Ser esa lluvia fina...

[Orpam Saretnoc Laverz]

Amigos míos foreros; Jaime B. catalán, Isabel Z., navarra, Ángeles G., palentina y todos los que estáis ahí ahora quiero comunicarnos, como hice hace algo de tiempo unas ideas que, en forma de mensaje, quisiera que pensáramos juntos.

Jeanne-Marie con tu otro nombre Marie Louise, belga flamenca (a quien le escribí) en tu tierra y ¿en la vuestra también? la lluvia es frecuente ¿verdad? Experimenté una lluvia abundante, densa en León y en Oviedo en España, en París (Francia) y en Roma (Italia) en ocasiones bien distintas y he pensado que la lluvia es una buena metáfora para pensar en que, cayendo, empapa. La Palabra de Dios puede ser esa lluvia fina que parece que resbale por la superficie y no cale, o esa lluvia abundante que hace que todo fructifique o esa lluvia torrencial que parece que pueda destruirlo todo. Si es malo lo que la Palabra destruye estupendo para el que la recibe, si es para algunos resbaladiza que no empapa ¡qué pérdida de tiempo!, si es abundante y hace que el alma quede bien llena y dé frutos ¡qué gozada espiritual!
Creo que al comunicarnos con los otros no son tanto los grandes discursos los que nos calan interiormente, sino frecuentemente esas pocas palabras dichas con cariño, con constancia, con entrega que son fruto de un gran deseo de bien hacia el otro. Si lo que oímos o leemos o nos dicen es positivo ¿por qué no comunicarlo a otros? La Palabra de Dios diaria es esa lluvia fina que puede hacer que vivamos siempre con alegría ¿o no?

Creo que más comentarios huelga hacer.

Orpam Saretnoc Laverz