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Matrimonio como sacramento de sanación

 
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Scarlett*
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Registrado: 21 Nov 2007
Mensajes: 1623

MensajePublicado: Jue Dic 20, 2007 1:03 am    Asunto: Matrimonio como sacramento de sanación
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Padre bueno y misericordioso: bendice éste tema, con el propósito de ayudar a que nuestras familias sean casas sobre la roca que es Cristo y fortalecidos por tu Espíritu Santo.

Amén.

Los invito a acompañarme a través de un viaje maravilloso como lo es el matrimonio. Y que lo hagamos de la mano de un escritor que encontré.
El P. Horacio Bojorge en su libro "La casa en la roca" desde el punto de vista de un sacerdote con experiencia en el confesionario e involucrado con aquellos que le son encomendados.

El libro está formado por 3 partes: noviazgo, matrimonio e hijos.
Me enfocaré al segundo:
"Matrimonio como sacramento de sanación".

Nos habla aquí del matrimonio como un sacramento de sanación.
Suena raro, ¿verdad?

Les pido lean con atención la manera en que nos explica algo que se nos ha olvidado: somos dos en uno:


"
Cita:
Los cielos proclaman la gloria de Dios" afirma el salmista (Sal 18,2). Pero sólo el hombre interpreta esa alabanza y es capaz de cantarla. El mundo material es mudo. El hombre es como el diputado de la Creación para alabar al Creador y reconocer su gloria. Sin el hombre, el universo carecería de inteligencia, de corazón y de voz para conocer, amar y alabar a Dios. Si se extinguiera la raza humana el universo quedaría mudo ante su creador. Más: entre todas las creaturas materiales o visibles, sólo el ser humano fue creado a imagen y semejanza visible de Dios. Es el único ser del mundo visible que espeja mejor la espiritualidad del Creador y que puede entrar en diálogo espiritual con Él. El único ser visible capaz de adorarlo.

5) De ese designio creador proviene la dignidad del hombre. Y de ahí deriva la diferencia de la sexualidad humana de toda otra sexualidad puramente animal. Es por el matrimonio del hombre y la mujer que se perpetuaría la estirpe de los adoradores de Dios. Por la generación carnal se comunica una imagen y semejanza espiritual. En este sentido, la sexualidad humana es también como un horizonte donde se toca la comunicación del ser visible y el invisible, el carnal y el espiritual, el animal y el angélico, lo instintivo, necesario y lo amoroso y libre, de lo animal se pasa a lo personal.

6) Adán, creado primero, vivía entre los animales y les puso nombre. Es decir tenía de común con ellos el elemento animal de su naturaleza, el cual le daba (y le sigue dando) la posibilidad de comunicarse con ellos, entenderlos, amaestrarlos, domarlos, domesticarlos, gozar de la compañía de algunos. Pero Adán no encontraba entre ellos una ayuda adecuada, es decir semejante a él en cuanto ser humano espiritual, capaz de relacionamiento interpersonal. No encontraba entre ellos otra persona humana como él. Para hacerle compañía espiritual fue creada otra persona humana: la mujer.

7) La preeminencia del factor personal, interpersonal, espiritual, en la mujer se expresa en el relato bíblico en primer lugar por esta finalidad de su creación. Ella es creada para ser la compañera espiritual del varón; para entablar el diálogo espiritual y libre, con un ser que ya tenía una capacidad de comunicación animal con los animales, pero una capacidad insatisfecha de relacionamiento humano, espiritual, interpersonal.

Quizás para subrayar que lo más propio de Eva está en el ámbito espiritual, el relato de los orígenes relativiza en ella el elemento corpóreo: Dios no le hace un cuerpo propio, aparte, creado de la misma manera que antes había plasmado el cuerpo del varón. Usa el cuerpo del varón como principio creador del cuerpo de la mujer. La materialidad de su cuerpo es tomada del cuerpo del varón. Y también su nombre es tomado del nombre del varón. "Será llamada varona (isháh) porque del varón (ish) fue tomada". El varón la reconoce y la recupera. Ella se reencuentra en él como en su origen y su contexto de pertenencia: del varón fue tomada...

9) Hay que notar también que según el texto bíblico ella no proviene del cuerpo del varón por generación sino como por partición. Varón y mujer comparten; son copartícipes de una sola carne, un solo cuerpo. Él reconoce en ella la parte que le faltaba y sin la que estaba incompleto. Y ella reconoce en él a aquél de quien proviene y a quien desde siempre pertenecía, sin el cual estaba como perdida e incompleta también.


En éste libro, el P. Bojorge nos va llevando desde la creación del hombre. Nos lo muestra en toda su plenitud, como rey de la creación: le da el dominio sobre animales y todo lo creado.

Sin embargo, al ser el único ser semejante a Dios, no tenía a nadie igual a él y es cuando Dios le da una pareja, pero no tomada del polvo como él, sino de él mismo. Asi se entiende que somos uno, que venimos de la misma carne. Es por éso que la nueva forma de ver el matrimonio como dos seres distintos e individuales unidos es totalmente contraria a la intención primera de Dios y es de donde provienen muchos de los problemas como matrimonios. Sin embargo, ésto también tiene una razón de ser como veremos más adelante.


Prosigo con el libro "La Casa sobre la roca" en su capítulo 2, referente al matrimonio. Es realmente muy hermoso, sólo que a veces me cuesta entender toda la maravilla que encierran las palabras, pero seguramente con la ayuda del Espíritu Santo serán comprensibles.

Deciamos que Dios creó al hombre, lo hizo rey de la creación y por lo tanto, tenía comunicación con ella. Sin embargo, no halló en todo el reino alguien como él, de su misma naturaleza y Dios creó a Eva, de su misma carne: "Esta sí es carne de mi carne y huesos de mis huesos".
Por lo tanto, al hombre le falta ésa partecita que Dios tomó para formar a la mujer. Y a la mujer, le falta todo lo que el hombre tiene, pues aunque son de la misma carne, recordemos en nuestras clases de biología que cada tejido está formado por diferentes tipos de células y cumplen diferentes funciones.
Asi que no son dos personas completas que se unen para formar un matrimonio, sino dos personas a las que le falta a cada una algo, que se unen para formar un todo. Ese es el matrimonio.

Hasta ahí vamos bien.
Ahora pasaremos en primer lugar a ver qué nos concede nuestra dignidad como hijos de Dios sobre los animales y demás elementos de la creación. Esta dignidad la comparten el hombre y la mujer, por lo expuesto arriba: somos dos de la misma carne, complemento uno del otro y por lo tanto, compartimos la misma dignidad de hijos de Dios.

Cita:
EL SER HUMANO AL PRINCIPIO

1) Al principio, el ser humano fue creado por Dios como un lazo armonioso del mundo material y del mundo espiritual. En el designio creador no debía ser ni solamente animal ni solamente ángel. Iba a participar de la condición animal y de la angélica. Ni animal ni ángel, pero asumiendo en sí, en forma humana, lo propio del mundo animal y del mundo angélico. "Los hombres somos totalmente humanos y no animalidad más espiritualidad". Es decir que en nosotros, lo animal está al modo humano, más perfecto que el puro animal. El hombre mira y ve como hombre, no como animal. La vida animal está en el hombre asumida por la humanidad y asumida de manera eminente, perfeccionadamente. De modo que todo en el hombre es humano también su animalidad y su espiritualidad.

¿Entienden la belleza de lo dicho? Contrario a lo que se nos dice que somos animales por naturaleza y que tenemos un instinto animal; ésto no es cierto. Es cierto que tenemos una parte animal, pero humanizada no el instinto animal como se nos dice. De la misma manera, tenemos una espiritualidad o divinidad pero humanizada, no de la misma manera que la naturaleza de Dios, sino semejante.
Por éso, aquellos que ven al hombre como animal o lo ven como dios, no están en lo correcto.

Proseguimos. Esto me está gustando:

Cita:
Horizonte del tiempo y la eternidad, de la materia y el espíritu, de lo animal y lo angélico.
2) El ser humano es pues una combinación armoniosa de materia y espíritu. En el hombre recién creado se enlazaban armoniosamente lo animal y lo angélico, lo instintivo y lo intelectual. Por eso Aristóteles y Santo Tomás han comparado al ser humano con el horizonte. Así como en el horizonte parecen tocarse el cielo y la tierra, el tiempo y la eternidad, así también en el hombre parecen tocarse lo material y lo espiritual, cuerpo y alma, materia informada por el espíritu, lo animal combinado en un solo ser con lo angélico5 .

3) Más aún, el hombre es, entre todas las creaturas, no solamente la única creatura que participa de todos los ordenes creados, desde lo mineral hasta lo angélico, sino la que más participa de la imagen y semejanza divina, de modo que en él, como lo figuró Miguel Ángel en el fresco de la Capilla Sixtina, parecen tocarse también lo humano y lo divino,


4) "Los cielos proclaman la gloria de Dios" afirma el salmista (Sal 18,2). Pero sólo el hombre interpreta esa alabanza y es capaz de cantarla. El mundo material es mudo. El hombre es como el diputado de la Creación para alabar al Creador y reconocer su gloria. Sin el hombre, el universo carecería de inteligencia, de corazón y de voz para conocer, amar y alabar a Dios. Si se extinguiera la raza humana el universo quedaría mudo ante su creador. Más: entre todas las creaturas materiales o visibles, sólo el ser humano fue creado a imagen y semejanza visible de Dios. Es el único ser del mundo visible que espeja mejor la espiritualidad del Creador y que puede entrar en diálogo espiritual con Él. El único ser visible capaz de adorarlo.

5) De ese designio creador proviene la dignidad del hombre. Y de ahí deriva la diferencia de la sexualidad humana de toda otra sexualidad puramente animal. Es por el matrimonio del hombre y la mujer que se perpetuaría la estirpe de los adoradores de Dios. Por la generación carnal se comunica una imagen y semejanza espiritual. En este sentido, la sexualidad humana es también como un horizonte donde se toca la comunicación del ser visible y el invisible, el carnal y el espiritual, el animal y el angélico, lo instintivo, necesario y lo amoroso y libre, de lo animal se pasa a lo personal.[/quote]
¿No es hermoso? Incluso en nuestra sexualidad no somos únicamente instinto, en ella tocamos el infinito. Esa es nuestra dignidad como hijos de Dios. Compartida por hombre y mujer como dos en uno.

Recalco mucho ésto, porque si lo entendemos así, entonces el trato entre nosotros será el mismo. Las diferencias se dan en lo que le falta a uno y que el otro le complementa, pero no en su dignidad como hijos de Dios.
Contrariamente a como muchos interpretan:
"Si salió de mi carne y de mis huesos, entonces es mi esclava". Nada más lejos de la realidad.

Si salió de su carne y de sus huesos, la mujer es parte de él mismo y por lo tanto, si la daña se daña a sí mismo.
Esto se pone bueno... mañana seguiremos con otro poco. Si alguien quiere comentar algo, por supuesto lo puede hacer. La parte que viene, es en donde se nos explica el porqué el matrimonio es no sólo un sacramento, sino un sacramento de sanación.

NOTA: Empecé éste tema en otro que una persona había escrito, un tema que estaba por irse a la sig. página. Y lo hice así, como un símbolo de que el matrimonio como base de la sociedad, parece estar perdiendo la batalla ante el liberalismo, sin embargo, la palabra de Dios puede rescatarlo y con ello, a la sociedad y con ello a nuestro mundo.
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Scarlett*
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MensajePublicado: Jue Dic 20, 2007 11:42 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Haciendo un pequeño resúmen de lo escrito: vemos el amor de Dios al crear al hombre. Creó todo un universo para que lo gozara y para gozarlo junto a El. Nos hizo semejantes a El.

Sin decir con ésto que somos Dios, ni siquiera dioses, ni siquiera ángeles, pero nos ama tanto que lo hizo.
Y al ver que el hombre no hallaba a ningún ser que le pudiera ayudar, creó a la mujer de él mismo, haciendo que fueramos complemento. Sólo juntos el hombre y la mujer pueden ser.

Decía que puede sonar raro el que el matrimonio sea un sacramento de sanación, por lo menos le puede sonar así a alguien que como yo no tiene mucha instrucción, por lo menos no la tenía hasta antes de entrar a éstos foros. Aqui he aprendido a buscar, checar y no dar nada por cierto que no tenga bases.
Por supuesto que los sacramentos todos son para sanación, sin embargo en éste tema me refiero al matrimonio. Porque creo en que la familia es la base de la sociedad y la base de la familia es la pareja y la mejor manera de vivir como pareja es el matrimonio porque fué insituido por el mismo Dios.

Asi que proseguimos:

Cita:
6) Adán, creado primero, vivía entre los animales y les puso nombre. Es decir tenía de común con ellos el elemento animal de su naturaleza, el cual le daba (y le sigue dando) la posibilidad de comunicarse con ellos, entenderlos, amaestrarlos, domarlos, domesticarlos, gozar de la compañía de algunos. Pero Adán no encontraba entre ellos una ayuda adecuada, es decir semejante a él en cuanto ser humano espiritual, capaz de relacionamiento interpersonal. No encontraba entre ellos otra persona humana como él. Para hacerle compañía espiritual fue creada otra persona humana: la mujer.

7) La preeminencia del factor personal, interpersonal, espiritual, en la mujer se expresa en el relato bíblico en primer lugar por esta finalidad de su creación. Ella es creada para ser la compañera espiritual del varón; para entablar el diálogo espiritual y libre, con un ser que ya tenía una capacidad de comunicación animal con los animales, pero una capacidad insatisfecha de relacionamiento humano, espiritual, interpersonal.

Cool Quizás para subrayar que lo más propio de Eva está en el ámbito espiritual, el relato de los orígenes relativiza en ella el elemento corpóreo: Dios no le hace un cuerpo propio, aparte, creado de la misma manera que antes había plasmado el cuerpo del varón. Usa el cuerpo del varón como principio creador del cuerpo de la mujer. La materialidad de su cuerpo es tomada del cuerpo del varón. Y también su nombre es tomado del nombre del varón. "Será llamada varona (isháh) porque del varón (ish) fue tomada". El varón la reconoce y la recupera. Ella se reencuentra en él como en su origen y su contexto de pertenencia: del varón fue tomada...

9) Hay que notar también que según el texto bíblico ella no proviene del cuerpo del varón por generación sino como por partición. Varón y mujer comparten; son copartícipes de una sola carne, un solo cuerpo. Él reconoce en ella la parte que le faltaba y sin la que estaba incompleto. Y ella reconoce en él a aquél de quien proviene y a quien desde siempre pertenecía, sin el cual estaba como perdida e incompleta también.

10) El hecho de que Adán reciba esposa directamente de Dios, establece un parentesco de alianza con su ´divinum socer´ con su suegro divino (la palabra suegro viene de socer, socio: su Socio divino). La hija funda un parentesco y una relación social entre su padre y su esposo. En ella se anuda la alianza entre dos hombres y entre dos familias. Está llamada a ser factor de unión y de asociación.

11) Al mismo tiempo, la esposa es ´concedida´ por otro ante el cual se es responsable. Así el varón es responsable ante Dios de la esposa, como el esposo lo es de la esposa ante la familia de la esposa. Pero la entrega de la esposa por parte de los suyos, anuda un vínculo de alianza de parentesco que se espeja en la alianza con el Suegro divino.


Vemos entonces que el hombre al ser creado, tenía relación con los animales, a cada uno le puso un nombre, por lo tanto, los conocía, pero no hallaba en ellos a alguien como él, con quien comunicarse espiritualmente. Esto nos habla según explica el P.Bojorge de que el hombre tiene una parte animal pero humanizada y una parte divina, pero también humanizada. Lo llaman horizonte porque se unen lo divino y lo animal humanizado en él.
La mujer al ser creada de él mismo es igual que él, pero al mismo tiempo distinta. Por sí sola adolece de algo y él igual.

Y el padre nos lleva a meditar sobre algo muy hermoso: a la mujer no se le dió un cuerpo propio por decirlo así, sino fué tomada del hombre, por lo tanto la parte espiritual predomina en ella.

Esto es muy importante para poder entender el porqué el hombre ve las cosas desde un punto de vista diferente, porqué le da tanta importancia a lo material y la mujer a lo espiritual.

Y también porqué los pecados que cometemos son distintos también. Me explico: el pecado es pecado porque es mal, pero el tipo de pecados que cometemos son distintos como distintos somos. Es por ello que las mujeres muchas veces no entendemos a los hombres, ni porqué ellos hacen tal o cual cosa y no lo que nosotras creemos.

Y también nos explica el porqué las mujeres tendemos más a manipular, en fin.

Esto nos lo explica mejor el P. Bojorge más adelante como veremos.
Es por éso que me parece tan importante éste libro, porque nos explica el principio de nuestras diferencias, pero no sólo como una señalización de nuestros errores o faltas, sino para poderlas sanar.
Seguiremos pues, mañana si Dios lo permite.
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Scarlett*
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Registrado: 21 Nov 2007
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MensajePublicado: Vie Dic 21, 2007 10:54 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Seguimos con el libro "La casa sobre roca" del P. Horacio Bojorge:
Les pido leer con cuidado, para no entender mal algunas palabras. No se trata de ver quién es más o menos, ni de "arriba las mujeres" ni "arriba los hombres" jjjaj sino de ver que juntos es como obtenemos la salvación. No quiero decir que somos nosotros la salvación.

