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Las Semejanzas del budismo y el Cristianismo

 
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CarlosR26†
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MensajePublicado: Dom Mar 26, 2006 6:27 am    Asunto: Las Semejanzas del budismo y el Cristianismo
Tema: Las Semejanzas del budismo y el Cristianismo
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Idea Idea Idea

El más acabado ejemplo de esta presunta identidad entre todas las religiones es la pretendida identidad espiritual del Budismo y el Cristianismo.

Aquéllos que adoptan esta teoría, generalmente rehuyen la moral de la mayoría de los otros credos, excepto, claro está, la del Confucionismo, el cual les complace porque no es un credo.

Pero son prudentes en sus ponderaciones del Mahometismo, limitándose por lo general a despertar respeto por su moralidad alegando solamente los "refrigerios" que proporciona a las clases bajas. Rara vez mencionan los puntos de vista Mahometanos respecto al matrimonio (de los cuales habría mucho que decir) su actitud hacia los Thughs y fetichistas puede decirse que es hasta fría. Pero en el caso de la gran religión de Gautama , sienten sinceramente que existe una semejanza.

Los estudiosos de la ciencia popular, como el señor Blatchford siempre insisten en que el Cristianismo y el Budismo son muy parecidos. Es una creencia muy popular y así lo creí yo mismo hasta que leí el libro en el cual se daban las razones de esa semejanza. Las razones eran de dos clases: semejanzas que no significaban nada porque eran comunes a toda la humanidad, y semejanzas que no eran semejanzas.

El autor explicaba solemnemente que los dos credos se parecían en cosas que son iguales en todos los credos, o los describía semejantes sobre puntos en los cuales son evidentemente distintos. Así, como ejemplo de primera clase decía que Cristo y Buda ambos fueron llamados por la voz divina que venía del cielo, como si uno esperara que la voz divina viniera del sótano. O, también, declaraba gravemente que por una notable coincidencia esos dos maestros orientales tenían algo que ver con el lavado de pies.

Lo mismo se podría decir que era una notable coincidencia que ambos tuvieran pies que poder lavar. Y la otra clase desemejanzas eran aquéllas que sencillamente no eran semejantes.

Así, este conciliador de las dos religiones concedía una ferviente atención al hecho de que en ciertas fiestas religiosas se rasgan las vestiduras del Lama en señal de res-peto, y los restos de ellas son alta-mente apreciados. Pero éste es el reverso del parecido porque las vestiduras de Cristo no se desgarraron en señal de respeto sino de escarnio; y los restos de ella sólo fueron apreciados por lo que se obtendría de su venta en los comercios de trapos. Este argumento es bastante parecido a alegar una conexión evidente entre las dos ceremonias de la espada: golpeando el hombro del hombre o cortándole la cabeza. Para ese hombre entre ambas ceremonias no hay ninguna semejanza. Esas migajas de pedantería infantil tendrían poca importancia si no fuera verdad que también son de esa clase las otras semejanzas filosóficas que se alegan; prueban demasiado o no prueban nada.

Que el Budismo apruebe la misericordia y la mortificación no quiere decir que sea especialmente parecido al Cristianismo; sólo quiere decir que no es del todo distinto de la humanidad existente. El Budismo en teoría desaprueba la crueldad y el exceso, porque todos los seres humanos normales en teoría desaprueban la crueldad y el exceso. Pero es simplemente falso que el Budismo y el Cristianismo posean la misma filosofía sobre esas dos cosas.

Toda la humanidad está de acuerdo en que nos hallamos en una red de pecado. Casi toda la humanidad está de acuerdo en que existe algún camino para salir de ella. Pero no creo que en el Universo haya dos instituciones que se contradigan más plenamente que el Cristianismo y el Budismo respecto a cuál es ese camino.

Hasta cuando pensé, como mucha gente bien informada aunque sin escuela especial, que el Budismo y el Cristianismo eran parecidos, siempre hubo en ellos algo que me des-concertaba; me refiero a las sorprendentes diferencias de sus artes religiosas. No quiero decir en el es-tilo técnico de sus representaciones sino en lo que manifiestamente in-tentaban representar.

No podían existir dos idealizaciones más opuestas que un santo cristiano de una catedral gótica y un santo budista de un templo chino. La oposición se evidencia en cada punto; pero tal vez la prueba más corta sea que el santo budista siempre tiene los ojos cerrados mientras que el santo cristiano siempre los tiene bien abiertos. El cuerpo del santo budista es fino y armonioso, pero la pesadez de sus ojos la sella el sueño. El cuerpo del santo medioeval se ha consumido hasta los huesos, pero sus ojos son terriblemente vivos. No puede existir ninguna real afinidad de espíritu entre fuerzas que producen símbolos tan distintos.

