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La palabra misa, origen y significado
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Autor Mensaje
David Quiroa
Veterano


Registrado: 26 Oct 2006
Mensajes: 2901

MensajePublicado: Mie Feb 20, 2008 8:34 am    Asunto: Re: la palabra Misa
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
La palabra MISA aparece en el pentateuco.


En mi version de la Biblia no está. Tal vez al terminar el juego
me cuentas dónde está que ya me dió curiosidá. Wink
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enrique_ellena
Asiduo


Registrado: 13 Dic 2007
Mensajes: 395
Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Mie Feb 20, 2008 11:26 am    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

Según la RAE la Misa es:

misa. (Del b. lat. missa, despedida, misa). f. Celebración de la eucaristía. || 2. Orden del presbiterado. Juan está ordenado de misa. || ~ cantada. f. La que celebra con canto un solo sacerdote. || ~ concelebrada. f. La celebrada conjuntamente por varios sacerdotes. || ~ conventual. f. La mayor que se dice en los conventos. || ~ de campaña. f. La que se celebra al aire libre para fuerzas armadas y, por ext., para un gran concurso de gente. || ~ de cuerpo presente. f. La que se dice por lo regular estando presente el cadáver, aunque algunas veces, por algún inconveniente que ocurre, se dice en otro día no impedido. || ~ de difuntos. f. La señalada por la Iglesia para que se diga por ellos. || ~ del alba. f. La que se celebra en algunos templos al romper el día. || ~ de gallo, o ~ del gallo. f. La que se dice a medianoche o al comenzar la madrugada del día de Navidad. || ~ de los cazadores. f. misa del alba. || ~ de parida, o ~ de purificación. f. La que se decía cuando una mujer iba por primera vez a la iglesia después del parto. || ~ de réquiem. f. misa de difuntos. || ~ en seco. f. La que se dice sin consagrar, como la del que se adiestra para celebrar. || ~ mayor. f. La que se canta a determinada hora del día para que concurra todo el pueblo. || ~ nueva. f. La primera que dice o canta el sacerdote. || ~ parroquial. f. La que se celebra en las parroquias los domingos y fiestas de guardar, a la hora de mayor concurso. Se aplica por todos los feligreses y generalmente la celebra el párroco. || ~ privada, o ~ rezada. f. La que se celebra sin canto. || ~ solemne. f. La cantada en que acompañan al sacerdote el diácono y otros ministros. || ~ vespertina. f. La que se celebra por las tardes. || ~ votiva. f. La que, no siendo propia del día, se puede decir en ciertos días por devoción. || ~s gregorianas. f. pl. Las que en sufragio de un difunto se dicen durante 30 días seguidos y, por lo común, inmediatos al del entierro. || allá se, o te, lo dirán de ~s. frs. coloqs. U. para advertir a alguien que pagará en la otra vida lo mal que obre en esta, o que pagará en otro tiempo lo que obre mal de presente. || ayudar a ~. fr. Ejercer en ella en servicio de acólito o monaguillo. || cantar ~. fr. Decir la primera misa un nuevo sacerdote, aun cuando sea rezada. || como en ~. loc. adv. En profundo o en completo silencio. || decir ~ el sacerdote. fr. Realizar este santo sacrificio. || de ~ y olla. loc. adj. Dicho de un clérigo o de un fraile: De cortos estudios y poca autoridad. || en qué pararán estas ~s. expr. coloq. U. para expresar el temor de un mal resultado en negocio irregular. || ir a ~ algo que se dice. fr. coloq. Ser indiscutiblemente verdadero. Esto va a misa. || no saber alguien de la ~ la media. fr. coloq. Ignorar algo o no poder dar razón de ello. || no saber de la ~ la mitad. fr. coloq. Ar. no saber de la misa la media. || oír ~. fr. Asistir a ella. || que diga, o que digan, ~. frs. coloqs. U. para indicar que a alguien le tienen sin cuidado los comentarios de otra u otras personas. || ser ~s de salud. fr. U. para expresar desprecio hacia las maldiciones o malos deseos de alguien contra otra persona. || ya se lo dirán de ~s. fr. coloq. allá se lo dirán de misas. □ V. clérigo de ~, día de ~, fraile de ~ y olla, libro de
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enrique_ellena
Asiduo


Registrado: 13 Dic 2007
Mensajes: 395
Ubicación: Argentina

MensajePublicado: Mie Feb 20, 2008 11:28 am    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

Según: http://es.wikipedia.org/wiki/Misa
La misa, en la Iglesia católica, es el acto litúrgico dentro del cual se ofrece el sacrificio eucarístico. Su origen es la Última Cena de Jesús con sus doce apóstoles. Según el dogma católico, en la misa se celebra el sacramento de la eucaristía, consagrándose el pan y el vino por medio de una fórmula sacramental que pronuncia el sacerdote celebrante, lo que produce el efecto de la transubstanciación. Estas especies consagradas se consumen por los asistentes en la comunión. Anteriormente a esta fase fundamental de la misa está la liturgia de la palabra en la que se leen dos o tres textos de la Biblia, y normalmente hay un discurso, del sacerdote, llamado sermón u homilía.
Una Misa Medieval celebrada por el Obispo.
La Misa solemne o cantada constituye un género musical tradicional. Consta del "Kyrie" el "Sanctus" y el "Agnus Dei" como elementos obligatorios, además incluye el "Gloria" el "Credo" y otros elementos que dependen del tiempo litúrgico o de la ocasión como el "Dies Irae" en las misas de difuntos o requiems. El "Kyrie" está en lengua griega y el resto en lengua latina, si bien después del Concilio Vaticano II se autorizaron las misas en lenguas vernáculas.
La Misa puede celebrarse de acuerdo con distintos Ritos litúrgicos.
Tabla de contenidos
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• 1 Estructura
o 1.1 Ritos de entrada
 1.1.1 Canto de entrada
 1.1.2 Procesión de entrada
 1.1.3 Saludo inicial
 1.1.4 Acto penitencial
 1.1.5 Señor, ten piedad
 1.1.6 Gloria
 1.1.7 Oración colecta
o 1.2 Liturgia de la palabra
 1.2.1 Primera Lectura
 1.2.2 Salmo responsorial
 1.2.3 Segunda lectura
 1.2.4 Aleluya
 1.2.5 Evangelio
 1.2.6 Homilía
 1.2.7 Credo
 1.2.8 Oración de los fieles
o 1.3 Liturgia de la Eucaristía
 1.3.1 Ofertorio
 1.3.2 Oración sobre las ofrendas
 1.3.3 Plegaria eucarística
 1.3.4 Rito de la Comunión
o 1.4 Ritos de despedida
• 2 Véase también
• 3 Enlaces externos

Estructura [editar]
La misa, según la forma ordinaria del rito romano, se compone de cuatro partes: los ritos de entrada, la Liturgia de la palabra, la liturgia de la Eucaristía y los ritos de despedida. La estructura de la misa varía en función de los distintos ritos litúrgicos. Otros ritos litúrgicos tienen los mismos elementos ordenados de manera diferente. Por ejemplo, en el poco empleado rito Zaireño el Acto penitencial tiene lugar luego de las lecturas, y es obligatorio que el sacerdote celebrante dance en torno al altar.
Ritos de entrada [editar]
Son todos aquellos pasos que introducen a los fieles (asamblea) en la celebración. Estos ritos iniciales, que preceden a la Liturgia de la Palabra, incluyen el canto de entrada, el saludo inicial, el acto penitencial, el "Señor, ten piedad", el Gloria y la Oración colecta, y tienen como objetivo hacer que los fieles reunidos constituyan una comunión y se dispongan a oír como conviene la palabra de Dios y a celebrar dignamente la Eucaristía. Tienen un carácter de exordio (preámbulo), preparación e introducción. En algunas celebraciones que se unen con la misa, los ritos iniciales se omiten o se realizan de un modo peculiar.
Canto de entrada [editar]
El canto de entrada comienza cuando el sacerdote (con el diácono y los ministros) hace su entrada en el templo o en el recinto en el que se vaya a celebrar la Eucaristía. Este canto tiene como objetivo abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido e introducirles en el misterio del tiempo litúrgico o de la fiesta y acompañar la procesión del sacerdote y los ministros. El canto de entrada lo entona la schola y el pueblo, o un cantor y el pueblo, o todo el pueblo, o solamente la schola. Pueden emplearse para este canto o la antífona con su salmo, como se encuentran en el Gradual romano o en el Gradual simple, u otro canto acomodado a la acción sagrada o a la índole del día o del tiempo litúrgico, con un texto aprobado por la Conferencia de los Obispos. Si no hay canto de entrada, los fieles o algunos de ellos o un lector recitarán la antífona que aparece en el Misal. Si esto no es posible, la recitará al menos el mismo sacerdote, quien también puede adaptarla a modo de monición inicial.
Procesión de entrada [editar]
Con los fieles de pie, entra el sacerdote, generalmente acompañado de sus acólitos. Reverencian el sagrario con una genuflexión y luego el celebrante y el diácono besan el altar como signo de veneración. En el caso de que el sagrario no esté detrás del altar, los ministros, diáconos y sacerdotes realizan una inclinación profunda hacia el altar.
Saludo inicial [editar]
Terminado el canto de entrada, el sacerdote, de pie junto a la sede, hace la señal de la cruz junto con toda la asamblea y saluda al pueblo reunido. A continuación el sacerdote, por medio, del saludo, manifiesta a la asamblea reunida la presencia del Señor. Con este saludo y con la respuesta del pueblo queda de manifiesto el misterio de la Iglesia congregada. Terminado el saludo al pueblo, el sacerdote o el diácono o un ministro laico puede introducir a los fieles en la Misa del día con brevísimas palabras (Monición de entrada).
Acto penitencial [editar]
Se pide perdón a Dios por los pecados cometidos diciendo el Kyrie ("Señor, ten piedad") (a veces precedido del Confiteor ("Yo pecador")). Después, el sacerdote invita al acto penitencial, que, tras una breve pausa de silencio, realiza toda la comunidad con la fórmula de la confesión general y se termina con la absolución del sacerdote, que no tiene la eficacia propia del sacramento de la Penitencia. Sólo elimina los pecados veniales, no los mortales. Los domingos, sobre todo en el tiempo pascual, en lugar del acto penitencial acostumbrado, puede hacerse la bendición y aspersión del agua en memoria del bautismo. También se realiza la aspersión en las misas de envío.
Señor, ten piedad [editar]
Después del acto penitencial, se dice el Señor, ten piedad, a no ser que éste haya formado ya parte del mismo acto penitencial. Siendo un canto con el que los fieles aclaman al Señor y piden su misericordia, regularmente habrán de hacerlo todos, es decir, tomarán parte en él el pueblo y la schola o un cantor. Cada una de estas aclamaciones se repite, normalmente, dos veces, pero también cabe un mayor número de veces, según el genio de cada lengua o las exigencias del arte musical o de las circunstancias. Cuando se canta el Señor, ten piedad como parte del acto penitencial, a cada una de las aclamaciones se le antepone un "tropo".
Gloria [editar]
Se canta o reza el himno del Gloria, cuyo texto es invariable. El Gloria es un antiquísimo y venerable himno con que la Iglesia congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas. El texto de este himno nunca puede cambiarse por otro. Lo entona el sacerdote o, según los casos, el cantor o el coro, y lo cantan o todos juntos o el pueblo alternando con los cantores, o sólo la schola. Si no se canta, al menos lo han de recitar todos, o juntos o a dos coros que se responden alternativamente. Se canta o se recita los domingos, fuera de los tiempos de Adviento y de Cuaresma y las misas de difuntos, en las solemnidades y en las fiestas y en algunas peculiares celebraciones más solemnes.
Oración colecta [editar]
Es aquella en la que el sacerdote recoge todas las intenciones de la comunidad. Suele resumir el carácter del día o la fiesta que se está celebrando. Comienza con la invitación del sacerdote a la oración. Todo el pueblo congregado, a una con el sacerdote, permanecen un momento en silencio para hacerse conscientes de estar en la presencia de Dios y formular interiormente sus súplicas. Entonces el sacerdote lee la oración que se suele denominar colecta, por medio de la cual se expresa la índole de la celebración. Siguiendo una antigua tradición de la Iglesia, la oración colecta suele dirigirse a Dios Padre, por medio de Cristo y en el Espíritu Santo y se termina con la conclusión trinitaria, que es la más larga, del siguiente modo: Si se dirige al Padre: Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos; si se dirige al Padre, pero al fin de esta oración se menciona al Hijo: Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos; si se dirige al Hijo: Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. El pueblo, para unirse a esta súplica, la hace suya con la aclamación: Amén. En la Misa se dice siempre una única colecta.
Liturgia de la palabra [editar]
La liturgia de la palabra comprende las lecturas tomadas de la Sagrada escritura, que son desarrolladas con la homilía, la profesión de fe (el credo) y la Oración de los fieles. En las lecturas, que luego explica la homilía, Dios habla a su pueblo, descubriendo el misterio de la redención y salvación, y ofreciendo alimento espiritual. El mismo Cristo, por su palabra, se hace presente en medio de los fieles. Esta palabra divina la hace suya el pueblo con el silencio y los cantos, y muestra su adhesión a ella con la profesión de fe; y una vez nutrido con ella, en la oración universal hace súplicas por las necesidades de la Iglesia entera y por la salvación de todo el mundo. La liturgia de la palabra se ha de celebrar de manera que favorezca la meditación y, en consecuencia, hay que evitar toda forma de precipitación que impida el recogimiento. Conviene que haya en ella unos breves momentos de silencio, acomodados a la asamblea, en los que, con la gracia del Espíritu Santo, se perciba en el corazón la palabra de Dios y se prepare la respuesta a través de la oración. Estos momentos de silencio pueden observarse, por ejemplo, antes de que se inicie la misma liturgia de la palabra, después de la primera y la segunda lectura, y una vez concluida la homilía.

