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Hechos 19

 
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Autor Mensaje
Manuel 78
Constante


Registrado: 18 Nov 2006
Mensajes: 521

MensajePublicado: Mar Oct 23, 2007 8:48 pm    Asunto: Hechos 19
Tema: Hechos 19
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Hola, necesito que alguien me ayude a comprender este texto.

Hechos de los Apostoles 19

La cuestión es ¿por que Pablo hace una diferencia entre el bautismo de Juan y el bautismo en el Espiritu Santo? eso me tiene confundido, necesito ayuda. Más que nada por razones apologeticas. Smile


Gracias.
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marina
Veterano


Registrado: 13 Oct 2005
Mensajes: 3909

MensajePublicado: Mar Oct 23, 2007 10:49 pm    Asunto:
Tema: Hechos 19
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pues segun lo que se bautismo de juan es solo con agua
y creo que ya Jesus es el que pide un bautismo en el espiritu santo
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Mie Oct 24, 2007 12:18 am    Asunto:
Tema: Hechos 19
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Ya esta pregunta te fue respondida; El bautismo de Juan es un Bautismo de penitencia, de preparación para la venida de Jesús. En cambio el Bautismo con el Espíritu Santo, (llamado así equivocadamente en tu pregunta) es el Bautismo instituido por Cristo, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Este es un bautismo con agua, (purificación) con fuego (cirio Pascual, la luz de Cristo) y con Óleo, Óleo consagrados en la Misa Crismal del Jueves Santo.
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Mie Oct 24, 2007 12:21 am    Asunto:
Tema: Hechos 19
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SAN JUAN BAUTISTA
Fiestas:
La Natividad de San Juan: 24 de junio
La voz del que clama en el desierto

Martirio de San Juan: 29 de agosto
Precursor del nacimiento y de la muerte de Cristo.

Hijo de Zacarías e Isabel, pariente de la Virgen María, es el precursor de Jesucristo. En esta misión se entrega totalmente viviendo en penitencia, austeridad, y celo por las almas. Bautizó a Jesús en el Jordán. Es el último y mas grande de los profetas del A.T. ya que es puente con en N.T. Mártir.
Antes de la venidad de Jesús, Juan proclamaba un bautismo de arrepentimiento [Hechos 13:24]. Juan fue enviado a cumplir la profesía de Malaquías [Mal. 3:1; Lk. 1:76; Also Lk. 3:15-8; Mk. 1:4; Acts 19:4]

La humildad de Juan hizo posible que Dios hiciera grandes cosas por medio de el, Cf. Hechos 13:25.

"Conviene que El (Jesús) crezca, y que yo disminuya" -San Juan Bautista.
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Mie Oct 24, 2007 12:23 am    Asunto:
Tema: Hechos 19
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Resumen del Bautismo

1275 La iniciación cristiana se realiza mediante el conjunto de tres sacramentos: el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva; la Confirmación que es su afianzamiento; y la Eucaristía que alimenta al discípulo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para ser transformado en El.

1276 "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado" (Mt 28,19-20).

1277 El Bautismo constituye el nacimiento a la vida nueva en Cristo. Según la voluntad del Señor, es necesario para la salvación, como lo es la Iglesia misma, a la que introduce el Bautismo.

1278 El rito esencial del Bautismo consiste en sumergir en el agua al candidato o derramar agua sobre su cabeza, pronunciando la invocación de la Santísima Trinidad, es decir, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

1279 El fruto del Bautismo, o gracia bautismal, es una realidad rica que comprende: el perdón del pecado original y de todos los pecados personales; el nacimiento a la vida nueva, por la cual el hombre es hecho hijo adoptivo del Padre, miembro de Cristo, templo del Espíritu Santo. Por la acción misma del bautismo, el bautizado es incorporado a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y hecho partícipe del sacerdocio de Cristo.

1280 El Bautismo imprime en el alma un signo espiritual indeleble, el carácter, que consagra al bautizado al culto de la religión cristiana. Por razón del carácter, el Bautismo no puede ser reiterado (cf DS 1609 y 1624).

1281 Los que padecen la muerte a causa de la fe, los catecúmenos y todos los hombres que, bajo el impulso de la gracia, sin conocer la Iglesia, buscan sinceramente a Dios y se esfuerzan por cumplir su voluntad, pueden salvarse aunque no hayan recibido el Bautismo (cf LG 16).

1282 Desde los tiempos más antiguos, el Bautismo es dado a los niños, porque es una gracia y un don de Dios que no suponen méritos humanos; los niños son bautizados en la fe de la Iglesia. La entrada en la vida cristiana da acceso a la verdadera libertad.

