Inmigraciones, sobre todo de mujeres...

[Orpam Saretnoc Laverz]

¡Bueno! amigos míos, hoy he encontrado aportaciones para enviar al mundo entero, en una revista internacional, y así he dicho en los foros: Oración, D. Interreligioso, Crítica de cine..., de forma que veamos esto:

"La sección Inmigraciones, en una revista (internacional), nos presenta la dura realidad de las mujeres en el actual flujo migratorio. La nueva generación de emigrantes está cada vez más formada por mujeres solas, que se trasladan a causa de un malestar. La naturaleza del mismo puede ser económica, política, cultural o social; más a menudo encierra en sí una mezcla de estas motivaciones. Los recorridos migratorios de las mujeres no siempre corresponden a las lógicas masculinas, sino que desarrollan un rol insustituible en el plano social, cultural y también económico, en el seno de las propias comunidades en tierra extranjera.

Repetir con formas diversas, el don de la solidaridad de las primeras misioneras –dice el artículo de la revista- que se pusieron al servicio de las mujeres y niñas emigrantes, es particularmente significativo en una realidad planetaria en la que el fenómeno migratorio es más que actual y crea nuevas pobrezas".

Por radio hace un par de días abordaban el asunto de las mujeres que dejan a sus hijos.
Oí el testimonio de una madre que dejó a los niños en la infancia y que los tiene ya en la adolescencia sin haberlos visto sino una vez en siete años. Para ganar dinero y poder enviarlo de España a América.

Yo misma, alguna vez, he visto a algunas personas de Sudamérica y les he dicho pero ¿cómo habéis venido tan lejos? Las respuestas son variadas, lo que nos interesa, creo yo, es que seamos solidarios en todos los sentidos con el que sufre, está lejos de su tierra, tiene añoranza y trabaja sólo para mejorar la condición familiar.
¿No os parece que hemos de ser muy, pero que muy solidarios?

Y antes que decir, hacer.
La Madre Teresa de Calcuta encontró una vez a una mujer cuyo cuerpo estaba medio comido por las ratas.
Lo explica Alimbau i Argila, en la Hoja Diocesana de esta semana.
Y, claro olía mal y daba repugnancia.
Pero la santa albanesa se dijo ¿hubiera sido yo misionera de la caridad siguiendo mi repugnancia?

Cargó a la mujer a su espalda y la llevó a la clínica...

Eso sí que es hablar sin palabras ¿no es cierto?
Yo no sé si sabría hacer eso. Lo que sí sé es que es una lección que he aprendido hoy mismo.

Orpam Saretnoc Laverz