La salvación es Jesús, pero juntos caminamos en el camino que es El.

Proseguimos, pues:
Cita:
El modo de creación del cuerpo de Eva expresa, además, una verdad acerca del modo de relación de la mujer con su propio cuerpo. En lo profundo de la experiencia femenina de relación con su cuerpo es como si habitara en un cuerpo ajeno, que no le pertenece. A veces puede considerar su propio cuerpo con cierta distancia y extrañeza y hasta con rechazo. En ocasiones puede sentirse sujeta como sometida a su corporeidad, presa de ella, como la princesa en la torre. A ella le desagrada que atribuyan sus estados de ánimo a causas o concausas físicas. Es como si la dependencia corporal la humillase. Quizás el relato bíblico expresa esas experiencias de la mujer en su corporeidad, mostrando que su cuerpo no es suyo, sino tomado del de Adán; no es otro diverso, sino uno tomado de la carne del varón y que parecería conservar las huellas de una corporeidad ajena, aunque esté informada por un alma femenina. Es como si su destinación creacional a lo espiritual la hiciese padecer a veces su dependencia de lo físico.

13) A la inversa, el relato bíblico de la creación del cuerpo de Eva, expresa la experiencia de relacionamiento del varón con el cuerpo de la esposa. Es como si el varón reclamara el cuerpo de la esposa como parte del suyo y buscara reintegrarlo a sí mismo, reconociéndolo como propio suyo: ´carne de mi carne y hueso de sus huesos´. Pablo comentará: "Maridos amad a vuestras mujeres como a vosotros mismos... el que odia a su mujer se odia a sí mismo".

A mí me parece fascinante ésta parte del tema. De momento podría pensar qué equivocado está éste padrecito, a mí me gusta mi cuerpo. Sin embargo, pensemos bien en que nos avergonzamos de él cuando somos adolescentes, y después batallamos siempre con él: si estamos gordas, flacas, etc.
Nos importa mucho el cómo nos vemos. Y ésto tiene su explicación en el que no fuimos creadas del polvo como el hombre, aunque somos polvo también, sino tomadas de él mismo. Entonces lo que deseamos es agradar a aquél del que somos parte. Y si ése otro nos acepta o no nos dice lo bellas que somos, podemos sentir inseguridad.

Y por el contrario, el hombre por su naturaleza le gusta ver que todo es su propiedad, incluyendo su pareja. Eso es algo que a la mujer le molesta.
Y sin embargo, el hombre no trata de lastimarnos al vernos como su propiedad, sino al contrario, él busca protegernos como parte de él mismo.

Y muchas veces, nosotros nos rebelamos ante ése sentido de protección del hombre hacia nosotros. Al mismo tiempo que lo deseamos, puesto que es nuestra naturaleza misma la que nos "empuja" hacia él.
Pero nos rebelamos. Sólo cuando aceptamos ver a nuestro esposo como nuestro Señor, tal como dice la Biblia, es entonces cuando aceptamos su protección, protección que él necesita hacer de nosotros para cumplir su "misión".
Y que nosotras necesitamos para cumplir con la parte que nos correspondió en la creación: ser parte de él.

Si les suena a sumisión, lo es. Pero no vejación, pues compartimos su misma dignidad al ser parte de él.

El se siente orgulloso de aquella que es parte de él, le gusta lucirla, le gusta ostentarla como su joya y le gusta al mismo tiempo, darle lo necesario. Y ésta protección la extiende a sus hijos, pero no como parte ajena a él, sino como parte misma de él, extensiones mismas de él.

Dicen que la sabiduría es no ir en contra de nuestra naturaleza.
Por lo menos si a mi me quieren consentir, proteger, cuidar, pues que lo hagan jajjaj.

Seguimos mañana con otro pedacito.
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Scarlett*
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Registrado: 21 Nov 2007
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MensajePublicado: Sab Dic 22, 2007 11:05 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Me he dado cuenta que éste tema no es sólo para compartir un libro con ustedes, es un sumirme en mi propio matrimonio. Tal vez algunos recuerden mis primeras participaciones en los foros. Y si no lo hacen o no las leyeron, les comparto que cuando entré a los foros tenía mucha confusión en mis relaciones con mi esposo y con mis hijos, mucha confusión. Dicen que es la menopausia ajjajaj.

Estaba en una etapa en la que iba saliendo de una profunda depresión que no pudieron curar ni mis oraciones en la iglesia, ni un psicólogo, ni mi esposo, ni mis hijos. Nadie. Sólo Dios.

Alguna vez he dicho que El me sacó literalmente, me tomó del infierno en el que estaba a punto de caer y me arrancó de él.
No hablo metafóricamente, ni románticamente. Fué real

Es por éso que traté de devolver lo que El me había dado. No sabía cómo, pero El sí. Y me fué dando lo necesario para hacerlo. Primero el Internet, después la manera de manejarlo, me puso aquí en éstos foros.
No sabía yo cómo ni qué y no lo sé aún jajaja. Si lo supiera sería Dios y no lo soy.

Sólo sé que fué en respuesta a unas oraciones hechas en una iglesia vacia en donde me hinqué y supliqué me guiara.
Y lo ha hecho.

Es por éso que estoy aquí. Y es por éso que escribo lo que escribo. En respuesta a mis dudas. Me ha llevado a indagar sobre los hijos, me ha llevado a indagar sobre el matrimonio, porque en ésa época de negrura perdí la noción incluso de quién soy y de lo que soy.
Llegué a perder por completo la confianza en mí, a creerme lo peor, a creerme basura. Y no lo soy.

Soy una mujer que ha cometido errores, algunos por ignorancia, otros aún a sabiendas, pero que es una buena persona. Que siempre supo que era hija de Dios, que siempre confió en El aunque no fuera conscientemente, en una fé absoluta en El.

Hasta que caí en ése pozo que no puedo explicar. Y fué El el que me rescató. Es por éso que escribo acerca de lo que escribo. En éste tema es como reencontrarme conmigo misma, pues ésto que está escrito por un sacerdote es exactamente lo mismo que yo sentía, que yo vivía. Es como ver la historia de mi matrimonio y la explicación de porqué ha durado lo que ha durado y porqué tenemos mi esposo y yo, los hijos que tenemos.
La familia que tenemos, pues nuestra familia es una familia de dos: la suya y la mía. Sus hermanos son mis hermanos, sus sobrinos son mis sobrimos. Mis hermanos son sus hermanos, mis sobrinos son sus sobrinos, aunque tengamos otros nombres: cuñado, tío, etc.

Para mí, éso es el matrimonio. La unión de dos personas que son parte de ellas mismas y que se encuentran para formar lo que siempre han sido: uno sólo, con todo lo que tienen y lo que son.

Es por ello que elegí éste libro, que espero les guste tanto como a mí.
No pretendo ser una maestra dirigiendose a sus alumnos, sino una mujer que quiere compartir lo que es. Bueno y malo.

Bueno, por si les sirve para mejorar su vida.
Y malo, para recibir de ustedes el apoyo y mejorarlo en mi vida.

Es compartir con ustedes lo que soy, darme a ustedes tal y como ustedes se dan a todos aquellos que nos leen. Cada uno con su propia voz, con su propia esencia y manera de ser.

Seguiré pues compartiendo éste libro y haciendo mis comentarios.
Sólo quise hacer un alto, puesto que el nacimiento de Jesús es mucho más importante que mi matrimonio y todo lo que yo pueda ser.

Ya que sin El, yo no soy nada. El me rescató del abismo.

GLORIA A TI, SEÑOR. GLORIA POR SIEMPRE Y POR TODOS LOS SIGLOS.
Amén
.


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monik
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Ubicación: Perú

MensajePublicado: Dom Dic 23, 2007 1:30 am    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Scarlett* escribió:
Paz y bien.

Me he dado cuenta que éste tema no es sólo para compartir un libro con ustedes, es un sumirme en mi propio matrimonio. Tal vez algunos recuerden mis primeras participaciones en los foros. Y si no lo hacen o no las leyeron, les comparto que cuando entré a los foros tenía mucha confusión en mis relaciones con mi esposo y con mis hijos, mucha confusión. Dicen que es la menopausia ajjajaj.

Estaba en una etapa en la que iba saliendo de una profunda depresión que no pudieron curar ni mis oraciones en la iglesia, ni un psicólogo, ni mi esposo, ni mis hijos. Nadie. Sólo Dios.

Alguna vez he dicho que El me sacó literalmente, me tomó del infierno en el que estaba a punto de caer y me arrancó de él.
No hablo metafóricamente, ni románticamente. Fué real

Es por éso que traté de devolver lo que El me había dado
. No sabía cómo, pero El sí. Y me fué dando lo necesario para hacerlo. Primero el Internet, después la manera de manejarlo, me puso aquí en éstos foros.
No sabía yo cómo ni qué y no lo sé aún jajaja. Si lo supiera sería Dios y no lo soy.

Sólo sé que fué en respuesta a unas oraciones hechas en una iglesia vacia en donde me hinqué y supliqué me guiara.
Y lo ha hecho.

Es por éso que estoy aquí. Y es por éso que escribo lo que escribo. En respuesta a mis dudas. Me ha llevado a indagar sobre los hijos, me ha llevado a indagar sobre el matrimonio, porque en ésa época de negrura perdí la noción incluso de quién soy y de lo que soy.
Llegué a perder por completo la confianza en mí, a creerme lo peor, a creerme basura. Y no lo soy.

Soy una mujer que ha cometido errores, algunos por ignorancia, otros aún a sabiendas, pero que es una buena persona. Que siempre supo que era hija de Dios, que siempre confió en El aunque no fuera conscientemente, en una fé absoluta en El.

Hasta que caí en ése pozo que no puedo explicar. Y fué El el que me rescató
. Es por éso que escribo acerca de lo que escribo. En éste tema es como reencontrarme conmigo misma, pues ésto que está escrito por un sacerdote es exactamente lo mismo que yo sentía, que yo vivía. Es como ver la historia de mi matrimonio y la explicación de porqué ha durado lo que ha durado y porqué tenemos mi esposo y yo, los hijos que tenemos.
La familia que tenemos, pues nuestra familia es una familia de dos: la suya y la mía. Sus hermanos son mis hermanos, sus sobrinos son mis sobrimos. Mis hermanos son sus hermanos, mis sobrinos son sus sobrinos, aunque tengamos otros nombres: cuñado, tío, etc.

Para mí, éso es el matrimonio. La unión de dos personas que son parte de ellas mismas y que se encuentran para formar lo que siempre han sido: uno sólo, con todo lo que tienen y lo que son.

Es por ello que elegí éste libro, que espero les guste tanto como a mí.
No pretendo ser una maestra dirigiendose a sus alumnos, sino una mujer que quiere compartir lo que es. Bueno y malo.

Bueno, por si les sirve para mejorar su vida.
Y malo, para recibir de ustedes el apoyo y mejorarlo en mi vida.

Es compartir con ustedes lo que soy, darme a ustedes tal y como ustedes se dan a todos aquellos que nos leen. Cada uno con su propia voz, con su propia esencia y manera de ser.

Seguiré pues compartiendo éste libro y haciendo mis comentarios.
Sólo quise hacer un alto, puesto que el nacimiento de Jesús es mucho más importante que mi matrimonio y todo lo que yo pueda ser.

Ya que sin El, yo no soy nada. El me rescató del abismo.

GLORIA A TI, SEÑOR. GLORIA POR SIEMPRE Y POR TODOS LOS SIGLOS.
Amén
.


He resaltado las palabras que bien podrían haber sido dichas por mí, tal vez los detalles de nuestras vidas tengan diferencias pero por ahí va lo que hemos asimilado a esta altura del camino, creo que una de las pruebas de que hasta de las peores cosas se puede sacar algo positivo es que luego de haber tocado fondo y ser rescatados por Dios como que ya nada nos asusta porque sabemos que siempre estará Él para sostenernos, claro que eso no nos lleva a abusar de su amor sino a confiar en su Palabra aunque en algunas ocasiones nos sea más difícil cumplirla.
Gracias por lo que nos estás compartiendo.
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Scarlett*
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MensajePublicado: Dom Dic 23, 2007 4:46 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

monik escribió:
Scarlett* escribió:
Paz y bien.

Me he dado cuenta que éste tema no es sólo para compartir un libro con ustedes, es un sumirme en mi propio matrimonio. Tal vez algunos recuerden mis primeras participaciones en los foros. Y si no lo hacen o no las leyeron, les comparto que cuando entré a los foros tenía mucha confusión en mis relaciones con mi esposo y con mis hijos, mucha confusión. Dicen que es la menopausia ajjajaj.

Estaba en una etapa en la que iba saliendo de una profunda depresión que no pudieron curar ni mis oraciones en la iglesia, ni un psicólogo, ni mi esposo, ni mis hijos. Nadie. Sólo Dios.

Alguna vez he dicho que El me sacó literalmente, me tomó del infierno en el que estaba a punto de caer y me arrancó de él.
No hablo metafóricamente, ni románticamente. Fué real

Es por éso que traté de devolver lo que El me había dado
. No sabía cómo, pero El sí. Y me fué dando lo necesario para hacerlo. Primero el Internet, después la manera de manejarlo, me puso aquí en éstos foros.
No sabía yo cómo ni qué y no lo sé aún jajaja. Si lo supiera sería Dios y no lo soy.

Sólo sé que fué en respuesta a unas oraciones hechas en una iglesia vacia en donde me hinqué y supliqué me guiara.
Y lo ha hecho.

Es por éso que estoy aquí. Y es por éso que escribo lo que escribo. En respuesta a mis dudas. Me ha llevado a indagar sobre los hijos, me ha llevado a indagar sobre el matrimonio, porque en ésa época de negrura perdí la noción incluso de quién soy y de lo que soy.
Llegué a perder por completo la confianza en mí, a creerme lo peor, a creerme basura. Y no lo soy.

Soy una mujer que ha cometido errores, algunos por ignorancia, otros aún a sabiendas, pero que es una buena persona. Que siempre supo que era hija de Dios, que siempre confió en El aunque no fuera conscientemente, en una fé absoluta en El.

Hasta que caí en ése pozo que no puedo explicar. Y fué El el que me rescató
. Es por éso que escribo acerca de lo que escribo. En éste tema es como reencontrarme conmigo misma, pues ésto que está escrito por un sacerdote es exactamente lo mismo que yo sentía, que yo vivía. Es como ver la historia de mi matrimonio y la explicación de porqué ha durado lo que ha durado y porqué tenemos mi esposo y yo, los hijos que tenemos.
La familia que tenemos, pues nuestra familia es una familia de dos: la suya y la mía. Sus hermanos son mis hermanos, sus sobrinos son mis sobrimos. Mis hermanos son sus hermanos, mis sobrinos son sus sobrinos, aunque tengamos otros nombres: cuñado, tío, etc.

Para mí, éso es el matrimonio. La unión de dos personas que son parte de ellas mismas y que se encuentran para formar lo que siempre han sido: uno sólo, con todo lo que tienen y lo que son.

Es por ello que elegí éste libro, que espero les guste tanto como a mí.
No pretendo ser una maestra dirigiendose a sus alumnos, sino una mujer que quiere compartir lo que es. Bueno y malo.

Bueno, por si les sirve para mejorar su vida.
Y malo, para recibir de ustedes el apoyo y mejorarlo en mi vida.

Es compartir con ustedes lo que soy, darme a ustedes tal y como ustedes se dan a todos aquellos que nos leen. Cada uno con su propia voz, con su propia esencia y manera de ser.

Seguiré pues compartiendo éste libro y haciendo mis comentarios.
Sólo quise hacer un alto, puesto que el nacimiento de Jesús es mucho más importante que mi matrimonio y todo lo que yo pueda ser.

Ya que sin El, yo no soy nada. El me rescató del abismo.

GLORIA A TI, SEÑOR. GLORIA POR SIEMPRE Y POR TODOS LOS SIGLOS.
Amén
.


He resaltado las palabras que bien podrían haber sido dichas por mí, tal vez los detalles de nuestras vidas tengan diferencias pero por ahí va lo que hemos asimilado a esta altura del camino, creo que una de las pruebas de que hasta de las peores cosas se puede sacar algo positivo es que luego de haber tocado fondo y ser rescatados por Dios como que ya nada nos asusta porque sabemos que siempre estará Él para sostenernos, claro que eso no nos lleva a abusar de su amor sino a confiar en su Palabra aunque en algunas ocasiones nos sea más difícil cumplirla.
Gracias por lo que nos estás compartiendo
.

Paz y bien.

O sea que podemos decir juntas y junto a aquellos que aman a Dios, en alabanza a El:

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MensajePublicado: Dom Dic 30, 2007 7:39 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Este fin de año he hecho un receso para vivir junto con ustedes, éstas hermosas fechas.

En el tema del matrimonio que es éste, me gustaría compartir una oración a la Sagrada Familia con ustedes, porque la familia es la base de la sociedad, asi como el matrimonio es la base de una familia.

Es cierto que existen familias de sólo madre y algunas de sólo padre, sin embargo es muy difícil no que salgan adelante, sino que no tengan tantos problemas.

Tengo una fé inmensa en la familia, creo que es por medio de ella por la que podemos sanar a nuestra sociedad.

