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Noticias y artículos católicos sobre ateísmo

 
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siempreMaria
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MensajePublicado: Lun Ene 05, 2009 10:25 am    Asunto: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Hola hermanos.

Abro este tema para publicar noticias, artículos, etc, que sean católicas y hablen sobre el ateísmo.

Recordad que debemos amar a todos.
Lo digo porque puede ser que leyendo algunas de las ocurrencias de los ateos se nos suba la tensión Wink
Rezad por ellos y por todos los que están influenciados para mal por el ateísmo.

Un abrazo en Cristo y María.
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siempreMaria
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MensajePublicado: Lun Ene 05, 2009 10:33 am    Asunto: Los nuevos ateos: son beligerantes y no ven nada bueno en la
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
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Empiezo poniendo un interesante artículo, tomado de:

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=6786&PHPSESSID=2afb102cbdc14fd539c99d9172e0521d#

P. J. Ginés
Los nuevos ateos: son beligerantes y no ven nada bueno en la religión

Autores que venden, como Dawkins, Dennett, Sam Harris o Michel Onfray, insisten en que la religión moderada favorece también el extremismo.

En EEUU sólo hay un uno por ciento de americanos que se declaran ateos, pero los libros de autores ateos y antirreligiosos beligerantes tienen un gran éxito. También tienen éxito de ventas en la más descristianizada Europa.

El contundente etólogo británico Richard Dawkins, llamado “el rottweiler de Darwin” ha colocado su libro The God Delusion entre los diez primeros en el ranking de Amazon.com y del New York Times.

Sam Harris, norteamericano, filósofo interesado en la neurociencia, triunfó el año 2004 con The End of Faith: religión, terror and the future of reason. Este año lo hace con otro libro polémico: Letter to a Christian Nation.

El filósofo Daniel Dennett publicó el pasado invierno su último libro Breaking the Spell: religion as a natural phenomenon, en el que insiste que la religión es una respuesta darwiniana, un necesidad muy humana de creer. Su especialidad es buscar lo que define la conciencia del hombre, frente a la del animal, desde el materialismo.

En Francia –y España- han tenido éxito los panfletos de defensa del ateísmo (y especialmente de anticristianismo) de Michel Onfray; libros provocadores, agresivos, fáciles de leer y peleones, tienen títulos ampulosos: Manual de antifilosofía (2005) y Tratado de ateología (2006).

Estos y otros personajes, ya no científicos o pensadores sino artistas como el mago Penn Jillette, o humoristas más o menos groseros como Leo Bassi y Christopher Hitchens, pueden ser clasificados en lo que la revista WIRED y USNEWS.COM llaman “los nuevos increyentes” ("the new unbelievers").

¿Qué tienen de nuevo?

¿Qué tienen de "nuevo" estos críticos de la religión? Para empezar, son beligerantes y no quieren ninguna componenda con la idea de “Dios”. Se ríen del deísmo cándido de un Rousseau, de un Thomas Jefferson o de un Voltaire. Estos ilustrados criticaban a la Iglesia, el evangelio y el cristianismo, pero filosóficamente pensaban que debía haber algún tipo de divinidad creadora o mantenedora.

Además, Voltaire murió católico, confesado y arrepentido (http://personal5.iddeo.es/magolmo/voltaire.html). “Muero en la santa religión católica en la que he nacido, esperando de la misericordia divina que se digne perdonar todas mis faltas y que si he escandalizado a la Iglesia, pido perdón a Dios y a ella”, escribió en su lecho de muerte.

A los nuevos ateos, la idea de una religión filosófica, humanista, vagamente deísta o espiritual les parece igual de inaceptable que el cristianismo. Aunque Sam Harris le ve cierta utilidad moral a algunas disciplinas de la espiritualidad oriental, todos coinciden en que por lo general la religión no sólo es falsa, sino que es es causa de maldades, desmanes e infelicidad.

Richard Dawkins incluso ha declarado que “la religión moderada hace del mundo un sitio más seguro para el fundamentalismo”. Todos ellos coinciden en que no es bueno “abstenerse” de tratar el tema en la calle, en la mesa, en la Universidad... que en todos estos ambientes deben debatirse las afirmaciones religiosas aplicándoles el mismo escrutinio que a las afirmaciones científicas.

No a la coexistencia: la ciencia ha de ir contra la religión

Todos ellos coinciden al rechazar la idea de que la ciencia y la religión son dos tipos de magisterio que no se oponen y que de hecho no se solapan. Rechazan la idea de que “la ciencia no debe examinar las afirmaciones religiosas ni la religión las afirmaciones científicas”. Para ellos, la ciencia debe examinarlo todo críticamente.



Richard Dawkins, el rottwailer de Darwin

Y cuando el método experimental falla, siempre se puede recurrir a argumentos de retórica más o menos visual. A la afirmación: “la ciencia no puede demostrar que Dios no existe”, responden “es cierto, pero como dijo Bertrand Russell tampoco se puede demostrar la existencia de una tetera orbitando alrededor del sol y no por eso pensamos que existe”.

Como el debate físico, cosmológico, biológico, tiene sus limitaciones para el público que lee prensa de divulgación, enseguida estos autores acuden al debate sociológico: la creencia religiosa fomenta la infelicidad y la inmoralidad.

Violencia y condones

Para ello tienen dos grandes argumentos amplificados por los medios de comunicación hasta la saciedad. Por un lado, las creencias religiosas provocan guerras de religión y violencia religiosa: ahí están las Torres Gemelas, los atentados de Madrid y Londres, el Islam violento, hindúes y musulmanes, etc...

Por otro lado, al catolicismo, que en nuestra época es eminentemente pacífico y que tiene cierto prestigio científico –al contrario que el fundamentalismo protestante-, se le acusa una y otra vez de impedir la distribución de condones y así ser culpable de la muerte de millones de africanos.

Michel Onfray en su Tratado de Ateología repite las críticas de Freud y Nietzsche al judeocristianismo, mezcla anécdotas bíblicas fuera de contexto, insiste en escenas sanguinarias de la Biblia, acusa a los católicos de colaborar con los nazis y piensa que el enfrentamiento Bush-Bin Laden es básicamente una guerra de religión (ni de petróleo ni de geoestrategia).



Sam Harris, autor de The End of Faith


Muchos lectores cristianos con poca base científica y filosófica, que pueden sentirse amedrentados al leer las páginas de ciencias naturales materialistas de estos autores, cuando leen los argumentos de actualidad o de historia sobre “la maldad” de la religión, empiezan a sospechar que los argumentos de ciencias naturales quizá tampoco son muy fiables.

Predicar la verdad de que no hay dios

Richard Dawkins y Sam Harris concluyen que si la religión tuvo alguna vez una utilidad social, ya no la tiene. Debe retirarse a la catacumba de la vida privada, no mediante la violencia de Robespierre y del gulag, sino con la enseñanza firme e insistente de la verdad por parte de los “increyentes” (es decir, de los creyentes en la no-existencia de Dios).

El humorista Christopher Hitchens, autor de God is not great, dice que cuando más alabanzas y aplausos recibe es cuando en sus shows se burla de la religión. Defiende que la religión sea limitada tanto como sea posible a la vida privada. Pero cree que los ateos no tienen posibilidades de conseguir “la victoria final sobre la superstición religiosa”. Es decir, eliminarla de las mentes de la población.

La historia lo demuestra con varios ejemplos. Tomamos uno soviético. En 1932, en el 17º Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, la Unión de los Sin Dios (5 millones de militantes, incluyendo 2 millones de jóvenes, un diario de 500.000 ejemplares de tirada, 60.000 células repartidas por la URSS) estableció un plan quinquenal para eliminar la religión de cara a 1937 (http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=2071&PHPSESSID=2afb102cbdc14fd539c99d9172e0521d).

Pero cuando se hizo el censo de 1937, tras años de persecuciones físicas e intelectuales, deportaciones, exterminios y educación comunista, de 30 millones de ciudadanos de la URSS analfabetos mayores de 16 años, el 84 % (más de 25 millones) se declararaban aún creyentes; e incluso entre los 68,5 millones de alfabetizados, el 45 % (más de 30 millones) eran aún creyentes. Estas cifras obligaban a admitir un fracaso evidente de la lucha total contra la religión y la Iglesia, y con la invasión alemana de Rusia Stalin abandonó el objetivo: necesitaba convocar al pueblo a una guerra santa contra el opresor nazi.

Y es que la beligerancia anti-Dios, incluso si es sólo en el campo del debate y de las ideas (que de todas formas siempre lleva al campo de las políticas, incluyendo políticas que deciden la vida o muerte de millones, como es el aborto) no es una beligerancia bien vista por muchas personas.

Por ejemplo, el académico Robert Wright, de la Princeton University, autor de un libro sobre los cambios en la religión (The Evolution of God) y especializado en las circunstacias sociales que llevan a la beligerancia religiosa, piensa que los nuevos increyentes están socavando un valor de las sociedades anglosajonas. “Nos absteníamos de decir cosas malas de la religión, de hablar de ello durante la comida; pero estos tipos quieren hablar de religión en la comida”.
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siempreMaria
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MensajePublicado: Lun Ene 05, 2009 11:21 am    Asunto: La ruidosa conversión de un filósofo ateo
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
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Tomado de:

http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=1412

La ruidosa conversión de un filósofo ateo

Anthony Flew

Durante los últimos cincuenta años, el ateo más famoso del mundo ha sido Anthony Flew. Mucho antes de que Richard Dawkins comenzara a atacar a la religión, Flew era el portavoz de los no creyentes, pero ahora Flew es el más famoso converso del mundo. En 1966 escribió su obra God and phylosophy (“Dios y la filosofía”) y en 1984 The presumption of atheism (“La presunción de ateísmo”). En ambas mantuvo una postura “evidencialista” según la cual debe presuponerse el ateísmo hasta que no se presenten evidencias de lo contrario. No obstante, éste ha parecido ser recientemente el caso, a juzgar por su último trabajo There is God (“Hay Dios”), que Flew considera su última palabra sobre el tema. “Debo decir –declara- que el viaje de mi descubrimiento de lo divino ha sido hasta ahora un peregrinaje de la razón. He seguido el argumento hasta donde me ha conducido”. Aquí ofrecemos en exclusiva para el público de lengua española la entrevista realizada por el Dr. Benjamín Wiker para www.tothesource.org.
Anthony Flew, londinense nacido en 1923, es hijo de un ministro metodista. Mientras se graduaba asistió regularmente a las tertulias organizadas por C. S. Lewis en su denominado “Club Socrático” pero, sin embargo, no se dejó seducir por los argumentos de Lewis a favor de la existencia de Dios y expuestos en su obra Mere christianity. Durante la Segunda Guerra Mundial estudió japonés en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres y fue oficial de inteligencia en la RAF. Ha sido profesor de filosofía en la Universidad de Aberdeen y en la de Keele, en esta última durante veinte años. Entre 1973 y 1983 fue profesor de filosofía en la Universidad de Reading y, después de jubilarse, ha sido profesor a tiempo parcial en la Universidad de York, en Toronto, Canadá.

