MITOS SOBRE LA MATERNIDAD

[Scarlett*]

Paz y bien, chicos del foro:

Los invito a compartir en éste tema, tantos mitos que existen referentes a la maternidad.

Como madre que soy, me encantan las poesías tan bonitas acerca de ella, como aquella en que nos platican que Dios te va a enviar a la tierra y te encargará con un ángel llamado mamá, ¿la recuerdan?

Cada vez que la leo, se me enchina la piel y me siento casi casi con alas.

Sin embargo, por muy bonito que suenen, no dejan de ser mentiras
Las mamás no somos ángeles.
Lo seremos cuando fallezcamos. Jesús nos dice que seremos como ángeles al fallecer.

¿Porqué me echo yo misma éste balde de agua?
Porque creo que disfrazado de sensiblería se esconden tantas ideas negativas y que al final, no hacen más que ir en contra de uno misma como mamá.

¿Te imaginas en qué papel quedas si en las escuelas o en los medios de comunicación se promueven poesías tan sensibleras como ésa, en que te ponen como ángel y en tu casa tus hijos ven a una mamá tan simple como todas las mamás?

Ah, pa'ayudadita que nos hacen, ¿no?
Ahora si que como dice el dicho: "No me ayudes, compadre"

Tal vez suene a demasiado "estricta" o "purista" como muchos nos llaman, pero creo que es muy importante éste tipo de comentarios, porque más vale situarnos en la tierra, mientras vivimos en ella, que pretender ser ángeles sin alas.
Tal vez suene de principio a "estar en contra de la mujer" como muchos dicen. Más bien, es todo lo contrario.

Si a tus hijos les dicen que eres un ángel con el que Dios te envió, en primera, ¡qué amolada para los pobres angelitos! y en seguida ¡qué amolada para tí misma! ya que tú como yo, luchamos por ser buenas madres, por ser mejores seres humanos, para que todavía nos carguen encima un traje que no nos queda.

Además que crea un ambiente de desinformación acerca de nuestra fé.
¿Te imaginas si ven en nosotros a un ángel? poco a poco pierden la fé en lo divino, porque por muy buenas que seamos, no somos más que mujeres dispuestas a hacer la voluntad de Dios, es cierto, pero mujeres con defectos.

Y pa'colmo usan el nombre de Dios para ello. Así nomás, sin ninguna base.
Porque suena bonito.
¿Te imaginas lo que pensarán de Dios si les hacen creer que El los envió con un ángel que es tan defectuoso como tú y como yo?
Que es bien malo Y tú y yo sabemos que no es cierto.
Que somos nosotros los que cometemos errores. Entonces, no nos dejemos tentar en nuestro orgullo de madres y caigamos en la soberbia.

¿No crees que en mucho, éste tipo de "poesías" aparentemente tan inocentes son una semilla sembrada para la rebeldía de nuestros hijos?

Y todavía aplaudimos cuando nuestros hijos nos recitan la dichosa poesía!!!


Es ahi donde entiendo cuando se habla de un verdadero amor, no de una sensiblería mal encauzada.

En lugar de ver a una madre abnegada como somos tú y yo, preocupada y ocupada de ellos, nos comparan con un ángel ¿y cuándo le llegaremos? Ante un ejemplo así, nomás nos hacen papilla, ¿no crees?

Nomas échale un ojo y analízala más allá de lo simple de las palabras y verás cómo en tan pocas palabras, nos destrozan y a Dios también.

[Laura De los Ángeles]

jejejeje!!! miro esa foto y me acuerdo cuando me tenía que levantar por las noches para cambiar pañales o amamantar. Te aseguro que después de varios meses sin poder descansar bien, el buen humor se te va... simplemente te abandona, y muchas veces el cansancio ocupa ese lugar, trayendo consigo el mal humor.
Mas que un ángel... yo me sentía una fiera a veces No daba más del cansancio, tener que levantarme tantas veces en la noche por uno y por el otro, y durante el día también... nunca dormía
Está comprobado médicamente que la falta de sueño es una tortura. Hasta fue utilizado como método de tortura para obtener algunas confesiones de presos políticos.
Bueno, todavía me sigo levantando de noche a veces... pero no se preocupen... que solamente dura unos pocos años
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Señor, no tengas en cuenta nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia.

[Scarlett*]

Paz y bien.

Este mito es acerca de lo que significa ayudar a los hijos.

Muchas madres creemos que el ayudarles cuando tienen problemas económicos y ya están casadas es que se vayan a vivir a nuestra casa.

Piensa bien en lo que voy a escribir y reflexiona sobre ello.

Jesús nos dice: "vino nuevo en odres nuevos". Nos dice el Génesis: "el hombre (considerando hombre a la pareja") debe dejar la casa de sus padres"
¿Crees tú que es realmente ayudarlos el ir en contra de lo que Dios manda?

Vé lo que sucede cuando desobedecemos ésa órden de Dios:

Cuando tú te casaste, te fuiste a vivir aparte, seguramente en una colonia, unidad o vecindad en donde había niños con los que tus hijos jugaron.
Cuando tus hijos se casan y les ofreces que se vayan a tu casa a vivir, se encuentran con que la mayoría de sus amigos se casaron, con que la mayoría ya se fueron a vivir aparte.

Y sus hijos (tus nietos) crecen sin la misma oportunidad que tus hijos tuvieron: tener muchos compañeros y amiguitos. Crecen niños solitarios.

Te lo digo por experiencia propia y de otros amigos: en una época tuvimos necesidades económicas apremiantes y no podíamos pagar la renta asi que vivimos un año con mi papá y dos con mi abue.... y no había niños de la edad de mis hijos ( mis amigos con los que yo había jugado) se habían ido como yo.
Por supuesto que me sirvieron ésos dos años, porque mi esposo se estabilizó económicamente y pudimos obtener un crédito de infonavit. Cuando llegamos a la nueva unidad, había muchos niños y mis hijos tuvieron muchos amiguitos con los que crecieron.

Pero conosco amigos que se han regresado a casa de sus papás y se han quedado ahí... y sus hijos no tuvieron muchos amigos ni compañeros, y son ahora muchachos solitarios. No tienen con quien ir de fiesta, ni quien les presente amigas.

Sus padres simplemente se quedaron. Una porque es madre soltera (pero con oportunidad de haber obtenido un crédito de infonavit, oportunidad que desaprovechó) otros por pensar más en su propia comodidad que en el bienestar de sus hijos.
Y hasta en ellos mismos, pues sus amigos emigraron. Si se hubieran ido a vivir aparte, hubieran tenido la oportunidad de hacer nuevos amigos y tampoco serían solitarios como ahora son.