Dios nos creó hombre y mujer como uno sólo.
Y nos unió para toda la vida: lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.
¿Porqué? porque nadie puede sobrevivir con medio cuerpo partido a lo largo. Una pareja forma un sólo cuerpo.

Es cierto que todas las familias sobreviven, como en el chiste:

"¿Y tus hijos son vivos?
- Pues quiensabe si sean vivos o tontos, pero todos comen".

Pero no con la misma calidad. Aún cuando uno de los cónyuges falle en algo, siempre el otro puede apoyar, así como cuando él falla, su pareja le ayuda.

Me gusta mucho el juego del costal en que cada padre mete un pie en un sólo costal y juntos avanzan. Es un juego que me gusta jugar con los padres en las fiestas infantiles.

Es por ello, que cualquier intento que se haga en bien de mantener a las familias unidas es bienvenido.

Dios no me permita ser yo la que propicie que una familia se separe.
Que no sea yo la que no sea un instrumento de reconciliación entre ellos.

Decia mi abue: "En alguien debe caber la prudencia". Que quepa en mí, Señor.
Amén.
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MensajePublicado: Vie Ene 04, 2008 9:32 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Ahora sí entramos al tema de lleno.

Recordemos que empezamos el libro "Casa sobre roca" en su capítulo 2 referente al matrimonio. Recordemos también que el P. Homero que lo escribió lo hizo basado en su experiencia parroquial. Recordemos que nos habla del matrimonio como sacramento de sanación.

Todos los sacramentos son de sanación, por supuesto. Y el matrimonio también lo es. Recordemos que nos lleva de la mano desde la creación en que Dios formó a Adán del polvo y a Eva del mismo cuerpo de Adán y por lo tanto, tomando una parte de él, parte que le hace falta y parte que tenemos nosotras. Por ello somos complemento, por ello somos diferentes en muchos aspectos y al mismo tiempo, iguales en nuestra dignidad de hijos de Dios.

Asi pues continúo con el libro, tratando de salpicarlo con experiencias propias y de matrimonios que conosco (sin decir nombres por supuesto, pues no se trata de hacer chisme jajajja)
Vimos también que el hombre antes de ser creada Eva compartía con los animales, los domiinaba. Para entenderlos compartía parte de su naturaleza aunque humanizada, sin embargo no podía compartir con ellos la espiritualidad porque no está en los animales, pues Dios hizo al hombre a imágen y semejanza suya. Asi pues, el hombre comparte una naturaleza animal pero humanizada y una naturaleza divina pero humanizada.
Al crear a Eva, la parte espiritual es ella. Aqui nos lo explica mejor:

Cita:
Lo más propio de Eva está en el ámbito espiritual, el relato de los orígenes relativiza en ella el elemento corpóreo: Dios no le hace un cuerpo propio, aparte, creado de la misma manera que antes había plasmado el cuerpo del varón. Usa el cuerpo del varón como principio creador del cuerpo de la mujer. La materialidad de su cuerpo es tomada del cuerpo del varón. Y también su nombre es tomado del nombre del varón. "Será llamada varona (isháh) porque del varón (ish) fue tomada". El varón la reconoce y la recupera. Ella se reencuentra en él como en su origen y su contexto de pertenencia: del varón fue tomada...

9) Hay que notar también que según el texto bíblico ella no proviene del cuerpo del varón por generación sino como por partición. Varón y mujer comparten; son copartícipes de una sola carne, un solo cuerpo. Él reconoce en ella la parte que le faltaba y sin la que estaba incompleto. Y ella reconoce en él a aquél de quien proviene y a quien desde siempre pertenecía, sin el cual estaba como perdida e incompleta también.

10) El hecho de que Adán reciba esposa directamente de Dios, establece un parentesco de alianza con su ´divinum socer´ con su suegro divino (la palabra suegro viene de socer, socio: su Socio divino). La hija funda un parentesco y una relación social entre su padre y su esposo. En ella se anuda la alianza entre dos hombres y entre dos familias. Está llamada a ser factor de unión y de asociación.

11) Al mismo tiempo, la esposa es ´concedida´ por otro ante el cual se es responsable. Así el varón es responsable ante Dios de la esposa, como el esposo lo es de la esposa ante la familia de la esposa. Pero la entrega de la esposa por parte de los suyos, anuda un vínculo de alianza de parentesco que se espeja en la alianza con el Suegro divino.

12) El modo de creación del cuerpo de Eva expresa, además, una verdad acerca del modo de relación de la mujer con su propio cuerpo. En lo profundo de la experiencia femenina de relación con su cuerpo es como si habitara en un cuerpo ajeno, que no le pertenece. A veces puede considerar su propio cuerpo con cierta distancia y extrañeza y hasta con rechazo. En ocasiones puede sentirse sujeta como sometida a su corporeidad, presa de ella, como la princesa en la torre. A ella le desagrada que atribuyan sus estados de ánimo a causas o concausas físicas. Es como si la dependencia corporal la humillase. Quizás el relato bíblico expresa esas experiencias de la mujer en su corporeidad, mostrando que su cuerpo no es suyo, sino tomado del de Adán; no es otro diverso, sino uno tomado de la carne del varón y que parecería conservar las huellas de una corporeidad ajena, aunque esté informada por un alma femenina. Es como si su destinación creacional a lo espiritual la hiciese padecer a veces su dependencia de lo físico.

13) A la inversa, el relato bíblico de la creación del cuerpo de Eva, expresa la experiencia de relacionamiento del varón con el cuerpo de la esposa. Es como si el varón reclamara el cuerpo de la esposa como parte del suyo y buscara reintegrarlo a sí mismo, reconociéndolo como propio suyo: ´carne de mi carne y hueso de sus huesos´. Pablo comentará: "Maridos amad a vuestras mujeres como a vosotros mismos... el que odia a su mujer se odia a sí mismo".

14) El modo de creación del cuerpo de Eva expresa también el relacionamiento especial de la participación en un solo cuerpo de ambos cónyuges en la sexualidad humana, diversa de la animal, que tiene lugar en la relación matrimonial. En efecto, la relación, según el designio del principio estaba destinada a ser tanto corpórea como espiritual. Por el matrimonio, ambos se volverían a hacer una sola carne, un solo ser, un solo cuerpo del que ambos dispondrían como dueños en común, como socios en la común y amistosa corporeidad. Serían dos personas habitando la misma carne y compartiéndola, como comparten la misma casa y el mismo lecho.

15) Pablo parece fundar ahí la oblatividad mutua entre esposa y esposo, que era el designio divino del principio y que la salvación cristiana restaura por obra de la gracia sanadora del sacramento del matrimonio: "La mujer no es dueña de su cuerpo sino su esposo, ni el esposo es dueño de su cuerpo sino la esposa" (1 Cor 7,4). El esposo tiene el derecho al cuerpo de la esposa como el Todo tiene derecho a su parte, por que el cuerpo de la mujer fue tomado del cuerpo del varón. La esposa tiene derecho al cuerpo del esposo como la parte tiene derecho al todo sin el cual no tendría sentido. Son el uno del otro, pero en forma disimétrica, no intercambiable. Ella es como la parte del todo, y él como el todo al que pertenece la parte. Ninguno tiene sentido sin el otro y se necesitan el uno al otro. Pertenece el uno al otro.

Esto es bellísimo, sin embargo muchos lo interpretan a su modo; muchos hombres parece que lo toman como que su esposa es su esclava o es inferior a él en muchos aspectos, dándole sólo valor en cuanto a su cuerpo.
Está comprobado científicamente que el cerebro de la mujer tiene mas funciones que el del hombre, pero también es cierto que el hombre tiene muchos más atributos físicos que la mujer.
Ni la mujer es sólo espíritu y pensamiento, ni el hombre es sólo cuerpo y fuerza, aunque sí son las principales caracterízticas de cada uno.

Esta diferencia entre hombres y mujeres es la causa de muchos de nuestros problemas como pareja, como veremos a lo largo de éste tema: nosotros pensamos mucho, los hombres son más prácticos.
Nosotros tenemos lo que se llama "sexto sentido", pero si no lo sabemos usar, podemos cometer muchos errores.

Los hombres pueden caer en dar a sus cualidades físicas demasiada importancia.
Una misma situación la vemos desde distintas perspectivas: nosotros nos fijamos en el aspecto emocional y ellos en el aspecto práctico.
Les voy a poner un ejemplo de mi propio matrimonio:

Mi esposo y yo tomamos alguna vez un curso de superación personal enfocado a crear un negocio. Yo me enfoqué al aspecto del curso en sí, me emocionaban los temas de que se hablaba, me lo tomaba en serio.
El lo veía como un requisito para completar el curso y poder crear el negocio.
Yo también entendia el propósito principal, pero me enfocaba a disfrutar el curso y aprender y ya después ver lo del negocio. A él le apuraba el negocio puesto que estaba sin trabajo. Vendimos un aparato estereofónico para poder iniciar el negocio. Era de ventas.
Y coincidió con el término del curso. Se molestó un poco, porque llegando al lugar donde lo tomamos, él se fué directo a la oficina a pagar y ver el negocio, quería que lo acompañara.
A mí me interesaba terminar el curso, al que le había dedicado una buena parte de mis esfuerzos.
Se molestó y se fué disgustado a la oficina. Mientras tanto, a mí me eligieron de la mesa en donde participé como "anfitriona presentadora" del evento, dada mi participación. Fué un premio a mi esfuerzo.

Cuando regresó todavía molesto y vió que los compañeros me felicitaban por mi trabajo, se sorprendió y entendió mi punto de vista.

Creo que es un buen ejemplo de que un matrimonio puede ver las cosas desde distintos puntos de vista. La cuestión es realmente que seamos como un equipo: que se trabaje en base al bienestar común del matrimonio.
No es sencillo, pero ése es precisamente el trabajo que nos corresponde a cada uno.
De hecho, yo entendí mejor de qué se trataba el negocio y cómo manejarlo y él entendió mejor la forma de conseguir el dinero para ello.

Ambos hicimos nuestra parte, aunque hubo un momento en que no compartimos el mismo criterio y nos molestamos.

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MensajePublicado: Mie Ene 09, 2008 7:16 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Seguimos comentando el libro "Casa sobre roca". Ya vimos cómo el hombre y la mujer son uno sólo, asi fuimos creados. En el momento de la caida, ésto se rompió. Y es ahí en donde el matrimonio es un sacramento de sanación. Sanación por el pecado original de nuestros primeros padres.

Por medio de él, Dios nos une nuevamente.
Cita:
16) La unidad de origen, anterior a la separación creadora, vuelve a restablecerse en el amor matrimonial cristiano por acuerdo amoroso de ambas voluntades. Cada uno restituye al otro libremente y por amor, lo que le era propio. El cuerpo de la mujer lo restituye ella libremente al varón como al todo del que fue tomado su cuerpo. Y el cuerpo del varón es entregado por él libremente a la mujer como el todo al que la parte tiene un derecho fundado en la voluntad creadora de Dios.


A continuación nos lleva a ver cómo el pecado original rompió la relación con Dios y por lo tanto consigo mismo, con el otro y con el mundo.
Cita:
2. LA NATURALEZA HUMANA HERIDA POR EL PECADO ORIGINAL

17) Veremos inmediatamente, cómo, por el pecado original ésta feliz dispensación ´del principio´ se corrompe y el varón [el todo] intenta recuperar totalitariamente a su parte y la mujer [la parte] tiende a querer comportarse como si fuera el todo. El relato bíblico de la creación de Eva muestra ambas relaciones en la perspectiva del designio divino del principio, destinado a la unión feliz de ambos esposos por una relación de auténtica entrega.
Y luego muestra cómo el pecado original va a alterar las relaciones haciéndolas posesivas en vez de generosas; divisoras en vez de unitivas. El modelo posesivo, característico del hombre viejo, que se reserva a sí mismo sin entregarse y procura apoderarse del otro, manipularlo, usarlo, es considerado por Pablo como una especie de estafa: "no os defraudéis el uno al otro" (1 Cor 7,5). Pero de esto corresponde tratar en otro lugar. De ahí que las relaciones entre varón y mujer podrán vivirse sabiamente si se viven en gracia o insensatamente si se viven según el pecado original y los pecados que de él derivan.

1Cool El pecado original hirió la naturaleza humana. ¿Cómo? En su relación con Dios, y a causa de ello en todas sus demás relaciones: consigo mismo, con el otro, con el mundo.

19) Dejó al hombre ciego para el bien que es Dios mismo. Desde entonces el hombre vive en un estado de acedia: ceguera espiritual para percibir a Dios como su Bien supremo. Y de esa ceguera derivan todos los pecados contra Dios: indiferencia, tibieza, ingratitud, hasta la rebeldía y el odio.

20) Herida su naturaleza en la capacidad de conocer la Bondad suprema de Dios, como su Fin último, el hombre se dispersa en la búsqueda de bienes con que saciar su sed de bien. Sobreviene así la concupiscencia de la carne (los instintos animales, del cuerpo) y la concupiscencia de los ojos (los apetitos espirituales, del alma).

21) El pecado original desequilibró la armonía entre el elemento material, físico y animal de la naturaleza humana, con su elemento espiritual. Produjo en Adán y Eva - y trasmitió a toda su descendencia - una ceguera para Dios y una equivocada percepción de la jerarquía de los bienes; un desequilibrio entre lo instintivo, lo afectivo y pasional por un lado y lo racional por el otro.

22) Importante: 1) según la visión católica, la naturaleza humana es buena por ser creada por Dios, pero ha sido herida por el pecado original y necesita ser sanada por la gracia. 2) Según la visión protestante, el pecado original corrompió totalmente la naturaleza, de modo que de ella no puede venir nada bueno sino solamente pecado. ´Es inevitable pecar, pero que no se sepa´. Frente a este pesimismo, 3) la visión freudiana y del psicologismo considera que la naturaleza del hombre es buena y uno se debe abandonar a la guía de sus impulsos. ´No te reprimas, realizate, hacé la tuya, al nene no lo corrijas´.

Asi pues, vemos cómo el pecado desequilibra la armonía entre lo físico, instintivo y espiritual en el hombre. Armonía que sólo la gracia divina puede volver a restituir.

Esto lo vemos fácilmente en nosotros mismos. Yo lo veo en mí misma.

He comentado muchas veces que en mi vida he sido feliz. Las veces en que he sido infeliz, ha sido a causa de no vivir como es debido.
Y uno sabe cuándo peca, y se siente uno triste. El pecado conlleva tristeza.

De niña me enseñaron normas acerca de cómo vivir, me enseñaron lo que es bueno y lo que es malo. Normalmente hacía lo bueno, no tanto porque no me castigaran, sino por gusto. Me sentía bien haciéndolo.

Las veces que actuaba mal, sabiendo que era malo lo que hacía, no me sentía tan bien o aparentemente lo disfrutaba, pero al alma no se le puede engañar. Y ahi se pierde la armonía y las cosas empiezan a salir mal.

Muchas veces engañamos a nuestra conciencia, pero no a nuestra alma. Cuando pecamos, la herimos. Y ésas heridas sólo sanan con la gracia divina.
Para recibir la gracia divina necesitamos reconocer la falta, arrepentirnos de ella y pedir perdón. Entonces se nos concede la gracia porque Dios es infinitamente misericordioso.
Seguiremos mañana, si Dios lo permite comentando acerca de éste tema, pidiéndole a Dios sea provechoso para todos nosotros.
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MensajePublicado: Vie Ene 11, 2008 12:04 am    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Espero estén disfrutando éste hermoso libro. Algunas veces cuando me entra la nostalgia, pienso: "Si yo hubiera leído algo así, tal vez no me hubiera equivocado tanto" pero he aprendido a ver que todo sucede por algo, que cada uno vivimos bajo circunstancias distintas y que Dios es tan maravilloso que a todos nos da lo que necesitamos para vivir.

Seguimos con el libro "Casa sobre roca".
Les pido que pongamos mucha atención en lo siguiente.
Tal vez ésto nos explique el porqué muchas mujeres golpeadas son vistas con conmiseración y los hombres tratados como asesinos, cuando en ocasiones la misma mujer provoca, tal vez inconscientemente la ira de un marido que no sabe porque nunca aprendió, controlarla.
No se trata de acusar a nadie, sino de hacernos conscientes de que existen diferencias entre hombre y mujer, diferencias que muchos desconocemos y pueden llegar a causar mucho mal dentro de un matrimonio.

Cita:
1. EL PECADO ORIGINAL HIRIÓ AL VARÓN Y A LA MUJER
DE DIVERSA MANERA


1) El pecado original no hirió de la misma manera al varón que a la mujer. Habiéndolos herido a ambos, los hirió de manera disimétrica, a cada cual a su modo. Varón y mujer serán afectados por las mismas concupiscencias e incurrirán en los mismos vicios capitales, pero de manera diversa.
Ambos padecen de gula, pero la gula del varón está más cerca de la voracidad animal, mientras que la gula de la mujer es más refinada, se inclina a las golosinas, los dulces y las exquisiteces.
Ambos padecerán la lujuria, pero el varón regresará hacia la instintividad animal y la posesividad física, mientras la mujer tenderá a la posesión afectiva y la dominación espiritual del alma del varón.