1283 En cuanto a los niños muertos sin bautismo, la liturgia de la Iglesia nos invita a tener confianza en la misericordia divina y a orar por su salvación.

1284 En caso de necesidad, toda persona puede bautizar, con tal que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia, y que derrame agua sobre la cabeza del candidato diciendo: "Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
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enriqueellena
Invitado





MensajePublicado: Mie Oct 24, 2007 12:26 am    Asunto:
Tema: Hechos 19
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XII. EFECTOS DEL BAUTISMO

Este sacramento es la puerta de la Iglesia de Cristo y la entrada a una nueva vida. Renacemos del estado de esclavos del pecado hacia la libertad de los Hijos de Dios. El bautismo nos incorpora con el cuerpo místico de Cristo y nos hace partícipes de todos los privilegios que fluyen del acto de redención del Divino Fundador de la Iglesia. Subrayaremos ahora los principales efectos del bautismo.

(1) La Remisión de Todo Pecado, Original y Actual

Esto está claramente contenido en la Biblia. Por ello leemos (Hechos 2:3Cool: "Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios Nuestro". Leemos también en el vigésimo segundo capítulo de los Hechos de los Apóstoles (v. 16): "Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados". San Pablo en el quinto capítulo de su Epístola a los Efesios representa bellamente a la Iglesia entera siendo bautizada y purificada (v. 25 sig): "Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada". La profecía de Ezequiel (xxxvi.25) también ha sido entendida como bautismo: "Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas" (inquinamentis), donde el profeta incuestionablemente habla de desviaciones morales. Esta es también enseñanza solemne de la Iglesia. En la profesión de fe descrita por el Papa Inocencio III para los waldesianos en 1210, leemos: Creemos que todos los pecados son perdonados en el bautismo, tanto el pecado original como aquellos pecados cometidos voluntariamente". El Concilio de Trento (Ses. V., can. v) anatematiza a todo aquel que niegue que la gracia de Cristo conferida en el bautismo no perdona la culpa del pecado original; o afirma que todo lo que verdadera y adecuadamente puede ser llamado pecado no es quitado por ese medio. Lo mismo es enseñado por los Padres. San Justino Mártir (Apol., I, Ixvi) declara que en bautismo todos somos creados de nuevo, esto es, consecuentemente, libres de toda mancha de pecado. San Ambrosio (De Myst., iii) dice acerca del bautismo: "Esta es el agua en la cual la carne es sumergida y todo pecado carnal puede ser lavado. Toda transgresión queda sepultada ahí". Tertuliano (De Bapt., vii) escribe: "El bautismo es un acto carnal en tanto que somos sumergidos en el agua; pero el efecto es espiritual, pues somos liberados de nuestros pecados". Las palabras de Origen (En Gen., xiii) son clásicas: "Si transgredes, escribes tu nombre [chirographum] en el pecado. Pero, he aquí que una vez que te hayas acercado a la cruz de Cristo y a la gracia del bautismo, tu nombre está fija a la cruz y tiene el sello del bautismo". Está de más multiplicar los testimonios de las primeras eras de la Iglesia. Es un punto sobre el cual los Padres están unánimemente de acuerdo, y se puede citar a San Cipriano, Clemente de Alejandría, San Hilario, San Cirilo de Jerusalén, San Gregorio Nacíanceno y otros.

(2) Remisión del Castigo Temporal

El bautismo no sólo lava el pecado, sino que también remite el castigo por el pecado. Esta fue la enseñanza misma de la Iglesia primitiva. Leemos en Clemente de Alejandría (Pædagog. i) acerca del bautismo: "Es llamado lavado porque somos lavados de nuestros pecados: es llamada gracia porque por él los castigos debidos al pecado son remitidos". San Jeremías (Ep. Ixix) escribe: "Después del perdón (Indulgentiam) del bautismo, la severidad del juez no debe ser temida". Y San Agustín (De Pecc. et Mer. II.xxviii) dice llanamente: "Si inmediatamente después [del bautismo] sigue la partida de esta vida, el hombre no tendrá cuenta alguna qué rendir [quod obnoxium hominem teneat], pues habrá sido liberado de todo lo que le ataba". En perfecto acuerdo con la doctrina inicial, el decreto florentino establece: "No se le pedirá satisfacción a los bautizados por sus pecados pasados; y si mueren antes de cometer cualquier pecado, obtendrán inmediatamente el reino de los cielos y la visión de Dios". De la misma forma el Concilio de Trento (Ses. V) enseña: "No existe causa de condenación en aquellos que han sido verdaderamente sepultados con Cristo por el bautismo...Nada que demore su entrada al cielo".