Cuando volvímos a tener problemas económicos, ya teníamos nuestra casa (pagándola, peo nuestra) la familia nos ayudó, pero nunca dejamos nuestra casa como muchos lo hacen.

Asi que creo yo, debemos pensar muy bien en lo que pensamos es ayudar a nuestros hijos.

La mejor ayuda que podemos darles cuando se casan, incluso cuando son madres solteras, es dejar que tomen su camino, dejar que se vayan a donde tengan amistades para ellos y sus hijos, que convivan con personas de su edad y nos vengan a visitar o nosotros vayamos a visitarlos.


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[Scarlett*]

Paz y bien.

Otro mito sobre la Maternidad: "La abnegación de las madres"

A mí ésto de la abnegación me da tirria. No porque no sea dedicada a mis hijos, sino porque en aras de la abnegación escondemos muchas cosas:

el querer controlar a los hijos, al no permitirles vivir su libertad.
Para mí, los hijos en todas las edades deben ser libres. No me refiero a que hagan su voluntad, a que hagan todo lo que se les ocurra, pero sí tienen derecho a que se les pregunte acerca de lo que desean para ellos.

Por ejemplo: un niño de dos años es perfectamente capaz de distinguir si desea ponerse la camisa blanca o la azul. Si desea ponerse el pantalón café o el negro.
Creo que el dejarlos decidir en cuestiones así, los hace más seguros y nos permite dirigirlos en otras cuestiones.

Mis hijos (y disculpen que los ponga en éste caso como ejemplo pero fué a los que eduqué) se vestían eligiendo lo que deseaban ponerse y por ejemplo, yo no tuve problemas a la hora de comer.

Por supuesto que al vestirse, les hacía notar que tal o cual camisa no checaba con el pantalón porque hacía frio y se podía enfermar, por ejemplo.
Muchas veces de niños pequeños, mis hijos parecían "cajas fuertes" no les hallabas la combinación por ningún lado:lol:, porque insistían en ponerse su camisa café con su pantalón negro y sus tenis amarillos, pero a cambio, aceptaban cualquier comida que les diera, se comportaban bien a donde quiera que íbamos, etc. sin necesidad de "amenazarlos" con el clásico "te portas bien cuando vayamos a.... " o "comes bien en casa de...."

Cuando salíamos a comer, ellos elegían lo que deseaban comer y cuánto.

Estas pequeñas libertades, les brindaron confianza en ellos y en nosotros, sus padres.

Digo que muchas veces en aras de "la abnegación", muchas madres vestimos a nuestros hijos, les damos de comer lo que nosotros deseamos y la cantidad que nosotras queremos "porque nosotras sabemos mejor que ellos lo que necesitan".
Lo cual es cierto, pero podemos ceder en cuestiones como ésas cuando son pequeños y entonces ellos aceptan mejor nuestra ayuda en las labores escolares, confian en nosotros para tomar decisiones, confian en nuestra palabra respecto a muchas cuestiones, durante toda su vida.

No es perder autoridad, ni ser menos abnegadas, sino dejar que ellos mismos se vayan desarrollando en su libertad de elección desde muy pequeños.

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[Scarlett*]

Paz y bien.

Otro mito que creo yo no es muy benéfico es el de las "madres que todo lo saben"

Creo que éste es de los mitos que más daño causan en los hijos.

Es cierto que de pequeños, nuestros hijos necesitan que sus padres sepan lo que hacen, porque ellos confian en nosotros.

Pero éso es una cosa, lo otro es que como madres nos la creamos y no busquemos información, no consultemos con otros.

Y así tenemos a la clásica mamá que cuando el niño tiene calentura, le da un antibiótico y ya. Y muchas veces, ésta automedicación es nociva, porque la calentura puede ser por muy diversas causas.

Dicen que "zapatero a tus zapatos" y creo que para éso los doctores se quemaron las pestañas para estudiar.
Por lo menos yo, no tengo quejas en cuanto a los doctores que he tenido la fortuna de consultar, siempre han sido acertados sus remedios en mí, en mis hijos y en mi esposo.

O bien, la clásica mamá que al ayudar a su hijo a realizar una tarea, cree que debe hacerse como a ella le enseñaron y no como la maestra o el maestro dice. Con éso sólo confunde a sus hijos.

Estoy completamente de acuerdo en que los profesores también pueden equivocarse. A mí me tocó varias veces no estar de acuerdo con ellos en varias cuestiones, pero éso se debe tratar directamente con ellos y no decirle al chamaco: "tu profesor no sabe. Hazlo como yo digo" porque luego nos damos unas quemadas, que pa'que les cuento.

Y lo peor, es que hacemos que nuestros hijos dejen de confiar en sus maestros o si se dan cuenta que ellos tienen la razón, perdemos parte de su confianza.

A medida que nuestros hijos crecen, se van dando cuenta por ellos mismos de las cosas. De pequeños nos creen todo, pero al ir creciendo, van evaluando todo... y si no hemos tenido el criterio suficiente para tratar de mantenernos informadas, corremos el riezgo de que nuestros hijos tomen caminos equivocados o se alejen de nosotros.

Por éso me gustan los foros, porque sé muchas cosas, pero hay muchas otras que aprendo.

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[Scarlett*]

Madre "todo lo puedo"


Tal vez los que me conocen, ya se hallan dado cuenta, que los mitos que estoy exponiendo, surgen de las muchas premisas con las cuales he desarrollado mi labor de madre.

Si.... muchas veces utilicé el papel de madre "todo lo puedo" y ahora me doy cuenta que es realmente un mito que no debemos vivir.

Ahora si que ""después del niño ahogado, tapa el pozo"

Y es que es bien fácil caer en querer aparecer ante nuestros hijos como aquella que todo lo puede.... y si no, lo inventa jajjaj
Muchas veces me sentí orgullosa de ser alguien que para todo tenía una respuesta, y para todo tenía una idea que aportar para realizar tal o cual cosa.

Y creo que ésta forma de ser, es benéfica.... si no se cae en el exceso de hacer las cosas por los hijos, en aras de que yo todo lo puedo.

Los hijos...por lo menos los míos, "nos toman la medida" y si lo permitimos, terminamos haciendo sus quehaceres, sus responsabilidades.

Pocas veces caigo en éste mito, pero caigo jajjaj
Los hijos se valen de sus sonrisas, sus manipuleos para delegar en nosotros sus responsabilidades o librarse de ellas si hemos sido nosotros quienes se las ponemos.