2) Ambos padecen la ira, pero el varón tiende a manifestar y descargar su cólera en forma corporal, física.
A su ira la podríamos llamar ira caliente; mientras que la mujer tiende a descargar la suya más bien verbalmente, mediante la palabra hiriente, el agravio, la maledicencia y el maleficio: hiriendo con la lengua o dañando indirecta y astutamente.
A la suya, aunque sea tremenda, podemos calificarla de ira fría. La del varón es ira regresivamente animal, instintiva.
La de la mujer es una furia más angélica, pero de un angelismo malvado, es más demoníaca, medita más el daño que quiere hacer. Pensemos en la Ira de Aquiles que canta Homero en la Ilíada y en la ira de Medea en la tragedia de Eurípides.

3) Ella va al juez con un ojo morado, pero no hay grabación de lo que ella le dijo antes a él. Si riñen dos varones es posible que corra sangre y hasta que uno quede muerto.
Entre mujeres el terreno principal de la querella es el verbal y si llegan a las manos, lo que procuran más bien es afear a la otra, desgreñándola y arañándole el rostro.

No es muy bonito leer ésto, pero es muy cierto.

Y no es que seamos malos, es que desconocemos nuestras diferencias, desconocemos nuestros defectos. ¿Cuántas veces nos sentimos mal de actuar de tal o cual manera, pero no sabemos qué hacer para no repetir las actitudes que nos hacen actuar así?

No sabemos qué nos pasa. Nos arrepentimos y volvemos a caer en lo mismo. Si supiéramos cuáles son nuestras deficiencias y cómo superarlas, nuestra vida sería mucho más fácil.

Es cierto muchas veces que las mujeres somos terribles usando la lengua, herimos tremendamente a todo aquél que está a nuestro alcance, muchas veces sin siquiera darnos cuenta y otras, sabiendo que lo hacemos.
¿Cuántas veces descubrimos el punto débil de nuestra pareja y sabiéndolo, hacemos y decimos todo aquello que sabemos le lastima?

Cuando se llega a los golpes, se pasó antes por un proceso que ha desgastado tanto la relación que no se encuentra otro medio de agresión.

Existen por supuesto, formas de superar éstas diferencias. Dicen bien que hay que prevenir más que remediar. Detectar cuando estamos a punto de perder el control. Evitemos el primer golpe. Aprendamos a manejar nuestra ira, nuestros instintos.

Aquí haré un alto, para incluir algunos tips que pueden ser útiles para manejar nuestra ira, para detectar aquello que no nos gusta del otro.
Recordemos ante todo, que cuando algo no nos gusta en el otro, es generalmente aquello que no nos gusta en nosotros mismos.

No es fácil reconocer que tenemos actitudes que no nos gustan. Es más fácil ver en el otro ésa actitud y acusarlo de ser tal o cual cosa.
Si somos honestos, reconoceremos que en nosotros está aquello de lo que acusamos al otro.

Por ejemplo: A mí me molestaba mucho el que las personas no tuvieran buenos modales en la mesa, siendo que yo crecí en un ambiente así. Cuando me enseñaron otros modales y veía que en mi familia seguían comiendo igual, me molestaba con ellos.

Trataba de corregir su "defecto" cuando para ellos era algo normal.
Ahora veo que si deseo "quitarle" algo a alguien, debo llenar el vacio que quede con algo más.
Me explico:

Si yo deseaba que mi famiia comiera con otros modales, les hubiera enseñado las ventajas de hacerlo como a mí me habían enseñado, no sólo criticarlos por hacer aquello que para ellos era normal.

Aprendí ciertamente a hacerlo, pero no con mis tíos sino con mis sobrinos y con mis hijos.
Sin embargo, cuando mi esposo quería molestarme, simplemente comía de mal modo e incitaba a mis hijos a hacer lo mismo, en lugar de decirme aquello que le molestaba.

Son ésos pequeños detalles los que pueden hacer que un matrimonio no funcione, si no sabemos poner un freno a nuestras emociones.

Seguimos después.
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MensajePublicado: Vie Ene 11, 2008 4:57 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Como vimos ayer,
Cita:
1. EL PECADO ORIGINAL HIRIÓ AL VARÓN Y A LA MUJER
DE DIVERSA MANERA


1) El pecado original no hirió de la misma manera al varón que a la mujer. Habiéndolos herido a ambos, los hirió de manera disimétrica, a cada cual a su modo. Varón y mujer serán afectados por las mismas concupiscencias e incurrirán en los mismos vicios capitales, pero de manera diversa.


O sea que ambos tenemos Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia y Soberbia.
Pero se manifiestan en cada uno de diferente manera:

Por ejemplo, la lujuria-
En el hombre, como su concepción es física por naturaleza, busca el cuerpo de las personas, lo admira y desea poseerlo.
Recordemos que los pecados son nuestra naturaleza pero desbordada.
Todos poseemos el instinto del deseo carnal, si se desborda caemos en la lujuria.

No todo deseo carnal es pecado como se podría pensar o como muchos, sobre todo en nuestra educación latina conceptuan: El hombre puede disfrutar, la mujer no. Eso es un error.

Ambos estamos hechos de la misma naturaleza, compartimos los mismos deseos. Cambia únicamente la forma de conceptualizarlo, o de preferencia digamos.

A la mujer nos interesa mucho el aspecto emocional, los detalles, darle un ambiente a nuestra relación.

Al hombre le basta el aspecto físico.

Muchos de nuestros dolores surgen de ésos conceptos equivocados y desvirtuados de la palabra de Dios. A mí me encantó encontrar en la carta a los Corintios a San Pablo hablar de lo que son las relaciones sexuales.

Cita:
¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Puedo, entonces, tomar sus miembros a Cristo para hacerlos miembros de una prostituta? ¡Ni pensarlo!
16 Pues ustedes saben muy bien que el que se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella. La Escritura dice: Los dos serán una sola carne. Gén 2,24Jn 6,6317 En cambio, el que se une al Señor se hace un solo espíritu con él.
1Tes 4,318 Huyan de las relaciones sexuales prohibidas. Cualquier otro pecado que alguien cometa queda fuera de su cuerpo, pero el que tiene esas relaciones sexuales peca contra su propio cuerpo.
1Cor 3,17
2Cor 6,1619 ¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes? Ya no se pertenecen a sí mismos. 1Cor 7,231Pe 1,1820 Ustedes han sido comprados a un precio muy alto; procuren, pues, que sus cuerpos sirvan a la gloria de Dios.

O sea que al unirnos como matrimonio nos hacemos una sóla carne, un sólo cuerpo. El matrimonio (léase pareja, hombre y mujer únicamente) formamos un sólo cuerpo, el templo del Espíritu Santo. Ambos lo conformamos.

Cualquier relación fuera de ése cuerpo es una relación prohibida. O sea el adulterio. Se habla de prostitución, si vamos a la palabra en su definición correcta, hablaremos de
prostituir
transitivo y pronominal
deshonrar, envilecer, corromper, degradar.

Las relaciones prostituidas son relaciones que deshonrarn, envilecen, corrompen, degradan al matrimonio.

La familia está formada por el matrimonio(esposo y esposa) e hijos si los hay.

Las relaciones dentro del matrimonio (esposo y esposa) hacen lo contrario con las relaciones sexuales, lo ennoblecen, lo honran.

Si dejamos que el deseo sexual natural se corrompa o prostituya, caemos en la lujuria.
Como vimos en el hombre el aspecto físico puede ser más importante.

Para la mujer el caer en la lujuria implica primero prostituir el concepto de deseo sexual en la mente o en la imaginación. Dejar ir más allá a su imaginación.

Es por ello que ambos debe entender a su otra parte, a su pareja y tratar de llenar sus expectativas. El hombre no puede muchas veces entender el que su mujer desee una flor, una cena romántica. No puede entender qué tiene que ver éso con el acto sexual.

Al ser creada la mujer y ser tomada del mismo cuerpo del hombre, ésa pequeña parte que quizá podría sexto sentido le falta a él.
Sin embargo, el hombre es el único ser creado por Dios que puede decidir, que tiene libre albeldrío y es capaz de entender, de razonar. Luego entonces es capaz de entender a su pareja.

Es por ello que San Pablo nos dice más adelante: El que lastima a su mujer, se lastima a sí mismo.
Y podemos deducir que lo mismo es para la mujer, puesto que somos el mismo cuerpo con él.
Y podemos deducir que si hacemos feliz a nuestra pareja, somos felices nosotros mismos.
Por ello es tan importante el matrimonio. Porque evita el caer en pecados.
Recordemos que también San Pablo habla de que el pecado atrae enfermedades y desgracias.

Seguiremos comentando un poco más.
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MensajePublicado: Lun Ene 14, 2008 4:41 am    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Como ven, hicimos un alto para ver los pecados y cómo nos afectan de una manera distinta. Tanto el hombre como la mujer los poseemos pero se manifiestan de una manera diferente. Por ello es bueno conocer ésto.

Hablamos de la ira, de la lujuria.

Pasemos a la Gula. Todo pecado es un alejamiento de Dios y de su palabra, es un exceso de nuestros instintos.

En los hombres, la gula se da como una manifestación de riqueza, de poder. Es clásico oir: "ésa lonjita es de buena vida".

En la mujer pasa a ser "por comelona"

En la mujer se da muchas veces como una forma de compensar deficiencias. Es clásica la frase de "con pan las penas son menos".
Las mujeres comemos en exceso por razones emocionales.

Los hombres no sufren con estar o no gorditos. Al contrario, para muchos es símbolo de poder económico.
Las mujeres como las razones son emocionales, nos sentimos mal por alguna razón y comemos. Y después comemos más porque nos sentimos de estar gorditas. Y caemos en un círculo vicioso muy dañino.
Círculo al que arrastramos a nuestros hijos, ya que somos nosotras las encargadas de preparar la comida.

En otras ocasiones, acostumbramos a nuestros hijos a comer cosas no adecuadas, para compensar en ellos todo lo que nosotros no pudimos comer, "para que no sufran" y los hacemos sufrir nosotros mismos cuando las consecuencias se manifiestan en la adolescencia y la juventud.

En la etapa adulta, pasando los 30 años, el metabolismo empieza a cambiar y se necesita comer menos ya que el proceso de metabolismo se aletarga. Y no siempre es fácil si tenemos problemas no resueltos.

Si alguien quiere hacer algún comentario, se acepta por supuesto.

Tal vez se pregunten qué tiene que ver ésto con el matrimonio. Mucho. Porque llegamos a él enamorados, pero desconociéndonos y desconociendo muchas veces a nuestro cónyuge. Nos amamos, pero no nos entendemos.

Y muchas veces una discusión empieza en la mesa y termina en la mesa.
Es clásico que cuando algo anda mal y queremos que el otro se sienta mal, hagamos énfasis en su "gordura". Es una forma del hombre de defenderse de alguna agresión, lo cual provoca que la mujer que de por sí se siente mal por su sobrepeso se sienta agredida y o responda con otra agresión o se "consuele" comiendo más.

Algunas de las sugerencias que se hacen para evitar dificultades en los matrimonios es no discutir en la mesa, no ofenderse, no agrederse en ella. Y ésto tiene su parte lógica. Jesús compartía el pan con los suyos, bendecía los alimentos. Se comía en un ambiente de paz.

En la actualidad es difícil muchas veces que coincidan los padres y los hijos en la mesa porque ambos trabajan, pero es importante que lo hagan en todas las ocasiones que les sea posible hacerlo. Aprovechar las cenas, los fines de semana, etc.
Tratando de dialogar de cosas amables, sin críticas.
Sin quejas de parte de la madre.
¿Cuántas veces en lugar de recibir a nuestro marido con un beso, lo recibimos con "Fíjate que "fulanito" no me obedeció. Se salió sin permiso".

Y sastres.... viene el regaño al chamaco o chamaca "rebeldón" y se perdió la oportunidad de convivir.

Los hombres dan motivo muchas veces a éstas cosas, porque he conocido algunos que a modo de saludo, les preguntan a sus hijos: "¿cómo te portaste hoy?", con lo cual dan pié a dos situaciones:
A que la madre mienta para no hacer el ambiente difícil
O a que de plano, "acuse" a los chamacos.

Asi que ambos tenemos que aprender a dejar las quejas, reproches, malas noticias para después de la comida, cuando se esté a solas. No "acusar" a nuestros hijos enfrente de ellos.

Tal vez es inconsciente, pero para cuando a nuestra pareja se le olvidé y pregunte a nuestros hijos, llegando del trabajo: "¿cómo te portaste hoy?"
recordarle amorosamente por ejemplo: " ¿Qué tal te fué en el trabajo?".
De ésta manera, se dará cuenta de su olvido. Y se dará cuenta que sus hijos desean ver cómo saluda a su mamá y a ellos mismos con un beso.
Después compartir la cena o comida. Y si hay alguna queja, verla después de ella.

Tampoco es bueno el chantaje con la comida: "Si te comes todo, te doy un dulce" "Si te portas bien, te doy una galleta".

Si deseamos proporcionarles éstos dulces a nuestros hijos es mejor explicarles que el comer demasiado dulces les puede quitar el apetito, les puede causar problemas en sus dientitos, etc.
Y que por ello, los dulces o postres van después de la comida.

Espero sus comentarios. Y proseguimos mañana si Dios quiere.
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monik
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MensajePublicado: Lun Ene 14, 2008 7:05 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Cuánta razón tienes Scarlett* al comentar lo importante que es lo que sucede en la mesa, ahora caigo en cuenta que fue ahí donde se agravó mi situación familiar y también ahí donde comenzó a arreglarse, es que mi esposo no acepta ningún tipo de interferencias en ese momento (dice que ni al Presidente de la República atiende mientras come), pues a mi se me ocurrió un día decirle que lo buscaban y como no quizo atender me resentí y las cosas que anadaban mal se empeoraron, a Dios gracias todo comenzó a mejorar cuando comenzamos a bendecir los alimentos, a cualquiera puede parecerle que no es tan importante ese momento pero si que lo es porque es cuando todos hacemos un alto en nuestras tareas y como bien dices no debemos emplear esos momentos para sacar a relucir problemas, ya si hay algo que contar será para después, aparte que no debemos convertir a nuestros esposos en los castigadores pues si hay algo que sancionar debemos hacerlo nosotras y decirles a nuestros esposos porque no deben haber secretos no porque nos falta valor para corrregir, a veces me pasa que mis hijos me reclaman porque tengo que contarle todo a su papá y les digo que tal si me muero y recién ahí su padre tendrá que ponerse al día de lo que pasa con ellos, no sé porque tengo esa fijación con el día en que ya no esté que no quiero que nadie diga que he dejado algo pendiente.
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Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.

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Scarlett*
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MensajePublicado: Lun Ene 14, 2008 8:59 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

monik escribió:
Cuánta razón tienes Scarlett* al comentar lo importante que es lo que sucede en la mesa, ahora caigo en cuenta que fue ahí donde se agravó mi situación familiar y también ahí donde comenzó a arreglarse, es que mi esposo no acepta ningún tipo de interferencias en ese momento (dice que ni al Presidente de la República atiende mientras come), pues a mi se me ocurrió un día decirle que lo buscaban y como no quizo atender me resentí y las cosas que anadaban mal se empeoraron, a Dios gracias todo comenzó a mejorar cuando comenzamos a bendecir los alimentos, a cualquiera puede parecerle que no es tan importante ese momento pero si que lo es porque es cuando todos hacemos un alto en nuestras tareas y como bien dices no debemos emplear esos momentos para sacar a relucir problemas, ya si hay algo que contar será para después, aparte que no debemos convertir a nuestros esposos en los castigadores pues si hay algo que sancionar debemos hacerlo nosotras y decirles a nuestros esposos porque no deben haber secretos no porque nos falta valor para corrregir, a veces me pasa que mis hijos me reclaman porque tengo que contarle todo a su papá y les digo que tal si me muero y recién ahí su padre tendrá que ponerse al día de lo que pasa con ellos, no sé porque tengo esa fijación con el día en que ya no esté que no quiero que nadie diga que he dejado algo pendiente.


Paz y bien.

No sé si a otras personas les pase lo mismo que a tí, al respecto de la fijación de cuando ya no esté. A mí me asalta también seguido ése temor.
Tal vez sea que como dice un cuñado mío: "somos como las canicas. Cada vez estamos más cerca del hoyo" jajjajaj.

Será tal vez por la edad, que empezamos a pensar mas en serio en la muerte. Generalmente se piensa que los jóvenes o los niños no mueren. Y los ancianos sí. Y a nuestra edad aunque somos jóvenes, ya no somos unos "pollitos" jajjaj.
Pero dejaremos el tema de la muerte para otra ocasión.
Gracias por compartirnos tu experiencia. También yo acostumbro decirle a mi esposo todo lo que sucede, aún mis equivocaciones. Creo que ése es el mejor ejemplo que puedo darle a mis hijos de la honestidad.

Prosigamos pues, con otro defecto o pecado. Y veamos cómo se manifiesta de una manera distinta en hombres y mujeres, para que podamos entender mejor a nuestra pareja.

Hemos visto la ira, la lujuria, la gula, pasemos a la Avaricia.
Un defecto de carácter. Todos tenemos el sentido de pertenencia arraigado. Y éso es bueno para nosotros, nos permite cubrir nuestras necesidades, sin embargo cuando permitimos que ése sentido se desboque podemos caer en la avaricia.

