Una mano amiga

[midka]

Una amiga mía que se apasiona por lo que hace y se entrega en sus textos, ha escrito:

“Mis reflexiones quieren ser un alivio en la vida o una mano tendida para avanzar en ella.”

¡Qué ambición tan grande poder llegar a ser aquello que contribuya no sólo al crecimiento del otro, sino más que nada a su consuelo y esperanza! Animándolo, apoyándolo, y hasta a veces guiándolo por el maravilloso camino que conduce a Dios y que es la vida. Pero para realizar esto es necesario acompañar al necesitado, tener una presencia viva en su vida. En una palabra ser su amigo.

Ambición que también implica un compromiso, porque no se puede ayudar al otro sino se le considera un amigo o un hermano. Y para considerarlo así se requiere involucrarse en la vida del otro a fin de ganarnos su confianza. Escucharlo en todo aquello que nos quiera decir a fin de comprender el origen de su sufrimiento, a fin de saber cuales son las palabras que le infundirán valor.

Ana Frank escribió que una persona puede sentirse sola, aun cuando mucha gente la quiera. Es que todavía no es la única para alguien. Y esta es la fórmula que debemos establecer para forjar ese compromiso; hacer que cada persona que conozcamos sea alguien único en nuestras vidas. Esto supuestamente es fácil hacerlo con aquellas personas que amamos: mi mamá y mi papá son únicos, mi esposa es única, mis hermanos son únicos. Sin embargo, no es así, porque a veces tratamos a nuestros hermanos como si fueran cualquier persona, o a nuestros papás, o a nuestra pareja. El colmo nos tratamos a nosotros mismos sin la dignidad de ser hijos de Dios, sin ser lo especial que pudiéramos llegar a ser. ¿Qué ocurre cuando empezamos a tratar a las personas de una forma especial? Entonces ellos tendrán la confianza de saberse queridos, amados, acariciados; y no por nosotros, sino por Dios que les ama a través de uno.

En un cristiano, en un hijo de Dios, amistad y caridad forman una sola cosa: luz divina que da calor – San Josemaría Escrivá de Balaguer. Mi querida amiga ha podido lograr esto, hacer de cada persona alguien especial para llegar hasta su corazón, para ser un alivio o un apoyo que venza cualquier problema. Es posible lograrlo, es posible dar ese calorcito a las almas heladas por falta de comprensión. Y para nosotros los cristianos no sólo es posible es una obligación hacerlo, ya que Jesús lo hace con nosotros. ¿O acaso no hemos sentido en las palabras de Jesús el bálsamo para nuestras heridas? ¿Y no nos ha tendido su perforada mano para ayudarnos a salir de nuestros problemas?

Caridad y amistad que dan alivio y apoyo en nuestras vidas. Veamos a cada persona como alguien especial. Como Dios nos ve a nosotros, especiales en su amor.
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Miguel Angel Montaño

[fdeleonm]

Muy linda tu reflexión.
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"Haced que os quieran y no que os teman. No basta con amar a los jóvenes, lo importante es que ellos se sientan amados". San Juan Bosco.

[midka]

Muchas gracias fdeleonm, pero realmente la propuesta original es de mi amiga, que ha hecho posible lograr muchas amistades a través del mundo.

Es una invitación abierta a participar activamente en el anuncio de esa Buena Nueva que nos dio Jesús. Es una invitación a ver en cada persona con la que nos encontramos un ser único, irrepetible, es decir especial. Y no sólo eso sino a tratarlo como tal.

Esto no es una idea nueva ni revolucionaría, es algo que hace no muchos años se daba, por medio de la cortesía. Yo creo que todos recordaremos cuando éramos niños como los vecinos se saludaban entre ellos, nadie irrumpía en la intimidad de los demás, existía una formalidad en el trato hacia las mujeres y las personas un poco mayores a nosotros. Esa era una señal de que cada persona era muy especial solamente por ser hijo de Dios. Se cedía el paso, se pedía permiso para hacer algo o para pasar por cierto lugar. En fin, creo que esto no es ajeno para ti fdeleonm, ni para muchos en el foro.

Amado Nervo escribió: “La cortesía es el más exquisito perfume de la vida, y tiene tal nobleza y generosidad que todos la podemos dar, aún aquellos que nada poseen en el mundo”. Y cuando se es cortes el mensaje que mandas a las personas es que son especiales para ti.
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Miguel Angel Montaño

[fdeleonm]

La humildad es una noble virtud y reconocer que no es mérito tuyo es grande.

Tiende la mano al que lo necesita y al que no lo necesita también.
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"Haced que os quieran y no que os teman. No basta con amar a los jóvenes, lo importante es que ellos se sientan amados". San Juan Bosco.