Concediendo que ambas imágenes sean extravagancias, corrupciones del credo puro, aún, debe existir una divergencia real que provoque extravagancias tan opuestas. El budista, con peculiar intensidad mira hacia dentro. El cristiano, tiene la mirada fija hacia afuera con una intensidad peculiar. Si seguimos firmemente esta pista encontraremos algunas cosas interesantes.

La señora Bésant hace poco tiempo anunció en un interesante ensayo, que en el mundo sólo existía una religión, que todos los credos son versiones o desfiguraciones de ella y que se hallaba dispuesta a decir cuál era esa religión. Según la señora Bésant, esa iglesia universal simplemente es el "yo" universal.

Es la doctrina según la cual todos somos realmente una sola persona; que no hay un muro individual entre hombre y hombre. Si puedo expresarlo así, la señora Bésant no nos dice que amemos a nuestros vecinos; nos dice que seamos nuestros vecinos.

Esta es la meditada y sugestiva descripción que la señora Bésant nos hace de la religión según la cual todos los hombres deben hallarse en armonía. Y nunca en mi vida había oído una sugerencia con la que me hallara en más violento desacuerdo. Quiero amar a mi vecino no porque él sea yo sino precisamente porque él no es yo. Quiero amar al mundo no como se ama a un espejo porque es uno mismo sino como se ama a una mujer porque es enteramente diferente.

El amor es posible si las almas están separadas. Si las almas están unidas el amor es evidente-mente imposible. En vago puede decirse que un hombre se ama, pero difícilmente pueda enamorarse de sí mismo, y si se enamora, sus festejos serán monótonos. Si el mundo está lleno de "yo", realmente podrían ser "yo" desinteresados. Pero basándose en el principio de la señora Bésant, todo el cosmos es solamente una enorme persona egoísta.

Es justamente aquí donde el Budismo está con el panteísmo moderno y con el inmanentismo. Y es justamente aquí donde el Cristianismo está con la humanidad, con la libertad y con el amor. El amor de-sea personalidad; por consiguiente el amor desea la división. El instinto del Cristianismo es alegrarse de que Dios haya quebrado el universo en pequeños trozos, porque son trozos vivientes. Su instinto es decir "que los niños se amen", más que decir a una persona grande que se ame a sí misma. Este es el abismo existente entre el Budismo y el Cristianismo: para el budista o el teósofo, la personalidad es la caída del hombre y para el Cristiano es el designio de Dios, todo el centro de su idea cósmica.

El alma-mundo de los teósofos pide que el hombre le ame para que pueda arrojarse en ella. Pero el di-vino centro del Cristianismo actual-mente arrojó de sí al hombre para que el hombre pudiera amarle. La deidad oriental es como un gigante que hubiera perdido una pierna o una mano y siempre estuviera buscándola; pero el poder Cristiano es como un gigante que en un extraño gesto de generosidad se hubiera cortado la mano derecha para que por su propio acuerdo pudiera estrechar manos con él. Volvemos a la incansable observación respecto a la naturaleza del Cristianismo; todas las filosofías modernas son cadenas que conectan y atan; el Cristianismo es una espada que separa y libera. Ninguna otra filosofía se refiere al regocijo de Dios por la división del universo en almas vivientes. Pero según la ortodoxia cristiana esa separación entre Dios y el hombre es sagrada porque es eterna. Para que el hombre pueda amar a Dios es necesario que haya no solamente un Dios a quien amar sino también un hombre para que le ame.

Todas aquellas vagas mentes teósofas para quienes el universo es una inmensa vasija de fundir, son precisamente las mentes que se cohíben por ese estruendoso dicho de nuestro Evangelio que declaran que el Hijo de Dios no vino en son de paz sino esgrimiendo una cortante espada. El dicho parece enteramente cierto hasta cuando se lo considera por lo que evidentemente dice; cualquier hombre que predica el verdadero amor, está destinado a engendrar odios.

Eso es verdad, tanto de la fraternidad demócrata como del amor divino; el amor fingido concluye como un cumplido o en vulgar filosofía; pero el verdadero amor siempre concluyó en derramamientos de sangre. No obstante, detrás del significado obvio de esa declaración hay una verdad aún más terrible respecto a nuestro Señor. Según Él, el Hijo era una espada separando al hermano del hermano, que por una eternidad debían de odiarse mutuamente.

Pero el Padre también era una espada que en los comienzos oscuros separó al hermano del hermano para que al fin se amaran uno a otro. Este es el significado de la casi insana alegría en los ojos del santo del cuadro medioeval. Este es el significado de los ojos cerrados de la altiva imagen Budista. El santo cristiano se alegra porque fue dividido del mundo; está separado de las cosas y las observa con asombro. Pero ¿por qué se asombraría de las cosas el santo Budista puesto que existe solamente una cosa y esa, por ser impersonal, difícilmente puede despertar su asombro? Han escrito muchos poemas panteístas con intentos de sugerir asombro, pero ninguno fue realmente logrado.