Sacerdote leyendo el Evangelio.
En esta parte, se hace lectura de la Biblia. Las tres primeras partes suelen ser leídas por laicos. En las lecturas se dispone la mesa de la palabra de Dios a los fieles y se les abren los tesoros bíblicos. Se debe, por tanto, respetar la disposición de las lecturas bíblicas por medio de las cuales se ilustra la unidad de ambos Testamentos y la historia de la salvación. No es lícito sustituir las lecturas y el salmo responsorial, que contienen la palabra de Dios, por otros textos no bíblicos. En la Misa celebrada con la participación del pueblo, las lecturas se proclaman siempre desde el ambón. Según la tradición, el oficio de proclamar las lecturas no es presidencial, sino ministerial. Así pues, las lecturas las proclama el lector, pero el Evangelio lo debe proclamar el diácono, y, en ausencia de éste, lo ha de anunciar otro sacerdote. Si no se cuenta con un diácono o con otro sacerdote, el mismo sacerdote celebrante lee el Evangelio; y si no se dispone de otro lector idóneo, el sacerdote celebrante proclama también las otras lecturas. Después de cada lectura, el que lee pronuncia la aclamación. Con su respuesta, el pueblo congregado rinde homenaje a la palabra de Dios acogida con fe y gratitud. El lector debe hacer reverencia al altar, no al sagrario. Al salir, hace la reverencia al pasar delante del altar, y al volver la hace desde el ambón.
Primera Lectura [editar]
La primera lectura suele ser tomada del Antiguo Testamento. En Pascua de Resurrección suele ser tomada del Apocalipsis y los Hechos de los Apóstoles.
Salmo responsorial [editar]
Se canta o recita un fragmento de un salmo tomado del libro homónimo, en forma antifonal: los fieles repiten una antífona y un salmista, lector, u otra persona idónea lee o canta los versículos del salmo. Esta parte de la Eucaristía goza de una gran importancia litúrgica y pastoral, ya que favorece la meditación de la palabra de Dios. El salmo responsorial ha de responder a cada lectura y ha de tomarse, por lo general, del Leccionario. Se ha de procurar que se cante el salmo responsorial íntegramente, o, al menos, la respuesta que corresponde al pueblo. El salmista o cantor del salmo proclama sus estrofas desde el ambón o desde otro sitio oportuno, mientras toda la asamblea escucha sentada y participa además con su respuesta, a no ser que el salmo se pronuncie de modo directo, o sea, sin el versículo de respuesta. Con el fin de que el pueblo pueda decir más fácilmente la respuesta sálmica, pueden emplearse algunos textos de respuestas y de salmos que se han seleccionado según los diversos tiempos del año o según los distintos grupos de Santos, en lugar de los textos correspondientes a la lectura, cada vez que se canta el salmo. Si el salmo no puede cantarse, se recita según el modo que más favorezca la meditación de la palabra de Dios. En lugar del salmo asignado en el leccionario pueden cantarse también o el responsorio gradual del Gradual romano o el salmo responsorial o el aleluyático del Gradual simple, tal como figuran en estos mismos libros.
Segunda lectura [editar]
Es tomada del Nuevo Testamento, salvo del Evangelio. Generalmente es un pasaje de alguna epístola. Esta lectura se omite en los días de semana, a no ser que coincida con una solemnidad. También se omite en las misas dominicales dirigidas principalmente a los niños.
Aleluya [editar]
Es una aclamación que precede a la proclamación del Evangelio. Se canta después de la lectura que precede inmediatamente al Evangelio, y puede ser sustituido por otro canto establecido por la rúbrica, según las exigencias del tiempo litúrgico. Esta aclamación constituye de por sí un rito o un acto con el que la asamblea de los fieles acoge y saluda al Señor que les va a hablar en el Evangelio, y profesa su fe con el canto. Lo cantan todos de pie, y, si procede, se repite; el verso lo canta el coro o un cantor. El Aleluya se canta en todos los tiempos litúrgicos, excepto en el tiempo de Cuaresma, en el que, en lugar del Aleluya se canta el verso que presenta el Leccionario antes del Evangelio, llamado tracto. Si hay una sola lectura antes del Evangelio, se puede tomar o el salmo aleluyático o el salmo y el Aleluya con su versículo. En el tiempo litúrgico en que no se ha de decir Aleluya, se puede tomar o el salmo y el versículo que precede al Evangelio o el salmo solo. Si no se cantan, el Aleluya o el verso antes del Evangelio pueden omitirse. La "secuencia", que, fuera de los días de Pascua y Pentecostés, es facultativa, se canta antes del Aleluya.
Evangelio [editar]
El sacerdote inicia la lectura diciendo "Lectio sancti Evangelii secundum (...)" ("Lectura del Santo Evangelio según..."), a lo que el pueblo responde diciendo "Gloria tibi, Domine" ("Gloria a Ti, Señor") y haciendo la señal de la cruz en la frente, labios y pecho. Al final se aclama "Laus tibi, Christe" ("Gloria a Ti, Señor Jesús"). La proclamación del Evangelio constituye la culminación de la Liturgia de la Palabra. La misma Liturgia enseña que se le debe tributar suma veneración, ya que la distingue por encima de las otras lecturas con especiales muestras de honor, sea por razón del ministro encargado de anunciarlo y por la bendición u oración con que se dispone a hacerlo, sea por parte de los fieles, que con sus aclamaciones reconocen y profesan la presencia de Cristo que les habla, y escuchan la lectura puestos en pie; sea, finalmente, por las mismas muestras de veneración que se tributan al Evangeliario. Hasta hace 10 años, al terminar el Evangelio se decía Palabra de Dios y se respondía “Te alabamos Señor”. Se cambió para resaltar su importancia. Al empezar se dice “Gloria a Ti, Señor”, y al terminar “Gloria a Ti, Señor Jesús”.
Homilía [editar]
El sacerdote hace una prédica, generalmente en torno a las lecturas, al Evangelio, a la festividad del día o algún acontecimiento relevante. Sólo es obligatoria los Domingos y fiestas de guardar. La homilía es parte de la Liturgia, y muy recomendada, pues es necesaria para alimentar la vida cristiana. Conviene que sea una explicación o de algún aspecto particular de las lecturas de la sagrada Escritura, o de otro texto del Ordinario o del Propio de la Misa del día, teniendo siempre presente el misterio que se celebra y las particulares necesidades de los oyentes. La homilía la pronuncia ordinariamente el sacerdote celebrante o un sacerdote concelebrante a quien éste se la encargue o, a veces, según la oportunidad, también el diácono, pero nunca un fiel laico. En casos peculiares y con una causa justa pueden pronunciarla también un Obispo o un presbítero que asisten a la celebración pero no concelebran. Los domingos y fiestas de precepto ha de haber homilía, y no se puede omitir sin causa grave en ninguna de las Misas que se celebran con asistencia del pueblo; los demás días se recomienda, sobre todo, en los días feriales de Adviento, Cuaresma y Tiempo Pascual, y también en otras fiestas y ocasiones en que el pueblo acude numeroso a la iglesia. Tras la homilía es oportuno guardar un breve espacio de silencio.
Credo [editar]
Si es domingo o solemnidad, los fieles junto con el sacerdote rezan el Credo de Nicea-Constantinopla, o en su defecto, el Credo de los Apóstoles. En cualquier Misa donde se diga el Credo, a la mención de la Encarnación de Jesucristo, debe hacerse una profunda reverencia. En la Navidad y el día de la Anunciación, todos se arrodillan en esta parte. En algunas ocasiones el Credo se suprime por las Solemnes Letanías de los Santos. El Símbolo o profesión de fe tiende a que todo el pueblo congregado responda a la palabra de Dios, que ha sido anunciada en las lecturas de la sagrada Escritura y expuesta por medio de la homilía, y, para que pronunciando la regla de la fe con la fórmula aprobada para el uso litúrgico, rememore los grandes misterios de la fe y los confiese antes de comenzar su celebración en la Eucaristía. El Símbolo lo ha de cantar o recitar el sacerdote con el pueblo los domingos y solemnidades; puede también decirse en peculiares celebraciones más solemnes. Se puede rezar el Símbolo de los Apóstoles o el Credo Niceo-Constantinopolitano. Si se canta, lo inicia el sacerdote o, según la oportunidad, un cantor, o el coro, pero lo cantan todos juntos. Si no se canta, lo recitan todos juntos, o a dos coros alternando entre sí.
Oración de los fieles [editar]
Se realizan peticiones de parte de la asamblea, por sus necesidades, a Dios. En la oración universal u oración de los fieles, el pueblo, responde de alguna manera a la palabra de Dios acogida en la fe y ejerciendo su sacerdocio bautismal, ofrece a Dios sus peticiones por la salvación de todos. Conviene que esta oración se haga normalmente en las Misas a las que asiste el pueblo, de modo que se eleven súplicas por la santa Iglesia, por los gobernantes, por los que sufren alguna necesidad y por todos los hombres y la salvación de todo el mundo. Las series de intenciones, normalmente, serán las siguientes: por las necesidades de la Iglesia, por los que gobiernan las naciones y por la salvación del mundo, por los que padecen por cualquier dificultad y por la comunidad local. Sin embargo, en alguna celebración particular, como en la Confirmación, el Matrimonio o las Exequias, el orden de las intenciones puede amoldarse mejor a la ocasión. Corresponde al sacerdote celebrante dirigir esta oración desde la sede. Él mismo la introduce con una breve monición en la que invita a los fieles a orar, y la concluye con una oración. Las intenciones que se proponen han de ser sobrias, formuladas con sabia libertad, en pocas palabras, y han de reflejar la oración de toda la comunidad. Las pronuncia el diácono o un cantor o un lector o un fiel laico desde el ambón o desde otro lugar conveniente. El pueblo, permaneciendo de pie, expresa su súplica bien con la invocación común después de la proclamación de cada intención, o bien rezando en silencio.

Dominus vobiscum (lat. "El Señor esté con vosotros") es la forma latina antigua del saludo del sacerdote a la comunidad al inicio de cada una de las partes de la misa. La comunidad responde, en cada ocasión: "Et cum spiritu tuo" ("Y con tu espíritu.").
Esta fórmula proviene de la Biblia (Ruth 2,4 y Tim. 4,22).
Liturgia de la Eucaristía