Y me doy cuenta porqué. Porque le son impuestas...

Ese creo que ha sido mi tremenda frustración.
Recuerdo cuántas veces deseé que no tuviera que decirles a mis hijos, cosas como:
"tienes que hacer tu cuarto" o "debes ayudar a tu hermano"

Mientras más lo decía, menos lo conseguía.

Y es que yo fuí educada de una manera en que no necesitaba que se me repitieran las cosas. De una manera en que las cosas las hacía sin adultos que me supervisaran.
Simplemente se me decía qué hacer.... y lo hacía. Fuí educada por una madre (sin un esposo)

De igual manera, traté de educar a mis hijos. Sin embargo, en la educación de los hijos son dos los que intervenen: el padre y la madre.

Y es ahí en donde empiezan las complicaciones, porque se debe tener mucha fortaleza, sabiduría para "malabarear" entre la idea que yo tengo de educación y la idea que tiene mi esposo.... sobre todo, si él no acostumbra expresar en voz alta sus ideas.

Ese ha sido mi gran batalla en la forma de educar a mis hijos. El hacerlo de tal manera que cumpla con mis expectativas y al mismo tiempo, incluya a mi esposo haciendole ver que la manera que yo considero, es la mejor.

Muchas mujeres tiran la toalla, en aras de facilitarse el trabajo... y con ello, sus hijos pierden mucho. Pierden la fortaleza y seguridad que proporciona un padre en sus vidas.

Yo tuve un padre, pero que no interactuaba conmigo más que esporádicamente... y me hizo mucha falta para adquirir seguridad en mí misma. Sobre todo de pequeña.

Adquirí ésa seguridad con el tiempo... mucho tiempo. y a base de experiencias que no debí vivir. Es como tener dos piernas y sólo utilizar una.

Me parece un desperdicio terrible el tener un padre y no tenerlo al mismo tiempo. Y en mucho, son las madres "todo lo puedo" las que con su forma de ser privan a sus hijos de la parte paterna en sus vidas.

Muchas mujeres no son muy mis amigas porque pareciera que defiendo a los hombres... cuando es al contrario. Quiero tanto a las mujeres, las entiendo tanto, amo tanto ser mujer, que me doy cuenta de los errores que cometemos y no puedo callar porque ésos errores se regresan como bumerang a nosotros.

Mujeres que viven solas, mujeres divorciadas, mujeres liberales (con una falsa libertad) mujeres casadas pero con el aire, porque no dejan que en su vida entre su esposo (y menos en la de sus hijos).

Asi que madres, por favor .... no creamos éste mito de que todo lo podemos. Si así fuera, Dios nos hubiera creado sólo a nosotras. Y no fué así.

Nos creó colaboradoras del hombre. Con la misma dignidad y con las diferencias propias de cada género.
Entonces en todas nuestras facetas de mujer, deben estar presente ésa igualdad y ésas diferencias para poder llamarnos realmente mujeres.


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[Scarlett*]

Paz y bien.

Perdón por alejarme del foro. Mi compu de plano, necesita otro disco duro..y pues ahi se lo pondrán cuando se pueda. Asi que espero estar presente lo más que pueda.

Un mito más respecto a la maternidad:
HIJO DE MI HIJA, NIETO SERA. HIJO DE MI HIJO, EN DUDA ESTARA.

Bueno... éste mito si que me saca de mis casillas.

Es no sólo una ignorancia total, una falta de respeto hacia la mujer que el hijo elige, sino una falta total de amor a su propio hijo.

Y lamentablemente, aún en la actualidad, muchas madres (y padres) siguen manejándose por él. Tal vez no aceptándolo plenamente, pero sí de hecho.

"El que quiere a Juan, quiere también a su can". Sin embargo, los celos maternos y paternos, el creer que nuestros hijos no crecen y que siempre dependen de lo que nosotros pensemos, es un gran mal que hasta la fecha se da en nuestra sociedad.

Madre, por favor. Acepta a tu nuera como alguien a quien tu hijo eligió libremente. Te aseguro que todos los defectos que le ves, sólo son producto de los lentes que te pones para verla.

Trata de ver cómo te percibe ella... y te darás cuenta que sólo desea ser aceptada por tí y tu familia, tanto como tu hijo desea ser aceptado por su familia.

Es cierto que no se casan con las familias, pero también es cierto que es muy bonito el que se conviva. Ninguno de los dos quiere perder a su familia y ninguno de los dos desea que el otro sufra.

Asi que pues, a ayudar a nuestros hijos siendo amables con aquellos o aquellas que ellos elijan.

Eso les ayudará a solventar únicamente sus propios problemas, los que surjan entre ellos, sin tener que preocuparse por aquellos que les creemos sus padres.

Me gusta pensar que si yo trato bien a mi nuera, sus padres tratarán bien a mi hijo.
ASI

O ASI

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[Scarlett*]

Paz y bien.

Continuo con los mitos sobre la maternidad.

Como se habrán dado cuento, éstos mitos sobre la maternidad son acerca de mí, no de otras mujeres. Son actitudes, pensamientos que he tenido en mi labor como madre.

Un mito más el de la mujer y madre al mismo tiempo.

Voy a tratar de explicarme:
Sucede que cuando mis hijos estaban pequeños, yo deseaba salir con mi esposo como cuando novios. Alguna vez llegué incluso a pensar en dejarlos sólos durante la noche, ya que no despertaban en toda la noche.

Mi hermana así los dejaba y no había problemas. Mi esposo se molestó cuando se lo propuse. A mí se me hacía muy natural.

Sin embargo, aprendí que no lo es. En una ocasión, nos fuimos los 4 a Oaxtepec (gooool jajjaj) al hotel y dejamos a los niños ya grandecitos, nos fuimos al bar a escuchar música.....
Nos rolábamos para ir a darles una vueltecita al cuarto.
Pues a medianoche, que nos va cayendo mi hijo el mayor jjajajaj.

Estaban acostumbrados a que se les tapara a medianoche, ya fuera su papá o yo.

Recordé entonces, la idea que tuve alguna vez de dejarlos siendo pequeños.... y agradecí a mi esposo que no aceptara, porque mis hijos estaban acostumbrados a ser besados, o tapados en la noche.

Muchos psicólogos, sexólogos nos recomiendan no descuidar a la pareja, vivir como eternos novios. Y ES MENTIRA.

Un matrimonio no es un noviazgo. No se puede volver a ser novio.
La responsabilidad de los hijos es antes que todo.

