Buscando Luz.

[apartado]

Queridos amigos:

Sencillamente soy una persona con un profundo anhelo de apartamiento y comunión íntima con Dios, en el contexto de una vida consagrada. Mi nombre es José Luis, y soy de Argentina, aunque también tengo la nacionalidad española.

He llegado a este espacio de orientación vocacional por la sugerencia de una excelente Moderadora que he encontrado en otro de los Foros de Catholic, me refiero a Elisabeth. Realmente es conmovedor comprobar con cuánta dedicación y genuíno interés en las personas realiza su trabajo.

Por de pronto, ella ha conseguido "espantar algunos de los fantasmas" que me perturbaban, refiriéndome con ésto a algunas dudas, por ejemplo respecto a la posibilidad de acceder a este estilo de vida consagrada porque hubiera algún requisito de edad.

Pero además de darle las gracias a ella por su apoyo, también quisiera contactarme con personas que pudieran orientarme, y con aquellas que estén en una búsqueda similar a la mía, con el propósito de fortalecernos mutuamente y redoblar los esfuerzos en procura de alcanzar nuestra meta.

Saludo a todos con aprecio fraternal en Jesús y María Santísima, deseando que reciban abundantes bendiciones.

[midka]

Que bien José Luis y bienvenido a esta hermosa experiencia de vivir en Cristo. Y sobre la edad, lo más maravilloso, es que no importa. Podrás tener 99 años y si tu espíritu se siente como de 18 entonces expresarás esa alegría de vivir.

Eso es una de las genealidades de Dios, que es para todo público, es decir, para todas las edades.

Lo más importante es tener esa alegría, ese entusiamo y lo condenso en una hermosa frase de San Josemaría Escrivá de Balaguer: "Quizá ayer eras una de esas personas amargadas en sus ilusiones, defraudada en sus ambisiones humanas. Hoy, desde que Él se metió en tu vida - ¡gracias, Dios mío!-, ries y cantas, y llevas la sonrisa, el Amor y la felicidad dondequiera que vas".

Y es cierto si nos concentramos en ilusiones y ambisiones humanas estaremos engañandonos a nosotros mismos, ya que éstas realmente no traen la felicidad que tanto anhelamos. Solamente Dios da esa felicidad, así que ya sabes el camino para lograr la dicha: Jesús.
_________________


Miguel Angel Montaño