Benjamín Wiker: Usted dice en Hay Dios que “es posible que nadie esté más sorprendido que yo de que mis investigaciones acerca de lo divino hayan pasado, después de todos estos años, desde la negación al descubrimiento”. Los demás pueden también estar muy sorprendidos, quizá tanto más cuanto que el final parece ser muy repentino. Pero en Hay Dios encontramos que en realidad ha sido un proceso muy gradual, una “migración de dos décadas”, como usted dice. Dios fue la conclusión de un argumento bastante largo. Pero ¿no hubo en esa argumentación un punto en el que usted se encontró bruscamente sorprendido al darse cuenta de que, después de todo, “hay Dios”? En algún sentido, ¿”escuchó usted una voz” dentro de la misma evidencia que decía “me oyes ahora”?

Anthony Flew: Había dos factores en especial que fueron decisivos. Uno fue mi creciente empatía con la idea de Einstein y de otros científicos notables de que tenía que haber una Inteligencia detrás de la complejidad integrada del universo físico. El segundo era mi propia idea de que la complejidad integrada de la vida misma –que es mucho más compleja que el universo físico- solo puede ser explicada en términos de una fuente inteligente. Creo que el origen de la vida y de la reproducción sencillamente no pueden ser explicados desde una perspectiva biológica, a pesar de los numerosos esfuerzos para hacerlo. Con cada año que pasa, cuanto más descubrimos de la riqueza y de la inteligencia inherente a la vida, menos posible parece que una sopa química pueda generar por arte de magia el código genético. Se me hizo palpable que la diferencia entre la vida y la no-vida era ontológica y no química. La mejor confirmación de este abismo radical es el cómico esfuerzo de Richard Dawkins para aducir en El espejismo de Dios que el origen de la vida puede atribuirse a un “azar afortunado”. Si este es el mejor argumento que se tiene, entonces el asunto queda zanjado. No, no escuché ninguna voz. Fue la evidencia misma la que me condujo a esta conclusión.


Wiker: Usted es famoso por argumentar a favor de una presunción de ateísmo, es decir, dados los argumentos a favor y en contra de la existencia de Dios, el peso de la prueba cae en el campo de los teístas. Dado que usted cree que sigue a la evidencia hasta donde ésta le conduce, y le lleva hasta el teísmo, parece que ahora las cosas van justo al contrario, de manera que la carga de la prueba cae en el campo de los ateos. Debe probarse que Dios no existe. ¿Qué piensa usted de esto?

Flew: He destacado en mi libro que algunos filósofos ciertamente han aducido que en el pasado la carga de la prueba estaba en el campo de los ateos. Creo que los orígenes de las leyes de la naturaleza, de la vida y del universo señalan claramente a una fuente inteligente. La carga de la prueba recae sobre los que argumentan lo contrario.

Wiker: Como prueba, usted cita la mayoría de la ciencia reciente, sin embargo usted subraya que su descubrimiento de lo divino no llegó a través de “experimentos y ecuaciones” sino más bien “a través de un descubrimiento de las estructuras que desvelan el mapa”. ¿Puede explicar esto? ¿Significa que la evidencia que le llevó hasta Dios no es verdaderamente, en esencia, científica?

Flew: Fue la evidencia empírica, la evidencia descubierta a través de las ciencias. Pero fue una deducción filosófica extraída de la evidencia. Los científicos como tales no pueden hacer esta clase de inferencias filosóficas. Tienen que hablar como filósofos cuando estudian las implicaciones filosóficas de la evidencia empírica.

Wiker: Obviamente, usted conoce la avalancha de libros recientes escritos por ateos como Richard Dawkins y Christopher Hitchens. Ellos creen que los que creen en Dios viven en el pasado. Pero usted parece afirmar educadamente que son ellos los que viven en el pasado, en tanto que la última evidencia científica tiende –o incluso quizás demuestra- fuertemente hacia una conclusión teísta. ¿Es una descripción justa de su posición?

Flew: Ciertamente. Añadiría que Dawkins es selectivo hasta llegar a ser deshonesto cuando cita las opiniones de los científicos acerca de las implicaciones filosóficas de los datos científicos. Dos filósofos de renombre, un agnóstico (Anthony Kenny) y un teísta (Nagel), han señalado recientemente que Dawkins no aborda tres cuestiones principales para plantear racionalmente la cuestión de Dios. Tal y como sucede, estas son las mismas cuestiones que me han conducido a aceptar la existencia de Dios: las leyes de la naturaleza, la vida y su organización teleológica y la existencia del Universo.

Wiker: Usted señala que la existencia de Dios y la existencia del Mal son realmente dos cuestiones diferentes, que necesitan por tanto dos investigaciones separadas. Pero en la literatura popular –incluso en gran parte de la literatura filosófica- las dos cuestiones aparecen con frecuencia mezcladas. Entre los teístas especialmente, se presume que la no existencia de Dios se sigue de la existencia del Mal. ¿Cuál es el peligro de tal inferencia? ¿Cómo respondería usted ahora en calidad de teísta?

Flew: Debo dejar claro que soy un deísta. Aunque yo no acepto ningún tipo de revelación divina, me encantaría estudiarla (y seguir haciéndolo en el caso del cristianismo). Para el deísta, la existencia del mal no supone ningún problema porque el Dios deísta no interviene en los asuntos del mundo. Lógicamente, el teísta religioso puede volverse hacia la defensa de la voluntad libre (de hecho, soy el primero que acuñó la expresión defensa de la libre voluntad). Otro cambio relativamente reciente en mis opiniones filosóficas es mi afirmación de la libre voluntad.

Wiker: Según Hay Dios usted no es lo que podría llamarse un “teísta débil”, es decir, las pruebas no le llevaron meramente a aceptar que hay una “causa” de la Naturaleza, sino a “aceptar la existencia de un ser auto-existente, inmutable, inmaterial, omnipotente y omnisciente”. ¿Esta usted lejos de aceptar que este ser es una persona y no un conjunto de características, por precisas que estas puedan ser? Estoy pensando en la afirmación de C. S. Lewis de que un acontecimiento crítico para él, a la hora de aceptar el cristianismo, fue percatarse de que Dios no era un “lugar” –un conjunto de características, como un paisaje- sino una persona.

Flew: Yo acepto el Dios de Aristóteles, que comparte todos los atributos que usted cita. Como Lewis, creo que Dios es una persona, pero no el tipo de persona con el que se puede conversar. Es el ser último, el Creador del Universo.

Wiker: ¿Piensa usted escribir otro libro después de Hay Dios?

Flew: Como digo al principio del libro, este es mi voluntad última y mi testamento.
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MensajePublicado: Lun Ene 05, 2009 9:58 pm    Asunto:
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
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pishikato escribió:
Editado


Hola hermano pishikato!

Tan sólo decirte que si no eres católico debes dirigirte al foro para no católicos (los 4 últimos).

Si eres, pues avísamelo.

Un abrazo.
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Ultima edición por siempreMaria el Lun Ene 05, 2009 10:48 pm, editado 1 vez
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MensajePublicado: Lun Ene 05, 2009 10:24 pm    Asunto: Test: ¿es usted un ateo fundamentalista?
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
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Tomado de:

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=11033&PHPSESSID=2afb102cbdc14fd539c99d9172e0521d

Test: ¿es usted un ateo fundamentalista?

Compruébelo contrastando su pensamiento con estos 25 puntos...

Existen los ateos razonables, dialogantes, abiertos, respetuosos y cordiales.

Y existe otro tipo de personas: los ateos fundamentalistas.

¿Cómo saber si es usted un ateo fundamentalista? Repasando el siguiente -y divertido- test.

Puede que usted sea un ateo fundamentalista si:

1 - Usted piensa que si un cristiano no responde a sus argumentos, es porque le asustan y no sabe contestarlos; pero si el cristiano responde a sus argumentos es porque “se siente amenazado” por ellos

2 - Usted piensa que los misioneros que dejan su comodidad para ayudar a los hambrientos, empobrecidos y perseguidos del Tercer Mundo son “corruptores con dogmas religiosos occidentales de antiguas culturas tribales”; usted piensa esto mientras está sentado en casa quejándose del precio del Kentucky Fried Chicken.

3- Usted piensa que cualquier cristiano que afirme haber sido antiguamente ateo está mintiendo o “nunca fue un verdadero ateo”

4 - Usted afirma que los crímenes y caídas de algunos cristianos que actúan de forma inconsistente con las enseñanzas de Cristo descalifican al completo edificio del Cristianismo, mientras que los crímenes y fallos de algunos ateos (que actuaron consecuentemente con el hecho de que el ateismo no ofrece una base para una moralidad objetiva) no deben tenerse en cuenta contra la filosofía del ateísmo.

5 - Usted afirma que no existen categorías absolutas de bien y mal, que toda moral es meramente personal, una construcción social o evolucionada; a continuación pasa usted a describir el cristianismo y a los cristianos como absolutamente inmorales, repugnantes, malvados y un peligro para la humanidad. Usted no nota ni por un segundo la hipocresía ni monumental falta de lógica de su postura.

6 - Usted echa en cara a todos los cristianos cualquier noticia estrambótica sobre cristianos que circule este mes por la prensa, mientras vive con el engaño de que no existen “frikis” ateos por ahí.

7- Usted SABE que la religión causa violencia y se lo repite a todo el mundo, esperando salvar la humanidad; por supuesto, piensa que la violencia en TV no afecta para nada a la violencia en el mundo.

8 - Para mejorar su factor fundamentalista usted ha decidido no estudiar ciencias sociales. Usted está seguro que los sociólogos son fundamentalistas cristianos camuflados, intentando potenciar una visión religiosa del mundo.