Llega el momento en que se vuelve a tener actividades como cuando novios.

Creo que muchas parejas viven ése error, no aceptan por completo el que el matrimonio no es un noviazgo eterno.

Y ahi es donde ayudan los suegros o los padres, en cuidar a los niños de vez en cuando, mientras la pareja sale a alguna actividad.
Sin embargo, al menos para nosotros, no es recomendable que se deje a los niños mientras son muy pequeños.

Nosotros disfrutamos mucho a nuestros hijos. Ví películas para niños, que no ví en mi infancia. Me subí a juegos que no me subí en mi infancia.
Vivimos la niñez de nuestros hijos junto a ellos, todo el tiempo.

Llegó el momento en que se empezaron a quedar en casa de familiares, o de amiguitos... pero fué hasta los 8 o 9 años, no antes.

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[Scarlett*]

Paz y bien.

Con una disculpa para todos aquellos que hacen el favor de seguir lo que escribo. Como saben, tuve problemas con mi compu... además de necesitar urgentemente una "talacha interna" a profundidad... yo... no la máquina.

Heme de nuevo con ustedes. No quise dejar de escribir en éste tema, dedicado a la maternidad acerca del día de la madre que se festeja en México y en muchos países éste día.

Quiero hablar de un mito bien grande. El de las mamás que sienten que son reinas y creen que su función es estar sentada en el trono y ordenar a todos. Las llamaremos "mamás reinas con latigo, coraza y casco"

Porque sucede que las mamás somos reinas, sí, pero tenemos por corona una diadema o una mantilla, con la que recogemos nuestro cabello para que no nos impida ver a nuestros hijos.
Que tenemos como cetro, un algodón o un curita para sanar las heridas de nuestros hijos.
Que tenemos como capa, los brazos de nuestros hijos cuando los acostamos para su descanso o los levantamos en sus caidas.
Y tenemos en nuestros labios siempre la palabra "Hijo" como la mejor de las caricias.

Las otras mamás, parecen guerreras, guerreras que pelean con sus hijos, no por sus hijos, que utilizan el látigo para amaestrarlos a hacer lo que ellas quieren y como ellas quieren.
Guerreras que se cubren con una coraza para repeler el amor que sus hijos les brindan.
Guerreras que se cubren la cabeza con un casco, para no oir sus llantos y sus dolores.
Guerreras que desconocen el valor de la palabra "Hijo"

En éste día, quiero brindar un inmenso abrazo a los hijos que no han escuchado en su vida ésa hermosa palabra. "HIJO"

Porque aunque lo dudes, existen personas que han vivido 50, 16, o más años sin escuchar ésa palabra de unos labios; ésas cuatro letras, que encierran en sí, el amor, la caricia, la sanación para sus dolores.

Un abrazo para todos aquellos que ya no tenemos a nuestras madres con nosotros, a aquella que nos ayudaba, acariciaba, curaba y procuraba.

Que el amor de la Virgen María descienda sobre todos ellos. Tal vez no han escuchado de los labios de su madre ésa palabra, pero pueden escuchar la de la Virgen en sus corazones.

Ella se ha hecho presente en múltiples ocasiones, para curar, para traer consuelo, para que le entreguemos nuestros dolores.

"No estoy yo aquí que soy tu madre" nos dice a todos nosotros.

Ella los bendiga y los cubra con sus brazos amorosos.
Yo estoy segura que nuestras madres le encargan a sus hijos cuando parten de éste mundo, tal y como Cristo le entregó a la humanidad al partir hacia el Padre.

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[Scarlett*]

Paz y bien.

Esta vez, quiero comentar acerca de otro mito, bien grandote:
El de que las mamás siempre están para nosotros.

No es cierto!!! No todas las mamás.
Recuerdo a dos niños que aprendieron a ser graciosos y a pintar para agradar a su mamá.
En ése tiempo, yo los cuidaba y les decía que su mamá trabajaba mucho para ellos, que debían ser buenos y portarse bien, para que al llegar ella descansara.

Y eran tan obedientes que me ayudaban a limpiar la casa, colgaban su ropa al llegar de la escuela, se lavaban las manos antes de comer, jugaban, hacian la tarea y esperaban en la tarde a que llegara su mamá para bailarle o lucir sus monadas ante ella.

Las mismas que ensayaban en el día. Recuerdo que uno de ellos, tenía facilidad para la mímica, las imitaciones, etc. y nos hacia reir mucho.
Su hermano mayor que no era tan gracioso, también deseaba hacer algo para su mamá.

Recuerdo que el día que fué al hospital a tener su tercer bebé, se me acercó y me dijo: "Tía, quiero hacerle algo a mi mamá, ¿me ayudas?"
Claro que sí, mi´jo!
Se me da éso de las manualidades desde pequeña y me puse a enseñarle lo que a mí me enseñaron antes en el internado: a pintar una tarjeta para su mamá y a escribirle algo bonito.

Y era una delicia verlo pintar, poner su corazón en ése dibujo. Recuerdo que era una noche hermosa, llena de estrellas y una luna espectacular.
No era una noche triste o llena de oscuridad y miedo; era una noche hermosa, con luz, azul no negra.

Lo de la escrebida ya no se le daba tanto jajjaja asi que para éso le tuve que ayudar, pues éso también me lo enseñaron en el internado.
Y él escribía los versitos y después yo se los corregí, hasta que quedaron del gusto de él, como el Principito del cuento. El pidiendo y yo haciendo.

Y su hermano, motivado también y al que éso de la pintada y la escribida no se le daba, quiso también hacer algo. Y se puso a ayudarme a hacer una cigueña con plastilina, que nos quedó requetebonita. Todo ésto lo hicimos mientras ella estaba en el hospital.

Limpiamos la casa, la barrimos y me fuí al hospital por ella, ya que no había quien lo hiciera. Era entre semana, esperábamos que saliera al día siguiente, pero sucedió que salió antes y llamó a la casa para que fueran por ella. Sus hermanas estaban trabajando y no recordaba el número de su trabajo, al igual que el de su esposo, mi tío.
Llamó a la tienda de enfrente de la casa y me avisaron para ir por ella. Como yo menos me sabía el teléfono de nadie, fuí por ella.

Y salió antes, porque su bebé no podía hacerlo, tuvo alguna complicación y tuvo que quedarse en el hospital. Yo traté de consolarla lo mejor que pude. Llegando a la casa, sus hijos tratando de consolarla, le entregaron sus dibujos y la cigueña de plastilina, pero estaba demasiado metida en un dolor inventado, puesto que su hijo estaba en buenas manos, en un hospital con los cuidados necesarios para ello, mejor que si estuviera en su casa.