«Per ipsum» durante una misa en 2003 con Joseph Ratzinger
Ésta es la parte nuclear y central de la Misa pues, según la fe católica, Jesucristo mismo se hace presente en las especies eucarísticas en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad (ver transubstanciación). En la última Cena, Cristo instituyó el sacrificio y convite pascual, por medio del cual el sacrificio de la cruz se hace continuamente presente en la Iglesia cuando el sacerdote, que representa a Cristo Señor, realiza lo que el mismo Señor hizo y encargó a sus discípulos que hicieran en memoria de Él. Cristo, en efecto, tomó en sus manos el pan y el cáliz, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad, comed, bebed; esto es mi Cuerpo; éste es el cáliz de mi Sangre. Haced esto en conmemoración mía. De ahí que la Iglesia haya ordenado toda la celebración de la liturgia eucarística según estas mismas partes que corresponden a las palabras y gestos de Cristo. En la preparación de las ofrendas se llevan al altar el pan y el vino con el agua; es decir, los mismos elementos que Cristo tomó en sus manos. En la Plegaria eucarística se dan gracias a Dios por toda la obra de la salvación y las ofrendas se convierten en el Cuerpo y Sangre de Cristo. Por la fracción del pan y por la Comunión, los fieles, aun siendo muchos, reciben de un solo pan el Cuerpo y de un solo cáliz la Sangre del Señor, del mismo modo que los Apóstoles lo recibieron de manos del mismo Cristo.
Ofertorio [editar]
Las especies eucarísticas (pan y vino) son ofrecidas a Dios por el sacerdote, quién además se purifica mediante el lavado de manos. En este momento se canta la antífona de ofertorio del día, o en su defecto, un canto apropiado o mero silencio. Al comienzo de la liturgia eucarística se llevan al altar los dones que se convertirán en el Cuerpo y Sangre de Cristo. En primer lugar, se prepara el altar o mesa del Señor, que es el centro de toda la liturgia eucarística, y colocando sobre él el corporal, el purificador, el misal y el cáliz, que también se puede preparar en la credencia. Se traen a continuación las ofrendas: es de alabar que el pan y el vino lo presenten los mismos fieles. El sacerdote o el diácono los recibirá en un lugar oportuno para llevarlo al altar. Aunque los fieles no traigan pan y vino de su propiedad, con este destino litúrgico, como se hacía antiguamente, el rito de presentarlos conserva su sentido y significado espiritual. También se puede aportar dinero u otras donaciones para los pobres o para la iglesia, que los fieles mismos pueden presentar o que pueden ser recolectados en la iglesia, y que se colocarán en el sitio oportuno, fuera de la mesa eucarística (colecta). Acompaña a esta procesión en que se llevan las ofrendas el canto del ofertorio, que se alarga por lo menos hasta que los dones han sido depositados sobre el altar. Las normas sobre el modo de ejecutar este canto son las mismas dadas para el canto de entrada. Al rito para el ofertorio siempre se le puede unir el canto, incluso sin la procesión con los dones. El sacerdote pone el pan y el vino sobre el altar mientras dice las fórmulas establecidas. El sacerdote puede incensar las ofrendas colocadas sobre el altar y después la cruz y el mismo altar, para significar que la oblación de la Iglesia y su oración suben ante el trono de Dios como el incienso. Después son incensados, sea por el diácono o por otro ministro, el sacerdote, en razón de su sagrado ministerio, y el pueblo, en razón de su dignidad bautismal.
Oración sobre las ofrendas [editar]
Terminada la colocación de las ofrendas y los ritos que la acompañan, se concluye la preparación de los dones con la invitación a orar juntamente con el sacerdote, y con la oración sobre las ofrendas, y así todo queda preparado para la Plegaria eucarística. En la Misa se dice una sola oración sobre los dones, que termina con la conclusión breve, es decir: Por Jesucristo, nuestro Señor. Pero si en su final se menciona al Hijo, entonces se termina: Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Uniéndose a la oración, el pueblo hace suya la plegaria mediante la aclamación: Amén.
Plegaria eucarística [editar]
Ahora empieza el centro y la cumbre de toda la celebración. La Plegaria eucarística es una plegaria de acción de gracias y de consagración. El sacerdote invita al pueblo a elevar el corazón hacia Dios, en oración y acción de gracias, y lo asocia a su oración que él dirige en nombre de toda la comunidad, por Jesucristo en el Espíritu Santo, a Dios Padre. El sentido de esta oración es que toda la congregación de los fieles se una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas de Dios y en la ofrenda del sacrificio. La Plegaria eucarística exige que todos la escuchen con silencio y reverencia. Los principales elementos de que consta la Plegaria eucarística pueden distinguirse de esta manera:
• Prefacio. Es un himno, que empieza con un diálogo entre el sacerdote y los fieles. Resume la alabanza y la acción de gracias propia de la fiesta que se celebra. En esta acción de gracias, el sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da las gracias por toda la obra de salvación o por alguno de sus aspectos particulares, según las variantes del día, festividad o tiempo litúrgico.
• Sanctus ("Santo"). Los fieles junto con el sacerdote cantan, o rezan, el Sanctus: Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus sabaoth. Pleni sunt caeli et terrae gloria tua. Hossana in excelsis. Benedictus qui venit in nomine Domini. Hossana in excelsis ("Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el Cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el Cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el Cielo").
• Epíclesis. En la Epíclesis, la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones que han presentado los hombres queden consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada; que se va a recibir en la Comunión sea para salvación de quienes la reciban. En otros ritos esta invocación se hace después.
• Consagración. El sacerdote relata la institución de la eucaristía en el Jueves Santo, usando las mismas palabras de Jesús sobre las especies: sobre el pan, "Hoc est enim corpus meum (...)" ("Esto es mi Cuerpo...") y sobre el vino, "Hic est enim calix sanguinem meam (...)" ("Este es el cáliz de mi Sangre..."). Cuando el sacerdote dice estas palabras sobre el pan de harina de trigo sin levadura y el vino de uva, con la intención de consagrar, la substancia del pan y del vino desaparecen (no obstante los accidentes permanecen) siendo reemplazados por el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. En esta parte de la Misa, todos permanecen de rodillas. En el relato de la institución y consagración, con las palabras y gestos de Cristo, se realiza el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena, cuando bajo las especies de pan y vino ofreció su Cuerpo y su Sangre y se lo dio a los Apóstoles en forma de comida y bebida, y les encargó perpetuar ese mismo misterio.
• Anámnesis e Intercesiones. El sacerdote prosigue la oración eucarística recordando los misterios principales de la vida de Jesucristo, conmemorando a algunos santos (en primer lugar a la Virgen María), y haciendo peticiones por el Papa, el obispo del lugar, los fieles difuntos y los circunstantes. En la Anámnesis, la Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, recordando principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y ascensión al cielo. En la Oblación, la Iglesia, especialmente la reunida aquí y ahora, ofrece en este memorial al Padre en el Espíritu Santo la víctima inmaculada. La Iglesia pretende que los fieles no sólo ofrezcan la víctima inmaculada, sino que aprendan a ofrecerse a sí mismos y que de día en día perfeccionen, con la mediación de Cristo, la unidad con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios lo sea todo en todos. Las Intercesiones dan a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por todos sus fieles, vivos y difuntos, miembros que han sido llamados a participar de la salvación y redención adquiridas por el Cuerpo y Sangre de Cristo.
• Doxología final La Doxología final expresa la glorificación de Dios, y se concluye y confirma con la aclamación del pueblo: Amén. La aclamación se puede repetir hasta tres veces. El sacerdote eleva las especies eucarísticas y dice en voz alta (o canta): "Per ipsum et cum ipso et in ipso, est tibi Deo Patri omnipotenti, in unitate Spiritus Sancti, omnis honor et gloria per omnia saecula saeculorum" ("Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos"), a lo cual los fieles responden Amen.
Rito de la Comunión [editar]
Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que, según el encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos por los fieles, debidamente dispuestos, como alimento espiritual. A esto - tienden la fracción y los demás ritos preparatorios, que conducen a los fieles a la Comunión.
• Oración dominical. Después de la admonición "Praeceptis Salutaribus moniti..." ("Fieles a la recomendación del Salvador...") u otra similar, todos rezan el Padrenuestro. Le sigue el embolismo "Libera nos, Domine, ab omnibus malis..." ("Líbranos de todos los males, Señor...") y la aclamación "Quia tuum est regnum et potestas..." ("Tuyo es el reino, tuyo el poder..."). En la Oración dominical se pide el pan de cada día, con lo que se evoca, para los cristianos, principalmente el pan eucarístico, y se implora la purificación de los pecados, de modo que, verdaderamente, "las cosas santas se den a los santos". El sacerdote invita a orar, y todos los fieles dicen, a una con el sacerdote, la oración. El sacerdote solo añade el embolismo, y el pueblo lo termina con la doxología. El embolismo, que desarrolla la última petición de la misma Oración dominical, pide para toda la comunidad de los fieles la liberación del poder del mal. La invitación, la oración misma, el embolismo y la doxología con que el pueblo cierra esta parte, se pronuncian o con canto o en voz alta.
• Ad pacem (Rito de la paz). El sacerdote solo reza la oración Ad pacem ("Domine Iesu Christe, qui dixisti...") ("Señor Jesucristo, que dijiste...") tras la cual, invita a los fieles a darse un saludo de paz. Con este rito, la Iglesia implora la paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana, y los fieles expresan la comunión eclesial y la mutua caridad, antes de comulgar en el Sacramento. Por lo que se refiere al mismo rito de darse la paz, establezcan las Conferencias de los Obispos el modo más conveniente, según el carácter y las costumbres de cada pueblo. No obstante, conviene que cada uno exprese sobriamente la paz sólo a quienes tiene más cerca.
• Fracción del pan
El sacerdote parte el pan eucarístico con la ayuda, si procede, del diácono o de un concelebrante. El gesto de la fracción del pan, realizado por Cristo en la última Cena, y que en los tiempos apostólicos fue el que sirvió para denominar la íntegra acción eucarística, significa que los fieles, siendo muchos, en la Comunión de un solo pan de vida, que es Cristo muerto y resucitado para la vida del mundo, se hacen un solo cuerpo (1 Co 10,17). La fracción se inicia tras el intercambio del signo de la paz y se realiza con la debida reverencia, sin alargarla de modo innecesario ni que parezca de una importancia inmoderada. Este rito está reservado al sacerdote y al diácono. El sacerdote realiza la fracción del pan y deposita una partícula de la hostia en el cáliz, para significar la unidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor en la obra salvadora, es decir, del Cuerpo de Cristo Jesús viviente y glorioso.
• Agnus Dei (Cordero de Dios)
Todos recitan o cantan la oración "Agnus Dei, qui tollis..." ("Cordero de Dios, que quitas..."). El sacerdote luego eleva la Hostia y dice "Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit peccata mundi. Beatae qui ad caenam Agni vocati sunt" ("Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor"). Los fieles, de pie o de rodillas, responden: "Domine, non sum dignus ut intres sub tectum meum, sed tantum dic verbo et sanabitur anima mea" ("Señor, no soy digno(a) de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme"). Esta invocación acompaña a la fracción del pan y, por eso, puede repetirse cuantas veces sea necesario hasta que concluya el rito. La última vez se concluye con las palabras: danos la paz.
• Comunión
Los fieles que se encuentran preparados -esto es, sin haber cometido un pecado mortal desde su última confesión y habiendo ayunado durante una hora- pueden acercarse a recibir la Comunión. Durante este tiempo el cantor o la schola pueden cantar la antífona de Comunión, aunque puede cantarse también otro canto o cantos apropiados. El sacerdote se prepara con una oración en secreto para recibir con fruto el Cuerpo y Sangre de Cristo. Los fieles hacen lo mismo, orando en silencio. Luego el sacerdote muestra a los fieles el pan eucarístico sobre la patena o sobre el cáliz y los invita al banquete de Cristo; y, juntamente con los fieles, hace, usando las palabras evangélicas prescritas, un acto de humildad. Es muy de desear que los fieles, como el mismo sacerdote tiene que hacer, participen del Cuerpo del Señor con pan consagrado en esa misma Misa y, en los casos previstos , participen del cáliz, de modo que aparezca mejor, por los signos, que la Comunión es una participación en el sacrificio que se está celebrando. Mientras el sacerdote comulga el Sacramento, comienza el canto de Comunión, canto que debe expresar, por la unión de voces, la unión espiritual de quienes comulgan, demostrar la alegría del corazón y manifestar claramente la índole "comunitaria" de la procesión para recibir la Eucaristía. El canto se prolonga mientras se administra el Sacramento a los fieles. Se debe procurar que también los cantores puedan comulgar cómodamente. Para canto de Comunión se puede emplear o la antífona del Gradual romano, con salmo o sin él, o la antífona con el salmo del Gradual simple, o algún otro canto adecuado, aprobado por la Conferencia de los Obispos. Lo cantan el coro solo o también el coro o un cantor, con el pueblo. Si no hay canto, la antífona propuesta por el Misal puede ser rezada por los fieles, o por algunos de ellos, o por un lector, o, en último término, la recitará el mismo sacerdote, después de haber comulgado y antes de distribuir la Comunión a los fieles. Cuando se ha terminado de distribuir la Comunión, el sacerdote y los fieles, si se juzga oportuno, pueden orar un espacio de tiempo en secreto. Si se prefiere, toda la asamblea puede también cantar un salmo, o algún otro canto de alabanza o un himno. Para completar la plegaria del pueblo de Dios y concluir todo el rito de la Comunión, el sacerdote pronuncia la oración para después de la Comunión, en la que se ruega por los frutos del misterio celebrado. En la Misa sólo se dice una oración después de la Comunión, que se termina con la conclusión breve, es decir : Si se dirige al Padre: Por Jesucristo, nuestro Señor. Si se dirige al Padre, pero al final menciona al Hijo: Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Si se dirige al Hijo: Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. El pueblo hace suya esta oración con la aclamación: Amén.
• Purificación de los vasos sagrados
Tras dar la Comunión a los fieles que se acercaron, el sacerdote termina de consumir la Sangre y luego purifica todos los cálices y utensilios utilizados durante la Misa. Las sagradas Formas, u Hostias, que pueden haber quedado se reservan en el sagrario.
• Oración después de la Sagrada Comunión
Los fieles se ponen de pie y el sacerdote reza una breve oración.
Ritos de despedida [editar]
• Bendición. Antes de la bendición, se pueden introducir breves avisos para los fieles. Con la bendición final, el sacerdote bendice a los fieles "in nomine Patris et Filii + et Spiritus Sancti" ("en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"). En una bendición solemne, la fórmula es más larga, ya que se enriquece y amplía con la oración sobre el pueblo o con otra fórmula más solemnre. Si la Misa la dice un Obispo, éste traza la señal de la Cruz tres veces sobre los fieles. El diácono, o un sacerdote si no lo hubiera, despide al pueblo diciendo "Ite, Missa est" ("Pueden ir en paz") o "Benedicamus Domino" ("Bendigamos al Señor"), dependiendo de la Misa, a lo cual el pueblo responde "Deo gratias" ("Demos gracias a Dios"). La despedida del pueblo por parte del diácono o del sacerdote tiene como objetivo que cada uno regrese a sus honestos quehaceres alabando y bendiciendo a Dios. El beso del altar por parte del sacerdote y del diácono y después una inclinación profunda del sacerdote, del diácono y de los demás ministros, concluyen la eucaristía. Es sumamente común continuar con un canto final, generalmente dedicado a la Virgen María; en algunos lugares además se agrega la tradicional oración a San Miguel Arcángel.
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enrique_ellena
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MensajePublicado: Mie Feb 20, 2008 11:35 am    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

LA SANTA MISA
Se le llama también Eucaristía
Etim.: Missa, de "mittere", enviar. Tomado de las palabras finales en latín: "Ite missa est".