La avaricia es el no querer compartir, el acumular para uno, aunque no lo necesitemos. Tenemos la idea de Rico Mac Pato por ejemplo, que acumula y acumula y acumula y no gasta ni siquiera en sí mismo por no perder lo que acumuló.
Y todos decimos: yo no tengo ése defecto.
Yo uso las cosas, yo las comparto. Y no siempre es cierto.

La avaricia en los hombres se manifiesta en poseer cosas materiales.
No todo el que tiene muchas cosas es avaro, ni todo el que no tiene mucho no lo es.
Es la importancia que le damos a ésas cosas la que nos hace ser avaros.
Tan avaro es el que posee una sóla olla y no la comparte, como el que tiene 500 sacos y no los usa.

Una persona puede tener dinero y hacer buen uso de ése dinero, otra puede tenerlo y no hacer buen uso de él.

Muchas veces nos molestamos con personas que tienen dinero y decimos: "ése es un avaro, con tanto que tiene y no me ayuda". Pero no es así. Hay que ser humildes para pedirlo. El que tiene, no tiene la obligación de darnos.

Eso no es avaricia, sino aquel que tiene y aún teniéndolo, no ayuda al necesitado ni aunque se le pida. También lo es aquél que acumula y acumula y no disfruta de su dinero. También lo es aquél que gasta su dinero y después se arrepiente de haberlo gastado.

Este último ejemplo puede parecer medio descabellado, pero es muy cierto. ¿Cuántas veces hemos oido o dicho: "si no me hubiera comprado tal o cual cosa ahora tendría dinero?"

Eso es avaricia. El sentimiento que da el dinero y que es avaricia en los hombres es porque através del dinero se sienten poderosos.

En las mujeres éste pecado se da sobre todo a nivel emocional. Es cierto que nos gusta el dinero, pero podemos gastarlo sin sentirnos culpables. En cambio, con nuestros sentimientos solemos ser muy avaras.

El no compartir con nuestro esposo lo que sentimos, es avaricia.
El no compartir con nuestro esposo a nuestros hijos, es avaricia.
El no compartir con nuestro esposo nuestra vida, es avaricia.

En un matrimonio, muchas veces el hombre usa el dinero para manipular. La mujer acostumbra usar a los hijos, el acto sexual para lo mismo.

Todo defecto o pecado tiene su antídoto. El de la avaricia es la generosidad. El darse al otro, el brindarle al otro lo mejor de nosotros.
El compartir con el otro todo lo que es parte de nuestra vida.

En éste pecado muchas mujeres caemos, al querer ser las protagonistas en la vida de nuestros hijos. Llegamos incluso a pelear ése cariño con sus esposas o esposos o con sus hijos.

Pensamos que si perdemos tal o cual persona, no somos nada. Y ésto es al contrario.
Como católicos oimos a Jesús decirnos: el que ofrezca su vida, la ganara. Aquel que pretenda ganarla, la perderá.

Esto se puede aplicar a nuestra relación como pareja. Si no compartimos a nuestros hijos con nuestro esposo, terminamos perdiéndolos.
Si no compartimos lo que amamos con nuestro esposo, lo terminamos perdiendo.

Y en los hombres, si no comparten su dinero con su esposa, terminan perdiéndolo. O sus bienes, cualesquiera que sean.

Es por ello, que dentro del matrimonio ambos deben ser generosos con lo que poseen. En el hombre, el reto a vencer es el manejo del dinero y el sentido de posesión de las cosas materiales.

En las mujeres, el reto es compartir nuestros afectos con nuestro cónyuge, con nuestros hijos. Y después con nuestros familiares, con nuestros vecinos o con aquellos cercanos a nosotros.

En ésto me gustaría pedir su cooperación para poner algunos tips que nos puedan ser útiles para vencer éste pecado que muchos tenemos por virtud.

TIPS PARA COMBATIR LA AVARICIA
Pongo algunos que me haría bien seguir a mí misma:
Mujeres
-El dar a cada uno de los miembros de mi familia un tiempo.
-El compartir con todos cuando estamos reunidos, no sólo con uno.

En los hombres:
-El gozar de los bienes que compran, no sólo comprarlos. Porque sucede muchas veces que compran una casa, pero no la cuidan o no la reparan. El chiste es poseerla, pero éso no es gozarla.
-El pensar en la necesidad de cada miembro de la familia a la hora de distribuir el dinero para que la cosa sea compartida y haya armonía en su hogar.

Espero más tips.

_________________
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Scarlett*
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MensajePublicado: Mar Ene 15, 2008 10:20 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

monik escribió:
Cuánta razón tienes Scarlett* al comentar lo importante que es lo que sucede en la mesa, ahora caigo en cuenta que fue ahí donde se agravó mi situación familiar y también ahí donde comenzó a arreglarse, es que mi esposo no acepta ningún tipo de interferencias en ese momento (dice que ni al Presidente de la República atiende mientras come), pues a mi se me ocurrió un día decirle que lo buscaban y como no quizo atender me resentí y las cosas que anadaban mal se empeoraron, a Dios gracias todo comenzó a mejorar cuando comenzamos a bendecir los alimentos, a cualquiera puede parecerle que no es tan importante ese momento pero si que lo es porque es cuando todos hacemos un alto en nuestras tareas y como bien dices no debemos emplear esos momentos para sacar a relucir problemas, ya si hay algo que contar será para después, aparte que no debemos convertir a nuestros esposos en los castigadores pues si hay algo que sancionar debemos hacerlo nosotras y decirles a nuestros esposos porque no deben haber secretos no porque nos falta valor para corrregir, a veces me pasa que mis hijos me reclaman porque tengo que contarle todo a su papá y les digo que tal si me muero y recién ahí su padre tendrá que ponerse al día de lo que pasa con ellos, no sé porque tengo esa fijación con el día en que ya no esté que no quiero que nadie diga que he dejado algo pendiente.


Paz y bien.

No sé si a otras personas les pase lo mismo que a tí, al respecto de la fijación de cuando ya no esté. A mí me asalta también seguido ése temor.
Tal vez sea que como dice un cuñado mío: "somos como las canicas. Cada vez estamos más cerca del hoyo" jajjajaj.

Será tal vez por la edad, que empezamos a pensar mas en serio en la muerte. Generalmente se piensa que los jóvenes o los niños no mueren. Y los ancianos sí. Y a nuestra edad aunque somos jóvenes, ya no somos unos "pollitos" jajjaj.
Pero dejaremos el tema de la muerte para otra ocasión.
Gracias por compartirnos tu experiencia. También yo acostumbro decirle a mi esposo todo lo que sucede, aún mis equivocaciones. Creo que ése es el mejor ejemplo que puedo darle a mis hijos de la honestidad.

Prosigamos pues, con otro defecto o pecado. Y veamos cómo se manifiesta de una manera distinta en hombres y mujeres, para que podamos entender mejor a nuestra pareja.

Hemos visto la ira, la lujuria, la gula, pasemos a la Avaricia.
Un defecto de carácter. Todos tenemos el sentido de pertenencia arraigado. Y éso es bueno para nosotros, nos permite cubrir nuestras necesidades, sin embargo cuando permitimos que ése sentido se desboque podemos caer en la avaricia.

La avaricia es el no querer compartir, el acumular para uno, aunque no lo necesitemos. Tenemos la idea de Rico Mac Pato por ejemplo, que acumula y acumula y acumula y no gasta ni siquiera en sí mismo por no perder lo que acumuló.
Y todos decimos: yo no tengo ése defecto.
Yo uso las cosas, yo las comparto. Y no siempre es cierto.

La avaricia en los hombres se manifiesta en poseer cosas materiales.
No todo el que tiene muchas cosas es avaro, ni todo el que no tiene mucho no lo es.
Es la importancia que le damos a ésas cosas la que nos hace ser avaros.
Tan avaro es el que posee una sóla olla y no la comparte, como el que tiene 500 sacos y no los usa.

Una persona puede tener dinero y hacer buen uso de ése dinero, otra puede tenerlo y no hacer buen uso de él.

Muchas veces nos molestamos con personas que tienen dinero y decimos: "ése es un avaro, con tanto que tiene y no me ayuda". Pero no es así. Hay que ser humildes para pedirlo. El que tiene, no tiene la obligación de darnos.

Eso no es avaricia, sino aquel que tiene y aún teniéndolo, no ayuda al necesitado ni aunque se le pida. También lo es aquél que acumula y acumula y no disfruta de su dinero. También lo es aquél que gasta su dinero y después se arrepiente de haberlo gastado.

Este último ejemplo puede parecer medio descabellado, pero es muy cierto. ¿Cuántas veces hemos oido o dicho: "si no me hubiera comprado tal o cual cosa ahora tendría dinero?"

Eso es avaricia. El sentimiento que da el dinero y que es avaricia en los hombres es porque através del dinero se sienten poderosos.

En las mujeres éste pecado se da sobre todo a nivel emocional. Es cierto que nos gusta el dinero, pero podemos gastarlo sin sentirnos culpables. En cambio, con nuestros sentimientos solemos ser muy avaras.

El no compartir con nuestro esposo lo que sentimos, es avaricia.
El no compartir con nuestro esposo a nuestros hijos, es avaricia.
El no compartir con nuestro esposo nuestra vida, es avaricia.

En un matrimonio, muchas veces el hombre usa el dinero para manipular. La mujer acostumbra usar a los hijos, el acto sexual para lo mismo.

Todo defecto o pecado tiene su antídoto. El de la avaricia es la generosidad. El darse al otro, el brindarle al otro lo mejor de nosotros.
El compartir con el otro todo lo que es parte de nuestra vida.

En éste pecado muchas mujeres caemos, al querer ser las protagonistas en la vida de nuestros hijos. Llegamos incluso a pelear ése cariño con sus esposas o esposos o con sus hijos.

Pensamos que si perdemos tal o cual persona, no somos nada. Y ésto es al contrario.
Como católicos oimos a Jesús decirnos: el que ofrezca su vida, la ganara. Aquel que pretenda ganarla, la perderá.

Esto se puede aplicar a nuestra relación como pareja. Si no compartimos a nuestros hijos con nuestro esposo, terminamos perdiéndolos.
Si no compartimos lo que amamos con nuestro esposo, lo terminamos perdiendo.

Y en los hombres, si no comparten su dinero con su esposa, terminan perdiéndolo. O sus bienes, cualesquiera que sean.

Es por ello, que dentro del matrimonio ambos deben ser generosos con lo que poseen. En el hombre, el reto a vencer es el manejo del dinero y el sentido de posesión de las cosas materiales.

En las mujeres, el reto es compartir nuestros afectos con nuestro cónyuge, con nuestros hijos. Y después con nuestros familiares, con nuestros vecinos o con aquellos cercanos a nosotros.

En ésto me gustaría pedir su cooperación para poner algunos tips que nos puedan ser útiles para vencer éste pecado que muchos tenemos por virtud.

TIPS PARA COMBATIR LA AVARICIA
Pongo algunos que me haría bien seguir a mí misma:
Mujeres
-El dar a cada uno de los miembros de mi familia un tiempo.
-El compartir con todos cuando estamos reunidos, no sólo con uno.

En los hombres:
-El gozar de los bienes que compran, no sólo comprarlos. Porque sucede muchas veces que compran una casa, pero no la cuidan o no la reparan. El chiste es poseerla, pero éso no es gozarla.
-El pensar en la necesidad de cada miembro de la familia a la hora de distribuir el dinero para que la cosa sea compartida y haya armonía en su hogar.

Espero más tips.

NOTA:
Trataré de llevar éste tema, posteando un día si y otro no, para dar oportunidad a que se lea y se medite en él. A mí el irlo trascribiendo me sirve porque al hacerlo, encuentro errores en los que yo misma caigo.
No piensen que porque lo pongo, es porque ya he superado todos mis defectos jaajaj.
Dice Jesús: "Haced lo que os dicen, no lo que hacen". Porque muchas veces, como seres humanos que somos, no siempre hacemos lo debido.
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Scarlett*
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Registrado: 21 Nov 2007
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MensajePublicado: Jue Ene 17, 2008 2:20 am    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
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Paz y bien.

Hemos visto la ira, la lujuria, la gula, la avaricia.

Siguiendo con las manifestaciones del pecado en cada parte de la pareja, tratemos de ver ahora cómo afecta la pereza de manera diferente al hombre y a la mujer.

La pereza es un pecado del que acusamos a todos jajaj y que nadie queremos reconocer tener.

Los hombres dicen: "no es que sea flojo, es que hay que descansar. Trabajo mucho""
Las mujeres: "no es que sea floja, es que todos tienen que cooperar, si no, yo no lo hago".

Y ahi tenemos el principio de una desavenencia matrimonial.
Tenemos una visión diferente de lo que son las responsabilidades de cada uno.
Las mujeres queremos que nuestros esposos trabajen, atiendan a nuestros hijos, arreglen la casa o por lo menos se preocupen de que sea reparada, además de que sean atentos y dulces con nosotros y nuestros hijos.

Los hombres quieren que nosotras mantengamos a nuestros hijos atendidos y cuidados, que llevemos el control de nuestra casa .

Para nosotras las mujeres si nuestro esposo no cumple con todas nuestras expectativas, es un flojo.

Los hombres si lo pensamos bien, no nos exigen tanto. Somos las mujeres las que queremos trabajar por ejemplo. Y al hacerlo, necesariamente necesitamos ayuda en nuestras funciones al frente de nuestra casa y nuestros hijos.

En ésto habrá quizá discrepancias. Sobre todo en ésta época en que la mayoría de las mujeres trabaja y están cambiando los roles clásicos de los hombres y las mujeres.

Tal vez éste pecado sea el que menos cometemos y del que más se nos acusa.
Por lo menos yo no conosco una persona que no realice sus labores si se ve en la necesidad de hacerlo.

Recuerdo por ejemplo cuando yo cosía o tenía algún negocio en casa, me hacía cargo de mis hijos y de la casa. Cuando ésas labores me rebasaban, acusaba a mi esposo de no ayudarme, cuando él trabajaba igual que yo, su trabajo requería que muchas veces se quedara hasta altas horas.

Yo nunca tuve problemas con mi esposo de que no me permitiera trabajar, los problemas venían cuando quería que hiciera las cosas como yo quería. Y él veía éso como un querer imponerle mi voluntad.
Entonces no lo hacía.

En éste punto tuvimos varias desavenencias. Los sábados por ejemplo, yo quería que él se quedara en casa arreglando o dando mantenimiento a lo que estuviera descompuesto. El deseaba salir de paseo para disfrutar de su familia.
Era el único día que lo podía hacer.

La solución fué simple: el dinero que yo ganaba con mi trabajo, era usado para solucionar los problemas de mantenimiento que surgían en la casa, asi como para ayudar con los gastos de los paseos y ayuda a familiares que lo necesitaran.

Asi yo cubría mi necesidad de trabajar, de realizar alguna otra labor fuera de las labores de la casa, pues estaba acostumbrada a ello. Podía cuidar de mis hijos y de mi casa. Y como familia disfrutábamos los fines de semana.

Recuerdo las frases de mi abuelita, en uno de sus muchos consejos que me daba sin darme siquiera cuenta de que lo hacía: no, mi hijita. Uno debe saber ayudar a su esposo y contar sólo con el dinero que se tiene. No exigir más de lo que puede dar, ¿o qué, lo vas a mandar a robar?"

Esta simple frase siempre estuvo presente en mi matrimonio. Cuando sentía ganas de estallar porque quería algún arreglo para la casa, recordaba ésta frase y buscaba otra solución que no fuera exigirle más a mi esposo.

Sobre todo, porque en ése tiempo, ayudábamos mucho a su familia.
Como mi esposo fué una ayuda para su familia cuando soltero, lo siguió siendo cuando casado.

Yo entendía ésto y lo ayudaba con su familia.

Muchas veces me quedé con las ganas de decirle flojo. Y realmente no lo era. Si pensaba bien las cosas, no lo era.

Por ejemplo, cuando no tuvo trabajo, después de un tiempo de salir a buscar y no encontrar, se desanimó y entró en una etapa de letargo.
Claro que me molesté con él, porque yo trabajaba y veía que se quedaba en casa sin hacer nada.

Cualquiera lo hubiera tachado de flojo y lo hubiera corrido o por lo menos discutido. Yo también discutí con él, para alentarlo a salir del pozo de desanimo en que había caido. Lo ayudé a buscar opciones, incluso pusimos una tienda después.

Muchas veces las mujeres no nos damos cuenta que la aparente pereza de nuestro esposo, es un momento de descontrol o desanimo en su vida.
Conosco matrimonios que han terminado por alguna situación como ésta.

Y en las mujeres, los hombres muchas veces son acusadas de flojas, cuando también caemos en un pozo igual de desanimo al ver frustradas nuestras ilusiones y esperanzas de realizar nuestros sueños e ideales.

Recordemos que los hombres ven mucho por lo material y las mujeres por cuestiones espirituales o estéticas.
Para un hombre el que su casa tenga o no cuadros por ejemplo, puede ser no tan importante como que haya comida en su mesa.
Para las mujeres es importante que además de la comida su casa luzca bonita.

Y ahi empiezan muchas discusiones.

Es por ello que es importante hablar. Explicar porqué para mí es importante el poner una planta por ejemplo en la casa.

Es importante que como pareja se ponga uno de acuerdo en la forma de arreglar la casa porque para la mujer es importante éso.
Muchas veces los hombres dicen simplemente: pues es tu casa, haz lo que quieras.
Cambia los muebles como quieras, pon las cortinas que quieras, etc. etc.
Pero no dan dinero para ello, porque para ellos no es tan importante ésos aspectos.