Sus hijos la necesitaban en ése momento. Necesitaban sentir que todo estaba bien. Y no fué así. Estaba demasiado centrada en su dolor.

Y es triste porque ése niño, nunca más ha vuelto a pintar.
Bien dice un famoso cantante: "Mientras ustedes sigan aplaudiendo, yo sigo cantando"

A él no le aplaudieron.... y dejó de pintar.

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[Scarlett*]

Paz y bien.

Otro mito (idea equivocada) que tenemos las madres es que nosotros podemos disponer de nuestros propios hijos. Y disponer de las personas que nuestros hijos frecuentan.

Conosco a una señora que llama cada viernes a la casa, preguntando por el horario en que va a jugar su hijo, ya que mi hijo es entrenador del equipo al que va su hijo.
Le contesto que no lo sé porque ése es trabajo de mi hijo. Y él atiende los asuntos de su trabajo en su celular o en su trabajo.
Me contesta que llama aquí porque de su teléfono no salen llamadas al celular. Que debería decirle a mi hijo que me deje el horario de sus actividades.

No voy a ponerme a darle explicaciones a la señora ni de las actividades de mi hijo, ni mucho menos de las mís. Simplemente le respondo que tiene razón, que voy a hacerlo.

Nunca se me ocurriría decirle a mi hijo que me use de su secretaria, porque él tiene en su trabajo, personas que desarrollan ésa función. Y mi hijo sabrá los motivos que tiene para no darle el teléfono de la oficina en la que labora.

Es tan fácil tomar un teléfono público y si realmente le interesa estar al tanto de su hijo y de sus actividades, si su teléfono no tiene el servicio de llamadas al celular, puede hacer uso del teléfono público. O preguntarle a mi hijo si tiene otro teléfono a dónde llamarlo, aparte del celular.
Muchas veces no tenemos cerca uno, porque como se tiene la facilidad del teléfono , ya casi no existen los públicos, pero se puede caminar. Yo lo he hecho.
O se puede pedir el favor a una vecina. Ni modo que viva en un desierto.

Pero como muchas madres, creen que tanto los profesores como los entrenadores están a su disposición simplemente porque pagan una cuota.

Son personas que desconocen que ésas cuotas son usadas en sus propios hijos, que el sueldo que reciben los maestros y los entrenadores es por medio del gobierno o de la institución para la que trabajan.

Son personas que no respetan la intimidad de los demás. El teléfono se lo dió mi hijo a su hijo, para que él le llamara, para que él preguntara por sus actividades.
Pero su mamá es la que llama, quitándole a su propio hijo la oportunidad de desarrollarse. Anteriormente, su hijo llamaba cada viernes, preguntando por su entrenador como él le había dicho. Y le dió una hora para hacerlo y mi hijo estaba a ésa hora para contestarle.
Ahora la madre llama cada viernes, sin haberle preguntado antes a su entrenador si éso es lo que necesita su hijo.

El entrenador es mi hijo, por lo menos en el deporte que eligió. Y él sabe porqué hace tal o cual cosa, porqué le dió el teléfono al niño.

Asi son muchas madres: tiranas de sus propios hijos, que creen que sus hijos son de su propiedad, que son sus titeres que pueden manejar a su antojo.
Si no respeta la intimidad de su entrenador, mucho menos respeta la intimidad de su propio hijo.

A mí la verdad, me da tristeza con su hijo, porque ella, abusando de que es su madre, lo haya "encontrado" entres sus cosas, después de buscar y rebuscar en su cuarto; cualquiera que sea la razón por la que la señora tiene el teléfono de la casa, le está haciendo daño a su propio hijo.
Empezando porque lo averguenza con su entrenador.

Si tú amiga, has aceptado que tu hijo o hija desarrolle alguna actividad sea cual sea, para ayudarlo en su desarrollo, permite que sean los entrenadores quienes los guien en ésa actividad.

Si tienes alguna duda, respecto a cómo va tu hijo en su desarrollo, pregunta directamente al entrenador.
Asi como preguntas al maestro de tu hijo o hija por su desarrollo en la escuela. No vas a su casa a preguntarle, vas a la escuela a hacerlo.



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[Scarlett*]

Paz y bien.

Me gustaría comentar ahora otro gran error que cometemos los padres:
Confundir delegar responsabilidades con educar.

Tendríamos que empezar por ver qué es Delegar.
No es por supuesto, cargarles nuestras responsabilidades a otros. Es dejar por un momento una de nuestras responsabilidades a alguien y después pedirle cuentas de ello.
Y darle a cambio una recompensa o un castigo.
Eso es delegar.
Es lo que hacemos con los profesores, con los entrenadores, con los cuidadores de nuestros hijos.

No es cargar nuestras responsabilidades sobre los hombros de nuestros hijos o de otras personas. Y mucho menos, sobre uno de ellos sólamente.

El educar no es delegar responsabilidades, es enseñar a nuestros hijos a hacerse cargo de sus propias responsabilidades.

No me gustaría dejar el comentario sólo como una crítica, porque no sería ni justo, ni benéfico para nadie.

Todos los hijos. Todos deben tener su responsabilidad en casa, de acuerdo a su edad y condición.
Por ejemplo: Si son bebés, es normal que no tengan ninguna responsabilidad.
A medida que van creciendo, se les puede ir enseñando a atar sus agujetas, a abotonar sus camisas, etc. Aprenden así, a cuidar de ellos y de sus necesidades.Más grandecitos, se les enseña a tener una responsabilidad en la casa:
Recoger sus juguetes, mantener su ropa acomodada. Aprenden a cuidar de lo suyo.
Más grandes, se les enseña a participar en el aseo de la casa: normalmente a limpiar su cuarto o regar las plantas o barrer la calle o el patio, etc. Aprenden a participar en su hogar y en su familia.
Más grandes se les enseña a hacer mandados. A ir a la tienda, a ir a llevar un recado, a ir a .... Aprenden a manejarse sólos en la calle y ante las demás personas.

Somos nosotros los padres, los que les enseñamos a relacionarse con nosotros y con los demás.
Somos nosotros los padres, los que les enseñamos a valorarse, a valorarnos, y a valorar a los demás.

Muchas veces los padres delegamos en nuestros hijos responsabilidades nuestras. Delegamos, no se las cargamos encima.

