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cofercarv2º Moderador

Registrado: 04 Oct 2007 Mensajes: 2786 Ubicación: Costa Rica :D (De cariño Tiquicia xD)
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Publicado:
Mie Ago 20, 2008 3:38 pm Asunto:
Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Andando por ahí en un foro protestante, me postearon este artículo de Fernando Saraví... sobre el primado de Pedro.
Como el foro de apologética esta muy tranquilo, pues quise ponerlo a ver si entre todos desarmamos el artículo, es decir una obra comunitaria xD al final unimos todos nuestros aportes y los foristas que tengan webs de apologetica lo suben con la autoría de los foristas de apologetica de catholic.net (esto parece al pensamiento de código libre jeje)
yo al final lo compilaré y lo colocaré como documento final para que todos tengan acceso a él. _________________
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confío!!
Christophorus Spathare Adversus Haereticorum |
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cofercarv2º Moderador

Registrado: 04 Oct 2007 Mensajes: 2786 Ubicación: Costa Rica :D (De cariño Tiquicia xD)
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Publicado:
Mie Ago 20, 2008 3:39 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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¿Qué dicen sobre Mateo 16,18?
"Y yo también te digo, que tú eres Pedro,
y sobre esta roca edificaré mi iglesia;
y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.."
MATEO 16,18
EN LOS PADRES DE LA IGLESIA
Introducción
Según las declaraciones oficiales del Magisterio Católico, el consenso de los Padres es un criterio fundamental en la recta interpretación de las Escrituras. Esto está documentado en muchas declaraciones; me limito a citar dos que son representativas:
Además, para reprimir los ingenios petulantes, [el Sacrosanto Concilio] decreta que nadie, apoyado en su prudencia, sea osado a interpretar la Escritura Sagrada, en materias de fe y costumbres, que pertenecen a la edificación de la doctrina cristiana, retorciendo la misma Sagrada Escritura conforme al propio sentir, contra aquel sentido que sostuvo y sostiene la santa madre Iglesia, a quien atañe juzgar del verdadero sentido e interpretación de las Escrituras Santas, o también contra el unánime sentir de los Padres, aun cuando tales interpretaciones no hubieren de salir a la luz en tiempo alguno.
Concilio de Trento, Sesión IV del 8 de abril de 1546 (Denzinger # 786; negritas añadidas)
[i]A nadie le es lícito interpretar la misma Escritura contra este sentido ni tampoco contra el sentir unánime de los Padres.."
Concilio Vaticano I, 1870 (Denzinger # 1788).
Por otra parte, es sabido que Mateo 16,18 es un texto crucial en la justificación bíblica de los dogmas que establecen al obispo de Roma como Cabeza visible de la Iglesia.
Sin embargo, los textos patrísticos que he podido recopilar no muestran un consenso unánime de los Padres en este sentido, ni mucho menos.
He hallado textos de 30 Padres de la Iglesia, que expresan 40 opiniones sobre el texto en cuestión; la diferencia en los números de autores y el de opiniones se debe a que algunos Padres, notablemente Jerónimo y Agustín, expresan más de una interpretación en sus diferentes escritos.
La interpretación más común en los Padres es que la roca sobre la cual se edifica la Iglesia no es Pedro personalmente, sino la fe o confesión que hace Pedro.
Se alinean en esta postura Ambrosiáster, Pablo de Constantinopla, Hilario de Poitiers, Atanasio de Alejandría, Basilio el Grande, Gregorio de Nisa, Ambrosio de Milán, Dídimo el Ciego, Epifanio de Salamis, Juan Crisóstomo, Paladio de Helenópolis, Agustín de Hipona, Cirilo de Alejandría, Isidoro de Pelucio, Teodoreto de Ciro y Basilio de Seleucia, un total de 16 Padres.
A esto pueden añadirse las interpretaciones que consideran “rocas” todos los verdaderos discípulos de Cristo porque ellos confiesan lo mismo que Pedro, y aquí hallamos a Orígenes, Ambrosio de Milán y Agustín de Hipona, lo cual lleva el total a 20.
La segunda interpretación en frecuencia es la que considera a la Roca como Cristo mismo.
Es defendida por Tertuliano de Cartago, Afraates el Sirio, Jacobo de Nisbis, Eusebio de Cesarea, Juan Crisóstomo, Jerónimo, Agustín de Hipona, Casiodoro, Isidoro de Sevilla, Beda el Venerable y Juan de Damasco. Esto hace un total de 11 Padres.
Una opinión minoritaria dice que la Roca son todos los Apóstoles (así Jerónimo e Isidoro de Sevilla) . Otra, elaborada por Cipriano de Cartago, ve en el episcopado universal la roca sobre la que se fundamenta la Iglesia.
En uno de sus polémicos escritos, Tertuliano de Cartago afirmó que Pedro y solamente él, personalmente, es la roca.
No he podido hallar la opinión de que Pedro y sus sucesores en la figura de los obispos de Roma sean la roca en la literatura patrística antes de fines del siglo IV.
Dos Padres de dicha época que pueden invocarse a favor de esta posición son Jerónimo y Agustín. Sin embargo, es interesante que el primero la exprese en una carta dirigida precisamente al obispo de Roma, y el segundo en una carta escrita a propósito de una amenaza de cisma.
Además, en otros de sus escritos, Jerónimo expresa que la Roca es Cristo mismo, o que se trataba de Pedro y los demás los Apóstoles.
Asimismo Agustín, en sus Sermones y Exposiciones dice que:
(1) Pedro era la roca como figura de toda la Iglesia, es decir que, en su fe y también en su debilidad, representaba a todos los que componen el Cuerpo de Cristo (Sermón 26)
(2) Que la roca era Pedro, en cuanto permaneciera en la fe (Exp Salm 45:14)
(3) Que la roca era la confesión de Pedro (Sermón 229P).
(4) Que la Roca era Cristo mismo (Exp Salm 61:3)
De modo que el ilustre obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia no parece haber tenido una interpretación única de este versículo.
En definitiva, el único de los Padres que de manera consistente sostiene que la roca era Pedro personalmente y sus sucesores en la persona de los Obipos de Roma, es precisamente un Obispo de Roma, León Magno, a mediados del siglo V.
Por tanto, parece difícil evitar la conclusión de que en este caso en particular, la interpretación oficial católica no cuenta, ni con mucho, con el consenso unánime de los Padres.
La única razón que puede aducirse es que el Magisterio hoy la cree. Es decir, debe ser cierto, sólo porque Roma lo dice y, como todos saben, "ella no puede equivocarse".
Mateo 16,18 en los Padres de los siglos II y III
Tertuliano de Cartago (c. 160-220)
Si, porque el Señor le dijo a Pedro, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», «a ti te he dado las llaves del reino celestial», o «cualquier cosa que hayas atado o desatado en la tierra, será atada o desatada en los cielos», tú por tanto supones que el poder de atar y desatar se ha derivado hacia ti, es decir, a toda Iglesia similar a Pedro, ¿qué clase de hombre eres, subvirtiendo y cambiando totalmente la intención manifiesta del Señor, confiriendo (como lo hizo aquella intención) esto personalmente a Pedro? «Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»; y «Te daré las llaves a ti», no a la Iglesia; y «lo que desatares o atares», no lo que «ellos hayan desatado o atado». Pues así enseña el resultado junto con esto. En (Pedro) mismo la Iglesia fue criada; esto es, a través de (Pedro) mismo; él mismo probó la llave; tú ves cuál: «Hombres de Israel, dejad que lo que digo penetre en vuestros oídos: Jesús Nazareno, hombre destinado por Dios para vosotros», y así. (Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...
Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99)
Otra vez, Él cambia el nombre de Simón a Pedro ... Pero, ¿por qué Pedro? Si era por el vigor de su fe, había muchos materiales sólidos los cuales podrían prestar su nombre a causa de su fuerza. ¿Fue porque Cristo era tanto una roca como una piedra? Pues leemos que fue puesto «como piedra de tropiezo y roca de contención».
Contra Marción, IV, 13 (ANF 3:365)
Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedro.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456)
Cipriano de Cartago (c. 200- 258)
Nuestro Señor, cuyos preceptos y admoniciones debemos observar, describiendo el honor de un obispo y el orden de Su Iglesia, habla en el Evangelio, y le dice a Pedro: «Te digo a ti, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo». De aquí, a través de los cambios de tiempos y sucesiones, el ordenamiento de los obispos y el plan de la Iglesia fluye hacia delante; de modo que la Iglesia está fundada sobre los obispos, y cada acto de la Iglesia está controlado por estos mismos gobernantes.
Epístolas 26:1 (ANF 5:305)
Y el Señor también en el Evangelio, cuando los discípulos lo abandonaron mientras él hablaba, tornándose hacia los doce, dijo «¿también vosotros os iréis?»; entonces Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes la palabra de vida eterna; y creemos, y estamos seguros, de que eres el Hijo del Dios viviente». Aquí habla Pedro, sobre quien la Iglesia había de ser edificada, enseñando y mostrando en el nombre de la Iglesia, que aunque una rebelde y arrogante multitud de aquellos que no oirían ni obedecerían pudiera apartarse, aun así la Iglesia no se apartará de Cristo; y son la Iglesia quienes forman un pueblo unido al sacerdote, y el rebaño que se adhiere a su pastor.
Epístolas 68:8 (ANF 5:374)
El Señor le dijo a Pedro: Te digo (dijo Él) que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo (Mateo 16:18-19). A él de nuevo, después de Su resurrección, le dice:, Alimenta mis ovejas. Sobre él siendo uno, edifica Su Iglesia; y aunque Él da a todos los Apóstoles un poder igual, y dice: Como mi Padre me envió, así también yo os envío; recibid el Espíritu Santo; a quienes les remitáis los pecados, les serán remitidos, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos (Juan 20:21); - empero para manifestar unidad, Él por su propia autoridad ha colocado así la fuente de la misma unidad, como para comenzar de uno. Ciertamente los otros Apóstoles también eran lo que era Pedro, dotados de un igual compañerismo de honor y poder; pero se hace un comienzo desde la unidad, para que la Iglesia pueda presentarse como una; la cual una Iglesia, en el Cantar de los Cantares, el Espíritu Santo designa y nombra en la Persona de nuestro Señor: Mi paloma, Mi inmaculada, no es sino una; ella es la única de su madre, elegida de ella que la concibió (Cantares 9:6).
Sobre la unidad de la Iglesia 3-4 (ANF 5:672)
Mateo 16,18 en los Padres del siglo IV
(Parte 1 de 2)
Afraates el Sirio (principios del siglo IV)
La fe ... es como una construcción que se construye de muchas piezas de artesanía y así su edificio se eleva hasta la cima. Y sabed, mis amados, que en los fundamentos del edificio se colocan piedras, y así descansando sobre piedras, todo el edificio se eleva hasta que es perfeccionado. Así también la verdadera Piedra, nuestro Señor Jesucristo, es el fundamento de toda fe. Y en Él, en (esta) Piedra, se basa la fe. Y descansando sobre la fe toda la estructura se eleva hasta ser completada. Pues es el fundamento lo que constituye el principio de todo el edificio. Pues cuando alguien es traído cerca de la fe, es puesto por él sobre la Piedra, es decir nuestro Señor Jesucristo. Y Su edificio no puede ser zarandeado por las olas, ni dañado por los vientos. Por los embates de la tormenta no se cae, porque su estructura está levantada sobre la roca de la verdadera Piedra. Y en que he llamado a Cristo la Piedra, no he hablado mi propio pensamiento, sino que los Profetas le llamaron de antemano la Roca.
Y ahora oíd lo concerniente a la fe que es basada sobre la Piedra, y lo concerniente a la estructura que se levanta sobre la Piedra ... Así también que el hombre quien se torna una casa, sí, una morada para Cristo, preste atención a lo que se necesita para el servicio de Cristo, quien se aloja en él, y con qué cosas puede complacerle. Pues primero él construye su edificio sobre la Piedra, la cual es Cristo. Sobre Él, sobre la piedra, se edifica la fe ... Todas estas cosas demanda la fe que está basad en la roca de la verdadera Piedra, es decir Cristo. Y si por ventura dijeses: «Si Cristo está puesto por fundamento, ¿cómo es que Cristo también mora en el edificio cuando éste se completa?» Pues el bendito Apóstol dijo ambas cosas. Pues dijo: «Yo como perito arquitecto he puesto el fundamento». Y allí él definió el fundamento y lo hizo claro, pues dijo como sigue: «Ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús» ... Y por tanto se cumple aquella palabra, que Cristo mora en los hombres, a saber, en aquellos que creen en Él, y Él es el fundamento sobre el cual se levanta todo el edificio.
Demostraciones Selectas, 1:2-6,13, 19
Jacobo de Nisbis (principios del siglo IV)
La fe está compuesta y compactada de muchas cosas. Es como un edificio, porque se construye y completa con mucha esperanza. No ignoras que se ponen grandes piedras en los fundamentos de un edificio, y entonces todo lo que es edificado encima tiene sus piedras unidas entre sí, y así se eleva hasta que se completa la obra. Así, de toda nuestra fe, nuestro Señor Jesucristo es el firme y verdadero fundamento; y sobre esta roca se establece nuestra fe. Por tanto, cuando alguno ha venido a la fe, es puesto sobre una roca firme, la cual es nuestro Señor Jesucristo. Y, a llamar a Cristo una roca, no digo nada por mí mismo, pues los profetas lo han llamado antes una roca.
Sermón 1, Sobre la Fe 1,13
Ambrosiaster (siglo IV)
Pablo escribe sobre las órdenes eclesiásticas; aquí se ocupa de los fundamentos de la Iglesia. Los profetas prepararon, los apóstoles establecieron los fundamentos. Por lo cual el Señor le dice a Pedro: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», esto es, sobre la confesión de fe católica estableceré en vida a los fieles.
Comentario sobre Efesios (PL 17:380)
Eusebio de Cesarea (c. 260-340)
Empero, no errarás en absoluto del ámbito de la verdad si supones que «el mundo» es en realidad la Iglesia de Dios, y que su «fundamento» es en el primer lugar, aquella inefablemente sólida roca sobre la cual está fundada, como dice la Escritura: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»; y en otra parte: «La roca, además, era Cristo». Pues, como el Apóstol indica con estas palabras: «Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús». Entonces, también, luego del Salvador mismo, puedes rectamente juzgar que los fundamentos de la Iglesia son las palabras de los profetas y los apóstoles, de acuerdo con la afirmación del Apóstol: «Edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular».
Comentario sobre los Salmos (PG 23:173, 176)
Pablo de Constantinopla (= Pablo de Emesa, m. 350)
Sobre esta fe la Iglesia de Dios ha sido fundada. Con esta expectativa, sobre esta roca el Señor Dios colocó los fundamentos de la Iglesia. Cuando, entonces, el Señor estaba yendo a Jerusalén, les preguntó a los discípulos, diciendo: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Los apóstoles dicen: «Algunos que Elías, otros que Jeremías, o uno de los profetas». Y Él dice, pero vosotros, esto es, mis elegidos, vosotros que me habéis seguido por tres años, y han visto mi poder, y milagros, y presenciaron caminando sobre el mar, quienes han compartido mi mesa, «¿Quién decís que soy?» Instantáneamente, el Corifeo de los apóstoles, la boca de los discípulos, Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente».
Homilía sobre la Natividad
Hilario de Poitiers (c. 315-367)
Una creencia de que el Hijo de Dios es Hijo sólo de nombre, y no en naturaleza, no es la fe de los Evangelios y de los Apóstoles ... por lo cual pregunto, ¿fue que el bendito Simón bar-Jonás le confesó, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente? ... Si Él era Hijo por adopción, ¿en dónde descansa la bendición de la confesión de Pedro, la cual ofreció un tributo al Hijo para el cual, en este caso, no hubiese tenido más derecho que cualquier miembro de la comunidad de los santos? La fe del Apóstol penetró en una región cerrada al razonamiento humano... Y esta es la roca de confesión sobre la cual la Iglesia se edifica ... que Cristo no debe ser solamente nombrado, sino creído, como Hijo de Dios.
Sobre la Trinidad, VI,36 (NPNF2 9:111)
Esta fe es aquella que es el fundamento de la Iglesia; a través de esta fe las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella. Esta es la fe que tiene las llaves del reino de los cielos. Cualquier cosa que esta fe haya desatado o ligado en la tierra será desatada o ligada en el cielo ... La razón misma por la cual él es bendecido es que confesó al Hijo de Dios. Esta es la revelación del Padre, este es el fundamento de la Iglesia, esta es la seguridad de la permanencia de ella. De aquí que ella tiene las llaves del reino de los cielos, de aquí el juicio en el cielo y el juicio en la tierra ...
Sobre la Trinidad, VI,37 (NPNF2 9:112)
Así nuestro único inconmovible fundamento, nuestra única bendita roca de fe, es la confesión de la boca de Pedro, Tú eres el Hijo del Dios viviente. Sobre ella podemos basar una respuesta a toda objeción con la cual el ingenio pervertido o la amarga traición puedan atacar la verdad.
Sobre la Trinidad, II,23 (NPNF2 9: 5
Mateo 16,18 en los Padres del siglo IV
(Parte 2 de 2)
Atanasio de Alejandría (c. 297- 373)
Por esto debemos buscar antes que todas las cosas, si Él es Hijo, y sobre este punto escudriñar especialmente las Escrituras: «pues esto fue, cuando los apóstoles fueron preguntados, que Pedro respondió, diciendo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente” ... esta es la verdad y el principio soberano de nuestra fe ... Y como Él es un fundamento, y nosotros piedras construidas sobre él ... La Iglesia está firmemente establecida; está fundada sobre la roca, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella ... Y porque esta es la fe de la Iglesia, que ellos de alguna manera entiendan que el Señor envió a los Apóstoles y les mandó hacer de esto el fundamento de la Iglesia.
Cuatro Cartas a Serapión 1:28.
Basilio el Grande (330-379)
Y la casa de Dios, ubicada en los picos de las montañas, es la Iglesia según la opinión del Apóstol. Pues él dice que uno debe saber «cómo comportarse en la casa de Dios». Ahora, los fundamentos de esta Iglesia están sobre las montañas sagradas, ya que está construida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas. Una de estas montañas era ciertamente Pedro, sobre la cual roca el Señor prometió construir su Iglesia. Verdaderamente por cierto y por el mayor derecho son las almas sublimes y elevadas, almas que se elevan sobre las cosas terrenales, llamadas «montañas». El alma del bendito Pedro fue llamada una alta roca porque él tenía un fuerte asidero en la fe y soportó constante y valientemente los golpes inflingidos por las tentaciones. Todos, por tanto, quienes han adquirido un entendimiento de la divinidad – por causa de la amplitud de la mente y de aquellas acciones que proceden de ella- son los picos de las montañas, y sobre ellos se edifica la casa de Dios.
Comentario sobre el Profeta Isaías, 2:66 (PG 30:233)
Gregorio de Nisa (c. 330-c. 395)
La calidez de nuestras alabanzas no se extienden a Simón [Pedro] en cuanto él era un pescador; más bien se extiende a su firme fe, la cual es al mismo tiempo el fundamento de toda la Iglesia.
Panegírico sobre San Esteban (PG 46:733)
Ambrosio de Milán (c. 337-397)
La fe, pues, es el fundamento de la Iglesia, pues no fue dicho de la carne de Pedro (su persona), sino de su fe, que «las puertas del Hades no prevalecerían contra ella» ... ¡Haz un esfuerzo, por tanto, en ser una roca! ¡No busques la roca fuera de ti, sino dentro de ti! Tu roca es tu obra, tu roca es tu mente. Sobre esta roca se construye tu casa. Tu roca es tu fe, y la fe es el fundamento de la Iglesia. Si eres una roca, estarás en la Iglesia, porque la Iglesia está sobre una roca. Si estás en la Iglesia las puertas del infierno no prevalecerán contra ti.
Comentario sobre Lucas VI,98 (CSEL 32:4)
Dídimo el Ciego (c. 318-398)
Cuán poderosa es la fe de Pedro y su confesión de que Cristo es el Dios unigénito, el Verbo, el verdadero Hijo de Dios, y no meramente una criatura. Aunque él vio a Dios sobre la tierra vestido de carne y sangre, Pedro no dudó, pues estaba dispuesto a recibir lo que «carne y sangre no te han revelado». Más aún, reconoció al consubstancial y coeterno retoño de Dios, glorificando de este modo aquella raíz increada, aquella raíz sin comienzo, la cual le había revelado la verdad. Pedro creyó que Cristo era una misma deidad con el Padre; y así fue llamado bendito por aquel quien solo es el bendito Señor. Sobre esta roca la Iglesia fue construida, la Iglesia a la cual las puertas del infierno –esto es, los argumentos de los herejes- no vencerán.
Sobre la Trinidad, I, I,30 (PG 39:416)
Epifanio de Salamis (c. 315-403)
Esto es, ante todo, porque él confesó que «Cristo» es «el Hijo del Dios viviente», y se le dijo, «Sobre esta roca de fe segura edificaré mi Iglesia» -pues él claramente confesó que Cristo es el verdadero Hijo.
Panarion, II-III
Juan Crisóstomo (c. 347-407)
Por tanto Él añadió esto, «Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; esto es, sobre la fe de su confesión ... Pues Cristo no le añadió nada más a Pedro, sino que como si su fe fuera perfecta, dijo, que sobre esta confesión Él edificaría la Iglesia, pero en el otro caso [Juan 1:49-50] no hizo nada parecido, sino lo contrario ...
Homilías sobre el Evangelio de Juan XXI,1 (NPNF 14:73)
Su significado [1 Cor 3:11] es este: He predicado a Cristo, os he entregado el fundamento. «Pues ningún otro fundamento puede un hombre poner, que aquel que está puesto». Sobre éste entonces edifiquemos, y como un fundamento adhirámonos a él, como una rama a una viña; y que no haya distancia entre nosotros y Cristo.
Homilías sobre 1 Corintios VIII, ver. 11 (NPNF 12:47)
Mateo 16,18 en los Padres del siglo V
(Parte 1 de 2)
Jerónimo (342-420)
Empero, aunque tu grandeza me aterra, tu amabilidad me atrae. Del sacerdote demando el cuidado de la víctima, del pastor la protección debida a las ovejas ... Mis palabras son dirigidas al sucesor del pescador, al discípulo de la cruz. Así como no sigo a otro líder que a Cristo, no comulgo con otro que con vuestra bendición, esto es, con la cátedra de Pedro. ¡Pues esta, yo sé, es la roca sobre la cual se edifica la Iglesia! Esta es la sola casa donde el cordero pascual puede justamente ser comido. Esta es el arca de Noé, y quien no se encuentre en ella perecerá cuando prevalece el diluvio.
Carta al papa Dámaso, XV, 2 (NPNF2 6:1
Si, entonces, el Apóstol Pedro, sobre quien el Señor ha fundado la Iglesia, ha dicho expresamente que la profecía y la promesa del Señor fueron entonces y allí cumplidas, ¿cómo podemos afirmar otro cumplimiento por nuestra cuenta?
Epístola a Marcela XLI, 2 (NPNF2 6:55)
Pero, dices, la Iglesia fue fundada sobre Pedro: aunque en otra parte lo mismo se atribuye a todos los Apóstoles, y ellos reciben todos las llaves del reino del cielo, y la fuerza de la Iglesia depende de todos ellos por igual, empero uno de entre los doce es escogido de modo que cuando una cabeza hubo sido dispuesta, no hubiese ocasión para cisma. ¿Pero por qué no fue elegido Juan, que era virgen? Se le prestó deferencia a la edad, porque Pedro era el mayor: uno que era joven, casi diría un muchacho, no podía ser puesto por sobre hombres de edad avanzada; y un buen maestro que estaba dispuesto a quitar toda ocasión de contienda entre sus discípulos ... no ha de pensarse que daría causa de envidia contra el joven que había amado... Pedro es un Apóstol, y Juan es un Apóstol; pero Pedro es solamente un Apóstol, mientras que Juan es un Apóstol, y un Evangelista, y un profeta. Un Apóstol, porque escribió a las Iglesias como maestro; un Evangelista, porque compuso un Evangelio, cosa que ningún otro de los Apóstoles, excepto Mateo, hizo; un profeta, porque vio en la isla de Patmos, donde había sido exiliado por el emperador Domiciano como un testigo del Señor, un Apocalipsis conteniendo los ilimitados misterios del futuro... El escritor virgen expuso misterios que no pudo exponer el casado, y para resumir brevemente todo y mostrar cuán grande fue el privilegio de Juan, la Madre virgen fue confiada por el Señor virgen al discípulo virgen.
Contra Joviniano I, 26 (NPNF2 6:366)
El fundamento singular que el arquitecto apostólico puso es nuestro Señor Jesucristo. Sobre este estable y firme fundamento, el cual ha sido depositado sobre terreno sólido, se edifica la Iglesia de Cristo ... Pues la Iglesia fue fundada sobre una roca ... sobre esta roca el Señor estableció su Iglesia; y el Apóstol Pedro recibió su nombre de esta roca (Mt 16,1 ... Ella, que con una firme raíz está fundada sobre la roca, Cristo, la Iglesia católica, es la única paloma; ella se yergue como la perfecta, y cercana a Su diestra, y nada siniestro tiene en ella ... La roca es Cristo, quien concedió a sus discípulos que ellos también fuesen llamados rocas, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia».
Comentario sobre Mateo 7:25; Epístola 65:15; Sobre Amós VI,12-13
Paladio de Helenópolis (c. 365-425)
«¿Vosotros, empero, quién decís que soy?» No todos respondieron, sino solamente Pedro, interpretando la mente de todos: «Tú eres el Cristo, Hijo del Dios viviente». El Salvador, aprobando la corrección de esta respuesta, habló, diciendo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca» -esto es, sobre esta confesión- «edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».
Diálogo sobre la vida de Juan Crisóstomo (PG 47:4
Nilo de Ancira (m. hacia 430)
Si, más aún, se significa un hombre del Señor, el primero en ser comparado con el oro sería Cefas, cuyo nombre es, interpretado, «roca». Este es el más alto de los Apóstoles, también llamado Cefas, quien proveyó en su confesión de fe el fundamento para la edificación de la Iglesia.
Comentario sobre el Cantar de los Cantares (PG 87 [ii]: 1693)
Agustín de Hipona (354-430)
Pues si la sucesión lineal de obispos ha de ser tomada en cuenta, ¡con cuántos más certeza y beneficio para la Iglesia reconocemos hacia atrás hasta que llegamos a Pedro mismo, a quien, como llevando en una figura a toda la Iglesia, el Señor dijo: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»! El sucesor de Pedro fue Lino, y sus sucesores en una continuidad inquebrantada fueron estos...
Epístola a Generoso , LIII,2 (NPNF2 12:298)
El Evangelio que ha sido leído recién ... nos da a entender que el mar es el mundo presente, y el Apóstol Pedro el tipo de la única Iglesia. Pues Pedro, primero en el orden de los Apóstoles, y en el amor de Cristo, adelantadísimo, responde a menudo solo por todo el resto. De nuevo, cuando el Señor Jesucristo preguntó, “Pero ¿quién decis vosotros que soy?” Pedro respondió “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Uno dio la respuesta por muchos, Unidad en la multiplicidad. Entonces le dijo el Señor, “Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo”. Entonces agregó “Y te digo a ti” . Como si Él hubiera dicho, “Porque tú me lo dijiste a mí, « eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», yo también te digo «Tú eres Pedro»”. Pues antes él era llamado Simón. Ahora, este nombre de Pedro le fue dado por el Señor, y esto en una figura, que él significaba la Iglesia. Pues viendo que Cristo es la Roca (Petra), Pedro es el pueblo cristiano. Pues la roca (Petra) es el nombre original. Por tanto, Pedro es así llamado por la roca, no la roca por Pedro; al igual que Cristo no es llamado Cristo por los cristianos, sino los cristianos por Cristo. “Por tanto”, dijo, “tú eres Pedro; y sobre esta Roca” que tú has confesado, sobre esta Roca que has reconocido, diciendo “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, edificaré mi Iglesia”. Te construiré a ti sobre mí, no a mí sobre ti.
