Joseph_Emanuele Esporádico
Registrado: 24 Mar 2008 Mensajes: 44 Ubicación: Juchipila
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Publicado:
Lun May 26, 2008 9:37 pm Asunto:
Mensaje a los Servidores y Miembros de la RCC
Tema: Mensaje a los Servidores y Miembros de la RCC |
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Mensaje dirigido a los Servidores y Miembros
de la Renovación Carismática Católica
Despierta tú que duermes,
Y levántate de entre los muertos
Y te iluminará Cristo
Efesios 5,14.
Esta exhortación es una invitación explícita a la vida nueva en Cristo Jesús, el cual nos regenera y levanta para no vivir ya en letargo y muerte. Sin embargo, muchos que han conocido a Dios vivo y comenzado en este camino han vuelto atrás, llevados por las seducciones adversas.
Sucede que después de haber encontrado el Gran Tesoro, que es Cristo Jesús: esa entrega y fervor del comienzo fue disminuyendo debido a la rutina, dificultades como son los problemas familiares, controversias con los sacerdotes, las concupiscencias, etc.
-Al inicio se empezó con ganas; pero, a la primera prueba, se claudicó.
-Se empezó a servir en la comunidad; sin embargo el descuido propicio entrara el egoísmo, la mediocridad, el despotismo, etc.
-Lo más triste que al conocer al Señor, en un debido momento se haya preferido por el factor que haya sido, volver al mundo o llegar a la neutralidad.
Es tiempo de despertar, de levantarse de entre los muertos; porque Dios, no es un Dios de muertos, sino de vivos (Cf. Lc. 20,38. Un renovado no tiene razón alguna, de buscar soluciones en otros sitios o alternativas ¿Porqué buscáis entre los muertos al que está vivo? (Lc. 24,5).
Cristo es la Luz verdadera, Luz del Mundo, Luz de la vida para disipar toda oscuridad (Cf. Jn.8, 12).
Es hora de abrir los ojos, de resucitar y que se reaviva el don Espíritu Santo renovando nuestras vidas y la faz de la tierra.
Vuelve al Primer Amor
Estas palabras del Señor Jesús dirigidas a la Iglesia de Éfeso (Cf. Ap.2,1-7) son para todo aquél que ha perdido el amor del principio. Esos tiempos gloriosos que al principio se vivieron en entrega total al Señor, son recordados con nostalgia y con añoro de regresar a esos albores del caminar en el Señor, ya que la situación de sequía, desolación o pecado, ha menoscabado ese amor y entrega.
No obstante, hoy se puede volver a ese amor de antes; a ese primer amor.
El Señor conoce las fatigas, las luchas, la insistencia de sus discípulos cuyo trasfondo pese a todo, tiene como razón, ese amor profundo a Dios.
Si alguien esta tirado, es necesario darse cuenta a donde se ha caído, arrepentirse y volver a esa entrega anterior, experimentando nuevamente ese gran amor de Dios que todo lo transforma y renueva; de encontrarse una vez más con el Resucitado y morir al yo, dejando que El sea; así como recibir una nueva efusión del Espíritu Santo que renueve, levante y encienda ese fuego nuevo, para vivir en plenitud.
Concluye el texto a la Iglesia de Éfeso: El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios (Ap.2, 7).
Ir más allá
Hay que volver al primer amor, pero también: Ir más allá, tal como lo hizo Moisés (Cf. Ex. 3,1). Si Moisés, no hubiera ido más allá del desierto, quedándose en el conformismo de Madián; no hubiera llegado al Horeb, montaña de Dios. Es ahí, donde tiene ese encuentro con la zarza ardiente, que no se consumía. Es donde recibe ese llamado de libertar al pueblo de Israel del yugo egipcio.
La Renovación Carismática Católica es una bendición de Dios que representa y efectúa un Pentecostés actual, en pro de la Iglesia y el mundo. Sin embargo, es necesario, que esta Renovación trascienda, que vaya más allá. No quedarse en la conformidad. Es menester Ir más allá y esto implica romper con criterios, modos y pensamientos personales y dejar que sea Dios quién obre conforme su propósito y conduzca a nuevos horizontes. Esto implica sumisión total al Señor, obediencia y estar abiertos a las novedades del Espíritu Santo. Abraham, tuvo que salir de su pueblo Ur de los caldeos, obedeciendo la demanda de Yahvéh (Cf. Gn. 12,1). Si se hubiera quedado estancado y concretado en su vida ordinaria, no hubiera alcanzado y cumplido con el propósito de Dios en su vida.
Es tiempo de Dios (kairós), de Renovación, de un nuevo Pentecostés: hay que deslizar la vela de la barca y dejar que el soplo impredecible del Espíritu Santo conduzca a rutas que el quiera llevar.
Instaurar el Reino de Dios
Limitarse uno a estar encerrado, es una actitud egocéntrica e indiferente. Es imprescindible e imperante, salir a anunciar el Evangelio del Reino a todas partes. No se trata de enfrascar la misión evangelizadora solo en el templo, ya que es necesario ir por los alejados, siguiendo el modelo de Jesús.
Es necesario llevar a cabo la Misión Continental anunciando el Kerigma de Salvación por las casas, plazas, calles; aprovechando también los medios de comunicación. Evangelizar a tiempo y a destiempo, es nuestro deber bajo el poder del Espíritu Santo.
Jesús recorría los pueblos, aldeas y lugares llevando la buena nueva de salvación, no conformándose en un sitio.
Muchos pretextan: No quiero predicar, para no dar las perlas a los cerdos. Precisamente, para evitar esto, hay que ser prudentes, mostrarse como personas normales y con el testimonio de vida, de esta manera ser convincentes.
El Reino de Dios no es comida, ni bebida; sino paz, amor y gozo en el Espíritu Santo. El Reino de Dios, es la soberanía de Dios sobre cada uno. Es necesario, que ese Reino se establezca en todos y vivir radicalmente el Señorío de Jesús. |
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