El panteísta no se puede asombrar porque no puede alabar a Dios ni a las cosas como en verdad distintas de sí mismo. Pero nuestro asunto inmediato aquí se refiere al efecto de esa admiración Cristiana (que se exterioriza hacia una deidad distinta del admirador) sobre la necesidad general de una actividad ética y de una reforma social. Y de seguro sus efectos son suficientemente obvios.

No hay posibilidad alguna de extraer del panteísmo ningún impulso especial de acción moral. Porque la naturaleza del panteísmo implica que una cosa es tan buena como otra. En cambio la naturaleza de la acción implica la existencia de una cosa decididamente preferible a otra. Swinburne en la cumbre de su escepticismo vanamente intentó luchar contra esta dificultad. En sus "Canciones antes del Amanecer", escrito bajo la inspiración de Garibaldi y la revolución Italiana, proclamó la religión más nueva y el dios más puro que marchitaría a todos los sacerdotes del mundo.

¿Qué haces tú ahora
mirando hacia Dios para llorar?
Yo soy yo, tú eres tú,
Yo soy bajo y tú grande,
Yo soy tú que tú buscas para encontrarle a él
y te encuentras a ti mismo, tú eres yo.


De esto, la evidente e inmediata deducción es que los tiranos son tan hijos de Dios como Garibaldi; y que el Rey de Nápoles "habiéndose hallado" con todo éxito, es idéntico al bien ulterior de todas las cosas. Lo cierto es que la energía oriental que destrona a los tiranos proviene de la teología occidental que dice "Yo soy yo, tú eres tú".

La misma separación que vio y derrocó a un buen rey en el Universo, vio y derrocó a un mal rey en Nápoles. Los adoradores del Dios del Rey de Nápoles destronaron al Rey de Nápoles. Los adoradores del Dios de Swinburne cubrieron Asia durante siglos y nunca destronaron a un tirano. El santo Hindú, puede razonablemente cerrar los ojos porque está mirando a aquello que es yo y tú y nosotros y ellos. Es una ocupación racional; pero no es cierto en la teoría ni es cierto en la práctica que esa actitud ayude al Hindú a tener la vista puesta en Lord Curzon .

Esa vigilancia externa que ha sido característica del Cristianismo (el mandato "vigilad y orad") se ha manifestado en la ortodoxia occidental típica y en la típica política de occidente, pero en ambos casos depende de la idea de una deidad trascendente, diferente de nosotros, una deidad que desaparece. Ciertamente los credos más sagaces pueden sugerir que nos es posible buscar a Dios en los repliegues cada vez más profundos de nuestro "ego". Pero nosotros, solamente nosotros de la cristiandad podemos decir que buscamos a Dios como a un águila entre las montañas: y que hemos eliminado a todos los monstruos que cruzamos en nuestra cacería.

Aquí otra vez encontramos que si valoramos la democracia y la autorenovación de las energías occidentales, tenemos más probabilidades de encontrarlas en la teología antigua que en la nueva. Si queremos reforma hemos de adherirnos a la ortodoxia especialmente en esto (tan discutido por el señor R. J. Campbell) de insistir sobre la existencia de una deidad trascendente o inmanente. Insistiendo en la inmanencia de Dios llegamos a la introspección, al autoaislamiento, a la inercia, a la indiferencia social, al Tíbet.

Insistiendo en la trascendencia de Dios, llegamos al asombro, a la curiosidad, a la aventura moral y política, a la justa indignación, al Cristianismo. Insistiendo en que, Dios está dentro del hombre, el hombre siempre estará dentro de sí mismo. Insistiendo en que Dios trasciende del hombre, el hombre trasciende de sí.

Si tomamos cualquier otra doctrina, que han llamado anticuada encontraremos el mismo caso. Es el mismo, por ejemplo, en el profundo asunto de la Trinidad. Los Unitarios (una secta que nunca debe mencionarse sin especial respeto por su distinguida dignidad intelectual) con frecuencia son reformadores merced a ese accidente que conduce a tal actitud a muchas sectas pequeñas.

Pero no hay nada de liberal ni pariente de la reforma en la sustitución de la Trinidad por un panteísmo puro. El complejo Dios del Credo Atanasiano podrá ser un enigma para la inteligencia; pero es mucho más probable que ese Dios se pliegue más al solitario Dios de Omar y Mahoma, que al misterio y a la crueldad del Sultán. El Dios que es una mera y triste unidad, no es un rey solamente sino un rey oriental.

El corazón de la humanidad, especialmente el de la humanidad europea, se satisface mejor con las extrañas insinuaciones y símbolos que se juntan en torno a la idea de la Trinidad, con la imagen de un concilio en el cual apela tanto la misericordia como la justicia, con la concepción de una especie de libertad y variedad existentes en los más recónditos aposentos del mundo. Porque la religión de occidente, siempre sintió con intensidad la idea de que "no es bueno que el hombre esté solo". El instinto social se confirmó en todo, como cuando la idea oriental del ermitaño fue reemplazada por la idea occidental del monje. Así, hasta el ascetismo se volvió fraterno; y los Trapenses eran sociables aun cuando guardaban silencio. Si este amor a una complejidad viviente es nuestra prueba, ciertamente es más saludable tener una religión Trinitaria que una Unitaria. Porque para nosotros Trinitarios (si puedo decirlo así con reverencia) Dios en Sí mismo es una sociedad.