A continuación Agustín trata del incidente registrado unos pocos versículos más adelante, en Mateo 16:22ss, donde cuando el Señor anuncia su pasión, Pedro trata de persuadirlo, y Jesús le dice “Apártate de mí, Satanás, porque me eres tropiezo”. El obispo de Hipona prosigue:
Distingamos, mirándonos a nosotros mismos en este miembro de la Iglesia, lo que es de Dios y lo que es nuestro. Pues entonces no vacilaremos, entonces estaremos fundados sobre la Roca, entonces estaremos fijos y firmes contra los vientos, y tormentas, y corrientes, las tentaciones, quiero decir, de este mundo presente. Empero ved a este Pedro, quien era entonces nuestra figura; ahora confía, ahora vacila; ahora confiesa al Inmortal, y ahora tema que Él muera. ¿Por qué? Porque la Iglesia de Cristo tenía tanto débiles como fuertes ... En que Pedro dijo “Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente” representa a los fuertes”; pero en que vacila, y no admite que Cristo pueda sufrir, en temer la muerte de Él, y no reconocer la vida, él representa a los débiles de la Iglesia. En aquel un Apóstol, entonces, esto es Pedro, en el orden de los Apóstoles primero y principal, en quien la Iglesia estaba figurada, ambas clases estaban representadas, esto es, tanto los fuertes como los débiles; porque la Iglesia no existe sin ambos.
Sermón 26.
Cristo, como ves, edificó su Iglesia no sobre un hombre sino sobre la confesión de Pedro. ¿Cuál es la confesión de Pedro? «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Aquí está la roca para vosotros, aquí el fundamento, aquí es donde la Iglesia ha sido construida, la cual las puertas del inframundo no pueden conquistar.
Sermón 229P.1
De aquí que Él amoneste así a Pedro cuando éste le dio mal consejo. Pues el Señor, cuando estaba a punto de sufrir por nuestra salvación, también anunció lo que habría de ocurrir concerniente a aquella misma Pasión; y Pedro dice, «¡Lejos esté esto de Ti!, ¡Dios no lo permita!, ¡Esto no será!» ... Pero el Señor, para hacerlo que no fuera delante de Él, sino siguiéndole, dices, «¡Apártate de mí, Satanás!» Es por esta razón que dijo «Satanás», porque estás pretendiendo ir delante de Él, a quien debes seguir; pero si estás detrás, si lo sigues a Él, no serás de aquí en adelante «Satanás». ¿Qué entonces? «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia».
Exposiciones sobre Salmos 40:24 (NPNF 8:127)
Pero inmediatamente cuando el Señor comenzó a hablar de Su Pasión, él temió que pereciese por muerte, en tanto que nosotros mismos habríamos de perecer a menos que Él muriese; y dijo: «Lejos de ti, oh Señor, está no será hecho». Y el Señor, a aquel a quien poco antes le había dicho, «Benditos eres, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia», le dijo, «Apártate de mí, Satanás, porque eres una ofensa para mí». ¿Por qué entonces es «Satán» aquel que poco antes era «bendito» y una «Roca»? «Porque no saboreas las cosas que son de Dios», dijo Él, «sino aquellas que son del hombre». Un poco antes él saboreaba las cosas que son de Dios: porque «no te lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos». Cuando [Pedro estaba] en Dios, alabó su discurso, no Satán sino Pedro, de petra; pero cuando [estaba] en sí mismo y desde la enfermedad humana, el amor carnal del hombre, el cuál sería un impedimento para su propia salvación, y la del resto, es llamado Satán. ¿Por qué? Porque pretendía ir delante del Señor, y darle consejo terrenal al Líder celestial... Tú dices, «Lejos esté» y tú dices, «Oh, Señor»; ciertamente si Señor es Él, sabe lo que hace, sabe lo que dice. Pero tú deseas guiar a tu Líder, enseñar a tu maestro, mandar a tu Amo, escoger por Dios: has ido demasiado lejos, retrocede...
Exposiciones sobre Salmos 45:14 (NPNF 8:222-223)
Si en Él hemos sido tentados, en Él vencemos al diablo ... «Sobre la Roca me has exaltado Tú». Ahora por tanto percibimos aquí quién está clamando desde los confines de la tierra. Traigamos a la mente el Evangelio: «Sobre esta Roca edificaré mi Iglesia». Por tanto clama desde los confines de la tierra Ella, quien Él había querido que fuese construida sobre una Roca. Pero para que la Iglesia pudiese ser edificada sobre la Roca, ¿quién fue hecho tal Roca? Escucha a Pablo diciendo: «Pero la Roca era Cristo». En Él entonces hemos sido edificados. Por esta razón aquella Roca sobre la cual hemos sido edificados, primero había sido azotada con vientos, inundación, lluvia, cuando Cristo estaba siendo tentado por el diablo. Ved sobre qué firmeza Él ha querido establecerte. Con razón nuestra voz no es en vano, sino que es escuchada con atención: pues en grande esperanza hemos sido dispuestos: «Sobre la Roca me has exaltado».
Exposiciones sobre Salmos 61:3 (NPNF 8:249)
Mateo 16,18 en los Padres del siglo V
(Parte 2 de 2)
Cirilo de Alejandría (m. 444)
Pero ¿por qué decimos que ellos son «fundamentos de la tierra»? Pues Cristo es el fundamento y la base inconmovible de todas las cosas ... Pero los siguientes fundamentos, aquéllos más cercanos a nosotros, puede entenderse que son los apóstoles y evangelistas, aquellos testigos oculares y ministros de la Palabra quienes se han levantado para el fortalecimiento de la fe. Pues cuando reconocemos que sus propias tradiciones deben ser seguidas, servimos a una fe que es verdadera y no se desvía de Cristo. Pues cuando [Pedro] sabia y osadamente confesó su fe a Jesús diciendo, «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente», Jesús le dijo al divino Pedro, «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia». Ahora, por la palabra «roca» Jesús indicó, creo, la inamovible fe del discípulo...
Comentario sobre Isaías IV,2 (PG 70:940)
«Y te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». El apodo, creo, llama a ninguna otra que a la inconmovible y muy firme fe del discípulo «una roca», sobre la cual la Iglesia fue fundada y hecha firme y permanece continuamente inexpugnable aun con respecto a las mismas puertas del infierno.
Diálogo sobre la Trinidad IV (PG 75:866)
Isidoro de Pelusio (m. hacia 450)
Cristo, quien escudriña los corazones, no preguntó a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que yo, el Hijo del Hombre, soy?». No porque no supiera las diversas opiniones de los hombres concernientes a Él mismo, sino que estaba deseoso de enseñar a todos la misma confesión la cual Pedro, inspirado por Él, puso como la base y fundamento, sobre los cuales el Señor edificó su Iglesia.
Epístola 253
Teodoreto de Ciro (c. 393- c. 458)
Que nadie neciamente suponga que el Cristo es cualquier otro que el Hijo unigénito. No nos imaginemos más sabios que el don del Espíritu. Escuchemos las palabras del gran Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Escuchemos al Señor Cristo confirmando esta confesión, pues «Sobre esta roca», dice, «edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Por tanto también el sabio Pablo, excelentísimo arquitecto de las iglesias, no fijó otro fundamento que éste. «Yo», dice, «como perito arquitecto he puesto el fundamento, y otro construye encima. Pero que cada quien vea cómo edifica. Pues ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo». ... Por tanto nuestro Señor Jesucristo permitió al primero de los apóstoles, cuya confesión Él había fijado como una suerte de cimiento y fundamento de la Iglesia, que vacilase, y que lo negase, y entonces lo levantó de nuevo... Ciertamente él está llamando a la fe piadosa y a la confesión verdadera una «roca». Pues cuando el Señor preguntó a sus discípulos quién decía el pueblo que era él, el bendito Pedro habló, diciendo «Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». A lo cual el Señor respondió: «De cierto, de cierto te digo que eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».
Epístola 146; 77; Comentario al Cantar de los Cantares, II,14. (NPNF2 3)
Basilio de Seleucia (m. cerca de 459)
En obediencia la lengua de Pedro se puso en movimiento y aunque ignorante de la doctrina, aportó una respuesta: «Tú eres Cristo, Hijo del Dios viviente»... Ahora Cristo llamó a esta confesión una roca, y nombró a quien la confesó «Pedro», percibiendo la apelación como apropiada para el autor de esta confesión. Pues esta es la solemne roca de la religión , esta es el muro de la fe y el fundamento de la verdad: «Pues nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús».
Oración XXV,4 (PG 85:297-298)
León I Magno (papa 440-461)
Nuestro Señor Jesucristo, Salvador de la humanidad, instituyó la observancia de la religión divina, la cual Él quiso que por la gracia de Dios derramase su brillo sobre todas las naciones y todos los pueblos de tal forma que la Verdad, que antes estaba confinada al anuncio de la Ley y los Profetas, pudiese a través del sonido de trompeta de los Apóstoles salir para la salvación de todos los hombres, como está escrito: «Su sonido ha salido a cada tierra, y sus palabras hasta los confines del mundo». Mas este sacramento misterioso el Señor deseó que fuese la ocupación de todos los Apóstoles, pero de tal forma que Él ha puesto el cargo principal en el bendito Pedro, jefe de todos los Apóstoles; y de él como de la Cabeza desea que sus dones fluyan a todo el cuerpo; de modo que cualquiera que se atreve a separarse de la sólida roca de Pedro pueda entender que no tiene parte ni porción en el misterio divino. Pues Él deseó que aquel que había sido recibido al compañerismo en Su unidad indivisa que fuese nombrado como Él mismo lo fue, cuando dijo: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia»; para que la edificación del templo divino por el maravilloso don de Dios pudiese descansar el la sólida roca de Pedro: fortaleciendo a Su Iglesia tan ciertamente que ni la precipitación humana pudiera asaltarla, ni las puertas del infierno pudieran prevalecer contra ella. Pero a esta santísima firmeza de la roca, levantada, como hemos dicho, por la mano edificadora de Dios, un hombre debe desear destruirla en extrema impiedad cuando trata de quebrantar el poder de ella, favoreciendo sus propios deseos, y no siguiendo lo que él recibió de los antiguos...
Epístola a los Obispos de la Provincia de Viena, X (NPNF2 12:8-9)
Y cuando ellos hubieron registrado las varias opiniones de otras gentes, Él dijo, «Pero vosotros, ¿quién decís que soy?» ... Ante lo cual el bendito Pedro, cuya confesión divinamente inspirada estaba destinada a beneficiar a todas las naciones, dijo, «Tú eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y no inmerecidamente fue declarado él bendito por el Señor, tomando de la piedra angular principal la solidez del poder cuyo nombre también expresa, él, quien, a través de la revelación del Padre, le confesó ser a la vez Cristo e Hijo de Dios...
Carta a Flaviano, XXVIII, 5 (NPNF2 12:41-42)
Y si Eutiques hubiese creído esto inteligente y totalmente, nunca se hubiera retirado del camino de esta Fe. Pues Pedro recibió esta respuesta del Señor por su confesión: «Bendito eres tú, Simón bar Jonás; pues carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella». Pero el que tanto rechaza la confesión del bendito Pedro como contradice el Evangelio de Cristo, está muy lejos de la unión con este edificio; pues se muestra a sí mismo como no habiendo nunca tenido ningún celo por entender la Verdad, y tener solamente la vacía apariencia de alta estima, quien no adornó las canas de la ancianidad con ningún juicio maduro del corazón.
Carta al Sínodo de Éfeso XXXIII, 1 (NPNF2 12: 47)
Ya que, por tanto, la Iglesia universal ha devenido una roca (petra) a través de la edificación de la Piedra original, y el primero de los Apóstoles, el beatísimo Pedro, oyó la voz del Señor diciendo, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca (petra) edificaré mi Iglesia», quién hay allí que se atreva a asaltar tal fuerza inexpugnable, a menos que sea el anticristo o el diablo, quien, permaneciendo inconverso en su impiedad, está ansioso por sembrar mentira mediante los vasos de ira que son apropiados para su perfidia, mientras bajo el falso nombre de la diligencia pretende estar en busca de la Verdad.
Carta a León César CLVI, 2 (NPNF2 12:100)
Y de Su gobierno y protección eterna hemos recibido también el apoyo de la ayuda de los Apóstoles, la cual ciertamente no cesa en su operación; y la fuerza del fundamento, sobre la cual se levanta toda la superestructura de la Iglesia, no se debilita por el peso del templo que descansa sobre él. Pues la solidez de aquella fe que fue alabada en el jefe de los Apóstoles es perpetua; y como permanece aquello que Pedro creyó en Cristo, así permanece lo que Cristo instituyó en Pedro. Pues cuando, como se ha leído en la lección del Evangelio, el Señor hubo preguntado a los discípulos quién creían ellos que era Él, en medio de las variadas opiniones sostenidas, y el bendito Pedro hubo replicado, diciendo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», el Señor dice, «Bendito eres tú, Simón bar Jonás, porque carne y sangre no te lo ha revelado, sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino de los cielos. Y lo que atares en la tierra, será atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».
La dispensación de la Verdad por tanto permanece, y el bendito Pedro perseverando en la fuerza de la Roca, que él ha recibido, no ha abandonado el timón de la Iglesia, que él tomó. Pues él fue ordenado antes que el resto en tal forma que de ser llamado la Roca, de ser pronunciado el Fundamento, de ser constituido el Portero del reino de los cielos, de ser colocado como Árbitro para atar y desatar, cuyos juicios retendrían su validez en el cielo, de todos estos títulos místicos podemos conocer la naturaleza de su asociación con Cristo. Y aún hoy él más plena y efectivamente desempeña lo que le está confiado, y realiza cada parte de su obligación y encargo en Él y con Él, a través de Quien ha sido glorificado. Y así, si cualquier cosa es rectamente hecha y rectamente decretada por nosotros, si cualquier cosa se gana de la misericordia de Dios por nuestras cotidianas súplicas, es por su obra y méritos cuyo poder vive y cuya autoridad prevalece en su Sede. Pues esto, amadísimos, fue ganado por aquella confesión, la cual, inspirada en el corazón del Apóstol por Dios el Padre, trascendió toda la incertidumbre de las opiniones humanas, y fue dotada con la firmeza de una roca, la cual ningún asalto podría conmover. Pues en toda la Iglesia Pedro diariamente dice: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», y toda lengua que confiesa al Señor acepta la instrucción que su voz trae. Esta Fe conquista al diablo, y quebranta las ataduras de sus prisioneros. Nos arranca de esta tierra y nos planta en el cielo, y las puertas del Hades no pueden prevalecer contra ella. Pues con tal solidez está dotada por Dios que la depravación de los heréticos no pueden dañarla ni la incredulidad de los gentiles vencerla.
Sermón III , 2-3 (NPNF2 12:117)
Y rectamente fue el bendito Apóstol Pedro alabado por confesar esta unión, quien cuando el Señor estaba averiguando qué conocían de Él los discípulos, rápidamente se anticipó al resto y dijo, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y esto ciertamente vio, no por la revelación de carne o sangre, que podrían haber retardado su visión interior, sino por el mismo Espíritu del Padre obrando en su corazón creyente, para que en preparación para gobernar toda la Iglesia él pudiera primero aprender lo que habría de enseñar, y para la solidificación de la Fe, la cual estaba destinado a predicar, pudiese recibir este reaseguro, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Esta fuerza, por tanto, de la Fe cristiana, la cual, construida sobre una roca inexpugnable no teme a las puertas de la muerte, reconoce al único Señor Jesucristo como tanto verdadero Dios y verdadero Hombre, creyéndolo asimismo el Hijo de la Virgen, quien es el Creador de su Madre; nacido también al final de los tiempos, aunque es el Creador del tiempo; Señor de todo poder, y aún así mortal; ignorante del pecado, y aun así sacrificado por los pecadores según la semejanza de carne pecaminosa.
Sermón sobre la Pasión, XI Sermón LXII, 2 (NPNF2 12:174)
Mateo 16,18 en los siglos VI a IX
Casiodoro (c. 485- c. 580)
«No será conmovida» se dice acerca de la Iglesia a la cual sola aquella promesa le ha sido dada: «Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi Iglesia y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella». Pues la Iglesia no puede ser conmovida porque se sabe que ha sido fundada sobre la roca más sólida, a saber, Cristo el Señor ... De este «fundamento», es inferido rectamente Cristo, quien es una roca inconmovible y una roca inexpugnable. Concerniente a esto dice el Apóstol: «Pues ningún otro fundamento puede ningún hombre poner que aquel que está ya puesto, el cual es Cristo Jesús».
Exposiciones sobre los Salmos 45:5 (PL 70:330)
Gregorio I Magno (nacido c. 540; papa 590-604)
Pero ya que no es mi causa, sino la de Dios, ya que las leyes piadosas, ya que los santos sínodos, ya que los mismos mandamientos de nuestro Señor Jesucristo son trastornados por la invención de una cierta orgullosa y pomposa frase, que sea el piadosísimo Señor que corte el lugar de la llaga, y ate al paciente remiso en las cadenas de la augusta autoridad. Pues al ligar estas cosas ajustadamente alivias a la república; y, mientras cortas estas cosas, provees el alargamiento de tu reinado.
Pues a todos los que conocen el Evangelio les es evidente que por la voz del Señor el cuidado de toda la Iglesia le fue confiado al santo Apóstol y Príncipe de todos los Apóstoles, Pedro. Pues a él se le dice, «Pedro, ¿me amas? Apacienta a mis ovejas». A él le es dicho, «He aquí, Satanás ha deseado zarandearos como trigo; y yo he orado por ti, Pedro, para que tu fe no falle. Y tú, cuando te hayas convertido, fortalece a tus hermanos». A él se le dice, «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo; y lo que atares en la tierra será también atado en el cielo; y lo que desatares en la tierra, será desatado también en el cielo».
Ved, él recibió las llaves del reino celestial, y le es dado poder para atar y desatar, le es confiado el cuidado y la principalidad de toda la Iglesia, y aún así él no es llamado el Apóstol universal; mientras que el santísimo hombre, mi compañero sacerdote Juan, intenta ser llamado obispo universal. Estoy forzado a gritar y decir ¡Oh tiempos, oh costumbres!
Ved, todas las cosas en las regiones de Europa son entregadas al poder de los bárbaros, las ciudades son destruidas, los campos arrasados, las provincias despobladas, ningún labriego habita la tierra, los adoradores de ídolos prevalecen y dominan para la matanza de los fieles, y aun sí sacerdotes, quienes deberían ellos mismos yacer llorando sobre el piso y en cenizas, buscan para sí nombres de vanagloria, y se glorían en nombres nuevos y profanos.
¿Defiendo yo mi propia causa en este asunto, piadosísimo Señor? ¿Resiento que se me haya hecho mal a mí especialmente? No, la causa de Dios Omnipotente, la causa de la Iglesia universal.
¿Quién es éste que, contra las ordenanzas evangélicas, contra los decretos de los cánones, presume para usurpar para sí un nuevo nombre? Lo haría aquél si por él mismo fuese, si pudiera ser sin ninguna mengua de los demás – codicia ser universal.
Y ciertamente sabemos que muchos sacerdotes de la Iglesia de Constantinopla han caído a la vorágine de la herejía ... Si entonces cualquiera de esa Iglesia toma para sí aquel nombre, por el cual se hace la cabeza de todos los buenos, se sigue que la Iglesia universal cae de su pedestal (lo cual no permita Dios) cuando aquel que es llamado universal cae. Pero lejos de los corazones cristianos esté aquel nombre de blasfemia, en el cual es quitado el honor de todos los sacerdotes, mientras se lo arroga locamente para sí uno (solo).
Ciertamente, en honor de Pedro, Príncipe de los Apóstoles, le fue ofrecido por el venerable sínodo de Calcedonia al romano pontífice. Pero ninguno de ellos ha jamás consentido usar tal nombre de singularidad, no sea que, por algo que se le da peculiarmente a uno, los sacerdotes en general sean deprivados del honor que se les debe. ¿Cómo es que nosotros no buscamos la gloria de este título aun cuando es ofrecida, y otro pretende arrebatarlo para sí mismo aunque no se le ofrece?
Epístola XX a Mauricio César (NPNF 2 12:170-171)
Isidoro de Sevilla (c. 560-636)
Pedro lleva el carácter de la Iglesia, el cual tiene el poder de perdonar pecados y de llevar a los hombres desde el Hades hasta el reino celestial ... Todos los Apóstoles también llevan el tipo de la Iglesia entera, ya que ellos también han recibido un poder igual de perdonar pecados. Ellos llevan también el carácter de los patriarcas, quienes por la palabra de la predicación espiritualmente engendraron al pueblo de Dios en todo el mundo ...
Alegorías en el Nuevo Testamento (PL 83:117-118)
El hombre sabio que edificó su casa sobre la roca significa el maestro fiel, quien ha establecido los fundamentos de su doctrina y vida sobre Cristo ... Más aún, Cristo es llamado un «fundamento» porque la fe se establece en él, y porque la Iglesia católica está construida sobre él.
Etimologías VII,2 (PL 82:267)
Beda el Venerable (c. 673-735)
Tú eres Pedro y sobre esta roca de la cual has tomado tu nombre, esto es, sobre mí mismo, edificaré mi Iglesia, sobre aquella perfección de la fe que tú confesaste edificaré mi Iglesia por cuya unanimidad de confesión si alguno se desviase aunque en sí mismo pareciera hacer grandes cosas, él no pertenece al edificio de mi Iglesia. ... Metafóricamente se le dice a él que la Iglesia ha de ser construida sobre esta roca, es decir, el Salvador que tú confesaste, quien ha concedido participación al fiel confesor de su nombre.
Homilías 23 (PL 94:260)
Juan de Damasco (c. 675-c. 749)
Y Pedro, encendido por un ardiente celo y preparado por el Espíritu Santo, replicó: «Tu eres Cristo, el Hijo del Dios viviente». ¡Oh, bendita boca! ¡Perfectos, benditos labios! ¡Oh, alma teológica! ¡Mente llenada por Dios y hecha digna por la instrucción divina! ¡Oh, divino órgano por el cual Pedro habló! Rectamente eres bendito, Simón hijo de Jonás ... porque ni carne ni sangre ni la mente humana, sino mi Padre en el cielo te ha revelado esta divina y misteriosa verdad a ti. Pues nadie conoce al Hijo, salvo aquél que es conocido por él ... Esta es la firme e inamovible fe sobre la cual, como sobre la roca cuyo sobrenombre llevas, la Iglesia está fundada. Contra ésta las puertas del infierno, las bocas de los herejes, las máquinas de los demonios –pues ellos habrán de atacar- no prevalecerán. Ellos tomarán las armas pero no vencerán.
Homilía sobre la Transfiguración (PG 96:554-555)
Pascasio Radberto (c. 785-860)
Hay una respuesta de todos sobre los cuales la Iglesia es fundada y contra los cuales las puertas del infierno no prevalecerán ... Tan grande fe no surge excepto de la revelación de Dios el Padre y la inspiración del Espíritu Santo de modo que cualquiera que tenga fe, como una piedra firme, es llamado Pedro ... Debiera notarse que cualquiera de los fieles es una roca en la medida en que es un imitador de Cristo y es luz en la medida en que es iluminado por la luz y por esto la Iglesia de Cristo está fundada sobre aquéllos en cuanto son fortalecidos por Cristo. De modo que no en Pedro solo sino sobre todos los Apóstoles y los sucesores de los Apóstoles se edifica la Iglesia de Dios. Pero estas montañas son primero edificadas en la montaña, Cristo, elevada sobre todas las montañas y cerros.... Esta es ciertamente la vera e inviolable fe dada a Pedro por Dios el Padre, según la cual si no hubiese habido siempre un Hijo no hubiera habido siempre un Padre, sobre la cual fe la Iglesia toda está fundada y permanece firme, creyendo que Dios es el Hijo de Dios.
Comentario sobre Mateo (PL 120:561, 555-556)
Fernando Saraví
1° Conclusión: Queda en evidencia la cantidad de Padres de la Iglesia que consideraron que la "Roca" es la confesión (la fe) de Pedro o bien que la Roca es Jesucristo mismo.
2° Conclusión: Asimismo queda en evidencia que la propia Iglesia Católica Romana no se ajusta a lo que ella misma define, a saber, el evitar interpretar la Escritura por fuera del consentimiento unánime de los Padre de la Iglesia, ya que como ha quedado evidenciado, lejos está en el pensamiento de los Padres la idea de que la "Roca" de Mateo 16,18 esté orientada a la persona del apóstol Pedro... _________________
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confío!!
Christophorus Spathare Adversus Haereticorum |
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cofercarv2º Moderador

Registrado: 04 Oct 2007 Mensajes: 2786 Ubicación: Costa Rica :D (De cariño Tiquicia xD)
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cofercarv2º Moderador

Registrado: 04 Oct 2007 Mensajes: 2786 Ubicación: Costa Rica :D (De cariño Tiquicia xD)
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Publicado:
Mie Ago 20, 2008 3:48 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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ufff, me duelen los dedos de estar poniendo etiquetas jeje, es cansadillo  _________________
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confío!!
Christophorus Spathare Adversus Haereticorum |
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pelicano Moderador

Registrado: 11 Abr 2007 Mensajes: 4019 Ubicación: Tierra Santa
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Publicado:
Mie Ago 20, 2008 4:10 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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ufffffffffff....ese tio no se canso de poner citas de Padres de la Iglesia...en fin.
Solo agregare algo que puede ayudar:
Cita: | No he podido hallar la opinión de que Pedro y sus sucesores en la figura de los obispos de Roma sean la roca en la literatura patrística antes de fines del siglo IV. |
Semejante falsedad, nunca la habia escuchado.Se ve que se le olvido consultar esto:
http://www.apologeticasiloe.com/Apologetica/Que%20dicen%20sobre%20Mateo%2016,18.htm
JEJEJEJEJE
¡Que Dios les Bendiga!
¿De modo que me he hecho enemigo Vuestro por deciros la Verdad?Gálatas 4:16 _________________
APOSTOLES DE LA VERDAD.
APOLOGETICA UNIVERSAL
http://exmormoncatolica.blogspot.com/ |
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Servillum Asiduo
Registrado: 14 Dic 2007 Mensajes: 497 Ubicación: Belgrano, Argentina
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Publicado:
Mie Ago 20, 2008 8:09 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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La profesión de fe no puede ser la roca.
En el paralelo de Marcos, la profesión de fe está en el capítulo 8.29
Sin embargo, hay alguien que lo reconoce como Mesías antes que Pedro lo haga: el demonio de Mc 1.24
Si la roca fuese una profesión de fe, entonces la Iglesia se funda sobre un demonio. _________________ Que esté, Señor, mi casa sosegada. |
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Jaimevelbon Moderador

Registrado: 22 May 2006 Mensajes: 11627 Ubicación: México
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Publicado:
Mie Ago 20, 2008 9:21 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Servillum escribió: | La profesión de fe no puede ser la roca.