En ésto ambos debemos ceder un poco. Entender claro, que nuestro esposo no tiene tanto dinero para hacer todo lo que nosotros deseamos, y nuestro esposo entender que para la mujer el tener una casa bonita es muy importante.

Se necesita comunicación. Por ello es tan importante escuchar al otro, no simplemente oir lo que dice.
Escuchar implica estar concentrado en lo que nos dice, no estar viendo la televisión u oyendo el radio, sino realmente escuchando lo que dice y entender porqué nos lo dice.

Los hombres tienden a no querer escuchar a sus mujeres. Y muchas veces ellas estallan.

Si realmente se ama a la persona con la que se vive, se desea atender a sus necesidades tanto como a las nuestras.

Entender que en un matrimonio, lo que aporta uno es tan importante como lo que aporta el otro.

Si uno aporta el sostén de una casa, el otro aporta el bienestar de la misma.
Si en un matrimonio no se rema para el mismo lado, la barca se hunde.

Y asi vemos matrimonios que pasan años y años discutiendo o sin hacer nada, acusándose cada uno de aquello que él mismo no aporta.
Hay muchos hombres que aún en éstos días no permiten que sus esposas trabajen y si lo hacen o ganan algún dinero, simplemente dejan de trabajar o de aportar dinero.
Con lo cual no sólo no escuchan a su esposa, sino que afectan la economía familiar.

Los matrimonios actuales han cambiado de los matrimonios anteriores y hay muchos hombres que no quieren adaptarse a ésto.

Conosco dosmatrimonios en donde ella trabajaba cuando soltera y así la conoció él y así la aceptó. Después de casados, cualquier intento que ella hiciera por trabajar aún dentro de su casa, era saboteado por él con el clásico chantaje de no gano lo suficiente y dejaba de dar el gasto.

Esto puede sonar como de parejas mayores o de otros tiempos, y no es cierto, pues uno de ellos es el de una pareja que estuvo casada por cincuenta años y otro el de una pareja joven que tiene 11 años de casados.

Ambos acusan a sus esposas de ser flojas, de no querer atender su casa y sus hijos.
Si ambas trabajan antes de casarse, si ambas aún trabajando se hacen cargo de sus hijos y de su casa, es simple machismo de parte de sus parejas.

Y además engaño porque antes de casarse, estuvieron de acuerdo en que trabajaran y al casarse, simplemente hacían todo lo posible porque no lo hicieran.

Es común que pensemos que después de casados, vamos a cambiar a nuestras parejas. Esto no es cierto.

Espero sus comentarios.[/list]
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MensajePublicado: Vie Ene 18, 2008 9:40 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Seguimos comentando acerca de los pecados capitales y la forma en que se manifiestan en el hombre y en la mujer.
Hemos visto que ambos somos susceptibles de caer en dichos pecados, pero se nos manifiesta en formas distintas, reaccionamos diferentemente cada uno, por la naturaleza que nos dió Dios al crearnos.

Hemos insistido en la importancia de aceptar éstas diferencias para poder reconocer algunas de las equivocaciones que cometemos en nuestro matrimonio.

Hemos visto la lujuria, la gula, la ira, la pereza, la avaricia. Ahora veremos la Envidia.

Y no... no nos pongamos verdes.... no vayan a pensar que somos envidiosas jajajaj.

Bueno, fuera de la broma, realmente a nadie nos gusta que nos digan que somos envidiosas. Y sin embargo, lo somos.

Los hombres piensan que las mujeres son envidiosas. Ellos son simplemente competidores natos.

Hemos visto que para cada pecado, existe una virtud que podemos fomentar en nosotros para vencerlo. En el caso de la envidia es la Caridad.

Cuál sería la manifestación de la envidia en las mujeres?
Cuando nos comparamos con otros.
Cuando vemos lo que otros tienen y yo no tengo.
Cuando vemos que otros son algo que nosotros no somos.

Dicen que "todo depende del cristal con que se mira" o "si se ve el vaso medio vacio o medio lleno".

Por ejemplo, durante mucho tiempo yo ví a un sobrino, hijo de mi cuñado que era muy simpático, que era fácilmente aceptable por los demás y yo lo comparaba con mi hijo de la misma edad.

Me costó trabajo aceptar que todos somos distintos. Que Dios a unos da unos dones y a otros, otros. Terminé por asimilar que mi sobrino es muy simpático y agradable, pero mi hijo tiene otras caracterízticas.

Una forma en la que he tratado de balancear la cosa cuando siento deseos de compararme con alguien, es ver las cosas buenas que tengo para no desear lo que otros tienen. Esto es caridad porque al aceptar aquello que Dios me ha dado, es una forma de agradecimiento a Dios mismo.

Si yo reniego de lo que tengo, es como decirle a Dios: "no me gusta el regalo que me diste".

Recuerdo por ejemplo, cuando mi hijo cuando tenía 3 o 4 años me decía al servirle la comida: "a él le diste más que a mí"".

Y siempre le daba menos a él que a su hermano jajajaj. Acostumbro servir los platos y que cada quien se sirva, sin embargo fuera cual fuera la ración que le diera siempre era menos que la de su hermano.
Esta actitud en él costó mucho desarraigarsela.
Hasta que finalmente aceptó que no era que uno le sirviera menos, sino que él deseaba más de lo que se le daba jajajja.

En un matrimonio ¿cómo puede manifestarse la envidia?

Cuando el esposo ve que la esposa se queda en la casa, "rascándose la panza""y él debe salir a trabajar.
Porque hay hombres que piensan que su esposa no hace nada en su casa, o que el hacerse cargo de ella es "enchílame la que viene" jajjaj
Pocos se dan cuenta realmente de la labor que realizamos como amas de casa, madres y esposas.

Y en las mujeres ¿cómo se puede manifestar la envidia dentro del matrimonio?

Tal vez cuando vemos que nuestro esposo sale a trabajar, que come cosas que nosotros no comemos, que tiene relación con distintas personas y nosotros estamos dentro de nuestra casa mientras él "se distrae".

El querer tener lo que el otro tiene, es envidia.

Si yo deseo tener el trabajo que mi esposo tiene, es envidia.

El querer tomar el papel del otro dentro del matrimonio es envida.
Si un hombre desea acaparar la atención de su esposa o de sus hijos, es envidia.
Si una mujer desea acaparar la atención de sus hijos, es envidia.

Como hemos visto, la "contrallave" por decirlo de alguna manera, es la caridad.
Compartir con nuestro esposo y nuestros hijos lo que somos y lo que tenemos.
Compartir con nuestros familiares a nuestros hijos y al msmo tiempo, compartir los de ellos.

Verlos como nuestros y cuidarlos como si fueran nuestros.Eso es caridad.

Y para fomentar la caridad entre nosotros, les comparto una bella imágen con cariño.

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MensajePublicado: Lun Ene 21, 2008 10:55 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Hemos visto ya las manifestaciones de los pecados de ira, lujuria, envidia, gula, pereza, avaricia, en los hombres y las mujeres.
Llegamos al último pecado:la soberbia.

Y como dice la palabra: los últimos serán los primeros.
En éste caso, la soberbia puede ser el rey de los pecados.

Soberbia, orgullo acrecentado.

El orgullo en sí no es malo, puesto que es importante sentirnos reconocidos, tener autoestima. Es el distorsionamiento de él, el que nos hace pecar.

Su "antídoto" es la humildad.

Sin embargo, es tan fácil encubrir una con otra. Hacernos pasar por humildes cuando en realidad estamos siendo soberbios. Y ser juzgados de soberbios, cuando no lo somos y sólo sostenemos nuestra posición que es justa.

¿Cómo se manifiesta la soberbia en los hombres?
Como hemos visto, en la sensación de poder, es como se manifiestan los pecados en los hombres. Es su naturaleza.
Asi que muchas veces encubren sus carencias en un falso orgullo y caen en la soberbia.
No falta el que por no aceptar una mala situación, simplemente acepta ser humilde y aceptar la voluntad de Dios en su vida.

Eso no es ser humilde. Dios no desea que vivamos mal, ni desea que suframos.

Incluso por soberbia, por defender su posición dentro de una familia, los hombres llegan a "retar" a sus propios hijos.
No es raro el caso de hombres que aparentando ser buenos, se alegran de que a sus propios hijos les vaya mal, porque con éso, ellos se sienten mejores.

O aquellos que ven como una afrenta el tener que aceptar una ayuda de sus hijos y en su corazón están deseando poder demostrarles que son mejores.

No faltan aquellos que enfrentan a sus hijos entre sí, que hacen sentir a uno más o menos que el otro.

El poder, el llamado ""machismo" es una manifestación de la soberbia en los hombres. El querer dominar todo y a todos.
Y es tan difícil que alguien soberbio, acepte que lo es, sobre todo cuando siempre ha sido tratado como alguien bueno.

Son los clásicos "jueces", que no dudan en señalar a todos.

¿Cómo se manifiesta la soberbia en las mujeres?
De la misma manera que en los hombres. Tampoco se aceptan favores, mucho menos consejos. Y si se aceptan, sólo de aquellos que consideran dignos de dárselos y sólo aquellos consejos que coincidan con lo que piensan.

Es clásico "el presumir" en las mujeres. A los hijos, a los esposos, nuestra casa, nuestra vestimenta y vivir encadenada a ése sentimiento.

No es lo mismo compartir, que presumir.

Compartir nuestro gusto por lo que Dios nos da, que presumir aquello que tenemos.

Es muy fácil equivocarnos al convivir con las personas y fácilmente nos engañamos y nos dejamos engañar por las apariencias.

Dentro de una pareja, la soberbia se manifiesta cuando no somos capaces de reconocer que nos equivocamos, que no somos perfectos.
Y cuando pretendemos que el otro cargue con nuestra culpas o responsabilidades.

Sólo el humilde puede reconocer que se equivoca y está dispuesto a hacer lo posible por solucionar las cosas.
El soberbio, simplemente se escuda en mil y un pretexto.

Si no hay comentarios, seguiremos si Dios lo permite con el libro después de éste breve paréntesis.

¿No es hermosa ésta imágen?
Un saludo.


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MensajePublicado: Mar Ene 22, 2008 2:01 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Entre borrones, viajes e hijos compartiendo la pc si bien he seguido leyendo no he aportado, bueno pues aquí aunque sea a la ligera porque eso de la soberbia como bien comentas es algo que todos tenemos pero cómo nos cuesta reconocerlo, acaso las discusiones en un hogar no son algunas veces por soberbia ah si me levantan la voz, yo la levanto más o porque me voy a a dejar si soy yo quien tiene la razón, en fin para nada pensamos que es difícil que dos personas alteradas lleguen a un acuerdo y que lo mejor es esperar que se calmen los ánimos para aclarar las cosas. Otra de las cosas que puede pasar es el ¿por qué a mi? cuando tenemos un problema, y ni se diga de querer un reconocimiento por lo que hacemos aunque no sea nada más que cumplir con nuestro deber.
Oremos para que Nuestro Señor nos conceda un corazón humilde
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MensajePublicado: Mie Ene 23, 2008 12:36 am    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

En éste tema del matrimonio como sacramento de sanación, me gustaría comentar algo de mi propio matrimonio.

No ha sido fácil. Han sido 26 años, ya casi 27 en Abril es nuestro aniversario.

Hemos pasado por muchas situaciones y muchos dolores, pérdidas, pero también muchas alegrías.

Haciendo éste tema he estado recordando cuestiones en mi matrimonio.

Hablabas de la soberbia, monik. Y de las discusiones que se inician en los matrimonios por éste pecado (iba a escribir defecto, pero si no llamamos a las cosas por su nombre, le restamos importancia y después nos andamos arrepintiendo)

Recordaba los inicios de mi matrimonio. Los primeros días fueron muy bonitos. Todo nuevo, tratando de adaptarnos, miel sobre hojuelas.

Y sin embargo, en un momento todo cambió. Aún no sé porqué.

Mi luna de miel duró muy poco. Unos dos meses. Un día mi esposo llegó tomado y golpeó un vidrio de la cocina.
No sé si tocó y no lo oí por estar profundamente dormida, se desesperó y rompió el vidrio para tratar de abrir, no lo sé.

Me desperté sobresaltada y fuí a abrirle. Me espanté. Estaba muy enojado, empezó a golpear la pared hasta sangrarse las manos.
Yo estaba muy asustada y no sabía qué sucedía ni qué hacer.

Empecé a llorar y él se enojaba más, así que en un momento de lucidez, dejé de llorar y no sé de dónde me salieron fuerzas para imponerme a él, para hacer que dejara de golpearse.

Logré hacer que se acostara y se durmiera.

Nunca supe qué fué lo que pasó. Le pregunté al día siguiente y me dijo que nada, que había tomado de más.

Lo malo es que al poco tiempo, se repitió otra escena de ira desbocada. A la primera opinión contraria, seguramente por una tontería, salió fúrico de la casa, tomó el auto y yo sólo oía las llantas derrapando. Viviamos en la esquina de dos esquinas de calles principales y muy transitadas. Era un domingo y a pesar de estar en la parte alta del edificio de 5 pisos lavando la ropa, oía los arrancones. Se dedicó a dar vueltas a toda velocidad. Yo estaba aterrorizada, pero empezaba a darme cuenta que él tenía problemas que yo no había detectado en el noviazgo.

En otra ocasión, estuvimos a punto de ser arrollados por un trolebús que venía en contrasentido como hay varias rutas en el D.F. A mi esposo se le olvidó y por dos segundos no nos arrollaron. Estaba enojado porque hice alguna observación que no le pareció.

En ése tiempo, estaba yo embarazada de mi primer hija, que falleció a los dos meses de nacida.

Nunca pude explicarme el modo de actuar de mi marido en los inicios de nuestro matrimonio. He llegado a pensar que trataba de dominarme, lo único que logró fué que le tuviera miedo.

La verdad es que mi matrimonio como pareja no ha sido muy bueno. Han habido muchas cosas dolorosas que sólo Dios me ha dado la fortaleza para soportar.

Es cierto que mi esposo ha cambiado mucho, pero también es cierto que hay mucho dolor en mí, dolor que no he podido sacar en todos éstos años porque no es fácil hablar con las personas de todo ello.

Nunca he platicado con nadie las cosas por las que pasé, pues nunca he tenido a una persona con la que pueda abrirme.

Esa actitud de mi esposo al principio de nuestro matrimonio marcó una diferencia en mi forma de ser.
Salió mi espíritu de conservación, me puse al frente de nuestro matrimonio, cargué por mucho tiempo el peso de él, asi como en gran medida, parte del peso que cargaba mi suegra con su esposo.

Fueron muchos años de ser la que tomaba las decisiones y si eran buenas, el mérito era de mi esposo y si eran malas, la culpable era yo.

Asi vivimos durante 15 años, hasta que finalmente fué demasiado para mí y me derrumbé. Caí en una "depresión" tremenda, que me llevó a un intento de suicidio ya estando aquí en éste estado en donde vivimos.

Aquí como no había familiares cerca, mi esposo hubo un tiempo en que se comportó peor. Nunca tuve la certeza, pero creo que tenía otra mujer. No puedo explicarme su actitud de otra manera.

En ése tiempo, yo trabajaba los domingos como camarera en un hotel y él se quedaba con mis hijos adolescentes, descansaba sólo los martes y ése día iba yo al super a comprar el mandado. Si en México no me ayudaba con las cuestiones de la casa, aquí mucho menos, ni al mandado me acompañaba.

Estaba yo tan enfocada a buscar la manera de mejorar nuestra vida, que no me dí cuenta de muchos detalles, hasta que empezó a buscar pretextos para enojarse conmigo.
Por ejemplo, en una ocasión nos invitaron a una fiesta de quince años de una compañera de trabajo y estaba yo apurándome para ir, cuando por cualquier cosa empezó a discutir y pretextando enojo, se salió y me dejó.
Ese fué el principio, así lo hacía siempre.

Hacia cosas para enojarse y de tal manera que era yo siempre la culpable. Si hablaba porque hablaba, si callaba porque callaba. En fin.

Escribo todo ésto, si como una terapia porque es cierto que ya lo he perdonado, pero también es cierto que existe dolor en mí porque él nunca habla de sus sentimientos y aún de vez en cuando, actúa de tal manera que yo soy la que está mal.
También lo escribo en un intento de entender, y en un intento de ayudar a otra personas que pasen por lo que yo pasé o que estén en proceso de casarse para que se fijen bien antes de hacerlo, para que conozcan bien a la persona con la que van a pasar el resto de sus vidas.

No ha sido fácil, sin embargo siempre he estado segura de una cosa: Dios ha estado conmigo. Sólo El ha podido darme fortaleza, sólo El ha podido guiarme para educar a mis hijos y verlos hacerse hombres responsables y completos. Sólo Dios pudo sacarme de la marasma de la depresión.
Sólo El ha podido conservar mi matrimonio pese a tantas cosas.

También escribo ésto porque es tan importante contar con alguien con quien hablar, con quien compartir lo que se siente. Pienso ahora que si hubiera tenido a alguien con quien llorar, con quien compartir, las cosas no hubieran sido tan difíciles. Pero en lugar de tener a alguien quien me consolara y ayudara, siempre he sido la que consuela y ayuda.
No porque yo así lo quisiera, sino porque así se dieron las circunstancias.