Por cierto ese es un insondable misterio de la Teología y aunque yo fuera suficientemente teólogo para tratarlo directamente, no tendría ninguna utilidad si lo hiciera aquí. Basta decir que este triple enigma es tan reconfortante como el vino y tan amplio como el hogar de las chimeneas inglesas; esto que desconcierta al entendimiento sosiega completamente al corazón: pero salidos del desierto, de los lugares áridos y los soles tristes vienen los crueles hijos del Dios solitario; los verdaderos Unitarios, cimitarra en mano, conducen el mundo a la perdición. Porque no es bueno que Dios esté solo.

Otra vez, lo mismo es verdad de aquél difícil asunto del peligro del alma, asunto que ha perturbado a tantas mentes justas. Esperar, es imperativo para todas las almas; y es muy defendible que su salvación sea inevitable. Es defendible pero no especialmente favorable a la actividad o al progreso.

Nuestra sociedad creadora y luchadora más bien debería insistir en el peligro que corren todos, en el hecho de que cada hombre está pendiendo de un hilo o colgando sobre el precipicio. Es una observación comprensible decir que de cualquier modo todo andará bien: pero no se puede decir que eso sea el llamado de una trompeta. Europa debería ser enfática más bien en la posibilidad de perderse; y Europa siempre ha sido enfática en ese sentido. Sobre este punto su religión más grande está a una con sus romanticismos baratos. Para el budista o el fatalista oriental, la existencia es una ciencia o un plan que debe concluir de determinado modo.

Mas para el cristiano, la existencia es una historia que puede concluir de cualquier manera. En una novela apasionante (ese producto puramente cristiano) el héroe no es devorado por los caníbales; pero es esencial para el interés de la trama, que el héroe "hubiera podido" ser devorado por los, caníbales. El héroe (por decirlo así), debe ser un héroe devorable. Así, la moral cristiana siempre dijo al hombre, no que perdería su alma sino que debía tener cuidado de no perderla. Abreviando, por la moral cristiana está mal decirle a un hombre "condenado"; pero es estrictamente religioso y filosófico decirle "condenable".

Todo el Cristianismo se concentra en el hombre que se halla al cruce de caminos. Las vastas y triviales filosofías, las colosales síntesis del engaño, todas hablan de las épocas y de la evolución y del ulterior acontecimiento. La verdadera filosofía se ocupa de un instante. ¿Un hombre tomará este camino o aquél?, eso es lo único en que hay que pensar, si les gusta pensar en algo. Es bastante fácil pensar en eternidades, cualquiera puede pensar en ellas.

El instante es en verdad terrible: y porque nuestra religión ha sentido intensamente "el instante", en su literatura se ocupa mucho de combates y en su teología se ocupa mucho del infierno. Está llena de peligro, como el libro de un niño: se halla siempre en una crisis inmortal. Hay gran cantidad de semejanzas entre la ficción popular y la religión de los occidentales. Si usted dice que la ficción popular es vulgar y vistosa, está diciendo lo mismo que dicen los temibles bien informados de las imágenes de las iglesias católicas. La vida (según la fe) es muy semejante a las historias en serie de las revistas: la vida concluye con la promesa (o la amenaza) "continuará en el próximo". También, con noble vulgaridad la vida imita al cuento y se interrumpe en el momento más apasionante. Porque es definitivamente interesante el momento de la muerte.
Pero la cuestión es que el interés de una historia, consiste en que posee un elemento de voluntad, de lo que la teología llama libre albedrío. No es posible concluir una suma como nos da la gana. Cuando alguien descubrió el Cálculo Diferencial, sólo podía descubrir un Cálculo Diferencial. Pero cuando Shakespeare hizo morir a Romeo, lo mismo pudo haberle casado con la vieja aya de Julieta, si se hubiera sentido inclinado a hacerlo. Y la Cristiandad se ha destacado en las novelas narrativas precisamente porque ha insistido en la teológica libertad de albedrío.

Ese es un vasto asunto y demasiado al costado de éste para tratarlo aquí adecuadamente; pero es la verdadera objeción a ese torrente de conversaciones modernas que hablan del crimen como de una enfermedad, que hablan de hacer las prisiones un simple ambiente higiénico como el de un hospital y de curar el pecado con lentos procedimientos científicos. La falacidad de todo consiste en que el mal es una cuestión de elección activa, en tanto que la enfermedad no lo es.