En el paralelo de Marcos, la profesión de fe está en el capítulo 8.29
Sin embargo, hay alguien que lo reconoce como Mesías antes que Pedro lo haga: el demonio de Mc 1.24
Si la roca fuese una profesión de fe, entonces la Iglesia se funda sobre un demonio. |
O sobre la mujer cananea.... o sobre el amo del sirviente enfermo...o sobre la pecadora.... etc etc etc..... _________________

MCC 517
Catequista.....yo????? |
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cofercarv2º Moderador

Registrado: 04 Oct 2007 Mensajes: 2786 Ubicación: Costa Rica :D (De cariño Tiquicia xD)
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Publicado:
Mie Ago 20, 2008 10:10 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Vamos gente xD veamos una a una, desmintamos el primer argumento del señor Saraví
Cita: | No he podido hallar la opinión de que Pedro y sus sucesores en la figura de los obispos de Roma sean la roca en la literatura patrística antes de fines del siglo IV. |
Tatiano, el sirio (170 D.C.)
"Simón Kephas respondió diciendo: "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios Vivo. Jesús le respondió diciéndole: "Bendito seas Simón hijo de Jonás: carne y sangre no te revelaron esto sino mi Padre que está en el cielo. Y te digo también que tú eres Kephas y sobre esta Kephas (Roca) edificaré mi Iglesia y las puertas del hades no prevalecerán contra ella" (Diatesseron 23 o XC).
Clemente de Roma (Año 221)
"Sepa usted mi señor que Simón [Pedro], quien por el bien de la verdadera fe y la más segura fundamentación de su doctrina, fue separado para ser el cimiento de la Iglesia y para este fin fue Jesús mismo con su boca digna de verdad quien lo llamó Pedro" (Carta Apócrifa de Clemente de Roma al Apóstol Santiago 2)
San Hipólito (225 D.C.)
"Pedro, la Roca de la Iglesia..."(Hippolytus in S. Theophan, n. 9, Galland, ii. p. 494)
Cipriano de Cartago (c. 200- 258)
"¿Se atreverían los herejes a acercarse a la misma silla de Pedro de la cual se deriva la fe apostólica y desde la cual no puede emanar error?” (Epistulæ 59 (55) 14)
"Dios es uno, Cristo es uno y la Iglesia es una, y la Cátedra (silla/cargo) [de Pedro] es una por la Palabra del Señor, sobre esta Piedra..." (Cyprian, Ep. xl. ad Pleb).
"Pedro, también aquel a quien el Señor encomienda alimentar y guardar las ovejas, sobre quien Él puso el cimiento de la Iglesia..."(Cyprian, De Habitu Virg).
Ambrosiaster (siglo IV)
- Es claramente un hecho que él (Pablo) estaría ansioso de ver a Pedro; porque él era el primero entre los apóstoles, y fue encargado por el Salvador del cuidado de las iglesias. (Comentario a Gálatas, PL 17:344)
He de suponer que el forista Hermeneuta leyó este artículo de Saraví y por eso tanta falsa seguridad de que estábamos equivocados y declarar que antes del siglo IV no había ningún registro del Papado...
Estas son muestras, si desean ver TODAS las citas de patrística las pueden ver aqui LINK de la Página
Ésta página es Util para todos
Saludos!!
PD- Continuemos desechando una a una, sería un muy buen tema de referencia para todos nosotros si nos llegamos a topar con ese escrito o con esos argumentos  _________________
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confío!!
Christophorus Spathare Adversus Haereticorum |
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MISTICO Asiduo
Registrado: 09 Dic 2005 Mensajes: 160
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Publicado:
Jue Ago 21, 2008 5:10 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Cita: | ¿Qué dicen sobre Mateo 16,18?
Tertuliano de Cartago (c. 160-220)
Si, porque el Señor le dijo a Pedro, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», «a ti te he dado las llaves del reino celestial», o «cualquier cosa que hayas atado o desatado en la tierra, será atada o desatada en los cielos», tú por tanto supones que el poder de atar y desatar se ha derivado hacia ti, es decir, a toda Iglesia similar a Pedro, ¿qué clase de hombre eres, subvirtiendo y cambiando totalmente la intención manifiesta del Señor, confiriendo (como lo hizo aquella intención) esto personalmente a Pedro? «Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»; y «Te daré las llaves a ti», no a la Iglesia; y «lo que desatares o atares», no lo que «ellos hayan desatado o atado». Pues así enseña el resultado junto con esto. En (Pedro) mismo la Iglesia fue criada; esto es, a través de (Pedro) mismo; él mismo probó la llave; tú ves cuál: «Hombres de Israel, dejad que lo que digo penetre en vuestros oídos: Jesús Nazareno, hombre destinado por Dios para vosotros», y así. (Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...
Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99)
Otra vez, Él cambia el nombre de Simón a Pedro ... Pero, ¿por qué Pedro? Si era por el vigor de su fe, había muchos materiales sólidos los cuales podrían prestar su nombre a causa de su fuerza. ¿Fue porque Cristo era tanto una roca como una piedra? Pues leemos que fue puesto «como piedra de tropiezo y roca de contención».
Contra Marción, IV, 13 (ANF 3:365) |
Sorry, los documentos sobre Tertuliano los tengo en francés
Si hay una minoría que no entiende el idioma “Francés” pues eso que lo pida a alguien que los tenga en Español
En Scorpiace “X” declara que las llaves las dejó Cristo por medio de Pedro a su Iglesia sin embargo rectifica esta enseñanza en de pudicitia “XXI” que el regalo fue personal para Pedro
Scorpiace X Texto completo
Mais penser avec quelques-uns que ce n'est pas ici-bas, c'est-à-dire ni dans les limites de ce monde, ni dans le voyage de la vie présente, ni en face d'hommes d'une nature commune que doit avoir lieu la confession, c'est calomnier l'économie divine de toutes les choses que nous devons éprouver sur cette terre dans la vie présente et sous l'empire des puissances de ce monde. Les âmes apparemment, après avoir quitté le corps et traversé tous les étages du ciel, examinées sur la nature de leurs mérites pour savoir quels pavillons elles doivent habiter, et interrogées sur les mystérieux arcanes de l'hérésie, auront à rendre témoignage devant les puissances véritables en face des hommes véritables, peut-être devant les Thélètes (5), les Abascantes (6) et les Acinètes de Valentin. Quant aux hommes au milieu desquels nous vivons, notre Démiurgue lui-même, ajoutent-ils, ne les regardait pas comme des hommes qui méritassent ce nom. Que sont-ils à ses yeux? «Une goutte d'eau qui tombe dans le vase, une poussière que le vent emporte, rien que mépris et néant. » Il y a plus. «. Il les assimile quelque part aux animaux dépourvus de raison. » |161
D'accord, ainsi parlent les textes sacrés; mais vous autorisent-ils à conclure qu'il y a d'autres hommes que nous? Nous sommes. Donc les livres saints ont pu nous comparer à ce qu'ils ont jugé convenable, toutefois en respectant la propriété comme l'unité de notre espèce. De ce que notre vie a été corrompue, de ce que, jugée digne de mépris, elle a été comparée à des choses méprisables, il ne suit pas que notre nature soit changée jusqu'à mériter une autre dénomination. Je dis mieux. On conserve à l'homme l'intégrité de sa nature, tout en flétrissant ses désordres, et le Christ ne connaît pas d'autres hommes que ceux dont il parle ainsi: « Qu'est-ce que les hommes disent du Fils de l'homme?---- Tout ce que vous voulez que les hommes vous fassent, faites-le leur également. » Répondez! le Christ a-t-il conservé la nature de ceux dont il invoque le témoignage, et pour lesquels il réclame la réciprocité de la justice. Que si je demande à l'hérésie où sont ces prétendus hommes célestes, Aratus (7) me montrera plus facilement Céphée, Persée, Erigone et Ariane transformés en constellations. Qui donc empêcha le Seigneur de m'avertir en termes clairs que la confession des nommes aurait lieu là où il a déclaré ouvertement qu'aurait lieu la sienne? Pourquoi ne m'a-t-il pas dit sans détour: « Celui qui m'avouera devant les hommes qui sont dans les cieux, moi aussi, je l'avouerai devant mon Père qui est dans les cieux? » Si c'est d'une confession à la face du ciel qu'il a entendu parler, il a dû nécessairement m'éviter la méprise d'une confession terrestre dont il ne veut pas, parce que d'autres hommes que les habitants de la terre, je n'en connais pas, et que d'ailleurs l'homme jusqu'ici n'a pas encore été vu dans le ciel. Comment croire d'ailleurs que porté là haut au sortir de cette vie, je subirai une épreuve là où je ne puis être admis que déjà éprouvé; que je serai examiné une seconde fois |162 dans un lieu où je ne puis entrer qu'avec le titre d'élu. Le ciel est ouvert au Chrétien avant les avenues du ciel, parce qu'il n'est point de route qui mène au ciel, sinon pour celui auquel le ciel est ouvert. Y parvenir, c'est y entrer. D'accord avec la superstition romaine, ne voilà-t-il pas que tu nous établis des Janus, des Forculus, des Limentinus et d'autres ridicules fantômes pour garder les portes du ciel? Si jamais tu as lu dans David: « Ouvrez-vous, ô portes! ouvrez-vous, ô portes éternelles, et le Roi de gloire entrera; » si jamais tu as entendu Amos s'écrier: « Il élève dans les cieux les marches de son trône; il appelle les eaux de la mer, et elles se répandent sur la terre, » sache-le bien, cette ascension nous a été frayée par les pas du Seigneur; la porte nous a été ouverte par le triomphe du Christ: alors plus de retard qui arrête le Chrétien sur le seuil des cieux; plus d'épreuves à subir: il ne s'agit plus à cette heure de jugement, mais de reconnaissance; d'interrogatoire, mais d'admission.
---- Le ciel est encore fermé, dis-tu.
---- Souviens-toi qu'ici-bas, le Seigneur en a laissé les clefs à Pierre et dans sa personne à l'Eglise. Quiconque aura été interrogé sur la terre et aura confessé sa foi les emportera avec lui. Satan affirme que notre confession aura lieu là-haut pour nous persuader d'abjurer ici-bas. Vraiment, ô utiles renseignements à envoyer d'avance à mon juge; ô excellentes clefs à emporter avec moi, que d'arriver devant Dieu « avec la crainte de ceux qui tuent
le corps seulement, sans avoir aucun pouvoir sur l'ame! » Merveilleuse recommandation que l'infraction du précepte! Je résisterai glorieusement dans le ciel après n'avoir pu résister sur la terre; je soutiendrai le regard des puissances supérieures après avoir tremblé sous l'œil des puissances inférieures. Enfin je mériterai d'être admis après avoir été déjà exclus.
Il vous reste à, dire qu'il faut apostasier ici-bas, puisque |163 la confession nous attend là-haut. Où se trouve une des deux choses, se rencontre aussi la totalité. Toutes les oppositions marchent de concert. La raison veut dès-lors qu'il y ait persécution dans le ciel, parce que la persécution est l'élément indispensable de toute confession comme de toute apostasie. O le plus audacieux des hérétiques, pourquoi hésiter encore? Que ne transportes-tu dans les régions célestes la persécution contre les Chrétiens? Que ne places-tu la haine qui nous poursuit à côté de ce même trône, « où le Christ siège à la droite de son Père? » Eh bien! rétablis là-haut et la synagogue des Juifs qui la première poussa le cri de guerre et flagella les apôtres, et les nations vociférant dans leur amphithéâtre: « Jusques à quand cette troisième engeance? » Il nous faut de plus des frères, des pères, des fils, des belles-mères, des belles-filles et jusqu'à des serviteurs, pour nous trahir, comme la prophétie l'annonce. Est-ce tout? Je veux encore des rois, des magistrats et des puissances armées devant lesquelles nous défendrons notre cause. Creuse en outre dans le ciel un cachot ténébreux, fermé aux rayons du soleil, ou vainement éclairé, si la lumière y pénètre. Convertis en chaînes les zones, en chevalet l'axe du monde! Faut-il lapider le Chrétien? la grêle n'attend que tes ordres; le brûler? la foudre est sous ta main; l'immoler? Orion allonge déjà ses bras menaçants; le livrer aux bêtes féroces? voilà que le septentrion déchaîne ses deux ourses; le zodiaque lâche ses taureaux et ses lions.
« Qui aura persévéré jusqu'à la fin sera sauvé! » Ainsi donc la fin, la passion, l'immolation, la première confession, tout cela se consommera dans le ciel. Et où sera la chair dont la présence est indispensable pour ces diverses, opérations? Où sera le corps qui seul « doit périr sous la main des hommes? » Tel est l'appareil qu'une raison, conséquente à elle-même, a dû dresser, même en se jouant dans l'ironie, parce que vouloir la persécution, c'est transporter avec elle son indispensable cortège, afin que le |164 martyr puisse rendre témoignage à sa foi. En effet, la confession dérive de la persécution: la persécution se consomme par la confession. Or, c'est ici-bas que la haine éclate contre le nom chrétien, ici-bas que la persécution se déchaîne, ici-bas que la trahison nous dénonce, ici-bas que l'interrogatoire nous contraint de blasphémer, ici-bas que les bourreaux sévissent. Confession ou apostasie, il faut à l'une ou à l'autre chacune de ces dispositions. Si c'est ici-bas que se passe tout le reste, point de confession ailleurs. Si la confession se passe ailleurs, que fait ici-bas tout le reste? Mais dans le ciel, rien de tout cela: donc il n'y a pas de confession dans le ciel.
Si l'hérésie prétend qu'au ciel l'interrogatoire et la confession ne procèdent pas comme sur la terre, elle devra aussi établir des dispositions différentes, qui n'aient rien de commun avec celles qui sont consignées dans les Ecritures. Nous pourrions lui dire: C'est ton affaire, pourvu que les interrogatoires et les confessions ici-bas, qui dérivent des éléments de la persécution, conservent la propriété légitime de leurs termes, en sorte qu'il faille croire comme il est écrit, et comprendre comme il est entendu. Pour moi, je défends toute cette économie sur l'autorité elle-même du Seigneur, qui n'a destiné à cette confession d'autre théâtre que la terre. Pourquoi ajoute-t-il après ce qui concerne la confession ou l'apostasie: « Ne pensez pas que je sois venu apporter la paix sur la terre; je ne suis pas venu apporter la paix, mais le glaive. Car je suis venu séparer l'homme de son père, la fille de sa mère et la belle-fille de sa belle-mère. Et les ennemis de l'homme seront ses propres serviteurs. » Par là, en effet, il arrive « que le frère livre le frère à la mort, et le père, le fils. Les enfants s'élèvent contre les parents, et les font mourir. Mais celui qui persévérera jusqu'à la fin sera sauvé. » Tant il est vrai que la disposition de ce glaive du Seigneur, apporté sur la terre et non dans le ciel, détermine aussi sur la terre cette confession, |165 qui, en persévérant, jusqu'à la fin, doit endurer la mort.
De pudicitia "XXI" Texto completo
Plus les Apôtres connaissaient ces autorités, plus ils les respectaient, par conséquent. Mais il s'agit maintenant de distinguer entre la doctrine des Apôtres et leur pouvoir. La discipline gouverne l'homme, la puissance le marque de son sceau. La puissance est quelque chose en dehors de lui; l'Esprit, au contraire, est Dieu. Qu'enseignait donc l'Esprit? « Vous éviterez toute communauté avec les œuvres de ténèbres. » Observe donc ce qu'il ordonne. Qui pouvait remettre les péchés? Ce droit n'appartient encore qu'à lui seul. « Qui, en effet, remet les péchés, si ce n'est Dieu seul, » surtout les péchés mortels commis contre lui et contre son temple? Car, quant aux péchés que les autres ont commis contre toi, il t'ordonne, dans la personne de Pierre, « de les pardonner septante fois sept fois.» Ainsi, en admettant même comme certain que les bienheureux Apôtres ont remis une prévarication dont le pardon est laissé à Dieu et non à l'homme, il serait constant qu'ils l'ont fait, non en vertu de la loi, mais en vertu de leur pouvoir. Les Apôtres ont ressuscité des morts, ce qui n'appartient qu'à Dieu; ils ont guéri des malades, ce que personne n'avait fait ayant Jésus-Christ; il y a plus, ils ont infligé des châtiments, ce que Jésus-Christ n'avait pas voulu faire. Celui qui n'était venu que pour souffrir n'a pas jugé à propos de sévir. « Ils frappèrent Ananias et Elymas. Ananias de mort, Elymas de cécité, » pour témoigner par là que Jésus-Christ aurait pu en faire autant. Ainsi encore les prophètes avaient pardonné anciennement aux larmes du repentir le meurtre et avec lui l'adultère, parce que les marques de sévérité qu'ils avaient déjà données le permettaient. Mais toi, ô homme apostolique! montre-moi en ce moment tes exemples |504 prophétiques, et je reconnaîtrai la divinité qui agit par ton bras, puis revendique le pouvoir de remettre les prévarications de cette nature. Mais, si tu n'es chargé que du maintien de la discipline, chef de l'Eglise, moins pour commander que pour obéir, qui es-tu donc, et quels sont tes droits pour accorder le pardon, toi qui, ne te montrant ni prophète ni apôtre, n'as pas la vertu de celui auquel il appartient de pardonner?
---- L'Eglise a le pouvoir de remettre les péchés, diras-tu. ---- Je lui reconnais ce droit autant et plus que toi, moi qui reconnais dans les prophètes nouveaux (6) le Paraclet dont la sagesse me dit: l'Eglise a le pouvoir de remettre les péchés; seulement je n'en userai pas, de peur que l'on n'en profite pour pécher encore.
Diras-tu que c'est là le langage d'un faux prophète? Loin de là! Il eût bien mieux convenu à un destructeur de la Foi, d'accréditer sa doctrine par des maximes d'indulgence, et d'incliner les autres au péché. Si donc il a prononcé cette sentence conformément à l'Esprit de vérité, l'Esprit de vérité, tout en pouvant accorder aux fornicateurs leur pardon, ne le veut pas à cause du mal qu'il ferait au plus grand nombre.
Maintenant, je prends acte de ta déclaration, pour te demander à quel titre tu usurpes le droit de l'Eglise. Si de ce que le Seigneur a dit à Pierre: « Je bâtirai mon Eglise sur cette pierre; Je t'ai donné les clefs du royaume des Cieux, » ou bien: « Tout ce que lu lieras ou délieras sur la terre, sera lié ou délié dans les cieux; » tu t'imagines orgueilleusement que la puissance de lier et de délier est descendue jusqu'à toi, c'est-à-dire à toute l'Eglise, qui est en communion avec Pierre, quelle est ton audace de pervertir et de ruiner la volonté manifeste du Seigneur, qui ne conférait ce privilège qu'à la personne de Pierre? « C'est sur toi que je bâtirai mon Eglise,» lui dit-il; |505 c'est à toi que je donnerai les clefs, » et non à l'Eglise. « Tout ce que tu lieras ou que tu délieras; etc. » mais non pas tout ce qu'ils lieront ou délieront.
Les événements confirment cette vérité. C'est en lui, c'est-à-dire par lui que l'Eglise a été édifiée; c'est lui qui en reçoit la clef; et quelle clef! Ecoute: « Hommes d'Israël, entendez ces paroles: Jésus de Nazareth a été immolé par vous, etc. » En un mot, c'est lui qui, le premier, ouvrit pat le baptême en Jésus-Christ l'entrée du royaume des Cieux, où sont déliées les prévarications qui autrefois avaient été liées, et où demeurent liées celles qui n'ont pas été déliées ici-bas; lui enfin qui enchaîna Ananias dans les liens de la mort, et délivra le paralytique de l'infirmité qui le travaillait. Mais voilà mieux. Dans la discussion qui s'éleva pour savoir s'il fallait garder ou non la loi mosaïque, Pierre se lève le premier, sous l'inspiration de l'Esprit saint, et le premier proclame la vocation des Gentils. « Maintenant donc, s'écrie-t-il, pourquoi tentez-vous Dieu, » imposant à ses disciples un joug que « nos pères ni nous n'avons su porter? Nous croyons que nous serons sauvés par la grâce du Seigneur Jésus-Christ, comme eux. » Cette déclaration nous affranchit des obligations de la loi qu'elle abroge, et nous enchaîne à celles qu'elle conserve. Tant il est vrai que le pouvoir de lier et de délier, accordé à Pierre, n'implique pas la rémission des prévarications capitales commises par les fidèles. En lui prescrivant « de remettre à son frère ses dettes jusqu'à septante fois sept fois, » c'était lui ordonner de ne rien lier ou retenir, à moins qu'il n'eût péché contre le Seigneur, et non pas contre son frère. De la rémission accordée aux péchés contre l'homme sort la présomption que les péchés contre Dieu ne doivent pas être pardonnes. Qu'y a-t-il là maintenant de commun avec l'Eglise, et surtout avec la tienne, ô Psychique? Ce pouvoir, en effet, n'appartiendra, depuis la personne de Pierre, qu'aux hommes spirituels, à l'Apôtre ou au prophète. |506
L'Esprit (7), à vrai dire, est principalement et proprement l'Eglise, puisqu'en lui réside la Trinité d'un seul et même Dieu, le Père, le Fils et l'Esprit saint. C'est lui qui forme à lui seul cette Eglise qui, suivant la parole du Seigneur, existe là où trois personnes sont rassemblées. Ensuite, tous ceux qui ont embrassé la même foi sont appelés du nom d'Eglise, par notre fondateur et notre consécrateur. Voilà pourquoi l'Eglise remettra les péchés, il est vrai, mais l'Esprit-Eglise par l'homme spirituel, et non pas l'Eglise qui réside dans le corps épiscopal. Ce droit est réservé au Seigneur, et. non à son ministre, à Dieu lui-même, et non à son prêtre.
Bendiciones |
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cofercarv2º Moderador

Registrado: 04 Oct 2007 Mensajes: 2786 Ubicación: Costa Rica :D (De cariño Tiquicia xD)
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Publicado:
Jue Ago 21, 2008 6:13 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Gracias Místico
aunque el francés lo estudié hace 4 años y ni me acuerdo
si lo hubieras puesto en latín si entiendo jeje.... (no soy erudito del latín, pero le entiendo mejor que el francés )
pero gracias vamos a ver si puedo conceguir la traducción al español por lo menos
Saludos!! _________________
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confío!!
Christophorus Spathare Adversus Haereticorum |
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MISTICO Asiduo
Registrado: 09 Dic 2005 Mensajes: 160
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Publicado:
Jue Ago 21, 2008 7:22 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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cofercarv2º escribió: | Gracias Místico
aunque el francés lo estudié hace 4 años y ni me acuerdo
si lo hubieras puesto en latín si entiendo jeje.... (no soy erudito del latín, pero le entiendo mejor que el francés )
pero gracias vamos a ver si puedo conceguir la traducción al español por lo menos
Saludos!! |
Es que pensaba que algunos de los hermanos tuvieran dichos textos en español, OJO he traducido de forma muy rápida el Scorpiace me lo tendré que repasar con mas calma otro día pero de momento puedes tener une lectura bastante fiable
Scorpiace "X" texto completo pero traducido de forma muy rapida o sea que puedes haber algun error de mi parte pero a grosso modo es bastante fiable
Pero creo que con algunos no está aquí, es decir, no dentro de los límites de este mundo, ni en el viaje de la vida se presenta, o delante de los hombres » una naturaleza que deben confesión es calumniar la economía divina de todas las cosas que creemos en esta tierra en esta vida y bajo la influencia de los poderes de este mundo. Las almas aparentemente después de haber dejado el cuerpo ya través de todas las plantas del cielo, examinado en la naturaleza de sus méritos para averiguar qué banderas deben vivir, e interrogado acerca de las misteriosas complejidades de la herejía, dará testimonio ante las Potencias verdadero rostro de hombres de verdad, tal vez antes de la Thélètes (5), Abascantes (6) y Acinètes de San Valentín. Como los hombres entre los cuales vivimos, nuestro propio Démiurgue, añaden, no le gusta ver los hombres que méritassent el nombre. ¿Cuáles son sus ojos? "Una gota de agua que cae en el barro, polvo que el viento prevalece, y nada más que desprecio nulo. "Hay más. ". Él trata a los animales en algún lugar sin razón. "| 161
y hablan los textos sagrados, sino que le permiten concluir que hay otros hombres que? Nos. Por lo tanto, los libros sagrados se pueden comparar a nosotros mismos lo que considere conveniente, sin embargo, respetando la propiedad como la unidad de nuestra especie. De lo que nuestras vidas se han corrompido, que, a juzgar digno de desprecio, se compara con las cosas despreciables, no se deduce que nuestra naturaleza se cambia a otro orden de denominación. Digo mejor. Se preserva la integridad de la naturaleza humana, mientras que su flétrissant trastornos, y Cristo no conoce otros hombres que los que él habló: "Lo que los hombres dicen que el Hijo de Hombre ?---- Todo lo que quieren que la gente lo hace, hacerlo bien. "Respuesta! Cristo mantuvo la naturaleza de los que cita el testimonio, y que reclama reciprocidad de la justicia. ¿Qué pasa si pido herejía dónde están los llamados hombres celestes, Arato (7) muestran con mayor facilidad me CEPHEUS, Perseo, Erigone y Ariane transformado en constelaciones. Que impidió que el Señor me envíe en términos claros que la confesión deberá ser designado cuando dijo abiertamente que su lugar propio? ¿Por qué no me dicen que no de manera inequívoca: "Quien m'avouera delante de los hombres que están en el cielo, yo también, yo le digo a mi Padre en el cielo? "Si se trata de una confesión en la cara del cielo oyó, había la incomprensión m'éviter necesariamente una confesión que la tierra no lo hace, porque otros hombres que el pueblo de la tierra, no sé, y que, efectivamente, el hombre hasta la fecha aún no se ha visto en el cielo. ¿Cómo creer, por otra parte, que llevó hasta allí para salir de esta vida, me subirai un evento donde no puede ser admitido como ya se ha demostrado, que voy a ser considerado por segunda vez | 162 en un lugar donde sólo pueden entrar con el título de elegidos. El cielo está abierto a los cristianos ante las avenidas del cielo, porque es punto de referencia que conduce al cielo, si no fuera por lo que el cielo está abierto. Se trata de un objetivo de entrar. De acuerdo con la superstición romana, no es él pas que tu establecimos Jano, Forculus, Limentinus y otros ridículos fantasmas para mantener las puertas del cielo? Si alguna vez has leído a David: "Abran, oh puertas! abierto vosotros, oh puertas eternas, y el Rey de gloria entrar, "si usted nunca ha oído Amos exclamar:" En ella se plantean los cielos en los pasos de su trono, señala las aguas del mar, y se están extendiendo en la tierra, "la bien conocida, esta subida ha sido frayée de los pasos del Señor, la puerta se ha abierto por el triunfo de Cristo, entonces más demora para adoptar el cristiano en el umbral del cielo; más «someterse a las pruebas: ya no es en esta hora de prueba, pero el reconocimiento; interrogatorio, pero la admisión.
---- El cielo sigue cerrado, lo diremos.
---- Recuerde que aquí en la tierra, el Señor había dejado las llaves de Pedro y su persona a la Iglesia. Cualquier persona que ha sido entrevistado en la tierra y ha confesado su fe va a llevar con él. Satanás dice que nuestra fe será hasta allí para persuadir a retractarse de nosotros aquí abajo. De verdad, oh información útil para enviar adelantado mi juez; oh excelente clave llevar conmigo, que llegaron antes de Dios "con el temor de los que matan
el cuerpo sólo, sin tener ningún poder sobre el alma! "Maravilloso recomendación de que la infracción de precepto! I resistir gloriosamente en el cielo después de haber sido incapaz de resistir en la tierra, apoyo la mirada de más de una vez temblaba bajo la atenta mirada de Potencias a continuación. Por último voy a ser merecedor de ser admitido que ya han sido excluidos.
