Que hacer cuando caes muchas veces

[CarlosR26†]

¿que hacer cuando sigues cayendo en pecado y te desesperas de tu debilidad? ¿vale la pena seguir confesando el mismo pecado? ¿vale la pena que un miserable pecador poco comprometido y con poco valor como pàra enfrentarse con amor a las tentaciones y no caer, se vuelva a levantar después de 1000000 veces?....
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Amar es decir al otro: "Tu no moriras"

[adelina]

-
Carlos, hay que pedirle a Nuestro Señor Jesucristo , la Gracias de No ofenderlo más...

..."Sin mí nada podeís hacer...." Juan 15, 5

[CarlosR26†]

[adelina]

-
Si Dios nos perdona,

¿quienes somos nosotros para no perdonarnos y perdonar a los demas?

[adelina]

-
¿Cómo he de llegar a la humildad?

Por la gracia de Dios. Solamente la gracia de Dios puede darnos la visión clara de nuestra propia condición y la conciencia de su grandeza que origina la humildad. Por eso hemos de desearla y pedirla incesantemente, convencidos de que con esta virtud amaremos a Dios y seremos capaces de grandes empresas a pesar de nuestras flaquezas...

http://www.corazones.org/diccionario/humildad.htm

[María Esther]

Apreciado en Cristo, Carlos:

Cuando Cristo dice que debemos perdonar "setenta veces siete", es decir siempre se pone a Él mismo como ejemplo: sólo Dios es capaz de perdonar cuantas veces necesitemos de su perdón y nos acojamos a Su Misericordia´Y lo hace mediante el sacramento admirable de la Reconciliación.

Cuantas veces necesitemos del perdón de Dios Él nos lo da. Pero si nuestra soberbia nos hace desistir ¿cómo obtendremos el perdón? Durante algunos años evité confesarme con frecuencia basada en una falsa contrición: estaba arrepentida por mis pecados pero desconfiaba de la Misericordia de Dios. Mi esposo, gracias a Dios, me enseñó que sólo con perseverancia y tranajo se pueden modificar ciertas cocuspicencias que nos invitan a cometer determinados pecados repetitivos. Pero si lo intentamos solos nada obtendremos: la perseverancia, además del trabajo personal, incluye la gracia que nos fortalece. Y esa gracia nos viene por la recepción de los sacramentos.

Si Dios nos ordena perdonar setenta veces siete es por que Él lo hace. No rechacemos la gracia y hagamos frente a las tentaciones con la gracia de Dios.

[adelina]

El sentido de culpabilidad puede ser bueno o malo:

Reconocer la culpa es una gracia que tiene como propósito llevarnos al perdón de Dios y la reparación del mal cometido. Una vez reconciliados con Dios el alma queda en paz porque ha sido perdonada. Negar nuestra culpa o justificarla nos mantiene separados de Dios.
Por otra parte, un sentido de culpabilidad que atormenta al alma sin llevarla a buscar la reconciliación y el perdón de Dios sería una tentación contra la misericordia divina.

http://www.corazones.org/diccionario/culpa.htm

[Tomás Bertrán Mercader]

Estimado Carlos, cuando se "tropieza" muchas veces en la misma piedra, hay que hacer como los buenos atletas. Levantarse tantas veces caigas y ¡adelante!. Confesión, confesión, levantarse, levantarse, adelante. Y te aseguro que llegará el día en que Dios te lo hará fácil al ver que no le quieres abandonar, y no sabrás cómo y ya no "tropezarás" en lo mismo. Dios sabe de qué material estamos hecho, y si ve buena voluntad en nosotros y que deseamos amarlo con todo nuestro corazón, con todo nuestro ser, aunque lo hagamos de forma imperfecta, te aseguro que El se complace en nosotros, porque lee el fondo de nuestro corazón y sabe que queremos amarlo, aunque no sepamos hacerlo como El se merece. Y El nos ama tal como somos. No caigamos en la desesperanza de que Dios no nos puede perdonar. ¡A ser un buen atleta!. Hay que ganar las Olimpiadas del Cielo. Nuestra meta es Dios, y El está esperando, y no se cansa de esperar, con los brazos abiertos en la meta. ¡ADELANTE!.
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NO SOY VETERANO

TODO POR JESUS Y MARIA.

[Montse*]

Dios sabe que somos imperfectos y pecadores. Por eso Jesús murió por nosotros para salvarnos e instituyó el sacramento de la confesión.

No hay que rendirse que eso es lo que quiere el demonio. Es más, tiene mucho mérito ser capaz de levantarse cuando se cae.

Siempre hacia delante. Mañana volverá a salir el sol y pasado mañana otra vez.

Dios nos ama con locura, todo sea por Él.
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Montse*

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[Albert]

Hermano Carlos:

[Gabaon]

Dios te bendiga Carlos.