Si usted dice que va a curar a un disoluto como cura a un asmático, mi réplica evidente será "Muéstreme las personas que han querido ser asmáticas, como otras quisieron ser disolutas". Un hombre, quedándose quieto puede curar de una enfermedad. Pero no debe quedarse quieto si quiere curarse de un pecado; al contrario, debe levantarse, saltar violentamente. Todo esto está, claramente expresado en la palabra que empleamos para designar al hombre recluido en un hospital. "Paciente", es una forma pasiva; "pecador", es una forma activa. Si se ha de salvar de influenza, el hombre puede ser un paciente. Pero si se ha de salvar de falsificar, el hombre no debe ser un paciente, sino un impaciente. Personalmente debe impacientarse con la falsificación. Toda reforma moral debe comenzar en una voluntad activa y no en una voluntad pasiva.

Aquí otra vez llegamos a la misma conclusión sustancial.

Mientras deseamos la reconstrucción definitiva y las arriesgadas revoluciones que han caracterizado a la civilización Europea, no descartemos el pensamiento de una posible catástrofe; más bien estimularemos dicho pensamiento. Si como los santos orientales sólo deseamos contemplar lo bien que andan las cosas, por supuesto nos limitaremos sólo a decir que seguirán bien. Pero si particularmente deseamos "hacer" que vayan bien, hemos de repetirnos que podrían ir mal.

Finalmente, esta verdad también es verdad en el caso de los vulgares intentos modernos de disminuir o suprimir la divinidad de Cristo. La cosa puede ser cierta y puede no serlo; de eso me ocuparé antes de terminar. Pero si la divinidad es verdadera, es terriblemente revolucionaria. Todos sabemos ya que un buen hombre podría llegar a tener la espalda contra la pared, pero que Dios pueda estar acorralado, es una jactancia de los insurgentes. El Cristianismo es la única religión de la tierra que ha sentido que la omnipotencia hacía completo a Dios. Solamente el Cristianismo sintió en que Dios, para ser completamente Dios, debió ser tanto un rebelde como un rey. Único entre todos los Credos, el Cristianismo agregó la valentía a las demás virtudes del Creador. Porque la única valentía que merece llamarse valentía, es la que significa que el alma ha pasado un punto de quebranto sin quebrantarse.

Aquí me acerco a un asunto más terrible y obscuro que fácil de discutir; y anticipadamente pido disculpa por si cualquiera de mis frases cae mal o aparenta irreverencia hacia una materia que los más grandes santos y pensadores, justamente temieron abordar. En ese terrible relato de la Pasión, hay una nítida y emotiva sugerencia de que el autor de todas las cosas (en cierta manera inconcebible) pasó no sólo por la agonía sino también por la incertidumbre.

Está escrito "No tentarás al Señor, tu Dios". No; pero el Señor tu Dios, puede tentarse a sí mismo; y parece que eso fue lo que sucedió en Getsemaní: En un jardín, Satanás tentó al hombre; y en un jardín Dios tentó a Dios. En cierto modo sobrehumano, pasó por el humano horror del pesimismo. Cuando tembló la tierra, y el sol se ocultó en el cielo, no fue por la crucifixión, sino por el grito que partía de la cruz: el grito que confesaba que Dios había abandonado a Dios. Y ahora dejemos que los revolucionarios elijan un credo de entre todos los credos, un dios de entre todos los dioses del mundo, luego de haber comparado minuciosamente a todos los dioses de asistencia segura y de invariable poder.

No encontrarán otro Dios que se haya rebelado. Y aún más (aunque el asunto se hace demasiado difícil para la expresión humana), dejemos que los ateos elijan un Dios. Encontrarán sólo una divinidad que haya traducido su desamparo; solamente una religión en la cual, por un instante, Dios pareció ser ateo.

Estas podrían llamarse las esencias de la vieja ortodoxia, cuyo mérito principal es ser fuente natural de la revolución y de la reforma, y cuyo principal defecto es ser evidentemente sólo una aserción abstracta. Su mayor ventaja es ser la más viril y aventurera de todas las teologías. Su mayor desventaja simplemente es ser una teología.

Contra ella siempre se puede argüir que en su Naturaleza es arbitraria y está en el aire. Pero no tan alta en el aire que grandes arqueros no se hayan pasado todas sus vidas arrojándole `flechas, sí, y sus últimas flechas; hay hombres que se destrozarían y destrozarían la civilización, con tal de destrozar esa antigua y fantástica leyenda. Ese es el último y más pasmoso hecho de nuestra fe; que sus enemigos emplearan cualquier arma contra ella, las espadas que cortan sus propios dedos y los tizones que incendian sus propias casas. Los hombres que empiezan luchando contra la Iglesia en pro de la libertad y de la humanidad, acaban desechando a la humanidad y a la libertad para mejor luchar contra la Iglesia. Esto no es exageración; podría llenar un libro con ejemplos.

