zaqueo Esporádico
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Publicado:
Vie Abr 20, 2007 6:48 am Asunto:
TERCER DOMINGO T. PASCUAL
Tema: TERCER DOMINGO T. PASCUAL |
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TERCER DOMINGO DE PASCUA.22 DE ABRIL DE 2007.
*PRIMERA LECTURA: HECHOS DE LOS APÓSTOLES 5, 27b-32. 40b-41:
*SALMO 29: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
*SEGUNDA LECTURA: APOCALIPSIS 5, 11-14:
*LECTURA DEL SANTO EVANGELIO DE S. JUAN 212, 1-1-EVANGELIO: En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea los zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: “Me voy a pescar”.Ellos contestan: “Vamos también nosotros contigo”. Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: “Muchachos, ¿tenéis pescados?”. Ellos contestaron: “No”. Él les dice: “Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis” La echaron y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: “Es el Señór”.
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: “Traed de los peces que acabáis de coger”.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: “Vamos, almorzad”. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”.
Jesús le dice: “Apacienta mis corderos”.
Por segunda vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?. Él le contesta: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Él le dice: “Pastorea mis ovejas”. Por tercera vez le pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?.
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”.
Jesús le dice: “Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras”. Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto añadió: “Sígueme”.
COMENTARIO: Después de comer con los suyos a la orilla del lago, Jesús inicia una conversación con Pedro. El diálogo de Jesús con Pedro tiene como objetivo recordar algo de gran importancia para la comunidad cristiana: entre los seguidores de Jesús sólo está capacitado para ser guía y pastor quien se distingue por su amor a él.
Pedro en varias ocasiones le había manifestado su adhesión absoluta a Jesús por encima de los demás. Sin embargo, en el momento de la verdad es el primero en negarlo. ¿Qué hay de verdad en su adhesión? ¿Puede ser guía y pastor de los seguidores de Jesús?
Antes de confiarle su <<rebaño>>, Jesús le hace la pregunta fundamental: <<¿Me amas más que éstos?>>. Centrémonos en la pregunta y veremos que no le interroga sobre si se siente con fuerzas o conoce a la perfección su doctrina, sino sobre su <<amor>>, lo único esencial para animar, orientar y alimentar a sus seguidores como lo hacía él.
Jesús le hace por tres veces la pregunta por su amor hacia él- haciéndole recordar sus tres negaciones- para que vaya tomando conciencia de la importancia del amor, y vaya asumiendo la confianza que pone en él para que cuide, alimente, y comunique vida a sus seguidores.
La conclusión del diálogo de Jesús con Pedro es clara y evidente: cualquiera no sirve para guiar al pueblo de Dios y predicar con garantía la verdad. Sólo aquel que, tras una auténtica y verdadera conversión como la de Pedro que lloró amargamente sus negaciones, ama intensamente a Jesús y da a conocer la verdad es apto para su absoluta adhesión y seguimiento. El amor a Dios y el amor a los hombres será nuestra norma de vida.******************* _________________ quien jamás se desnuda por temor a la verdad, nada sabrá del amor. |
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