El Padre Rainero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, AKA, “El Predicador del Papa”, cita a San Bernardo diciendo:

[Manuel C.]

Es Satanás que pone te pone a prueba para conseguir un pecado mayor, un pecado contra el Espíritu Santo: la desesperanza. Y Dios le deja hacer porque en esa prueba Él quiere que aceptes un don nuevo suyo: la perseverancia. Y a ver quien gana, han cruzado apuestas sobre tí.

Por ahí van los tiros Carlos, elige bando..jeje. No desesperes confía en la Gracia!
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Video SantoSubito:

[CarlosR26†]

Gracias a todos... sus palabras son Espiritu para mi.

Dios los bendiga...


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Amar es decir al otro: "Tu no moriras"

[Manuel C.]

¿Es rubia o morena?, jajaja...!

[CarlosR26†]

[Manuel C.]

A ver si es un súcubo...JAJAJAJA!!

[CarlosR26†]

[David Pazmiño B.]

Hola Carlos:

El evangelio del hoy (21 0ct.) viene muy al caso, creo yo:

Romanos 7,18-25.

porque sé que nada bueno hay en mí, es decir, en mi carne. En efecto, el deseo de hacer el bien está a mi alcance, pero no el realizarlo. Y así, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Pero cuando hago lo que no quiero, no soy yo quien lo hace, sino el pecado que reside en mí. De esa manera, vengo a descubrir esta ley: queriendo hacer el bien, se me presenta el mal. Porque de acuerdo con el hombre interior, me complazco en la Ley de Dios, pero observo que hay en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi razón y me ata a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Ay de mí! ¿Quién podrá librarme de este cuerpo que me lleva a la muerte? ¡Gracias a Dios, por Jesucristo, nuestro Señor! En una palabra, con mi razón sirvo a la Ley de Dios, pero con mi carne sirvo a la ley del pecado.

El propio San Pablo se reconoce débil y pecador, como nosotros. Y manifiesta desde su debilidad, la lucha a la que todos estamos llamados a combatir.

Es la Gracia de Dios la que nos redime. Está en nosotros el aceptarla, el abrazarnos a la misericordia de Dios, o por el contrario rechazarla creyendo que no tenemos remedio.

En mi opinión, esos sentimientos y pensamientos como "no tienes remedio", "¿para que confesarte si vas a caer de nuevo?", "Nunca vas a cambiar" y otros en el mismo sentido, no son sino el mismísimo satanás hablándonos sutilmente, disfrazado, solapado, para hacernos creer que nuestro pecado es más grande que la misericordia de Dios y que ya estamos perdidos. ¡No le hagamos caso!. No en vano el mismo Cristo lo llamó "El príncipe de la mentira".

Un abrazo.

David
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Mt. 7, 21

[*Primavera]

Mi hermano Carlos.

Pues a mi me ocurre, siempre tengo que confesarme de lo mismo, luego, al cabo de una temporada, me doy cuenta que he debilitado ese pecado y ¡oh desgracia! he adquirido otro, del que también paso una larga temporada teniendo que ir a confesarme de él.

Lo que yo hago, es alejarme de la tentación y pedir ayuda. Por ejemplo, si es contra el cuarto mandamiento (es un decir... no os iba a poner otro, jeje) Les digo a mi familia, antes de rezar el rosario, que también se reze por una intención mía, y, ya se sabe... "¿Cuál és mamá?" "Seguro que es..." Y dice mi amado esposo, con su calma habitual... "Empezemos ya..." Y llega el silencio sepulcral; la vela está encendida; despues de identificar a cuál de los hijos (de 13 años para abajo) le tocaba encenderla ese día. "¿Quién lo hizo ayer?" La imagen de la Virgen, hoy mira a un lado, y es que la vamos girando rotativamente, todos queremos verla; es tan bonita. Y hay un asiento real, para Ella, donde ponemos un lienzo blanco para acordarnos que Ella está allí sentada, y que nadie puede ocupar ese sitio.

Y... ¿Por qué os contaba yo esto?... Ah sí.

Les digo a mi familia por milesima y una vez... "Ayudadme, por favor, todos, que quiero ser santa, y necesito que me ayudeis, todos, es más: no me pongais impedimentos; una buena cosa seria que no hubiese tanto jaleo algunas veces y que habláramos despacio y con mucha educación... por lo menos. Me poneis en ocasiones muy nerviosa y luego sufro por no estar concentrada en el momento..."

También lo que me va muy pero que muy bien, es rezar tres veces al día un Acordaos, y al final le pido la intención de lo que deseo ser (siempre en positivo).

Pero... hermanos... Tal y como dice muy bien Tomás, Manuel (jeje) y tod@s, hay que ser humildes y levantarse y confesarse y comulgar... y levantarte y confesarse y comulgar...