Tienes que decir que hay que apostatar, ya | 163 confesión nosotros hasta allí. Cuando es una de las dos cosas, también se reúne todos. Todos oposición caminar juntos. La razón quiere una vez-cuando hay persecución en el cielo, porque la persecución es el elemento indispensable de cualquier confesión, como cualquier apostasía. O más atrevidos herejes, ¿por qué vacilan? ¿Qué transportes en las regiones celestes persecución contra los cristianos? ¿Qué lugares te odio que hemos seguido junto a la misma trono ", donde Cristo está sentado en la parte derecha de su Padre? "Bien! recuperado hasta allí y la sinagoga de los Judios que primero impulsó el grito de guerra y flagelos los apóstoles, y las naciones en sus vociférant anfiteatro: "Hasta cuando este tercer engeance? "Necesitamos más hermanos, padre, hijo, paso a las madres, hijas-in-law, e incluso agentes de traicionar nosotros, como anunció la profecía. ¿Es eso todo? Yo quiero a los reyes, jueces y militares poderes con los que vamos a defender nuestra causa. Creuse también en el cielo un oscuro calabozo, cerrado a la luz del sol, o sin éxito informada, si entra la luz. Convertido en las cadenas de zonas, caballete eje del mundo! En caso de que el cristiano la lapidación? granizo espera a sus órdenes; quemar? Rayo está en tu mano, el sacrificio? Orion ya extiende sus brazos amenazando; entregar las bestias? Ahora el norte desatado sus dos ourses; zodiac su cobarde toros y leones.
"¿Quién ha perseverado hasta el final se salvó! "Por lo tanto, el final, la pasión, inmolación, la primera confesión, se consumen en el cielo. ¿Y dónde va a la carne, cuya presencia es esencial para estas distintas operaciones? ¿Dónde está el cuerpo que es el único que "debe perecer en manos de los hombres? "Este es el dispositivo que la razón, en consonancia con ella misma, tuvo que preparar, incluso jugando en la ironía, porque a la persecución, está llevando con él su esencial procesión, a fin de que el | 164 mártir pueden dar testimonio de su fe. De hecho, la confesión se obtiene a partir de la persecución: la persecución es consumida por la confesión. Es aquí abajo que rompe el odio contra el nombre cristiano, que a continuación se rompió la persecución, aquí en la tierra que hemos denunciado la traición, aquí en la tierra que los interrogatorios forzados a blasfemar, a continuación que los verdugos eran moneda corriente. La confesión o apostasía, toma una u otra cada una de estas disposiciones. Si éste es bajo-que pasa todo lo demás, el punto de la confesión en otros lugares. Si la confesión que está sucediendo en otros lugares, lo que hace a continuación todo lo demás? Pero en el cielo, nada de esto: no hay una confesión en el cielo.
Si la herejía afirma que el cielo interrogatorio y la confesión no les gusta a la tierra, también debería establecer disposiciones diferentes, que no tienen nada en común con los que se recogen en las Escrituras. Podríamos decirle: Esta es su negocio, a condición de que los interrogatorios y confesiones aquí, que se derivan de elementos de la persecución, mantener la propiedad legítima de sus términos, por lo que creemos como está escrito, y entendido como se entiende. Para mí, defender la economía en su conjunto a la propia autoridad del Señor, que tiene por esta confesión de otro teatro que la tierra. ¿Por qué después de él agrega lo que respecta a la confesión o apostasía: "No penséis que he venido a traer la paz en la tierra, no he venido a traer la paz sino la espada. Porque yo estoy aquí para separar al hombre de su padre, la hija de su madre y de paso-hija de su madrastra. Y los enemigos del hombre serán sus propios servidores. "Para entonces, de hecho, sucede que" el libro que el hermano de hermano a la muerte, y el padre, hijo. El importe hijos contra los padres, y están muriendo. Pero los que perseveren hasta el final se salvará. "Así que es cierto que la constitución de esta espada del Señor hizo la tierra y no en el cielo, también determina en la tierra esta confesión, | 165, perseverante hasta el final, debe soportar la muerte. |
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pelicano Moderador

Registrado: 11 Abr 2007 Mensajes: 4019 Ubicación: Tierra Santa
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Publicado:
Jue Ago 21, 2008 9:50 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Bueno voy a empezar a ir comentando estos argumentos aqui presentandos que atacan directamente al Primado de Pedro.Como católicos que somos debemos defendernos de dichos ataques, la mayoria de ellos sacados de contexto o por ignorancia.Empecemos pues:
Cita: | Según las declaraciones oficiales del Magisterio Católico, el consenso de los Padres es un criterio fundamental en la recta interpretación de las Escrituras. Esto está documentado en muchas declaraciones; me limito a citar dos que son representativas:
Además, para reprimir los ingenios petulantes, [el Sacrosanto Concilio] decreta que nadie, apoyado en su prudencia, sea osado a interpretar la Escritura Sagrada, en materias de fe y costumbres, que pertenecen a la edificación de la doctrina cristiana, retorciendo la misma Sagrada Escritura conforme al propio sentir, contra aquel sentido que sostuvo y sostiene la santa madre Iglesia, a quien atañe juzgar del verdadero sentido e interpretación de las Escrituras Santas, o también contra el unánime sentir de los Padres, aun cuando tales interpretaciones no hubieren de salir a la luz en tiempo alguno.
Concilio de Trento, Sesión IV del 8 de abril de 1546 (Denzinger # 786; negritas añadidas)
A nadie le es lícito interpretar la misma Escritura contra este sentido ni tampoco contra el sentir unánime de los Padres.."
Concilio Vaticano I, 1870 (Denzinger # 1788). |
Bueno aqui nos presenta lo que dice en ambos concilios.En principio no deberia haber problema sinembargo el citar estos dos concilios puede llevar a suponer que fue entonces cuando se tomo esta decisión y por lo tanto puede ser un arma que sirve como engaño hacia el lector.Si este Señor es tan buen conocedor de la doctrina católica como intenta demostrar, no deberia tener problema en citar otro concilio anterior en el que se trato lo mismo:
Concilio de Calcedonia (451 D.C.)
[i]"Por lo que el santo y bendito León, el arzobispo de la gran y anciana Roma, por medio nuestro, y por medio del presente Santo Sínodo, junto con el tres veces bendecido y glorioso apóstol Pedro quien es la roca y cimiento de la Iglesia Católica y cimiento de la fe ortodoxa le ha retirado [a Dióscoro] el episcopado". (Acts of the Council, session 3 [A.D. 451]).
¿¿¿Porque pone esos otros dos concilios y obvia este concilio???
Menciona dos concilios de hace 500 años pero se olvida de uno de hace 1500 años y ademas uno bien claro y especifico pues en el se pone de manifiesto la opinión que en aquella época poseia la iglesia sobre este tema.
Otro:
Concilio de Éfeso:
"Felipe, presbitero y legado del [Papa Celestino I] dijo: 'Ofrecemos nuestro agradecimiento al santo y venerable sinodo, porque cuando los escritos de nuestro bendito y santo papa os fueron leidos . . . Vosotros os unisteis a la santa cabeza tambien mediante vuestras santas aclamaciones. Ya que vuestras santidades no ignoran que la cabeza de la fe toda, la cabeza de los Apostoles, es el bendito Pedro el Apostol' (Actas del Concilio, sesion 2 [A.D. 431]).
Cita: | Por otra parte, es sabido que Mateo 16,18 es un texto crucial en la justificación bíblica de los dogmas que establecen al obispo de Roma como Cabeza visible de la Iglesia. |
No estoy de acuerdo, no solamente un versiculo bíblico justifica el Primado de Pedro.Parece ser que no ha leido muchos otros pasajes que lo justifican de hecho ya en el A.T. viene prefigurado este primado.
Cita: | He hallado textos de 30 Padres de la Iglesia, que expresan 40 opiniones sobre el texto en cuestión; la diferencia en los números de autores y el de opiniones se debe a que algunos Padres, notablemente Jerónimo y Agustín, expresan más de una interpretación en sus diferentes escritos.
La interpretación más común en los Padres es que la roca sobre la cual se edifica la Iglesia no es Pedro personalmente, sino la fe o confesión que hace Pedro. |
Lamento tener que decirlo, pero esa no es la interpretación más común sino lo que usted ha malinterpretado.Existen muchas citas de Padres de la Iglesia que demuestran lo contrario y como los padres estaban cuerdos y no se contradecian la única opinión lógica es que la interpretación erronea sea la que en este articulo se da.
Cita: | En uno de sus polémicos escritos, Tertuliano de Cartago afirmó que Pedro y solamente él, personalmente, es la roca.
No he podido hallar la opinión de que Pedro y sus sucesores en la figura de los obispos de Roma sean la roca en la literatura patrística antes de fines del siglo IV.
Dos Padres de dicha época que pueden invocarse a favor de esta posición son Jerónimo y Agustín. Sin embargo, es interesante que el primero la exprese en una carta dirigida precisamente al obispo de Roma, y el segundo en una carta escrita a propósito de una amenaza de cisma.
Además, en otros de sus escritos, Jerónimo expresa que la Roca es Cristo mismo, o que se trataba de Pedro y los demás los Apóstoles.
Asimismo Agustín, en sus Sermones y Exposiciones dice que:
(1) Pedro era la roca como figura de toda la Iglesia, es decir que, en su fe y también en su debilidad, representaba a todos los que componen el Cuerpo de Cristo (Sermón 26)
(2) Que la roca era Pedro, en cuanto permaneciera en la fe (Exp Salm 45:14)
(3) Que la roca era la confesión de Pedro (Sermón 229P).
(4) Que la Roca era Cristo mismo (Exp Salm 61:3)
De modo que el ilustre obispo de Hipona y Doctor de la Iglesia no parece haber tenido una interpretación única de este versículo.
En definitiva, el único de los Padres que de manera consistente sostiene que la roca era Pedro personalmente y sus sucesores en la persona de los Obipos de Roma, es precisamente un Obispo de Roma, León Magno, a mediados del siglo V.
Por tanto, parece difícil evitar la conclusión de que en este caso en particular, la interpretación oficial católica no cuenta, ni con mucho, con el consenso unánime de los Padres. |
Mucha palabreria nada de verdad, tipico de alguien que no desea encontrar la Verdad.Paso el comentar estos temas y voy a lo importante:
Cita: | La única razón que puede aducirse es que el Magisterio hoy la cree. Es decir, debe ser cierto, sólo porque Roma lo dice y, como todos saben, "ella no puede equivocarse". |
Las ironias se las guarda para usted, esta claro que el primado es intumbable tanto asi que tubo que poner toda esta parrafada para al menos darle salsa al tema.Lástima no pudiera probar nada.
Tertuliano de Cartago (c. 160-220)
Si, porque el Señor le dijo a Pedro, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», «a ti te he dado las llaves del reino celestial», o «cualquier cosa que hayas atado o desatado en la tierra, será atada o desatada en los cielos», tú por tanto supones que el poder de atar y desatar se ha derivado hacia ti, es decir, a toda Iglesia similar a Pedro, ¿qué clase de hombre eres, subvirtiendo y cambiando totalmente la intención manifiesta del Señor, confiriendo (como lo hizo aquella intención) esto personalmente a Pedro? «Sobre ti», dice, «edificaré mi Iglesia»; y «Te daré las llaves a ti», no a la Iglesia; y «lo que desatares o atares», no lo que «ellos hayan desatado o atado». Pues así enseña el resultado junto con esto. En (Pedro) mismo la Iglesia fue criada; esto es, a través de (Pedro) mismo; él mismo probó la llave; tú ves cuál: «Hombres de Israel, dejad que lo que digo penetre en vuestros oídos: Jesús Nazareno, hombre destinado por Dios para vosotros», y así. (Pedro) mismo, por tanto, fue el primero en despejar, en el bautismo de Cristo, la entrada al reino celestial, en el cual son desatados los pecados que estaban antes atados; y aquellos que no han sido desatados son atados, según la verdadera salvación...
Sobre la Modestia, 21 (ANF 4:99)
Si observamos lo de negrita es claro que acepta la autoridad de Pedro y que el posee las llaves.
Aunque el texto en cuestión es escrito por un Tertuliano ya hereje es muy revelador, por las siguientes razones:
Primero porque en el texto se hace evidente que se enfrentaba a un obispo que utilizaba Mateo 16,18-19 para afirmar que las Iglesias en comunión con Pedro tenían la autoridad de perdonar pecados incluso graves, ¡en plena época de Tertuliano!. Los protestantes (a excepción de los luteranos) niegan que los presbíteros tengan este poder, pero aquí puede verse que la Iglesia primitiva tenía convicción de que si.
Segundo, porque incluso bajo esta postura herética, la posición de Tertuliano se aleja todavía más de la postura protestante, ya que explícitamente afirma que el poder de las llaves fue conferido exclusivamente a Pedro. De alguna manera los protestantes se las han ingeniado para interpretar Mateo 16,18 como que cada creyente tiene las llaves al confesar a Cristo como Señor. La posición católica es la posición equilibrada y la que ataca Tertuliano en su escrito contra el obispo: Las Iglesias en comunión con Pedro por medio de los presbíteros, son las que pueden en virtud de las llaves concedidas al apóstol, perdonar pecados, siempre que se mantengan en la unidad de la Iglesia.
Otra vez, Él cambia el nombre de Simón a Pedro ... Pero, ¿por qué Pedro? Si era por el vigor de su fe, había muchos materiales sólidos los cuales podrían prestar su nombre a causa de su fuerza. ¿Fue porque Cristo era tanto una roca como una piedra? Pues leemos que fue puesto «como piedra de tropiezo y roca de contención».
Contra Marción, IV, 13 (ANF 3:365)
Aqui no se nos esta negando el primado solamente compara a Cristo con una piedra de tropiezo y roca de contención.Pero no dice que Pedro no sea roca, sinembargo si nos fijamos Tertuliano observa que Cristo cambia el nombre a Pedro y Tertuliano sabe porque lo cambia.En otros escritos lo prueba:
No había nada oculto para Pedro, el que era llamado la Roca sobre la que la Iglesia fue fundadad, quien obtuvo las llaves del Reino de los Cielos y el poder de atar y desatar en el cielo y la tierra. (Tertuliano, De Praescript Haeret, (220 D.C.)
"Porque aunque ustedes crean que el cielo todavia esta cerrado recuerden que el Senor le dejo las llaves del cielo aqui a Pedro, y a traves suyo a la Iglesia, llaves que cada uno llevara consigo si ha sido interrogado e hizo una confesion [de fe]" (Antidoto contra el escorpion 10 [A.D. 211]).
Textos clarisimos que nos ayudan a entender la postura de Tertuliano.
Por tanto Tertuliano jamás nego el Primado de Pedro.
Continuaré...
¡Que Dios les Bendiga!
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José Miguel Arráiz Veterano
Registrado: 02 Oct 2005 Mensajes: 1407 Ubicación: Venezuela
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Publicado:
Vie Ago 22, 2008 1:14 am Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Este panfleto de Saravi es bastante viejo. Lo he visto como lo pegaba la forista Maripaz a diestra y siniestra en otros foros (la misma que copiaba las citas adulteradas de la inmaculada concepción sin molestarse en verificar la fuente).
En fin, el panfleto en cuestión no creo que aguante un analisis un poco profundo. Solo con citar en contra de Primado textos de Leon I o Gregorio Magno, ya es una declaración de ignorancia apocaliptica. (Y es eso lo más gracioso, siendo que la mayoría de fundamentalistas acusan a estos papas precisamente de lo contrario, de ser los primeros papas en lo que ellos toman como el sentido actual de la palabra. _________________ http://www.apologeticacatolica.org
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pelicano Moderador

Registrado: 11 Abr 2007 Mensajes: 4019 Ubicación: Tierra Santa
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Publicado:
Vie Ago 22, 2008 7:19 am Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Pero si supones que solo sobre Pedro es que Dios edifica Su iglesia, que dirías de Juan el hijo del trueno, o de cada uno de los apóstoles? Nos atreveríamos a decir que solo sobre Pedro en particular, las puertas del hades no prevalecerán, y prevalecerán sobre el resto de los apóstoles y los perfectos? Que acaso el comentario entes expresado “Las puertas del hades no prevalecerán sobre esta’ no se aplica a todos y cada uno de ellos? Igualmente el otro comentario “Sobre esta roca edificare Mi iglesia? Son acaso las llaves de reino dadas a Pedro solamente, y ningún otro de los bendecidos las recibirá? Pero si esta premisa “y a ti te daré las llaves del reino de los cielos” es común para otros, Por que no las cosas dichas antes que esta, al igual que las cosas dichas a Pedro después de esta ?
Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Si cualquiera declara esto, obtendrá las cosas de las cual se habla en el evangelio sobre Pedro, pero, como el espíritu del evangelio enseña a todo aquel que se convierte tal y como Pedro”
Orígenes Comentario sobre Mateo
Pero la forma alegórica en que Orígenes aquí interpreta Mateo 16,18 no podría entenderse como un rechazo al ministerio del obispo de Roma desde la sede de Pedro. El mismo Orígenes en otro de sus escritos reconoce a explícitamente como la Piedra solidísima sobre la cual Cristo edificó su Iglesia.
Orígenes, Homilías sobre el Exodo. XIII.44
“Pero ¿quién es tan feliz que esté libre del peso de las tentaciones, de modo que ningún pensamiento de duda sorprenda su alma? Mira lo que el Señor dice al gran fundamento de la Iglesia, a aquella roca solidísima sobre la cual Cristo fundó la Iglesia: Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?”
"Vean lo que el Señor dice a Pedro, el gran cimiento de la Iglesia y la roca más sólida sobre la que Cristo fundó la Iglesia..." See what the Lord said to Peter, that great foundation of the Church, and (Origen, In Exodus.Hom. v.4 tom. ii).
"Sobre él [Pedro] la Iglesia fue fundada en la Tierra" (Origen, Ep. ad.Rom. lib. v.c. 10, tom iv.)
Una vez conocidas diferentes obras y citas del mismo Escritor sobre el Primado de Pedro podemos ya entender mejor que era lo que Orígenes creía:
Así como otros Padres de la Iglesia, Orígenes consideraba a Pedro como la Piedra, pero también consideraba al igual que nosotros los católicos, que la base de la Iglesia es la fe en Cristo. Así, Pedro es llamado Piedra en virtud del ministerio que le sería conferido, y en virtud de su fe.
Si nos fijamos en la cita que se presenta para refutar el Primado de Pedro podemos observar lo siguiente:
Al principio nos dice "Porque la roca es todo discipulo de Cristo".Esto no debemos entenderlo como la roca fundamental de la Iglesia sino que todos nosotros debemos ser rocas y poseer una fe similar a la de los apostoles para asi poder dar testimonio, por eso debemos ser sólidos como lo fue San Pedro.
En la segunda parte Orígenes intenta mostrarnos que aunque él reconoce el Primado de Pedro como hemos visto en otros escritos , podemos ver como nadie debe ser superior a nadie.Que Cristo haya establecido una cabeza entre los apóstoles no significa que esta cabeza deba sentirse superior al resto de la Iglesia.Orígenes considera que la Iglesia somos todos, y desde los apostoles existio una sucesión initerrumpida no sólo en la cátedra de Pedro sino también en el puesto de los Apóstoles y en las iglesias que fueron edificando.Observemos otros escritos de Orígenes que nos aclaran más su postura:
"Pedro, sobre quien está edificada la Iglesia de Cristo, contra la que las puertas del infierno no prevalecerán." (Origen, T. iv. In Joan. Tom. v.)
- "Y Pedro, en quien se construye la Iglesia de Cristo, contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán..."
(Comentario sobre Juan 5:3)
Esta claro que Orígenes considera que la Iglesia de Cristo fue construida sobre Pedro y que las puertas del infierno no prevalecerán contra esta iglesia, que como bien dice antes, esta formada por todos no solo por Pedro por eso las puertas de la muerte no prevalecerán sobre toda la Iglesia.
También es cierto que Orígenes nos dice en la cita arriba a analizar que lo que Cristo dijo a Pedro era aplicable al resto de los apóstoles.Debemos entender que al decir eso se refiere al poder de atar y desatar:
- "Él es verdaderamente el jefe del colegio apostólico, pues el poder supremo de las llaves que él solo ha recibido constituye en su favor una prerrogativa que lo coloca por encima y a la cabeza de los demás apóstoles, que media entre ellos y él una diferencia de excelencia, aunque con él participan del poder de atar y desatar" (In Matt XII, 10-14, 31; PG XIII, col. 996-1016.1018)
Vemos que Orígenes considera a Pedro jefe del colegio apostólico.Debemos observar que en esa cita Orígenes no afirma nada solo pregunta, lo que hace suponer, que el sabiendo la respuesta quiere ver si otros estan de acuerdo o no.En el caso de el autor de este panfleto Orígenes vería que no esta de acuerdo.
Un escrito patrístico aislado no es la opinión del Padre o Escritor, debemos pues consultar más escritos sobre el tema para hacernos la idea de lo que piensa.En este caso Orígenes siempre apoyo la primacia de Pedro.
Cipriano de Cartago (c. 200- 258)
Nuestro Señor, cuyos preceptos y admoniciones debemos observar, describiendo el honor de un obispo y el orden de Su Iglesia, habla en el Evangelio, y le dice a Pedro: «Te digo a ti, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo». De aquí, a través de los cambios de tiempos y sucesiones, el ordenamiento de los obispos y el plan de la Iglesia fluye hacia delante; de modo que la Iglesia está fundada sobre los obispos, y cada acto de la Iglesia está controlado por estos mismos gobernantes.
Epístolas 26:1 (ANF 5:305)
Antes de comentar sobre San Cipriano pondre todas las citas que se nos menciona contra el Primado de este Padre:
Y el Señor también en el Evangelio, cuando los discípulos lo abandonaron mientras él hablaba, tornándose hacia los doce, dijo «¿también vosotros os iréis?»; entonces Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes la palabra de vida eterna; y creemos, y estamos seguros, de que eres el Hijo del Dios viviente». Aquí habla Pedro, sobre quien la Iglesia había de ser edificada, enseñando y mostrando en el nombre de la Iglesia, que aunque una rebelde y arrogante multitud de aquellos que no oirían ni obedecerían pudiera apartarse, aun así la Iglesia no se apartará de Cristo; y son la Iglesia quienes forman un pueblo unido al sacerdote, y el rebaño que se adhiere a su pastor.
Epístolas 68:8 (ANF 5:374)
El Señor le dijo a Pedro: Te digo (dijo Él) que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. Y te daré las llaves del reino del cielo, y lo que atases en la tierra, será atado en el cielo, y lo que desatares en la tierra, será desatado en el cielo (Mateo 16:18-19). A él de nuevo, después de Su resurrección, le dice:, Alimenta mis ovejas. Sobre él siendo uno, edifica Su Iglesia; y aunque Él da a todos los Apóstoles un poder igual, y dice: Como mi Padre me envió, así también yo os envío; recibid el Espíritu Santo; a quienes les remitáis los pecados, les serán remitidos, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos (Juan 20:21); - empero para manifestar unidad, Él por su propia autoridad ha colocado así la fuente de la misma unidad, como para comenzar de uno. Ciertamente los otros Apóstoles también eran lo que era Pedro, dotados de un igual compañerismo de honor y poder; pero se hace un comienzo desde la unidad, para que la Iglesia pueda presentarse como una; la cual una Iglesia, en el Cantar de los Cantares, el Espíritu Santo designa y nombra en la Persona de nuestro Señor: Mi paloma, Mi inmaculada, no es sino una; ella es la única de su madre, elegida de ella que la concibió (Cantares 9:6). Sobre la unidad de la Iglesia 3-4 (ANF 5:672)
Analizaré primero este último texto de San Cipriano:
El texto en cuestión es muy revelador, comienza citando Mateo 16,18 y aunque afirma que a todos los apóstoles confiere igual potestad, luego agrega con un “sin embargo” que para mantener la unidad estableció el Señor con su autoridad una cátedra en Pedro a quien se le da el primado.
Ahora bien, es difícil ver en que parte del texto puede coincidir con siquiera alguna de las doctrinas protestante que difieren de la doctrina Católica. En primer lugar el santo reconoce que la Iglesia está gobernada por obispos uno de los cuales tiene el primado, lo que implica un explícito reconocimiento de la doctrina de la sucesión apostólica que ellos rechazan. Seguidamente condena a quienes se apartan de la unidad de la Iglesia Católica para fundar sus propias denominaciones, pero ¿No es precisamente lo que los protestantes vienen haciendo desde Lutero?. Establece claramente que fuera de la Iglesia no hay salvación y que “No puede tener a Dios por Padre el que no tiene a la Iglesia por Madre”. Para San Cipriano no puede ser mártir el que se aparta de la unidad de la Iglesia porque la sangre no puede borrar la mancha de la herejía y el cisma.
En la Epistola 26:1 vemos que dice que la Iglesia esta fundada sobre los obispos.Él sí sostenía algunas ideas exageradas sobre la independencia de los obispos individuales, cosa que lo situó en posición de conflicto serio con Roma. Sin embargo, su posición es clara en lo tocante al principio fundamental. Él atribuía un primado efectivo del papa como sucesor de Pedro. Está en comunión con la sede de Roma, lo cual es esencial para mantener la comunión católica, describiéndola como “la iglesia principal donde nace la unidad episcopal” (ad Petri cathedram et ad ecclesiam principalem unde unitas sacerdotalis exorta est). La fuerza de esa expresión se percibe mejor cuando se ve a la luz de su doctrina sobre la unidad de la Iglesia. El enseña que ésta fue establecida cuando Cristo fundó su Iglesia sobre Pedro. Mediante ese acto, al dar unidad al cimiento, quedó asegurada la unidad del colegio apostólico. A través de los siglos, los obispos han formado un colegio semejante y están unidos por la misma unidad indivisible. La fuente de esa unidad es la sede de Pedro. Ella desempeña el mismo oficio que desempeñó Pedro durante su vida: ser principio de unidad. Mantener la comunión con un antipapa como Novaciano sería caer en un cisma (Ep. 68, 1). También sostiene que el papa tiene autoridad para deponer a un obispo herético.
Ejemplo de esto lo vemos aqui:
Cuando Marciano de Arles cayó en la herejía, Cipriano, a petición de los obispos de esa provincia, escribió al Papa Esteban para solicitarle que “escribiera cartas para excomulgar a Marciano y hacer que alguien tomara su lugar” (Ep. 68, 3).
Es evidente que alguien que veía la sede romana bajo esa luz ciertamente creía que el papa posee un primado real y efectivo. Al mismo tiempo, no se puede negar que eran poco adecuadas sus ideas respecto al derecho del papa para intervenir en el gobierno de las diócesis gobernadas por obispos legítimos y ortodoxos.
Cuando estalla la persecución de Decio (250). San Cipriano se oculta pero envía una carta a la Iglesia de Roma explicando las razones que le motivaron a huir:
“He creído necesario escribiros esta carta para darles cuenta de mi conducta, de mi conformidad de la disciplina y de mi celo…”Pero aunque ausente en el cuerpo, he estado presente en espíritu…” (Epist. 20).
Es evidente que en ese momento reconocía en la Iglesia de Roma una autoridad a quien dar cuentas, como él mismo lo afirma, de lo contrario, una carta a Roma justificando su conducta hubiera sido innecesaria.
-Veamos otros textos olvidados por este escritor sobre San Cipriano y como él si defendia el Primado de Pedro:
Empiezo con el texto de antes no otra versión:
"El Senor le dijo a Pedro: 'En verdad os digo,' dice, 'que tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi Iglesia' . . . Sobre el [Pedro] el edifica la Iglesia, y a el le da el mandato de apacentar a las ovejas [Juan 21:17], y a pesar de que le asigna un poder similar a todos los apostoles, aun asi el fundo una unica sede [catedra], y establecio por su propia autoridad una fuente y una razon intrinseca para esa unidad. Desde luego, los otros tambien fueron lo que Pedro [i.e., apostoles], pero la primacia se le otorgo a Pedro, por lo que queda claro que hay solo una Iglesia y una sede. Del mismo modo tambien, [los apostoles] son pastores y el rebano es uno, alimentado por los apostoles en un mismo espiritu. Si alguno no se mantiene firme en esta unidad de Pedro, puede imaginarse que todavia sostiene la fe? Si desertara de la sede de Pedro sobre la que la Iglesia fue fundada, puede todavia confiar en que esta en la Iglesia?" (La Unidad de la Iglesia Catolica 4; 1ra edicion [A.D. 251]).