Y aquí es importante hacerlo parejo.
Delegarles sí es nuestra necesidad, pero a todos.

Por ejemplo: Cuando mis hijos eran niños, yo trabajaba en casa. Y tenía necesidad de ir a la tienda y no podía hacerlo por mi trabajo. Entonces delegaba ésa responsabilidad en mis hijos. Primero en el mayor, porque el pequeño no tenía una edad como para andar en la calle.

Claro que era a las tiendas cercanas.
Al mercado, a las tortillas iba yo porque estaba lejos.

Cuando mi hijo mayor tuvo edad de ir por las tortillas, porque aprendió a andar en la calle, mi hijo menor iba a la tienda por los mandados.

La responsabilidad de ir a la tienda o las tortillas era mía, pero como tenía la necesidad de cuidar a mis hijos y trabajar en casa al mismo tiempo y ellos tenían la ventaja de tener a una madre que los cuidara y al msimo tiempo trabajara y se beneficiaban de ello, delegaba ésa responsabilidad en ellos.

Como en toda delegación de responsabilidades, ellos obtenían un beneficio.
No era su responsabilidad hacerlo.

Sólo hay algo que no podemos delegar en nuestros hijos: Nuestra responsabilidad de cuidar de ellos, de educarlos. Y de cuidar de sus hermanos y educar a sus hermanos.

Cosa muy común en nuestros días en que la mujer sale a trabajar.
Muchas veces en lugar de buscar alguien que nos ayude, ya sea un familiar, ya sea una persona a la que se le pague, simplemente delegamos ésa responsabilidad en el hijo o hija mayor.

Eso crea riñas entre los hijos, éso crea el que los otros quieran tomar su lugar para poder también ellos mandar.

Porque además se les delega la responsabilidad, pero también se le delega la facultad de castigar, de reprender.

Generalmente son mujeres u hombres que tardan mucho en casarse o no se casan, porque no están acostumbrados a entregar cuentas de lo que hacen o no hacen.
Tal vez esté mal el nombre de Mujeres generalas, porque los generales rinden cuentas a alguien arriba.

Y también crea problemas de ése hijo o hija, con sus propios padres, porque después de que les dan la facultad de regañar y castigar, llegan a pedirles cuentas y los regañan a ellos por haber dado un manazo, un grito.

Y terminan por ser atacados por sus propios hermanos, regañados por sus propios padres y lo primero que hacen es irse de su casa ya sea a trabajar muy temprano o literalmente irse de su casa a la calle o a ver a donde.
[img]http://2.bp.blogspot.com/_SgW5j9EgCbw/ShrTOFWdKvI/AAAAAAAAAdg/CXZ9SjTxXaw/s400/untitled.bmp[/img]
_________________
http://www.retazosypuntadas.blogspot.com Retazos y puntadas
http://www.foros.catholic.net/viewtopic.php?p=805997#805997 El cura de Ars
http://puntadasdesantos.blogspot.comSantoral del dia

[Scarlett*]

Paz y bien.

Me gustaría comentar ahora otro gran error que cometemos los padres:
Confundir delegar responsabilidades con educar.

Tendríamos que empezar por ver qué es Delegar.
No es por supuesto, cargarles nuestras responsabilidades a otros. Es dejar por un momento una de nuestras responsabilidades a alguien y después pedirle cuentas de ello.
Y darle a cambio una recompensa o un castigo.
Eso es delegar.
Es lo que hacemos con los profesores, con los entrenadores, con los cuidadores de nuestros hijos.

No es cargar nuestras responsabilidades sobre los hombros de nuestros hijos o de otras personas. Y mucho menos, sobre uno de ellos sólamente.

El educar no es delegar responsabilidades, es enseñar a nuestros hijos a hacerse cargo de sus propias responsabilidades.

No me gustaría dejar el comentario sólo como una crítica, porque no sería ni justo, ni benéfico para nadie.

Todos los hijos. Todos deben tener su responsabilidad en casa, de acuerdo a su edad y condición.
Por ejemplo: Si son bebés, es normal que no tengan ninguna responsabilidad.
A medida que van creciendo, se les puede ir enseñando a atar sus agujetas, a abotonar sus camisas, etc. Aprenden así, a cuidar de ellos y de sus necesidades.Más grandecitos, se les enseña a tener una responsabilidad en la casa:
Recoger sus juguetes, mantener su ropa acomodada. Aprenden a cuidar de lo suyo.
Más grandes, se les enseña a participar en el aseo de la casa: normalmente a limpiar su cuarto o regar las plantas o barrer la calle o el patio, etc. Aprenden a participar en su hogar y en su familia.
Más grandes se les enseña a hacer mandados. A ir a la tienda, a ir a llevar un recado, a ir a .... Aprenden a manejarse sólos en la calle y ante las demás personas.

Somos nosotros los padres, los que les enseñamos a relacionarse con nosotros y con los demás.
Somos nosotros los padres, los que les enseñamos a valorarse, a valorarnos, y a valorar a los demás.

Muchas veces los padres delegamos en nuestros hijos responsabilidades nuestras. Delegamos, no se las cargamos encima.

Y aquí es importante hacerlo parejo.
Delegarles sí es nuestra necesidad, pero a todos.

Por ejemplo: Cuando mis hijos eran niños, yo trabajaba en casa. Y tenía necesidad de ir a la tienda y no podía hacerlo por mi trabajo. Entonces delegaba ésa responsabilidad en mis hijos. Primero en el mayor, porque el pequeño no tenía una edad como para andar en la calle.

Claro que era a las tiendas cercanas.
Al mercado, a las tortillas iba yo porque estaba lejos.

Cuando mi hijo mayor tuvo edad de ir por las tortillas, porque aprendió a andar en la calle, mi hijo menor iba a la tienda por los mandados.

La responsabilidad de ir a la tienda o las tortillas era mía, pero como tenía la necesidad de cuidar a mis hijos y trabajar en casa al mismo tiempo y ellos tenían la ventaja de tener a una madre que los cuidara y al msimo tiempo trabajara y se beneficiaban de ello, delegaba ésa responsabilidad en ellos.

Como en toda delegación de responsabilidades, ellos obtenían un beneficio.
No era su responsabilidad hacerlo.

Sólo hay algo que no podemos delegar en nuestros hijos: Nuestra responsabilidad de cuidar de ellos, de educarlos. Y de cuidar de sus hermanos y educar a sus hermanos.

