Beatriz Veterano
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Publicado:
Mie Mar 05, 2008 5:03 pm Asunto:
La Teologìa no Teològica, Ambiguedades y Eufemismos
Tema: La Teologìa no Teològica, Ambiguedades y Eufemismos |
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Autor: P. José María Iraburu | Fuente: Catholi.net
La Teología no Teológica , Ambigüedades y Eufemismos
Esta separación actual respecto a la doctrina de la Iglesia algunas veces es frontal, pero con más frecuencia se expresa en modos ambiguos, eufemísticos, indirectos, implícitos.
En ambientes como los descritos abunda lo que podríamos llamar teología no teológica. Puede un profesor de teología -se dicente «teólogo»- discurrir sobre temas teológicos y hablar de ellos con erudición y con terminología teológica y, sin embargo, no hacer realmente teología.
La teología es obra que la razón produce a la luz de la fe (ratio fide illustrata), y que «se apoya, como fundamento perdurable, en la Escritura unida a la Tradición» (Vat.II, Dei Verbum 24). Y «la Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia están unidos de tal modo que ninguno puede subsistir sin los otros» (ib. 10).
Pues bien, eso significa que cualquier «teología» que desarrolle su pensamiento al margen o en contra de Escritura, Tradición y Magisterio apostólico no es propiamente, para los católicos, teología. Es teodicea, teognosis, teología protestante -el libre examen luterano- o simplemente ideología. Incluso, quizá, la palabra gnosis sea la más indicada para referirse a esta pseudo-teología.
En todo caso, ¿por qué llamar teología a ciertos escritos sobre cristología, teología de la liberación, teología del matrimonio, Eucaristía, si en tantos graves aspectos enseñan tesis perfectamente contrarias a la enseñanza de la Biblia, de la Tradición y del Magisterio? Ese abuso del lenguaje no trae ventaja alguna.
Y la pregunta más grave: ¿por qué se tolera, y a veces se fomenta, la edición de esas obras ideológicas en colecciones católicas, y se permite su difusión en librerías que se dicen católicas?
Silenciamientos persistentes de ciertas verdades
«De la abundancia del corazón habla la boca» (Mt 12,34). Un silenciamiento sistemático y prolongado de una determinada verdad de la fe equivale en la práctica a su negación.
Un ejemplo, la verdad del infierno. Jesucristo conoce bien la posibilidad de una condenación eterna, y como ama mucho a los hombres y desea su salvación, en su evangelio «habla con frecuencia de “la gehena” y del “fuego que nunca se apaga”» (Catecismo 1034). Habla con mucha frecuencia. ¡Cómo no va a hacerlo!... Pues bien, hoy, al contrario, es frecuente el predicador que jamás, nunca, predica sobre el infierno. Habrá que pensar que no cree en él. O que si cree, y nunca lo menciona, es que no ama de verdad a los hombres.
Del mismo modo, si un párroco nunca habla de la necesidad de adorar a Cristo, presente en la Eucaristía, ni promueve jamás ese culto, es porque no cree en esa necesidad pastoral o quizá porque no cree en esa real Presencia sagrada.
«El justo vive de la fe... La fe es por la predicación, y la predicación por la palabra de Cristo» (Rm 1,17; 10,17). Si un sacerdote, por ejemplo, no tiene una fe suficientemente firme en la doctrina católica de la castidad conyugal, no podrá predicar sobre ella. Ahora bien, como el pueblo vive de la fe, y ésta se alimenta de la predicación, acabará el pueblo cristiano ignorando la verdad de la castidad conyugal. Y profanará la santidad del matrimonio sin mayores problemas de conciencia. Esto es evidente a priori, y también a posteriori.
Ambigüedades y eufemismos
La disidencia actual respecto a la doctrina de la Iglesia algunas veces es frontal, pero con más frecuencia se expresa en modos ambiguos, eufemísticos, indirectos, implícitos. Los ejemplos podrían multiplicarse.
En una Asamblea concreta de católicos, el Grupo B declara: «El Grupo se adhiere sin reservas a la Humanæ vitæ, pero cree que haría falta superar la dicotomía entre la rigidez de la ley y la ductilidad de la pastoral». Traducido: el Grupo no se adhiere a la encíclica aludida, o se adhiere con hartas reservas, y aconseja o exige que se ponga fin a la dura intransigencia de la doctrina conyugal católica.