El señor Blatchford se dedicó como vulgar destructor de la Biblia, a demostrar que Adán era inocente de culpa contra Dios, y maniobrando para sostener esa idea, como simple consecuencia paralela, admitió que todos los tiranos, desde Nerón hasta el Rey Leopoldo, eran inocentes de culpa contra la humanidad. Conozco un hombre que tiene tal pasión por demostrar que después de la muerte no tendrá existencia personal, que cae en una posición en que no tiene existencia personal ahora. Invoca al Budismo y dice que todas las almas se fundirán una en otra; para probar que no puede ir al cielo, prueba que no puede ir a Hartlepool. He conocido personas que protestaban contra la educación religiosa con argumentos contrarios a cualquier educación, diciendo que la mente del niño debe desarrollarse libremente o que los mayores no deben enseñar a los jóvenes. He conocido personas que demostraban que no podría haber juicio divino, demostrando que no podía haber juicio humano ni para finalidades prácticas. Quemaban su propio grano para incendiar la iglesia; para destruirla, destruían sus propias herramientas; cualquier palo era bastante bueno para golpearla, aunque ese palo fuera el último despojo de sus desmembrados mobiliarios.

No admiramos, apenas disculpamos al fanático que destruye este mundo por amor al otro. Pero ¿qué diremos del fanático que destroza a este mundo a fuerza de odiar al otro? Sacrifica toda la existencia de la humanidad por la no existencia de Dios. Sus víctimas no son para el altar sino meramente para proclamar la inutilidad de altar y la vaciedad del trono. Está dispuesto hasta destruir la ética elemental por la cual viven todas las cosas, para realizar su extraña y eterna venganza sobre alguien que nunca ha existido.

Sin embargo, todo queda colgando de los cielos ilesos. Sus adversarios solamente logran destruir aquello que justamente les es querido. No destruyen la ortodoxia; sólo destruyen el coraje político y el sentido común. No prueban que Adán no era responsable ante Dios, ¿cómo podrían probarlo? Sólo prueban (según sus premisas) que el Zar, no es responsable ante Rusia. No prueban que Adán no debió ser castigado por Dios; sólo prueban que el explotador más próximo no debe ser castigado por los hombres que explota. Con sus orientales dudas respecto a la personalidad, no aseguran que no tendremos vida personal en el más allá; solamente aseguran que la que tendremos aquí no será ni muy alegre ni muy completa. Con sus paralizantes insinuaciones de que todas las conclusiones saldrán mal, no rasgan el libro del Ángel del Archivo; solamente hacen un poco más 'difícil la tarea de llevar los libros de Marshall y Snelgrove.

La fe no sólo es la madre de todas las energías del mundo, sino que también sus propios enemigos son los padres de toda la confusión del mundo. Los del siglo no han destruído las cosas seculares, si es que saberlo les puede proporcionar alguna satisfacción.
Los Titanes no escalaron los cielos, pero estropearon al mundo...

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debakan_buda
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MensajePublicado: Dom Mar 26, 2006 5:19 pm    Asunto:
Tema: Las Semejanzas del budismo y el Cristianismo
Responder citando

¿Y estas supuestas diferencias implican la imposibilidad de Dialogo?

¿De hecho que consideran dialogo para ustedes?, ¿Es un medio mas para decir mi religion es superior a la tuya?. pregunto por que hasta el momento los espacios de autentico dialogo y amistad interreligiosa se hacen vagos, ante la necesidad egotica de soponer que puedo charlar contigo pero antres debe quedarte claro que soy mejor que tu en mis postulados: Si ese es el objetivo, el dialogo esta condenado completamente al fracaso.

Un autentico dialogo implica que tu me digas que crees y yo lo respete que yo te diga que creo y tu lo respetes(conocer, comprender, respetar), no que nos pongamos a la tarea de comparar y en esa comparacion aducir que mis santos son mejores por que miran afuera y tienen los ojos abiertos, o los mios peores por que parecen que duermen, el significado metafisico es distinto y no por eso menos valido.

Coincidimos en la necesidad de amor, de paz y de compasion, ¿necesitamos algo mas que eso para vivir en paz, compasion y amor?

A mi personalmente no me preocupa descubrir en que, el Cristianismo es totalmente ajeno a mis creencias, no me preocupa saber en que es antagonico a las enseñanzas del Bienaventurado, me ocupa mayormente comprender sus creencias y el porque de ellas, el compreder sus manifestaciones y finalmente hacer mias las buenas enseñanzas que tenga o pueda ofrecerme, eso como una forma personal de comprender y aprender o de aprender y comprender que al fin y al cabo aprender es realmente comprender algo. yo comprendo que los Cristianos son mis hermanos que sean teistas y den mucho o exesivo valor a sus yo como ser individual, no significa nada ante el hecho de que son mis hermanos y que la esencia de su etica de vida es completamente congruente a la mia.

Tu amas al vecino por que no eres tu, yo le amo por que soy yo ¿y?, ¿implica en realidad algo eso?, amamos al vecino, punto, eso es lo realmente importante.