Cosa muy común en nuestros días en que la mujer sale a trabajar.
Muchas veces en lugar de buscar alguien que nos ayude, ya sea un familiar, ya sea una persona a la que se le pague, simplemente delegamos ésa responsabilidad en el hijo o hija mayor.

Eso crea riñas entre los hijos, éso crea el que los otros quieran tomar su lugar para poder también ellos mandar.

Porque además se les delega la responsabilidad, pero también se le delega la facultad de castigar, de reprender.

Generalmente son mujeres u hombres que tardan mucho en casarse o no se casan, porque no están acostumbrados a entregar cuentas de lo que hacen o no hacen.
Tal vez esté mal el nombre de Mujeres generalas, porque los generales rinden cuentas a alguien arriba.

Y también crea problemas de ése hijo o hija, con sus propios padres, porque después de que les dan la facultad de regañar y castigar, llegan a pedirles cuentas y los regañan a ellos por haber dado un manazo, un grito.

Y terminan por ser atacados por sus propios hermanos, regañados por sus propios padres y lo primero que hacen es irse de su casa ya sea a trabajar muy temprano o literalmente irse de su casa a la calle o a ver a donde.
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Paz y bien.

Me gustaría comentar ahora otro gran error que cometemos los padres:
Confundir delegar responsabilidades con educar.

Tendríamos que empezar por ver qué es Delegar.
No es por supuesto, cargarles nuestras responsabilidades a otros. Es dejar por un momento una de nuestras responsabilidades a alguien y después pedirle cuentas de ello.
Y darle a cambio una recompensa o un castigo.
Eso es delegar.
Es lo que hacemos con los profesores, con los entrenadores, con los cuidadores de nuestros hijos.

No es cargar nuestras responsabilidades sobre los hombros de nuestros hijos o de otras personas. Y mucho menos, sobre uno de ellos sólamente.

El educar no es delegar responsabilidades, es enseñar a nuestros hijos a hacerse cargo de sus propias responsabilidades.

No me gustaría dejar el comentario sólo como una crítica, porque no sería ni justo, ni benéfico para nadie.

Todos los hijos. Todos deben tener su responsabilidad en casa, de acuerdo a su edad y condición.
Por ejemplo: Si son bebés, es normal que no tengan ninguna responsabilidad.
A medida que van creciendo, se les puede ir enseñando a atar sus agujetas, a abotonar sus camisas, etc. Aprenden así, a cuidar de ellos y de sus necesidades.Más grandecitos, se les enseña a tener una responsabilidad en la casa:
Recoger sus juguetes, mantener su ropa acomodada. Aprenden a cuidar de lo suyo.
Más grandes, se les enseña a participar en el aseo de la casa: normalmente a limpiar su cuarto o regar las plantas o barrer la calle o el patio, etc. Aprenden a participar en su hogar y en su familia.
Más grandes se les enseña a hacer mandados. A ir a la tienda, a ir a llevar un recado, a ir a .... Aprenden a manejarse sólos en la calle y ante las demás personas.

Somos nosotros los padres, los que les enseñamos a relacionarse con nosotros y con los demás.
Somos nosotros los padres, los que les enseñamos a valorarse, a valorarnos, y a valorar a los demás.

Muchas veces los padres delegamos en nuestros hijos responsabilidades nuestras. Delegamos, no se las cargamos encima.

Y aquí es importante hacerlo parejo.
Delegarles sí es nuestra necesidad, pero a todos.

Por ejemplo: Cuando mis hijos eran niños, yo trabajaba en casa. Y tenía necesidad de ir a la tienda y no podía hacerlo por mi trabajo. Entonces delegaba ésa responsabilidad en mis hijos. Primero en el mayor, porque el pequeño no tenía una edad como para andar en la calle.

Claro que era a las tiendas cercanas.
Al mercado, a las tortillas iba yo porque estaba lejos.

Cuando mi hijo mayor tuvo edad de ir por las tortillas, porque aprendió a andar en la calle, mi hijo menor iba a la tienda por los mandados.

La responsabilidad de ir a la tienda o las tortillas era mía, pero como tenía la necesidad de cuidar a mis hijos y trabajar en casa al mismo tiempo y ellos tenían la ventaja de tener a una madre que los cuidara y al msimo tiempo trabajara y se beneficiaban de ello, delegaba ésa responsabilidad en ellos.

Como en toda delegación de responsabilidades, ellos obtenían un beneficio.
No era su responsabilidad hacerlo.

Sólo hay algo que no podemos delegar en nuestros hijos: Nuestra responsabilidad de cuidar de ellos, de educarlos. Y de cuidar de sus hermanos y educar a sus hermanos.

Cosa muy común en nuestros días en que la mujer sale a trabajar.
Muchas veces en lugar de buscar alguien que nos ayude, ya sea un familiar, ya sea una persona a la que se le pague, simplemente delegamos ésa responsabilidad en el hijo o hija mayor.

Eso crea riñas entre los hijos, éso crea el que los otros quieran tomar su lugar para poder también ellos mandar.

Porque además se les delega la responsabilidad, pero también se le delega la facultad de castigar, de reprender.

Generalmente son mujeres u hombres que tardan mucho en casarse o no se casan, porque no están acostumbrados a entregar cuentas de lo que hacen o no hacen.
Tal vez esté mal el nombre de Mujeres generalas, porque los generales rinden cuentas a alguien arriba.

Y también crea problemas de ése hijo o hija, con sus propios padres, porque después de que les dan la facultad de regañar y castigar, llegan a pedirles cuentas y los regañan a ellos por haber dado un manazo, un grito.

Y terminan por ser atacados por sus propios hermanos, regañados por sus propios padres y lo primero que hacen es irse de su casa ya sea a trabajar muy temprano o literalmente irse de su casa a la calle o a ver a donde.

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Paz y bien.

Me gustaría comentar ahora otro gran error que cometemos los padres:
Confundir delegar responsabilidades con educar.

Tendríamos que empezar por ver qué es Delegar.
No es por supuesto, cargarles nuestras responsabilidades a otros. Es dejar por un momento una de nuestras responsabilidades a alguien y después pedirle cuentas de ello.
Y darle a cambio una recompensa o un castigo.
Eso es delegar.
Es lo que hacemos con los profesores, con los entrenadores, con los cuidadores de nuestros hijos.

No es cargar nuestras responsabilidades sobre los hombros de nuestros hijos o de otras personas. Y mucho menos, sobre uno de ellos sólamente.

El educar no es delegar responsabilidades, es enseñar a nuestros hijos a hacerse cargo de sus propias responsabilidades.