La misa, el sacrificio y banquete de la Eucaristía, es acto central de la Iglesia católica y el acto supremo de culto a Dios.
El mismo Cristo que se ofreció a si mismo una vez en el altar de la cruz, está presente y se ofrece en la misa. No es otro sacrificio, no es una repetición. Es el mismo sacrificio de Jesús que se hace presente. Es una re-presentación del Calvario, memorial, aplicación de los méritos de Cristo.
Cristo está presente en el cielo y también en el altar, y se entrega hoy al Padre como el Viernes Santo.
La Misa es un sacrificio de propiciación (aplaca la justicia divina) por nuestros pecados.
La Misa es un memorial: Se conmemora la muerte de Jesús, pero no como un recuerdo psicológico, sino como una realidad mística. Cristo se ofrece a si mismo tan realmente como lo hizo en el Calvario.
La Misa es un banquete sagrado: El mismo Cristo que se ofrece, lo recibimos la Eucaristía.
La Misa es el medio principal que Dios ha establecido para aplicar los méritos que Cristo ganó en la Cruz para toda la humanidad.
1. La Eucaristía es prenda de la gloria futura. Es la fuente, el corazón y la cumbre de toda la vida cristiana.
2. En ella se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia: Jesucristo, que asocia a su Iglesia, y a todos sus miembros, a su sacrificio pascual, ofrecido una vez por todas en la cruz al Padre; y, por medio de este sacrificio, derrama la gracia de la salvación sobre su Cuerpo que es la Iglesia.
3. La Santa Misa y el sacrificio de la Cruz son un único sacrificio, pues se ofrece una y la misma víctima: Jesucristo. Sólo es diferente la manera de ofrecerse: Cristo se ofreció a sí mismo una vez en la cruz de manera cruenta –con derramamiento de sangre–, mientras en la Eucaristía se ofrece por el ministerio de los sacerdotes de modo incruento –sin derramamiento de sangre–. Así, el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual. Y cuantas veces se celebra la Eucaristía, se realiza la obra de nuestra redención.
4. La Eucaristía es también el sacrificio de la Iglesia, porque ella es el Cuerpo de Cristo y participa del sacrificio de su Cabeza.
a. Cristo es el actor principal e invisible que preside cada misa como sumo sacerdote de la Nueva Alianza, intercede ante el Padre por todos los hombres.
b. La Iglesia se une a Cristo y se ofrece totalmente con El en la Misa
c. La misa la celebra el obispo o el sacerdote –actuando “en persona de Cristo-cabeza”–, representando a Cristo, preside la asamblea, predica la homilía, recibe las ofrendas, dice la plegaria eucarística, consagra y reparte la comunión.
d. Sólo los sacerdotes válidamente ordenados pueden presidir la Eucaristía y consagrar (invocar al Espíritu Santo para que el pan se haga el Cuerpo y el vino, la Sangre de Jesucristo). Por eso la presencia del sacerdote es indispensable y esencialmente diferente.
e. En la celebración de la Eucaristía participan todos los fieles miembros de su Cuerpo. Cada uno une en la Eucaristía su vida, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo a los de Cristo y a su total ofrenda.
f. También se unen en la Eucaristía la Virgen María y los santos que están ya en la gloria del cielo
g. En la misa oramos por las almas del purgatorio para que puedan entrar en la luz y la paz de Cristo.
5. Después de la consagración, Jesús está realmente presente en la Eucaristía:

a. En la consagración ocurre la “transubstanciación”, que significa “cambio de substancia” del pan y el vino a ser verdaderamente la sustancia del Cuerpo y Sangre del Señor. La Eucaristía aun tiene la apariencia de pan y vino pero nos es pan y vino.
Cristo está presente en la Eucaristía verdadera, real y substancialmente con todo su Cuerpo, Sangre, alma y divinidad. Esta presencia se llama “real” porque es “substancial”, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente.
Cristo está todo entero en cada una de las especies y en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo, que está real y permanentemente presente en la eucaristía mientras duren sin corromperse las especies eucarísticas.
6. Para recibir bien la Sagrada Comunión son necesarias tres cosas:
a. saber a quién vamos a recibir,
b. Estar en gracia de Dios. Quien esta en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar. Ver: Eucaristía y divorciados y vueltos a casar
c. Guardar el ayuno eucarístico, que consiste en no comer ni beber nada desde una hora antes de recibir la Comunión.
7. Hagamos todo lo posible para poder recibir la comunión. Jesús nos dice «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros».
8. La Sagrada Comunión produce frutos:
a. acrecienta nuestra unión íntima con Cristo;
b. conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo;
c. purifica de los pecados veniales,
d. fortalece la caridad y nos preserva de futuros pecados mortales al fortalecer nuestra amistad con Cristo;
e. renueva, fortalece y profundiza la unidad con toda la Iglesia;
f. nos compromete en favor de los más pobres, en los que reconocemos a Jesucristo; y se nos da la prenda de la gloria futura.
Para recibir todos los méritos disponibles es necesario participar con fe. Cuanto mas fe se viva la Santa Misa, mayor gloria se le ofrece a Dios y mayor la gracia que se recibe, no solo para los participantes sino para la humanidad.
9. En la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo con un comportamiento respetuoso, arrodillándonos durante la consagración en señal de adoración al Señor. También es importante la actitud corporal (gestos, vestido…).
10. La palabra "misa" viene del latín "missio" (enviar). Al final los fieles son enviados a poner en práctica la Palabra de Dios con la gracia recibida.
11. Al entrar y salir del templo, cuando pasamos frente al sagrario, manifestamos nuestra fe y saludamos a Jesucristo presente en el Sagrario con una genuflexión, hincando la rodilla derecha, en señal de respeto y adoración.

Fuera de la Santa Misa también se honra al Señor con visitas al sagrario, con la exposición del Santísimo y con procesiones Eucaristícas.
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enrique_ellena
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MensajePublicado: Mie Feb 20, 2008 11:36 am    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

LA SANTA MISA
Se le llama también Eucaristía
Etim.: Missa, de "mittere", enviar. Tomado de las palabras finales en latín: "Ite missa est".

La misa, el sacrificio y banquete de la Eucaristía, es acto central de la Iglesia católica y el acto supremo de culto a Dios.
El mismo Cristo que se ofreció a si mismo una vez en el altar de la cruz, está presente y se ofrece en la misa. No es otro sacrificio, no es una repetición. Es el mismo sacrificio de Jesús que se hace presente. Es una re-presentación del Calvario, memorial, aplicación de los méritos de Cristo.
Cristo está presente en el cielo y también en el altar, y se entrega hoy al Padre como el Viernes Santo.
La Misa es un sacrificio de propiciación (aplaca la justicia divina) por nuestros pecados.
La Misa es un memorial: Se conmemora la muerte de Jesús, pero no como un recuerdo psicológico, sino como una realidad mística. Cristo se ofrece a si mismo tan realmente como lo hizo en el Calvario.
La Misa es un banquete sagrado: El mismo Cristo que se ofrece, lo recibimos la Eucaristía.
La Misa es el medio principal que Dios ha establecido para aplicar los méritos que Cristo ganó en la Cruz para toda la humanidad.
1. La Eucaristía es prenda de la gloria futura. Es la fuente, el corazón y la cumbre de toda la vida cristiana.
2. En ella se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia: Jesucristo, que asocia a su Iglesia, y a todos sus miembros, a su sacrificio pascual, ofrecido una vez por todas en la cruz al Padre; y, por medio de este sacrificio, derrama la gracia de la salvación sobre su Cuerpo que es la Iglesia.
3. La Santa Misa y el sacrificio de la Cruz son un único sacrificio, pues se ofrece una y la misma víctima: Jesucristo. Sólo es diferente la manera de ofrecerse: Cristo se ofreció a sí mismo una vez en la cruz de manera cruenta –con derramamiento de sangre–, mientras en la Eucaristía se ofrece por el ministerio de los sacerdotes de modo incruento –sin derramamiento de sangre–. Así, el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual. Y cuantas veces se celebra la Eucaristía, se realiza la obra de nuestra redención.
4. La Eucaristía es también el sacrificio de la Iglesia, porque ella es el Cuerpo de Cristo y participa del sacrificio de su Cabeza.
a. Cristo es el actor principal e invisible que preside cada misa como sumo sacerdote de la Nueva Alianza, intercede ante el Padre por todos los hombres.
b. La Iglesia se une a Cristo y se ofrece totalmente con El en la Misa
c. La misa la celebra el obispo o el sacerdote –actuando “en persona de Cristo-cabeza”–, representando a Cristo, preside la asamblea, predica la homilía, recibe las ofrendas, dice la plegaria eucarística, consagra y reparte la comunión.
d. Sólo los sacerdotes válidamente ordenados pueden presidir la Eucaristía y consagrar (invocar al Espíritu Santo para que el pan se haga el Cuerpo y el vino, la Sangre de Jesucristo). Por eso la presencia del sacerdote es indispensable y esencialmente diferente.
e. En la celebración de la Eucaristía participan todos los fieles miembros de su Cuerpo. Cada uno une en la Eucaristía su vida, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo a los de Cristo y a su total ofrenda.
f. También se unen en la Eucaristía la Virgen María y los santos que están ya en la gloria del cielo
g. En la misa oramos por las almas del purgatorio para que puedan entrar en la luz y la paz de Cristo.
5. Después de la consagración, Jesús está realmente presente en la Eucaristía:

a. En la consagración ocurre la “transubstanciación”, que significa “cambio de substancia” del pan y el vino a ser verdaderamente la sustancia del Cuerpo y Sangre del Señor. La Eucaristía aun tiene la apariencia de pan y vino pero nos es pan y vino.
Cristo está presente en la Eucaristía verdadera, real y substancialmente con todo su Cuerpo, Sangre, alma y divinidad. Esta presencia se llama “real” porque es “substancial”, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente.
Cristo está todo entero en cada una de las especies y en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo, que está real y permanentemente presente en la eucaristía mientras duren sin corromperse las especies eucarísticas.
6. Para recibir bien la Sagrada Comunión son necesarias tres cosas:
a. saber a quién vamos a recibir,
b. Estar en gracia de Dios. Quien esta en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar. Ver: Eucaristía y divorciados y vueltos a casar
c. Guardar el ayuno eucarístico, que consiste en no comer ni beber nada desde una hora antes de recibir la Comunión.
7. Hagamos todo lo posible para poder recibir la comunión. Jesús nos dice «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros».
8. La Sagrada Comunión produce frutos:
a. acrecienta nuestra unión íntima con Cristo;
b. conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo;
c. purifica de los pecados veniales,
d. fortalece la caridad y nos preserva de futuros pecados mortales al fortalecer nuestra amistad con Cristo;
e. renueva, fortalece y profundiza la unidad con toda la Iglesia;
f. nos compromete en favor de los más pobres, en los que reconocemos a Jesucristo; y se nos da la prenda de la gloria futura.
Para recibir todos los méritos disponibles es necesario participar con fe. Cuanto mas fe se viva la Santa Misa, mayor gloria se le ofrece a Dios y mayor la gracia que se recibe, no solo para los participantes sino para la humanidad.
9. En la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo con un comportamiento respetuoso, arrodillándonos durante la consagración en señal de adoración al Señor. También es importante la actitud corporal (gestos, vestido…).
10. La palabra "misa" viene del latín "missio" (enviar). Al final los fieles son enviados a poner en práctica la Palabra de Dios con la gracia recibida.
11. Al entrar y salir del templo, cuando pasamos frente al sagrario, manifestamos nuestra fe y saludamos a Jesucristo presente en el Sagrario con una genuflexión, hincando la rodilla derecha, en señal de respeto y adoración.

Fuera de la Santa Misa también se honra al Señor con visitas al sagrario, con la exposición del Santísimo y con procesiones Eucaristícas.
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David Quiroa
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MensajePublicado: Mie Feb 20, 2008 3:54 pm    Asunto: Re: Palabra Misa
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
HEBREOS 8,27C


Hebreos no forma parte del Pentateuco.
El Pentateuco es Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
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EduaRod
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Registrado: 21 Ene 2006
Mensajes: 3275

MensajePublicado: Mie Feb 20, 2008 9:32 pm    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

enrique_ellena escribió:
LA SANTA MISA
Se le llama también Eucaristía
Etim.: Missa, de "mittere", enviar. Tomado de las palabras finales en latín: "Ite missa est".
....


Estimados hermanos en Cristo:

A mi saber y entender la palabra "Misa" viene precisamente de esta frase que señala el aporte del hermano Enrique.
El significado de la palabra es correcto: enviar. Sin embargo, con frecuencia se traduce mal la expresión "Ite missa est". En los mismos aportes que nos hizo el favor de traer el hermano Enrique, la traducen como "Pueden ir en paz", que es parte de la expresión que se usa en el ritual actual, pero ciertamente no tiene nada que ver con la expresión en sí.
Mucho más común es la interpretación de que la otra parte de la expresión que se usa como despedida actualmente es la verdadera traducción de la expresión latina: "La misa ha terminado", como si se tradujera "Ite, missa est" como "Id, la misa es", es decir "Id, la misa ha terminado".
Pero la realidad es que la expresión "Ite, missa est", se traduce más bien a algo así como "Id, son enviados".
Y la trascendencia teológica de tal expresión es profunda, tanto, que ha servido para dar nombre a la Celebración del Santo Sacrificio del Señor. Es como si en lugar de decir "vamos a misa", dijéramos "vamos al envío". ¿Porqué?
Pues porque el que participa realmente del Sacrificio del Señor simplemente no puede participar nada más para sí mismo. Eso es sencillamente imposible porque es contradictorio: la misión y el Sacrificio de Cristo nos fué dada por el Padre no para el mismo Cristo, sino para todos los demás. Por tanto, quien se une a Cristo y participa con Él de su misión, recibe ciertamente de Cristo los frutos de esa misión y de ese Sacrificio, pero no los recibe únicamente para sí, sino los recibe para comunicarlos a los demás:
Cita:
Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo.
San Juan 17, 18

El que recibe a Cristo es llamado por Él mismo ha participar de su misión llevando el Evangelio a los demás. Este llamado adquiere muchas formas y grados de dificultad, pero está siempre presente en el seguimiento de Cristo. Y la lógica más elemental nos indica porqué.

Así pues, si la Santa Misa es antes que nada el acto por el cual sacramentalmente Cristo hace presente y nos hace partícipes de su Supremo Sacrificio en la Cruz, entonces de ahí se deriva que lo que sigue necesariamente de la Santa Misa es que nosotros, haciéndonos por medio de la Eucaristía parte de ese mismo Sacramento Vivo, lo llevemos a aquellos que aún no conocen a Cristo y que, por tanto, no pueden participar de los bienes que Dios nos regaló por medio de Él.

Esa es la enorme trascendencia teológica de esa frase final de la Santa Misa: "Ite, missa est". La misa NO se agota en un momento de oblación, adoración y/o alabanza a Dios que se quede así, aislado en un momento y lugar. Pues precisamente el Sacrificio de Cristo en la Cruz por medio de la Eucaristía NO se quedó aislado en un tiempo (hace casi 2000 años) y lugar (el Gólgota). Sino que es sacramentalmente actualizado en todo tiempo y región por medio de la Eucaristía.
Así también, los que participan de la Eucaristía, NO son llamados a ello para que participen en un acto de adoración y oblación puntual; sino para que se unan a Cristo, participen de su misión, y sean así enviados a hacer presente a Cristo en todo tiempo y lugar.

Por eso es que pareció en algún momento tan adecuado llamar "envío" al Santo Sacrificio, y por eso es que ese nombre subsistió el paso del tiempo hasta que, tristemente perdiendo buena parte de su sentido, nos llegó hasta nosotros.