Asi que ése es otro tip que puedo dar: Buscar un amigo sincero con quien poder abrirse.
Saludos. Seguiremos mañana.
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MensajePublicado: Mie Ene 23, 2008 2:54 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Scarlett* escribió:
Paz y bien.

En éste tema del matrimonio como sacramento de sanación, me gustaría comentar algo de mi propio matrimonio.

No ha sido fácil. Han sido 26 años, ya casi 27 en Abril es nuestro aniversario.

Hemos pasado por muchas situaciones y muchos dolores, pérdidas, pero también muchas alegrías.

Haciendo éste tema he estado recordando cuestiones en mi matrimonio.

Hablabas de la soberbia, monik. Y de las discusiones que se inician en los matrimonios por éste pecado (iba a escribir defecto, pero si no llamamos a las cosas por su nombre, le restamos importancia y después nos andamos arrepintiendo)

Recordaba los inicios de mi matrimonio. Los primeros días fueron muy bonitos. Todo nuevo, tratando de adaptarnos, miel sobre hojuelas.

Y sin embargo, en un momento todo cambió. Aún no sé porqué.

Mi luna de miel duró muy poco. Unos dos meses. Un día mi esposo llegó tomado y golpeó un vidrio de la cocina.
No sé si tocó y no lo oí por estar profundamente dormida, se desesperó y rompió el vidrio para tratar de abrir, no lo sé.

Me desperté sobresaltada y fuí a abrirle. Me espanté. Estaba muy enojado, empezó a golpear la pared hasta sangrarse las manos.
Yo estaba muy asustada y no sabía qué sucedía ni qué hacer.

Empecé a llorar y él se enojaba más, así que en un momento de lucidez, dejé de llorar y no sé de dónde me salieron fuerzas para imponerme a él, para hacer que dejara de golpearse.

Logré hacer que se acostara y se durmiera.

Nunca supe qué fué lo que pasó. Le pregunté al día siguiente y me dijo que nada, que había tomado de más.

Lo malo es que al poco tiempo, se repitió otra escena de ira desbocada. A la primera opinión contraria, seguramente por una tontería, salió fúrico de la casa, tomó el auto y yo sólo oía las llantas derrapando. Viviamos en la esquina de dos esquinas de calles principales y muy transitadas. Era un domingo y a pesar de estar en la parte alta del edificio de 5 pisos lavando la ropa, oía los arrancones. Se dedicó a dar vueltas a toda velocidad. Yo estaba aterrorizada, pero empezaba a darme cuenta que él tenía problemas que yo no había detectado en el noviazgo.

En otra ocasión, estuvimos a punto de ser arrollados por un trolebús que venía en contrasentido como hay varias rutas en el D.F. A mi esposo se le olvidó y por dos segundos no nos arrollaron. Estaba enojado porque hice alguna observación que no le pareció.

En ése tiempo, estaba yo embarazada de mi primer hija, que falleció a los dos meses de nacida.

Nunca pude explicarme el modo de actuar de mi marido en los inicios de nuestro matrimonio. He llegado a pensar que trataba de dominarme, lo único que logró fué que le tuviera miedo.

La verdad es que mi matrimonio como pareja no ha sido muy bueno. Han habido muchas cosas dolorosas que sólo Dios me ha dado la fortaleza para soportar.

Es cierto que mi esposo ha cambiado mucho, pero también es cierto que hay mucho dolor en mí, dolor que no he podido sacar en todos éstos años porque no es fácil hablar con las personas de todo ello.

Nunca he platicado con nadie las cosas por las que pasé, pues nunca he tenido a una persona con la que pueda abrirme.

Esa actitud de mi esposo al principio de nuestro matrimonio marcó una diferencia en mi forma de ser.
Salió mi espíritu de conservación, me puse al frente de nuestro matrimonio, cargué por mucho tiempo el peso de él, asi como en gran medida, parte del peso que cargaba mi suegra con su esposo.

Fueron muchos años de ser la que tomaba las decisiones y si eran buenas, el mérito era de mi esposo y si eran malas, la culpable era yo.

Asi vivimos durante 15 años, hasta que finalmente fué demasiado para mí y me derrumbé. Caí en una "depresión" tremenda, que me llevó a un intento de suicidio ya estando aquí en éste estado en donde vivimos.

Aquí como no había familiares cerca, mi esposo hubo un tiempo en que se comportó peor. Nunca tuve la certeza, pero creo que tenía otra mujer. No puedo explicarme su actitud de otra manera.

En ése tiempo, yo trabajaba los domingos como camarera en un hotel y él se quedaba con mis hijos adolescentes, descansaba sólo los martes y ése día iba yo al super a comprar el mandado. Si en México no me ayudaba con las cuestiones de la casa, aquí mucho menos, ni al mandado me acompañaba.

Estaba yo tan enfocada a buscar la manera de mejorar nuestra vida, que no me dí cuenta de muchos detalles, hasta que empezó a buscar pretextos para enojarse conmigo.
Por ejemplo, en una ocasión nos invitaron a una fiesta de quince años de una compañera de trabajo y estaba yo apurándome para ir, cuando por cualquier cosa empezó a discutir y pretextando enojo, se salió y me dejó.
Ese fué el principio, así lo hacía siempre.

Hacia cosas para enojarse y de tal manera que era yo siempre la culpable. Si hablaba porque hablaba, si callaba porque callaba. En fin.

Escribo todo ésto, si como una terapia porque es cierto que ya lo he perdonado, pero también es cierto que existe dolor en mí porque él nunca habla de sus sentimientos y aún de vez en cuando, actúa de tal manera que yo soy la que está mal.
También lo escribo en un intento de entender, y en un intento de ayudar a otra personas que pasen por lo que yo pasé o que estén en proceso de casarse para que se fijen bien antes de hacerlo, para que conozcan bien a la persona con la que van a pasar el resto de sus vidas.

No ha sido fácil, sin embargo siempre he estado segura de una cosa: Dios ha estado conmigo. Sólo El ha podido darme fortaleza, sólo El ha podido guiarme para educar a mis hijos y verlos hacerse hombres responsables y completos. Sólo Dios pudo sacarme de la marasma de la depresión.
Sólo El ha podido conservar mi matrimonio pese a tantas cosas.

También escribo ésto porque es tan importante contar con alguien con quien hablar, con quien compartir lo que se siente. Pienso ahora que si hubiera tenido a alguien con quien llorar, con quien compartir, las cosas no hubieran sido tan difíciles. Pero en lugar de tener a alguien quien me consolara y ayudara, siempre he sido la que consuela y ayuda.
No porque yo así lo quisiera, sino porque así se dieron las circunstancias.

Asi que ése es otro tip que puedo dar: Buscar un amigo sincero con quien poder abrirse.
Saludos. Seguiremos mañana.

Vaya coincidencias aunque no en la forma pero si en el fondo, pero pensemos que sólo son eso y no generalidades para no ofender a los jóvenes esposos que no tienen mal carácter y más bien que quienes están comenzando un matrimonio no piensen en tirar la toalla a la primera sino que con la ayuda de Dios y mucha paciencia nuestros hogares son finalmente lo que se dice hogar dulce hogar porque todo se supera.
También pedirle ayuda a Dios a la hora de buscar alguien a quien abrirse, igual que tú me pasé buen tiempo sin tener a quien recurrir hasta que estuve a punto de explotar porque por más reservadas que seamos llega el momento en que es necesario por lo menos desahogarse pero a veces surge el temor y si esa persona luego de escucharme sale a pregonar mi vida a los cuatro vientos o me da el consejo equivocado, bueno eso era lo que a mi me detenía y lo que finalmente me llevó a buscar al Único que nunca falla y que hasta ahora me sorprende lo rápido que me respondió sin que yo me diera cuenta, no puedo presumir que escuché su voz pero de que me guió me guió porque de otra manera no se puede explicar como luego de estar mucho tiempo pensando a quien le digo, prácticamente sin darme cuenta me solté con alguien a quien apenas conocía y que me llevó a acercarme más a Dios.
Otra de las cosas que comentas sobre cargar en cierta forma sola con el peso de matrimonio, podemos decir que si bien lo ideal es que sea repartido no podemos ni debernos desanimarnos si nuestro esposo(a) no lo asume como debería ser porque si buscamos al mejor aliado: Dios, no sólo lograremos la estabilidad matrimonial sino también acercaremos a nuestros esposos hacia Dios que tendrán que rendirse ante la evidencia de su amor y poder.
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MensajePublicado: Mie Ene 23, 2008 10:32 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

monik escribió:
Scarlett* escribió:
Paz y bien.

En éste tema del matrimonio como sacramento de sanación, me gustaría comentar algo de mi propio matrimonio.

No ha sido fácil. Han sido 26 años, ya casi 27 en Abril es nuestro aniversario.

Hemos pasado por muchas situaciones y muchos dolores, pérdidas, pero también muchas alegrías.

Haciendo éste tema he estado recordando cuestiones en mi matrimonio.

Hablabas de la soberbia, monik. Y de las discusiones que se inician en los matrimonios por éste pecado (iba a escribir defecto, pero si no llamamos a las cosas por su nombre, le restamos importancia y después nos andamos arrepintiendo)

Recordaba los inicios de mi matrimonio. Los primeros días fueron muy bonitos. Todo nuevo, tratando de adaptarnos, miel sobre hojuelas.

Y sin embargo, en un momento todo cambió. Aún no sé porqué.

Mi luna de miel duró muy poco. Unos dos meses. Un día mi esposo llegó tomado y golpeó un vidrio de la cocina.
No sé si tocó y no lo oí por estar profundamente dormida, se desesperó y rompió el vidrio para tratar de abrir, no lo sé.

Me desperté sobresaltada y fuí a abrirle. Me espanté. Estaba muy enojado, empezó a golpear la pared hasta sangrarse las manos.
Yo estaba muy asustada y no sabía qué sucedía ni qué hacer.

Empecé a llorar y él se enojaba más, así que en un momento de lucidez, dejé de llorar y no sé de dónde me salieron fuerzas para imponerme a él, para hacer que dejara de golpearse.

Logré hacer que se acostara y se durmiera.

Nunca supe qué fué lo que pasó. Le pregunté al día siguiente y me dijo que nada, que había tomado de más.

Lo malo es que al poco tiempo, se repitió otra escena de ira desbocada. A la primera opinión contraria, seguramente por una tontería, salió fúrico de la casa, tomó el auto y yo sólo oía las llantas derrapando. Viviamos en la esquina de dos esquinas de calles principales y muy transitadas. Era un domingo y a pesar de estar en la parte alta del edificio de 5 pisos lavando la ropa, oía los arrancones. Se dedicó a dar vueltas a toda velocidad. Yo estaba aterrorizada, pero empezaba a darme cuenta que él tenía problemas que yo no había detectado en el noviazgo.

En otra ocasión, estuvimos a punto de ser arrollados por un trolebús que venía en contrasentido como hay varias rutas en el D.F. A mi esposo se le olvidó y por dos segundos no nos arrollaron. Estaba enojado porque hice alguna observación que no le pareció.

En ése tiempo, estaba yo embarazada de mi primer hija, que falleció a los dos meses de nacida.

Nunca pude explicarme el modo de actuar de mi marido en los inicios de nuestro matrimonio. He llegado a pensar que trataba de dominarme, lo único que logró fué que le tuviera miedo.

La verdad es que mi matrimonio como pareja no ha sido muy bueno. Han habido muchas cosas dolorosas que sólo Dios me ha dado la fortaleza para soportar.

Es cierto que mi esposo ha cambiado mucho, pero también es cierto que hay mucho dolor en mí, dolor que no he podido sacar en todos éstos años porque no es fácil hablar con las personas de todo ello.

Nunca he platicado con nadie las cosas por las que pasé, pues nunca he tenido a una persona con la que pueda abrirme.

Esa actitud de mi esposo al principio de nuestro matrimonio marcó una diferencia en mi forma de ser.
Salió mi espíritu de conservación, me puse al frente de nuestro matrimonio, cargué por mucho tiempo el peso de él, asi como en gran medida, parte del peso que cargaba mi suegra con su esposo.

Fueron muchos años de ser la que tomaba las decisiones y si eran buenas, el mérito era de mi esposo y si eran malas, la culpable era yo.

Asi vivimos durante 15 años, hasta que finalmente fué demasiado para mí y me derrumbé. Caí en una "depresión" tremenda, que me llevó a un intento de suicidio ya estando aquí en éste estado en donde vivimos.

Aquí como no había familiares cerca, mi esposo hubo un tiempo en que se comportó peor. Nunca tuve la certeza, pero creo que tenía otra mujer. No puedo explicarme su actitud de otra manera.

En ése tiempo, yo trabajaba los domingos como camarera en un hotel y él se quedaba con mis hijos adolescentes, descansaba sólo los martes y ése día iba yo al super a comprar el mandado. Si en México no me ayudaba con las cuestiones de la casa, aquí mucho menos, ni al mandado me acompañaba.

Estaba yo tan enfocada a buscar la manera de mejorar nuestra vida, que no me dí cuenta de muchos detalles, hasta que empezó a buscar pretextos para enojarse conmigo.
Por ejemplo, en una ocasión nos invitaron a una fiesta de quince años de una compañera de trabajo y estaba yo apurándome para ir, cuando por cualquier cosa empezó a discutir y pretextando enojo, se salió y me dejó.
Ese fué el principio, así lo hacía siempre.

Hacia cosas para enojarse y de tal manera que era yo siempre la culpable. Si hablaba porque hablaba, si callaba porque callaba. En fin.

Escribo todo ésto, si como una terapia porque es cierto que ya lo he perdonado, pero también es cierto que existe dolor en mí porque él nunca habla de sus sentimientos y aún de vez en cuando, actúa de tal manera que yo soy la que está mal.
También lo escribo en un intento de entender, y en un intento de ayudar a otra personas que pasen por lo que yo pasé o que estén en proceso de casarse para que se fijen bien antes de hacerlo, para que conozcan bien a la persona con la que van a pasar el resto de sus vidas.

No ha sido fácil, sin embargo siempre he estado segura de una cosa: Dios ha estado conmigo. Sólo El ha podido darme fortaleza, sólo El ha podido guiarme para educar a mis hijos y verlos hacerse hombres responsables y completos. Sólo Dios pudo sacarme de la marasma de la depresión.
Sólo El ha podido conservar mi matrimonio pese a tantas cosas.

También escribo ésto porque es tan importante contar con alguien con quien hablar, con quien compartir lo que se siente. Pienso ahora que si hubiera tenido a alguien con quien llorar, con quien compartir, las cosas no hubieran sido tan difíciles. Pero en lugar de tener a alguien quien me consolara y ayudara, siempre he sido la que consuela y ayuda.
No porque yo así lo quisiera, sino porque así se dieron las circunstancias.

Asi que ése es otro tip que puedo dar: Buscar un amigo sincero con quien poder abrirse.
Saludos. Seguiremos mañana.

Vaya coincidencias aunque no en la forma pero si en el fondo, pero pensemos que sólo son eso y no generalidades para no ofender a los jóvenes esposos que no tienen mal carácter y más bien que quienes están comenzando un matrimonio no piensen en tirar la toalla a la primera sino que con la ayuda de Dios y mucha paciencia nuestros hogares son finalmente lo que se dice hogar dulce hogar porque todo se supera.
También pedirle ayuda a Dios a la hora de buscar alguien a quien abrirse, igual que tú me pasé buen tiempo sin tener a quien recurrir hasta que estuve a punto de explotar porque por más reservadas que seamos llega el momento en que es necesario por lo menos desahogarse pero a veces surge el temor y si esa persona luego de escucharme sale a pregonar mi vida a los cuatro vientos o me da el consejo equivocado, bueno eso era lo que a mi me detenía y lo que finalmente me llevó a buscar al Único que nunca falla y que hasta ahora me sorprende lo rápido que me respondió sin que yo me diera cuenta, no puedo presumir que escuché su voz pero de que me guió me guió porque de otra manera no se puede explicar como luego de estar mucho tiempo pensando a quien le digo, prácticamente sin darme cuenta me solté con alguien a quien apenas conocía y que me llevó a acercarme más a Dios.
Otra de las cosas que comentas sobre cargar en cierta forma sola con el peso de matrimonio, podemos decir que si bien lo ideal es que sea repartido no podemos ni debernos desanimarnos si nuestro esposo(a) no lo asume como debería ser porque si buscamos al mejor aliado: Dios, no sólo lograremos la estabilidad matrimonial sino también acercaremos a nuestros esposos hacia Dios que tendrán que rendirse ante la evidencia de su amor y poder.


Paz y bien.

Asi es, monik. Gracias por tu testimonio.

Es cierto, alguna vez me decía un amigo que más valía haber ido una sóla vez a la iglesia que nunca haber ido, cuando me quejaba de que mi abue no nos acompañaba a ella y sólo nos enviaba.

Y es cierto. Lo mismo se puede decir del matrimonio. Más vale vivir dentro de él que fuera.

Mucho tiempo guardé todas mis vivencias, sin compartirlas con nadie, no por temor a que fueran propaladas, sino por modestia, porque siempre pensé que las cuestiones entre parejas son sólo de la pareja.