Por cierto no es que amemos al vecino por que es YO, si no por que forma parte de un todo interrelacionado al que invariablermente todos pertenecemos y somos parte: no es lo mismo que decir que es YO., yo soy yo y el es El. pero ambos somos o formamos parte de un todo.


Un abrazo

Deba
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Como una madre que ama a su unico hijo al punto de dar su vida por èl, asi debemos amar a todos los seres.
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debakan_buda
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MensajePublicado: Dom Mar 26, 2006 5:21 pm    Asunto:
Tema: Las Semejanzas del budismo y el Cristianismo
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debakan_buda
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MensajePublicado: Dom Mar 26, 2006 5:22 pm    Asunto:
Tema: Las Semejanzas del budismo y el Cristianismo
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CarlosR26†
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Ubicación: MEXICO, Jal.

MensajePublicado: Dom Mar 26, 2006 6:33 pm    Asunto:
Tema: Las Semejanzas del budismo y el Cristianismo
Responder citando

debakan_buda escribió:
¿Y estas supuestas diferencias implican la imposibilidad de Dialogo?

¿De hecho que consideran dialogo para ustedes?, ¿Es un medio mas para decir mi religion es superior a la tuya?. pregunto por que hasta el momento los espacios de autentico dialogo y amistad interreligiosa se hacen vagos, ante la necesidad egotica de soponer que puedo charlar contigo pero antres debe quedarte claro que soy mejor que tu en mis postulados: Si ese es el objetivo, el dialogo esta condenado completamente al fracaso.

Un autentico dialogo implica que tu me digas que crees y yo lo respete que yo te diga que creo y tu lo respetes(conocer, comprender, respetar), no que nos pongamos a la tarea de comparar y en esa comparacion aducir que mis santos son mejores por que miran afuera y tienen los ojos abiertos, o los mios peores por que parecen que duermen, el significado metafisico es distinto y no por eso menos valido.

Coincidimos en la necesidad de amor, de paz y de compasion, ¿necesitamos algo mas que eso para vivir en paz, compasion y amor?

A mi personalmente no me preocupa descubrir en que, el Cristianismo es totalmente ajeno a mis creencias, no me preocupa saber en que es antagonico a las enseñanzas del Bienaventurado, me ocupa mayormente comprender sus creencias y el porque de ellas, el compreder sus manifestaciones y finalmente hacer mias las buenas enseñanzas que tenga o pueda ofrecerme, eso como una forma personal de comprender y aprender o de aprender y comprender que al fin y al cabo aprender es realmente comprender algo. yo comprendo que los Cristianos son mis hermanos que sean teistas y den mucho o exesivo valor a sus yo como ser individual, no significa nada ante el hecho de que son mis hermanos y que la esencia de su etica de vida es completamente congruente a la mia.

Tu amas al vecino por que no eres tu, yo le amo por que soy yo ¿y?, ¿implica en realidad algo eso?, amamos al vecino, punto, eso es lo realmente importante.

Por cierto no es que amemos al vecino por que es YO, si no por que forma parte de un todo interrelacionado al que invariablermente todos pertenecemos y somos parte: no es lo mismo que decir que es YO., yo soy yo y el es El. pero ambos somos o formamos parte de un todo.


Un abrazo

Deba


Solo digo lo que es hermano, no trato de demostrar la superioridad del Cristianismo, el Cristianismo habla por si mismo.

Y claro que es importante definir por que precisamente la gente que se termina haciendo budista es por que para comenzar, no comprende el budismo en su totalidad y lo que significa.

No generalizo habra mas de alguno que le guste la Rueda Eterna de buda, pero aqui en el dialogo se debe de poner claro que es CADA COSA, y el Budismo actualmente esta muy de moda y se ha embellecido, casi se ha fusionado con una creencia hecha a la medida, cosa que termina siendo un rotundo fracaso.

Respetar no significa consentir q lo que digas es asi, por que no es asi.

Si tu me dices que el hombre alcanza su plenitud siendo una masa del todo, y que uno esta condenado a una eternidad en una rueda que viene y va y no lleva a ningun lado, yo te contestare que no es cierto... por que eso no busca el hombre. Para eso tenemos sentido critico, para poder observar el mundo y ver a donde nos llevan, eso es el dialogo, decir lo que yo creo y luego que tu digas lo que tu crees no es dialogo, es un monologo dual.

El hombre moderno se hace budista por un tipo de incompresion, ya sea por que no comprende el Cristianismo, o por que no comprende el budismo....

El budismo tiene una hermosa filosofia superficial, pero el mismo budismo tiene sus vertientes, (los mas puristas reniegan que en el Budismo exista gente que crea en la reencarnacion)

Los budistas tambien son presa de sus Eones imaginarios, lo unico puro y verdadero en el budismo es que es una TECNICA, una tecnica mental bien dispuesta por Gautama, donde dice que para eliminar el dolor elimina el apego... me parece magistral.. pero de ahi en mas se llego a la supersticion y al inmanentismo y panteismo, es decir, otra filosofia mas antigua que el mismo budismo que el budismo ni si quiera se detuvo a pensar si es verdadera.