9- Usted piensa que tomarse la Biblia en serio es la obsesión de una franja marginal de extremistas cristianos de ultraderecha que no representan la visión de la Iglesia histórica ni del “cristianismo” liberal, ilustrado, escéptico, que según usted es el que llena las iglesias. Curiosamente, estos “cristianos verdaderos”, políticamente correctos, serían los que piensan lo mismo que usted.

10 - Usted asegura que las teorías de ciertos académicos liberales son verdades absolutas, pero se niega a debatir esos datos con cualquiera que esté igual o mejor documentado que usted.

11- Usted se enfurece cuando algún cristiano le sugiere que usted va a ir a un sitio que no cree usted que exista.

12- Usted está convencido de que la gente sólo cree en Dios por miedo al infierno... a pesar de que si no hay Dios, probablemente tampoco hay infierno.

13- Usted siempre critica que los cristianos pidan apoyo financiero, pero no ve problemas en que los “misioneros del ateísmo” o del laicismo radical hagan lo mismo.

14 - Para usted, la “declaración de propósitos” de una web cristiana demuestra prejuicios ideológicos tan fuertes que invalidan toda la documentación y argumentación de la web; en cambio, la “declaración de propósitos” de una web atea glorificando el materialismo, naturalismo o el racionalismo exclusivista le parece neutra y aceptable.

15- Cuando un grupo de académicos de la Universidad de Sydney, Australia, incluyendo un historiador, firman un documento diciendo que “Jesucristo es una de las grandes figuras de la historia” y que su reclamación de ser Hijo de Dios “se sostiene bajo un escrutinio de cerca”, usted se enfada porque es un abuso de su posición académica. Pero si el misionero ateo Richard Dawkins usa su cargo como profesor de Oxford para pontificar sobre ateísmo, religión y asuntos filosóficos ajenos a su campo (comportamiento animal) , eso le parece un uso responsable de la libertad académica.

16 - Usted piensa que los cristianos son estrechos de miras por creer sólo en una religión, en un Dios o una verdad. En cambio, los ateos son de mente muy abierta porque no creen absolutamente en ninguna.

17 - Usted piensa que el cristianismo le discrimina, porque para pertenecer a esa religión se le pide ser miembro de su religión.

18 - Los cristianos que entran en foros y chats ateos vienen “a meternos su religión por la garganta”, mientras que los ateos que van a foros cristianos van “sólo por educar”.

19 - Piensa usted que una prueba magnífica contra Dios es preguntarle por qué Él no acaba con tantas cosas horribles (violaciones, guerras, catástrofes...) pero usted evita preguntarse por qué Dios permite las maldades o pecados que usted causa, ya que, después de todo, ¡usted no cree en Dios!

20 - Está usted enfadado con el libro del doctor Paul Vitz “La fe de los sin padre: psicología del ateísmo”, porque un académico de la psicología ha relacionado el ateísmo con una condición psicológica. Pero a usted no le molesta decir a los creyentes que son el producto de un lavado de cerebro, condicionamiento psicológico y “pensamiento deseado” (wishful thinking).

21 - Usted cree que la teoría de Freud de que todas las experiencias religiosas son autoengaños es la más revolucionaria y verdadera de todos los tiempos. Pero cuando le recuerdan que Freud abusaba de la cocaína insiste usted en que “no se puede demostrar”.

22 - Usted está convencido de que todos los cristianos son idiotas. Cuando usted encuentra un extraño caso de cristiano que es evidentemente inteligente, usted deduce que los idiotas le engañaron para que creyera.

23 - Usted piensa que las palabras “cristiano” y “mentalmente sano” se excluyen mutuamente.

24 - Usted está satisfecho de carecer de todo prejuicio, no como el típico cristiano sociópata.

25 - Usted dice que los satanistas son cristianos, “porque adoran a un dios cristiano, ¿no?”

Si usted piensa estas cosas, probablemente es usted un ateo fundamentalista.

Basado en un divertido listado en inglés en http://www.tektonics.org/parody/fundyath.html , hemos eliminado algunos puntos muy ligados a la cultura norteamericana y retocado un poco la redacción para facilitar la lectura del lector hispano.
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MensajePublicado: Lun Ene 05, 2009 10:44 pm    Asunto: Los trucos de la gran prensa para potenciar el ateísmo
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
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Tomado de:

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=11737&PHPSESSID=2afb102cbdc14fd539c99d9172e0521d

Los trucos de la gran prensa para potenciar el ateísmo

Durante el año 2007, las noticias mencionando ateos o ateísmo eran positivas en un 80%. ¿Doble rasero?

El Culture and Media Institute de EEUU (www.cultureandmediainstitut.org) ha dedicado todo el año 2007 a observar los principales noticiarios de TV y leer los más influyentes semanarios. Los investigadores tomaron nota de todas las noticias y reportajes sobre religión y/o ateísmo, y cómo trataban los medios estos temas.

Los resultados de un año de visionado atento son claros: la prensa es asombrosamente cándida con los personajes y postulados ateos, y muchísimo más crítica con los religiosos, hasta el punto que las cifras permiten hablar de "doble rasero" e incluso discriminación.

El ateísmo es tratado con un asombroso guante de seda por la prensa, algo que no le sucede a las religiones, las empresas, los partidos políticos, los actores o películas, etc...

Medios analizados

Los investigadores observaron durante todo el año:

- todos los números de 2007 de las 3 revistas semanales de información más importantes: Newsweek, Time y US News and World Report
- todos los noticiarios matinales, de tarde, de noche y de fin de semana de las tres grandes cadenas de TV: la CBS, la NBC y la ABC.
- todas las ediciones de 4 programas de información de la National Public Radio (pagada por los ciudadanos mediante sus impuestos, se escucha en todos los EEUU; muy importante en un país de prensa privada y geográficamente fragmentada)

Por lo tanto, se observó cómo aparecían los temas de religión y ateísmo en prensa de papel, en TV y en radio, sabiendo que se trata de medios muy influyentes que marcan la agenda de la prensa local, de Internet, etc... y no sólo en EEUU.

Algunos resultados:

- Ninguna historia mencionando ateos o ateísmo criticaba o era negativa con el fenómeno ateo o los personajes ateos. Un 20% de las historias eran neutras, y un 80% claramente positivas.

- Cuando el tema principal tenía que ver con una religión, acudían a comentaristas ateos para dar el contrapunto en un 70% de casos. Cuando el tema principal era el ateísmo, sólo acudían a comentaristas cristianos en un 54% de casos.

- Newsweek habló de ateísmo en la mitad de sus ejemplares semanales. Time hizo lo mismo en uno de cada 3 ejemplares (incluyendo cartas, menciones a números anteriores, etc...). En cambio, el semanario US News and World Report sólo trató el tema una vez.

- Aunque todos los candidatos republicanos y demócratas se autodefinían como cristianos (incluyendo Giuliani, Hillary Clinton y Obama), sólo a los candidatos republicanos les preguntaban "cómo trataría usted a los ateos" o "tendría usted ateos en su gabinete". Nunca se preguntaba esto a los "cristianos" del partido demócrata.

- La cadena ABC trató del ateísmo 24 veces, en 5 de sus 6 programas de noticias. Es decir, tanto como las otras dos cadenas juntas, que trataron el tema en 16 ocasiones (la CBS) y en 11 ocasiones (la NBC). Nunca con un enfoque negativo.

Asombra tanta cobertura a un fenómeno que según las encuestas del National Cultural Values Surveys sólo afecta a un 8% de norteamericanos. La excusa, en la mayoría de los casos, eran 3 libros de autores ateos militantes (Sam Harris, Richard Dawkins y Christopher Hitchens) que aparecieron una y otra vez en la prensa analizada.

En general, se observa que si la prensa aplica un prisma de escepticismo y crítica al fenómeno de la religión y a sus líderes, en cambio a los ateos se les tiene una enorme consideración y no se les aplica ninguna crítica, ni siquiera el escepticismo que se aplica por sistema en muchas noticias de tema cristiano.

Además, los investigadores descubrieron que en noticias y reportajes sobre el cristianismo, se acudía enseguida a analistas ateos militantes para dar su visión. Pero si el reportaje trataba de Islam, judaísmo u otra religión, no se incluía la opinión de ateos sobre el tema.
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MensajePublicado: Mar Ene 06, 2009 12:23 am    Asunto: SOBRE “EL ESPEJISMO DE DIOS”, DE RICHARD DAWKINS
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Tomado de:

http://eticaarguments.blogspot.com/2007/10/sobre-el-espejismo-de-dios-de-richard.html

SOBRE “EL ESPEJISMO DE DIOS”, DE RICHARD DAWKINS

[A Richard Dawkins, provocador y arrogante como siempre, se le ve de nuevo en los escaparates de las librerías con motivo de la traducción española de su libro "The God Delusion" (cfr. # 370 (http://eticaarguments.blogspot.com/2007/02/debate-sobre-dios.html) de este blog) y figura en algunas listas de bestsellers.

El traductor ha elegido el título de "El espejismo de Dios". El libro, como se sabe, esgrime diversos argumentos —casi todos ya reiterados en otros libros anteriores— en contra de la existencia de Dios. El estilo es el habitual del autor: muy agresivo contra los creyentes y con una falta de ponderación y de equilibrio impropias de un científico. Pero, a la vez, sabe comunicar y puede convencer, como ocurre en estos casos, a los más simples.

Dice José Vicente Rodríguez ([url]http://blogs.periodistadigital.com/religion.php/2007/08/18/richard_dawkins_el_nuevo_azote_de_dios)[/url], en La Opinión: "Hay que reconocerle a Dawkins el mérito de ser un gran comunicador. (...) Pero a Dawkins le gusta jugar con ventaja (en ese sentido recuerda mucho al estilo de Michael Moore en sus documentales cinematográficos), recurriendo siempre a un esquema maniqueísta plagado de burlas sobre fundamentalistas cristianos, terroristas islámicos e historias horribles sobre de fanatismo e intolerancia."

Y más adelante sigue: "Dawkins se alza así como el apóstol del ateísmo, aunque su vehemencia le lleva a caer en una cascada de prejuicios contra lo metafísico y en los errores de un positivismo de principios del siglo XX que ya ha sido superado por la propia ciencia. En Gran Bretaña y Estados Unidos, donde el libro ha causado gran polémica, se comenta que algún colega científico ya prepara "El espejismo de Dawkins".