¿¡Qué sería de nosotros, pecadores, sin los sacerdotes!?

¡¡HORRIBLE!!

Gracias amados sacerdotes, muchas gracias.
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*Primavera
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[*Primavera]

Herman@s tod@s.

Me gustaría compartir con vosotros, amados mios, y del Inmaculado Corazón de María, lo siguiente.



Martes, 1 de noviembre de 1995 …rezo…

- Amor y Dios mío, ¿por qué permites que me encuentre mal? la mayor parte del tiempo estoy en cama ¿Por qué me encuentro tan mal? Llevo meses incapaz de ocuparme eficientemente de mis labores domésticas, e incluso ni me apetece mandarlas, ¡soy un completo fracaso¡

+ (Sonríe mucho) Eso es Amada hija, María José: eres un fracaso, un perfecto fracaso. Deseas que te hable de la humildad, ¿verdad? Te tiene intrigada y preocupada la orden de humildad que te pido, que os pido. La perfecta humildad es despreciar al mundo y vivir pensando sólo en Mí, Dios, en como agradarme y servirme. La humildad no la puedo dar Yo, ni mi Gracia; la humildad es un mérito exclusivo de los hombres. Es aceptar en primer lugar que Yo soy Dios y vosotros mi Gloria. Es saber que no sois nada y menos que nada, y a pesar de saberlo, luchar con todas vuestras potencias para agradarme, para glorificarme en verdad y unidad.

La humildad es la base, los cimientos de todas las demás virtudes, sin ella no hay fe, ni esperanza, ni caridad. Para ser muy humilde, Amada María José, tal y como quieres ser, debes ante todo pasar de los hombres, de todos los hombres, y tener tu mirada y tu corazón puestos a Mí, tu Dios, tu único Dios. Y sin darte cuenta serás humilde, porque la humildad, aunque se puede escribir y hablar de ella, no tiene limitación y nace del corazón enamorado de su Dios. Y son los hechos de mis hijos quienes hablan de ella. Tú, María José, deseas ser muy humilde, ese deseo que Yo he encendido en tu corazón, se verá en tus obras, en tus palabras y en tu persona toda.

Me preguntas hija mía, porque permito que te encuentres mal y ya no sirvas para nada. Lo permito porque es mi voluntad y te conviene. No te diré más. Todo lo que os ocurre a los hombres es porque os conviene. Amadme y llevaremos juntos la carga, como el Cirineo me ayudó a llevar la Cruz, camino al fin y principio del Hijo de Dios. Quién cree en Mí, no morirá jamás, ¡Yo vencí a la muerte! ¡Yo os doy la Vida Eterna! Quién quiera venir en pos de Mí, coja su cruz de cada día y sígame, hablaremos por el camino y nos reiremos, ya que la risa no es enemiga del dolor; la risa es la aceptación de mi voluntad. Vuestra sumisión os hará reír en paz, ya que vamos juntos, ¿no es verdad hijo mío, hija mía? Pues a reírse, que la vida no termina en este mundo, y Allí a donde te llevo, no hay dolor ni sufrimiento, Allí, está nuestra Madre, que con los brazos extendidos espera vernos llegar juntos, y presurosa se pone en camino y nos aguarda con los labios y el corazón enternecidos.

Se acerca el fin de este mundo. ¡No tengáis miedo hijos de Dios!, os espera un Cielo maravilloso indescriptible y pleno de Amor de Dios. ¡Venid! Venid conmigo hijitos de mi Sangrante Corazón, Yo os deseo a todos, ¡os deseo a todos! Id a confesaros vuestros pecados, ¡tantas veces como haga falta! No digo siete, sino setenta veces siete. Es la humildad de vuestro corazón lo que quiero y os lo único que no doy, sino que vosotros tenéis que esforzaros en darme. La humildad viene a través de vuestro Amor a Mí. Cuanto más Amor sintáis por Mí, vuestro único Dios, más humildes seréis. Va así: Yo os Amo, vosotros me Amáis y por vuestro Amor os hacéis humildes a Dios y a los hombres; viene entonces mi Gracia y os lleno de bienes. ¡Es muy sencillo hijitos míos, muy sencillo!

Oh, os Amo, vuestro Dios os Ama, os Amo tan intensamente que no sabéis de las locuras del Amor de vuestro Dios. Toda vuestra vida está llena de locuras Mías. Os llamo, os llamo y vuelvo a llamaros, e insisto y vuelvo a insistir, y no me canso jamás de demostraros mi Amor, ¡el Amor de Dios!, de un Dios que os desea; no os necesita pero os desea: ¡es una locura que en el Cielo la comprenderéis!