Saludos y bendiciones.
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semper_crucifero
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MensajePublicado: Jue Feb 21, 2008 3:20 pm    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

Miles_Dei escribió:

Y desde luego, en lo que respecta a nuestro tema Missa-ae no es palabra de origen hebreo, como queda demostrado.
Un saludo en la Paz de Cristo.


Muy curioso eso de intentar "judaizar" el término. Por cierto ¿alguien sabe desde cuando se utiliza el término judeocristiano? ¿cuando fue publicado por primera vez? ¿por quién? (yo no lo sé, pregunto). Bendiciones.
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Luis Manuel
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MensajePublicado: Jue Feb 21, 2008 4:15 pm    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
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Estimados hermanos:

La palabra "Misa" proviene del latín "missa-ae", participio del verbo "mitto" (enviar). No viene del hebreo, aunque desconocía que existía la palabra hebrea "missaj".

¿Por qué la liturgia latina concluía con las palabras "Ite, Missa est"? ¿Es femenino ("id, ha sido enviada") o quizás es neutro ("Id, han sido enviados")?

¿Alguien sabe, para empezar, por qué la Misa se llama Misa...?
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Luis Manuel
Constante


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MensajePublicado: Jue Feb 21, 2008 4:16 pm    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

Luis Manuel escribió:
Estimados hermanos:

La palabra "Misa" proviene del latín "missa-ae", participio del verbo "mitto" (enviar). No viene del hebreo, aunque desconocía que existía la palabra hebrea "missaj".

¿Por qué la liturgia latina concluía con las palabras "Ite, Missa est"? ¿Es femenino ("id, ha sido enviada") o quizás es neutro ("Id, han sido enviados")?

¿Alguien sabe, para empezar, por qué la Misa se llama Misa...?


No, claro, sería missa sunt, tengo el latín un poco olvidado...
En cualquier caso, ¿alguien sabe por qué llamamos Misa a la Misa...?
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EduaRod
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MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 7:44 am    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
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Estimado en Cristo Miles_Dei:

Miles_Dei escribió:
Cita:
Pero la realidad es que la expresión "Ite, missa est", se traduce más bien a algo así como "Id, son enviados".


Creo que eso no es la traducción correcta, EduaRod.

Missa es sustantivo femenino y aparece en singular con la tercera persona del verbo esse en singular. No hay plural ni participio.

Me parece que la objeción es cierta tan sólo parcialmente.
Missa ciertamente es sustantivo femenino en cuanto a su significado que se refiere propiamente ya al Sacrificio Eucarístico, pero precisamente estamos tratando de discernir de dónde surge ese significado. Y en el sentido de ser enviado, no tiene la función de sustantivo, ni es exclusivamente femenino y si forma un participio:
Cita:
miss.a VPAR 3 1 NOM S F PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 VOC S F PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 ABL S F PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 NOM P N PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 VOC P N PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 ACC P N PERF PASSIVE PPL X [sent]
mitto, mittere, misi, missus
send, throw, hurl, cast; let out, release, dismiss; disregard;

Ahora bien, donde tienes razón es, como dice el hermano Luis Manuel, en que se usa "est" que forma pasivo perfecto pero en la 3era persona del singular, y no "sunt", que lo haría en el plural. Por tanto, es cierto que es difícil sostener que la traducción correcta sea: "Vayan, son enviados". Sino más bien parecería: "Vayan, el (ella) es enviado(a)".

De aquí se podrían desprender otras especulaciones teológicas, por ejemplo: "Vayan, Él es enviado"; es decir, Cristo es enviado y entonces nosotros tenemos que ir al mundo al ser enviados con Él. Pero estaría dispuesto a aceptar que eso parece demasiado elaborado como para haber sido el sentido original.

Mucho más probable y apropiado me parece continuar parcialmente con la línea que nos presentas en la Enciclopedia Católica:
Miles_Dei escribió:

La traducción es como bien señala en ese caso el artículo de la Enciclopedia Católica:

Cita:
Es un sustantivo correspondiente a una forma tardía de missio (envío). Existen muchos paralelos en el latín medieval: collecta, ingressa, confessa, accessa, ascensa. Todas son formas en “io”. No significa un ofrecimiento (mittere, en el sentido de entregar a Dios), sino la despedida de la gente, como en la frase “Ite, missa est” (“Marchaos, es la despedida”)


"Marchaos, es la despedida".

Pero con una distinción importante: la misma Enciclopedia reconoce que hablamos de una foma de envío ¿porqué entonces traducir "Vayan, es la despedida" en vez de "Vayan, es el envío"?
Me parece mucho más adecuada en todo sentido la segunda opción. Tanto desde el punto de vista del lenguaje, como con mayor razón desde el punto de vista teológico.
Más aún, si lo analizamos bien, esto no es incompatible con lo que se dice a continuación:
Miles_Dei escribió:

Y la referencia es clara a la otra missa: la de los catecúmenos, que eran despedidos al final de la liturgia de la Palabra, mientras que ahora es la de los fieles cristianos, que eran despedidos al final del sacrificio y la comunión que constituía el final de la liturgia.

Y esto lo podemos ver claramente si reflexionamos ¿en qué sentido son "despedidos" los catecúmenos? ¿acaso cómo una exclusión sin mayor sentido de la Liturgia Eucarística de tal suerte que al no poder participar en ella se les invita a irse para buscar algo mejor que hacer? No ciertamente ¿verdad? Por supuesto que el hecho de que no puedan participar plenamente de la Eucaristía y, en consecuencia, de la misión de Cristo no significa que no tengan nada mejor que hacer; ni que, por tanto, simplemente se les despida invitándoles entonces a buscar otra cosa que hacer. No, claro que no. Ellos tienen su propia misión, distinta, claro, de la del bautizado, pero misión al fin y al cabo: no participaron de balde de la Liturgia de la Palabra, sino participaron en ella con un objetivo bien concreto: el de que la Palabra de Dios penetrara en sus corazones haciéndoles conocer más y mejor a Cristo, a quien se preparan a aceptar plenamente por medio del bautismo, de modo que a partir del mismo puedan estar realmente preparados a participar de Su misión plenamente.
Es así como la despedida de los catecúmenos no es una simple despedida, sino es también un envío, diferente, claro está, pero envío al fin y al cabo.
Y es por ello que, pese a su uso en la Liturgia, no puedo dejar de pensar que esto:
Cita:

En cierto modo la traducción moderna al español: "Podeis ir en Paz" no deja de ser un reflejo exacto de esa función de despedida del "Ite missa est."

Más que un sentido exacto es una triste pérdida de un contenido teológico profundo y bello.

Ahora bien, en cuanto a esto:
Cita:

Parece ser que missa fit o missa est era la forma normal de despedir a las personas al final de un proceso legal o un juicio. Avito de Viena (+ 523) dice: “En los templos y en los palacios o tribunales la despedida se proclama [missa pronuntiantur] para despedir a la gente que participa” (Ep. I). Cosa parecida comenta san Isidoro de Sevilla: “La despedida al momento del sacrifico [missa tempore sacrificii est] se lleva a cabo cuando los catecúmenos son enviados fuera, con las palabras del diácono: “Si queda dentro algún catecúmeno, salga por favor”. Y esa es la despedida [et inde missa]” (Etymol.” VI, XIX, en P.L. LXXXII, 252).

No se puede decir que, pese a ser una forma "ritual" de despedida no signifique ello mismo un envío: por ejemplo, el asunto legal ha sido decidido, se envía entonces a todos a ejecutar la sentencia. Y bueno, lo de los catecúmenos ya lo tocamos.

Y, finalmente, en cuanto a esto:

Miles_Dei escribió:

Ahora puedes llenar de contenido teológico esa despedida (missio) que hace el sacerdote, tanto a catecúmenos como a fieles. Pero el nombre tal como aparece usado en un principio por San ambrosio es más de uso técnico que de contenido teológico: "missam coepi facere" dice, tras despedir a los catecúmenos.

Cita:

No es difícil entender cómo cambió la palabra su significado original de “despedida” para indicar el ritual completo, incluyendo la despedida misma. Ya se puede notar el fundamento de tal cambio en los textos que hemos citado. Permanecer en la iglesia hasta la missa cathecumenorum sencillamente se transformó en permanecer durante, la missa cathecumenorum. Vemos que estas dos missae se referían a las dos mitades de la liturgia. Ivo de Chartres (+ 1116) olvida el significado original y escribe: “Quienes oyen la missa cathecumenorum evitan la missa sacramentorum” (Ep. CCXIX, en P.L: CLXII, 224). Las dos partes comienzan a conocerse con esos dos nombres. A medida que la disciplina de los catecúmenos paulatinamente era olvidada, y sólo quedaba un único ritual continuado, a éste se le comenzó a llamar con el nombre que ya se había hecho familiar, missa, sin ningún calificativo.


Os recomiendo leer ese artículo de la Enciclopedia Católica para esta etimología. Entre los que avalan esta acepción de despedida modernamente está Schmaus.

Un saludo en la Paz de Cristo.


..en fin, no disputaré que puedas tener razón en que, como tantas otras cosas en la Liturgia Sagrada, el uso de la expresión "Ite, missa est" y el consecuente uso de la palabra para designar el Santo Sacrificio pueda tener un origen más del uso cotidiano o de caracter práctico.
Pero dime ¿qué cosa en la Liturgia, por pequeña e insignificante que parezca se ha preservado tan sólo por su caracter práctico y no más bien por el profundo significado teológico del que pronto fué dotada?
Es decir, detalles prácticos los hubo, los hay y los habrá muchos. Pero hasta donde un servidor puede ver, nada en la Liturgia permanece por los siglos tan sólo por su caracter práctico. Sino que permanece (o no) en la medida en que "gusta", es decir, se percibe pertinente (o no) debido al significado teológico que se le puede atribuir (o no).
Así pues, es mi humilde opinión que, si se usó esa expresión -con claras referencias al acto de enviar- para "despedir", y no otra; fué precisamente porque se pretendía que la despedida no fuese un simple hasta luego, sino un verdadero envío. Y si bien tal vez no desde el principio tal envío contara con la profundidad teológica que he descrito en forma ya desarrollada, me parece que en la sola intención de enviar y no meramente despedir, tal significado ya está contenido al menos en germen.

Vamos, estimado hermano Miles, con un simple vistazo a la profundidad teológica de todos los detalles litúrgicos en la mano ¿de verdad te atreves a descartar como siquiera probable esta hipótesis que he presentado?

Que Dios te bendiga.
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EduaRod
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MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 7:45 am    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
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Estimado en Cristo Miles_Dei:

Miles_Dei escribió:
Cita:
Pero la realidad es que la expresión "Ite, missa est", se traduce más bien a algo así como "Id, son enviados".


Creo que eso no es la traducción correcta, EduaRod.

Missa es sustantivo femenino y aparece en singular con la tercera persona del verbo esse en singular. No hay plural ni participio.

Me parece que la objeción es cierta tan sólo parcialmente.
Missa ciertamente es sustantivo femenino en cuanto a su significado que se refiere propiamente ya al Sacrificio Eucarístico, pero precisamente estamos tratando de discernir de dónde surge ese significado. Y en el sentido de ser enviado, no tiene la función de sustantivo, ni es exclusivamente femenino y si forma un participio:
Cita:
miss.a VPAR 3 1 NOM S F PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 VOC S F PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 ABL S F PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 NOM P N PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 VOC P N PERF PASSIVE PPL X [sent]
miss.a VPAR 3 1 ACC P N PERF PASSIVE PPL X [sent]
mitto, mittere, misi, missus
send, throw, hurl, cast; let out, release, dismiss; disregard;

Ahora bien, donde tienes razón es, como dice el hermano Luis Manuel, en que se usa "est" que forma pasivo perfecto pero en la 3era persona del singular, y no "sunt", que lo haría en el plural. Por tanto, es cierto que es difícil sostener que la traducción correcta sea: "Vayan, son enviados". Sino más bien parecería: "Vayan, el (ella) es enviado(a)".

De aquí se podrían desprender otras especulaciones teológicas, por ejemplo: "Vayan, Él es enviado"; es decir, Cristo es enviado y entonces nosotros tenemos que ir al mundo al ser enviados con Él. Pero estaría dispuesto a aceptar que eso parece demasiado elaborado como para haber sido el sentido original.

Mucho más probable y apropiado me parece continuar parcialmente con la línea que nos presentas en la Enciclopedia Católica:
Miles_Dei escribió:

La traducción es como bien señala en ese caso el artículo de la Enciclopedia Católica:

Cita:
Es un sustantivo correspondiente a una forma tardía de missio (envío). Existen muchos paralelos en el latín medieval: collecta, ingressa, confessa, accessa, ascensa. Todas son formas en “io”. No significa un ofrecimiento (mittere, en el sentido de entregar a Dios), sino la despedida de la gente, como en la frase “Ite, missa est” (“Marchaos, es la despedida”)


"Marchaos, es la despedida".

Pero con una distinción importante: la misma Enciclopedia reconoce que hablamos de una foma de envío ¿porqué entonces traducir "Vayan, es la despedida" en vez de "Vayan, es el envío"?
Me parece mucho más adecuada en todo sentido la segunda opción. Tanto desde el punto de vista del lenguaje, como con mayor razón desde el punto de vista teológico.
Más aún, si lo analizamos bien, esto no es incompatible con lo que se dice a continuación:
Miles_Dei escribió:

Y la referencia es clara a la otra missa: la de los catecúmenos, que eran despedidos al final de la liturgia de la Palabra, mientras que ahora es la de los fieles cristianos, que eran despedidos al final del sacrificio y la comunión que constituía el final de la liturgia.