Si alguien quiere ver la Cita que menciona en su contexto aqui hay varias versiones:
http://www.apologeticasiloe.com/Apologetica/Que%20dicen%20sobre%20Mateo%2016,18.htm
Veamos otros textos que también apoyan el Primado
"Primero a Pedro, sobre quien Él edificó la Iglesia y a quien Él nominó para ese cargo y le mostró que la unidad florecería..." (Cyprian, Ep. lxxiiii ad Fubaian).
"Dios es uno, Cristo es uno y la Iglesia es una, y la Cátedra (silla/cargo) [de Pedro] es una por la Palabra del Señor, sobre esta Piedra..." God is one, and Christ is one, and the Church is one, and the Chair (Cyprian, Ep. xl. ad Pleb).
"Pedro, tambien aquel a quien el Señor encomienda alimentar y guardar las ovejas, sobre quien Él puso el cimiento de la Iglesia..." (Cyprian, De Habitu Virg).
"¿Se atreverían los herejes a acercarse a la misma silla de Pedro de la cual se deriva la fe apostólica y desde la cual no puede emanar error?” (Epistulæ 59 (55) 14)
Este último texto es muy significativo porque a parte de hablar del "Primado de Pedro" San Cipriano también reconoce que no puede emanar error de la fe apostólica que se deriva del sucesor de Pedro por ende reconoce la infalibilidad del sucesor de Pedro demostrando asi que también los Padres de la Iglesia aceptaban la infalibilidad.Y ya que estamos, podemos comprobar que el autor de este panfleto no creia lo mismo que cree San Cipriano pues él escribio:
Cita: | La única razón que puede aducirse es que el Magisterio hoy la cree. Es decir, debe ser cierto, sólo porque Roma lo dice y, como todos saben, "ella no puede equivocarse". |
Obviamente lo dice de forma irónica.No seré yo quien te responda lo hará uno de los Padres que menciona su panfleto:
"¿Se atreverían los herejes a acercarse a la misma silla de Pedro de la cual se deriva la fe apostólica y desde la cual no puede emanar error?” (Epistulæ 59 (55) 14)
Lamento decirle San Cipriano que....los herejes actuales no tienen miedo a nada, lo único que hacen es vender mentiras por todos los medios.No es extrano que se acerque a la silla de Pedro ni que le bombardeen con su ignorancia supina...en fin asi son algunos.
Veamos otro escrito también muy esclarecedor:
“Estar en comunión con Cornelio (Papa) es estar en comunión con la Iglesia católica.” (Ep 55, Nº1)
Resulta curioso que el autor del panfleto cite unas Epistolas en concreto y no sea sincero y cite esta epistola.¿Porqué?...simplemente porque no le conviene prefiere seguir con el engaño.Esta epistola es clara Si no se esta en comunión con el Papa no se esta en comunión con la Iglesia Católica.
Probado esta que San Cipriano si aceptaba la autoridad del Papa y por ende el Primado de Pedro y nos decia que debemos estar en comunión con él.No se debe hacer decir a los Padres cosas que jamás dijerón.
Una ayudita por favor....para terminar con San Cipriano me gustaria que si alguien puede ponga aqui estos textos:
Epístola a los que Dejaron deAsistir, 33 (27):1.
Epístola a Florencio Pupiano, 66:(69):8.
Son textos nos hablan también sobre el Primado de Pedro pero no los tengo a mano...
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pelicano Moderador

Registrado: 11 Abr 2007 Mensajes: 4019 Ubicación: Tierra Santa
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Publicado:
Vie Ago 22, 2008 8:36 am Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Antes de continuar con los Padres del siglo IV resulta curioso la omisión de algunos textos y Padres muy interesantes sobre el primado de Pedro.Ya que el aporte del señor Saraví es con el fin de destruir y confundir engañando y malinterpretando a los Padres de la Iglesia, quiero compartir algunos textos que aclaren más el Primado, y que son anteriores al siglo IV:
CLEMENTE DE ALEJANDRIA:
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA nació hacia el año 150, probablemente en Atenas, de padres paganos; después de hacerse cristiano, viajó por el sur de Italia y por Siria y Palestina, en busca de maestros cristianos, hasta que llegó a Alejandría; las enseñanzas de Panteno hicieron que se quedara allí. Hacia el año 202, la persecución de Septimio Severo le obligó a abandonar Egipto, y se refugió en Capadocia, donde murió poco antes del 215.
Algunas citas de este Padre sobre el Primado:
"El bendito Pedro, el elegido, el pre-eminente, el primero entre los discipulos, para quien, ademas de si mismo, el Salvador pago el tributo [Mt 17:27], rapidamente comprendio y entendio su significado. Y que es lo que el dice ? `He aqui que nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido'" [Mt 19:27; Mk 10:28] (Quien es el rico que es salvo ? 21:3-5 [A.D. 200]).
Carta Apócrifa de Clemente de Roma al Apóstol Santiago 2 (posiblemente 221 D.C.)
"Sepa usted mi señor que Simón [Pedro], quien por el bien de la verdadera fe y la más segura fundamentación de su doctrina, fue separado para ser el cimiento de la Iglesia y para este fin fue Jesús mismo con su boca digna de verdad quien lo llamó Pedro"
Las Homilías Clementinas
"...[Simón Pedro dijo en Roma a Simón el Mago] por estar tú en directa oposición a mí, que soy una roca firme, el cimiento de la Iglesia..." (Homilías Clementinas 17:19 - 221D.C.)
Vemos como también este Padre de la Iglesia apoya el Primado de Pedro incluso le llama hasta Bendito y pre-eminente mostrando una postura muy católica y muy alejada del protestantismo.De nuevo vemos que antes del siglo IV ya se creia en la primacia de Pedro.
SAN HIPÓLITO:
Se desconoce el lugar y fecha de su nacimiento, aunque sabemos que fue discípulo de San Ireneo de Lyon. Su gran conocimiento de la filosofía y los misterios griegos, su misma psicología, indica que procedía del Oriente. Hacia el año 212 era presbítero en Roma, donde Origenes—durante su viaje a la capital del Imperio—le oyó pronunciar un sermón.
SAN HIPÓLITO escribió desde los alrededores del año 200 hasta el 235 en que murió. Por la temática y la forma de sus escritos, y por los autores que muestra haber leído, Hipólito parece que era un oriental afincado en Roma; y por sus posiciones teológicas, que había mantenido una especial relación con Alejandría
"Pedro, la Roca de la Iglesia..."
(Hippolytus in S. Theophan, n. 9, Galland, ii. p. 494)
"Pedro, la Roca de la Fe, a quien Cristo Nuestro Señor llamó bienaventurado, el maestro de la Iglesia, el primer discípulo, aquel quien posee las llaves del Reino" (Hippolytus, Ex Fabricio, Op. Hippol. tom. ii. De Fine Mundi et de Antichristo, n. 9).
De nuevo San Hipólito nos muestra la creencia de aquella época Pedro era la Roca, el primer discipulo el que tenia las llaves.Esa era de estos primeros padres anteriores al siglo IV como he venido demostrando.Con este y los que puso antes Cofer se acaban los padres de los 3 primeros siglos.
A continuación comentaré los siguientes padres del siglo IV en adelante....pero eso ya otro dia jejeje
¡Que Dios les Bendiga!
¿De modo que me he hecho enemigo vuestro por deciros la Verdad?Gálatas 4:16 _________________
APOSTOLES DE LA VERDAD.
APOLOGETICA UNIVERSAL
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MISTICO Asiduo
Registrado: 09 Dic 2005 Mensajes: 160
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Publicado:
Vie Ago 22, 2008 10:54 am Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Cita: | ¿Qué dicen sobre Mateo 16,18?
Mateo 16,18 en los Padres de los siglos II y III
Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedro.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456) |
Considero un poco absurdo el planteamiento hay que ver lo que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mateo 16,18 sin embargo el autor del panfleto nos señala los capítulos de MT 10 y MT 12 de Orígenes de Alejandría
Realmente que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mt 16,18??? Sorry los tengo en “Francés”
Se considera a Pedro como PRINCIPE DE LOS APOSTOLES este es el motivo porque el autor del panfleto elude citar MT 16,18 de los Padres de la Iglesia entre otras cosas
La Glose. Le Sauveur veut confirmer ses disciples dans la foi, il commence donc par éloigner de leur esprit les opinions et les erreurs que d'autres pouvaient y avoir jetées. " Et il interrogea ses disciples en leur demandant: Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme? " — Orig. En interrogeant ainsi ses disciples, il veut nous apprendre par leurs réponses qu'il y avait alors sur le Christ diverses opinions parmi les Juifs, et aussi nous faire rechercher nous-mêmes l'opinion que les hommes peuvent avoir de nous. S'ils en disent du mal, nous devons cesser d'y donner occasion, et s'ils en disent du bien, nous devons redoubler nos efforts pour mériter leur approbation. Les disciples des évêques doivent apprendre aussi, à l'exemple des Apôtres, à informer leurs supérieurs de ce qu'ils entendent dire au dehors sur leur personne.
S. Jérome. L'expression dont il se sert : " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme, " est parfaitement choisie, car ceux qui parlent du Fils de l'homme sont des hommes ; mais ceux qui comprennent sa divinité sont appelés, non pas des hommes, mais des dieux. — S. Chrys. (hom. 54.) Il ne leur demande pas : Que disent de moi les pharisiens et les scribes ? mais : " Que disent les hommes ? " Car il cherche à connaître la pensée du peuple, qui n'était pas tourné au mal. L'idée que le peuple avait du Christ était sans doute bien au-dessous de la réalité, mais au moins elle était pure de toute malice, tandis que l'opinion que les pharisiens se formaient de sa personne était pleine de méchanceté.
S. Hilaire . (can. 16 sur S. Matth.) " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme ? " Il nous apprend par ces paroles que l'on doit voir en lui autre chose que ce qui paraît au dehors, car il était vraiment le Fils de l'homme. Quelle idée voulait-il donc qu'on eût de lui ? Non pas, sans doute, celle qu'il avait fait connaître lui-même ; la vérité qui faisait l'objet de cet examen était cachée, et c'est cette vérité que la foi des chrétiens doit embrasser. Or, telle doit être notre profession de foi : nous devons croire qu'il est le Fils de Dieu comme il est le Fils de l'homme ; car l'une de ces deux croyances, sans l'autre, ne peut en rien nous donner l'espérance du salut ; aussi est-ce avec intention qu'il dit : " Que disent les hommes du Fils de l'homme ? " — S. jér. Il ne dit pas : Que disent-ils que je suis, mais : " Que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " pour éviter dans cette question toute apparence de recherche personnelle. Remarquons encore que partout où nous lisons dans l'Ancien Testament : Fils de l'homme, le texte hébreu porte : Fils d'Adam.
Origéne. Les disciples rapportent les différentes opinions qu'on se formait du Christ, " Et ils lui répondirent : Les uns disent Jean-Baptiste, c'est-à-dire ceux qui partageaient l'opinion d'Hérode ; les autres, Élie, et ceux-là pensaient ou bien qu'Élie avait reçu une seconde naissance, ou que n'ayant point été autrefois soumis à la mort du corps, il se manifestait dans le temps présent ; les autres, Jérémie, que le Seigneur avait établi prophète parmi les nations, et ils ne comprenaient pas que Jérémie était la figure du Christ ; ou l'un des prophètes, pour une raison semblable, à cause des choses que Dieu avait révélées aux prophètes, bien qu'elles n'aient pas reçu leur accomplissement en eux, mais seulement dans Jésus-Christ. — S. Jér. Cependant le peuple a bien pu se tromper en prenant le Christ pour Élie et pour Jérémie, de même qu'Hérode qui le prenait pour Jean-Baptiste ; aussi suis-je étonné de voir quelques interprètes rechercher les causes de toutes ces erreurs.
S. Chrystom. (hom. 54.) Après que les disciples lui ont fait connaître l'opinion du peuple, il les presse par une seconde question de se former une plus haute idée de lui ; " Et Jésus leur dit : Et vous, qui dites-vous que je suis ? " Vous, dis-je, quiètes toujours avec moi, qui avez été témoins de plus grands miracles que le peuple, vous ne devez point partager sa manière de voir. Aussi ne leur fît-il pas cette question au début, de sa prédication, mais après avoir fait un grand nombre de miracles, et leur avoir souvent parlé de sa divinité. — S. Jér. Remarquez que d'après ce langage du Sauveur, les Apôtres ne sont pas appelés des hommes, mais des dieux, car après avoir dit : " Les hommes, que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " il ajoute : " Et vous, que dites-vous que je suis ? " c'est-à-dire les hommes qui ne sont que des hommes ont de moi une opinion tout humaine ; mais vous qui êtes des dieux, que pensez-vous que je suis ?
Rab. Ce n'est point sans doute par ignorance que le Sauveur s'informe de l'opinion que ses disciples et le peuple peuvent avoir de sa personne ; s'il demande à ses disciples ce qu'ils pensent de lui, c'est pour récompenser dignement leur confession de foi, conforme à la vérité. Aussi s'informe-t-il d'abord de l'opinion du peuple, afin qu'après avoir rapporté les jugements de ceux qui se trompent, on soit obligé de reconnaître que les disciples ont puisé la vérité de leur profession de foi, non pas dans les idées du peuple, mais dans une révélation particulière du Sauveur.
S. Chrys. (hom. 54.) Lorsque Notre-Seigneur demande quelle opinion le peuple a de lui, tous répondent ; mais lorsqu'il demande à ses disciples quelle est leur opinion personnelle, Pierre répond au nom de tous comme étant la bouche et la tête du collège apostolique : " Simon Pierre, prenant la parole, lui dit : Vous êtes le Christ Fils du Dieu vivant. " — Orig. Pierre rejette toutes les fausses idées que les Juifs se faisaient de Jésus, et il confesse hautement cette vérité qu'ignoraient les Juifs : " Vous êtes le Christ, " et ce qui est bien plus grand : " Le Fils du Dieu vivant, " qui avait dit par les prophètes : " Moi je vis, dit le Seigneur (Is 49, 18 ; Jr 22, 24 ; Ez 5, 11 ; 14, 16.18.20 ; 17, 19 ; 18, 3 ; 33, 11.27 ; 34, . " On l'appelait vivant, mais d'une manière éminente, parce qu'il est supérieur à tous les êtres qui ont la vie ; car seul il possède l'immortalité, et il est la source de la vie. C'est lui que nous appelons dans un sens véritable Dieu le Père. Or, celui qui dit : " Je suis la vie " (Jn 11), est lui-même la vie qui sort comme de la source. — S. Jér. Pierre dit : " Du Dieu vivant, " par opposition avec ces dieux qu'on regarde comme des dieux, et qui ne sont que des morts : je veux parler de Saturne, de Jupiter, de Vénus, d'Hercule, et des autres divinités. — S. Hil. Au contraire, la foi vraie et inviolable, c'est que le Fils est sorti Dieu de Dieu, et que de toute éternité il a possédé l'éternité du Père. Croire et confesser qu'il a pris un corps semblable au nôtre, et qu'il s'est fait homme, c'est la perfection de la foi. Aussi la déclaration de l'Apôtre embrasse tout, en formulant aussi clairement la nature et le nom du Christ, et résume toutes les vertus. — Rab. Par un admirable contraste, c'est Notre-Seigneur lui-même qui confesse les humiliations de la nature humaine dont il s'est revêtu, tandis que le disciple proclame les grandeurs de son éternelle divinité.
S. Hilaire. La confession de Pierre mérita une récompense digne d'elle, parce qu'il avait reconnu le Fils de Dieu sous les dehors de l'homme : " Jésus lui répondit : Vous êtes heureux, Simon, fils de Jean, parce que ce n'est ni le sang ni la chair qui vous ont révélé ceci. " — S. Jér. Le Sauveur paie d'un juste retour le témoignage que lui a rendu son apôtre. Pierre lui avait dit : " Vous êtes le Christ, le Fils du Dieu vivant ; " Jésus-Christ lui répond : " Vous êtes heureux, Simon, fils de Jean. " Pourquoi ? parce que ce n'est ni la chair ni le sang, mais mon Père qui vous a révélé cette vérité. Ce que la chair ni le sang n'ont pu révéler, l'a été par la grâce de l'Esprit saint. Cette confession lui a donc mérité le nom qui lui est donné de fils de l'Esprit saint, à qui il devait cette révélation ; car dans notre langue, Barjona veut dire fils de la colombe. Quelques-uns l'entendent simplement en ce sens que Simon (c'est-à-dire Pierre), était fils de Jean, d'après cette question que le Sauveur lui adressa dans un autre endroit : " Simon, fils de Jean, m'aimez-vous ? " Ils prétendent que c'est par une erreur des copistes qu'au lieu de Bar-joanna, c'est-à-dire : fils de Jean, nous lisons Barjona, avec une syllabe de moins. Or, Joanna signifie grâce de Dieu, et ces deux noms peuvent recevoir une interprétation spirituelle, c'est-à-dire que la colombe représente le Saint-Esprit, et la grâce de Dieu, les dons spirituels.
S. Chrys. (hom. 54.) Il eût été inutile de dire : Vous êtes le fils de Jona, ou de Joanna, si le Sauveur n'avait eu l'intention de montrer que le Christ est aussi naturellement le Fils de Dieu que Pierre est fils de Jona, c'est-à-dire de la même substance que celui qui l'a engendré.
S. Jér. Comparez ces paroles : " Ce n'est point la chair ni le sang qui vous l'ont révélé, " à ces autres de l'Apôtre : " Aussitôt j'ai cessé de prendre conseil de la chair et du sang (Ga 1) ; ce sont les Juifs qu'il veut désigner sous le nom de la chair et du sang, et nous y trouvons une preuve que dans cet endroit, ce n'est point par la doctrine des pharisiens, mais par la grâce de Dieu, que le Christ, Fils de Dieu, a été révélé à Pierre. — S. Hil. Ou bien dans un autre sens, Pierre est heureux parce qu'il a eu le mérite d'étendre ses regards au delà de ce qui est humain, et que sans s'arrêter à ce qui venait de la chair et du sang, il a contemplé le Fils de Dieu par un effet de la révélation divine, et a été jugé digne de reconnaître le premier que la divinité était dans le Christ.
Orig. (traité 1 sur S. Matth., 16.) C'est ici le lieu de demander si, lorsque le Sauveur envoya ses disciples prêcher l'Évangile, ils savaient déjà qu'il était le Christ, car d'après ce passage, Pierre confesse ici pour la première fois que le Sauveur était le Christ, le Fils du Dieu vivant. Comprenez donc, si vous le pouvez, que c'est une grâce bien moindre de croire que de connaître que Jésus est le Christ, et nous dirons alors que lorsqu'il envoyait ses disciples prêcher l'Évangile, ils croyaient qu'il était le Christ, mais qu'ensuite ils arrivèrent jusqu'à le connaître. Ou bien nous répondrons que les Apôtres n'avaient alors que le commencement de la connaissance du Christ et que cette connaissance était très restreinte, mais qu'ensuite ils firent tant de progrès dans cette connaissance, qu'ils comprirent ce que le Père avait révélé du Christ, comme Pierre, que Jésus proclame bienheureux, non-seulement pour avoir dit : " Vous êtes le Christ, " mais surtout pour avoir ajouté : " Le Fils du Dieu vivant. "
S. Chrys. (hom. 54.) Or, si Pierre n'avait pas confessé que le Christ est réellement né du Père, il n'aurait pas eu besoin de révélation, et il n'aurait pas été proclamé bienheureux pour avoir cru que le Christ était un des nombreux enfants adoptifs de Dieu. En effet, bien auparavant, ceux qui étaient dans la barque lui avaient dit : " Vous êtes vraiment le Fils de Dieu " (Mt 14) ; Nathanaël lui-même lui avait dit : " Maître, vous êtes le Fils de Dieu. " (Jn 1.) Cependant ils n'ont pas été déclarés bienheureux, parce qu'ils n'ont pas confessé la même filiation que Pierre. Ils croyaient que le Christ était semblable à beaucoup d'autres, mais non pas qu'il fût le Fils de Dieu ; ou bien s'ils lui reconnaissaient une supériorité réelle sur tous les autres, ils ne le regardaient cependant pas comme étant né de la substance même du Père. Vous voyez donc comme le Père révèle le Fils, et comment le Fils révèle le Père ; car on ne peut connaître le Fils que par le Père, comme on ne peut connaître le Père que par le Fils, ce qui établit clairement que le Fils est consubstantiel au Père, et doit recevoir les mêmes adorations. Or, Jésus prend occasion de cela pour enseigner à ses Apôtres que plusieurs croiront un jour ce que Pierre vient de confesser : " Et moi, je vous dis que vous êtes Pierre, et que sur cette pierre je bâtirai mon Église. " — S. jér. C'est-à-dire parce que vous avez fait cette confession de foi : " Vous êtes le Christ, Fils du Dieu vivant, " moi je vous dis non point par un discours vain et sans objet, mais je vous dis (car pour moi, dire c'est faire) : " Vous êtes Pierre. " De même que précédemment lui qui est la véritable lumière avait donné à ses Apôtres le nom de lumière du monde et d'autres noms figuratifs ; ainsi il a donné le nom de Pierre à Simon, qui croyait que Jésus-Christ était la pierre par excellence. — S. Aug. (de l'accord des Evang., 2, 53.) Il ne faut pas croire cependant que ce fut dans cette circonstance que Pierre reçut son nom ; ce nom lui fut donné dans une autre circonstance rapportée par saint Jean, alors que Jésus-Christ lui dit : " Vous vous appellerez Céphas, " ce qui veut dire Pierre.
S. Jér. C'est en suivant cette métaphore de la pierre que le Sauveur lui dit : C'est sur vous que je bâtirai mon Église, comme il l'ajoute en effet : " Sur cette pierre, je bâtirai mon Église. " — S. Chrys. (hom. 54.) C'est-à-dire, sur cette foi et sur cette confession, je bâtirai mon Église. Nous apprenons de là qu'un grand nombre croiront ce que Pierre vient de confesser, et il élève en même temps son intelligence et lui donne la charge de suprême pasteur. — S. Aug. (Liv. de Retract., 1, 21.) J'ai dit dans un certain endroit, de l'apôtre saint Pierre, que l'Église avait été bâtie sur lui comme sur la pierre ; mais je me rappelle avoir plus tard expliqué cette parole : " Vous êtes Pierre, et sur cette pierre je bâtirai, " etc., en ce sens que d'après ces paroles du Sauveur, l'Église est bâtie sur celui que Pierre a confessé en ces terme ? : " Vous êtes le Christ, Fils du Dieu vivant. " De cette manière, l'Apôtre aurait reçu son nom de cette pierre et il représenterait l'Église qui est bâtie sur cette pierre. En effet, le Sauveur ne lui dit pas : Vous êtes la pierre (petra), mais " Vous êtes Pierre " (Petrus) ; la pierre, c'était le Christ (1 Co 10) dont Simon a confessé la divinité, comme toute l'Église le confesse, et c'est pour cela qu'il a reçu le nom de Pierre. Le lecteur peut choisir entre ces deux opinions celle qui lui paraîtra la plus probable.
S. Hil. Dans ce nouveau nom donné au prince des Apôtres, nous trouvons un présage heureux de la solidité des fondements de l'Église et une pierre digne de cet édifice qui devait briser et réduire eu poudre les lois et les portes de l'enfer et tous les cachots de la mort, et c'est pour montrer la force de l'Église bâtie sur cette pierre que Jésus ajoute : " Et les portes de l'enfer ne prévaudront point contre elle. " — S. Jér. Les portes de l'enfer sont, à mon avis, les vices et les péchés des hommes, ou du moins les doctrines des hérétiques qui séduisent les hommes et les entraînent dans l'abîme.
Orig. Tous les esprits de malice répandus dans les airs sont aussi les portes de l'enfer auxquelles sont opposées les portes de la justice (Ps 97, 19). — Rab. Les portes de l'enfer sont encore les tourments et les séductions que mettent en usage les persécuteurs. Ce sont aussi les œuvres mauvaises des incrédules, et leurs discours absurdes, parce qu'ils font connaître le chemin de la perdition. — Orig. Notre-Seigneur ne précise pas si c'est contre la pierre sur laquelle le Christ a bâti son Église ou si c'est contre l'Église elle-même, bâtie sur la pierre, que ces portes de l'enfer ne prévaudront pas. Mais il est évident qu'elles ne prévaudront ni contre la pierre, ni contre l'Église. — S. Cyr. D'après cette promesse du Seigneur, l'Église apostolique, placée au-dessus de tous les évêques, de tous les pasteurs, de tous les chefs des Églises et des fidèles, demeure pure de toutes les séductions et de tous les artifices des hérétiques dans ses pontifes, dans sa foi toujours entière et dans l'autorité de Pierre. Tandis que les autres Églises sont déshonorées par les erreurs de certains hérétiques, seule elle règne, appuyée sur des fondements inébranlables, imposant silence et fermant la bouche à tous les hérétiques ; et nous, si nous ne sommes ni égarés par une téméraire présomption de notre salut, ni enivrés du vin de l'orgueil, nous confessons et nous prêchons en union avec elle la règle de la vérité et de la sainte tradition apostolique. — S. Jér. Qu'on ne s'imagine pas que ces paroles doivent s'entendre en ce sens que les Apôtres n'ont pas été soumis à la mort, quand on sait la gloire éclatante de leur martyre. — Orig. Et à nous aussi il sera dit : " Vous êtes Pierre. " Aussitôt que nous aurons confessé que Jésus-Christ est le Fils du Dieu vivant par un effet de la révélation du Père qui est dans les cieux, c’est-à-dire lorsque nous-mêmes nous vivrons déjà pour ainsi dire dans le ciel. Car la pierre, c’est tout fidèle imitateur du Christ ; mais celui contre lequel prévalent les portes de l’enfer n’est ni la pierre sur laquelle le Christ bâtit son Église, ni cette Église, ni aucune partie de cette Église, dont le Seigneur asseoit les fondements sur la pierre.
S. Chrys. (hom. 54.) Le Sauveur donne ensuite une autre prérogative à Pierre, en ajoutant : " Et je vous donnerai les clefs du royaume des cieux. " C’est-à-dire : De même que mon Père vous a fait la grâce de me connaître, je vous accorderai aussi une faveur particulière, c’est-à-dire les clefs du royaume des cieux. — Rab. Celui qui a reconnu et confessé le roi des cieux avec plus d’ardeur que tous les autres reçoit aussi d’une manière plus particulière que tous les autres les clefs du royaume des cieux, afin qu’il fût bien démontré pour tous que sans cette confession et sans cette foi, personne ne peut entrer dans le royaume des cieux. Les clefs du royaume des cieux sont la puissance et le droit de juger : la puissance, pour lier et délier, le pouvoir de juger, de discerner ceux qui sont dignes et ceux qui ne le pas. — La Glose. " Et ce que vous lierez, " c’est-à-dire celui que vous aurez jugé indigne d’absolution pendant sa vie, en sera jugé indigne devant Dieu lui-même. " Et ce que vous aurez délié, " c’est-à-dire celui que vous aurez jugé digne d’être absous ici-bas, recevra de Dieu la rémission de ses péchés. — Orig. Voyez quelle grande puissance a été donnée à cette pierre sur laquelle l’Église est bâtie ; ses jugements sont irrévocables, comme si Dieu lui-même les avait prononcés par sa bouche. — S. Chrys. (Hom. 54.) Voyez aussi comme Jésus-Christ inspire à Pierre une haute idée de sa personne il promet de lui donner ce qui n’appartient qu’à Dieu seul, c’est-à-dire le pouvoir de remettre les péchés et de rendre l’Église immuable au milieu de toutes les tempêtes, des persécutions et des souffrances.
