clauabru Moderador

Registrado: 04 Oct 2005 Mensajes: 6144 Ubicación: Buenos Aires, Argentina
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Publicado:
Vie Oct 03, 2008 4:07 pm Asunto:
Tema: Mistica -Conociendo a Santa Teresa de Jesus |
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Copio aquí estos posts de Cena, para evitar epígrafes duplicados,
cena escribió: |
1515.28.3: Miércoles de Pasión, nace en Avila, de don Alonso Alvarez de Cepeda y de doña Bea triz de Ahumada.
Su espiritualidad
Entre las estatuas de los más ilustres fundadores de las Ordenes religiosas que ornamentan San Pedro del Vaticano, se encuentra la de la Santa Doctora con este título: "Madre espiritual".
Ella es, sobre todos los demás Maestros, Madre espiritual y Madre de las almas que aspiran a la vida de perfección.
Santa Teresa, con San Juan de la Cruz, son los Maestros insuperables de la espintualidad carmelitana que juntando la experiencia y la doctrina, la teoría y la práctica, la psicología y la metafísica, lograron organizar pertectamente la espiritualidad carmelitana. Entre los dos le dieron una forma acabada. Más descriptiva y analista la santa, más filósofo y sintético el santo, se completan mutuamente.
En ellos la espiritualidad carmelitana se reviste del rigor de ciencia con su unidad, exTensión y méTodo, sin dejar por eso de ser algo hondamente sentido y vivido y a la vez expresado con todo realismo
Pensamiento dominante de todas las obras de la Santa es una afirmación clara y precisa de lo sobrenatural, difícil de encontrar igual, fuera del evangelio y de las cartas paulinas.
Dos son las obras importantes "Camino de Perfección" y "Las Moradas".
La primera más bien ascética y la segunda, que es la pnncipal, más bien mística.
Constituyen las dos juntas un tratado de vida espiritual sencillo y claro por su exposición, completo por su amplitud, sólido por su justeza y fundamentos, amable por su atractivo y sinceridad divino-humana y grandioso por su concepción sublime.
Es de lo mejor y más hermoso, lleno de ese sentido común que es expresión de la más alta y celestial sabiduría desde un punto de vista estrictamente experimental y descriptivo.
La fuerza interior, el secreto, la luz y el alma de Santa Teresa están en esa corriente de ley de amor de Dios, de oración y de deseo del bien, que marcaron para siempre su vida y su aprecian singularmente en sus escritos.
Su lenguaje es el de la mística a la expenencia de las almas contemplativas y especialmente a la suya personal. sobre la cual se apoya efectivamente toda su exposición.
Supo encuadrar tan perfectamente las gracias contemplativas y místicas en el conjunto de la vida espiritual que su enseñanza constituye un verdadero cuerpo de doctrina de la vida contemplativa y es excelente guía para todas las almas de vida interior.
Su mística es además predominantemente cristológica. Tuvo un sentido profundo de la función mediadora de Cristo y recomendó positivamente al alma dedicada a la oración el cultivo del contacto con aquel que en el mundo de las gracias místicas es el camino que conduce al Padre.
Complemento histórico de su doctrina es el "Libro de la vida", encantadora historia de un alma sublime en torno al gran tema de la oración.
El papa Pablo VI al declararla Doctora de la Iglesia, la proclamó maestra preclarísima y lumbrera universal de la Iglesia.
Su mensaje
• que dejemos actuar a Dios en nuestro corazón.
• que procuremos crecer en amistad con Dios por la oración.
• que luchemos contra cuanto nos aleja del Señor.
• que procuremos alcanzar la santidad cueste lo que cueste.
• Su oración
Señor, Dios nuestro, que, por tu Espíritu, has suscitado a Santa Teresa para mostrar atu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Amén. |
cena escribió: | Santa Teresa de Jesus
Sigue diciendo ella: "Por aquel tiempo me aficioné a leer novelas. Aquellas lecturas enfriaron mi fervor y me hicieron caer en otras faltas. Comencé a pintarme y a buscar a parecer y a ser coqueta. Ya no estaba contenta sino cuando tenía una novela entre mis manos. Pero esas lecturas me dejaban tristeza y desilusión".
Afortunadamente el papá se dio cuenta del cambio de su hija y la llevó a los 15 años, a estudiar interna en el colegio de hermanas Agustinas de Ávila. Allí, después de año y medio de estudios enfermó y tuvo que volver a casa.
Providencialmente una persona piadosa puso en sus manos "Las Cartas de San Jerónimo", y allí supo por boca de tan grande santo, cuán peligrosa es la vida del mundo y cuán provechoso es para la santidad el retirarse a la vida religiosa en un convento. Desde entonces se propuso que un día sería religiosa.
Comunicó a su padre el deseo que tenía de entrar en un convento. Él, que la quería muchísimo, le respondió: "Lo harás, pero cuando yo ya me haya muerto". La joven sabía que el esperar mucho tiempo y quedarse en el mundo podría hacerla desistir de su propósito de hacerse religiosa. Y entonces se fugó de la casa. Dice en sus recuerdos: "Aquel día, al abandonar mi hogar sentía tan terrible angustia, que llegué a pensar que la agonía y la muerte no podían ser peores de lo que experimentaba yo en aquel momento. El amor de Dios no era suficientemente grande en mí para ahogar el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos".