Y lo sigo pensando. Si ahora estoy faltando a mi propia ética tiene una razón de ser muy simple:
Dar testimonio del poder de Dios en mi vida. De la fortaleza que me ha dado por no serle infiel nunca, a pesar de cometer errores.

Dar testimonio si ello sirve para que otros caminen por el camino correcto.

Vacilé un poco antes de hacerlo, porque no es muy agradable andar ventilando cuestiones privadas. No por orgullo, pues decía mi papá: "el orgullo es de los tontos", sino por reserva.

Sin embargo, tal vez lo vivido pueda servir a otros a valorar el matrimonio, a acudir a él sin temor, sabiendo que habrá momentos difíciles pero sabiendo también que Jesús nunca nos deja sólos, que si nuestra cruz la sentimos pesada, simplemente volteemos a ver hacia abajo y veremos que nosotros sólo cargamos la punta de ella.

El resto lo carga El, como el cirineo lo hiciera camino a Getsemaní.

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Scarlett*
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MensajePublicado: Vie Ene 25, 2008 10:58 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Continuando con el libro "Casa sobre roca", veremos porqué somos tan distintos en nuestras manifestaciones los hombres y las mujeres.
Cita:
2. EN EL VARÓN SE DESORDENAN MÁS LOS INSTINTOS ANIMALES
Y EN LA MUJER MÁS LOS DESEOS ESPIRITUALES

4) La disimetría de la herida del pecado original en la naturaleza del varón y de la mujer consiste pues en que el varón tiende a regresar a lo instintivo y a los apetitos del cuerpo. En él el polo animal tiende a predominar y a deshumanizarse. En él predominan los apetitos del cuerpo, la concupiscencia de la carne.
La mujer, en cambio, tiende a desequilibrarse por lo que podemos llamar su polo angélico: por los apetitos del alma o la concupiscencia de los ojos. Por eso se ha dicho que el pecado dominante del varón es la lujuria y el pecado dominante de la mujer es la avaricia, la ambición. Shocked
Cita:
SI, MIS QUERIDAS AMIGAS. AUNQUE NOS QUEDEMOS BOQUIABIERTAS. PIENSO QUE SI ACEPTAMOS NUESTRAS TENDENCIAS NEGATIVAS, PODREMOS TRABAJAR EN ELLAS PARA MEJORARLAS


5) Una de las consecuencias del pecado original en el ser humano es la pérdida del control racional de las pasiones. A esas pasiones descontroladas se les llaman concupiscencias. Son los deseos, afectos y pasiones desordenados y que el ser humano mismo no logra gobernar con su razón.
Hemos dicho que las concupiscencias afectan tanto al varón como a la mujer, pero no de la misma manera, sino a cada uno a su manera. Los dos quieren las mismas cosas, pero de manera diferente. Hay un dicho que ilustra este hecho: ‘el varón quiere una casa para tener una mujer, y la mujer quiere un hombre para tener una casa´.
Cita:
Laughing VAYA. CREI QUE NADIE SE HABIA DADO CUENTA JAJAJJ.


6) Hemos visto que se distinguen dos formas de concupiscencia en el ser humano, que corresponden a sus componentes corporal y espiritual. La que corresponde al componente corporal o animal se llama concupiscencia de la carne. Y la que corresponde al componente anímico o espiritual se llama concupiscencia de los ojos.

7) La concupiscencia de la carne es el desorden de los apetitos instintivos residentes en el cuerpo, del elemento que el hombre tiene de común con el animal. Son ellas la gula y la lujuria, que corresponden al apetito de la propia conservación por la comida y al de la conservación de la especie por la sexualidad. A su frustración corresponde una ira animal.
Cita:
QUE ES LO QUE SE LES DESORDENO A LOS HOMBRES


Cool La concupiscencia de los ojos, es el desorden de los apetitos, afectos y deseos del alma: avaricia, vanidad, ambición. El desorden en los deseos de consideración social, de bienestar y comodidades, de seguridad, de ser querido, apreciado. Son los deseos que podemos llamar más propiamente espirituales o humanos. A su frustración corresponde más bien, aunque no exclusivamente, una ira más fría y espiritual.
Cita:
QUE ES LO QUE SE NOS DESBARAJUSTO A NOSOTRAS Crying or Very sad


A mí me está siendo muy útil ésto. Hasta ahora pensaba que yo no era ambiciosa jajajaj.

SEguiremos mañana porque me está correteando mi hijo.
_________________
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Scarlett*
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MensajePublicado: Sab Ene 26, 2008 8:34 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Scarlett* escribió:
Paz y bien.

Continuando con el libro "Casa sobre roca", veremos porqué somos tan distintos en nuestras manifestaciones los hombres y las mujeres.
Cita:
2. EN EL VARÓN SE DESORDENAN MÁS LOS INSTINTOS ANIMALES
Y EN LA MUJER MÁS LOS DESEOS ESPIRITUALES

4) La disimetría de la herida del pecado original en la naturaleza del varón y de la mujer consiste pues en que el varón tiende a regresar a lo instintivo y a los apetitos del cuerpo. En él el polo animal tiende a predominar y a deshumanizarse. En él predominan los apetitos del cuerpo, la concupiscencia de la carne.
La mujer, en cambio, tiende a desequilibrarse por lo que podemos llamar su polo angélico: por los apetitos del alma o la concupiscencia de los ojos. Por eso se ha dicho que el pecado dominante del varón es la lujuria y el pecado dominante de la mujer es la avaricia, la ambición. Shocked
Cita:
SI, MIS QUERIDAS AMIGAS. AUNQUE NOS QUEDEMOS BOQUIABIERTAS. PIENSO QUE SI ACEPTAMOS NUESTRAS TENDENCIAS NEGATIVAS, PODREMOS TRABAJAR EN ELLAS PARA MEJORARLAS


5) Una de las consecuencias del pecado original en el ser humano es la pérdida del control racional de las pasiones. A esas pasiones descontroladas se les llaman concupiscencias. Son los deseos, afectos y pasiones desordenados y que el ser humano mismo no logra gobernar con su razón.
Hemos dicho que las concupiscencias afectan tanto al varón como a la mujer, pero no de la misma manera, sino a cada uno a su manera. Los dos quieren las mismas cosas, pero de manera diferente. Hay un dicho que ilustra este hecho: ‘el varón quiere una casa para tener una mujer, y la mujer quiere un hombre para tener una casa´.
Cita:
Laughing VAYA. CREI QUE NADIE SE HABIA DADO CUENTA JAJAJJ.


6) Hemos visto que se distinguen dos formas de concupiscencia en el ser humano, que corresponden a sus componentes corporal y espiritual. La que corresponde al componente corporal o animal se llama concupiscencia de la carne. Y la que corresponde al componente anímico o espiritual se llama concupiscencia de los ojos.

7) La concupiscencia de la carne es el desorden de los apetitos instintivos residentes en el cuerpo, del elemento que el hombre tiene de común con el animal. Son ellas la gula y la lujuria, que corresponden al apetito de la propia conservación por la comida y al de la conservación de la especie por la sexualidad. A su frustración corresponde una ira animal.
Cita:
QUE ES LO QUE SE LES DESORDENO A LOS HOMBRES


Cool La concupiscencia de los ojos, es el desorden de los apetitos, afectos y deseos del alma: avaricia, vanidad, ambición. El desorden en los deseos de consideración social, de bienestar y comodidades, de seguridad, de ser querido, apreciado. Son los deseos que podemos llamar más propiamente espirituales o humanos. A su frustración corresponde más bien, aunque no exclusivamente, una ira más fría y espiritual.
Cita:
QUE ES LO QUE SE NOS DESBARAJUSTO A NOSOTRAS Crying or Very sad


A mí me está siendo muy útil ésto. Hasta ahora pensaba que yo no era ambiciosa jajajaj.

SEguiremos mañana porque me está correteando mi hijo.

Paz y bien.

Quiero comentar sobre ésto. A mí me parece muy interesante. Hemos visto que el pecado original hirió al hombre y se manifiesta de manera distinta en el hombre y la mujer.

Hemos visto que la mujer es más espiritual que el hombre, que tiene una forma más física de conceptuar las cosas.
Es por ello que a nosotras nos da por la belleza, por los detalles y a ellos se les olvida todo ello.

Por ejemplo, en la casa. Nosotros deseamos tenerla limpia, con adornos y detalles. El la desea para tener un lugar donde vivir, descansar, etc.

Nosotras deseamos que comparta el sentirse rodeado de nuestros detalles, que si ponemos una cortina nueva la perciba aún sin decirselo. El llega y ni cuenta se da. Siente que es agradable su casa y punto, pero no se detiene a ver qué es lo que la hace agradable.
Y ahi empieza una discusión o frustración en la mujer.

Es clásico y conocido por supuesto éste ejemplo, pero no por ello deja de suceder. Nos molesta.

O si no se da cuenta que nos pusimos algo bonito.

Y a nosotras nos molesta que se ponga frente a la tele y no se quiera mover de ahí. Por lo menos a mí. O que se pase horas leyendo o haciendo otra cosa parecida y que ni nos pele a su mujercita hermosa que tanto se desvive por tener un lugar agradable y a sus hijos que tan hermosas crecen, vestidos, arreglados, cuidados por nosotras claro.

El deseo de que se reconosca nuestra labor es natural y benéfico, pero a veces nos excedemos. Y es ahi donde se convierte en pecado.

El deseo de que nuestro esposo conviva con su familia es natural, pero si deseamos que admire en nuestros hijos nuestra obra, ya estamos pecando de ambición y orgullo.

Esa es la diferencia entre algo natural y cuando ése deseo se desborda.
Buscamos la admiración en todo lo que hacemos y si no se nos da, podemos ser muy, pero muy malas.

Es ahi donde debemos estar atentas las mujeres. Entender nuestras tendencias, aceptarlas y pedir a Dios en oración nos ayude a controlarlas.

No esconder una falsa sumisión y convertir en admirable lo que no es.

Para el hombre es natural que su esposa se encargue de la casa. Ellos son prácticos. O ayudar en ella si sabemos incentivarlos a hacerlo. Pero no podemos pedir que a cada acción nuestra, nos alaben.

Debemos reconocer su practicidad, claro que ellos deben también reconocer nuestra espiritualidad.

Es por ello que me gusta éste libro, porque me muestra el porqué de muchas de mis actitudes y cómo controlarlas. Me enseña el porqué de muchos de mis enojos con mi esposo y porqué a veces no me entendía. Cosa de la que yo me quejaba mucho.

Simplemente porque no veía con sus ojos, no veía de la manera en que él ve.

Seguiré mañana si Dios lo permite.

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Scarlett*
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MensajePublicado: Mar Ene 29, 2008 2:16 am    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Señor: ilumina éste tema para que sirva a tus propósitos. Sé Tú quien lo dirija, que tu Espíritu santo actúe en él para bien de tu iglesia.
Amén.

Siguiendo con el libro "Casa sobre roca" me voy a permitir poner el siguiente tema y dejarlo sin comentarios, para dar oportunidad de que compartan sus impresiones, si lo desean y después compartiré las mías.

Si no desean compartir, seguramente servirá para meditarlo.
Me gustaría llevar ésta mecánica:

Poner un tema y dejarlo para meditarlo, para que cada quien se haga su propio criterio y después compartirlos. Me parece que de ésa manera, no sería como "una clase" sino una verdadera convivencia.
Espero les agrade el cambio de sistema.

Cita:
9) El pecado original desordena al varón sobre todo por la concupiscencia de la carne y tiende a devolverlo a la compañía de los animales. Como el rey Nabucodonosor, reducido a la condición de los peores vagabundos que hemos conocido: "arrojado de en medio de los hombres, come hierba como los bueyes, su cuerpo se empapa del rocío del cielo, le crecen los cabellos como plumas de águila, y las uñas como las de las aves de rapiña" (Daniel 4, 30). Al varón, el pecado original tiende a bajarlo a lo corpóreo, físico, instintivo, animal. En él predominan los instintos sobre la razón, se desordena por perder el gobierno de sus apetitos instintivos y tiende a achancharse, y aveces es un verdadero "puerco". Por ejemplo, vemos cómo el varón suele comer y beber en exceso, aunque le haga daño y ese descontrol suele irse agravando con los años.

10) A la mujer le pasa lo contrario, tiende a subirse a lo angélico e incluso a "usurpar lo divino". Ella se inclina al ejercicio ilegal de la divinidad, y a la usurpación de la divina providencia. Y no por mal, ella quiere el bien pero quiere hacerlo a su manera. Y quiere ser ella quien diga lo que es bueno y lo que es malo, ¡también para vos!. Pero por ese camino de sus propias buenas intenciones, es por donde la mujer se hace dominadora.


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Scarlett*
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MensajePublicado: Vie Feb 01, 2008 7:48 pm    Asunto:
Tema: Matrimonio como sacramento de sanación
Responder citando

Paz y bien.

Bueno.... a darle que es mole de olla jajjaja.

Gracias por esperarme un poco. He andado con algunas cosas entre manos. Sin embargo, de nuevo por aquí.

Si me lo permiten, seguiré con el tema del Matrimonio. Viendo cómo es que el hombre y la mujer, compartiendo la misma dignidad, somos diferentes en la forma de manifestarnos.



Cita:

9) El pecado original desordena al varón sobre todo por la concupiscencia de la carne y tiende a devolverlo a la compañía de los animales. Como el rey Nabucodonosor, reducido a la condición de los peores vagabundos que hemos conocido: "arrojado de en medio de los hombres, come hierba como los bueyes, su cuerpo se empapa del rocío del cielo, le crecen los cabellos como plumas de águila, y las uñas como las de las aves de rapiña" (Daniel 4, 30). Al varón, el pecado original tiende a bajarlo a lo corpóreo, físico, instintivo, animal. En él predominan los instintos sobre la razón, se desordena por perder el gobierno de sus apetitos instintivos y tiende a achancharse, y aveces es un verdadero "puerco". Por ejemplo, vemos cómo el varón suele comer y beber en exceso, aunque le haga daño y ese descontrol suele irse agravando con los años.


Vamos por partes. Esto suena bastante fuerte, ¿no?

Me recordó las veces que exasperadas, le gritamos a algún hombre: "pareces animal". "eres un animal"

Y nos sentimos mal de hacerlo, porque lo hacemos con rabia. Sin embargo, hay algo de razón al decir tal cosa, como vemos en lo dicho por el P. Horacio.

Los seres humanos tenemos una parte divina, pero humanizada y una parte animal, pero también humanizada.

O sea que tenemos instintos de conservación, de seguridad, etc. como los animales, pero controlados.

Cuando ésos instintos nos desbordan, nos llevan a cometer algún pecado. Menciona el Padre, la gula por ejemplo.

Y es cierto lo que menciona de que para los hombres les es más difícil controlar sus aspectos físicos que a las mujeres. Y nosotras muchas veces no lo entendemos, queremos que vean las cosas desde nuestra óptica.

No voy a defender el adulterio, por supuesto. Sin embargo, los hombres caen más en él, porque no tienen control de sus instintos.
Las mujeres también y sobre todo en los últimos tiempos, han caido en el adulterio, pero por razones muy distintas. Casi siempre como una respuesta al adulterio de su pareja. En la mujer como se comentaba anteriormente, las cuestiones emocionales, tienden a salirsenos de control y la soberbia y la ira pueden llevarnos a cometer actos como éste.

Como vemos, ambos cometemos el mismo pecado, pero los motivos son diferentes.
Las mujeres tendemos a sentirnos afectadas por éste hecho, heridas, sobajadas; nos sentimos comparadas. Es algo que nos desquicia.
Y muchas veces, para ellos no es más que un descontrol de sus deseos carnales.

La dimensión tan tremenda que le damos nosotras, es lo que hace que sea de una tormenta, un verdadero diluvio que puede incluso arrasar con nuestro matrimonio.

Aquí tal vez haya quien me tache de "anticuada y sufrida" sin embargo, recuerdo algunos consejos de abuelitas como:
"haste de la vista gorda, mi hijita". " al rato se le pasa", "no le des más importancia de la que realmente tiene".

¿Sueno anticuada? ¿Sueno incluso conformista? ¿O tal vez desapegada?

Puede ser. Sin embargo, muchos matrimonios han sobrevivido a situaciones parecidas, gracias a tener presente éstos consejos.

Asi como nosotras no controlamos muchas veces nuestras emociones, asi ellos no controlan muchas veces sus instintos.
Y sufren por ello.
Se sienten traidores ante la mujer que aman. Se sienten mal con ellos mismos por dejarse arrastrar por sus instintos.

Y si además, nosotras les echamos más tierra, pues ponemos la tumba para nuestro matrimonio.

Es cierto que situaciones así duelen, pero también es cierto que tenemos las armas para poder paliar nuestro dolor: la fortaleza que da la oración, el perdón que no es más que amor.

Asi que si lo permiten, seguiremos mañana con la parte que sigue:



Cita:
10) A la mujer le pasa lo contrario, tiende a subirse a lo angélico e incluso a "usurpar lo divino". Ella se inclina al ejercicio ilegal de la divinidad, y a la usurpación de la divina providencia. Y no por mal, ella quiere el bien pero quiere hacerlo a su manera. Y quiere ser ella quien diga lo que es bueno y lo que es malo, ¡también para vos!. Pero por ese camino de sus propias buenas intenciones, es por donde la mujer se hace dominadora.


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