Reproducimos ahora un artículo de Alejandro Llano sobre este libro, que fue publicado en La Gaceta (http://www.negocios.com/gaceta/%C3%83%C2%A7) y se han hecho eco en conoZe.com (http://www.conoze.com/doc.php?doc=4128) y en otros sitios.]

#405 Varios Categoria-Varios: Etica y antropología

por Alejandro Llano

_____________________________


"Si oyes dos voces encontradas acerca de lo mismo, escucha la más tenue". No recuerdo cómo me llegó este consejo. Pero me parece muy certero. Concuerda con la réplica de un personaje de Shakespeare: "No tiene razón, grita demasiado". Lo estoy aplicando al alud de libros sobre Dios, la religión y la vida eterna que se están publicando últimamente. El griterío viene de parte de ateos y agnósticos, que coinciden en la falta de argumentos a su favor, y en su pretensión de amedrentar a quienes seguimos pensando que la realidad no se acaba entre los estrechos límites prescritos por divulgadores de teorías presuntamente científicas, ni se limita a las repetidas vulgaridades de los escribidores a tanto la línea en suplementos dominicales. A quienes continuamos pacíficamente abiertos a la trascendencia parece que no nos escucha casi nadie, a juzgar por el escaso eco que alcanzamos en los medios de comunicación, mayoritariamente alineados con las consignas de los dominadores. Pero ¿qué sucedería si tuviéramos razón?

Por de pronto, hemos logrado que la cuestión del Absoluto y de lo sagrado no quede arrumbada, como esperaban desde hace tiempo los materialistas. La religión está más viva que nunca y, desde luego, Dios no ha muerto. El cristianismo sigue cautivando a millones de jóvenes y vuelve a aumentar el número de chicas y chicos —y también de adultos y de ancianos— que deciden apostarlo todo a difundir esa fascinación.

Especialmente patético me ha parecido el bestseller de Richard Dawkins que lleva por título "El espejismo de Dios". Lo primero que pensé al tenerlo entre las manos es que no serían tan obtusas las creencias de teístas y creyentes cuando el profesor de Oxford necesita 450 páginas para impugnarlas. Y, además, no lo logra. Porque Dawkins no proporciona ni un solo razonamiento serio y bien trabado para demostrar que Dios no existe, que la religión es un imaginario consuelo, y que esperar en una vida futura no pasa de ser un deseo que pretende autocumplirse. A falta de mejores contra-evidencias, cientos de millones en todo el mundo siguen declarándose creyentes en realidades que trascienden lo puramente material. Y lo único que se le ocurre aducir al autor es que esas pobres gentes tienen miedo y se acogen a viejas leyendas, transmitidas por tradiciones ancestrales, sin ejercer el más mínimo espíritu crítico.

El lector no sale de su asombro cuando se percata de que quien ignora casi todo acerca de filosofía y de religión es el propio Dawkins. Desde luego, yo no aprobaría a un alumno de segundo de Letras si en un examen me escribiera algunas de las simplezas que aparecen estampadas en este pretencioso volumen. Su aire y formato, por cierto, parecen más propios de los mamotretos sobre griales y magdalenas que de investigaciones rigurosas sobre temas que se estudian en facultades universitarias de países avanzados, y a los que se dedican bibliografías minuciosas. Por poner dos ejemplos, la improvisación de un aficionado resplandece cuando Dawkins comenta las cinco vías tomistas o la doctrina cristiana sobre la Santísima Trinidad.

Dawkins equipara la religión a un virus mental que coloniza los cerebros de los niños, a los cuales se transmiten engañosas tradiciones, que con el tiempo adquieren la majestad de doctrinas intemporales, merecedoras de respeto. Él, por supuesto, no muestra consideración alguna por las creencias ni por los creyentes. Menos aún por la teología y la filosofía, en cuanto saberes que trascienden el alcance de las ciencias positivas. Pero si luego buscamos en su libro fundamentos propiamente científicos, no los encontramos por ninguna parte. Los autores que cita positivamente son escritores de libros de autoayuda, divulgadores sectarios o ideólogos ligeramente trasnochados. Y los casos y cosas que critica parecen sacados de un bestiario medieval o de leyendas negras anticatólicas.

Los católicos hacen otro tanto y ya era hora de que alguien les parara los pies, podrá argüir alguno. Pero no es así. Por citar, con cierto rubor, al que tengo más cerca, un servidor no procede así a lo largo de su libro "En busca de la trascendencia" (*), recientemente publicado por Ariel. Mal que bien, está plagado de argumentaciones, provenientes en buena parte de resultados científicos acreditados por serias investigaciones cosmológicas y biológicas. Al tiempo que las tomas de posición, nunca disfrazadas, se confrontan con las críticas más agudas. El objetivo no es convencer a nadie, sino buscar la verdad. Las realidades limpias no precisan propaganda, sino manifestaciones de evidencia, que quizá puedan interesar a muchos de los que no están dispuestos a digerir alimentos ideológicos precocinados. Los impugnadores de Dios y de las creencias religiosas deberían ser, al menos, un poco menos arrogantes. Porque antes o después acaban descubriendo que es dura cosa dar coces al aguijón.

____________

(*) Uno de los próximos artículos de arguments tratará sobre ese libro que se menciona: "En busca de la trascendencia", de Alejandro Llano, publicado en Ed. Ariel.
_________________
Con Dios y Mamita.

"Callad mientras duerme y descansa el Señor y Dios mío porque muy pronto lo despertarán los pecados de los hombres"

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siempreMaria
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MensajePublicado: Lun Ene 12, 2009 4:19 pm    Asunto: Albert Einstein contra el ateísmo arrogante
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
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Tomado de:
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=8084&PHPSESSID=2afb102cbdc14fd539c99d9172e0521d

P. J. Ginés

Albert Einstein contra el ateísmo arrogante

El genial físico y matemático reconocía su fascinación por "la figura luminosa del Nazareno" y criticaba el fanatismo de ciertos ateos.

El siglo XXI ha empezado con una moda literaria: los libros groseros de ateos arrogantes. Cuanto más groseros son y más tonterías históricas acumulan, más libros venden. En estos libros, la religión –especialmente la cristiana- es culpable del SIDA, la pobreza, la estupidez, el nazismo, el terrorismo mundial, el fracaso de tu matrimonio y que tus tostadas salgan siempre quemadas.

Michel Onfray en Francia con su Tratado de Ateología, Sam Harris con Carta a una nación cristiana, el biólogo Richard Dawkins con El Espejismo de Dios (The God Delusion), Steven Weinberg, Daniel Dennett... En España se ha apuntado al mini-boom del género Fernando Savater con un libro rutinario (http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=7834&PHPSESSID=099f4771f1796325ff7a08a82958dd9e), poco pensado y menos trabajado, con el que sacarse un dinerito extra atizándole a la fe.

Grandes mentes

La fe cristiana, o al menos la deísta, puede que sea verdadera. O puede que no. Que muchos hombres inteligentes hayan militado a favor o en contra del deísmo puede hacer pensar en nuestra capacidad de buscar la verdad usando la inteligencia.

“¿Si el cristianismo es tan razonable por qué Celso, Plotino, Hobbes, Maquiavelo, Voltaire, Rousseau, Goethe, Melville, Jefferson, Shaw, Russell, Franklin, Sartre, Camus, Nietzsche, Marx, Freud y Skinner lo rechazaron?”, pregunta el Handbook of Christian Apologetics de Peter Kreeft y Ronald K. Tacelli.

Dejando aparte que parece que Voltaire sí murió católico y reconciliado (http://personal5.iddeo.es/magolmo/voltaire.html) y que Camus en sus últimos años redescubrió la fe cristiana (http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=5112&PHPSESSID=099f4771f1796325ff7a08a82958dd9e), una respuesta rápida –aunque un poco anglocéntrica- puede ser que “el listado de no creyentes es fácil de superar con Pablo, Juan, Agustín, Tomás de Aquino, Anselmo, Buenaventura, Scoto, Lutero, Calvino, Descartes, Pascal, Leibniz, Berkeley, Galileo, Copérnico, Kepler, Newton, Newman, Lincoln, Pasteur, Kierkegaard, Shakespeare, Dante, Chesterton, Lewis, Solzhenitsin, Tolstoy, Dostoyevsky, Tolkien, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, T.S. Eliot, Dickens, Milton, Spenser y Bach, por no mencionar un tal Jesús de Nazaret”.

Y continua el manual de Kreeft y Tacelli:

“las mentes brillantes a menudo rechazan el cristianismo porque no quieren que sea verdad, porque no está de moda o simplemente porque el cristianismo pide obediencia, arrepentimiento y humildad”.

Einstein y los ateos

Es curioso que en ninguna de estas listas de mentes brillantes salga el genial físico y matemático Albert Einstein. Y es que Einstein era deísta. Creía en un Dios que daba orden y armonía al Universo. Siempre rechazó ser ateo, incluso rechazó ser panteísta. Dios no estaba en el Universo, sino detrás del Universo. Sin embargo nunca aceptó que fuese un Ser Personal. Y mucho menos que interviniese alterando las leyes naturales. Einstein no creía que Dios tuviese libre voluntad, pero es que tampoco creía que los hombres la tuviesen.

En EEUU se acaba de publicar una nueva biografía de Einstein a cargo de Walter Isaacson, que además ha publicado algunas líneas en TIME (www.time.com) sobre la fe de Einstein (http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,1607298,00.html).


“A lo largo de su vida, Einstein fue constante al rechazar la acusación de ser ateo. ‘Hay gente que dice que no hay Dios, pero lo que realmente me enfada es que me citan para apoyar su punto de vista’, dijo a un amigo.

Al contrario que Sigmund Freud o Bertrand Russell o George Bernard Shaw, Einstein nunca sintió la necesidad de denigrar a los que creían en Dios. Al contrario, tendía a denigrar a los ateos: ‘lo que me separa de la mayoría de esos que se llaman ateos es un sentimiento de radical humildad hacia los secretos inalcanzables de la armonía del cosmos’, explicaba.

‘Los ateos fanáticos’, escribió en una carta, ‘son como esclavos que aún sienten el peso de las cadenas que arrojaron tras un duro esfuerzo. Son criaturas que en su pleito contra la religión tradicional como opio de las masas, no pueden escuchar la música de las esferas”.