Y esto lo podemos ver claramente si reflexionamos ¿en qué sentido son "despedidos" los catecúmenos? ¿acaso cómo una exclusión sin mayor sentido de la Liturgia Eucarística de tal suerte que al no poder participar en ella se les invita a irse para buscar algo mejor que hacer? No ciertamente ¿verdad? Por supuesto que el hecho de que no puedan participar plenamente de la Eucaristía y, en consecuencia, de la misión de Cristo no significa que no tengan nada mejor que hacer; ni que, por tanto, simplemente se les despida invitándoles entonces a buscar otra cosa que hacer. No, claro que no. Ellos tienen su propia misión, distinta, claro, de la del bautizado, pero misión al fin y al cabo: no participaron de balde de la Liturgia de la Palabra, sino participaron en ella con un objetivo bien concreto: el de que la Palabra de Dios penetrara en sus corazones haciéndoles conocer más y mejor a Cristo, a quien se preparan a aceptar plenamente por medio del bautismo, de modo que a partir del mismo puedan estar realmente preparados a participar de Su misión plenamente.
Es así como la despedida de los catecúmenos no es una simple despedida, sino es también un envío, diferente, claro está, pero envío al fin y al cabo.
Y es por ello que, pese a su uso en la Liturgia, no puedo dejar de pensar que esto:
Cita:

En cierto modo la traducción moderna al español: "Podeis ir en Paz" no deja de ser un reflejo exacto de esa función de despedida del "Ite missa est."

Más que un sentido exacto es una triste pérdida de un contenido teológico profundo y bello.

Ahora bien, en cuanto a esto:
Cita:

Parece ser que missa fit o missa est era la forma normal de despedir a las personas al final de un proceso legal o un juicio. Avito de Viena (+ 523) dice: “En los templos y en los palacios o tribunales la despedida se proclama [missa pronuntiantur] para despedir a la gente que participa” (Ep. I). Cosa parecida comenta san Isidoro de Sevilla: “La despedida al momento del sacrifico [missa tempore sacrificii est] se lleva a cabo cuando los catecúmenos son enviados fuera, con las palabras del diácono: “Si queda dentro algún catecúmeno, salga por favor”. Y esa es la despedida [et inde missa]” (Etymol.” VI, XIX, en P.L. LXXXII, 252).

No se puede decir que, pese a ser una forma "ritual" de despedida no signifique ello mismo un envío: por ejemplo, el asunto legal ha sido decidido, se envía entonces a todos a ejecutar la sentencia. Y bueno, lo de los catecúmenos ya lo tocamos.

Y, finalmente, en cuanto a esto:

Miles_Dei escribió:

Ahora puedes llenar de contenido teológico esa despedida (missio) que hace el sacerdote, tanto a catecúmenos como a fieles. Pero el nombre tal como aparece usado en un principio por San ambrosio es más de uso técnico que de contenido teológico: "missam coepi facere" dice, tras despedir a los catecúmenos.

Cita:

No es difícil entender cómo cambió la palabra su significado original de “despedida” para indicar el ritual completo, incluyendo la despedida misma. Ya se puede notar el fundamento de tal cambio en los textos que hemos citado. Permanecer en la iglesia hasta la missa cathecumenorum sencillamente se transformó en permanecer durante, la missa cathecumenorum. Vemos que estas dos missae se referían a las dos mitades de la liturgia. Ivo de Chartres (+ 1116) olvida el significado original y escribe: “Quienes oyen la missa cathecumenorum evitan la missa sacramentorum” (Ep. CCXIX, en P.L: CLXII, 224). Las dos partes comienzan a conocerse con esos dos nombres. A medida que la disciplina de los catecúmenos paulatinamente era olvidada, y sólo quedaba un único ritual continuado, a éste se le comenzó a llamar con el nombre que ya se había hecho familiar, missa, sin ningún calificativo.


Os recomiendo leer ese artículo de la Enciclopedia Católica para esta etimología. Entre los que avalan esta acepción de despedida modernamente está Schmaus.

Un saludo en la Paz de Cristo.


..en fin, no disputaré que puedas tener razón en que, como tantas otras cosas en la Liturgia Sagrada, el uso de la expresión "Ite, missa est" y el consecuente uso de la palabra para designar el Santo Sacrificio pueda tener un origen más del uso cotidiano o de caracter práctico.
Pero dime ¿qué cosa en la Liturgia, por pequeña e insignificante que parezca se ha preservado tan sólo por su caracter práctico y no más bien por el profundo significado teológico del que pronto fué dotada?
Es decir, detalles prácticos los hubo, los hay y los habrá muchos. Pero hasta donde un servidor puede ver, nada en la Liturgia permanece por los siglos tan sólo por su caracter práctico. Sino que permanece (o no) en la medida en que "gusta", es decir, se percibe pertinente (o no) debido al significado teológico que se le puede atribuir (o no).
Así pues, es mi humilde opinión que, si se usó esa expresión -con claras referencias al acto de enviar- para "despedir", y no otra; fué precisamente porque se pretendía que la despedida no fuese un simple hasta luego, sino un verdadero envío. Y si bien tal vez no desde el principio tal envío contara con la profundidad teológica que he descrito en forma ya desarrollada, me parece que en la sola intención de enviar y no meramente despedir, tal significado ya está contenido al menos en germen.

Vamos, estimado hermano Miles, con un simple vistazo a la profundidad teológica de todos los detalles litúrgicos en la mano ¿de verdad te atreves a descartar como siquiera probable esta hipótesis que he presentado?

Que Dios te bendiga.
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EduaRod
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MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 7:51 am    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

P.D. En todo caso, más que "Podeis ir en Paz", me parecería más apropiado "Podeis ir a llevar la Paz". Wink

Saludos y bendiciones
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Luis Manuel
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MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 2:01 pm    Asunto: Re: La palabra MISA
Tema: La palabra misa, origen y significado
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isabelion escribió:
Estudiemos la palabra misa, primero escribiremos lo que dice un diccionario etimologico, luego lo que dice el talmud, y por supuesto lo que dicen diferentes escritores CRISTIANOS-entre CATÓLICOS Y PROTESTANTES, ambos escritos coinciden perfectamente, en sus observaciones. Con respecto a la Palabra judeizar, HERMANO, LA TORAH, está escrita en hebreo, y Jesús era y murío siendo hebreo, así que el término judeizar, te lo puedes guardar, soy estudiosa, ni hereje, ni apostata y no existe ningún dogma que no te permita conocer el origen cierto de una palabra, empezaremos con el diccionario etimologico y el origen de la palabra MISA, seguimos estudiando, Su hermana en CRISTO, isabelión. Una observación las ESCRITURAS merecen respeto, si quieren seguir el tema, demuestren RESPETO, si no pueden participar, sin burlarse o herir, entoncen lean y aprendan.


Estimada hermana en Cristo:

Creo que aquí nadie ha faltado el respeto a las Escrituras ni a ti. Y judaizar (no judeizar) es un término correctísimo y se aplica perfectamente en este caso.
_________________
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EduaRod
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MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 4:23 pm    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

Estimado en Cristo Miles_Dei:

Miles_Dei escribió:
EduaRod escribió:
P.D. En todo caso, más que "Podeis ir en Paz", me parecería más apropiado "Podeis ir a llevar la Paz". Wink

Saludos y bendiciones


En ese saludo se ha escogido para la traducción el tema de la Paz, tomado literalmente de la liturgia bizantina, estimado EduaRod, que decía eso al final.

Debo reconocer humildemente que fué un tanto imprudente de mi parte poner ese mensaje, del cual podría interpretarse un cierto "desprecio" o "desdén" hacia nuestro uso litúrgico actual, el cual, como mencionas y de manera consistente con lo que yo mismo he venido argumentando, tiene en sí mismo un contenido teológico profundo.
NO era mi intención, desde luego, cuestionar tal uso litúrgico actual, y debo reconocer que en el fondo esperaba una reacción a ese comentario y creo que la merezco. Rolling Eyes Wink Quise mitigar el efecto con la inclusión del emoticon, como diciendo "no es que quiera un servidor cambiar o cuestionar la liturgia, sino es una expresión para que se entienda mejor el punto que he venido desarrollando". ¡Pero es evidente que el emoticon fracasó rotundamente en ese propósito! Wink

En fin.... aprovechando tu aclaración:
Miles_Dei escribió:

También aparece en las constituciones apostólicas (s.IV) con Exite in Pace y en otras muchas otras liturgias de la Iglesia. No ha sido un capricho, sino algo muy acertado esa elección.

El rito siriaco ampliaba la despedida diciendo: "vayan en paz, contentos, gozosos, y rueguen por mí"

Y nuestro bello y lleno de teología rito hispano el diácono dice al final:

Sollemnia completa sunt. In nomine Domini nostri Iesu Christi votum nostrum sit acceptum cum pace.

Han acabado las cosas solemnes: En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, que nuestro deseo sea aceptado en la Paz.

O como gusto de resumir en mi firma, imitando el saludo de los primeros cristianos (porque el saludo entre cristianos tiene suficiente hondura teológica para no tener que montar artificios sobre ella):

Un saludo en la Paz de Cristo.


¿Lo ves? Aquí mismo tú fundamentas la hondura teológica que por sí misma tiene la expresión "Podeis ir en paz" la cual, por un lado expresa una relación al mismo misterio Trinitario, pero que, por otro lado, se desarrolla de manera independiente y, en ese sentido, complementaria.
Esto lo digo porque no tenemos entonces razón alguna para "sustituir" el contenido propio e intrínseco de la frase "Ite, missa est", con el sentido de OTRA frase importante y teológicamente profunda como "Podeis ir en (la) Paz (de Cristo)". Tan no es posible reemplazarlo, que la misma liturgia ha indicado también de manera complementaria e independiente la despedida: "Podeis ir en paz, la misa ha terminado".

De cualquier manera, e insisto en que sin menospreciar en lo más mínimo nuestra liturgia, "terminado" no acaba de expresar de manera evidente la profundidad teológica de "consumado" que has desarrollado.

Pero bueno, eso no es lo importante, sino lo importante es precisamente no hacer esos montajes de los que hablas atribuyendo un sentido a una frase que no es el suyo en función del sentido de otra frase litúrgica también muy importante y, aunque en última instancia referida al mismo misterio, distinta en realidad en la forma de referirse a dicho misterio.

Y en cuanto a esta otra respuesta:
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EduaRod
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MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 4:30 pm    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

Miles_Dei escribió:
Se me olvida decir que sollemnis-e tiene un sentido relativo al sacrificio y al ceremonial ya desde la antigua Roma por lo que tiene un significado mucho más profundo que el mero significado como adjetivo. Con él surge el sustantivo "Sollemne-is", que es el usado aquí y tiene de nuevo un significado técnico preciso: los ritos, las ceremonias.

Por tanto la traducción más exacta de "sollemnia completa sunt" serían "Los ritos han acabado".

Podemos encontrar un sentido de culminación en ese "completa sunt", que nos entronca directamente con la teología de la redención y del sacrificio de Cristo y el "consumatum est", que a la vez enlaza directamente con las palabras "votum nostrum sit acceptum" que es ni más ni menos que el intercambio y el diálogo de cada uno con la divinidad.

Eso es precisamente lo que posibilita la Santa Misa: que podamos obtener lo que desamos de Dios, gracias al sacrificio de Cristo en la Cruz, que renovamos en ella, por el que hemos alcanzado la condición de hijos adoptivos partícipe en la comunión física con la divinidad en el cuerpo y la sangre de Nuestro Señor.

Cita:

El fin último de toda la economía divina es la entrada de las criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad (cf. Jn 17,21-23). Pero desde ahora somos llamados a ser habitados por la Santísima Trinidad: "Si alguno me ama -dice el Señor - guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él" (Jn 14,23).(Catecismo de la Iglesia Católica 260)


En otras palabras: la profundización teológica de la Santa Misa es "ad intra", al interior de la Santísima Trinidad, y sólo entonces desde ese centro podemos establecer la vida activa "ad extra", al exterior de la Trinidad, donde la missio (teología de las misiones trinitarias) aparece, pero no en el sentido de ser enviados por nadie,...

Cristo nos envía, como Él fué enviado por el Padre, entonces Sí que Él fué enviado y nosotros también. Pero está claro que, como dices, esa misión no puede emanar de otro lado sino directamente de la participación en el interior de la vida Trinitaria.

Cita:

... sino como desarrollo de esa unión con la Trinidad en nuestro ser (inahbitación) que da consistencia al obrar como un todo (Iglesia-comunidad) pero con distinta personalidad (Fiel-individuo) la obra de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Cita:

Toda la economía divina, obra a la vez común y personal, da a conocer la propiedad de las personas divinas y su naturaleza única. Así, toda la vida cristiana es comunión con cada una de las personas divinas, sin separarlas de ningún modo. El que da gloria al Padre lo hace por el Hijo en el Espíritu Santo; el que sigue a Cristo, lo hace porque el Padre lo atrae (cf. Jn 6,44) y el Espíritu lo mueve (cf. Rom 8,14). (Catecismo n. 259)


Podemos resumir la Paz de Cristo, la profundización ad intra de la Eucaristía, en esa cita tan bella que hace el catecismo de Sor Isabel de la Trinidad, que tantas veces hemos rezado los católicos en la piedad popular:


Dios mío, Trinidad que adoro, ayúdame a olvidarme enteramente de mí mismo para establecerme en ti, inmóvil y apacible como si mi alma estuviera ya en la eternidad; que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de ti, mi inmutable, sino que cada minuto me lleve más lejos en la profundidad de tu Misterio. Pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu reposo. Que yo no te deje jamás solo en ella, sino que yo esté allí enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración, entregada sin reservas a tu acción creadora


Y si alguno piensa que esto es quietismo, es que no ha entendido nada de nada de lo que es la Santa Misa y esa acción creadora de Dios a la que se refiere Sor Isabel y a la que uno se entrega sin reservas.

Un saludo en la Paz de Cristo.


Por eso te digo que son dos aspectos de un mismo misterio: la Paz trinitaria indudablemente incluye en sí misma el amor a los hijos de Dios y la necesidad de responder al llamado en favor de ellos que hace la propia Trinidad. A la vez que una acción no fundada en esa participación de la Vida Trinitaria es necesariamente un activismo sin fundamentos y, en consecuencia, absolutamente estéril.
Así pues, responder al llamado Trinitario, contra los malentendidos de ciertas teologías post-conciliares sumamente superficiales, no tiene porqué expresarse necesariamente en un activismo apostólico y/o social.