No me gustaría dejar el comentario sólo como una crítica, porque no sería ni justo, ni benéfico para nadie.

Todos los hijos. Todos deben tener su responsabilidad en casa, de acuerdo a su edad y condición.
Por ejemplo: Si son bebés, es normal que no tengan ninguna responsabilidad.
A medida que van creciendo, se les puede ir enseñando a atar sus agujetas, a abotonar sus camisas, etc. Aprenden así, a cuidar de ellos y de sus necesidades.Más grandecitos, se les enseña a tener una responsabilidad en la casa:
Recoger sus juguetes, mantener su ropa acomodada. Aprenden a cuidar de lo suyo.
Más grandes, se les enseña a participar en el aseo de la casa: normalmente a limpiar su cuarto o regar las plantas o barrer la calle o el patio, etc. Aprenden a participar en su hogar y en su familia.
Más grandes se les enseña a hacer mandados. A ir a la tienda, a ir a llevar un recado, a ir a .... Aprenden a manejarse sólos en la calle y ante las demás personas.

Somos nosotros los padres, los que les enseñamos a relacionarse con nosotros y con los demás.
Somos nosotros los padres, los que les enseñamos a valorarse, a valorarnos, y a valorar a los demás.

Muchas veces los padres delegamos en nuestros hijos responsabilidades nuestras. Delegamos, no se las cargamos encima.

Y aquí es importante hacerlo parejo.
Delegarles sí es nuestra necesidad, pero a todos.

Por ejemplo: Cuando mis hijos eran niños, yo trabajaba en casa. Y tenía necesidad de ir a la tienda y no podía hacerlo por mi trabajo. Entonces delegaba ésa responsabilidad en mis hijos. Primero en el mayor, porque el pequeño no tenía una edad como para andar en la calle.

Claro que era a las tiendas cercanas.
Al mercado, a las tortillas iba yo porque estaba lejos.

Cuando mi hijo mayor tuvo edad de ir por las tortillas, porque aprendió a andar en la calle, mi hijo menor iba a la tienda por los mandados.

La responsabilidad de ir a la tienda o las tortillas era mía, pero como tenía la necesidad de cuidar a mis hijos y trabajar en casa al mismo tiempo y ellos tenían la ventaja de tener a una madre que los cuidara y al msimo tiempo trabajara y se beneficiaban de ello, delegaba ésa responsabilidad en ellos.

Como en toda delegación de responsabilidades, ellos obtenían un beneficio.
No era su responsabilidad hacerlo.

Sólo hay algo que no podemos delegar en nuestros hijos: Nuestra responsabilidad de cuidar de ellos, de educarlos. Y de cuidar de sus hermanos y educar a sus hermanos.

Cosa muy común en nuestros días en que la mujer sale a trabajar.
Muchas veces en lugar de buscar alguien que nos ayude, ya sea un familiar, ya sea una persona a la que se le pague, simplemente delegamos ésa responsabilidad en el hijo o hija mayor.

Eso crea riñas entre los hijos, éso crea el que los otros quieran tomar su lugar para poder también ellos mandar.

Porque además se les delega la responsabilidad, pero también se le delega la facultad de castigar, de reprender.

Generalmente son mujeres u hombres que tardan mucho en casarse o no se casan, porque no están acostumbrados a entregar cuentas de lo que hacen o no hacen.
Tal vez esté mal el nombre de Mujeres generalas, porque los generales rinden cuentas a alguien arriba.

Y también crea problemas de ése hijo o hija, con sus propios padres, porque después de que les dan la facultad de regañar y castigar, llegan a pedirles cuentas y los regañan a ellos por haber dado un manazo, un grito.

Y terminan por ser atacados por sus propios hermanos, regañados por sus propios padres y lo primero que hacen es irse de su casa ya sea a trabajar muy temprano o literalmente irse de su casa a la calle o a ver a donde.

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Paz y bien.

Otro mito muy común en las mujeres es éste: "No toques a mis hijos"

Y ése creo yo, es entre todos los mitos el peor mito. Porque implica posesión, porque implica egoísmo, porque implica no compartir.

Hay madres que creen que los hijos son regalos del cielo. Que los hijos pueden abrirse, quitarles las envolturas, tirarlas a la basura, quitarles los moños y guardarlos y ponerselos como si fueran suéteres o comerlos comos si fueran chocolates.

Los hijos son hijos de Dios, son prestados por El para que nosotros cuidemos de ellos como un regalo de Dios. Pero no los hijos como regalo, sino la maternidad o la paternidad.
Es un decirnos como seres humanos "Confio en Tí. Cuida de mis hijos"
Nos asemeja a Jesús con Pedro: "Pedro, apacienta a mis ovejas"
Los pastores no son dueños, son trabajadores.

Pues nosotros padres o madres, somos pastores de nuestros hijos, somos Pedros, y al igual que Pedro tenemos miedos, somos cobardes, negamos a Dios. Y aún así, nos elige para encomendarnos a sus hijos.

Los hijos no nos son regalados por nuestras buenas acciones, ni mucho menos somos nosotros los que les damos nada.
Escribí algo al respecto hoy:
Los hijos traen su torta bajo el brazo al nacer. Dios los manda refaccionaditos desde el principio. Pero la torta es para ellos, no para nosotros los padres.

No son adultos chiquitos, no son juguetes, no son regalos, no son nuestros.
Son de Dios y nacieron para dar gloria y alabanza a Dios. Para cumplir sus leyes.
Por supuesto que nos brindan alegrías, nos brindan dolores, pero ello es el regalo que Dios nos da a nosotros: las satisfacciones, las alegrías.
Ese es nuestro regalo.

Y es un regalote!!!
Habemos madres y padres que renunciamos a él porque confundimos el regalo que se nos dió.
Y además, inmerecidamente.


Hay madres y padres que no quieren que se toque a sus hijos. No quieren que los toquen sus esposos, no quieren que los toquen sus hermanos, sus tíos, su familia.
Quieren únicamente que los admiren. Como obra suya.

Y ay de aquellos hijos que los defrauden y no sean lo que ellos deseaban.
Es una inseguridad tremenda en sí mismos, que tratan de ver realizados en sus hijos todo aquello que ellos no pudieron hacer.
Es un gritarle al mundo: "Tú que no creías en mí, mira lo que yo formé".

Pero se olvidan de que no han sido ellos, que han sido sus familiares, sus maestros, sus vecinos, todo el mundo los que han formado a sus hijos.
Porque en la educación de los hijos, los padres somos los responsables, pero los hijos son educados con cuanto les rodea.
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