Otra de las cosas que distinguen a Einstein de los ateos modernos y groseros es que reconoce los logros históricos de la Iglesia, especialmente los que vivió en carne propia. Así, el 23 de diciembre de 1940 declaraba en la revista TIME sobre la facilidad con que Alemania adoptó la cultura nazi:

"Cuando tuvo lugar la revolución en Alemania, miré con confianza a las universidades, pues sabía que siempre se habían enorgullecido de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron amordazadas. Entonces confié en los grandes editores de los diarios que proclamaban su amor por la libertad. Pero, al igual que las universidades, también ellos tuvieron que callar, sofocados en pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció firme, en pie, para cerrar el camino a las campañas de Hitler que pretendían suprimir la verdad. Antes nunca había experimentado un interés particular por la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque la Iglesia fue la única que tuvo la valentía y la constancia para defender la verdad intelectual de la libertad moral."






La juventud del genio

Einstein nació en una familia judía sin fe ni práctica religiosa. El único pariente que iba a la sinagoga era agnóstico y decía al joven Albert que acudía porque “nunca se sabe”.

A los 6 años, sus padres metieron al niño en una gran escuela católica. Era el único judío entre los 70 alumnos de su clase. Como todos ellos, hizo la asignatura de religión católica y según Walter Isaacson la disfrutó.

Un poco antes de los 10 el joven Albert decidió ser un judío devoto en oposición a sus padres: no comer cerdo, mantener el Sabbath, la pureza kosher, incluso componía sus propios himnos y los cantaba camino del colegio.

A los 10 años, un estudiante de medicina de 21 años llamado Max Talmud que cada semana comía en su casa le dejó unos libros de divulgación de ciencias naturales escritos por Aaron Bernstein, que insistían en la relación entre la biología y la física. Ahí despegó el intelecto de Einstein hacia la física y la matemática, un intelecto hasta entonces adormecido.

A los 12 años abandonó el judaísmo. “Leyendo libros de divulgación científica pronto alcancé la convicción de que muchas de las historias de la Biblia no podían ser ciertas. La consecuencia fue una orgía decididamente fanática de librepensamiento con la impresión de que los jóvenes eran intencionadamente engañados por el estado con mentiras; un impresión aplastante”, cita Isaacson.

Uno no puede evitar pensar que los Onfray, Harris, Dawkins y Weinberg que hoy se presentan como pensadores maduros y adultos están en la fase radical que Einstein atravesó a sus 12 años.

Hay que dejar claro que los libros de Aaron Berstein no fueron culpables de esta falta de fe: sus libros de divulgación no veían incompatibilidad entre ciencia y fe. “la inclinación religiosa yace en la tenue conciencia que mora en los hombres de que toda la naturaleza, incluidos los humanos, no es un juego accidental sino un resultado de la ley de que hay una causa fundamental a toda la existencia.”

En 1929, en una cena en Berlín, teniendo casi 50 años, Einstein ya empezaba a establecerse en su postura deísta y se negó a comparar la religión con la superstición astrológica. “No puede ser, ¿no será usted religioso?”, le preguntaron. Y él respondió:

“Intente penetrar con nuestros medios limitados en los secretos de la naturaleza y encontrará que más allá de todas las leyes discernibles y sus conexiones, permanece algo sutil, intangible, inexplicable. Venerar esta fuerza que está más allá de todo lo que podemos comprender es mi religión. En ese sentido soy, de hecho, religioso.”

Es curioso que Sócrates y Platón consideraran que hasta los 50 años no se puede ser filósofo, que se necesita toda una vida de entrenamiento en las ciencias y en la vida misma para alcanzar la sabiduría básica, que el joven no puede ser sabio. Contagiaron de esta idea al pensamiento filosófico antiguo y medieval, en contraste con la vivencia cristiana de que jóvenes y niños pueden ser santos, es decir, sabios a la manera de Dios. Escándalos para griegos: Jesús niño enseñando en el templo, o el “te doy gracias Padre porque has enseñado a los pequeños lo que ocultaste a los sabios”.

Pero es en 1929, a los 50 años, cuando Einstein formula su veneración por el misterio, que es algo más que una X en una ecuación o un enigma por resolver.

La figura luminosa del Nazareno

A esa edad concede una entrevista a George Sylvester Viereck, un alemán que vivía en EEUU desde niño. Einstein pensaba que Viereck era judío. En realidad, Viereck presumía de ser pariente del Kaiser y durante la Segunda Guerra Mundial le detendrían por ser propagandista de la causa alemana. En la época que entrevistó a Einstein se ganaba la vida entrevistando grandes hombres... y escribiendo poesía erótica.

- ¿Hasta qué punto está usted influido por el cristianismo?

- De niño recibí instrucción tanto en la Biblia como en el Talmud. Soy judío, pero estoy embelesado por la figura luminosa del Nazareno.

- ¿Acepta la existencia histórica de Jesús?

- Incuestionablemente. Nadie puede leer los evangelios sin sentir la presencia real de Jesús. Su personalidad palpita en cada palabra. Ningún mito está lleno de tal vida.

- ¿Cree usted en Dios?

- No soy un ateo. No creo que pueda llamarme panteísta. El problema implicado es demasiado vasto para nuestras mentes limitadas. Estamos en la posición de un niño pequeño entrando en una gran biblioteca llena de libros en muchos idiomas. El niño sabe que alguien debe haber escrito esos libros. No sabe cómo. No entiende los idiomas en que están escritos. El niño tenuemente sospecha que hay un orden misterioso en la ordenación de los libros pero no sabe cuál será. Esta es, me parece, la actitud de incluso el humano más inteligente hacia Dios. Vemos el universo maravillosamente ordenado y obedeciendo ciertas leyes, pero sólo tenuemente entendemos estas leyes.

- ¿Es este un concepto judío de Dios?

- Soy un determinista, no creo en el libre albedrío. Los judíos sí creen en el libre albedrío. Creen que un hombre modela su propia vida. Yo rechazo esa doctrina. En ese tema, no soy judío.

- ¿Es ése el Dios de Espinoza?

- Me fascina el panteísmo de Espinoza, pero admiro aún más su contribución al pensamiento moderno porque fue el primer filósofo que trató del cuerpo y el alma como un todo, no como dos cosas separadas.

- ¿Cree usted en la inmortalidad?

- No. Y una vida es bastante para mí.




Einstein y el poeta bengalí Rabindranath Tagore se encontraron en 1930
y hablaron de música, arte y pensamiento (aquí en inglés).



La emoción del misterio

Einstein pronto vio que sus opiniones sobre estos y otros temas interesaban a muchos, así que en 1930 publicó un credo, “En qué creo”, apoyando a un grupo de derechos humanos. En él defendía la noción de misterio.

“La emoción más hermosa que podemos experimentar es lo misterioso. Es la emoción fundamental que está en la cuna de todo verdadero arte y ciencia. Aquel a quien esta emoción le es ajena, que ya no puede maravillarse y extasiarse en reverencia, es como si estuviera muerto, un candil apagado. Sentir que detrás de lo que puede experimentarse hay algo que nuestras mentes no pueden asir, cuya belleza y sublimidad nos alcanza sólo indirectamente: esto es la religiosidad. En esto sentido, y sólo en este, soy un hombre devotamente religioso.”

Posteriormente dio una charla en el Seminario de la Union Teológica de Nueva York, del que salieron frases en los periódicos que se hicieron famosas. Allí es donde dijo que “la ciencia puede ser creada sólo por quienes están profundamente imbuidos por la aspiración hacia la verdad y el entendimiento”. Y que “la fuente de este sentimiento, sin embargo, brota de la esfera de la religión”. Su frase más famosa de ese día se cita a menudo: “la ciencia sin la religión es coja; la religión sin la ciencia es ciega”.

El Einstein determinista

Einstein aceptaba un Dios detrás de las leyes inmutables del cosmos. Lo que no aceptaba es un Dios con poder o voluntad de cambiar estas leyes. Para él, las leyes físicas estaban predeterminadas... y las acciones de los hombres también.

En su credo se adhirió a la frase de Schopenhauer: “un hombre puede hacer lo que quiera, pero no querer lo que quiera”. Los deseos, ilusiones, maldades y bondades de un hombre vienen dados, determinados, por leyes inmutables.

Eso no quiere decir que por razones prácticas no debamos encerrar a los asesinos, aunque filosóficamente creamos que, en realidad, no son responsables, que estaban “obligados” a asesinar.

“Sé que filosóficamente un asesino no es responsable de su crimen, pero prefiero no tomar el té con él”, declaró.

Vivir “como si fuésemos libres y éticos” (aunque no lo seamos) era la propuesta de Einstein para una sociedad más civilizada. Una especie de vivir una ficción... que funcione. Apoyó que EEUU desarrollara la bomba atómica para frenar el nazismo, pero luego luchó por el control de la energía nuclear. Ayudó a refugiados judíos, habló en defensa de la justicia racial, plantó cara al McCarthismo, intentó trabajar en defensa de la paz.

“Para Einstein fue la ausencia de milagros lo que reflejaba una providencia divina, el hecho de que el mundo fuese comprensible, que siguiese leyes... eso era digno de reverencia”, concluye su biógrafo Walter Isaacson.


Científicos ateos, de aquelarre: “la ciencia ha de acabar con la religión”
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=7047

Los nuevos ateos: son beligerantes y no ven nada bueno en la religión
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=6786
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siempreMaria
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Registrado: 06 Jun 2006
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MensajePublicado: Lun Ene 12, 2009 4:20 pm    Asunto: Albert Einstein contra el ateísmo arrogante
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
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Tomado de:
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=8084&PHPSESSID=2afb102cbdc14fd539c99d9172e0521d

P. J. Ginés

Albert Einstein contra el ateísmo arrogante

El genial físico y matemático reconocía su fascinación por "la figura luminosa del Nazareno" y criticaba el fanatismo de ciertos ateos.

El siglo XXI ha empezado con una moda literaria: los libros groseros de ateos arrogantes. Cuanto más groseros son y más tonterías históricas acumulan, más libros venden. En estos libros, la religión –especialmente la cristiana- es culpable del SIDA, la pobreza, la estupidez, el nazismo, el terrorismo mundial, el fracaso de tu matrimonio y que tus tostadas salgan siempre quemadas.