Rab. Quoique le Seigneur paraisse donner exclusivement à Pierre ce pouvoir de lier et de délier, il l’accorde également aux autres Apôtres (Mt 18, 1 et maintenant encore à toute l’Église dans la personne des évêques et des prêtres ; mais Pierre a reçu d’une manière plus particulière les clefs du royaume des cieux et la primauté du pouvoir judiciaire, afin que tous les fidèles répandus dans l’univers comprennent que du moment où, de quelque manière que ce soit, on se sépare de l’unité de la foi ou de la société de Pierre, on ne peut être délivré des liens du péché, ni voir ouvrir devant soi les portes du royaume du ciel.
La Glose. Notre-Seigneur a donné d’une manière particulière ce pouvoir à Pierre pour nous inviter à l’unité; il l’a établi prince des Apôtres afin que l’Église eût au-dessus de tous les autres un seul vicaire de Jésus-Christ, auquel tous les membres de l’Église pussent recourir si la division venait à s’introduire parmi eux ; s’il y avait plusieurs chefs dans 1’Église, le lien de l’unité serait rompu. Quelques-uns prétendent que cette expression : " Sur la terre " signifie que ce pouvoir de lier et de délier ne lui a été donné que sur les vivants et non sur les morts, car celui qui exercerait ce pouvoir sur les morts ne l’exercerait pas sur la terre.
Conc. de Constant. Comment s’en trouve-t-il qui osent dire que ce pouvoir ne doit s’exercer que sur les vivants ? Ignorent-ils donc que la sentence d’anathème n’est autre chose qu’une sentence de séparation ? On doit toujours éviter tout commerce avec ceux qui sont esclaves de crimes énormes, qu’ils soient du nombre des vivants ou parmi les morts, car on doit toujours se séparer de ce qui est coupable et nuisible. D’ailleurs nous avons d’Augustin, de pieuse mémoire, et qui jeta un si vif éclat parmi les évêques d’Afrique, plusieurs lettres où il enseigne qu’il faut anathématiser les hérétiques même après leur mort. Les autres évêques d’Afrique ont conservé cette tradition ecclésiastique, et la sainte Église romaine elle-même a anathématisé aussi quelques évêques après leur mort, quoique leur foi n’eût pas été incriminée pendant leur vie.
S. Jér. Quelques évêques et quelques prêtres qui n’ont pas l’intelligence de ce passage, affectent en quelque sorte d’imiter la conduite orgueilleuse des pharisiens en condamnant les innocents et en s’imaginant qu’ils peuvent absoudre les coupables, lorsqu’ils devraient savoir que Dieu tient compte non tant de la sentence des prêtres que des dispositions des coupables. Nous lisons, dans le passage du Lévitique qui ordonne aux lépreux de se présenter devant les prêtres (chap. 13 et 14), que, s’ils sont atteints de la lèpre, ils soient alors déclarés impurs par le prêtre, non pas que ce soient les prêtres qui les rendent lépreux et impurs, mais parce qu’ils connaissent les caractères qui distinguent le lépreux de celui qui ne l’est pas, celui qui est pur de celui qui est impur. De même donc que dans l’ancienne loi le prêtre déclarait le lépreux impur, ainsi l’évêque ou le prêtre exercent le pouvoir de lier et de délier, non pas à l’égard de ceux qui sont innocents et purs, mais dans ce sens qu’après avoir entendu la confession des diverses espèces de péchés, ils savent quels sont ceux qu’ils doivent lier et ceux qui méritent d’être déliés.
Orig. Celui donc qui exerce le pouvoir de lier et de délier de manière à être jugé vraiment digne d’exercer ce pouvoir dans le ciel est irrépréhensible. Or, les clefs du royaume des cieux sont données aussi comme récompense à celui qui par ses vertus peut fermer les portes de l’enfer. " En effet, lorsqu’un homme commence à pratiquer toutes les vertus chrétiennes, il s’ouvre à lui-même la porte du royaume des cieux, c’est-à-dire que le Seigneur la lui ouvre par sa grâce, de manière que la même vertu est tout à la fois la porte et la clef de la porte. Peut-être même pourrait-on dire que chacune des vertus est le royaume des cieux.
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Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Cita: | ¿Qué dicen sobre Mateo 16,18?
Mateo 16,18 en los Padres de los siglos II y III
Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedro.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456) |
Considero un poco absurdo el planteamiento hay que ver lo que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mateo 16,18 sin embargo el autor del panfleto nos señala los capítulos de MT 10 y MT 12 de Orígenes de Alejandría
Realmente que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mt 16,18??? Sorry los tengo en “Francés”
Se considera a Pedro como PRINCIPE DE LOS APOSTOLES este es el motivo porque el autor del panfleto elude citar MT 16,18 de los Padres de la Iglesia entre otras cosas
La Glose. Le Sauveur veut confirmer ses disciples dans la foi, il commence donc par éloigner de leur esprit les opinions et les erreurs que d'autres pouvaient y avoir jetées. " Et il interrogea ses disciples en leur demandant: Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme? " — Orig. En interrogeant ainsi ses disciples, il veut nous apprendre par leurs réponses qu'il y avait alors sur le Christ diverses opinions parmi les Juifs, et aussi nous faire rechercher nous-mêmes l'opinion que les hommes peuvent avoir de nous. S'ils en disent du mal, nous devons cesser d'y donner occasion, et s'ils en disent du bien, nous devons redoubler nos efforts pour mériter leur approbation. Les disciples des évêques doivent apprendre aussi, à l'exemple des Apôtres, à informer leurs supérieurs de ce qu'ils entendent dire au dehors sur leur personne.
S. Jérome. L'expression dont il se sert : " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme, " est parfaitement choisie, car ceux qui parlent du Fils de l'homme sont des hommes ; mais ceux qui comprennent sa divinité sont appelés, non pas des hommes, mais des dieux. — S. Chrys. (hom. 54.) Il ne leur demande pas : Que disent de moi les pharisiens et les scribes ? mais : " Que disent les hommes ? " Car il cherche à connaître la pensée du peuple, qui n'était pas tourné au mal. L'idée que le peuple avait du Christ était sans doute bien au-dessous de la réalité, mais au moins elle était pure de toute malice, tandis que l'opinion que les pharisiens se formaient de sa personne était pleine de méchanceté.
S. Hilaire . (can. 16 sur S. Matth.) " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme ? " Il nous apprend par ces paroles que l'on doit voir en lui autre chose que ce qui paraît au dehors, car il était vraiment le Fils de l'homme. Quelle idée voulait-il donc qu'on eût de lui ? Non pas, sans doute, celle qu'il avait fait connaître lui-même ; la vérité qui faisait l'objet de cet examen était cachée, et c'est cette vérité que la foi des chrétiens doit embrasser. Or, telle doit être notre profession de foi : nous devons croire qu'il est le Fils de Dieu comme il est le Fils de l'homme ; car l'une de ces deux croyances, sans l'autre, ne peut en rien nous donner l'espérance du salut ; aussi est-ce avec intention qu'il dit : " Que disent les hommes du Fils de l'homme ? " — S. jér. Il ne dit pas : Que disent-ils que je suis, mais : " Que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " pour éviter dans cette question toute apparence de recherche personnelle. Remarquons encore que partout où nous lisons dans l'Ancien Testament : Fils de l'homme, le texte hébreu porte : Fils d'Adam.
Origéne. Les disciples rapportent les différentes opinions qu'on se formait du Christ, " Et ils lui répondirent : Les uns disent Jean-Baptiste, c'est-à-dire ceux qui partageaient l'opinion d'Hérode ; les autres, Élie, et ceux-là pensaient ou bien qu'Élie avait reçu une seconde naissance, ou que n'ayant point été autrefois soumis à la mort du corps, il se manifestait dans le temps présent ; les autres, Jérémie, que le Seigneur avait établi prophète parmi les nations, et ils ne comprenaient pas que Jérémie était la figure du Christ ; ou l'un des prophètes, pour une raison semblable, à cause des choses que Dieu avait révélées aux prophètes, bien qu'elles n'aient pas reçu leur accomplissement en eux, mais seulement dans Jésus-Christ. — S. Jér. Cependant le peuple a bien pu se tromper en prenant le Christ pour Élie et pour Jérémie, de même qu'Hérode qui le prenait pour Jean-Baptiste ; aussi suis-je étonné de voir quelques interprètes rechercher les causes de toutes ces erreurs.
S. Chrystom. (hom. 54.) Après que les disciples lui ont fait connaître l'opinion du peuple, il les presse par une seconde question de se former une plus haute idée de lui ; " Et Jésus leur dit : Et vous, qui dites-vous que je suis ? " Vous, dis-je, quiètes toujours avec moi, qui avez été témoins de plus grands miracles que le peuple, vous ne devez point partager sa manière de voir. Aussi ne leur fît-il pas cette question au début, de sa prédication, mais après avoir fait un grand nombre de miracles, et leur avoir souvent parlé de sa divinité. — S. Jér. Remarquez que d'après ce langage du Sauveur, les Apôtres ne sont pas appelés des hommes, mais des dieux, car après avoir dit : " Les hommes, que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " il ajoute : " Et vous, que dites-vous que je suis ? " c'est-à-dire les hommes qui ne sont que des hommes ont de moi une opinion tout humaine ; mais vous qui êtes des dieux, que pensez-vous que je suis ?
Rab. Ce n'est point sans doute par ignorance que le Sauveur s'informe de l'opinion que ses disciples et le peuple peuvent avoir de sa personne ; s'il demande à ses disciples ce qu'ils pensent de lui, c'est pour récompenser dignement leur confession de foi, conforme à la vérité. Aussi s'informe-t-il d'abord de l'opinion du peuple, afin qu'après avoir rapporté les jugements de ceux qui se trompent, on soit obligé de reconnaître que les disciples ont puisé la vérité de leur profession de foi, non pas dans les idées du peuple, mais dans une révélation particulière du Sauveur.
S. Chrys. (hom. 54.) Lorsque Notre-Seigneur demande quelle opinion le peuple a de lui, tous répondent ; mais lorsqu'il demande à ses disciples quelle est leur opinion personnelle, Pierre répond au nom de tous comme étant la bouche et la tête du collège apostolique : " Simon Pierre, prenant la parole, lui dit : Vous êtes le Christ Fils du Dieu vivant. " — Orig. Pierre rejette toutes les fausses idées que les Juifs se faisaient de Jésus, et il confesse hautement cette vérité qu'ignoraient les Juifs : " Vous êtes le Christ, " et ce qui est bien plus grand : " Le Fils du Dieu vivant, " qui avait dit par les prophètes : " Moi je vis, dit le Seigneur (Is 49, 18 ; Jr 22, 24 ; Ez 5, 11 ; 14, 16.18.20 ; 17, 19 ; 18, 3 ; 33, 11.27 ; 34, . " On l'appelait vivant, mais d'une manière éminente, parce qu'il est supérieur à tous les êtres qui ont la vie ; car seul il possède l'immortalité, et il est la source de la vie. C'est lui que nous appelons dans un sens véritable Dieu le Père. Or, celui qui dit : " Je suis la vie " (Jn 11), est lui-même la vie qui sort comme de la source. — S. Jér. Pierre dit : " Du Dieu vivant, " par opposition avec ces dieux qu'on regarde comme des dieux, et qui ne sont que des morts : je veux parler de Saturne, de Jupiter, de Vénus, d'Hercule, et des autres divinités. — S. Hil. Au contraire, la foi vraie et inviolable, c'est que le Fils est sorti Dieu de Dieu, et que de toute éternité il a possédé l'éternité du Père. Croire et confesser qu'il a pris un corps semblable au nôtre, et qu'il s'est fait homme, c'est la perfection de la foi. Aussi la déclaration de l'Apôtre embrasse tout, en formulant aussi clairement la nature et le nom du Christ, et résume toutes les vertus. — Rab. Par un admirable contraste, c'est Notre-Seigneur lui-même qui confesse les humiliations de la nature humaine dont il s'est revêtu, tandis que le disciple proclame les grandeurs de son éternelle divinité.
S. Hilaire. La confession de Pierre mérita une récompense digne d'elle, parce qu'il avait reconnu le Fils de Dieu sous les dehors de l'homme : " Jésus lui répondit : Vous êtes heureux, Simon, fils de Jean, parce que ce n'est ni le sang ni la chair qui vous ont révélé ceci. " — S. Jér. Le Sauveur paie d'un juste retour le témoignage que lui a rendu son apôtre. Pierre lui avait dit : " Vous êtes le Christ, le Fils du Dieu vivant ; " Jésus-Christ lui répond : " Vous êtes heureux, Simon, fils de Jean. " Pourquoi ? parce que ce n'est ni la chair ni le sang, mais mon Père qui vous a révélé cette vérité. Ce que la chair ni le sang n'ont pu révéler, l'a été par la grâce de l'Esprit saint. Cette confession lui a donc mérité le nom qui lui est donné de fils de l'Esprit saint, à qui il devait cette révélation ; car dans notre langue, Barjona veut dire fils de la colombe. Quelques-uns l'entendent simplement en ce sens que Simon (c'est-à-dire Pierre), était fils de Jean, d'après cette question que le Sauveur lui adressa dans un autre endroit : " Simon, fils de Jean, m'aimez-vous ? " Ils prétendent que c'est par une erreur des copistes qu'au lieu de Bar-joanna, c'est-à-dire : fils de Jean, nous lisons Barjona, avec une syllabe de moins. Or, Joanna signifie grâce de Dieu, et ces deux noms peuvent recevoir une interprétation spirituelle, c'est-à-dire que la colombe représente le Saint-Esprit, et la grâce de Dieu, les dons spirituels.
S. Chrys. (hom. 54.) Il eût été inutile de dire : Vous êtes le fils de Jona, ou de Joanna, si le Sauveur n'avait eu l'intention de montrer que le Christ est aussi naturellement le Fils de Dieu que Pierre est fils de Jona, c'est-à-dire de la même substance que celui qui l'a engendré.
S. Jér. Comparez ces paroles : " Ce n'est point la chair ni le sang qui vous l'ont révélé, " à ces autres de l'Apôtre : " Aussitôt j'ai cessé de prendre conseil de la chair et du sang (Ga 1) ; ce sont les Juifs qu'il veut désigner sous le nom de la chair et du sang, et nous y trouvons une preuve que dans cet endroit, ce n'est point par la doctrine des pharisiens, mais par la grâce de Dieu, que le Christ, Fils de Dieu, a été révélé à Pierre. — S. Hil. Ou bien dans un autre sens, Pierre est heureux parce qu'il a eu le mérite d'étendre ses regards au delà de ce qui est humain, et que sans s'arrêter à ce qui venait de la chair et du sang, il a contemplé le Fils de Dieu par un effet de la révélation divine, et a été jugé digne de reconnaître le premier que la divinité était dans le Christ.
Orig. (traité 1 sur S. Matth., 16.) C'est ici le lieu de demander si, lorsque le Sauveur envoya ses disciples prêcher l'Évangile, ils savaient déjà qu'il était le Christ, car d'après ce passage, Pierre confesse ici pour la première fois que le Sauveur était le Christ, le Fils du Dieu vivant. Comprenez donc, si vous le pouvez, que c'est une grâce bien moindre de croire que de connaître que Jésus est le Christ, et nous dirons alors que lorsqu'il envoyait ses disciples prêcher l'Évangile, ils croyaient qu'il était le Christ, mais qu'ensuite ils arrivèrent jusqu'à le connaître. Ou bien nous répondrons que les Apôtres n'avaient alors que le commencement de la connaissance du Christ et que cette connaissance était très restreinte, mais qu'ensuite ils firent tant de progrès dans cette connaissance, qu'ils comprirent ce que le Père avait révélé du Christ, comme Pierre, que Jésus proclame bienheureux, non-seulement pour avoir dit : " Vous êtes le Christ, " mais surtout pour avoir ajouté : " Le Fils du Dieu vivant. "
S. Chrys. (hom. 54.) Or, si Pierre n'avait pas confessé que le Christ est réellement né du Père, il n'aurait pas eu besoin de révélation, et il n'aurait pas été proclamé bienheureux pour avoir cru que le Christ était un des nombreux enfants adoptifs de Dieu. En effet, bien auparavant, ceux qui étaient dans la barque lui avaient dit : " Vous êtes vraiment le Fils de Dieu " (Mt 14) ; Nathanaël lui-même lui avait dit : " Maître, vous êtes le Fils de Dieu. " (Jn 1.) Cependant ils n'ont pas été déclarés bienheureux, parce qu'ils n'ont pas confessé la même filiation que Pierre. Ils croyaient que le Christ était semblable à beaucoup d'autres, mais non pas qu'il fût le Fils de Dieu ; ou bien s'ils lui reconnaissaient une supériorité réelle sur tous les autres, ils ne le regardaient cependant pas comme étant né de la substance même du Père. Vous voyez donc comme le Père révèle le Fils, et comment le Fils révèle le Père ; car on ne peut connaître le Fils que par le Père, comme on ne peut connaître le Père que par le Fils, ce qui établit clairement que le Fils est consubstantiel au Père, et doit recevoir les mêmes adorations. Or, Jésus prend occasion de cela pour enseigner à ses Apôtres que plusieurs croiront un jour ce que Pierre vient de confesser : " Et moi, je vous dis que vous êtes Pierre, et que sur cette pierre je bâtirai mon Église. " — S. jér. C'est-à-dire parce que vous avez fait cette confession de foi : " Vous êtes le Christ, Fils du Dieu vivant, " moi je vous dis non point par un discours vain et sans objet, mais je vous dis (car pour moi, dire c'est faire) : " Vous êtes Pierre. " De même que précédemment lui qui est la véritable lumière avait donné à ses Apôtres le nom de lumière du monde et d'autres noms figuratifs ; ainsi il a donné le nom de Pierre à Simon, qui croyait que Jésus-Christ était la pierre par excellence. — S. Aug. (de l'accord des Evang., 2, 53.) Il ne faut pas croire cependant que ce fut dans cette circonstance que Pierre reçut son nom ; ce nom lui fut donné dans une autre circonstance rapportée par saint Jean, alors que Jésus-Christ lui dit : " Vous vous appellerez Céphas, " ce qui veut dire Pierre.
S. Jér. C'est en suivant cette métaphore de la pierre que le Sauveur lui dit : C'est sur vous que je bâtirai mon Église, comme il l'ajoute en effet : " Sur cette pierre, je bâtirai mon Église. " — S. Chrys. (hom. 54.) C'est-à-dire, sur cette foi et sur cette confession, je bâtirai mon Église. Nous apprenons de là qu'un grand nombre croiront ce que Pierre vient de confesser, et il élève en même temps son intelligence et lui donne la charge de suprême pasteur. — S. Aug. (Liv. de Retract., 1, 21.) J'ai dit dans un certain endroit, de l'apôtre saint Pierre, que l'Église avait été bâtie sur lui comme sur la pierre ; mais je me rappelle avoir plus tard expliqué cette parole : " Vous êtes Pierre, et sur cette pierre je bâtirai, " etc., en ce sens que d'après ces paroles du Sauveur, l'Église est bâtie sur celui que Pierre a confessé en ces terme ? : " Vous êtes le Christ, Fils du Dieu vivant. " De cette manière, l'Apôtre aurait reçu son nom de cette pierre et il représenterait l'Église qui est bâtie sur cette pierre. En effet, le Sauveur ne lui dit pas : Vous êtes la pierre (petra), mais " Vous êtes Pierre " (Petrus) ; la pierre, c'était le Christ (1 Co 10) dont Simon a confessé la divinité, comme toute l'Église le confesse, et c'est pour cela qu'il a reçu le nom de Pierre. Le lecteur peut choisir entre ces deux opinions celle qui lui paraîtra la plus probable.
S. Hil. Dans ce nouveau nom donné au prince des Apôtres, nous trouvons un présage heureux de la solidité des fondements de l'Église et une pierre digne de cet édifice qui devait briser et réduire eu poudre les lois et les portes de l'enfer et tous les cachots de la mort, et c'est pour montrer la force de l'Église bâtie sur cette pierre que Jésus ajoute : " Et les portes de l'enfer ne prévaudront point contre elle. " — S. Jér. Les portes de l'enfer sont, à mon avis, les vices et les péchés des hommes, ou du moins les doctrines des hérétiques qui séduisent les hommes et les entraînent dans l'abîme.
Orig. Tous les esprits de malice répandus dans les airs sont aussi les portes de l'enfer auxquelles sont opposées les portes de la justice (Ps 97, 19). — Rab. Les portes de l'enfer sont encore les tourments et les séductions que mettent en usage les persécuteurs. Ce sont aussi les œuvres mauvaises des incrédules, et leurs discours absurdes, parce qu'ils font connaître le chemin de la perdition. — Orig. Notre-Seigneur ne précise pas si c'est contre la pierre sur laquelle le Christ a bâti son Église ou si c'est contre l'Église elle-même, bâtie sur la pierre, que ces portes de l'enfer ne prévaudront pas. Mais il est évident qu'elles ne prévaudront ni contre la pierre, ni contre l'Église. — S. Cyr. D'après cette promesse du Seigneur, l'Église apostolique, placée au-dessus de tous les évêques, de tous les pasteurs, de tous les chefs des Églises et des fidèles, demeure pure de toutes les séductions et de tous les artifices des hérétiques dans ses pontifes, dans sa foi toujours entière et dans l'autorité de Pierre. Tandis que les autres Églises sont déshonorées par les erreurs de certains hérétiques, seule elle règne, appuyée sur des fondements inébranlables, imposant silence et fermant la bouche à tous les hérétiques ; et nous, si nous ne sommes ni égarés par une téméraire présomption de notre salut, ni enivrés du vin de l'orgueil, nous confessons et nous prêchons en union avec elle la règle de la vérité et de la sainte tradition apostolique. — S. Jér. Qu'on ne s'imagine pas que ces paroles doivent s'entendre en ce sens que les Apôtres n'ont pas été soumis à la mort, quand on sait la gloire éclatante de leur martyre. — Orig. Et à nous aussi il sera dit : " Vous êtes Pierre. " Aussitôt que nous aurons confessé que Jésus-Christ est le Fils du Dieu vivant par un effet de la révélation du Père qui est dans les cieux, c’est-à-dire lorsque nous-mêmes nous vivrons déjà pour ainsi dire dans le ciel. Car la pierre, c’est tout fidèle imitateur du Christ ; mais celui contre lequel prévalent les portes de l’enfer n’est ni la pierre sur laquelle le Christ bâtit son Église, ni cette Église, ni aucune partie de cette Église, dont le Seigneur asseoit les fondements sur la pierre.
S. Chrys. (hom. 54.) Le Sauveur donne ensuite une autre prérogative à Pierre, en ajoutant : " Et je vous donnerai les clefs du royaume des cieux. " C’est-à-dire : De même que mon Père vous a fait la grâce de me connaître, je vous accorderai aussi une faveur particulière, c’est-à-dire les clefs du royaume des cieux. — Rab. Celui qui a reconnu et confessé le roi des cieux avec plus d’ardeur que tous les autres reçoit aussi d’une manière plus particulière que tous les autres les clefs du royaume des cieux, afin qu’il fût bien démontré pour tous que sans cette confession et sans cette foi, personne ne peut entrer dans le royaume des cieux. Les clefs du royaume des cieux sont la puissance et le droit de juger : la puissance, pour lier et délier, le pouvoir de juger, de discerner ceux qui sont dignes et ceux qui ne le pas. — La Glose. " Et ce que vous lierez, " c’est-à-dire celui que vous aurez jugé indigne d’absolution pendant sa vie, en sera jugé indigne devant Dieu lui-même. " Et ce que vous aurez délié, " c’est-à-dire celui que vous aurez jugé digne d’être absous ici-bas, recevra de Dieu la rémission de ses péchés. — Orig. Voyez quelle grande puissance a été donnée à cette pierre sur laquelle l’Église est bâtie ; ses jugements sont irrévocables, comme si Dieu lui-même les avait prononcés par sa bouche. — S. Chrys. (Hom. 54.) Voyez aussi comme Jésus-Christ inspire à Pierre une haute idée de sa personne il promet de lui donner ce qui n’appartient qu’à Dieu seul, c’est-à-dire le pouvoir de remettre les péchés et de rendre l’Église immuable au milieu de toutes les tempêtes, des persécutions et des souffrances.
Rab. Quoique le Seigneur paraisse donner exclusivement à Pierre ce pouvoir de lier et de délier, il l’accorde également aux autres Apôtres (Mt 18, 1 et maintenant encore à toute l’Église dans la personne des évêques et des prêtres ; mais Pierre a reçu d’une manière plus particulière les clefs du royaume des cieux et la primauté du pouvoir judiciaire, afin que tous les fidèles répandus dans l’univers comprennent que du moment où, de quelque manière que ce soit, on se sépare de l’unité de la foi ou de la société de Pierre, on ne peut être délivré des liens du péché, ni voir ouvrir devant soi les portes du royaume du ciel.
La Glose. Notre-Seigneur a donné d’une manière particulière ce pouvoir à Pierre pour nous inviter à l’unité; il l’a établi prince des Apôtres afin que l’Église eût au-dessus de tous les autres un seul vicaire de Jésus-Christ, auquel tous les membres de l’Église pussent recourir si la division venait à s’introduire parmi eux ; s’il y avait plusieurs chefs dans 1’Église, le lien de l’unité serait rompu. Quelques-uns prétendent que cette expression : " Sur la terre " signifie que ce pouvoir de lier et de délier ne lui a été donné que sur les vivants et non sur les morts, car celui qui exercerait ce pouvoir sur les morts ne l’exercerait pas sur la terre.
Conc. de Constant. Comment s’en trouve-t-il qui osent dire que ce pouvoir ne doit s’exercer que sur les vivants ? Ignorent-ils donc que la sentence d’anathème n’est autre chose qu’une sentence de séparation ? On doit toujours éviter tout commerce avec ceux qui sont esclaves de crimes énormes, qu’ils soient du nombre des vivants ou parmi les morts, car on doit toujours se séparer de ce qui est coupable et nuisible. D’ailleurs nous avons d’Augustin, de pieuse mémoire, et qui jeta un si vif éclat parmi les évêques d’Afrique, plusieurs lettres où il enseigne qu’il faut anathématiser les hérétiques même après leur mort. Les autres évêques d’Afrique ont conservé cette tradition ecclésiastique, et la sainte Église romaine elle-même a anathématisé aussi quelques évêques après leur mort, quoique leur foi n’eût pas été incriminée pendant leur vie.
S. Jér. Quelques évêques et quelques prêtres qui n’ont pas l’intelligence de ce passage, affectent en quelque sorte d’imiter la conduite orgueilleuse des pharisiens en condamnant les innocents et en s’imaginant qu’ils peuvent absoudre les coupables, lorsqu’ils devraient savoir que Dieu tient compte non tant de la sentence des prêtres que des dispositions des coupables. Nous lisons, dans le passage du Lévitique qui ordonne aux lépreux de se présenter devant les prêtres (chap. 13 et 14), que, s’ils sont atteints de la lèpre, ils soient alors déclarés impurs par le prêtre, non pas que ce soient les prêtres qui les rendent lépreux et impurs, mais parce qu’ils connaissent les caractères qui distinguent le lépreux de celui qui ne l’est pas, celui qui est pur de celui qui est impur. De même donc que dans l’ancienne loi le prêtre déclarait le lépreux impur, ainsi l’évêque ou le prêtre exercent le pouvoir de lier et de délier, non pas à l’égard de ceux qui sont innocents et purs, mais dans ce sens qu’après avoir entendu la confession des diverses espèces de péchés, ils savent quels sont ceux qu’ils doivent lier et ceux qui méritent d’être déliés.