(3) Infusión de la Gracia, Dones y Virtudes Sobrenaturales

Otro efecto del bautismo es la infusión de gracia santificante y dones y virtudes sobrenaturales. Es esta gracia santificante que considera a los hombres como hijos adoptivos de Dios y les confiere el derecho a la gloria celestial. La doctrina sobre esta material se encuentra en el capítulo séptimo acerca de la justificación en la sexta sesión del Concilio de Trento. Muchos de los Padres de la Iglesia también se extienden sobre esta materia (tales como San Cipriano, San Jeronimo, Clemente de Alejandría, y otros), aunque no en el lenguaje técnico de los decretos eclesiásticos posteriores.

(4) Conferir el Derecho a Gracias Especiales

Asimismo los teólogos enseñan que el bautismo le da al hombre el derecho a aquellas gracias especiales que son necesarias para obtener el fin para el cual fue instituido el sacramento y para permitirle cumplir con las promesas bautismales. Esta doctrina de las escuelas, que reclama para cada sacramento las gracias que son peculiares y diversas según el fin y objeto del sacramento, fue ya enunciado por Tertuliano (De Resurrect., viii). Es tratado y desarrollado por Santo Tomás de Aquino (III:62:2). El Papa Eugenio IV repite esta doctrina en el decreto para los armenios. Al tratar la gracia conferida por el bautismo, suponemos que el que recibe el sacramento no pone obstáculo (obex) en el camino de la gracia sacramental. En un infante, esto sería imposible por supuesto, y como consecuencia, el infante recibe inmediatamente toda la gracia bautismal. Es diferente en el caso de un adulto, pues en tal es necesario que las disposiciones requisito del alma estén presentes. El Concilio de Trento (Ses. VI, c. vii) establece que cada uno recibe la gracia según su disposición y cooperación. No debemos confundir un obstáculo (obex) al sacramento mismo con un obstáculo a la gracia sacramental. En el primer caso, está implícito un defecto en la materia o en la forma, o una falta de la intención requisito de parte del ministro o del que recibe, y entonces el sacramento es simplemente nulo. Pero aún si están presentes todos estos requisitos esenciales para constituir el sacramento, puede aún haber un obstáculo en el camino de la gracia sacramental, pues un adulto puede recibir el bautismo por los motivos inadecuados o sin un aborrecimiento real por el pecado. En ese caso la persona sin duda está válidamente bautizada, pero no participa de la gracia sacramental. Sin embargo, si más tarde repara su pasado, el obstáculo será removido y podrá obtener la gracia que no pudo recibir cuando el sacramento le fue conferido. En dicho caso se dice que se revive el sacramento y el rebautismo no entra en cuestión.

(5) Impresión del Carácter sobre el Alma

Por último, el bautismo, una vez conferido válidamente, nunca puede repetirse. Los Padres (San Ambrosio, Crisóstomo y otros) entienden así las palabras del San Pablo (Heb., vi.4) y esta ha sido la constante enseñanza de la Iglesia, tanto oriental como occidental desde los primeros tiempos. En cuanto a esto, se dice que el bautismo imprime un carácter imborrable sobre el alma, el cual es llamado por los Padres Tridentinos como una marca espiritual e indeleble. Que el bautismo (así como la Confirmación y las Santas órdenes) imprimen realmente tal carácter, se define explícitamente en el Concilio de Trento (Ses. VII, can. ix), San Cirilo (Præp. in Cat.) llama al bautismo "el sello del Señor". San Agustín compara este carácter o marca impresa sobre el alma cristiana con el carácter militar que se impone a soldados en el servicio imperial. Santo Tomás trata la naturaleza de este sello indeleble, o carácter, en el Summa (III:63:2).

Los primeros líderes de la tal llamada Reformación sostenían doctrinas muy diferentes de aquellas de la antigüedad cristiana en cuanto a los efectos del bautismo. Lutero (De Captiv. Bab.) y Calvino (Antid. C. Trid.) sostienen que este sacramento hace que el bautizado tenga la certeza de la gracia perpetua de la adopción. Otros declaran que el llamado a preocuparse por el bautismo propio nos liberaría de los pecados cometidos después de él; de nuevo, otros dicen que las transgresiones a la Ley Divina, aunque son en sí pecados, no serán imputados como pecados a la persona bautizada siempre y cuando tenga fe. Los decretos del Concilio de Trento, que se opusieron a los errores que prevalecían entonces, son testigos de las muchas teorías extrañas y novedosas sostenidas por varios exponentes de la naciente teología Protestante.
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Manuel 78
Constante


Registrado: 18 Nov 2006
Mensajes: 521

MensajePublicado: Mie Oct 24, 2007 12:10 pm    Asunto:
Tema: Hechos 19
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Muchas gracias. Es que aún tengo mucho que aprender.

Gracias. Very Happy
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