Una cosa es lo que se dice, y otra lo que se quiere decir, que es lo que de hecho va a ser entendido por el oyente o lector.
Sobre el tema delicadísimo de la historicidad de los Evangelios un eminente exegeta, dice en una entrevista:
«Llegué a la conclusión de que, si bien los Evangelios no son históricos en el sentido moderno de la historia, sin embargo resulta imposible, sin ignorar una de evidencias, contradecir la verdad histórica del mensaje de Cristo».
Que el sentido de la historia no es el mismo en Jenofonte y en Toynbee, pongamos por caso, es una afirmación obvia. Ha de suponerse, pues, que lo que quiere decir este eclesiástico eminente no va por ahí. ¿No interpretarán los lectores, según eso, que a su entender los Evangelios no son históricos, aunque su mensaje sí lo es; que no son históricos los hechos que narran, o buena parte de ellos, sino el mensaje que por ellos se transmite?
El tal exegeta, pues, no tendrá razón para enojarse si muchos interpretan de este modo sus palabras, que serían ciertamente contrarias a la doctrina de la Iglesia, pues ésta «ha defendido siempre la historicidad de los Evangelios» (Vaticano II, Dei Verbum, 19; Catecismo 126; 514-515). No podrá alegar que sus palabras han sido objeto de una interpretación temeraria o abusiva.
En la antigüedad cristiana, los errores se proponen con ingenua claridad. No existiendo todavía un cuerpo doctrinal católico bien definido, hay una correspondencia patente entre lo que dicen quienes los difunden y lo que piensan.
A medida, por el contrario, que la doctrina católica se ha ido definiendo más y más, aquellos que contrarían la doctrina de la Iglesia -como los jansenistas o los modernistas- se han visto obligados a expresar su pensamiento con palabras más cautelosas y encubiertas. Hoy, pues, los errores rara vez son expresados en forma patente. Casi siempre se difunden a través de un lenguaje deliberadamente impreciso, ambiguo y eufemístico, en el que quizá podría ser aceptable lo que se dice, pero no lo que se quiere decir, que es lo realmente comunicado.
Después de todo, siempre, antes y ahora, los lobos se han vestido «con piel de oveja» (Mt 7,15). «Son falsos apóstoles, que proceden con engaño, haciéndose pasar por apóstoles de Cristo. Su táctica no debe sorprendernos, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz» (2Cor 11,13-14).
En los decenios postconciliares la autoridad de la Iglesia siempre ha estado atenta a enseñar la verdad y a refutar los errores con fuerza persuasiva -Mysterium fidei, Sacerdotalis cælibatus, Humanæ vitæ, etc.-.
Pero, los autores de los errores, mientras no se produce su pública y nominal reprobación, siguen difundiendo eficazmente sus errores, por luminosos que sean los documentos contemporáneos de la Iglesia, que afirman la verdad y niegan el error.
-El caso Marciano Vidal. Este profesor español redentorista (1937-) publica su Moral de actitudes a partir de 1974, y la obra es pronto traducida al portugués (1975ss), al italiano (1976ss) y a otras lenguas (la edición italiana de 1994ss traduce la 8ª edición española). Desde hace muchos años, cualquier cristiano medianamente formado en teología entendía con toda facilidad que esa obra, con otras muchas del mismo autor, difundía enseñanzas claramente inconciliables con la doctrina moral católica.
El 15 de mayo de 2001 fue cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe comunica en una Notificación que esa obra y otras dos más examinadas «no pueden ser utilizadas para la formación teológica». En la Iglesia de habla hispana, es decir, en la mitad de la Iglesia, el texto de Moral aludido venía siendo uno de los más utilizados durante un cuarto de siglo.
La Moral de Marciano Vidal, afirma la Congregación de la Fe, no está enraizada en la Escritura: «no consigue conceder normatividad ética concreta a la revelación de Dios en Cristo». Es «una ética influida por la fe, pero se trata de un influjo débil». Atribuye «un papel insuficiente a la Tradición y al Magisterio moral de la Iglesia», adolece de una «concepción deficiente de la competencia moral del Magisterio eclesiástico». Su tendencia a usar «el método del conflicto de valores o de bienes» lo lleva «a tratar reductivamente algunos problemas», y «en el plano práctico, no se acepta la doctrina tradicional sobre las acciones intrínsecamente malas y sobre el valor absoluto de las normas que prohiben esas acciones».