[midka]

[midka]

Pero ¿cómo hacer para que todos sean especiales en mi vida? Siendo especial yo. ¿Y que característica debo tener para mostrar esa diferencia con los demás? Ser alegre.

Fundamental en el cristiano esto: la alegría. No se puede ser especial sino se tiene esa chispa de felicidad en el corazón. No se puede tratar a nadie especialmente si no se irradia esa energía que es más contagiosa que cualquier influenza.

Retomando de nuevo las palabras de esa querida amiga de allende el mar y que me escribe directamente: “en mi vida, la sonrisa siempre me ha parecido esencial para quien está alegre”. ¡Wow! que impactantes palabras de la princesa de las riveras del Llobregat (como cariñosamente la llamo), ¡como una cosa se encadena con otra para dar como resultado una reacción en cadena! Si no sonríes, no estás alegre, y sin esa alegría ¿cómo puedes ser especial? ¿Cómo puedes tratar a alguien especialmente?

Es cierto que ante las circunstancias de la vida diaria es muy difícil mantener esa alegría constante, pero el amor todo lo vence. ¿Acaso no sientes amor por los tuyos? A veces llego a la casa de ustedes molido del trabajo, y viene mi chiquilla preciosa Tessie y me pide con una sonrisa en los labios que le ayude en algún trabajo de su profesión. Me siento cansado, pero ¿cómo negarle a alguien que te recibe con una sonrisa algo de tu tiempo? Yo creo que es en el amor a los demás donde podemos encontrar esa motivación para estar alegres, es más haz la prueba, pídele a alguien algo con una sonrisa en los labios y veras que difícilmente te lo negara. Y así tú nunca le niegues a alguien algo cuando te lo pida con esa sonrisa.

Me imagino a mi Señor Jesús, allí en el patio donde lo azotaron los romanos. Me imagino a uno de esos soldados acercarse a Él y preguntarle irónicamente si le dolía. Me imagino que mi Señor levanta la cara, le mira a los ojos y le responde: “sólo cuando respiro”, y te puedo asegurar que si no fuera por el dolor atroz de los flagelazos, lo diría con una sonrisa en el rostro. ¡con la alegría de amar! ¿No lo creen así?
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Miguel Angel Montaño

[Tralalá]

Uno de mis hermanos dice
No hay que ayuda sólo al que se lo merece
sino a quien lo necesita.
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[midka]

Tralalá y todos en algún momento de nuestra vida necesitamos esa ayuda. Necesitamos sentirnos especiales para alguien.

Y también, en algún momento de nuestras vidas, necesitamos hacer sentir a alguien especial. La satisfacción y el buen sabor de boca son incomparables.
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Miguel Angel Montaño

[Jf21]

Hermosa reflexión, Midka, y coincido totalmente en las observaciones.
Me imagino esa sonrisa de Jesús esporádica...no contínua...pues su dolor fue verdadero dolor y no una obra de teatro, como si estuviera fuera de su cuerpo;¡y esos latigazos tuvieron que doler...y quitar la sonrisa al más pintao!
También me llama la atención y coincido en que las personas necesitan que las hagan sentir especiales para sentirse satisfechas.Nadie quiere ser "del montón".Por eso insisto siempre en que todos los que aparezcan por aquí deben tener su comentario, pues nadie debe sentir que no le hacen caso o el caso que él esperaba -excepto los que vengan a provocar o molestar...que, creo no se ven porque los moderadores los eliminan-.
Sigo leyendo.Felicidades a tí y a tu buena amiga cuyas frases reflejas.
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[midka]

Cierto JF a nadie le gusta ser del montón. Por eso, como tú lo dices, es preciso siempre tener una respuesta para los demás. Y esa respuesta debe darse con la mayor humildad posible, se compartan o no las ideas. Con la intención de llegar al corazón de quien busca una respuesta. Con el respeto de saberse hermano de aquel. Con la santidad de sabernos falibles, impotentes, indefensos, es decir humanos. O como bien lo resumiría mi amiga, aquella de quien he hablado antes, “No hay un gran santo o santa si antes no hay un hombre o una mujer”. Y es que cuando no se da esta condición, asumimos el absurdo papel de guía, de padre o de maestro, olvidando aquello que Jesús nos dijo de que “Pero ustedes no deben pretender que la gente les llame maestros, porque todos ustedes son hermanos y tienen solamente un Maestro. Y no llamen ustedes padre a nadie en la tierra, porque tienen solamente un Padre: el que está en el cielo. Ni deben pretender que los llamen jefes , porque Cristo es su único jefe.” (Mt. 23,8-10).

Gran trabajo que nos queda por delante JF, para evangelizar en el amor y en la comprensión, dándole a cada uno aquella respuesta tan especial que Dios da a través de uno. Oremos para ser dignos profetas de esperanzas.
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Miguel Angel Montaño