Es simple honestidad, por que hablar del budismo hoy en dia se ha convertido en una moda de desinformación.

Tu puedes dandonos a conocer lo que es el budismo, yo simplemente digo lo que es el Budismo y el Cristianismo.

No critico tu decision de ser lo que eres, simplemente doy mi punto de vista acerca de que parte de la filosofia budista no encaja en el mundo y su diferencia con el Cristianismo..

Saludos !
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MensajePublicado: Dom Mar 26, 2006 7:22 pm    Asunto:
Tema: Las Semejanzas del budismo y el Cristianismo
Responder citando

Cita:
Solo digo lo que es hermano, no trato de demostrar la superioridad del Cristianismo, el Cristianismo habla por si mismo.

Y claro que es importante definir por que precisamente la gente que se termina haciendo budista es por que para comenzar, no comprende el budismo en su totalidad y lo que significa.

No generalizo habra mas de alguno que le guste la Rueda Eterna de buda, pero aqui en el dialogo se debe de poner claro que es CADA COSA, y el Budismo actualmente esta muy de moda y se ha embellecido, casi se ha fusionado con una creencia hecha a la medida, cosa que termina siendo un rotundo fracaso.

Respetar no significa consentir q lo que digas es asi, por que no es asi.

Si tu me dices que el hombre alcanza su plenitud siendo una masa del todo, y que uno esta condenado a una eternidad en una rueda que viene y va y no lleva a ningun lado, yo te contestare que no es cierto... por que eso no busca el hombre. Para eso tenemos sentido critico, para poder observar el mundo y ver a donde nos llevan, eso es el dialogo, decir lo que yo creo y luego que tu digas lo que tu crees no es dialogo, es un monologo dual.

El hombre moderno se hace budista por un tipo de incompresion, ya sea por que no comprende el Cristianismo, o por que no comprende el budismo....

El budismo tiene una hermosa filosofia superficial, pero el mismo budismo tiene sus vertientes, (los mas puristas reniegan que en el Budismo exista gente que crea en la reencarnacion)

Los budistas tambien son presa de sus Eones imaginarios, lo unico puro y verdadero en el budismo es que es una TECNICA, una tecnica mental bien dispuesta por Gautama, donde dice que para eliminar el dolor elimina el apego... me parece magistral.. pero de ahi en mas se llego a la supersticion y al inmanentismo y panteismo, es decir, otra filosofia mas antigua que el mismo budismo que el budismo ni si quiera se detuvo a pensar si es verdadera.

Es simple honestidad, por que hablar del budismo hoy en dia se ha convertido en una moda de desinformación.

Tu puedes dandonos a conocer lo que es el budismo, yo simplemente digo lo que es el Budismo y el Cristianismo.

No critico tu decision de ser lo que eres, simplemente doy mi punto de vista acerca de que parte de la filosofia budista no encaja en el mundo y su diferencia con el Cristianismo..

Saludos



"El que se hace budista es por ignorar que es el Cristianismo o ignorar que es el budismo, moraleja: se hace budista por que es ignorante. si no fuera ignorante no se hace Budista, el budismo es para ignorantes".... podria seguir deshilvanando el ovillo.


Yo me hize Budista por que se muy bien que es el budismo, lo investigue puse a prueva sus enseñanzas en mi mismo, vi los frutos. conosco lo que es el budismo por que he leido sus libros, he ido a su fuente, no me quede con los que dicen ciertas escuelas como la mahayana o la theravada, o la Zen. ni me deje llevar por las ideas del budismo desarrollado, sencillamente tome las 4 nobles verdades, y el octuple camino, y lo puse a prueba en mi, ¿resultado? dicha, felicidad, tranquilidad, paz, compasion, comprension.

que hay budistas panteistas, los hay
que hay budistas teistas, los hay
que hay budistas ateos, los hay
que hay budistas iconoclastas, los hay
que hay budistas que se inclinan antes imagenes de santos, los hay

Igualmente hay Cristianos trinitarios, unicitarios, modalistas, arrianos, que dicen que Jesus es Dios y otros que No es Dios pero si el Hijo de Dios. yo no juzgo a los Catolicos por lo que creen los TJ, espero que no se me juzgue como Budista laico comprometido, por lo que digan los que siguen una moda o los pateistas trantricos.

ya se que usted dira, que los no trinitarios, modalistas y ariianos no son cristinos, no es el punto, el puntop es que ellos dicen serlo al iguyal que los budistas panteistas, teistas, ateos, iconoclastas, etc.

Por mi parte me remito al Dharma sus enseñanzas y el resultado que es positivo completamente liberador y dispensador de paz sublime.


Un abrazo grande

Deba
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