Y estos planteamientos generales falsos conducen, lógicamente, a graves errores concretos acerca de los métodos interceptivos y anticonceptivos, la esterilización, la homosexualidad, la masturbación, la fecundación in vitro homóloga, la inseminación artificial y el aborto.
Esta obra y otras del mismo autor, con las de Häring, Curran, Forcano, Valsecchi, Hortelano, López Azpitarte, etc., son las que durante dos o tres decenios han creado en gran parte del pueblo católico, profesores, párrocos, confesores, grupos matrimoniales, seminarios y noviciados, una mentalidad moral no-católica.
-El caso Anthony de Mello. El 24 de junio de 1998 la Congregación para la Doctrina de la Fe publica una Notificación señalando los graves errores contenidos en varias de las obras del padre Anthony de Mello, S.J. (1931-1987). Este autor «es muy conocido debido a sus numerosas publicaciones, las cuales, traducidas a diversas lenguas, han alcanzado una notable difusión en muchos países». Sus obras, efectivamente, han sido ampliamente difundidas durante decenios entre los católicos de los más diversos ambientes y naciones.
Pues bien, la Congregación, en 1998, nos avisa que «sustituye la revelación acontecida en Cristo con una intuición de Dios sin forma ni imágenes, hasta llegar a hablar de Dios como de un vacío puro... Nada podría decirse sobre Dios... Este apofatismo radical lleva también a negar que la Biblia contenga afirmaciones válidas sobre Dios... Las religiones, incluido el Cristianismo, serían uno de los principales obstáculos para el descubrimiento de la verdad... A Jesús, del que se declara discípulo, lo considera un maestro al lado de los demás... La Iglesia, haciendo de la palabra de Dios en la Escritura un ídolo, habría terminado por expulsar a Dios del templo», etc.
La Editorial Sal Terræ ha seguido difundiendo las obras de Anthony de Mello, y en 2003 han publicado su Obra completa en dos preciosos tomos, 1603 pgs., en edición cuidada por el P. Jorge Miguel Castro Ferrer, S.J., con un amplio prólogo hagiográfico de Andrés Torres Queiruga, en el que cita a Hegel, Heidegger, Ricoeur, pero no menciona, ni siquiera de paso, la Notificación romana.
Esta obra podrá hallarse hoy en casi todas las librerías diocesanas y religiosas de lengua española.
¿Cómo podrá ahora remediarse el daño tan grande y extenso que esas obras -y tantas otras- han causado? _________________ "Quien no ama, no conoce"
San Agustín |
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Abraham Diaz Constante
Registrado: 05 Ene 2006 Mensajes: 842
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Publicado:
Jue Mar 06, 2008 8:41 pm Asunto:
Tema: La Teologìa no Teològica, Ambiguedades y Eufemismos |
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Esta muy bueno el aporte, hay q hablar del asunto, para q todos los hermanos sepan q es muy importante en estos tiempos el estudio de la verdadera doctrina de Jesus custodiada por el Papa y los Obispos a el unidos. No podemos callar pretextando escandalos, el fin de la Iglesia es la salvacion de todos; y si no tenemos claro cual es el camino, es imposible.
Ahora lamentablemente no podemos confiar asi no mas, por q el humo del infierno (q realmente existe y no es un cuento espanta niños) se ha metido por las grietas de las paredes, como dijo el Santo Padre Pablo VI.
Es bueno recordar q los unicos autorizados para interpretar la Escritura son los Obispos, los sacerdotes pueden meditarla pero no interpretarla, a esto hay q sumar q los q tienen la verdad son aquellos q estan con el Papa.
Algunas frases del libro de la Virgen al padre Gobbi y del cardenal Ratzinger:
Cita: | "Hoy, mientras la oscuridad desciende sobre todas las cosas y el errror se propaga cada vez más en la Iglesia, debeis orientar a todos a la fuenta de la que Jesus hace brotar sus palabras de verdad:
el Evangelio confiado a la Iglesia jerarquica, es decir, al Papa y a los Obispos a él unidos...