Que Dios te bendiga.
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EduaRod
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MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 4:32 pm    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
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Y para evitar otros malentendidos, nótese que no dije que la participación en la Vida Trinitaria no sea en sí misma una acción apostólica, sino que dije que esta acción no tiene porqué necesariamente expresarse como un activismo apostólico, como si lo único que tuviera valor fueran las acciones externas.
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semper_crucifero
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Mensajes: 3908

MensajePublicado: Vie Feb 22, 2008 9:46 pm    Asunto: Re: TAREA PARA MILES DEI
Tema: La palabra misa, origen y significado
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isabelion escribió:
AVERIGUAR ¿QUE ES LA LEGIÓN DE MARIA?, en donde he sido tesorera, secretaria, vice-presidenta y en los actuales momentos, miembro auxiliar de la LEGÍON DE MARÌA, somos un ejercito en orden de batalla, cordialmente, Tu hermana en CRISTO, isabelión................................ De está manera puedes conseguir la respuesta.


Me alegra saber de tu profunda devoción por María, madre de Dios, la Inmaculada Concepción, la Virgen, la Asunta..... Me alegra y me tranquiliza.

isabelion escribió:
El talmud, es un libro de enseñanza, en donde el pueblo judio intento recopilar la sabiduria obtenida por dos vias, la tradicción oral y la tradicción escrita, de ambas, está alimentado el talmud.


Y hermana ¿qué dice el "venerable" talmud sobre la Virgen María, Madre de Dios?. Si quieres lo pones en ingles, hebreo, o como desees. Como llevas 10 años estudiándolo seguro que puedes ayudarme. Bendiciones.
_________________
"Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" San Pío X

LA FIESTA DEMOCRÁTICA DE LOS WICHIS EN ARGENTINA: http://www.youtube.com/watch?v=ApRThLYavcQ
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 4:41 am    Asunto: Re: ¿QUE ES LA MISA?
Tema: La palabra misa, origen y significado
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Estimados en Cristo Miles e Isabelion:

Miles_Dei escribió:
isabelion escribió:
En la misa participamos todos los bautizados, sin ninguna distinción de clase social, raza o sexo, en ella participamos todos, celebramos y a la vez ofrecemos al SEÑOR, su hijo AMADADO JESÚS, como ofrenda,


NO el que ofrece a Jesús como ofrenda al Padre es él mismo y con él a todos nosotros. Eso lo hace por medio del sacerdote que actúa en la persona de Cristo como ministro del sacrificio y donde nosotros somos partícipes en cuanto comunión de los santos que vive ese momento litúrgico del cuerpo de Cristo junto con su cabeza. Hay una distinción ontológica real durante la celebración de la misa ya que el sacerdote en la plegaria eucarística es el mismo Cristo, tal como lo es en el confesionario. Sólo Cristo tiene ese poder.


En efecto, lo que nosotros ofrecemos a Dios "son los mismos dones que Él nos ha dado", es decir, el pan y el vino que hemos sembrado y cosechado con nuestro trabajo (y con ellos todos los dones y trabajos de nuestras vidas). Todo eso nosotros se lo ofrecemos a Cristo para que sea Él quien los convierta en su Cuerpo y en su Sangre, uniendo así nuestros trabajos a su Sacrificio Redentor en la Cruz.

Cita:

la misa no se puede celebrar sin fieles, se necesita de ambos, del sacerdote consagrado, el cuál puede oficiar la celebración y la comunidad.


Falso, se puede celebrar misa "sine populo" o como se prefiere decir ahora "missa cuius unum tantum minister participat" Misa en la que participa un sólo ministro. Esto es posible porque siempre está presente la Trinidad y la Iglesia triunfante.


En el acto más sagrado, de la misa, que es la ELEVACIÓN, es el momento cumbre en donde NUESTRO SEÑOR, se convierte en pan y vino, ese misterio lo conocemos con el nombre de transubstanciación. El pan y el vino sería nuestra ofrenda, EL SEÑOR la recibe y en el momento de la consagración ocurre el MILAGRO ocurre, como muestra que la ofrenda o tributo dado al PADRE, en el HIJO, es aceptado y recibimo: nuestra BENDICIÓN.


DE nuevo NO. La elevación ocurre en la doxología final de la plegaria eucarística a la que el pueblo responde con la aclamación que ratifica la misma. La consagración....

Estimado Miles, aclaraste mientras yo escribía aún, pero para más claridad creo que la expresión más adecuada sería: "La elevación que hace el sacerdote durante la consagración..."
Cita:

... es más una presentación al pueblo de Cristo victima para ser adorado, que se introdujo en la Edad Media.

La consagración no ocurre porque Dios acepta nuestra ofrenda, sino porque actúa el poder de Cristo ya resucitado (que es algo que se olvida, pues Cristo es SEÑOR y REY del Universo y en ese momento es el mismo el que consagra y no el sacerdote ni mucho menos la comunidad. El sacerdote sólo presta su persona al consagrante que es el mismo Cristo).

La aceptación de la Ofrenda agradable al Padre ocurre en la doxología final, durante la elevación. Cuando el sacerdote dice: Por Cristo con El y en El a ti Dios Padre Todopoderoso en la Unidad del Espiritu Santo, todo honor, etc. Antiguamente este era el momento donde se bendecían ciertos frutos de la naturaleza que se ponían junto a las especies consagradas.



Saludos y bendiciones
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semper_crucifero
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 8:36 am    Asunto: Re: breve respuesta
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
Hace aproximadamente 20 años, se armo un revuelo, sobre la existencia cierta o no de JESÚS. Los escritos JUDIOS, fueron de gran ayuda, porque aunque no se expresen adecuadamente, confirman de manera innegable, la EXISTENCIA REAL DE JESÚS, inclusive en estos momentos con el escandálo de la presunta existencia de una tumba de JESÚS, de nuevo los arqueologos judios fueron de gran ayuda para despejar la dudas surgidas, espero SEMPER CRUCIFERO, que mi respuesta te sirva de REFLEXIÓN, los escritos talmudicos nos ayudan, nos confirman la importancia de CONOCER Y ESTUDIAR las ESCRITURAS, tu hermana en CRISTO, isabelión.


Si, pero no los convirtamos en artículos de Fe, puesto que las dudas que citas, ya sabemos de donde vinieron y con qué fines. A ver si vamos a depender de los escritos hebreos y su interpretación por arqueólogos judíos para sustentar la más mínima afirmación de nuestra Fe. Somos, como católicos, mucho más que simples escritos ¿verdad?.

Y algo innegable que tenemos que hacer ver a la Sinagoga es que fue Cristo el que les enseñó y reveló todo su bagaje. Uno y Trino Isabelión, Uno y Trino como dijo Miles. Supongo que concordaremos en eso ¿verdad?. Bendiciones.

P.D.: Ya que no me contestas sobre las referencias hebraicas a María Madre de Dios, dime algo sobre Cristo. El Cristo con el que terminas todos tus mensajes ¿confirma su existencia el talmud? ¿qué dicen los arqueólogos judios? ¿era el Verbo hecho carne?............. A ver si nos dejamos de historias judaizantes, porque eso es lo que son, y no es la primera vez. Por que si no se hubiese rebatido tan magistralmente por Eduarod y Miles........... ¿cuantas conciencias se hubiesen torcido?.......estos "hermanos mayores"........algunos quieren sacar algo más que la simple cronología, los medios, las herramientas, escogidas por Cristo, Uno y Trino.

Si se quiere se abre tema aparte, aunque ya puedo augurar el futuro, no habrá debate, pues hay cosas indefendibles si se es lo que uno dice ser. Al menos desde lo poco que sé y conozco, pero mi Fe me lo hace ver así.
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semper_crucifero
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 3:23 pm    Asunto: Re: estimado MILES DEI
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
Tienes ideas pre-concebidas y hasta pareces protestante, en la forma tan tajante como afirmas ciertas ideas,

¿Como la Santísima Trinidad? ¿los Dogmas Marianos? Oh, vaya, eso debe de hacerme protestante....si, por lo menos protestante, protestantísimo.... Que paciencia hay que tener.

pero te vuelvo a explicar en forma detallada y precisa, ESTAMOS ESTUDIANDO,

Si, pero estudiemos de forma correcta, no entelequias (en sentido irónico, no el clásico), a ver si aquí en vez de a compartir se viene a enseñar cosas raras..... lo cual no sería un problema, lo malo es cuando se intenta compartir cosas peligrosas.

el hecho que tengas un titulo OJO, no te hace dueño absoluto de la SABIDURIA.

Que cierto es eso, tan natural como el hecho de respirar, cosas de los sistemas educativos modernos.

Pero cuando se tiene 45 años, y se siente que una está tratando con un joven, eso me hace muy benevolente, estamos estudiando JUNTOS, el origen y significado de la palabra MISA y estoy dando unas series de explicaciones, del posible origen hebreo y traslado luego al latín, y entre los libros, incluso el de un PRESBITERO, pero como a ti, todo te suena a protestante.

Bueno, lo anterior suena demasiado a condescendencia. Como ya te digo, me agrada que ya hables del "posible", no del "probado" origen. ¿Que es eso de que todo me suena a protestante?. Hermana, que yo a los protestantes no los quiero ver ni en pintura....(y no digamos ya a los judaizantes) no soy yo muy ecuménico de esos modernos, no, los que me conocen pueden decirtelo. Más bien soy de San Juan Fisher y Santo Tomás Moro ante estas triquiñuelas tuyas. La condescendencia puedes ahorrartela, como mucho puedes engañarte a ti misma, pero a nadie más.

Te explico lentamente y con suavidad, como madre que soy, la tradición ORAL Y ESCRITA, son columnas de nuestra IGLESIA, cierto, bueno el pueblo judio, también tiene dos tradiciones ORAL Y ESCRITA, y ambas son importante, y de ambas se ALIMENTO, NUESTRO SEÑOR JESÚS.

Vamos a ver, "lentamente y con suvidad":

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.


Vamos, para zarandajas esta uno a estas alturas.....que alguno confunde la caridad con la vacuidad intelectual revestida de condescendencia interesada. ¿No comprendes hermana?, a ver si te ayudo:

Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando." El les dijo: "Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?" Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. (Lucas 2, 46-50)

Y algunos hermanos y hermanas siguen sin comprender, algo sencillo de comprender si se entiende la Santísima Trinidad.

A ver, los rabinos que alimentaron al Verbo Hecho Carne, al mismo Dios, es que uno es ignorante, ¿pero tanto?, que yo era tan ignorante, no lo sabía:

Credo in unum Deum,
Patrem omnipoténtem,
factórem caeli et terrae,
visibílium óminum et invisíbilium.
Et in unum Dóminum Iesum Chrustum
Filium Dei unigénitum.
Et ex Patre natum ante ómnia saécula.
Deum de Deo, lumen de lúmine,
Deum verum de Deo vero.
Géntium, non factum, consubtantialem Patri:
per quem ómnia facta sunt.
Qui propter nos hómines
et propter nostram salútem descéndit de caelis
Et incarnatus est de Spíritu Sancto
ex María Vírgine et homo factus est.
Crucifixus étiam pro nobis:
sub Póntio Piláto passus et sepúltus est.
Et resurréxit tértia die, secúndum scripturas.
Et ascédit in caelum: sedet ad déxtram Patris.
Et íterum ventúrus est cum glória
inducáre vivos et mortuos:
cuius regni non erit finis.
Et in Spíritum Sanctum,
Dóminum et vivificántem:
qui ex Patre et Filióque prócedit.
Qui cum Patre et Filio
simul adorátur et conglorificátur;
qui locútus est per Prophétas.
Et unam sanctam catholicam
et apostólicam Ecclésiam.
Confíteor unum baptisma
in remissiónem peccatórum.
Et exspécto resurrectiónem mortuórum.
Et venturi saéculi. Amén

POR LO TANTO MILES DEI, ambas tradiciones deben ser estudiadas, leidas, comprendidas por el mundo CRISTIANO, CON EL ÚNICO FIN, DE SABE MÁS SOBRE JESÚS.. y ser en lo posible mejores cristianos.....SEGUIMOS LUEGO, su hermana en CRISTO, isabelión.

Y de nuevo, otra que tiene la costumbre de faltar al 8º mandamiento para con sus hermanos, QUE MILES Y YO NO SOMOS LA MISMA PERSONA, ¿es que no se nota mi falta de formación al lado de la suya? (apenas suplida por una mínimamente buena sensus fidei), vamos, menudo empecinamiento y MALA FE (respecto a la benevolencia que enmascara condescendencia). Hermana, entristecido me dejas, aún más, porque ya sé cual será tu reacción, el mismo parrafito que siempre escribes en tantos foros, unas veces entendibles y otras veces elucubraciones sin sentido.

Te daré un consejo de hermano a hermana, deja ya de buscar tanto a Jesús en un conjunto de grafismos, el estudio de la escritura es algo sano, correcto y necesario. Pero otras actitudes, perdóname, pero me parecen enfermizas (perdona el término, pero así es como lo veo).

Así, no te pierdas en cábalas ni en evangelizaciones a golpe de magnetofón en plena calle, Jesús esta más cercano y en más partes de las que piensas, para nada en las cabalas. Bendiciones.


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semper_crucifero
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 3:38 pm    Asunto: Re: aviso a los foristas que siguen el tema
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
Sólo falta un comentario, pero sería bueno conocer las palabras de origen hebreo que utilizamos cotidianamente en nuestras misas, ese será nuestro próximo tema, su hermana en CRISTO, isabelión.


Y cuidado querida hermana, no vayas a caer en errores como en el que caen ciertas personas. Te daré un ejemplo, en las últimas decenias, en mi pais, se piensa que porque por ejemplo, buena parte de nuestro bagaje léxico tiene origen arabe, dichos términos denotan creaciones arabes. Así, se borra de un plumazo toda la sanidad, arte, ingienería agrícola y constructiva, etc de romanos, visigodos, etc.