Michel Onfray en Francia con su Tratado de Ateología, Sam Harris con Carta a una nación cristiana, el biólogo Richard Dawkins con El Espejismo de Dios (The God Delusion), Steven Weinberg, Daniel Dennett... En España se ha apuntado al mini-boom del género Fernando Savater con un libro rutinario (http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=7834&PHPSESSID=099f4771f1796325ff7a08a82958dd9e), poco pensado y menos trabajado, con el que sacarse un dinerito extra atizándole a la fe.

Grandes mentes

La fe cristiana, o al menos la deísta, puede que sea verdadera. O puede que no. Que muchos hombres inteligentes hayan militado a favor o en contra del deísmo puede hacer pensar en nuestra capacidad de buscar la verdad usando la inteligencia.

“¿Si el cristianismo es tan razonable por qué Celso, Plotino, Hobbes, Maquiavelo, Voltaire, Rousseau, Goethe, Melville, Jefferson, Shaw, Russell, Franklin, Sartre, Camus, Nietzsche, Marx, Freud y Skinner lo rechazaron?”, pregunta el Handbook of Christian Apologetics de Peter Kreeft y Ronald K. Tacelli.

Dejando aparte que parece que Voltaire sí murió católico y reconciliado (http://personal5.iddeo.es/magolmo/voltaire.html) y que Camus en sus últimos años redescubrió la fe cristiana (http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=5112&PHPSESSID=099f4771f1796325ff7a08a82958dd9e), una respuesta rápida –aunque un poco anglocéntrica- puede ser que “el listado de no creyentes es fácil de superar con Pablo, Juan, Agustín, Tomás de Aquino, Anselmo, Buenaventura, Scoto, Lutero, Calvino, Descartes, Pascal, Leibniz, Berkeley, Galileo, Copérnico, Kepler, Newton, Newman, Lincoln, Pasteur, Kierkegaard, Shakespeare, Dante, Chesterton, Lewis, Solzhenitsin, Tolstoy, Dostoyevsky, Tolkien, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, T.S. Eliot, Dickens, Milton, Spenser y Bach, por no mencionar un tal Jesús de Nazaret”.

Y continua el manual de Kreeft y Tacelli:

“las mentes brillantes a menudo rechazan el cristianismo porque no quieren que sea verdad, porque no está de moda o simplemente porque el cristianismo pide obediencia, arrepentimiento y humildad”.

Einstein y los ateos

Es curioso que en ninguna de estas listas de mentes brillantes salga el genial físico y matemático Albert Einstein. Y es que Einstein era deísta. Creía en un Dios que daba orden y armonía al Universo. Siempre rechazó ser ateo, incluso rechazó ser panteísta. Dios no estaba en el Universo, sino detrás del Universo. Sin embargo nunca aceptó que fuese un Ser Personal. Y mucho menos que interviniese alterando las leyes naturales. Einstein no creía que Dios tuviese libre voluntad, pero es que tampoco creía que los hombres la tuviesen.

En EEUU se acaba de publicar una nueva biografía de Einstein a cargo de Walter Isaacson, que además ha publicado algunas líneas en TIME (www.time.com) sobre la fe de Einstein (http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,1607298,00.html).


“A lo largo de su vida, Einstein fue constante al rechazar la acusación de ser ateo. ‘Hay gente que dice que no hay Dios, pero lo que realmente me enfada es que me citan para apoyar su punto de vista’, dijo a un amigo.

Al contrario que Sigmund Freud o Bertrand Russell o George Bernard Shaw, Einstein nunca sintió la necesidad de denigrar a los que creían en Dios. Al contrario, tendía a denigrar a los ateos: ‘lo que me separa de la mayoría de esos que se llaman ateos es un sentimiento de radical humildad hacia los secretos inalcanzables de la armonía del cosmos’, explicaba.

‘Los ateos fanáticos’, escribió en una carta, ‘son como esclavos que aún sienten el peso de las cadenas que arrojaron tras un duro esfuerzo. Son criaturas que en su pleito contra la religión tradicional como opio de las masas, no pueden escuchar la música de las esferas”.




Otra de las cosas que distinguen a Einstein de los ateos modernos y groseros es que reconoce los logros históricos de la Iglesia, especialmente los que vivió en carne propia. Así, el 23 de diciembre de 1940 declaraba en la revista TIME sobre la facilidad con que Alemania adoptó la cultura nazi:

"Cuando tuvo lugar la revolución en Alemania, miré con confianza a las universidades, pues sabía que siempre se habían enorgullecido de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron amordazadas. Entonces confié en los grandes editores de los diarios que proclamaban su amor por la libertad. Pero, al igual que las universidades, también ellos tuvieron que callar, sofocados en pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció firme, en pie, para cerrar el camino a las campañas de Hitler que pretendían suprimir la verdad. Antes nunca había experimentado un interés particular por la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque la Iglesia fue la única que tuvo la valentía y la constancia para defender la verdad intelectual de la libertad moral."






La juventud del genio

Einstein nació en una familia judía sin fe ni práctica religiosa. El único pariente que iba a la sinagoga era agnóstico y decía al joven Albert que acudía porque “nunca se sabe”.

A los 6 años, sus padres metieron al niño en una gran escuela católica. Era el único judío entre los 70 alumnos de su clase. Como todos ellos, hizo la asignatura de religión católica y según Walter Isaacson la disfrutó.

Un poco antes de los 10 el joven Albert decidió ser un judío devoto en oposición a sus padres: no comer cerdo, mantener el Sabbath, la pureza kosher, incluso componía sus propios himnos y los cantaba camino del colegio.

A los 10 años, un estudiante de medicina de 21 años llamado Max Talmud que cada semana comía en su casa le dejó unos libros de divulgación de ciencias naturales escritos por Aaron Bernstein, que insistían en la relación entre la biología y la física. Ahí despegó el intelecto de Einstein hacia la física y la matemática, un intelecto hasta entonces adormecido.

A los 12 años abandonó el judaísmo. “Leyendo libros de divulgación científica pronto alcancé la convicción de que muchas de las historias de la Biblia no podían ser ciertas. La consecuencia fue una orgía decididamente fanática de librepensamiento con la impresión de que los jóvenes eran intencionadamente engañados por el estado con mentiras; un impresión aplastante”, cita Isaacson.

Uno no puede evitar pensar que los Onfray, Harris, Dawkins y Weinberg que hoy se presentan como pensadores maduros y adultos están en la fase radical que Einstein atravesó a sus 12 años.

Hay que dejar claro que los libros de Aaron Berstein no fueron culpables de esta falta de fe: sus libros de divulgación no veían incompatibilidad entre ciencia y fe. “la inclinación religiosa yace en la tenue conciencia que mora en los hombres de que toda la naturaleza, incluidos los humanos, no es un juego accidental sino un resultado de la ley de que hay una causa fundamental a toda la existencia.”

En 1929, en una cena en Berlín, teniendo casi 50 años, Einstein ya empezaba a establecerse en su postura deísta y se negó a comparar la religión con la superstición astrológica. “No puede ser, ¿no será usted religioso?”, le preguntaron. Y él respondió:

“Intente penetrar con nuestros medios limitados en los secretos de la naturaleza y encontrará que más allá de todas las leyes discernibles y sus conexiones, permanece algo sutil, intangible, inexplicable. Venerar esta fuerza que está más allá de todo lo que podemos comprender es mi religión. En ese sentido soy, de hecho, religioso.”

Es curioso que Sócrates y Platón consideraran que hasta los 50 años no se puede ser filósofo, que se necesita toda una vida de entrenamiento en las ciencias y en la vida misma para alcanzar la sabiduría básica, que el joven no puede ser sabio. Contagiaron de esta idea al pensamiento filosófico antiguo y medieval, en contraste con la vivencia cristiana de que jóvenes y niños pueden ser santos, es decir, sabios a la manera de Dios. Escándalos para griegos: Jesús niño enseñando en el templo, o el “te doy gracias Padre porque has enseñado a los pequeños lo que ocultaste a los sabios”.

Pero es en 1929, a los 50 años, cuando Einstein formula su veneración por el misterio, que es algo más que una X en una ecuación o un enigma por resolver.

La figura luminosa del Nazareno

A esa edad concede una entrevista a George Sylvester Viereck, un alemán que vivía en EEUU desde niño. Einstein pensaba que Viereck era judío. En realidad, Viereck presumía de ser pariente del Kaiser y durante la Segunda Guerra Mundial le detendrían por ser propagandista de la causa alemana. En la época que entrevistó a Einstein se ganaba la vida entrevistando grandes hombres... y escribiendo poesía erótica.

- ¿Hasta qué punto está usted influido por el cristianismo?

- De niño recibí instrucción tanto en la Biblia como en el Talmud. Soy judío, pero estoy embelesado por la figura luminosa del Nazareno.

- ¿Acepta la existencia histórica de Jesús?

- Incuestionablemente. Nadie puede leer los evangelios sin sentir la presencia real de Jesús. Su personalidad palpita en cada palabra. Ningún mito está lleno de tal vida.

- ¿Cree usted en Dios?

- No soy un ateo. No creo que pueda llamarme panteísta. El problema implicado es demasiado vasto para nuestras mentes limitadas. Estamos en la posición de un niño pequeño entrando en una gran biblioteca llena de libros en muchos idiomas. El niño sabe que alguien debe haber escrito esos libros. No sabe cómo. No entiende los idiomas en que están escritos. El niño tenuemente sospecha que hay un orden misterioso en la ordenación de los libros pero no sabe cuál será. Esta es, me parece, la actitud de incluso el humano más inteligente hacia Dios. Vemos el universo maravillosamente ordenado y obedeciendo ciertas leyes, pero sólo tenuemente entendemos estas leyes.

- ¿Es este un concepto judío de Dios?

- Soy un determinista, no creo en el libre albedrío. Los judíos sí creen en el libre albedrío. Creen que un hombre modela su propia vida. Yo rechazo esa doctrina. En ese tema, no soy judío.

- ¿Es ése el Dios de Espinoza?

- Me fascina el panteísmo de Espinoza, pero admiro aún más su contribución al pensamiento moderno porque fue el primer filósofo que trató del cuerpo y el alma como un todo, no como dos cosas separadas.

- ¿Cree usted en la inmortalidad?