Orig. Celui donc qui exerce le pouvoir de lier et de délier de manière à être jugé vraiment digne d’exercer ce pouvoir dans le ciel est irrépréhensible. Or, les clefs du royaume des cieux sont données aussi comme récompense à celui qui par ses vertus peut fermer les portes de l’enfer. " En effet, lorsqu’un homme commence à pratiquer toutes les vertus chrétiennes, il s’ouvre à lui-même la porte du royaume des cieux, c’est-à-dire que le Seigneur la lui ouvre par sa grâce, de manière que la même vertu est tout à la fois la porte et la clef de la porte. Peut-être même pourrait-on dire que chacune des vertus est le royaume des cieux.
Bendiciones |
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MISTICO Asiduo
Registrado: 09 Dic 2005 Mensajes: 160
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Publicado:
Vie Ago 22, 2008 11:00 am Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Cita: | ¿Qué dicen sobre Mateo 16,18?
Mateo 16,18 en los Padres de los siglos II y III
Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedro.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456) |
Considero un poco absurdo el planteamiento hay que ver lo que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mateo 16,18 sin embargo el autor del panfleto nos señala los capítulos de MT 10 y MT 12 de Orígenes de Alejandría
Realmente que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mt 16,18??? Sorry los tengo en “Francés”
Se considera a Pedro como PRINCIPE DE LOS APOSTOLES este es el motivo porque el autor del panfleto elude citar MT 16,18 de los Padres de la Iglesia entre otras cosas
La Glose. Le Sauveur veut confirmer ses disciples dans la foi, il commence donc par éloigner de leur esprit les opinions et les erreurs que d'autres pouvaient y avoir jetées. " Et il interrogea ses disciples en leur demandant: Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme? " — Orig. En interrogeant ainsi ses disciples, il veut nous apprendre par leurs réponses qu'il y avait alors sur le Christ diverses opinions parmi les Juifs, et aussi nous faire rechercher nous-mêmes l'opinion que les hommes peuvent avoir de nous. S'ils en disent du mal, nous devons cesser d'y donner occasion, et s'ils en disent du bien, nous devons redoubler nos efforts pour mériter leur approbation. Les disciples des évêques doivent apprendre aussi, à l'exemple des Apôtres, à informer leurs supérieurs de ce qu'ils entendent dire au dehors sur leur personne.
S. Jérome. L'expression dont il se sert : " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme, " est parfaitement choisie, car ceux qui parlent du Fils de l'homme sont des hommes ; mais ceux qui comprennent sa divinité sont appelés, non pas des hommes, mais des dieux. — S. Chrys. (hom. 54.) Il ne leur demande pas : Que disent de moi les pharisiens et les scribes ? mais : " Que disent les hommes ? " Car il cherche à connaître la pensée du peuple, qui n'était pas tourné au mal. L'idée que le peuple avait du Christ était sans doute bien au-dessous de la réalité, mais au moins elle était pure de toute malice, tandis que l'opinion que les pharisiens se formaient de sa personne était pleine de méchanceté.
S. Hilaire . (can. 16 sur S. Matth.) " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme ? " Il nous apprend par ces paroles que l'on doit voir en lui autre chose que ce qui paraît au dehors, car il était vraiment le Fils de l'homme. Quelle idée voulait-il donc qu'on eût de lui ? Non pas, sans doute, celle qu'il avait fait connaître lui-même ; la vérité qui faisait l'objet de cet examen était cachée, et c'est cette vérité que la foi des chrétiens doit embrasser. Or, telle doit être notre profession de foi : nous devons croire qu'il est le Fils de Dieu comme il est le Fils de l'homme ; car l'une de ces deux croyances, sans l'autre, ne peut en rien nous donner l'espérance du salut ; aussi est-ce avec intention qu'il dit : " Que disent les hommes du Fils de l'homme ? " — S. jér. Il ne dit pas : Que disent-ils que je suis, mais : " Que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " pour éviter dans cette question toute apparence de recherche personnelle. Remarquons encore que partout où nous lisons dans l'Ancien Testament : Fils de l'homme, le texte hébreu porte : Fils d'Adam.
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MISTICO Asiduo
Registrado: 09 Dic 2005 Mensajes: 160
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Publicado:
Vie Ago 22, 2008 11:07 am Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Cita: | Mateo 16,18 en los Padres de los siglos II y III
Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedro.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456) |
Considero un poco absurdo el planteamiento hay que ver lo que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mateo 16,18 sin embargo el autor del panfleto nos señala los capítulos de MT 10 y MT 12
Realmente que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mt 16,18??? Sorry los tengo en “Francés”
Se considera a Pedro como PRINCIPE DE LOS APOSTOLES este es el motivo porque el autor del panfleto elude citar MT 16,18 de los Padres de la Iglesia
La Glose. Le Sauveur veut confirmer ses disciples dans la foi, il commence donc par éloigner de leur esprit les opinions et les erreurs que d'autres pouvaient y avoir jetées. " Et il interrogea ses disciples en leur demandant: Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme? " — Orig. En interrogeant ainsi ses disciples, il veut nous apprendre par leurs réponses qu'il y avait alors sur le Christ diverses opinions parmi les Juifs, et aussi nous faire rechercher nous-mêmes l'opinion que les hommes peuvent avoir de nous. S'ils en disent du mal, nous devons cesser d'y donner occasion, et s'ils en disent du bien, nous devons redoubler nos efforts pour mériter leur approbation. Les disciples des évêques doivent apprendre aussi, à l'exemple des Apôtres, à informer leurs supérieurs de ce qu'ils entendent dire au dehors sur leur personne.
S. Jérome. L'expression dont il se sert : " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme, " est parfaitement choisie, car ceux qui parlent du Fils de l'homme sont des hommes ; mais ceux qui comprennent sa divinité sont appelés, non pas des hommes, mais des dieux. — S. Chrys. (hom. 54.) Il ne leur demande pas : Que disent de moi les pharisiens et les scribes ? mais : " Que disent les hommes ? " Car il cherche à connaître la pensée du peuple, qui n'était pas tourné au mal. L'idée que le peuple avait du Christ était sans doute bien au-dessous de la réalité, mais au moins elle était pure de toute malice, tandis que l'opinion que les pharisiens se formaient de sa personne était pleine de méchanceté.
S. Hilaire . (can. 16 sur S. Matth.) " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme ? " Il nous apprend par ces paroles que l'on doit voir en lui autre chose que ce qui paraît au dehors, car il était vraiment le Fils de l'homme. Quelle idée voulait-il donc qu'on eût de lui ? Non pas, sans doute, celle qu'il avait fait connaître lui-même ; la vérité qui faisait l'objet de cet examen était cachée, et c'est cette vérité que la foi des chrétiens doit embrasser. Or, telle doit être notre profession de foi : nous devons croire qu'il est le Fils de Dieu comme il est le Fils de l'homme ; car l'une de ces deux croyances, sans l'autre, ne peut en rien nous donner l'espérance du salut ; aussi est-ce avec intention qu'il dit : " Que disent les hommes du Fils de l'homme ? " — S. jér. Il ne dit pas : Que disent-ils que je suis, mais : " Que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " pour éviter dans cette question toute apparence de recherche personnelle. Remarquons encore que partout où nous lisons dans l'Ancien Testament : Fils de l'homme, le texte hébreu porte : Fils d'Adam.
Origéne. Les disciples rapportent les différentes opinions qu'on se formait du Christ, " Et ils lui répondirent : Les uns disent Jean-Baptiste, c'est-à-dire ceux qui partageaient l'opinion d'Hérode ; les autres, Élie, et ceux-là pensaient ou bien qu'Élie avait reçu une seconde naissance, ou que n'ayant point été autrefois soumis à la mort du corps, il se manifestait dans le temps présent ; les autres, Jérémie, que le Seigneur avait établi prophète parmi les nations, et ils ne comprenaient pas que Jérémie était la figure du Christ ; ou l'un des prophètes, pour une raison semblable, à cause des choses que Dieu avait révélées aux prophètes, bien qu'elles n'aient pas reçu leur accomplissement en eux, mais seulement dans Jésus-Christ. — S. Jér. Cependant le peuple a bien pu se tromper en prenant le Christ pour Élie et pour Jérémie, de même qu'Hérode qui le prenait pour Jean-Baptiste ; aussi suis-je étonné de voir quelques interprètes rechercher les causes de toutes ces erreurs.
S. Chrystom. (hom. 54.) Après que les disciples lui ont fait connaître l'opinion du peuple, il les presse par une seconde question de se former une plus haute idée de lui ; " Et Jésus leur dit : Et vous, qui dites-vous que je suis ? " Vous, dis-je, quiètes toujours avec moi, qui avez été témoins de plus grands miracles que le peuple, vous ne devez point partager sa manière de voir. Aussi ne leur fît-il pas cette question au début, de sa prédication, mais après avoir fait un grand nombre de miracles, et leur avoir souvent parlé de sa divinité. — S. Jér. Remarquez que d'après ce langage du Sauveur, les Apôtres ne sont pas appelés des hommes, mais des dieux, car après avoir dit : " Les hommes, que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " il ajoute : " Et vous, que dites-vous que je suis ? " c'est-à-dire les hommes qui ne sont que des hommes ont de moi une opinion tout humaine ; mais vous qui êtes des dieux, que pensez-vous que je suis ?
Rab. Ce n'est point sans doute par ignorance que le Sauveur s'informe de l'opinion que ses disciples et le peuple peuvent avoir de sa personne ; s'il demande à ses disciples ce qu'ils pensent de lui, c'est pour récompenser dignement leur confession de foi, conforme à la vérité. Aussi s'informe-t-il d'abord de l'opinion du peuple, afin qu'après avoir rapporté les jugements de ceux qui se trompent, on soit obligé de reconnaître que les disciples ont puisé la vérité de leur profession de foi, non pas dans les idées du peuple, mais dans une révélation particulière du Sauveur.
S. Chrys. (hom. 54.) Lorsque Notre-Seigneur demande quelle opinion le peuple a de lui, tous répondent ; mais lorsqu'il demande à ses disciples quelle est leur opinion personnelle, Pierre répond au nom de tous comme étant la bouche et la tête du collège apostolique : " Simon Pierre, prenant la parole, lui dit : Vous êtes le Christ Fils du Dieu vivant. " — Orig. Pierre rejette toutes les fausses idées que les Juifs se faisaient de Jésus, et il confesse hautement cette vérité qu'ignoraient les Juifs : " Vous êtes le Christ, " et ce qui est bien plus grand : " Le Fils du Dieu vivant, " qui avait dit par les prophètes : " Moi je vis, dit le Seigneur (Is 49, 18 ; Jr 22, 24 ; Ez 5, 11 ; 14, 16.18.20 ; 17, 19 ; 18, 3 ; 33, 11.27 ; 34, . " On l'appelait vivant, mais d'une manière éminente, parce qu'il est supérieur à tous les êtres qui ont la vie ; car seul il possède l'immortalité, et il est la source de la vie. C'est lui que nous appelons dans un sens véritable Dieu le Père. Or, celui qui dit : " Je suis la vie " (Jn 11), est lui-même la vie qui sort comme de la source. — S. Jér. Pierre dit : " Du Dieu vivant, " par opposition avec ces dieux qu'on regarde comme des dieux, et qui ne sont que des morts : je veux parler de Saturne, de Jupiter, de Vénus, d'Hercule, et des autres divinités. — S. Hil. Au contraire, la foi vraie et inviolable, c'est que le Fils est sorti Dieu de Dieu, et que de toute éternité il a possédé l'éternité du Père. Croire et confesser qu'il a pris un corps semblable au nôtre, et qu'il s'est fait homme, c'est la perfection de la foi. Aussi la déclaration de l'Apôtre embrasse tout, en formulant aussi clairement la nature et le nom du Christ, et résume toutes les vertus. — Rab. Par un admirable contraste, c'est Notre-Seigneur lui-même qui confesse les humiliations de la nature humaine dont il s'est revêtu, tandis que le disciple proclame les grandeurs de son éternelle divinité.
S. Hilaire. La confession de Pierre mérita une récompense digne d'elle, parce qu'il avait reconnu le Fils de Dieu sous les dehors de l'homme : " Jésus lui répondit : Vous êtes heureux, Simon, fils de Jean, parce que ce n'est ni le sang ni la chair qui vous ont révélé ceci. " — S. Jér. Le Sauveur paie d'un juste retour le témoignage que lui a rendu son apôtre. Pierre lui avait dit : " Vous êtes le Christ, le Fils du Dieu vivant ; " Jésus-Christ lui répond : " Vous êtes heureux, Simon, fils de Jean. " Pourquoi ? parce que ce n'est ni la chair ni le sang, mais mon Père qui vous a révélé cette vérité. Ce que la chair ni le sang n'ont pu révéler, l'a été par la grâce de l'Esprit saint. Cette confession lui a donc mérité le nom qui lui est donné de fils de l'Esprit saint, à qui il devait cette révélation ; car dans notre langue, Barjona veut dire fils de la colombe. Quelques-uns l'entendent simplement en ce sens que Simon (c'est-à-dire Pierre), était fils de Jean, d'après cette question que le Sauveur lui adressa dans un autre endroit : " Simon, fils de Jean, m'aimez-vous ? " Ils prétendent que c'est par une erreur des copistes qu'au lieu de Bar-joanna, c'est-à-dire : fils de Jean, nous lisons Barjona, avec une syllabe de moins. Or, Joanna signifie grâce de Dieu, et ces deux noms peuvent recevoir une interprétation spirituelle, c'est-à-dire que la colombe représente le Saint-Esprit, et la grâce de Dieu, les dons spirituels.
S. Chrys. (hom. 54.) Il eût été inutile de dire : Vous êtes le fils de Jona, ou de Joanna, si le Sauveur n'avait eu l'intention de montrer que le Christ est aussi naturellement le Fils de Dieu que Pierre est fils de Jona, c'est-à-dire de la même substance que celui qui l'a engendré.
S. Jér. Comparez ces paroles : " Ce n'est point la chair ni le sang qui vous l'ont révélé, " à ces autres de l'Apôtre : " Aussitôt j'ai cessé de prendre conseil de la chair et du sang (Ga 1) ; ce sont les Juifs qu'il veut désigner sous le nom de la chair et du sang, et nous y trouvons une preuve que dans cet endroit, ce n'est point par la doctrine des pharisiens, mais par la grâce de Dieu, que le Christ, Fils de Dieu, a été révélé à Pierre. — S. Hil. Ou bien dans un autre sens, Pierre est heureux parce qu'il a eu le mérite d'étendre ses regards au delà de ce qui est humain, et que sans s'arrêter à ce qui venait de la chair et du sang, il a contemplé le Fils de Dieu par un effet de la révélation divine, et a été jugé digne de reconnaître le premier que la divinité était dans le Christ.
Orig. (traité 1 sur S. Matth., 16.) C'est ici le lieu de demander si, lorsque le Sauveur envoya ses disciples prêcher l'Évangile, ils savaient déjà qu'il était le Christ, car d'après ce passage, Pierre confesse ici pour la première fois que le Sauveur était le Christ, le Fils du Dieu vivant. Comprenez donc, si vous le pouvez, que c'est une grâce bien moindre de croire que de connaître que Jésus est le Christ, et nous dirons alors que lorsqu'il envoyait ses disciples prêcher l'Évangile, ils croyaient qu'il était le Christ, mais qu'ensuite ils arrivèrent jusqu'à le connaître. Ou bien nous répondrons que les Apôtres n'avaient alors que le commencement de la connaissance du Christ et que cette connaissance était très restreinte, mais qu'ensuite ils firent tant de progrès dans cette connaissance, qu'ils comprirent ce que le Père avait révélé du Christ, comme Pierre, que Jésus proclame bienheureux, non-seulement pour avoir dit : " Vous êtes le Christ, " mais surtout pour avoir ajouté : " Le Fils du Dieu vivant. "
S. Chrys. (hom. 54.) Or, si Pierre n'avait pas confessé que le Christ est réellement né du Père, il n'aurait pas eu besoin de révélation, et il n'aurait pas été proclamé bienheureux pour avoir cru que le Christ était un des nombreux enfants adoptifs de Dieu. En effet, bien auparavant, ceux qui étaient dans la barque lui avaient dit : " Vous êtes vraiment le Fils de Dieu " (Mt 14) ; Nathanaël lui-même lui avait dit : " Maître, vous êtes le Fils de Dieu. " (Jn 1.) Cependant ils n'ont pas été déclarés bienheureux, parce qu'ils n'ont pas confessé la même filiation que Pierre. Ils croyaient que le Christ était semblable à beaucoup d'autres, mais non pas qu'il fût le Fils de Dieu ; ou bien s'ils lui reconnaissaient une supériorité réelle sur tous les autres, ils ne le regardaient cependant pas comme étant né de la substance même du Père. Vous voyez donc comme le Père révèle le Fils, et comment le Fils révèle le Père ; car on ne peut connaître le Fils que par le Père, comme on ne peut connaître le Père que par le Fils, ce qui établit clairement que le Fils est consubstantiel au Père, et doit recevoir les mêmes adorations. Or, Jésus prend occasion de cela pour enseigner à ses Apôtres que plusieurs croiront un jour ce que Pierre vient de confesser : " Et moi, je vous dis que vous êtes Pierre, et que sur cette pierre je bâtirai mon Église. " — S. jér. C'est-à-dire parce que vous avez fait cette confession de foi : " Vous êtes le Christ, Fils du Dieu vivant, " moi je vous dis non point par un discours vain et sans objet, mais je vous dis (car pour moi, dire c'est faire) : " Vous êtes Pierre. " De même que précédemment lui qui est la véritable lumière avait donné à ses Apôtres le nom de lumière du monde et d'autres noms figuratifs ; ainsi il a donné le nom de Pierre à Simon, qui croyait que Jésus-Christ était la pierre par excellence. — S. Aug. (de l'accord des Evang., 2, 53.) Il ne faut pas croire cependant que ce fut dans cette circonstance que Pierre reçut son nom ; ce nom lui fut donné dans une autre circonstance rapportée par saint Jean, alors que Jésus-Christ lui dit : " Vous vous appellerez Céphas, " ce qui veut dire Pierre.
S. Jér. C'est en suivant cette métaphore de la pierre que le Sauveur lui dit : C'est sur vous que je bâtirai mon Église, comme il l'ajoute en effet : " Sur cette pierre, je bâtirai mon Église. " — S. Chrys. (hom. 54.) C'est-à-dire, sur cette foi et sur cette confession, je bâtirai mon Église. Nous apprenons de là qu'un grand nombre croiront ce que Pierre vient de confesser, et il élève en même temps son intelligence et lui donne la charge de suprême pasteur. — S. Aug. (Liv. de Retract., 1, 21.) J'ai dit dans un certain endroit, de l'apôtre saint Pierre, que l'Église avait été bâtie sur lui comme sur la pierre ; mais je me rappelle avoir plus tard expliqué cette parole : " Vous êtes Pierre, et sur cette pierre je bâtirai, " etc., en ce sens que d'après ces paroles du Sauveur, l'Église est bâtie sur celui que Pierre a confessé en ces terme ? : " Vous êtes le Christ, Fils du Dieu vivant. " De cette manière, l'Apôtre aurait reçu son nom de cette pierre et il représenterait l'Église qui est bâtie sur cette pierre. En effet, le Sauveur ne lui dit pas : Vous êtes la pierre (petra), mais " Vous êtes Pierre " (Petrus) ; la pierre, c'était le Christ (1 Co 10) dont Simon a confessé la divinité, comme toute l'Église le confesse, et c'est pour cela qu'il a reçu le nom de Pierre. Le lecteur peut choisir entre ces deux opinions celle qui lui paraîtra la plus probable.
S. Hil. Dans ce nouveau nom donné au prince des Apôtres, nous trouvons un présage heureux de la solidité des fondements de l'Église et une pierre digne de cet édifice qui devait briser et réduire eu poudre les lois et les portes de l'enfer et tous les cachots de la mort, et c'est pour montrer la force de l'Église bâtie sur cette pierre que Jésus ajoute : " Et les portes de l'enfer ne prévaudront point contre elle. " — S. Jér. Les portes de l'enfer sont, à mon avis, les vices et les péchés des hommes, ou du moins les doctrines des hérétiques qui séduisent les hommes et les entraînent dans l'abîme.
Orig. Tous les esprits de malice répandus dans les airs sont aussi les portes de l'enfer auxquelles sont opposées les portes de la justice (Ps 97, 19). — Rab. Les portes de l'enfer sont encore les tourments et les séductions que mettent en usage les persécuteurs. Ce sont aussi les œuvres mauvaises des incrédules, et leurs discours absurdes, parce qu'ils font connaître le chemin de la perdition. — Orig. Notre-Seigneur ne précise pas si c'est contre la pierre sur laquelle le Christ a bâti son Église ou si c'est contre l'Église elle-même, bâtie sur la pierre, que ces portes de l'enfer ne prévaudront pas. Mais il est évident qu'elles ne prévaudront ni contre la pierre, ni contre l'Église. — S. Cyr. D'après cette promesse du Seigneur, l'Église apostolique, placée au-dessus de tous les évêques, de tous les pasteurs, de tous les chefs des Églises et des fidèles, demeure pure de toutes les séductions et de tous les artifices des hérétiques dans ses pontifes, dans sa foi toujours entière et dans l'autorité de Pierre. Tandis que les autres Églises sont déshonorées par les erreurs de certains hérétiques, seule elle règne, appuyée sur des fondements inébranlables, imposant silence et fermant la bouche à tous les hérétiques ; et nous, si nous ne sommes ni égarés par une téméraire présomption de notre salut, ni enivrés du vin de l'orgueil, nous confessons et nous prêchons en union avec elle la règle de la vérité et de la sainte tradition apostolique. — S. Jér. Qu'on ne s'imagine pas que ces paroles doivent s'entendre en ce sens que les Apôtres n'ont pas été soumis à la mort, quand on sait la gloire éclatante de leur martyre. — Orig. Et à nous aussi il sera dit : " Vous êtes Pierre. " Aussitôt que nous aurons confessé que Jésus-Christ est le Fils du Dieu vivant par un effet de la révélation du Père qui est dans les cieux, c’est-à-dire lorsque nous-mêmes nous vivrons déjà pour ainsi dire dans le ciel. Car la pierre, c’est tout fidèle imitateur du Christ ; mais celui contre lequel prévalent les portes de l’enfer n’est ni la pierre sur laquelle le Christ bâtit son Église, ni cette Église, ni aucune partie de cette Église, dont le Seigneur asseoit les fondements sur la pierre.
S. Chrys. (hom. 54.) Le Sauveur donne ensuite une autre prérogative à Pierre, en ajoutant : " Et je vous donnerai les clefs du royaume des cieux. " C’est-à-dire : De même que mon Père vous a fait la grâce de me connaître, je vous accorderai aussi une faveur particulière, c’est-à-dire les clefs du royaume des cieux. — Rab. Celui qui a reconnu et confessé le roi des cieux avec plus d’ardeur que tous les autres reçoit aussi d’une manière plus particulière que tous les autres les clefs du royaume des cieux, afin qu’il fût bien démontré pour tous que sans cette confession et sans cette foi, personne ne peut entrer dans le royaume des cieux. Les clefs du royaume des cieux sont la puissance et le droit de juger : la puissance, pour lier et délier, le pouvoir de juger, de discerner ceux qui sont dignes et ceux qui ne le pas. — La Glose. " Et ce que vous lierez, " c’est-à-dire celui que vous aurez jugé indigne d’absolution pendant sa vie, en sera jugé indigne devant Dieu lui-même. " Et ce que vous aurez délié, " c’est-à-dire celui que vous aurez jugé digne d’être absous ici-bas, recevra de Dieu la rémission de ses péchés. — Orig. Voyez quelle grande puissance a été donnée à cette pierre sur laquelle l’Église est bâtie ; ses jugements sont irrévocables, comme si Dieu lui-même les avait prononcés par sa bouche. — S. Chrys. (Hom. 54.) Voyez aussi comme Jésus-Christ inspire à Pierre une haute idée de sa personne il promet de lui donner ce qui n’appartient qu’à Dieu seul, c’est-à-dire le pouvoir de remettre les péchés et de rendre l’Église immuable au milieu de toutes les tempêtes, des persécutions et des souffrances.
Rab. Quoique le Seigneur paraisse donner exclusivement à Pierre ce pouvoir de lier et de délier, il l’accorde également aux autres Apôtres (Mt 18, 1 et maintenant encore à toute l’Église dans la personne des évêques et des prêtres ; mais Pierre a reçu d’une manière plus particulière les clefs du royaume des cieux et la primauté du pouvoir judiciaire, afin que tous les fidèles répandus dans l’univers comprennent que du moment où, de quelque manière que ce soit, on se sépare de l’unité de la foi ou de la société de Pierre, on ne peut être délivré des liens du péché, ni voir ouvrir devant soi les portes du royaume du ciel.
La Glose. Notre-Seigneur a donné d’une manière particulière ce pouvoir à Pierre pour nous inviter à l’unité; il l’a établi prince des Apôtres afin que l’Église eût au-dessus de tous les autres un seul vicaire de Jésus-Christ, auquel tous les membres de l’Église pussent recourir si la division venait à s’introduire parmi eux ; s’il y avait plusieurs chefs dans 1’Église, le lien de l’unité serait rompu. Quelques-uns prétendent que cette expression : " Sur la terre " signifie que ce pouvoir de lier et de délier ne lui a été donné que sur les vivants et non sur les morts, car celui qui exercerait ce pouvoir sur les morts ne l’exercerait pas sur la terre.
Conc. de Constant. Comment s’en trouve-t-il qui osent dire que ce pouvoir ne doit s’exercer que sur les vivants ? Ignorent-ils donc que la sentence d’anathème n’est autre chose qu’une sentence de séparation ? On doit toujours éviter tout commerce avec ceux qui sont esclaves de crimes énormes, qu’ils soient du nombre des vivants ou parmi les morts, car on doit toujours se séparer de ce qui est coupable et nuisible. D’ailleurs nous avons d’Augustin, de pieuse mémoire, et qui jeta un si vif éclat parmi les évêques d’Afrique, plusieurs lettres où il enseigne qu’il faut anathématiser les hérétiques même après leur mort. Les autres évêques d’Afrique ont conservé cette tradition ecclésiastique, et la sainte Église romaine elle-même a anathématisé aussi quelques évêques après leur mort, quoique leur foi n’eût pas été incriminée pendant leur vie.
S. Jér. Quelques évêques et quelques prêtres qui n’ont pas l’intelligence de ce passage, affectent en quelque sorte d’imiter la conduite orgueilleuse des pharisiens en condamnant les innocents et en s’imaginant qu’ils peuvent absoudre les coupables, lorsqu’ils devraient savoir que Dieu tient compte non tant de la sentence des prêtres que des dispositions des coupables. Nous lisons, dans le passage du Lévitique qui ordonne aux lépreux de se présenter devant les prêtres (chap. 13 et 14), que, s’ils sont atteints de la lèpre, ils soient alors déclarés impurs par le prêtre, non pas que ce soient les prêtres qui les rendent lépreux et impurs, mais parce qu’ils connaissent les caractères qui distinguent le lépreux de celui qui ne l’est pas, celui qui est pur de celui qui est impur. De même donc que dans l’ancienne loi le prêtre déclarait le lépreux impur, ainsi l’évêque ou le prêtre exercent le pouvoir de lier et de délier, non pas à l’égard de ceux qui sont innocents et purs, mais dans ce sens qu’après avoir entendu la confession des diverses espèces de péchés, ils savent quels sont ceux qu’ils doivent lier et ceux qui méritent d’être déliés.