Si vamos a estudiar etimologías, perfecto, pero ni intentes llevarnos a los aledaños de la sinagoga. Que el mesías ya vino y fue Cristo, no está por venir como piensa la sinagoga. Los judios lo que tienen que hacer es convertirse, a ver si vamos a cambiar "dura cerviz" por "la Verdad" (como ya intentaron tantas veces hace más de un milenio con el nuevo testamento y visto lo visto, siguen intentando).

No confundas el Fin, con las herramientas, algunas ya desechadas por otras mejores, le duela al ecuménico modernista que le duela. Bendiciones.
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EduaRod
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 5:52 pm    Asunto: Re: hermanito miles DEI
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
por cierto la oración tan bella que colocas en latín, termina en hebreo, AMÉN, que asi sea. No te preocupes miles, tengo paciencia, es uno de las virtudes con la que nos capacita el SEÑOR, a nosotras las madres y siempre estaré dispuesta a enseñarte y servirte, tu hermana en CRISTO, isabelión, SHALOM, TE DEJO CON LA PAZ DEL SEÑOR.


Estimada en Cristo Isabelion:

Un pequeño off-topic hermana. Me llena de curiosidad saber qué te hace pensar que semper y Miles son la misma persona; ya que a mi me parece que se trata de dos personas completamente distintas, desde su forma de expresarse, su "background" cultural y personal, e incluso, pese a su aparente coincidencia en muchos temas, en realidad lo hacen desde escuelas teológicas bastante distintas.

Que Dios te bendiga.
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Luis Manuel
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 7:50 pm    Asunto: Re: hermanito miles DEI
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
por cierto la oración tan bella que colocas en latín, termina en hebreo, AMÉN, que asi sea. No te preocupes miles, tengo paciencia, es uno de las virtudes con la que nos capacita el SEÑOR, a nosotras las madres y siempre estaré dispuesta a enseñarte y servirte, tu hermana en CRISTO, isabelión, SHALOM, TE DEJO CON LA PAZ DEL SEÑOR.


Estimada hermana en Cristo:

Offtópicamente, no estás sabiendo mantener una discusión honesta y respetuosa con Semper.

Tú verás.
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semper_crucifero
Veterano


Registrado: 22 Ago 2007
Mensajes: 3908

MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 9:45 pm    Asunto: Re: hermanito miles DEI
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
por cierto la oración tan bella que colocas en latín, termina en hebreo, AMÉN, que asi sea.

Que así sea, y muchas más cosas. No te quedes en la belleza de la oración y profundiza en ella hermana, allí están todas las verdades de la Fe católica:

"El Credo no es un conjunto de sentencias, no es una teoría. Está, justamente, anclado en el evento del Bautismo –a un evento de encuentro entre Dios y el hombre. Dios, en el misterio del Bautismo, se inclina hacia el hombre; sale a nuestro encuentro y así también nos acerca entre nosotros” Benedicto XVI (homilía en Ratisbona 12/09/06).

Profundiza en la oración, en ella no hay misterios ni habitaciones en penumbra, es sencilla, directa, y grandiosa. Por que Cristo no necesita de grandes formulaciones laberínticas para tocar el corazón del hombre.


No te preocupes miles,

Otra vez se te da un caso de desdoblamiento cognitivo, ves uno donde hay dos, empecinamiento más que otra cosa, pero tranquila que Miles sale esta noche de trabajar y te contestará.

tengo paciencia, es uno de las virtudes con la que nos capacita el SEÑOR, a nosotras las madres y siempre estaré dispuesta a enseñarte y servirte, tu hermana en CRISTO, isabelión, SHALOM, TE DEJO CON LA PAZ DEL SEÑOR.

Pero enseñame cosas veraces hermana, no confusiones ni sueños de medianoche. Me quedo mientras en la Paz del Señor, donde ya estaba hermana. Bendiciones.

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semper_crucifero
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MensajePublicado: Sab Feb 23, 2008 9:47 pm    Asunto: Re: ORIGENES DE LA PALABRA MISA
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
Este libro se llama: LAS FIESTAS JUDIAS-VERBO DIVINO. Y las autoras A.C. Avril y D de La Maisonneuve, hermanas de NUESTRA SEÑORA de SIÓN, redactaron juntas el número 18 de Documentos en torno a la Biblia, dedicado a las oraciones judías de los días ordinarios y del sábado. La primera enseña la tradicición judía en el centro Ratisbona de JERUSALÉN (centro de estudios judios para cristianos). La segunda, miembro del SIDIC(Servicio de Información y Documentación Judeo-Cristianas), es profesora de hebreo y de tradición judia en el Instituto Católico de París. Espero en el SEÑOR, que semper y miles, no las acusen de judaizantes, de apóstatas, de herejes o de protestantes, a las hermanitas, sinónimo de monjas o de mujeres consagradas al SEÑOR. Su hermana en CRISTO, isabelión...........seguimos estudiando.


......... Me pregunto qué tiene que ver esta colección de datos inconexos con el tema del que tratamos o con algún off-topic. Claramente ni yo ni mi hermano Miles acusamos de nada a la ligera ¿verdad?. En este caso estábamos hablando de tu persona, no tengo el gusto de haber hablado con las dos hermanas que citas.

Sigues sin contestar a ninguna de las preguntas, todas ellas muy básicas. Bendiciones.

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Leandro del Santo Rosario
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Ubicación: Buenos Aires, Argentina.

MensajePublicado: Dom Feb 24, 2008 1:08 pm    Asunto:
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

Querida hermana Isabelion:

Gracias a Dios contamos con el Magisterio de la Iglesia respecto de la cuestión del tema que has abierto. Enseña el Santo Padre Benedicto XVI en la exhortación apostólica Sacramentum Caritatis:

Cita:
Despedida: « Ite, missa est »

51. Quisiera detenerme ahora en lo que los Padres sinodales han dicho sobre el saludo de despedida al final de la Celebración eucarística. Después de la bendición, el diácono o el sacerdote despide al pueblo con las palabras: Ite, missa est. En este saludo podemos apreciar la relación entre la Misa celebrada y la misión cristiana en el mundo. En la antigüedad, « missa » significaba simplemente « terminada ». Sin embargo, en el uso cristiano ha adquirido un sentido cada vez más profundo. La expresión « missa » se transforma, en realidad, en « misión ». Este saludo expresa sintéticamente la naturaleza misionera de la Iglesia. Por tanto, conviene ayudar al Pueblo de Dios a que, apoyándose en la liturgia, profundice en esta dimensión constitutiva de la vida eclesial. En este sentido, sería útil disponer de textos debidamente aprobados para la oración sobre el pueblo y la bendición final que expresen dicha relación.[154]

_________________

+ Si rezas el rosario diario o tienes el firme propósito de comenzar esta práctica de vida de santidad, únete al grupo en el Facebook: http://www.facebook.com/group.php?gid=65358051689 +++ A.M.D.G.
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Luis Manuel
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MensajePublicado: Dom Feb 24, 2008 6:42 pm    Asunto: Re: breve respuesta
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
ESTIMADO HERMANO LEANDRO DEL SANTO ROSARIO: Hermano se está estudiando una palabra, y la posibilidad de su origen HEBREO, esto para nada afecta al magisterio o va en su contra, tenemos en nuestra IGLESIA, palabras de origen: HEBREO, GRIEGO Y LATÍN. Y todas ellas las utilizamos a diario y son parte de nuestras vidas. Ejemplo: IGLESIA, es de origen griego. Es un estudio en donde todos aprendemos y compartimos, gracias por tu participación, tienes siempre mi admiración y respeto, tu hermana en CRISTO, isabelion.


Estimada hermana:

Pero ya te han dicho que la palabrita en cuestión viene del latín, no del hebreo. ¿A dónde quieres llegar?
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EduaRod
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Mensajes: 3275

MensajePublicado: Dom Feb 24, 2008 7:40 pm    Asunto: Re: breve respuesta
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

Luis Manuel escribió:
isabelion escribió:
ESTIMADO HERMANO LEANDRO DEL SANTO ROSARIO: Hermano se está estudiando una palabra, y la posibilidad de su origen HEBREO, esto para nada afecta al magisterio o va en su contra, tenemos en nuestra IGLESIA, palabras de origen: HEBREO, GRIEGO Y LATÍN. Y todas ellas las utilizamos a diario y son parte de nuestras vidas. Ejemplo: IGLESIA, es de origen griego. Es un estudio en donde todos aprendemos y compartimos, gracias por tu participación, tienes siempre mi admiración y respeto, tu hermana en CRISTO, isabelion.


Estimada hermana:

Pero ya te han dicho que la palabrita en cuestión viene del latín, no del hebreo. ¿A dónde quieres llegar?

Estimada en Cristo isabelion:

Exactamente, se te ha demostrado que la palabra viene de las declinaciones naturales de verbos latinos (mittere, missio) que poco o nada tienen que ver con la forma o significado de la palabra hebrea que estás manejando.
En otra palabras, estás frente a lo que en filología se llama un "falso cognato". Es decir, frente a un par de palabras de dos lenguajes distintos que, a causa de su forma o sonido similar, se presume erroneamente que tienen un origen común (cognatas) cuando tal origen o raíz común en realidad no existe (por eso es falso cognato). Es decir, se trata de un hecho meramente incidental que en el desarrollo independiente de dos lenguajes se hayan generado un par de palabras que suenan igual o parecido.
Por consiguiente, habiendo una palabra latina independiente que explica razonablemente el origen del uso de la palabra "Misa" para designar el Santo Sacrificio; NO BASTA con decir "hay palabras de origen hebreo como amén" cosa que supongo no pensarás en serio que alguno de los participantes en esta discusión ignoraba previamente. Sino que hay que demostrar concretamente cómo, cuándo y porqué la palabra hebrea que has mencionado dió origen a la palabra latina que a su vez sirvió para designar el Santo Sacrificio.
De lo contrario, lo siento mucho querida hermana, pero la realidad es que toda tu argumentación, la defienda quien la defienda, no pasa de ser una especulación sin fundamentos. Y al menos un servidor no será quien te diga que alguien deja de ser católico por defender tal cosa; pero que uno no deje de ser católico ni contradiga al Magisterio por eso, no quita el hecho de que sea una simple especulación sin fundamentos.

Si sigues opinando en contrario, te sugiero que:
a) Demuestres filológicamente cómo, cuándo y porqué la palabra hebrea dió origen a la palabra latina.
b) Expongas todo tu argumento de una sola vez y no en los pequeños pedacitos que has venido presentando. Pues muchos de esos pequeños argumentos son meramente accesorios al tema central y no nos están llevando a ningún lado ya que tú misma te has negado a entrar profundamente en las discusiones que ellos mismos han sucitado.
c) No descartes sin más las opiniones alternas, que en mi humilde opinión están mucho mejor fundamentadas, y que, por demás tú misma invitaste a que fuesen discutidas. Es decir, si hubieses llamado al tema "Posible origen hebreo de la palabra misa" y nunca hubieses tocado otro punto o invitado a tocarlo, estaría un servidor de acuerdo en que "ignoraras" otras posturas. Pero cuando has llamado al tema "La palabra misa origen y significado" y tú misma has invitado a presentar opiniones alternas, personalmente me parece una falta de cortesía el que hayas ignorado los aportes en otros sentido que el que tú misma defiedes, y sigas presentando pequeños pedazos de tu argumento como si eso nos estuviera llevando a todos a un avance gradual a través de un consenso general. Lo que claramente no es el caso.

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EduaRod
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MensajePublicado: Lun Feb 25, 2008 1:47 am    Asunto: Re: ORIGENES DE LA PALABRA MISA
Tema: La palabra misa, origen y significado
Responder citando

isabelion escribió:
Entre el siglo IV y V, se vino utilizando el término Misa, entre eclesiasticos, por lo tanto como dice el diccionario etimologico, el término Misa proviene del latín tardio, con lo cuál nos puede llevar a deducir el origen hebreo de la palabra, he contestado respetuosamente, a quienes de forma respetuosa y amable me han preguntado. Su hermana en CRISTO, isabelión.


Estimada en Cristo Isabelión:

Ok, entiendo entonces que te parece que el origen pudo ser hebreo en cuanto a que se habla de que viene "del latín tardío", es decir, como diciendo "no estaba en el latín temprano" ¿no es así?
Podría sonar un tanto razonable, no lo niego, sin embargo, aún así, como prueba es demasiado débil, algo así como lo que se llama en el medio legal "evidencia circunstancial" (p.ej. aunque usted estaba en la escena del crimen, y eso lo hace sospechoso, no se puede decir que es culpable pues tal vez estaba tan sólo pasando por ahí). De modo que se necesitaría evidencia mucho más sólida que eso, evidencia que conectara concretamente la palabra hebrea con la latina para poder hacer afirmaciones.
Por otra parte, lo del "latín tardío" vs. el clásico en realidad tiene otra explicación que es un poco la discusión que se estableció entre el hermano Miles y un servidor: en el latín clásico existe ciertamente la palabra missa, precisamente en el sentido de enviado que un servidor ha venido defendiendo. Pero precisamente el punto tocado por el hermano Luis Manuel es el que indica que "Ite, missa est" no es latín clasico, pues mezclaría el "Ite" que es plural, con el "est" que es singular: "Vayan, es enviado". No suena muy lógico. Lo que ocurre con el latín tardío es que missa ya no necesariamente se tiene que entender como un verbo, sino como un verbo sustantivado, de modo que ya es posible interpretar la frase como: "Vayan, es el envío" (o "la despedida" como defendía el hermano Miles). Lo que resuelve la incongruencia entre el plural y el singular. Pero ese uso sustantivado de la palabra missa, no existía en el latín clásico, sino fué algo que se introdujo posteriormente. Pero lo importante es que esa usanza no se limitó a la palabra missa, sino a otras similares del latín clásico que tradicionalmente habrían sido verbos y luego fueron sustantivadas. De modo que, bajo esta explicación, se habla de latín tardío como una evolución del idioma en general, y no como la aparición súbita de una palabra particular.

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