- No. Y una vida es bastante para mí.




Einstein y el poeta bengalí Rabindranath Tagore se encontraron en 1930
y hablaron de música, arte y pensamiento (aquí en inglés).



La emoción del misterio

Einstein pronto vio que sus opiniones sobre estos y otros temas interesaban a muchos, así que en 1930 publicó un credo, “En qué creo”, apoyando a un grupo de derechos humanos. En él defendía la noción de misterio.

“La emoción más hermosa que podemos experimentar es lo misterioso. Es la emoción fundamental que está en la cuna de todo verdadero arte y ciencia. Aquel a quien esta emoción le es ajena, que ya no puede maravillarse y extasiarse en reverencia, es como si estuviera muerto, un candil apagado. Sentir que detrás de lo que puede experimentarse hay algo que nuestras mentes no pueden asir, cuya belleza y sublimidad nos alcanza sólo indirectamente: esto es la religiosidad. En esto sentido, y sólo en este, soy un hombre devotamente religioso.”

Posteriormente dio una charla en el Seminario de la Union Teológica de Nueva York, del que salieron frases en los periódicos que se hicieron famosas. Allí es donde dijo que “la ciencia puede ser creada sólo por quienes están profundamente imbuidos por la aspiración hacia la verdad y el entendimiento”. Y que “la fuente de este sentimiento, sin embargo, brota de la esfera de la religión”. Su frase más famosa de ese día se cita a menudo: “la ciencia sin la religión es coja; la religión sin la ciencia es ciega”.

El Einstein determinista

Einstein aceptaba un Dios detrás de las leyes inmutables del cosmos. Lo que no aceptaba es un Dios con poder o voluntad de cambiar estas leyes. Para él, las leyes físicas estaban predeterminadas... y las acciones de los hombres también.

En su credo se adhirió a la frase de Schopenhauer: “un hombre puede hacer lo que quiera, pero no querer lo que quiera”. Los deseos, ilusiones, maldades y bondades de un hombre vienen dados, determinados, por leyes inmutables.

Eso no quiere decir que por razones prácticas no debamos encerrar a los asesinos, aunque filosóficamente creamos que, en realidad, no son responsables, que estaban “obligados” a asesinar.

“Sé que filosóficamente un asesino no es responsable de su crimen, pero prefiero no tomar el té con él”, declaró.

Vivir “como si fuésemos libres y éticos” (aunque no lo seamos) era la propuesta de Einstein para una sociedad más civilizada. Una especie de vivir una ficción... que funcione. Apoyó que EEUU desarrollara la bomba atómica para frenar el nazismo, pero luego luchó por el control de la energía nuclear. Ayudó a refugiados judíos, habló en defensa de la justicia racial, plantó cara al McCarthismo, intentó trabajar en defensa de la paz.

“Para Einstein fue la ausencia de milagros lo que reflejaba una providencia divina, el hecho de que el mundo fuese comprensible, que siguiese leyes... eso era digno de reverencia”, concluye su biógrafo Walter Isaacson.


Científicos ateos, de aquelarre: “la ciencia ha de acabar con la religión”
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=7047

Los nuevos ateos: son beligerantes y no ven nada bueno en la religión
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=6786
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Con Dios y Mamita.

"Callad mientras duerme y descansa el Señor y Dios mío porque muy pronto lo despertarán los pecados de los hombres"

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P. Fernando
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Registrado: 07 Mar 2006
Mensajes: 638

MensajePublicado: Mar Ene 13, 2009 7:59 am    Asunto:
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Un saludo en el Señor, y gracias, Siempremaría, por el tema.

Pensé que este artículo podría servir, que arranca desde un texto de Einstein sobre la religión.

http://www.camineo.info/news/128/ARTICLE/4965/2008-06-10.html

Cita:
A propósito de una carta de Einstein sobre el valor de la religión

Marcelo Bravo Pereira
10-06-2008

CAMINEO.INFO.- Hace unas semanas se encontró una carta inédita de Albert Einstein dirigida en 1954 al filósofo alemán Eric Gutkind. En su misiva, el célebre físico alemán consideraba la Biblia como una narración infantil, y Dios, un producto de la debilidad de los hombres. No es mi intención discutir las afirmaciones contenidas en esta carta. Dejo a otros la tarea de analizarla y comentarla a la luz de los demás escritos de Einstein para ver en qué medida sus palabras deben ser consideradas como definitivas.

Sí me parece más provechoso proponer algunas reflexiones sobre el origen de la religión en la vida del hombre, pues creo que es más interesante volver sobre esta cuestión que preguntarse sobre las creencias o convicciones de un científico que, por muy célebre y competente que sea en ámbito científico, en materia religiosa, tiene tanta autoridad como cualquier otro hombre.

En un artículo aparecido en el diario español “El País” del 20 de mayo de 2008, Mónica Salomone se pregunta, a propósito de la carta de Einstein, sobre el origen de la religión y de la idea de Dios. Si Dios existe o no, no es una cuestión científica, afirma. Desde el punto de vista estadístico el número de personas que creen en la existencia de Dios está muy por encima de sus detractores, pero la existencia de Dios no es una cuestión de estadísticas. Lo que la ciencia sí puede esclarecer – según ella – es el origen de la religión en la conciencia del hombre. Para ello acude a diversos científicos de renombre procurando sacar algo en limpio. La religión, lo mismo que la cultura y la biología, es producto de la selección natural. Lo que significa que la religión – o la capacidad para desarrollarla –, lo mismo que el habla, por ejemplo, sería un carácter que da una ventaja a la especie humana, y por eso ha sido favorecido por la evolución. Así piensa E. Carbonell, uno de los profesores entrevistados en el artículo.

Esta tesis es interesante, pero, a mi modo de ver, carece de profundidad, en cuanto que reduce la religión a una mera cuestión de evolución biológica. Es verdad que la evolución ha influido, pero la evolución, como mucho, me explicará el cómo – precisamente la dimensión de la religión, en cuanto fenómeno humano que depende de la biología –, pero no el por qué último de la religión. Más insatisfactoria aún me parece la respuesta de Carbonell cuando comienza, según él, a “hacer filosofía”. La religión vendría a tapar el hueco ante las preguntas sin respuesta empírica que le surgen al hombre como fruto de su interacción con el medio ambiente en su proceso evolutivo.

“Hagamos, pues, filosofía”.

Hace un par de años conversaba con el profesor Fernando Pascual, catedrático de historia de la filosofía antigua en una universidad italiana y experto en la filosofía de Platón. A fin de cuentas – le preguntaba – ¿cuál sería el argumento filosófico más fuerte para demostrar la espiritualidad del alma? La reditio completa, me respondió sin ambages. La reditio completa, o autorreflexión, es la capacidad que tiene la inteligencia humana de volver sobre su propio acto para conocerlo, o mejor, para reconocerlo. Todos los demás sentidos, que dependen de un órgano material (el ojo, las papilas gustativas, el oído, etc.), son incapaces de volver sobre su propio acto. El ojo ve, pero el ojo no puede ver su acto de ver, no puede ver que ve. La misma cosa ocurre con los demás sentidos que dependen de un órgano sensible. Cuando el ojo “se mira” al espejo, no está mirando su acto de ver, sino su reflejo en el cristal. Por el contrario, el entendimiento no depende de un órgano material, no sólo conoce, sino que conoce que conoce: vuelve sobre su acto y se “da cuenta” de que lo está realizando. El cerebro no es el órgano del entendimiento. Como mucho el cerebro presenta al entendimiento los objetos sobre los que pensará, y si él está dañado, el entendimiento no podrá “conocer” porque le faltará la “conexión” con la sensibilidad. Pero el entendimiento, precisamente porque puede volver sobre sí mismo, puede pensarse diverso y separado del cerebro, en cuanto órgano material.

Esta capacidad cognoscitiva es propia del hombre. Los animales saben, aprenden, tienen habilidades, pero no saben que saben, no saben que aprenden y no saben que tienen las habilidades que tienen. El hombre, por el contrario, no sólo percibe objetos, sino que además se conoce a sí mismo en el acto mismo de conocer, de percibir. Se conoce como cognoscente, como “sentiente”. Esto es la reditio completa, la autorreflexión. Por esta capacidad única del hombre, sabemos que su acto de conocer es un acto de un ser espiritual, porque no está sometido al espacio material y por lo tanto puede “volver” (de aquí reditio) completamente sobre su acto.

Apliquemos esta doctrina a la religión. De acuerdo con Mircea Eliade, uno de los más grandes estudiosos de la historia comparada de las religiones – ni qué decir tiene que sus afirmaciones tendrán en línea de principio más peso que las de Einstein –, la religión surge allí en donde se percibe una cierta trascendencia. La religión no surge sólo, ni exclusivamente, como fruto de la ignorancia, ante la incapacidad de dar respuestas empíricas ante los interrogantes de la vida. Esto es sólo un aspecto. Cuanto menos surgirá – al modo freudiano – como fruto de una neurosis causada por el complejo de Edipo. La religión, la dimensión religiosa, brota de la dimensión más elevada del hombre, de su inteligencia abierta a la trascendencia.

¿Qué significa que la religión surge allí donde el hombre percibe una cierta trascendencia? Significa precisamente lo que hemos estado diciendo: que el hombre entra en la dimensión religiosa con el mismo acto con que entra dentro de sí, con la autorreflexión. Cuando un coyote aúlla a la luna, éste no realiza un acto religioso. Como decíamos, el animal no reflexiona. El coyote realiza este acto movido por el instinto, habiéndolo aprendido antes de otros seres de su especie. Aúlla a la luna, pero no sabe que lo está haciendo, y, por lo tanto, es incapaz de preguntarse por qué lo está haciendo. Aúlla y basta.

El hombre que contempla la luna – dejamos de lado, por ahora, el valor religioso universal de este acto – se encuentra en una situación radicalmente diversa a la del coyote. Él contempla la luna y, mientras la contempla, percibe, primero casi intuitivamente, que efectivamente la está contemplando. Contempla la luna y, en el mismo acto, se descubre a sí mismo como el sujeto de sus actos, como un “yo” diverso de lo que le rodea. Se da cuenta de que es él quien contempla, y, de la luna, pasa a contemplar sus pensamientos, a vivenciar sus sentimientos, a disfrutar de la brisa fresca de la medianoche, etc. Pasa del exterior a su mundo interior. Se descubre a sí mismo como ser espiritual, como una persona que puede decir “yo”; en definitiva, como un ser trascendente. En síntesis, según la expresión de sabor agustiniano: de las cosas exteriores, a interior, y de las profundidades del interior se eleva a las realidades superiores, trascendentes.