Oh mis Amados, no temáis al mundo ni a Satanás ni a vosotros mismos, acudid a la oración, a la confesión de vuestros pecados y faltas. Y venid a comer mi Cuerpo y mi Alma. ¡Soy Yo! ¡¡Yo!! que estoy presente en la Sagrada Forma. Y me gusta tanto que estemos juntos físicamente por breves minutos: ¡te Amo! Tu Dios te Ama. Ámame tú, hijo mío, hija mía, y Amaos por Mí unos a los otros. (Mientras escribo esto oigo la voz de Satán que me dice:)

Satán: Te vas a morir pronto. (E insiste en ello)

+ ¡No le hagas caso hija mía, su oficio es asustar a mis hijos con la mentira; con toda clase de mentiras! Yo Dios jamás digo a nadie que va a morir, soy justo y deseo vuestro Amor libremente. Jamás os asustaría para que me Amarais. Amor de Dios y Paz van unidos. Y Yo soy Dios.
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*Primavera
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[CarlosR26†]

Muy Bello Primavera..

Gracias a TODOS...
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Amar es decir al otro: "Tu no moriras"

[Manuel C.]

Gracias Primavera!. Estas palabras me han sorprendido, debía ser un ignorante yo:

[CarlosR26†]

[Manuel C.]

Si Carlos, pero ese tipo de frases en un Santo no son verdades teológicas, se dicen como predicación, como edificación. Son asuntos distintos, con finalidad distinta.Bendiciones.
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Video SantoSubito:

[Manuel C.]

Por eso pedía un teólogo Maru, no una sacerdotisa telepredicadora.

[Gabaon]

Dios te bendiga Manuel.

[Manuel C.]

Bien Gabaon,

Las revelaciones privadas no son de obligada aceptación. Las palabras que nos dice Primavera son claras, aunque habrá que ver el sentido. Yo no conocía eso que nos dice el Obispo Ullathorne y tampoco estoy seguro que no sea más que su reflexión personal. Lo digo por mi desconocimiento ojo, no por sospecha de nada.

Tal y como yo interpreto, ese mensaje nos dice que no es directamente un fruto de la Gracia, por lo que yo entiendo que Dios debe conseguirlo - o ayudar al fiel a ello- de manera indirecta a ser humilde. Al fin y al cabo todo lo bueno proviene de Dios.

¿Hay algo docrtrinal al respecto?. Esa es la cuestión que planteo, y podemos tener en cuenta la opinión del Obispo Ullathorne al respecto.

A ver qué más sacamos..
Bendiciones.
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Video SantoSubito:

[Gabaon]

Dios te bendiga Manuel.

Bueno, lo más "doctrinal" que me parece tener es el consenso de Agustín, Anselmo, Bernardo y Tomás al definir la humildad como una virtud. Y la definición de virtud que ellos aceptaban (sin Agustín, que no sabía de Escolástica) era: "La Virtud es una buena cualidad de la mente, por la que vivimos justamente, de la que ningún hombre puede hacer mal uso, que Dios trabaja en nosotros, sin nosotros." (Summa Theologica, Prima Secundae Partis, Habits, Virtues)

Además existe todo el consenso de La Iglesia al saber que "toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces" (Santiago 1, 17) y que el hombre de sí sólo nada más tiene "mentira y pecado" (Orange II, Canon 22).

Por eso me sorprende ver a Jesús hablando tan bien de nosotros. Hablando de un don tan alto como la virtud de la humildad como procedente exclusivamente de nosotros. No me cuadra, sencillamente.

No sé quien escribió ese mensaje, ni a quien se le dio, ni si es aprobado por la Iglesia o no, pero me huele a que el director espiritual de quien recibió ese mensaje era Jesuita.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
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"Con toda mi alma te anhelo en la noche, y con todo mi espíritu por la mañana te busco." (Isaías 26, 9)

[Manuel C.]

El mensaje dice que no proviene de la "Gracia", Gabaón, no dice otra cosa. Entiendo de la Gracia santificante que habita en nosotros. Todo lo bueno viene de Dios..pero ¿todo tiene que venir a través de la Gracia santificante?.

Humm.. creo que no.

De la enciclopedia católica . ando leyéndolo ahora..:

Puede definirse a la virtud de la humildad como: "Una cualidad por la que una persona considerando sus defectos tiene una modesta opinión de sí misma, y [b]se somete voluntariamente a Dios y a los demás por Dios.[/b]" San Bernardo la define como: "Una virtud por la que un hombre, conociéndose a sí mismo como realmente es, se rebaja". Estas definiciones coinciden con la de Santo Tomás: "La virtud de la humildad", dice, "consiste en mantenerse dentro de los propios límites sometiéndose a la autoridad superior sin intentar alcanzar aquello que está por encima de uno" (Suma Contra Gentiles, lb. IV, cap. IV, tr. Rickaby)

....
http://www.enciclopediacatolica.com/h/humildad.htm


Recordemos la cita:

[Manuel C.]