La santa determinó quedarse de monja en el convento de Ávila. Su padre al verla tan resuelta a seguir su vocación, cesó de oponerse. Ella tenía 20 años. Un año más tarde hizo sus tres juramentos o votos de castidad, pobreza y obediencia y entró a pertenecer a la Comunidad de hermanas Carmelitas.
Poco después de empezar a pertenecer a la comunidad carmelitana, se agravó de un mal que la molestaba. Quizá una fiebre palúdica. Los médicos no lograban atajar el mal y éste se agravaba. Su padre la llevó a su casa y fue quedando casi paralizada. Pero esta enfermedad le consiguió un gran bien, y fue que tuvo oportunidad de leer un librito que iba a cambiar su vida. Se llamaba "El alfabeto espiritual", por Osuna, y siguiendo las instrucciones de aquel librito empezó a practicar la oración mental y a meditar. Estas enseñanzas le van a ser de inmensa utilidad durante toda su vida. Ella decía después que si en este tiempo no hizo mayores progresos fue porque todavía no tenía un director espiritual, y sin esta ayuda no se puede llegar a verdaderas alturas en la oración.
VIVO SIN VIOVIR EN MI.
Vivo ya fuera de mí después que muero de amor, porque vivo en el Señor que me quiso para sí. Cuando el corazón le di, puso en él este letrero: que muero porque no muero. Esta divina prisión del amor en que yo vivo, ha hecho a Dios mi cautivo, y libre mi corazón; y causa en mí tal pasión ver a Dios mi prisionero, que muero porque no muero. ¡Ay! ¡Qué larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel, estos hierros en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa un dolor tan fiero, que muero porque no muero. ¡Ay! ¡Qué vida tan amarga do no se goza el Señor! Porque si es dulce el amor, no es la esperanza larga; quíteme Dios esta carga, más pesada que el acero, que muero porque no muero. Solo con la confianza vivo de que he de morir, porque muriendo el vivir me asegura mi esperanza; muerte do el vivir se alcanza, no te tardes, que te espero, que muero porque no muero. Estando ausente de ti, ¿qué vida puedo tener, sino muerte padecer la mayor que nunca vi? Lástima tengo de mí, por ser mi mal tan entero, que muero porque no muero. Mira que el amor es fuerte: Vida no me seas molesta; mira que sólo te resta, para ganarte, perderte; venga ya la dulce muerte, venga el morir muy ligero, que muero porque no muero. Aquella vida de arriba es la vida verdadera, hasta que esta vida muera, no se goza estando viva: muerte, no me seas esquiva; viva muriendo primero, que muero porque no muero. Vida ¿qué puedo yo darle a mi Dios, que vive en mí si no es perderte a ti, para mejor a Él gozarle? Quiero muriendo alcanzarle, pues a Él sólo es el que quiero, que muero porque no muero.
La transverberación. Esta palabra significa: atravesarlo a uno con una gran herida. Dice ella: "Vi un ángel que venía del tronco de Dios, con una espada de oro que ardía al rojo vivo como una brasa encendida, y clavó esa espada en mi corazón. Desde ese momento sentí en mi alma el más grande amor a Dios".
Desde entonces para Teresa ya no hay sino un solo motivo para vivir: demostrar a Dios con obras, palabras, sufrimientos y pensamientos que lo ama con todo su corazón. Y obtener que otros lo amen también.
Santa Teresa murió el 4 de octubre de 1582 y la enterraron al día siguiente, el 15 de octubre. ¿Por qué esto? Porque en ese día empezó a regir el cambio del calendario, cuando el Papa añadió 10 días al almanaque para corregir un error de cálculo en el mismo que llevaba arrastrándose ya por años.
Al hacer la autopsia del cadáver de la santa encontraron en su corazón una cicatriz larga y profunda.
Oración a Santa Teresa de Jesús
- de San Alfonso de Ligorio
Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de Tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mi también,
te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
por todos los hombres.
Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.
Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios.
Amén. |
cena escribió: | SANTA TERESA DE ÁVILA, ENTERRADA UN DÍA SIN CALENDARIO
Santa Teresa de Ávila ha fallecido el pasado 4 de octubre de 1582.
A pesar de que su entierro se llevaría a cabo al día siguiente, el día 5 de octubre no existe en el calendario gregoriano actual.
El artífice de dicho “milagro” ha sido el Papa Gregorio XIII, que ha puesto en marcha el cambio de calendario el día que tuvo lugar el entierro de la Santa.
Al pasar del calendario juliano al calendario gregoriano actual, se sumaron 10 días para corregir un error de cálculo existente. Pasándose así de golpe del día 4 de octubre de 1582 al día 15 de octubre de 1582.
De alguna manera, Santa Teresa de Ávila lo pronosticó en sus versos: “Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero”.
Diez días desaparecen así de nuestra historia. Diez días que nunca jamás existieron.
fuente: viajera del tiempo |
cena escribió: | Alguien puede aportar al cometario publicado.
"Santa Teresa de Ávila, enterrada un día que no aparece en el calendario"
Elisabet |
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¿Rezás el rosario todos los días, querés hacerlo? |
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