CarlosR26† Veterano
Registrado: 01 Oct 2005 Mensajes: 3941 Ubicación: MEXICO, Jal.
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Publicado:
Lun Ago 27, 2007 12:54 am Asunto:
¿Y los que no se salvan?
Tema: ¿Y los que no se salvan? |
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Suponemos que Dios les da a todos, en algún momento de su vida, de muy infinitas y creativas maneras, el mandato de negarse a sí mismos y seguir al amor. Creo que es eso lo que se rechaza en el "rechazo de Dios", esa "externidad" del amor, ese tener que morir yo para poder nacer en Otro.
Quizás a unos les da ese mandato de manera más directa, son (somos) convocados por una palabra que lo indica, lo pide, lo ordena, y se nos pedirá, entonces, muchísimo más que otros que escucharon ese mandato de manera indirecta y "codificada" en situaciones de su vida y no en la Palabra misma, a quienes Dios quiera que les pida tan poco, que finalmente el instante de amor y autodonación que hayan tenido en su vida, valga para Dios un cielo y la tierra entera. No sabemos cómo juzga Dios, pero de seguro, no como nosotros, a él gracias.
Me gustaría insistir una vez más en esa idea paulina, de I Cor 7, que citaré un poco in extenso:
En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no la despida. Y si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir con ella, no le despida. Pues el marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente. De otro modo, vuestros hijos serían impuros, mas ahora son santos.
Pero si la parte no creyente quiere separarse, que se separe, en ese caso el hermano o la hermana no están ligados: para vivir en paz os llamó el Señor. Pues ¿qué sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? Y ¿qué sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?
Es muy arriesgado lo que dice, y hasta el propio Pablo retrocede ante la idea de endilgarle a Dios ese pensamiento, por eso aclara "digo yo, no el Señor"... pero eso está dentro de la Palabra de Dios, es decir que por algún misterioso camino -oscuro incluso para Pablo- Dios mismo asume ese pensamiento solitario de San Pablo.
¿Cuál es ese pensamiento? que nuestro amor es salvador... ¡salvador! ¡qué palabra! "Sólo Dios salva", sí, claro, pero en ese salvar de Dios entra el co-redimir, entra el co-operar, no por nuestros méritos, sino porque tan grande es el descentramiento de Dios, tan grande es su no pertenecerse a sí mismo, que hasta nos puede amar a nosotros como salvadores de su amor en el mundo... por obra de él mismo.
me lié, me lié, me lié... todo esto me puede, es demasiado grande, demasiado inabarcable el absoluto "no estar en sí mismo sino en nos-otros" de Dios.
Por muy liado que quede, sin embargo no puedo dejar de pensar que esto que dice San Pablo es una vuelta de tuerca más a la Cruz, un más de tantas que San Pablo encontró: si Dios puede salvar por los méritos de Jesús a quienes no somos Jesús, y mirando al Traspasado, nuestra mirada se cruza con el dolor del Padre que lo mira, y quedamos purificados por esa mirada, ¿por qué no podría ese mismo Dios salvar lo que nosotros no salvaríamos, y salvarlo por nuestros méritos?
Ese hijo que no se salva, por el sólo hecho de que hay en el mundo alguien que lo ama tanto que ama en él lo no amable... ¿acaso no se salva?
Así como nuestro pecado hace morir un poco más al mundo entero, y pueden incluso las criaturas más ajenas al mundo humano estar sometidas a la vanidad no por ellas mismas sino por causa nuestra; así -y mucho mássssss!- una gota de gracia que nos toca, se desparrama hacia todo lo que nos rodea, empezando por aquellos a quienes amamos.
No sólo es legítimo rezar por otro, sino incluso en lugar de otro. No sólo vale ofrecer la misa por alguien, sino que el amor hace que haya sido ése quien fue a misa, sin que hayamos dejado de ir nosotros mismos. Esta "salvación vicaria" -lo digo yo, no Dios- está en el "modus operandi" de Diosconocemos ese procedimiento porque lo reveló en la cruz, aceptando de manos de su Hijo que nuestro no-amor pudiera ser llamado amor: cada uno de nosotros puede leer en su propia vida la fina red de gracia que Dios fue tejiendo (¿será precisamente la Virgen la hábil tejedora de la gracia, que usa como agujas los palos de la cruz?) alrededor nuestro a través del amor -e incluso del desamor y del dolor- que nos ha tocado, ¿y no podemos considerarnos a nosotros mismos hilo con el que Dios está tejiendo para abrigar (¡y para pescar!) a quienes nos rodean?
Cuando rezamos estamos salvando, cuando amamos estamos salvando, cuando nos perdemos un minuto por el otro, ese otro quedó un minuto más salvado... ¿y nosotros? ¡qué importa si yo me salvo, ya habrá quienes me estén salvando a mí!
Un abrazo
Abel
**** Esto es para que se me entienda cuando hablo de VICARIEDAD .. en otro mensaje
Saludos _________________ Amar es decir al otro: "Tu no moriras"
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