Orig. Celui donc qui exerce le pouvoir de lier et de délier de manière à être jugé vraiment digne d’exercer ce pouvoir dans le ciel est irrépréhensible. Or, les clefs du royaume des cieux sont données aussi comme récompense à celui qui par ses vertus peut fermer les portes de l’enfer. " En effet, lorsqu’un homme commence à pratiquer toutes les vertus chrétiennes, il s’ouvre à lui-même la porte du royaume des cieux, c’est-à-dire que le Seigneur la lui ouvre par sa grâce, de manière que la même vertu est tout à la fois la porte et la clef de la porte. Peut-être même pourrait-on dire que chacune des vertus est le royaume des cieux.
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Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Orígenes de Alejandría (c. 185-c.254)
Y si nosotros también hemos dicho como Pedro, «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente», no como si carne y sangre nos lo hubiese revelado, sino por la luz del Padre en los cielos habiendo resplandecido en nuestro corazón, nos tornamos un Pedro, y a nosotros nos podría decir el Verbo, «Tú eres Pedro», etc. Pues es una roca cada discípulo de Cristo de quien bebieron aquellos que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y sobre cada roca así se construye toda palabra de la Iglesia, y la constitución que corresponde a ella; pues en cada uno de los perfectos, quienes poseen la combinación de palabras y actos y pensamientos que llenan la bendición, la Iglesia es construida por Dios.
Comentario sobre Mateo, 10 (ANF 10:456)
La promesa dada a Pedro no es restringida a él, sino aplicable a todos los discípulos como él.
Pero si supones que sobre este Pedro solamente toda la Iglesia es construida por Dios, ¿qué dirías sobre Juan el hijo del trueno o de cada uno de los Apóstoles? ¿Nos atreveremos, de otro modo, a decir que contra Pedro en particular no prevalecerán las puertas del Hades, pero que prevalecerán contra los otros Apóstoles y los perfectos? ¿Acaso el dicho previo, «las puertas del Hades no prevalecerán contra ella», no se sostiene con respecto a todos y en el caso de cada uno de ellos? ¿Y también el dicho, «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia?» ¿Son las llaves del reino de los cielos dadas por el Señor a Pedro solo, y ningún otro de los benditos las recibirá? Pero si esta promesa, «Te daré las llaves del reino de los cielos» es común con los otros, ¿cómo no lo serán también todas las cosas de las que previamente se habló, y las cosas que están subordinadas como habiendo sido dirigidas a Pedro, ser comunes para ellos? Pues en este lugar estas palabras parecen haber sido dirigidas como sólo a Pedro ... Pero en el Evangelio de Juan, el salvador habiendo dado a los discípulos el Espíritu Santo soplando sobre ellos, dijo, «Recibid el Espíritu Santo»...
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y si alguno le dice esto a Él ... obtendrá las cosas que fueron habladas conforme a la letra del Evangelio a aquel Pedro, pero, como el espíritu del Evangelio enseña, a todo el que se torna tal como era Pedro. Pues llevan el sobrenombre de «roca» todos los que son imitadores de Cristo, esto es, de la roca espiritual que seguía a quienes estaban siendo salvados, para que puedan beber de ella [en] la sequía espiritual. Pero éstos llevan el sobrenombre de la roca tal como lo hace Cristo. Pero también como miembros de Cristo que derivan su sobrenombre de Él ellos son llamados cristianos, y de la roca, Pedro.
Y también en relación con Sus otros nombres, los aplicarás a modo de sobrenombre a los santos; y a todos los tales se les puede decir la declaración de Jesús: «Tú eres Pedro», etc., hasta las palabras [no] «prevalecerán contra ella». Pero ¿qué es el «ella»? ¿Es la roca sobre la cual Cristo construye la Iglesia, o es la propia Iglesia? Pues la frase es ambigua. ¿O es como si la roca y la Iglesia fuesen una misma cosa? Yo creo que esto es lo cierto; pues ni contra la roca sobre la que Cristo construye la Iglesia, ni contra la Iglesia, prevalecerán las puertas del Hades...
Comentario sobre Mateo XII, 11 (ANF 10:456) |
Considero un poco absurdo el planteamiento hay que ver lo que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mateo 16,18 sin embargo el autor del panfleto nos señala los capítulos de MT 10 y MT 12
Realmente que dicen los Padres de la Iglesia sobre Mt 16,18??? Sorry los tengo en “Francés”
Se considera a Pedro como PRINCIPE DE LOS APOSTOLES este es el motivo porque el autor del panfleto elude citar MT 16,18 de los Padres de la Iglesia
[color=blue]La Glose. Le Sauveur veut confirmer ses disciples dans la foi, il commence donc par éloigner de leur esprit les opinions et les erreurs que d'autres pouvaient y avoir jetées. " Et il interrogea ses disciples en leur demandant: Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme? " — Orig. En interrogeant ainsi ses disciples, il veut nous apprendre par leurs réponses qu'il y avait alors sur le Christ diverses opinions parmi les Juifs, et aussi nous faire rechercher nous-mêmes l'opinion que les hommes peuvent avoir de nous. S'ils en disent du mal, nous devons cesser d'y donner occasion, et s'ils en disent du bien, nous devons redoubler nos efforts pour mériter leur approbation. Les disciples des évêques doivent apprendre aussi, à l'exemple des Apôtres, à informer leurs supérieurs de ce qu'ils entendent dire au dehors sur leur personne.
S. Jérome. L'expression dont il se sert : " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme, " est parfaitement choisie, car ceux qui parlent du Fils de l'homme sont des hommes ; mais ceux qui comprennent sa divinité sont appelés, non pas des hommes, mais des dieux. — S. Chrys. (hom. 54.) Il ne leur demande pas : Que disent de moi les pharisiens et les scribes ? mais : " Que disent les hommes ? " Car il cherche à connaître la pensée du peuple, qui n'était pas tourné au mal. L'idée que le peuple avait du Christ était sans doute bien au-dessous de la réalité, mais au moins elle était pure de toute malice, tandis que l'opinion que les pharisiens se formaient de sa personne était pleine de méchanceté.
S. Hilaire . (can. 16 sur S. Matth.) " Que disent les hommes qu'est le Fils de l'homme ? " Il nous apprend par ces paroles que l'on doit voir en lui autre chose que ce qui paraît au dehors, car il était vraiment le Fils de l'homme. Quelle idée voulait-il donc qu'on eût de lui ? Non pas, sans doute, celle qu'il avait fait connaître lui-même ; la vérité qui faisait l'objet de cet examen était cachée, et c'est cette vérité que la foi des chrétiens doit embrasser. Or, telle doit être notre profession de foi : nous devons croire qu'il est le Fils de Dieu comme il est le Fils de l'homme ; car l'une de ces deux croyances, sans l'autre, ne peut en rien nous donner l'espérance du salut ; aussi est-ce avec intention qu'il dit : " Que disent les hommes du Fils de l'homme ? " — S. jér. Il ne dit pas : Que disent-ils que je suis, mais : " Que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " pour éviter dans cette question toute apparence de recherche personnelle. Remarquons encore que partout où nous lisons dans l'Ancien Testament : Fils de l'homme, le texte hébreu porte : Fils d'Adam.
Origéne. Les disciples rapportent les différentes opinions qu'on se formait du Christ, " Et ils lui répondirent : Les uns disent Jean-Baptiste, c'est-à-dire ceux qui partageaient l'opinion d'Hérode ; les autres, Élie, et ceux-là pensaient ou bien qu'Élie avait reçu une seconde naissance, ou que n'ayant point été autrefois soumis à la mort du corps, il se manifestait dans le temps présent ; les autres, Jérémie, que le Seigneur avait établi prophète parmi les nations, et ils ne comprenaient pas que Jérémie était la figure du Christ ; ou l'un des prophètes, pour une raison semblable, à cause des choses que Dieu avait révélées aux prophètes, bien qu'elles n'aient pas reçu leur accomplissement en eux, mais seulement dans Jésus-Christ. — S. Jér. Cependant le peuple a bien pu se tromper en prenant le Christ pour Élie et pour Jérémie, de même qu'Hérode qui le prenait pour Jean-Baptiste ; aussi suis-je étonné de voir quelques interprètes rechercher les causes de toutes ces erreurs.
S. Chrystom. (hom. 54.) Après que les disciples lui ont fait connaître l'opinion du peuple, il les presse par une seconde question de se former une plus haute idée de lui ; " Et Jésus leur dit : Et vous, qui dites-vous que je suis ? " Vous, dis-je, quiètes toujours avec moi, qui avez été témoins de plus grands miracles que le peuple, vous ne devez point partager sa manière de voir. Aussi ne leur fît-il pas cette question au début, de sa prédication, mais après avoir fait un grand nombre de miracles, et leur avoir souvent parlé de sa divinité. — S. Jér. Remarquez que d'après ce langage du Sauveur, les Apôtres ne sont pas appelés des hommes, mais des dieux, car après avoir dit : " Les hommes, que disent-ils qu'est le Fils de l'homme ? " il ajoute : " Et vous, que dites-vous que je suis ? " c'est-à-dire les hommes qui ne sont que des hommes ont de moi une opinion tout humaine ; mais vous qui êtes des dieux, que pensez-vous que je suis ?
Bendiciones |
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MISTICO Asiduo
Registrado: 09 Dic 2005 Mensajes: 160
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Publicado:
Vie Ago 22, 2008 11:13 am Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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POR FAVOR QUE UN MODERADOR, BORRA LOS MENSAJES QUE SE HAN
DUPLICADO, GRACIAS ANTICIPADAS |
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pelicano Moderador

Registrado: 11 Abr 2007 Mensajes: 4019 Ubicación: Tierra Santa
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Publicado:
Dom Ago 24, 2008 2:18 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Continuo de nuevo otro poco jejeje
Cita: | Afraates el Sirio (principios del siglo IV)
La fe ... es como una construcción que se construye de muchas piezas de artesanía y así su edificio se eleva hasta la cima. Y sabed, mis amados, que en los fundamentos del edificio se colocan piedras, y así descansando sobre piedras, todo el edificio se eleva hasta que es perfeccionado. Así también la verdadera Piedra, nuestro Señor Jesucristo, es el fundamento de toda fe. Y en Él, en (esta) Piedra, se basa la fe. Y descansando sobre la fe toda la estructura se eleva hasta ser completada. Pues es el fundamento lo que constituye el principio de todo el edificio. Pues cuando alguien es traído cerca de la fe, es puesto por él sobre la Piedra, es decir nuestro Señor Jesucristo. Y Su edificio no puede ser zarandeado por las olas, ni dañado por los vientos. Por los embates de la tormenta no se cae, porque su estructura está levantada sobre la roca de la verdadera Piedra. Y en que he llamado a Cristo la Piedra, no he hablado mi propio pensamiento, sino que los Profetas le llamaron de antemano la Roca.
Y ahora oíd lo concerniente a la fe que es basada sobre la Piedra, y lo concerniente a la estructura que se levanta sobre la Piedra ... Así también que el hombre quien se torna una casa, sí, una morada para Cristo, preste atención a lo que se necesita para el servicio de Cristo, quien se aloja en él, y con qué cosas puede complacerle. Pues primero él construye su edificio sobre la Piedra, la cual es Cristo. Sobre Él, sobre la piedra, se edifica la fe ... Todas estas cosas demanda la fe que está basad en la roca de la verdadera Piedra, es decir Cristo. Y si por ventura dijeses: «Si Cristo está puesto por fundamento, ¿cómo es que Cristo también mora en el edificio cuando éste se completa?» Pues el bendito Apóstol dijo ambas cosas. Pues dijo: «Yo como perito arquitecto he puesto el fundamento». Y allí él definió el fundamento y lo hizo claro, pues dijo como sigue: «Ningún hombre puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús» ... Y por tanto se cumple aquella palabra, que Cristo mora en los hombres, a saber, en aquellos que creen en Él, y Él es el fundamento sobre el cual se levanta todo el edificio.
Demostraciones Selectas, 1:2-6,13, 19 |
Es curioso como usa este texto que nada tiene que ver con el primado de Pedro para atacar este mismo primado.De hecho este texto esta de acuerdo con el catecismo de la Iglesia Católica:
424 Movidos por la gracia del Espíritu Santo y atraídos por el Padre nosotros creemos y confesamos a propósito de Jesús: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16). Sobre la roca de esta fe, confesada por San Pedro, Cristo ha construido su Iglesia (cf. Mt 16, 18; San León Magno, serm. 4, 3;51, 1;62, 2;83, 3).
Por tanto no existe nada de malo en decir que Cristo es la roca en la que se basa nuestra fe y a su vez la “Piedra del Angulo” como pablo da entender en muchos pasajes (1 Corintios 3,11; 1Corintios 10,4) y Pedro sea la roca en que Cristo mismo edifico la iglesia, en el sentido, No que pedro sea nuestra fe sino que es el Pastor de la Iglesia que Cristo dejo sobre la iglesia.
Jesús cambia el nombre a Simón, como se hace en la Biblia cuando uno recibe una misión importante: lo llama "Kefas", Roca. La verdadera roca, la "piedra angular" es, y sigue siendo, él mismo, Jesús. Pero, una vez resucitado y ascendido al cielo, esta "piedra angular", aunque presente y operante, es invisible. Es necesario un signo que la represente, que haga visible y eficaz en la historia este "fundamento firme" que es Cristo. Y éste será precisamente Pedro, y, después del él, el que haga las veces de él, el Papa, sucesor de Pedro, como cabeza del Colegio de los apóstoles.
Esta es la idea que este Padre nos quiere dejar.Por tanto este texto para nada nos esta hablando sobre el Primado de Pedro sino que nos habla sobre la fe y sobre la piedra angular , sobre Cristo.
Veamos que opinaba este Padre sobre la Primacia de Pedro:
“el jefe de los apóstoles...el Señor lo aceptó, lo colocó como fundación, lo llamó la roca y estructura de la Iglesia.”(Homilia De Paenitentibus 7:15)
Cuando el Padre habla sobre el Primado lo considera roca y estructura de la Iglesia.El texto a discusión, habla de la fe, y de Cristo, este ya es otro texto que nada tiene que ver con el Primado y como vemos, Afraates si esta de acuerdo con el Primado de Pedro.
Jacobo de Nisbis (principios del siglo IV)
La fe está compuesta y compactada de muchas cosas. Es como un edificio, porque se construye y completa con mucha esperanza. No ignoras que se ponen grandes piedras en los fundamentos de un edificio, y entonces todo lo que es edificado encima tiene sus piedras unidas entre sí, y así se eleva hasta que se completa la obra. Así, de toda nuestra fe, nuestro Señor Jesucristo es el firme y verdadero fundamento; y sobre esta roca se establece nuestra fe. Por tanto, cuando alguno ha venido a la fe, es puesto sobre una roca firme, la cual es nuestro Señor Jesucristo. Y, a llamar a Cristo una roca, no digo nada por mí mismo, pues los profetas lo han llamado antes una roca.
Sermón 1, Sobre la Fe 1,13
De nuevo lo mismo que antes, "sobre Cristo esta puesta nuestra fe, y Cristo es la roca de nuestra fe".Pero eso no tiene nada que ver con el Primado de Pedro.Parece ser que los protestantes escuchan campanas y no saben donde suenan, todo lo que ven que sea "roca" ya lo asocian con Mateo 16:18....asi vemos las asombrosas deduciones que sacan.
Los protestantes erróneamente ellos mezclan las metáforas. En la primera carta a los Corintios, Pablo es el constructor y Cristo la base; en Mateo, Jesús es el constructor y Pedro la roca base. Otra metáfora del Nuevo Testamento que ilustra a la Iglesia “Están cimentados en el edificio cuyo fundamento son los apóstoles y profetas y cuya piedra angular es Cristo Jesús”. (Efesios 2,20).
Cita: | Ambrosiaster (siglo IV)
Pablo escribe sobre las órdenes eclesiásticas; aquí se ocupa de los fundamentos de la Iglesia. Los profetas prepararon, los apóstoles establecieron los fundamentos. Por lo cual el Señor le dice a Pedro: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia», esto es, sobre la confesión de fe católica estableceré en vida a los fieles.
Comentario sobre Efesios (PL 17:380) |
Se nota que los protestantes no conocen para nada la doctrina católica que tanto critican:
el catecismo católico casi dos milenios después nos da una interpretación bastante similar:(552)
“En el colegio de los doce Simón Pedro ocupa el primer lugar (cf. Marcos 3, 16; 9, 2; Lucas 24, 34; 1 Corintios 15, 5). Jesús le confía una misión única. Gracias a una revelación del Padre, Pedro había confesado: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo". Entonces Nuestro Señor le declaró: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mateo 16, 1 . Cristo, "Piedra viva" (1 Pedro 2, 4), asegura a su Iglesia, edificada sobre Pedro la victoria sobre los poderes de la muerte. Pedro, a causa de la fe confesada por él, será la roca inquebrantable de la Iglesia. Tendrá la misión de custodiar esta fe ante todo desfallecimiento y de confirmar en ella a sus hermanos (cf. Lucas 22, 32). ” [2]
Pero no solamente con un texto del Padre debemos conformarnos si investigamos más observamos que:
- Es claramente un hecho que él (Pablo) estaría ansioso de ver a Pedro; porque él era el primero entre los apóstoles, y fue encargado por el Salvador del cuidado de las iglesias. (Comentario a Gálatas, PL 17:344)
Que es la misión que tiene el Papa , pastorear a la Iglesia.Vemos como este Padre de nuevo admite la primacia de Pedro sobre el resto de los discipulos, viendo asi que esta totalmente de acuerdo ambos textos con la doctrina católica.
Cita: | Eusebio de Cesarea (c. 260-340)
Empero, no errarás en absoluto del ámbito de la verdad si supones que «el mundo» es en realidad la Iglesia de Dios, y que su «fundamento» es en el primer lugar, aquella inefablemente sólida roca sobre la cual está fundada, como dice la Escritura: «Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella»; y en otra parte: «La roca, además, era Cristo». Pues, como el Apóstol indica con estas palabras: «Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Cristo Jesús». Entonces, también, luego del Salvador mismo, puedes rectamente juzgar que los fundamentos de la Iglesia son las palabras de los profetas y los apóstoles, de acuerdo con la afirmación del Apóstol: «Edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular».
Comentario sobre los Salmos (PG 23:173, 176) |
Volvemos al mismo tema de siempre, este comentario no nos esta negando la Primacia de Pedro, esta hablando del fundamento de la iglesia y de quien es la piedra angular.Y eso es lo que los católicos creemos.(antes probado)
Veamos textos de este historiador donde se ve claramente que apoya el Primado de Pedro:
II.14. Simón [el mago] fue e padre de todo este mal. Sin embargo, los apóstoles inspirados de nuestro Salvador rápidamente extinguieron las llamas del Maligno antes que pudieran extenderse, y en aquellos días de los apóstoles no prosperó ninguna conjura de Simón ni de ninguno de sus coetáneos. Después que los crímenes del impostor fueron denunciados en Judea por el apóstol Pedro, huyó rápidamente de oriente a occidente para poder vivir como mejor le pareciera. Al llegar a Roma consiguió tal éxito que los ciudadanos levantaron esta estatua y lo honraron como un dios. Pero este éxito fue breve. Persiguiéndole los talones en el mismo reinado de Claudio, una Providencia llena de gracia envió a Roma al grande y poderoso Pedro, escogido por sus méritos como guía de los otros apóstoles. Como un noble capitán de Dios, él 15. Proclamaba el Evangelio de la luz y l Palabra que salva las almas. Con esta Palabra divina, el poder de Simón quedó apagado y destruido inmediatamente, junto con el hombre mismo. Los oyentes de Pedro, no satisfechos con oírle una sola vez, ni con la enseñanza no escrita del mensaje divino, rogaron a Marcos, cuyo evangelio poseemos, para que les dejase un sumario escrito de la enseñanza que habían recibido verbalmente, por cuanto era seguidor de Pedro. Y no dejaron de insistir hasta que lo persuadieron y así originaron la redacción de lo que se llama el Evangelio según San Marcos. Se dice que el apóstol se gozó con el entusiasmo de ellos y que aprobó la lectura del libro en las iglesias. Clemente cita la historia en Bosquejos, libro 6, y el obispo Papías de Hierápolis la corrobora. También observa éste último que Pedro menciona a Marcos en su primera epístola, y que la redactó en Roma, lo cual dicen ellos, él mismo lo indica cuando se refiere a la ciudad en sentido figurado como Babilonia con esas palabras: “Vuestra Iglesia hermana en Babilonia, escogida juntamente con vosotros, os saluda; y también mi hijo Marcos [1 Pedro 5,13] (Historia Eclesiástica, por Eusebio de Cesárea. Libro II.14. Simón el mago y Pedro) (Tomado de Eusebio. Historia de la Iglesia. Paul L. Maier. Pág. 72)
-“Y Pedro, sobre quien la Iglesia de Cristo fue construida, contra quien las puertas del infierno no prevalecerán”.
(Historia Eclesiástica, 6:25)
“… Pedro, el más grande y más fuerte de todos los apóstoles, y aquel que por su virtud fue el portavoz de todos los demás…” (Historia Eclesiástica, 2:14)
Claramente observamos que Eusebio de Cesarea, historiador cristiano, nos habla aqui del Primado de Pedro.El texto que nos cita como intento de refutar el primado, no refuta nada pues nada dice del Primado y de la jerarquia de la Iglesia.Lamentablemente este parámetro es muy común entre los protestantes que citan textos y mezclan pasajes sin control.
Cita: | Hilario de Poitiers (c. 315-367)
Una creencia de que el Hijo de Dios es Hijo sólo de nombre, y no en naturaleza, no es la fe de los Evangelios y de los Apóstoles ... por lo cual pregunto, ¿fue que el bendito Simón bar-Jonás le confesó, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente? ... Si Él era Hijo por adopción, ¿en dónde descansa la bendición de la confesión de Pedro, la cual ofreció un tributo al Hijo para el cual, en este caso, no hubiese tenido más derecho que cualquier miembro de la comunidad de los santos? La fe del Apóstol penetró en una región cerrada al razonamiento humano... Y esta es la roca de confesión sobre la cual la Iglesia se edifica ... que Cristo no debe ser solamente nombrado, sino creído, como Hijo de Dios.
Sobre la Trinidad, VI,36 (NPNF2 9:111)
Esta fe es aquella que es el fundamento de la Iglesia; a través de esta fe las puertas del infierno no pueden prevalecer contra ella. Esta es la fe que tiene las llaves del reino de los cielos. Cualquier cosa que esta fe haya desatado o ligado en la tierra será desatada o ligada en el cielo ... La razón misma por la cual él es bendecido es que confesó al Hijo de Dios. Esta es la revelación del Padre, este es el fundamento de la Iglesia, esta es la seguridad de la permanencia de ella. De aquí que ella tiene las llaves del reino de los cielos, de aquí el juicio en el cielo y el juicio en la tierra ...
Sobre la Trinidad, VI,37 (NPNF2 9:112)
Así nuestro único inconmovible fundamento, nuestra única bendita roca de fe, es la confesión de la boca de Pedro, Tú eres el Hijo del Dios viviente. Sobre ella podemos basar una respuesta a toda objeción con la cual el ingenio pervertido o la amarga traición puedan atacar la verdad.
Sobre la Trinidad, II,23 (NPNF2 9: 5 |
Es importante notar que Hilario de Poitiers cuando dice" la confesión de Pedro es también la roca" eso era para combatir el arianismo que disminuía a Cristo. Juan Pablo II enseña que siendo la Confesión de Pedro la Roca también, -que la Roca es Cristo y la fe en Él de parte de Pedro- volvemos entonces al mismo: La Roca-Cristo ora por Pedro quien confirmará a los demás apóstoles (Lc 22, 32) y le pide que pastorea a sus ovejas (Jn 21, 15). Si nos vamos al mismo escrito del Padre (Sobre la Trinidad) pero sin omitar cosas importantes vemos que dice también:
“El bienaventurado Simón, quien después de su confesión del misterio fue colocado como piedra fundacional de la Iglesia, y recibió las llaves del Reino...” (Sobre la Trinidad, 6:20)
Curiosamente esto lo oculta el autor del panfleto y lo hace porque sencillamente no le interesa demostrar la verdad.
A parte tenemos otros textos muy exclarecedores:
"Y en verdad la confesión de Pedro le obtuvo una valiosa recompensa...oh! En su designaciòn por un nombre nuevo, Feliz Cimiento de la Iglesia y Roca valiosa del edificio destinado a destruir las leyes infernales de las puertas del infierno." (Hilary, Comm. in Matt. c. xvi.)
"Pedro, el primer confesor del Hijo de Dios, el Cimiento de la Iglesia, ..." (Hilary, Tract in Ps. cxxxi.)
¡Que Dios les Bendiga!
¿De modo que me he hecho enemigo vuestro por deciros la Verdad?Gálatas 4:16 _________________
APOSTOLES DE LA VERDAD.
APOLOGETICA UNIVERSAL
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Yeshua3 Esporádico
Registrado: 10 Ene 2008 Mensajes: 84 Ubicación: en el puente de las 2 americas XD(pana...)
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Publicado:
Mar Sep 09, 2008 11:01 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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Hola mis hermanos(as) en Cristo Jesús y nuestra la Iglesia Catolica xD.
hehe bueno como veo que han puesto bastante sobre la autencidad de la Catedra de San pedro( 1 papa:) ) y mucha informacion sobre los padres de la Iglesia aqui añado un dato de san ignacio de Antioquia de la pagina. www.corazone.org con su respectivo link:
http://corazones.org/santos/ignacio_antioquia.htm
[/quote]
(espero que haya salido xD pq soy nuevo en esto, disculpen las molestias hehe)
Hombre no se porque tanta targiversidad de los escritos de los Padres para negar el papado o por mala interpretacion la santa palabra de Dios lo comprueba,la patristica y la Tradicion hehe
espero haber ayudado en algo
bendiciones  _________________ Dios me los bendiga, familia y que la Virgensita me los cuide.
"Que todos sean uno como Tu(Dios padre) y YO(Cristo) somos una misma cosa, asi para que el mundo crea que Tu(Dios padre) me has enviado"Sjuan:17 |
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Yeshua3 Esporádico
Registrado: 10 Ene 2008 Mensajes: 84 Ubicación: en el puente de las 2 americas XD(pana...)
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Publicado:
Mar Sep 09, 2008 11:03 pm Asunto:
Tema: Refutando a Fernando Saraví: Mateo 16:18 |
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"La primacía del obispo de Roma: El mismo San Ignacio que alrededor del año 107 AD llamó a la Iglesia "Católica" y nos enseña que tiene obispos con autoridad, nos enseña también que la Iglesia tiene quien la presida: "...la que reside en el territorio de los romanos... la que preside en la unión del amor..." (Rom., introd.)
Su firme enseñanza sobre la obediencia a los obispos es aun mas admirable cuando el mismo, siendo obispo, fue siempre muy humilde."
hehe aqui esta lo de san ignacio si algun moderador la puede arreglar mucho gusto hehe
Lo siento hehe soy nuevo en esto gracias
 _________________ Dios me los bendiga, familia y que la Virgensita me los cuide.
"Que todos sean uno como Tu(Dios padre) y YO(Cristo) somos una misma cosa, asi para que el mundo crea que Tu(Dios padre) me has enviado"Sjuan:17 |
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