Cuanto hiere y aflige a mi Corazon de Madre de la Iglesia el escandalo, aun de los Obispos, que no obedecen al Vicario de mi Hijo y arrastran un gran numero de mis pobres hijos sobre el camino del error. Por eso hoy, debeis proclamar a todos con vuestra palabra, que Jesus solo a Pedro ha constituido fundamento de su Iglesia y custodio infalible de la verdad" (7 de Agosto de 1976) |
Cita: | "En estos momentos tan dolorosos para la Iglesia, el Papa se encuentra solo, viviendo como mi hijo Jesus en el huerto de Getsemani, sus horas de agonia y abandono. Son estos para Él, momentos de angustia profunda...
Los Sacerdotes de mi Movimiento deben ser los amigos, los consoladores, los defensores del Papa. Los Amigos porque llenaran su soledad con mucho amor y con mucha oracion... Los consoladores por que aliviaran su sufrimiento...Los defensores porque seran siempre fieles a él y combatiran contra todos aquellos q lo contestan y lo calumnian" (30 de octubre de 1973) |
Cita: | Rezad por el Papa.
¡Que grande es su sufrimiento!
A menudo esta como aplastado bajo el peso de una Cruz, que se ha hecho tan pesada.
La humanidad corre por el camino de la violencia y del odio, de las luchas fratricidas y de la guerra, a pesar de su angustiado grito que hace llegar a todos para invocar la paz...
¡Que grande es el dolor del Papa al ver a la humanidad tan amenazada correr con inconsciencia por la via de su propia destrucción!
Rezad por el Papa
Como hace sangrar su corazon la division que se arraiga en la Iglesia, la perdida de la fe que se hace cada vez mas vasta, los errores que son enseñados y difundidos, a pesar de la valentia y la fuerza con las que va, a todas partes del mundo, a confirmar a todos en la fidelidad a Cristo y a su Evangelio.
Sus cartas Encíclicas, son verdaderos faros de luz, que descienden del cielo, en la tiniebla profunda que envuelve todo el mundo.
Rezad por el Papa.
El esta viviendo la hora de Getsemani y del Calvario, de la crucifixión y de su inmolacion. (13 de Mayo de 1995) |
Cita: | "Cuánto Cristo sufre en su misma Iglesia... Cuanta suciedad hay en la Iglesia, y verdaderamente tambien entre aquellos que, en el sacerdocio, deberian pertenecerle completamente a Él. Cuanta soberbia, cuanta autosuficiencia! Cuan poco respetamos el sacramento de la reconciliacion, en el cual Él nos espera, para levantarnos de nuestras caídas. Todo esto esta presente en su pasión. La traición de los discípulos, la recepción indigna de su Cuerpo y de su Sangre es ciertamente el mas grande dolor del Redentor, aquello que le traspasa el Corazon"
"Señor, el vestido y el rostro tan sucio de tu Iglesia nos espantan. Pero somos nosotros mismos quienes los ensucian! Somos nosotros mismos quienes te traicionamos cada vez, despues de todas nuestras grandes palabras, nuestros grandes gestos. Ten piedad de tu Iglesia: tambien al interior de ella. Adan cae siempre de nuevo. Con nuestra caida te arrastramos a tierra, y Satanas se rie, porque espera que no lo lograras mas levantarte de aquella caida, espera que Tú, habiendo sido arrastrado en la caida de tu Iglesia, permanezcas en tierra derrotado"
(Cardenal Ratzinger 9va estacion del Via Crucis, 25 de marzo de 2005). |
Cita: | "Hoy el que no esta con el Papa no lograra permanecer en la verdad. Las seducciones del maligno se han vuelto tan insidiosas y peligrosas, que conciben engañar a quien sea. Pueden caer tambien los buenos. Pueden caer tambien los maestros y sabios. Pueden caer los sacerdotes y hasta los Obispos. No caerán jamas aquellos que esten siempre con el Papa. Es por esto que quiero hacer de ustedes un ejercito ordenado, atento obediente y docil aun a los deseos de este mi primer Hijo predilecto, del Vicario de mi Hijo Jesus" (7 de Agosto de 1976) |
_________________ "El teólogo se prostituye cuando, en vez de buscar la verdad, persigue los aplausos de la dictadura de las opiniones comunes". Cardenal Joseph Ratzinger Prefecto de la CDF. |
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