Sergio Ceceña Veterano
Registrado: 02 Oct 2005 Mensajes: 2016 Ubicación: México
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Publicado:
Vie Feb 10, 2006 8:41 pm Asunto:
¡Papá, tengo hambre!
Tema: ¡Papá, tengo hambre! |
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VALE LA PENA LEERLO, TOMENSE UN TIEMPECITO.
¡Papá tengo hambre!
Léanla , les animará a luchar para triunfar!
Pasaba del medio día, el olor de pan caliente invadía aquella calle, un sol
escaldante invitaba a todos a un refresco. Ricardito no aguantó el olor rico
del pan y dijo:
- ¡¡¡Papá tengo hambre!!!
El padre; Agenor, sin tener un centavo en el bolsillo, caminando desde muy
temprano buscando un trabajo, mira con los ojos mareados al hijo y le pide
un poco más de paciencia...
- Pero papá, ¡desde ayer no comemos nada, tengo mucha hambre, papá!
Avergonzado, triste y humillado en su corazón de padre, Agenor le pide al
hijo esperar en la vereda mientras entra en la panadería que estaba
enfrente.
Al entrar se dirige a un hombre en el balcón:
- Señor, estoy con mi hijo de tan sólo 6 años en la puerta, con mucha
hambre, no tengo ninguna moneda, pues salí temprano para buscar un empleo y
nada encontré, le pido que en el nombre de Jesús me dé un pan para que yo
pueda matar el hambre de ese niño, en cambio puedo barrer el piso de su
establecimiento, lavar los platos y vasos, u otro servicio que usted
necesite.
A Amaro; el dueño de la panadería le extraña que aquel hombre de semblante
calmo y sufrido, pida comida a cambio de trabajo y pide que llame al
hijo...
Agenor toma al hijo de la mano y lo presenta a Amaro, que inmediatamente
pide que los dos se sienten junto al mostrador, donde manda servir dos
platos de comida del famoso PLATO DEL DIA: ARROZ, FRIJOLES, CARNE MOLIDA Y
HUEVO.
Para Ricardito era un sueño, comer después de tantas horas en la calle...
Para Agenor, un dolor más, ya que comer aquella comida maravillosa lo hacía
recordar a la esposa y a dos hijos más que quedaron en casa solamente con un
puñado de arroz... Gruesas lágrimas bajaban de sus ojos ya en el primer
bocado. La satisfacción de ver a su hijo devorando aquel plato simple como
si fuera un manjar de los dioses, y el recuerdo de su pequeña familia en
casa, fue demasiado para su corazón tan cansado de más de 2 años de
desempleo, humillaciones y necesidades...
Amaro se aproxima de Agenor y percibiendo su emoción, bromea para relajar:
- ¡Oh, María!!! Tu comida debe estar muy fea... Mira a mi amigo,
¡hasta está llorando de tristeza de ese plato.
Inmediatamente, Agenor sonríe y dice que nunca comió comida tan apetitosa, y
que agradecía a Dios por tener ese placer...
Amaro pide entonces que el tranquilice su corazón, que almorzase en paz y
después conversarían acerca de trabajo...
Más confiadamente, Agenor seca las lágrimas y empieza a almorzar, ya que su
hambre ya estaba en las espaldas...
Después del almuerzo, Amaro invita Agenor para conversar en los fondos de la
panadería, donde había un pequeño escritorio... Agenor cuenta entonces que
hace más de 2 años había perdido el empleo y desde entonces, sin una
especialidad profesional, sin estudios, estaba viviendo de pequeñas "tareas
aquí y allí", pero que hace 2 meses no recibía nada...
Amaro resuelve entonces contratar Agenor para servicios generales en la
panadería, y le prepara al hombre una canasta básica con alimentos para por
lo menos 15 días...
Agenor con lágrimas en los ojos agradece la confianza de aquel hombre y
marca para el día siguiente su inicio en el trabajo...
Al llegar en casa con toda aquella cantidad Agenor es un nuevo hombre.
Sentía esperanzas, sentía que su vida tomaría nuevo impulso... Dios le
estaba abriendo más que una puerta, era toda una esperanza de días
mejores...
Al día siguiente, a las 5 de la mañana, Agenor estaba en la puerta de la
panadería ansioso de iniciar su nuevo trabajo... Amaro llega luego y sonríe
para aquel hombre que ni él sabía por qué estaba ayudando...
Tenían la misma edad, 32 años, e historias diferentes, pero algo dentro de
él lo llamaba para ayudar a aquella persona... Y, no se equivocó. Durante
un año, Agenor fue el más dedicado trabajador de aquel establecimiento,
siempre honesto y extremadamente celoso con sus deberes...
Cierto día, Amaro llama Agenor para una charla y habla de la escuela que
abrió lugares para la alfabetización de adultos a una cuadra arriba de la
panadería, y que él tenía interés que Agenor estudiara. Agenor nunca se
olvidó de su primer día de clase: la mano trémula en las primeras letras y
la emoción de la primera carta...
Doce años se pasan desde aquel primer día de clases...
Vamos a encontrar al Dr. Agenor Baptista de Medeiros, abogado, abriendo su
oficina a su cliente, y después a otro, y después a otro más... Al medio día
él baja para un café en la panadería del amigo Amaro, que queda impresionado
en ver al antiguo empleado" tan elegante en su primer traje...
Diez años se pasan, y ahora el Dr. Agenor Baptista, ya con una clientela que
mezcla los más necesitados que no pueden pagar, y los más adinerados que
pagan muy bien; decide crear una institución que ofrece a los desvalidos de
la suerte, que andan por las calles, personas desempleadas y carenciados de
todo tipo, un plato de comida diariamente a la hora del almuerzo... Más de
200 comidas se sirven diariamente en aquel lugar administrado por su hijo,
el ahora nutricionista Ricardo Baptista...
Todo cambió, todo pasó, pero la amistad de aquellos dos hombres, Amaro y
Agenor impresionaba a todos los que conocían un poco de la historia de cada
uno...
Cuentan que a los 82 años los dos fallecieron el mismo día, casi en la misma
hora, muriendo plácidamente con una sonrisa del deber cumplido...
Ricardito, el hijo, mandó gravar delante de la "Casa del Camino", que su
padre fundó con tanto cariño:
"Un día yo tuve hambre, y me alimentaste.
Un día yo estaba sin esperanzas y me diste un camino.
Un día me desperté solo, y me diste a Dios, y eso no tiene precio.
¡Qué Dios habite en tu corazón y alimente tu alma!
¡Y que te sobre el pan de la misericordia para extender a quien necesita!"
(Historia verídica) _________________
Non nobis Domine, non nobis, sed Nomine tuo da Gloriam |
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