¿Qué hacer? Escuchos sus consejos, por favor

[María Esther]

Apreciados hermanos en Cristo, necesito su ayuda:

Desde que me casé una de mis luchas ha sido mantener una relación cordial con la familia de mi esposo y, hasta el momento, hemos logrado una cercanía provechosa y amable.

Sin embargo una situación particular nos está haciendo tambalear en esta relación. Una de mis cuñadas tiene una niña de diez años y un niño de cinco, contemporáneos de mis hijos, con quienes, de alguna manera, mis chiquitas han crecido.

Sin embargo la forma como sus primitos son educadas difiere diametralmente de nuestro estilo, motivo por el cual ya se han presentado varios roces.

La mamá de mis sobrinitos vive para darles gusto y, literalmente, pasa por encima de quienes no acceden a sus caprichos. Su hijo menor es muy caprichoso y agresivo, y muestra comportamientos francamente desagradables: por ejempo, el otro día, cuando buscaba por toda la casa de mis suegros (que además es enorme) a mi hijita de seis años, escuché voces en el baño. Cuando golpeé y le pregunté la chiquita con quién hablaba me respondió que estaba sola. Guardé silencio y me mantuve vigilante pues sabía que alguien la acompañaba. De pronto se abrió la puerta: mi sobrino salía del baño mientras la niña aún estaba sentadita!!!

Cuando le pregunté por qué me había mentido me dijo: "yo le pedí a mi primo que no me acompañara pero comenzó a llorar y me dio miedo que mi tía me regañara. Por eso lo dejé entrar". Vigilé más de cerca y descubrí que, efectivamente, cuando mi hija pedía respeto a su primo o no quería seguir alguno de los juegos que él inventa, éste hacía una pataleta que era solucionada por su mamá... regañando a mi hija!

La regaña a escondidas, entre los dientes. La amenaza y la hace sentir muy mal. Mi cuñada no vive con el esposo y, al parecer, utiliza esta situación para lograr que el mundo se acomode a sus niños, especialmente al menor.

El Sábado fuimos a cine con mi cuñada. Mis hijas, la primita y una amiga suya, se fueron en nuestro automóvil mientras mi cuñada llevó a su hermana (que le ayuda en el cuidado de los niños) su hijo y a un amiguito de él. No se habían visto desde que salimos de la casa pero tan pronto nos encontramos tras comprar las boletas, el niño de asestó un puño fuertísimo a mi hija en el bracito. Mi otra cuñada intentó culpar a María Antonia con un comentario fuera de lugar: "Quién sabe que le hizo al niño para que le pegara"... pero no, ella no había hecho nada. Mi esposo quedó tan sorprendido como yo y esperamos alguna reacción de la madre del chiquito, pero todo lo que hizo fue exigirle a Maria Antonia que perdonara al niño.

Ayer le comenté el hecho a mi suegra y, como siempre, culpó a mi hija: "eso no es posible porque Juan es un sol. Algo le debió hacer Toñita"...

¿Qué hacer? A vece, cuando nos desaparecemos durante algunas semanas, las cosas se normalizan y los adultos (es decir mi suegra y sus dos hijas) intentan controlar al chiquito para que no haya problemas. Pero tan pronto bajamos la guardia todo vuelve a ser como siempre y mis chiquitas salen perdiendo.

Escucho sus consejos porque mi esposo está dispuesto a no volver a la casa de su mamá jamás. Él vivió algo similar con su propio hermano quien, durante años, abusó de todas las formas posibles sin que mediara ningún adulto para corregir la situación.