo creador: «Oh Dios, crea en mí un corazón puro... Lávame: quedaré mas blanco que la nieve... Un corazón quebrantado y humillado, Tu no lo desprecias» (Sal 51 [50] 12, 9, 19).

Ambas corrientes del Antiguo Testamento se encuentran en la bienaventuranza de los «limpios de corazón» (Mt 5, Cool, aun cuando su formulación verbal parece estar cercana al Salmo 24. (Cr. J. Dupont, Les beatitudes, vol. III: Les Evangelistes, París 1973, Gabalda, págs. 603 604).
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Mie Sep 26, 2007 9:59 pm    Asunto:
Tema: Malos pensamientos
Responder citando

Aquí tienes material para estudiar esta semana y quedaras muy bien informado, si quieres librarte de los malos pensamientos, recurre a la oración.


http://www.googlesyndicatedsearch.com/u/Corazones?q=malos+pensamientos+&sa=Busca+en+Corazones

http://www.corazones.org/moral/pornografia_liberese.htm

http://www.corazones.org/default.htg/de_nuestro_correo.htm

http://www.corazones.org/moral/pornografia_liberese.htm

http://www.corazones.org/santos/jeronimo.htm


Los malos pensamientos son todo lo que es pecado, no llevado a la obra, pero si aceptado con la mente. Cuando los malos pensamientos son rechazado, (no consentidos) no son pecado. Si te entretienes en el mal pensamiento estas pecando mortalmente.
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FelipeII
+ Moderador
+ Moderador


Registrado: 13 Sep 2007
Mensajes: 627

MensajePublicado: Mie Sep 26, 2007 10:08 pm    Asunto:
Tema: Malos pensamientos
Responder citando

.

Es claro que para que haya pecado es necesario desear o recrearse voluntariamente en lo que está prohibido hacer.

Quien tiene malos pensamientos, imaginaciones o deseos contra su voluntad, no peca.

Sentir no es consentir.

El sentir no depende muchas veces de nosotros; el consentir, siempre.

El pecado está en el consentir, no en el sentir.

Siente el cuerpo, consiente el alma.

Y quien peca es el alma, no el cuerpo.



No creas que has consentido en un mal pensamiento porque haya durado más o menos.

Puede ocurrir que te presente la imaginación toda una película de cosas, que si se piensan sin querer, no son pecado ninguno.

Puede un pensamiento molestarte durante mucho tiempo, incluso durante días. Como una mosca pegajosa que vuelve una y otra vez.

Por muchas vueltas que te dé un mosquito, mientras tú no le dejes, no te pica.

Si tú no aceptas el mal pensamiento, y haces todo lo posible por rechazarlo, no sólo no pecas, sino que mereces, y mucho, a los ojos de Dios.

Para vencer los malos pensamientos que importunan, lo mejor es despreciarlos y distraerse con otra cosa.


La mejor arma contra un mal pensamiento es otro pensamiento, que sea bueno.

Pero lo primero, acudir brevemente a Dios o a la Virgen pidiéndoles la gracia de triunfar, por ejemplo, con una jaculatoria. Inmediatamente después desprecia esos pensamientos y distráete.



Es necesario adquirir la costumbre de reaccionar rápidamente contra las tentaciones: lo mismo que te sacudes automáticamente una chispa del cigarro que te cae en tu chaqueta nueva.

Muchas veces circunstancias exteriores, como las malas conversaciones, las lecturas peligrosas, las diversiones y espectáculos deshonestos y la televisión, suscitan imaginaciones, pensamientos o deseos de cosas impuras.

En estos casos el primer recurso es huir de aquellas circunstancias. Quien voluntariamente se pone, sin causa justa, en circunstancias que constituyen grave peligro y ocasión próxima de consentir en pensamientos o deseos malos, comete pecado grave.

Autor: P. Jorge loring , extractos de su libro "Para salvarte"


Saludos en Cristo y María
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Luciana Belén
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Registrado: 21 Nov 2005
Mensajes: 4928
Ubicación: La Plata, Argentina

MensajePublicado: Mie Sep 26, 2007 11:09 pm    Asunto:
Tema: Malos pensamientos
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Holas sizu

Bienvenida a los foros! Ya que noto éste es tu segundo mensaje posteado y hace 3 dìas te inscribiste.

Quería agregar a lo ya dicho, ésta coplita que me enseñaron para discernir en un examen de conciencia:

Sentir no es consentir
Ni pensar mal es querer
Consentimiento ha de haber
juntamente con el advertir
mal puedo consentir
la tentación que no advierto
Y aunque dormido o despierto esté
Si no quiero mal
Que no hubo pecado mortal
Puedo estar seguro y cierto. Very Happy

Que sigas muy bien!

En unión de oraciones! Luciana.

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FelipeII
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Registrado: 13 Sep 2007
Mensajes: 627

MensajePublicado: Mie Sep 26, 2007 11:20 pm    Asunto:
Tema: Malos pensamientos
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Luciana Belén escribió:
Holas sizu

Bienvenida a los foros! Ya que noto éste es tu segundo mensaje posteado y hace 3 dìas te inscribiste.

Quería agregar a lo ya dicho, ésta coplita que me enseñaron para discernir en un examen de conciencia:

Sentir no es consentir
Ni pensar mal es querer
Consentimiento ha de haber
juntamente con el advertir
mal puedo consentir
la tentación que no advierto
Y aunque dormido o despierto esté
Si no quiero mal
Que no hubo pecado mortal
Puedo estar seguro y cierto. Very Happy

Que sigas muy bien!

En unión de oraciones! Luciana.



Muy bonita Luciana, gracias por compartirla.


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Marisolilla Mor
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Registrado: 11 Sep 2006
Mensajes: 508
Ubicación: Sonora, México

MensajePublicado: Mie Sep 26, 2007 11:37 pm    Asunto:
Tema: Malos pensamientos
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sizu:

A mi algo que me ha resultado muy bien es que cuando los malos pensamientos quieren apoderarse de mi mente, rapidamente rezo en voz baja un ave Maria o un Padrenuestro, le pido a Dios que no me desampare y dentro de mi firmemente digo: Alejate de mi, satanas que yo soy del Señor...

Tienes que distraer tu mente con lectura productiva, lee la vida de los santos, o si no tienes libros puedes repasar el misal dominical, la cuestion es mantener tu mente tranquila y trabajando para no dejar camino a los malos pensamientos.

Saludos.

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"Todo lo que quieras pedir,
pídelo por los méritos de mi infancia,
y tu oración será escuchada”


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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Jue Sep 27, 2007 1:14 pm    Asunto:
Tema: Malos pensamientos
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Voy a ampliar lo anterior: Hay cuatro formas de pecado; D Pensamiento, Palabra, Obra y Omisión.

De pensamiento: Dijimos, son todos los pecados contra los mandamientos y contra Dios, de los que se tenga un pensamiento claro y que no sea rechazado prontamente, o sea el pecado se conciente y no es llevado a la obra por diferentes razonas o causas.

De palabra: aquellos pecados expresados en palabras y no en obras, como podría ser insultar, maldecir, rechazar a Dios abiertamente.

De obra: pecados plenos llevado al hecho que condena la falta, aquí se ve expresado la falta mas grave, muerte, robo, concupiscencia, etc.

De omisión: es el pecado mas habitual en el hombre, dejar de cumplir con sus obligaciones por decidía, pereza, o abandono. Este pecado involucra el no cumplimiento de los deberes de padres, hermanos, hijos, la caridad y todo aquello que deba cumplir un cristiano y lo deja sin hacer, sin causa grave.

Este seria una aclaración complementaria a la pregunta inicial
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