En este instante surge la religión. Luego vendrán las preguntas sin respuesta: ¿qué hago aquí? ¿Por qué existo? ¿Cuál es el fin de mi vida? ¿Qué sentido tiene la vida, la muerte, el sufrimiento, el amor? ¿Hay Alguien detrás del firmamento? ¿Hay Algo (con mayúscula) que no muera, que no sufra, que sea inmutable en su felicidad? etc.

Dios es algo muy distinto de “una expresión de la debilidad humana”, como afirma Einstein. Si la gran mayoría de los seres humanos son religiosos, no es precisamente porque sean estúpidos e ignorantes, sino porque desde siempre creer en Dios se les ha hecho la cosa más normal del mundo, más en consonancia con su vida, independientemente de la situación existencial – de sufrimiento o de serenidad – en la que se encuentren. Cuando Einstein escribe que la Biblia es una colección de respetables, aunque primitivas leyendas infantiles, demuestra una grande ignorancia de lo que es y ha sido la Biblia para el pueblo hebreo, al que él se sentía – como afirmaba en su carta – orgulloso de pertenecer. Bastaría darse la molestia de abrir cualquier manual de Teología fundamental para advertir de que si hay algo claro en la Sagrada Escritura, sobre todo en los primeros capítulos del Génesis, es la crítica de los mitos cananeos y la reducción de las potencias naturales – el sol y la luna, adoradas como divinidades – a simples criaturas sometidas al poder del Creador. El lenguaje y las imágenes serán condicionadas por el contexto histórico cultural del pasado, pero el mensaje que trasmiten, es siempre válido. Por otro lado el monoteísmo bíblico es una conquista única en la historia de las religiones. Desconocer esto es como mínimo ignorancia. Al grande Einstein, al que se le reconocerá perpetuamente por sus aportaciones científicas, se le pide, como se le pide a cualquier científico de nuestros días, la seriedad necesaria para no hablar de cosas que desconocen. Y por ciertas afirmaciones que se encuentran en los periódicos, de respetables científicos, está ignorancia se mezcla en más de una ocasión con la mala fe.

Aceptar o no el contenido que la Biblia propone implica un acto de fe. Adherirse a ella es una cuestión de convicción en la libertad. La dimensión religiosa y la existencia de Dios son otras cuestiones bien diversas. Puedo libremente adherirme al Dios que me propone la Biblia. Nadie me puede obligar a creer que la Biblia es un libro inspirado por Dios. Lo que no puedo hacer – es ésta una exigencia de la razón – es considerar mito infantil lo que es, lo hemos demostrado, fruto del ejercicio más elevado del entendimiento humano: su capacidad de reflexión, de volver sobre sí mismo para descubrir que todo lo que nos rodea, por su belleza y por su contingencia, por su grandeza y por su caducidad, es una invitación a elevarse, a trascender, a entrar en la esfera de la espiritualidad, a tocar y descubrir la presencia y la acción de Dios. Será tal vez el Dios de los recuerdos infantiles (que no por ser infantiles son menos reales), pero también será el Dios matemático que rige el curso de los astros y el Dios que habla en la conciencia. Es finalmente el único Dios personal que ama y entra en diálogo con el hombre.
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Beatriz
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Registrado: 01 Oct 2005
Mensajes: 6434

MensajePublicado: Mar Ene 13, 2009 2:16 pm    Asunto:
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Cita:
Hace un par de años conversaba con el profesor Fernando Pascual, catedrático de historia de la filosofía antigua en una universidad italiana y experto en la filosofía de Platón. A fin de cuentas – le preguntaba – ¿cuál sería el argumento filosófico más fuerte para demostrar la espiritualidad del alma? La reditio completa, me respondió sin ambages. La reditio completa, o autorreflexión, es la capacidad que tiene la inteligencia humana de volver sobre su propio acto para conocerlo, o mejor, para reconocerlo. Todos los demás sentidos, que dependen de un órgano material (el ojo, las papilas gustativas, el oído, etc.), son incapaces de volver sobre su propio acto. El ojo ve, pero el ojo no puede ver su acto de ver, no puede ver que ve. La misma cosa ocurre con los demás sentidos que dependen de un órgano sensible. Cuando el ojo “se mira” al espejo, no está mirando su acto de ver, sino su reflejo en el cristal. Por el contrario, el entendimiento no depende de un órgano material, no sólo conoce, sino que conoce que conoce: vuelve sobre su acto y se “da cuenta” de que lo está realizando. El cerebro no es el órgano del entendimiento. Como mucho el cerebro presenta al entendimiento los objetos sobre los que pensará, y si él está dañado, el entendimiento no podrá “conocer” porque le faltará la “conexión” con la sensibilidad. Pero el entendimiento, precisamente porque puede volver sobre sí mismo, puede pensarse diverso y separado del cerebro, en cuanto órgano material.

Esta capacidad cognoscitiva es propia del hombre. Los animales saben, aprenden, tienen habilidades, pero no saben que saben, no saben que aprenden y no saben que tienen las habilidades que tienen. El hombre, por el contrario, no sólo percibe objetos, sino que además se conoce a sí mismo en el acto mismo de conocer, de percibir. Se conoce como cognoscente, como “sentiente”. Esto es la reditio completa, la autorreflexión. Por esta capacidad única del hombre, sabemos que su acto de conocer es un acto de un ser espiritual, porque no está sometido al espacio material y por lo tanto puede “volver” (de aquí reditio) completamente sobre su acto.


Muy buena respuesta.

Hasta hace poco guardaba la esperanza de conversion de un ateo, hace un par de dias recorde las palabras de un ex-evangelico, que nada de lo que le decian lo podia convencer....solo un deseo interior de insatisfaccion lo hizo buscar, y al buscar, encontro....esa sensacion de insatisfaccion es obra del Espiritu Santo. Estos articulos pueden servir para un catolico para aumentar su cultura general, para formarse, para tener recursos en una conversacion con un ateo, para profundizar en su fe (por eso esta iniciativa es muy buena) pero para el ateo solo si este esta sintiendo insatisfaccion interior y se ha lanzado a buscar algo que "lo convenza", porque el que busca, encuentra.

Saludos
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Miles_Dei
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MensajePublicado: Mar Ene 13, 2009 2:44 pm    Asunto:
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Decía San Agustín: "Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón estará inquieto mientras no descanse en ti".

La realidad es que a un ateo sólo Dios puede domeñarlo. Las llamadas de la gracia le vendrán por muchos caminos, inquietando su corazón, quizás algunas veces use de nosotros en su llamadas, pero siempre será Él el único que sabrá como tocar esa intimidad íntima del hombre. Lo demás es cosa de la libertad y voluntad del que ha de responder.

Un saludo en la Paz de Cristo.

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Beatriz
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MensajePublicado: Mar Ene 13, 2009 2:59 pm    Asunto:
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Los hombres somos muy infantiles y jugamos como niños... Ponemos nuestra ilusión en cosas que hacen reír a los ángeles. Señor, dame tu santo temor, llena mi corazón de tu amor y lo demás... Vanitas vanitatum.

Me gusta tu firma, Miles Wink
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Miles_Dei
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Registrado: 17 Sep 2007
Mensajes: 11717

MensajePublicado: Mar Ene 13, 2009 3:08 pm    Asunto:
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Es del beato y próximamente Santo hermano Rafael.

Un saludo en la Paz de Cristo.
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Anykarol
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Mensajes: 7
Ubicación: Zapopan, Jalisco

MensajePublicado: Mie Ene 14, 2009 2:34 am    Asunto: Comentario para siempreMaria
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Primeramente gracias por compartirnos estos articulos que encontró, con el apoyo de los medios de comunicación y el acceso a la educación sin restricción alguna de clases ni razas, aunque esto en ocasiones pudiera ser también lo que favorece el hecho de que ploriferen y se difundan estas ideas contrarias de continente a continente ya que contienen mucha información importante con respecto al ateismo, para algunas personas desconocida.
En nuestra epoca el ateismo se ha convertido en un movimiento mundial que está generando mas y mas seguidores con el paso del tiempo, aunque he de decirle que no necesitamos irnos tan lejos para conocer acerca de escritores extranjeros que trabajan por derrotar a la religión catolica, en nuestra propia comunidad basta simplemente con darle un pequeño vistazo a las revistas populares de espectaculos, deportivas, de moda, periodicos, novelitas, etc., etc. que se publican a diario con miles de lectores tanto creyentes como no creyentes en los que podemos encontrar desde chismes, calumnias y denigración de la persona humana hasta la invitación a consumir cuanta cosa hay en el mercado o incluso manejar un modelo de cuerpo humano perfecto para que lo sigamos en base a la mercadotecnia, cosas que a mi parecer no son de cristianos sino de "Perfectos Ateos" y a pesar de ello, el consumismo en una o varias ocasiones nos ha hecho presa con sus seductores parrafos.
Por otro lado, aunque un supuesto no creyente diga no estar deacuerdo con ningun tipo de religión está siendo victima de sus propios pensamientos y cayendo en contradicción porque en el mismo hecho de "No creer en Dios" ya está creyendo en algo. Entonces, como es posible que no creer en la vida que Dios les regaló si sus propias palabras dicen lo contrario......entonces el no creer se vuelve un sin sentido.
Gracias de antemano y espero un comentario al respecto.
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P. Fernando
Constante


Registrado: 07 Mar 2006
Mensajes: 638

MensajePublicado: Lun Ene 19, 2009 6:05 pm    Asunto:
Tema: Noticias y artículos católicos sobre ateísmo
Responder citando

Un saludo en el Señor:

Quería añadir a este tema, por si sirve, el link a un trabajo que espero pueda ser de utilidad:
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=12777

Es también de Marcelo Bravo. No lo copio porque es un poco largo.

Respecto a la pregunta de Anykarol habría mucho que decir... Nadie puede vivir sin creencias. Por eso la pregunta que debemos hacer es: ¿cuáles son las creencias mejores, que más nos acercan a la verdad?

No sé si sirva como idea. Espero que otros puedan aportar algo más completo.
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